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Las esperanzas del Norte recaen ahora directamente sobre el general Grant. . .
. . .mientras que Jefferson Davis se aferra al convencimiento. . .
. . .de que Lee llevará al Sur a la victoria.
MAYO DE 1864
Todo despejado, general. Hay que llegar al empalme antes del anochecer.
Mientras repone suministros telegrafiaré al general Grant. . .
. . .para decirle que estamos en camino.
¡Emboscada! ¡Atrás! ¡Rebeldes al frente!
¡Vamos, chicos! ¡Bajense de ahí! ¡Fuera de ahí!
¡Agarren a los prisioneros del tren!
¡Soldado!
Un general de la Unión se merece una bienvenida más respetuosa.
Suéltale.
- Coronel John Mosby, a su servicio. - General George Hazard.
Debe perdonar a mis hombres. La mayoría son granjeros.
Pero de noche, se convierten en soldados.
Están más que enfadados con su general Custer. . .
. . .que les llama guerrilleros rústicos.
- Las pasiones de la guerra. - Sí. Dijo que colgaría a mis hombres. . .
. . .como represalia por la comida y el material yanqui que. . .
. . .hemos confiscado. Suerte para usted, señor. . .
. . .que no haya cumplido su amenaza. Si no estaría ahora. . .
. . .colgado de una soga, en lugar de en camino de la prisión de Libby.
Buenos días, general.
- ¡Descarguen esas armas! - ¡Empléales a fondo!
¡Descárguenlas! ¡Vamos!
Sargento, asegúrese de que esto les llega a sus familias.
¿Qué diablos hace ella aquí?
Lo siento, doctor. Es todo lo que puedo hacer.
La morfina y los polvos de Dover escasean bastante.
Capitán.
Sra. Barclay, ¿qué diablos hace usted aquí?
Los yanquis pueden volver en cualquier momento. Es peligroso.
Ya le dije que sé cómo cuidarme. Si me disculpa, tengo trabajo.
Doctor, lo que no utilice debe enviarse. . .
. . .al hospital de campaña cuanto antes.
A no ser que Lee tome Washington, tardaremos en recibir más.
Vaya, nunca imaginé que te encontraría aquí.
Vete a casa.
¿Es todo lo que vas a decirme: ''vete a casa''?
Esperaba algo más afectuoso.
Mira a tu alrededor, Augusta.
¿Qué esperas en medio de todo esto?
Pensaba que al menos podríamos ser amigos.
¿Es eso lo que quieres?
¡Augusta!
¡No!
¡Lo siento!
Lo siento.
¡Fuego!
- No pasa nada, esta bien, estoy aquí. - La pistola. Estalló.
- Ya se ha acabado. - No, Gus. Nunca se acabará.
Y continuará hasta que muramos todos, como Pell, como los que he matado.
No, no te hagas eso a ti mismo.
- Tenía que haberte dejado marchar. - Quiero estar contigo.
lgual nunca volveré a verte.
Ahora eres parte de mí.
Te amo.
¡Formen filas!
- ¡Señor! Todos presentes. - Veo botas sucias, teniente.
Eso lo toleraría al final, pero nunca al principio.
¡Voy, señor!
Malditos rebeldes. Francotiradores otra vez. Llévate un pelotón, aniquílalos.
Sí, señor. ¡Sargento! Forme un pelotón y síganme.
¡Los tenemos detrás!
¡Malditos yanquis!
¡Hay que moverse! Salgamos de aquí. ¡Vamos!
Está muerto. Vamos, vamos.
Rápido, rápido, rápido.
Cúbranme.
- ¡Billy! - ¡Agáchate!
- Tres francotiradores. - ¡Cubran el otro flanco!
Debía saber que ibas a traer a todo el ejército.
No me queda munición.
¿Qué, tienes pensado tirarles bellotas?
- ¿Tú tampoco tienes? - Ya dejé viudas a muchas. . .
. . .en Gettysburg. No vendrá de una.
