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"¡Necesito un héroe!"
Mucha gente en dificultades ha dicho esto,
pero, ¿por qué?
¿Qué tipo de héroes necesitamos?
¿Realmente necesitamos héroes?
Bueno, si vemos la literatura
en libros,
guiones de cine,
o, de teatro,
la respuesta es, ¡sí!
Pero, los héroes vienen en todas formas y tamaños,
dependiendo de lo que hay que enfrentar.
Primero, están los héroes épicos.
Los héroes épicos vienen de una familia famosa,
tienen una fuerza sobrehumana,
son muy bien parecidos.
Asumen retos como nadie
y triunfan.
Tienen grandes viajes y aventuras,
algunas sobrenaturales
y, otras, aquí en la Tierra.
Beowulf hace todo eso.
Viaja por el mar con su banda de guerreros
para ayudar a otro rey a derrotar a un monstruo sobrenatural
que ha estado aterrorizando a su reino.
Derrota al monstruo
y a la madre del monstruo
en una batalla épica,
y luego regresa a casa
y se convierte en rey.
En su vejez, debe enfrentar un monstruo más,
una amenaza más de la que debe librar a su pueblo,
un dragón.
Como héroe épico
por supuesto gana,
pero también es humano,
por eso también muere.
Pero deja un legado de historias
para inspirar a otros, incluso hoy.
Luego tenemos al héroe trágico.
El héroe trágico, por lo general, es un líder o un personaje poderoso
que además tiene defectos
y esos defectos generalmente lo conducen
a una muerte horrible y trágica.
Tomemos la historia de Edipo Rey, por ejemplo.
Un día, un joven viaja a una ciudad llamada Tebas.
En el camino mata a un hombre
por no ceder ante él;
es el primer caso documentado de furia en el camino.
Él también derrota a una criatura mágica
y se lo recompensa nombrándolo Rey de Tebas,
y, por ende, casándose con la reina.
Bueno, eso no es trágico, ¿cierto?
¡Error!
La reina con la que acaba de casarse es, ¡su madre biológica!
Se suponía que Edipo había sido asesinado
de niño por un sirviente,
pero en vez de eso fue dado a otra familia.
Ah, y el hombre al que mató en el camino,
el anterior Rey de Tebas,
era su papá.
Así que mató a su padre y se casó con su madre.
Eso es bastante trágico.
¿No les pareció muy trágico?
Vean esto.
Romeo Montesco es un hombre nacido en una familia rica
y conoce a Julieta, el amor de su vida, en una fiesta.
Pero Julieta es de una familia diferente
que odia a la familia de Romeo.
En lugar de ser paciente
y sortear las diferencias familiares,
Romeo decide que debe tener su amor ahora,
y su impaciencia lo lleva a derramar sangre y a la muerte,
la propia y la de Julieta.
Pasemos a los héroes románticos.
Puede que parezca que estos muchachos
tuviesen una mejor vida amorosa y más oportunidad de ser felices,
pero eso no siempre es así.
Estos héroes son emocionales
y muy humanos.
Pero tienen un componente mágico.
Algunos tienen un nacimiento milagroso
y luego son separados de sus familias.
Otros usan espadas encantadas
o reciben ayuda de frijoles mágicos.
También pueden rechazar las expectativas de la sociedad
y adherirse a sus propios códigos morales.
Y, al final,
el héroe triunfa sobre el mal de manera idílica,
pero a costas de un gran sacrificio personal y emocional.
El Rey Arturo es un buen ejemplo de héroe romántico.
Claro, fue rey y se casó con el amor de su vida,
pero también fue asesinado por su hijo,
que nació fuera del matrimonio,
y su esposa lo engañaba con su mejor amigo.
Así, a pesar de que, también, como Beowulf, fue un gran rey,
sufrió mucho más
por el bien supremo de la sociedad,
lo que lo hace más humano y nos conecta más a él.
Hay distintos héroes para distintas situaciones.
A veces necesitamos el guerrero fuerte
para eliminar los males del mundo.
Otras veces,
necesitamos una persona común que se agigante
para poder inspirarnos a ser mejores.
Entonces, ¿necesitamos héroes?
¡Por supuesto!
Sin importar el tiempo o el lugar,
aún necesitamos creer en algo.
Los héroes nos recuerdan lo bueno que hay en nosotros,
la necesidad de esperanza
y la importancia del conocimiento.