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La poliomielitis es una enfermedad viral muy infecciosa que afecta sobretodo a niños. El virus es transmitido a través de comida y agua contaminada, se multiplica en el intestino y puede invadir el sistema nervioso.
En un porcentaje bajo la enfermedad puede causar parálisis, que a menudo es permanente.
Me dio polio a los 9 meses. Dos fiebres que mi madre detectó inmediatamente que podía
ser polio; me llevó al médico y el médico diagnosticó que sí, efectivamente había
sido atacada por la poliomielitis en el brazo izquierdo y la pierna derecha.
Yo quería ser una chica normal, como todas las demás amiguitas y no quería que se notara
mi brazo, no quería que la gente supiera que yo tenía un brazo más delgado, que no
tenía movilidad. Los médicos decían que el brazo ya quedaba
así por qué la polio era irreversible, que no tenía curación, ni que iba a mejorar.
Entonces que los ejercicios eran un poco como para mantenerlo, pero que no había nada que
hacer. Cuando yo escuché esto dije, bueno pues si no hay nada que hacer, pues nada que
hacer. Mi primer contacto con el Método Grinberg
fue por un dolor muy fuerte que llevaba en la rodilla a raíz de una caída que tuve.
Llevaba mucho tiempo con ese dolor que era insoportable. Me fue tan bien el proceso que
hice con Teresa que me fui para mi casa y pensé: hombre, podría ser no sé, si pudiera
ser bueno, trabajar el brazo, algo que nunca me había planteado.
Cuando Martha vino al proceso, lo primero que vi es que había un brazo que apenas usaba
y yo nunca había trabajado con polio, entonces lo que pensé es hacer una consulta a Avi
Grinberg que es mi profesor, a ver si había posibilidades antes de prometerle a ella nada,
preguntar si realmente este brazo podía empezar a funcionar o no y si es así, pedirle también como guía, cómo hacerlo.
Marta forma parte de un proyecto encaminado a desarrollar una metodología para la regeneración de los nervios.
Estoy desarrollando esta metodología a través de los clientes con los que trabajo y Marta es una de ellos.
Después de la enfermedad de Marta, ella se adaptó a la idea que no tenía brazo, y
de alguna manera su cerebro no estaba interesado en recuperar el brazo y tampoco sabía cómo
hacerlo. Así que lo que hice, básicamente, es que el cerebro volviera a estar interesado en
el brazo. Es como si se hubiera separado del brazo y
ahora se esforzara de nuevo para establecer la conexión.
En la primera visita a Avi, él vio muchas posibilidades de recuperar el brazo y me preguntó
hasta cuánto me quería implicar por qué requería muchas sesiones, un mínimo de tres
sesiones por semana entonces mi objetivo era recuperar el brazo, pero empecé a centrarme
en sus obstáculos.
Cuando empecé a tener las sesiones con Teresa
mi brazo tenía muy poca fuerza y sensibilidad. Para mover el brazo tenía que hacer mucho
esfuerzo en todo el cuerpo, tanto que me llevaba a no querer utilizarlo. Hoy puedo moverlo
sin tanto esfuerzo y usarlo en situaciones que antes no podía.
La idea de un proceso de recuperación es enseñar a la gente a utilizar sus habilidades al máximo
cuando intentan recuperarse de una condición. También le llamamos recuperación porque
es como volver a tener lo que perdimos. Cuando vemos a las personas como criaturas
de atención y vemos que un brazo fue lesionado, podemos ver que ella apartó su atención
de esa zona. Todo mi trabajo con ella se basa en volver a prestar atención a esta zona.
Si el cuerpo está tranquilo y la atención está dirigida al cuerpo, un estímulo tan
intenso como este fuerza que el cerebro ponga atención a esta zona.
La primera sesión, yo me di cuenta de primero como ignoraba la poliomielitis, de cómo la
ignoré durante toda mi vida. Luego fui viendo, fui aprendiendo que podía usar el brazo sin
los esfuerzos que hacía el resto del cuerpo. Esto para mí fue muy importante.