Vas a desear haber muerto después de que haya acabado contigo el coronel.
- ¿Por qué has vuelto, Billy? - Porque dije que lo haría.
No es excusa. El viejo echa humo porque estamos metidos en las tiendas. . .
. . .en vez de estar atacando a los rebeldes.
- Eso llegará enseguida. - Bueno. . .
Lincoln va a traer a ese bulldog de Grant desde el oeste y. . .
. . .lo va a mandar tras Lee.
Es el tipo de hombre que necesitábamos.
Ése huirá con el primer gruñido de Lee y saldrá pitando al norte, como los otros.
¿No crees?
- ¿No te parece, Billy? - No lo sé.
- Bienvenido, teniente. - A sus órdenes, señor.
Teniente Hazard.
Se fue siendo un desertor, y vuelve siendo un tonto.
Me fui por. . .
El teniente Hazard fue por los francotiradores.
No le defienda, Bodford.
Sé que los hombres echan de menos a sus esposas. . .
. . .pero si todos hicieran como usted. . .
. . .Jeff Davis estaría sentado en el porche de la Casa Blanca.
- Sé que fue una equivocación, señor. . . - Una equivocación no, teniente.
Estupidez, temeridad, irresponsabilidad. Todas esas palabras se quedan cortas.
No puedo cambiar el pasado. Pero he sido un buen oficial antes. . .
. . .y lo volveré a ser. Deme una oportunidad.
Debería devolverle con los grilletes puestos.
Pero necesito oficiales urgentemente.
- Estoy listo para combatir. - Ya puede jurar que combatirá.
Le pondré al mando de los tiradores.
El sargento Carter tendrá orden de de dispararle si vuelve a huir.
Vuelva con su compañía, teniente. Y cuando esto termine se. . .
- . . .las verá con un tribunal militar. - Sí, señor.
- ¿Estás bien? - Sí, teniente.
Si nos pillan en el bosque, será como jugar a la gallinita ciega.
Estaremos camino a Richmond antes de que Lee se percate de que vamos al sur.
¿Qué crees que está pasando?
- Si hubiera sureños, oiríamos disparos. - Mira, es el general Grant.
Así que ése es el héroe de Vicksburg.
- No es gran cosa. - Pero, ¿qué dices?
lncluso desde aquí se ve que atravesaría un muro con la cabeza.
Bueno, si tiene ganas de lucha, Lee se la dará.
Eso es lo que quiere Grant.
Como Tommy se muere por ser soldado. . .
. . .tengo algo para él.
A este ejército le dieron en el trasero hace un año en este mismo bosque.
Mira lo que se dejaron cuando se piraron hacia el norte.
Eso les pasa a los tamborileros cuando se acercan demasiado. . .
- . . .a esos infernales rebeldes. - ¡Kent!
No puedo perder más tiempo con ustedes. El coronel quiere. . .
. . .que sitúe a los tiradores en los flancos.
Adivina quién va a llegar primero a capitán, teniente Hazard.
- No le hagas caso, Tom. - Tira eso, Tom.
No, señor. Se merece un entierro. Era un valiente soldado. Lo sé.
Al anochecer tendremos al ejército entero al otro lado del maldito río.
¿No hicimos un trato hace unos pocos meses?
No beberías una gota si yo dejaba de blasfemar.
¿Quién sería el primero en echarse encima si vuelvo a beber?
- Yo. - No se hable más.
Saborea el momento. Te has encargado de un ejército marchitado. . .
. . .machacado y exhausto, y lo has resucitado.
Disculpe, general. Me llamo Crawford, del New York Tribune.
Sr. Crawford.
Aquí es donde *** casi pierde la guerra el año pasado.
¿Por qué no avanza hacia el otro flanco de Lee?
Si nos movemos rápido, igual no tenemos que luchar en este bosque.
Se dice en Washington, general Grant, que Lee le espera para darle. . .
. . .la misma paliza que le dio a McClellan, Burnside, ***.
¿Me he olvidado de alguien?
