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¿Has notado alguna vez
cómo la luna llena se ve más grande
cuando está cerca del horizonte
que cuando está sobre tu cabeza?
Si es así, no estás solo.
Las personas se han maravillado con este efecto extraño
desde la antigüedad
y, sorprendentemente, todavía no tenemos
una gran explicación,
pero no es por falta de intentarlo.
Algunas de las más grandes mentes de la historia,
Aristóteles,
Tolomeo,
Da Vinci,
Decartes
todos han lidiado con este problema
y no encontraron una explicación adecuada.
Una de las primeras ideas sugeridas
fue que la imagen de la luna en el cielo
en realidad es más grande cerca del horizonte.
Quizá la atmósfera terrestre actúa como una lente gigante,
que aumenta la luna cuando sale y se pone.
Pero esta explicación no cuadra.
En todo caso, la refracción de la atmósfera
haría que la luna pareciera un poco más pequeña.
Además, si en realidad se mide
el tamaño de la luna visible
en distintas posiciones,
no cambia en absoluto.
Pero entonces, ¿por qué aún así parece más grande
cuando sale?
Tiene que ser una ilusión óptica.
La pregunta es, ¿cuál?
Una explicación es la ilusión de Ebbinghaus,
donde dos objetos idénticos parecen diferentes
debido al tamaño relativo
de los objetos circundantes.
Aquí los dos círculos del centro tienen el mismo tamaño.
Quizá la luna parece más grande cerca del horizonte
porque está cercana a pequeños árboles,
casas
y torres a la distancia.
Pero cuando la luna está en lo alto,
está rodeada por la vasta oscuridad del cielo nocturno
y en comparación se ve pequeña.
Otra posibilidad es la famosa ilusión de Ponzo.
Si alguna vez dibujaste en perspectiva,
sabes que cuanto más cerca esté algo del horizonte,
más pequeño deberías dibujarlo.
Nuestro cerebro compensa automáticamente esto
percibiendo los objetos cercanos al horizonte
como más grandes de lo que realmente son.
Las dos líneas amarillas de este dibujo
tienen el mismo tamaño,
pero la superior parece más grande
porque interpretamos que se aleja
en el horizonte.
Así, entre Ponzo y Ebbinghaus,
parece que hemos resuelto el misterio
de la ilusión de la luna,
pero, por desgracia, hay algunos detalles
que complican las cosas.
Por un lado, si esto era solo el efecto Ebbinghaus,
cabría esperar que la ilusión de la luna
desaparezca para pilotos que vuelan encima de las nubes
dado que no existirían otros objetos más pequeños
cerca del horizonte.
Pero, de hecho, pilotos y marineros de alta mar
dicen ver la ilusión de la luna.
Por otro lado, si solo es nuestro cerebro que autocorrige
el tamaño de los objetos cercanos al horizonte,
es de esperar que la ilusión de la luna
sea visible dentro de un planetario,
donde todo el cielo,
incluyendo el horizonte,
se visualiza en una cúpula esférica.
Hay estudios que muestran, sin embargo,
que esto no es así.
Para empeorar las cosas,
parece que la ilusión de la luna desaparece por completo
si te agachas
y miras la luna entre tus piernas.
¡Esto se está poniendo ridículo!
Una de las explicaciones más prometedoras hoy
es la micropsia de convergencia.
Nuestro cerebro juzga la distancia a los objetos
y su tamaño aparente
por el enfoque de nuestros ojos.
Al mirar el horizonte,
tus ojos se centran en la distancia
y el cerebro sabe que estás mirando a lo lejos.
La luna aparece de cierto tamaño.
Tu cerebro piensa que está muy lejos,
y lo está,
por eso concluye naturalmente que la luna debe ser grande.
Pero al mirar hacia arriba el cielo nocturno,
no hay nada en lo que los ojos puedan centrarse,
así que se centran en el foco de descanso,
que es un punto a solo unos metros de distancia.
Ahora el cerebro piensa que la luna está mucho más cerca
de lo que realmente está,
por eso, naturalmente, concluye
que la luna no es tan grande como pensabas.
En vez de explicar por qué la luna
se ve tan grande cerca del horizonte,
la microspia de convergencia explica
por qué la luna se ve tan pequeña en lo alto.
¿Aún no satisfecho?
Bueno, francamente, muchos científicos tampoco
por eso crece el debate sobre la ilusión de la luna
y puede continuar siempre y cuando la sigamos viendo
en el cielo nocturno.