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El primero de julio de 2012,
una veintena de hombres, mujeres y niños 3 00:00:08,000 --> 00:00:10,500 se embarcan en una periple de diez días
en el río San Lorenzo,
siguiendo la vía de sus ancestros de las Primeras Naciones
y de los primeros colonos venidos de Europa.
Juntos, llevan a cabo una Misión de Paz
entre Kahnawake y Quebec,
llevando con ellos un mensaje de humanidad,
de fraternidad y de respero por la Madre Tierra.
Desde hace cinco años,
organizamos esta Misión de Paz en el río San Lorenzo.
Es un medio para descubrir el espíritu de nuestros ancestros,
y de descubrirnos a nostros mismos, de conocer nuestros límites,
y de conocer nuestras capacidades.
Más aún, es importante que reconozcamos
los límites y las capacidades del otro.
Y así, viajando juntos,
formamos una unidad
que nos permite reconocernos
y aprender a conocernos.
Y lo que es fantástico en lo que descubrimos
sobre el camino que tenemos que caminar juntos,
para reparar los daños que han sido hechos a la Madre Tierra
desde hace generaciones,
pero también los daños que fueron hechos a nuestro subconsciente,
que hacen que tengamos dificultades para reconocerse
como hermanas, hermanos,
abuelas y niños
que son, juntos,
partes de una misma familia humana.
Y nuestra interrelación se vuelve más rica
por el hecho de que nos encontramos juntos en el mismo desafío,
en las mismas dificultades,
y que cada quien aporta su talento
de ayudar al otro, de ser una medicina para el otro.
Si pones a un montón de gente junta al mismo tiempo,
puedes tener caos,
o puedes tener un encuentro de gente que trabajan juntos como un equipo.
Y creo, bueno, todos han estado de acuerdo
en venir a esta misión de paz
en hacer la paz los unos con los otros,
en hacer la paz con las diferentes culturas,
en tener una oportunidad para tener discusiones y debates,
todo el día.
Desde la mañana hasta la hora de ir a dormir.
Hablamos de la cultura del uno y del otro
hablamos de nuestras motivaciones
y de lo que nos inspira,
las cosas que nos hacen felices...
aunque sea la vida cotidiana de lo que hablamos,
logramos conocernos los unos a los otros.
Es casi como una pequeña sociedad
que crece.
No sólo para enseñar el uno al otro a vivir juntos,
y trabajar juntos,
pero para conocer a las diferentes personas a lo largo del camino.
El camino es el río,
y hay varias personas diferentes que encontramos.
El otro sentido de esta canción,
es que los patos machos
puedan atrapar tantas patas hembras como les sea posible.
Entonces las mujeres deben de intentar de pasar lo más rápido posible
para no dejarse atrapar.
Lo que tenemos que ofrecer al mundo no indígena
puede traer el equilibrio de vuelta al mundo no indígena,
pero la forma de hacer esto
es que los indígenas y no indígenas se junten para trabajar
no sólo para proteger el medio ambiente,
pero, como dijimos, en todos los asuntos.
Y trabajando juntos, lo que tiene que pasar,
es que los no indígenas necesitan
renovar, de nuevo, el acuerdo
que permitió a sus ancestros,
los ancestros de la gente no indígena que vinieron aquí,
del otro lado de las Grandes Aguas.
Lo que les permitió vivir aquí en paz, y florecer,
fue el hecho de que los Mohawk
les presentamos a sus ancestros no indígenas
ese tratado,
el tratado de paz del Wampum a dos vías.
El Wampum a dos vías
representa los dos pueblos
viajando juntos en el río de la vida.
Los Mohawks en su canoa,
y los otros viajando en sus barcos,
cuando llegaron por primera vez.
Y fue hecho para que cada uno
no interfiriera con el otro.
Pero estamos viajando en el mismo camino.
Esto significa que trabajamos juntos,
pero sin interferir o cambiar al otro.
Y debemos viajar en el río de la vida
para hacer la paz
y no viajar en el río
para ver qué es lo que podemos tomar.
Eso no debe de ser así.
La gente está aquí para dar.
El Creador nos dio un cerebro
para dar y proteger a la Creación.
No sólo para tomar y tomar.
Cuando comenzamos cada día,
damos gracias a todo, y nos recordamos los unos a los otros
que debemos de dar gracias por todo lo que estamos luchando.
Para proteger todo el medio ambiente.
Entonces traemos de vuelta ese elemento de recordar
el dar las gracias a esos elementos.