Le gustaría añadirme a esa lista, ¿verdad?
No quiero faltarle al respeto, pero las madres norteñas están hartas. . .
. . .de mandar a sus hijos a morir en Georgia y Virginia. . .
. . .para que los rebeldes no tengan su país. . .
Sr. Crawford. Nadie está más harto que yo de esta guerra.
Por eso vamos al sur, para terminar con esto cuanto antes.
Lincoln dijo en Gettysburg que protegiéramos esta nación. . .
. . .para que no perezca el gobierno del pueblo.
Los de la prensa nunca prestaron mucha atención a eso, ¿no?
Si me disculpa.
Si Lee quiere detenernos antes de Richmond. . .
. . .tendrá que hacerlo en campo abierto.
Si nos agarra en el monte habrá que darle batalla.
Exacto. No quiero sólo tomar Richmond.
Quiero destruir el ejército de Lee. Le combatiré donde sea.
¿Sin importar la estación o el tiempo?
Sherman va tras Johnson en Georgia. Yo machacaré a Lee en Virginia.
Nunca se les ha atacado en todos los frentes.
Los ataques no se limitan al campo de batalla.
Vamos por ciudades, pueblos, campos, fábricas.
¿Vas a atacar tras las líneas?
Planeo darle a Phil Sheridan la caballería y dejarle a su aire.
lmagino que si no es una victoria total supondrá nuestra derrota.
Ese periodista tiene razón. La gente está harta de la guerra.
Si no destruimos el ejército de Lee, Lincoln podría perder en noviembre. . .
. . .y la Unión. . .
. . .desaparecería para siempre.
Sólo la rendición incondicional nos traerá una paz duradera.
5 de mayo de 1864 El monte, Virginia del Norte
¡Mátenlos a todos!
¡Mátenlos a todos!
¡Atrás!
¡Teniente!
¡Kent!
Maten.
- ¡Les mataré! ¡Les mataré! - ¡Kent! ¡Kent!
¡Les mataré a todos! ¡Te mataré a ti también!
Nos retiramos antes de que los rebeldes ataquen de nuevo.
Vamos.
- Voluntarios para llevar una camilla. - ¡Yo!
Sáquenlo de aquí.
- Necesitamos un hombre, Tommy. - Yo puedo.
Está bien. Pero tendrás que llevarlo un buen tramo.
Si cuentas a alguien lo que ha pasado. . .
- Kent. - Va en serio, Hazard. Ni una palabra.
Voy a conseguir ese ascenso. ¿Me oyes? ¿Me oyes?
Lo que oigo es a un hombre desmoronándose por dentro. Cálmate.
Billy, vámonos. Viene una división entera de rebeldes hacia nosotros.
Saquemos a los heridos y volvamos a formar al otro lado de Plank Road.
Grant deberá retirarse o perderá el ejército.
Nunca pensé que iba a permitir que pasara esto.
Señor, la guerrilla de Mosby ha capturado al general Hazard.
Y han matado al general Hays defendiendo Plank Road.
La situación por la derecha es pésima. Sedgwick está flanqueado y desviado.
Tenemos toda esa ala atrapada.
General Rawlins, nos han vapuleado tanto como a *** en Chancellorsville.
Tendrá que retirarse.
Tonterías, coronel. Hemos enviado refuerzos a Sedgwick.
No es suficiente. Es demasiado tarde, señor.
Lee nos ha sorprendido, engañado, y eludido durante dos malditos años.
Conozco su táctica. Mandará todas sus fuerzas entre nosotros. . .
. . .y nos dividirá por la mitad. Podría atrapar a todo el ejército norteño.
¡Caballeros!
Sé que no puedo blasfemar, pero esta vez voy a hacerlo. . .
. . .porque estoy hasta los cojones de oír lo que el general Lee nos va a hacer.
Hay que empezar a pensar en qué le haremos nosotros a él.
No me digas que está a punto de hacer una voltereta doble y aterrizar en. . .
- . . .la retaguardia y los flancos a la vez. - La situación es desesperante.
