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Con cara de tortuga aterrizo en la ciénaga de Zapata, el último reducto del cocodrilo cubano.
El "manglar" no es un exquisito plato oriental, si no un lugar atestado de plantas,
de algas y de medusas, vamos que bucear aquí es un "planazo", sobre todo porque algunos
de sus habitantes no les agradan mucho los intrusos.
Con esos ojos como platos parece inofensivo, pero no lo es.
Es el manjuarí o pez lagarto. Sus bisabuelos eran unos peces raros, recubiertos de escamas.
Por aquí dicen, que tiene alma de cocodrilo, y fama de engullir a todo lo que se le acerca, incluidas las crías de cocodrilo.
supongo que esa boca llena de dientes tiene algo que ver.
El pequeño cocodrilo se da a la fuga.
Pero no son los peces lagartos los cazadores más temidos, si no los progenitores de esta criatura...
Parece disecado, pero no lo está.
Procuro no acercarme...porque aunque el cocodrilo cubano es más pequeño que el del Nilo, o que el cocodrilo marino, éste tiene las patas mas largas...
y los ojos mas brillantes y bien abiertos... Yo también.
También es más inteligente que sus lejanos parientes y el cazador más implacable del
manglar. Devora peces, aves, reptiles anfibios y mamíferos.
Desde una prudente distancia observo la bronca que está a punto de estallar.
Demasiado machos juntos...
Estamos en la época de celo y las hembras provocan disputas.
A pesar de lo escandaloso de estas peleas no suele haber heridos graves.
Enseguida queda claro, quien se lleva la hembra al agua.
Contemplándoles disiento de mi frase favorita y de mi admirado Durrell. "No le juzgo por su aspecto, no me fío de él
ni de su aspecto" ¿Será un trauma infantil provocado por el Capitán Garfio?