En cada sesión aprendía nuevos movimientos y sensaciones que hasta ahora no había experimentado
como mantener aunque solo fuera un instante el brazo en alto. Al estimular los músculos
y los nervios, el brazo volvía a estar vivo, a tener fuerza, reflejos. En las sesiones
aprendía a poner mi atención y voluntad en querer recuperar mi brazo. Teresa y Avi
me motivaban para que volviera a sentir el brazo como parte de mi. Puedo ver ahora que
implicándome en las sesiones y manteniendo mi entrenamiento diario tengo resultados.
Cuanto más opciones gano, tengo más fuerza para seguir adelante con mi brazo.
La parte más emocionante y para mi también de mayor reto es una vez que ella estaba tranquila,
enviarle a su cerebro, a su sistema nervioso, no solo al cerebro sino a todo el sistema
nervioso, el mensaje de que puede despertar, de que las neuronas pueden establecer otra
vez esa conexión y reconocer el brazo.
Una de las percepciones más intensas de los
humanos es el dolor; nos obliga a poner atención así que utilizaba dolor, evidentemente dolor
moderado, no extremo, para que la atención se dirigiera al brazo. De esta forma los nervios
crecían porque el cuerpo experimentaba el dolor y hacía lo que podía para lidiar con ese dolor.
Al principio lo que más le costó era realmente
anular todos los esfuerzos de aquí. Entonces hicimos mucho trabajo en estimular toda esta
zona, en agrandarla. Llegó un momento que midiendo la espalda por detrás era casi igual,
cuando al principio era raquítica casi.
La metodología que utilizo está basada en la idea que nuestro cuerpo es un órgano de percepción,
todo lo que somos como humanos sale de nuestra percepción, así que lo que intentaba hacer con Marta
era expandir su percepción para incluir otra vez el brazo que perdió en el pasado.
Los cerebros de algunas personas pueden aprender, adaptarse y recrearse. Al usar su propia
percepción de su cuerpo e incrementar su nivel de habilidades para percibirse, pudo
volver a conectar su brazo con su cerebro.
Una vez que los nervios del brazo empezaron a despertar, los músculos empezaron a crecer.
Cuando empecé a trabajar con Marta tenía por brazo un palo, con muy pocos músculos
y casi no había movimiento ni control. Cuanto más los nervios se despertaban, más
ejercicios hacía con sus músculos, el brazo se hacía más fuerte y así conseguía más
movilidad. Al final incluso volvió a tener sensaciones en los dedos, en las puntas de
los dedos y podía utilizar su mano completamente al igual que la otra.
La experiencia de recuperar una parte de ti es una de las experiencias más increíbles.
¿Sabes? Que es como si fuera buscando su forma, como estar, es tan nuevo esto, es una
sensación de mucha novedad en el brazo, es como si estuviera buscando una forma, un sitio.
Si pienso en el proceso que le estoy haciendo a Martha, y lo que estoy viendo de como su
cuerpo, lo que quiere decir cualquier cuerpo, tiene un potencial increíble de recuperar
incluso algo que durante cuarenta y cinco años ha estado sin usar, algo casi fuera
de toda lógica, y ver cómo las ganas, la voluntad, el que quitara esfuerzos, el estimular
sistemas del cuerpo, del organismo, hacen posible que de repente crezca un brazo, que
nazca un brazo, y para mí esto es un regalo increíble, porqué es ver no sé si decir
la esencia del ser humano, pero si el potencial y lo que podemos hacer, con voluntad, con
ganas, dejando que el cuerpo se organice solo, y es fantástico.
Ver que puedo recuperar el brazo, mi fuerza de voluntad, mi autoestima, mis ganas, las
veo con más posibilidades, creo que puedo hacer más cosas, lograr, si tengo deseos
de, pequeños deseos o grandes deseos, en mi cabeza es como una posibilidad de que si
he recuperado un brazo, si puedo recuperar un brazo, también puedo hacer otras cosas
y tengo mucha confianza en que puedo hacerlo.