Nunca he estado en una batalla que no haya sido desesperante, coronel.
Un momento tan *** puede que. . .
. . .oculte una oportunidad.
Sólo hay que encontrarla.
Es posible que podamos cruzar el río e ir rumbo al norte antes de que ataque Lee.
Salvaremos este ejército, caballeros. . .
. . .si sacamos a los hombres y los ponemos otra vez en camino.
No hacia el norte. . .
. . .sino hacia el sur.
Éste ha sido nuestro último paso atrás.
A la izquierda, camino del juzgado de Spotsylvania, e intentaremos. . .
- . . .meternos entre Lee y Richmond. - ¿Puede un ejército derrotado. . .?
Si no admitimos la derrota. . .
. . .no hemos sido derrotados.
El general Rawlins les dará sus órdenes.
John, espero tener razón.
La tenga o no, señor, puede que sea el punto de inflexión de la guerra.
Sra. Grady. Sra. Grady.
Sé que lleva dos días sin dormir, pero. . .
. . .la Sra. Neal quería que la despertara en cuanto llegaran los heridos.
Lo siento, señora.
Los más graves van junto a la tienda del cirujano.
Con cuidado. Tranquilízalo.
Señora, este rebelde tiene mala pinta.
- No creo que sobreviva. - Me duele mucho.
No tenemos camas. Póngalo en el suelo.
Tal vez podamos quitar a uno con menos dolores.
He dicho que lo deje en el suelo, Sr. Shain.
Sí, señora. Déjenlo en el suelo.
Agua. Denme agua, por favor.
Ay, Dios, cómo me duele.
¡Agua!
¡Sra. Grady! Que habiliten una cama para él inmediatamente.
Pero, primero, dele agua y adminístrele morfina.
Sra. Neal, no tiene ningún derecho.
Haga lo que le he dicho.
Y en cuanto atienda a estos hombres, preséntese ante mí. ¿Está claro?
Sé que está haciendo dos turnos, pero ésa es su elección.
Desde hace algún tiempo, Sra. Grady. . .
. . .me he percatado de que a los heridos sureños les da menos cuidados.
- Eso no es verdad. - Lo he visto yo misma. Más de una vez.
Los soldados enemigos son siempre los últimos en recibir sus atenciones.
¿Me está acusando de negligencia?
No tengo pruebas reales, sólo su actitud.
Pero le advierto que si eso no cambia. . .
. . .y a pesar de la falta de enfermeras. . .
. . .presentaré cargos contra usted por negligencia.
¿Por qué?
¿Por no tener camas suficientes?
¿Por tardar en darle agua. . .
. . .a un hombre porque estás ocupada para dársela a 20?
Eso a mí no me parece negligencia.
Parece más la guerra.
Juró que atendería por igual a todos.
Si en el futuro veo más pruebas de su actitud ante los sureños. . .
. . .haré todo lo posible para que la destituyan del Cuerpo de Enfermería.
El informe dice que Grant ha destruido otros 160 km de nuestras vías.
Dígale a Johnson que en 3 días nos reuniremos. . .
. . .para planear mandarle refuerzos.
Tal vez sea mejor que parta esta noche, señor.
Cada día Vicksburg tiene más pinta de ser un desastre.
Al rendirnos, perdimos Mississippí y ahora la nación está partida en dos.
El general Lee ya tiene suficientes problemas.
lntentando reparar sus bajas en Gettysburg.
Señor, ¿se encuentra bien?
- ¿El despacho del general Main? - Debe esperar fuera, señor.
Soy Enos Haller. El general me ha llamado.
- Está bien. Pase, Sr. Haller. - Señor.
- Le agradezco que haya venido. - Dijo que era urgente, señor.
Acabo de recibir una carta de mi mujer.
Sr. Haller, en estos momentos no puedo ir a buscarla yo.
Debe hacerlo usted por mí.
Ojalá pudiera, pero. . .
Tengo entendido que es el mejor investigador de Pinkerton.