También tenemos el tabaco
para poner nuestras palabras en el agua,
para dar las gracias y respetar el elemento del agua.
"Te quiero, mi amor!"
"Yo también te quiero papá!"
Hola, me llamo Marianne
hace cuatro años que participo en la Misión de Paz
en el río San Lorenzo
Yo aprendí a comunicarme con los otros
durante la Misión de Paz
y a acercarme a mis raíces indígenas.
Tenía ancestros que eran indígenas
como los Micmac,
los Abenakis,
los Malacitas,
los Nipissing...
los Inuit.
Como yo, soy mestiza de dos naciones,
mi padre nacido de la Nación Micmac
y mi madre, de la Nación Nipissing,
me encuentro un poco atrapada entre los dos.
Y siendo un miembro orgullosa de las Primeras Naciones,
pero estando también orgullosa de ser mestiza.
Hay "blanco" dentro de mi y estoy orgullosa de ello.
Creo que los franceses que atravesaron el Gran Río
no eran personas cobardes.
Eran personas valientes que tenían mucho valor,
entonces, venir de personas así me da una especie de orgullo.
Como ponerlo en práctica, el Wampum a dos vías?
Pienso que es mediante la aceptación
y el amor de las diferencias de los otros.
Es el no juzgar lo que no conocemos,
y ponerlo inmediatamente como algo de qué preocuparse.
Lo que no conocemos puede asustarnos,
pero no es porque es diferente que no está bien.
Los Wampum nos enseñan mucho
como aceptar esas diferencias
y aceptarlas en el otro
como haciendo parte de un todo.
Yo acepto a todo el mundo con sus diferencias
y con la misma perspectiva, la misma curiosidad, el mismo amor.
Porque tengo mucho que aprender de estas personas,
y esas personas tienen tanto a enseñarme...
Creo que es para enseñar a la gente
e inspirar a la gente sobre como
deberíamos de respetar el uno al otro,
y como debemos de tratar al agua,
y, todo está conectado.
Cuando piensas en ello, todo.
Los árboles están conectados con el agua,
el agua está conectada
a las rocas, a los ríos,
el suelo, la tierra...
y continúa así y así, así.
El recomenzar esta rueda
de transmisión del conocimiento,
gentes que son de la tierra,
como los Anishnabe, los Mohawks,
los Innu,
los Abénakis,
todas las otras Primeras Naciones tienen sabiduría
de la cual fuimos privados a causa de la colonización
y por la industrialización,
y la propaganda
de todos los gobiernos y corporaciones.
Entonces, reencontrar nuestra naturaleza humana,
es reencontrando nuestras raíces,
desarrollándolas,
de manera a que puedan crecer,
emanciparse, florecer y dar fruto.
Todos los años,
vamos a Quebec y plantamos un árbol,
con el permiso de la Comisión
de los Campos de batalla nacionales,
para simbolizar la reconciliación.
Y que eventualmente, los niños que han plantado este árbol
puedan llevar a otros algún día,
para jugar bajo este árbol
y beneficiarse de su sombra y de sus frutos.
Y que la tradición se perpetúe,
porque hay algo que crece
y que, si es bien alimentado,
va a dar
a todos las personas que van a ver este árbol,
un recuerdo de la valentía de nuestros ancestros,
pero también de la valentía de esta nueva genereación
que se levanta,
y que está lista para hacer un esfuerzo
para acercarse,
para reconciliarse.
Porque...
estamos motivados a quedarnos sentados en nuestro sofá,
a escuchar la televisión hoy.
Pero salir así, es como redescubrimos la vida.
No dejamos que el cine haga nuestra película,
somos nosotros mismos los actores.
Somos nosotros mismos que estamos enfrente del desfile
y que dirigimos ese desfile para todos nosotros.
Entonces, es un reconocimiento de la identidad de los unos y los otros,
es una celebración de la identidad de uno y del otro,
respetando la identidad del otro por las diferentes fuerzas,
los diferentes poderes, el conocimiento que ambos tenemos.
Ni el mundo de los no indígenas o el mundo indígena
es más listo el uno que el otro,
ni uno es más poderoso que el otro,
pero mientras estemos separados,
no tendremos poder para nada.
Hasta que trabajemos juntos,
entonces esos poderes que tenemos individualmente
podrán formar una identidad colectiva.
Y esa identidad colectiva,
que solamente tiene la oportunidad de renovarse aquí,
en este territorio, en esta región de Quebec,
que es, nuestra identidad humana.