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Descubre cómo conducir sobre hielo de la manera más segura. ¡Empieza la diversión!
Me llamo Damien, soy piloto instructor. Hace 15 años que practico automovilismo
y desde hace 6 años voy a Suecia para dar clases sobre hielo.
La regla nº 1 del pilotaje en circuito y del pilotaje sobre hielo, es la vista.
Se trata de anticipar y vislumbrar a lo lejos los puntos que nos interesan.
Por eso una de las dificultades con las que tropiezan la mayoría de los participantes al principio, es la sensibilidad.
Estamos sobre el hielo, y tomando como referencia un coeficiente de 1,
la adherencia queda reducida a entre el 0,2 y el 0,3, es decir, es muy escasa.
Cuando se circula sobre la nieve, lo primordial es tener el material adecuado.
Por eso utilizamos neumáticos con clavos.
Si tuviéramos que circular sobre nieve en Francia,
habría que adaptarse y usar unos neumáticos de invierno.
Otro aspecto importante al circular sobre hielo, es procurar hacerlo lo más suave posible.
Hay que adaptarse a la adherencia del neumático y por eso
hay que intentar conducir con la mayor suavidad y fluidez posible.
Y ello exige una gran sensibilidad en todos los mandos.
Con el volante, es necesaria una gran rapidez de ejecución de movimientos.
Eso significa que hay que anticipar al máximo con el vehículo,
y más teniendo en cuenta que aquí trabajamos con coches
que no disponen de ningún dispositivo de asistencia a la conducción, ni siquiera ABS.
Ahora estamos en el circuito de Écuyers. Lo hemos elegido porque el trazado es relativamente sinuoso,
y nos permite empezar a trabajar los deslizamientos y el equilibrio del coche.
Al llegar a una curva lo primero que hay que hacer es frenar y girar el volante.
Con ello se desestabiliza el coche y empieza a patinar.
Acto seguido pisaré el acelerador en la curva para que el coche siga deslizándose.
El coche pivota y contragiro el volante.
Lo que hago entonces es pisar el acelerador y colocar la parte delantera del coche en el eje de salida de la curva.