Da igual lo que cueste, señor, tiene que ayudarme.
Soy consciente de su situación, general.
Tal vez pueda ofrecerle mis servicios.
Gracias.
Le daré toda la información que pueda. . .
. . .pero sugiero que empiece en Charleston.
- Haré todo lo que esté en mi mano. - Sé que lo hará.
Charleston, Carolina del Sur
Voy a tener que marcharme ya, señora.
Pero mi hermana se quedará, y es una enfermera maravillosa.
Y va a atender a su pequeño y a usted muy bien.
Gracias, Sra. Nix.
De nada. Es el bebé más precioso al que he asistido en un parto.
¿Cómo se llama, señora?
Orry. Orry Nicholas.
- Hijo. - Ah, ¿le ha puesto el nombre del padre?
Así es.
Como su padre.
Virginia del Norte
¡Camilleros! ¡Vienen heridos!
Vaya, ¿quién iba a pensarlo?
Tenemos el honor de recibir a un general de la Confederación.
Con cuidado.
Con mucho cuidado. Que no se mueva mucho.
Hay que asegurarse de salvar a éste. Para interrogarle.
Hay un catre en la parte de atrás. Lo examinaré primero.
Sí, señora.
¿Madeline?
Sr. Shain, este hombre necesita que le operen inmediatamente.
Sí, señora.
Tiene mucha fiebre y debe cortarse la infección antes de que se extienda.
No, general, no intente levantarse.
Pasarán días antes de que recobre las fuerzas y se tenga en pie.
No tengo que ponerle el termómetro para saber que está usted ardiendo.
No malgaste su energía hablando. Lo ha pasado bastante mal.
La última vez que nos vimos, querías verme ahorcado.
Quiero que beba mucha agua.
Quiero que se quede en cama hasta que le diga que se puede levantar.
O le ahorcaré yo misma.
Sí, señora.
Virgilia.
Gracias.
En este hospital todos reciben la misma atención.
Sólo cumplo órdenes, general Main.
No puedes impedir que te esté agradecido, Virgilia.
¿Me has oído? Más te vale que sigas andando.
O te llevaré a patadas hasta Front Street.
Mírame cuando te hablo, muchacho.
Por favor, señor, no puedo dejar a mi familia.
- No tienen a nadie más que a mí. - Calla y camina.
Deje a ese niño.
- ¿Cómo dice, señora? - Que le suelte.
No tiene derecho a obligarle.
Tengo el derecho a reclutar esclavos cuando me dé la gana.
Y necesito que caven unas trincheras en las afueras.
Pero es sólo un niño.
Bueno, supongo que es culpa del Sr. Lincoln, ¿no, señora?
Su ejército libera a estos morenos para que vagabundeen por ahí.
Y le quiten el pan y el trabajo al hombre blanco.
Me niego a discutir con usted, sargento. No se lo va a llevar.
Mi padre era un hombre importante en Charleston. . .
. . .y conozco a un montón de gente influyente.
Podría hacerle la vida muy difícil si insiste en reclutar a un niño.
De todas formas, está demasiado enfermo. Ande, lléveselo.
Probablemente no conseguiría ni llegar al frente, ¿verdad?
Le diré una cosa, señora.
Yo no interferiría en ningún asunto oficial del gobierno si fuera usted.
Le garantizo que lo lamentará.
¿Qué están mirando? Vamos, andando. ¡Andando!
Gracias, señora.
- ¿Cómo te llamas? - Michael.
Michael, ¿dónde vives? Te llevaré a casa.
No, señora. No sería una buena idea.
Está en las afueras de la ciudad y no es muy seguro.
Pero está lloviendo y ya tienes un buen resfriado, ¿no es verdad?
Michael.
Estaba preocupada.
Los soldados casi me llevan, pero esta señora me ha salvado.
- ¿Cómo te sientes, mamá? - Un poco mejor, hijo.
Ha viajado mucho, ¿verdad?
Sí, señora.
Desde Tennessee.
Quemaron la casa de nuestro amo, todas las dependencias.
Nos dijeron que éramos libres.
Y tuvimos que irnos.
lntentamos encontrar comida y medicamentos, pero no había suficiente.
Hoy tampoco he podido encontrar nada, mamá.
No hay ningún trabajo pagado.
Michael, ven conmigo. De alguna forma encontraremos comida y medicamentos.
Pero, señora, no podremos devolverle el dinero.
No quiero nada a cambio.
Sólo quiero ayudar.
Verá, yo también he perdido mi casa.
¿Por qué me miras así, Michael?
Es que no lo entiendo, Srta. Madeline.
¿Por qué quiere gastarse el dinero en gente como nosotros?
A veces, la mejor forma de olvidar a un ser que has perdido. . .
. . .es ayudar a otro.
¿Se refiere a su marido, señora?
- ¿Le han matado en la guerra? - No.
Simplemente, no puedo estar con él.
Es una pena, señora. Sobre todo para una dama tan bonita como usted.
AZÚCAR ARROZ
Eh, eh, para.
Vaya, vaya, menudo carruaje para pasearse por este barrio.
Miren. Parece que nos ha tocado la lotería, chicos.
Aquí hay comida para todo un mes.
Suélteme, suelte.
- La comida es para los necesitados. - Yo estoy muy necesitado, señora.
Seguro que conoce esas necesidades.
- Déjela en paz. - Suéltenle.
¿Quieres que te retuerza el pescuezo, niño?
Suelten a la señora.
Y, ahora, desaparezcan.
Si les vuelvo a ver en cualquier parte, les mato. ¿Me entienden?
- ¿Estás bien, hijo? - Sí.
- ¿Le han hecho daño, señora? - No, estoy bien.
Él tenía razón, esta zona es peligrosa.
Pasando la carretera, eres el objetivo de la gentuza.
Los hombres se emborrachan y van por mujeres.
No me diga.
¿Y qué hace usted aquí?
Un hombre con inclinaciones rebeldes como las mías va a todas partes.
Me llamo Raphael Beaudeen, mis amigos me llaman Rafe.
- Usted es la señorita. . . - Señora.
Sra. Picard.
Encantado.
Sra. Picard, ¿puedo volver con usted a Charleston?
lba de camino al campo de refugiados.
Y ésa sigue siendo mi intención.
La acompañaré hasta allí, y después volveré con usted cuando esté lista.
Le agradezco su ayuda, Sr. Beaudeen. . .
. . .pero no es necesario.
Le puedo asegurar, señora, que sería un placer.
Antes de la guerra, esta pensión era conocida. . .
. . .por el número de amantes de hombres ricos que aquí vivían.
¿Está usted suponiendo que soy. . .?
¿Una de esas mujeres?
Bueno, si lo es, no se lo tendría en cuenta. Es usted demasiado bella.
Pues se equivoca.
No soy ninguna amante.
Vivo aquí porque es el sitio más barato que he podido encontrar.
Gracias, Sr. Beaudeen.
¿Puedo subir con usted?
Un hombre como usted no debería preguntar eso.
Adiós, señor.
Adiós, Sra. Picard. Espero volver a verla muy pronto.
¿Dónde has conocido a ese hombre?
¿Al Sr. Beaudeen?
Hoy me ha prestado un servicio.
Una no se relaciona con él. . .
. . .si se tiene clase.
- ¿Por qué no? ¿No es bien aceptado? - Es mucho peor que eso.
Es de una buena familia de Virginia.
Primo segundo de mis primos. Por mi lado materno.
Abandonó el ejército, querida.
Rafe Beaudeen era comandante condecorado por valentía en Manassas.
Después, dejó el ejército. . .
. . .bajo misteriosas circunstancias.
- Seguro que tendría sus razones. - No fue porque le hirieran.
Y no volvió con su familia, y eso que habían matado a su propio hermano.
Se rumorea que le pidieron renunciar a su comisión.
Aunque nadie sabe por qué.
Entonces es mejor que la gente no especule tanto.
¡Vaya!
Ayúdeme, ayúdeme.
Tranquilícese. Este hombre necesita ayuda.
Celadora. ¡Celadora!
- Este hombre necesita ayuda. - Ayúdeme.
- Tranquilo. - ¡Camilleros!
- Sí, señora. - Dense prisa.
Dígale al Dr. Crawford que debe examinar a este hombre.
¿Doctor?
Doctor, tenemos otro.
Está bien, ya voy.
Es muy buena en su trabajo.
En el campo de batalla, un capitán me dijo que habían hecho una tregua. . .
. . .para intercambiar tabaco de Virginia y azúcar y café yanquis.
¿Qué me dice? Llevo semanas aquí.
¿No cree que deberíamos hacer una tregua, Virgilia?
¿Qué quiere decir?
¿lntercambiamos noticias sobre la familia?
A la cama, antes de que la Sra. Neal crea que maltrato a un general confederado.
- Estoy ocupada. - lmagine. . .
. . .lo que le gustaría a Brett saberlo todo sobre Billy.
La verdad es que no tengo contacto con mi familia.
Virgilia.
Por favor.
Vi una vez a Billy al comienzo de la guerra y estaba bien.
No he visto su nombre en ninguna lista de bajas.
Gracias a Dios.
- ¿Y George? - No lo sé.
¿Sra. Grady?
¿Puedo hablar con usted un momento?
Discúlpenme.
El capitán acaba de enviar órdenes.
El general rebelde debe ser llevado a la prisión para ser interrogado.
Ese hombre no debe moverse hasta que el médico lo vea primero.
Sí, señora.
Parece que no va a quedarse mucho más con nosotros, general Main.
Eso es lo que esperaba.
Bueno, supongo que ya no tendremos. . .
. . .más tiempo para hablar, así que. . .
Me gustaría decirle una cosa.
Debería estar muy orgullosa del trabajo que hace aquí.
Y le deseo lo mejor, Virgilia.
Yo también le deseo lo mejor, Orry.
¿Adónde va, general?
¡Guardias, guardias!
El prisionero escapa por el puente sur. Está huyendo.
Su general rebelde acaba de largarse.
Nunca se puede fiar uno de un confederado.
¡Vamos, deprisa!
Prisión de Libby, Richmond, Virginia
Metan a los nuevos dentro.
- Vamos, a moverse. - Bajen del carro.
- Deprisa. - No paren, escoria.
- Dios mío, ¿a qué apesta? - Huele a alquitrán quemado.
Es para contrarrestar su olor a yanqui.
Y, ahora, chitón.
No les quiero oír hablar entre ustedes, prisioneros.
Bienvenidos.
Soy el capitán Turner.
Me llamarán ''señor'' .
Éste es el cabo Strock, es mi mano derecha.
Sus apestosos cuerpos serán registrados. . .
. . .en busca de armas o dinero. . .
. . .que hayan podido pasar a escondidas.
Así que todos a desnudarse.
Ya.
Ya veo que voy a tener que demostrarles que lo que digo va en serio.
Si le tocas, eres hombre muerto.
Te romperé la cabeza.
Creo que les he dicho que se quiten la ropa.
Después les llevaré a sus nuevas dependencias.
Siguiente.
Abre la boca.
Podría hacerlo con esto. . .
. . .pero no te quedaría ni un diente.
Ábrela más, más.
Escúpelo.
Escúpelo.
Vaya, vaya, vaya.
Mira qué hay aquí.
Diez dólares yanquis.
¿Ven? No pueden esconder nada en ningún sitio. . .
. . .porque lo encontraremos.
lncluso si hace falta ponerles del revés.
Ya me entienden.
Bueno, ahora que hemos terminado. . .
. . .con los bienes materiales. . .
. . .creo que es el momento de trabajar. . .
. . .en lo espiritual.
Tienen que aprender lo que son ahora.
Ya no son ni oficiales ni caballeros.
No, señor.
Lo que son es. . .
. . .nada.
¿Me oyen?
Ahora son menos. . .
. . .que la escoria.
Son menos que la porquería.
¿Así que por qué no hincan la rodilla en la tierra. . .
. . .y me demuestran lo que son ahora?
¡Ahora mismo!
¡Destacamento, atención!
¿Quién demonios te crees que eres?
Soy el general George Hazard.
Somos oficiales de la Unión y. . .
. . .debemos ser tratados como tales.
- Te he dicho que me llames señor. - Lo único que eres es basura.
Muy bien, ¿quién es el siguiente?
Pónganse de rodillas ahora mismo.
¡En pie!
Vaya, vaya.
Eso está mucho mejor.
Al final va a resultar que serán buenos prisioneros.
¿Estás sordo, general?
Te he dicho que te pongas de rodillas.
Debemos ser tratados según las convenciones de guerra.
¿Quién es su oficial superior?
Mira a tu alrededor, escoria.
Mira a tu alrededor. ¿Ves a alguien más?
Yo soy el oficial superior.
Y no hay ninguna convención que no sea la mía.
Y, ahora, ponte de rodillas.
Si sigues desobedeciéndome, general. . .
. . .te voy a volar las tripas.
Y eso va por todos y cada uno de ustedes.
Como te he dicho, general. . .
. . .yo soy el superior.
Sr. Presidente, los yanquis solían llamarnos comefuegos. . .
. . .por nuestra firme creencia de que la Secesión era el único camino. . .
. . .si la forma de vida sureña quería sobrevivir.
Nadie estaba más decidido que yo a ser independientes del Norte.
Debe entender que necesite expresarme. . .
. . .cuando nuestro modo de vida se ve amenazado.
Por supuesto, Sr. Huntoon, exprésese.
Muchos de nosotros creemos que usted en nombre de la guerra. . .
. . .pisotea los derechos individuales de los estados sureños.
- Continúe. - Sabemos que trabaja demasiado. . .
. . .al acumular tantos poderes y responsabilidades en su persona.
Hago lo que debo.
Le instamos a delegar algunas de esas responsabilidades. . .
. . .en los que le rodean y en los propios estados.
Algo que sería coherente con la filosofía de la reclamada Secesión.
- Los derechos estatales son supremos. - ¿De qué sirven sus derechos. . .
. . .si no hay nación que los proteja?
¿Cree que alguien en Washington nos servirá la libertad en bandeja de plata?
- Sr. Presidente. . . - Ahórrese su filosofía, señor.
Primero debemos ganar esta maldita guerra como una sola nación.
Después ya nos ocuparemos de los derechos de los estados.
En estos momentos tengo otras preocupaciones más urgentes.
El general Lee está enfermo y desalentado.
Espero que no considere dimitir.
La Confederación está condenada sin Lee. Debe seguir.
Lo siento, Ashton.
Siempre lo sientes. Pero con sentirlo no basta. . .
. . .ya sabes a qué me refiero.
Es que. . . Esa mirada tuya. . .
. . .como si yo no estuviera presente.
- Me hace sentir. . . - No me culpes. . .
. . .de todos tus fracasos.
Lo siento, Ashton.
Es que toda mi vida he soñado con una gloriosa Confederación. . .
. . .y verla convertida en una pesadilla. . .
No vuelvas a sentir pena de ti mismo, James.
Es que nadie me hace caso.
Se me ocurren ideas y los compinches de Jeff Davis las ignoran.
Es frustrante, Ashton.
No es ni la mitad de frustrante que tú, James.
¿Ashton?
¿Adónde vas?
A dar un paseo. Estoy nerviosa.
Pero si es tarde.
Necesito aire fresco, James.
Huntoon es más payaso de lo que pensaba.
Basta ya, El.
Quiero a James, pero no veo por qué tengo que seguir casada con él.
Seguirás casada con él porque es imperativo para nuestro futuro éxito.
Estoy más que harta de esto.
No sé para qué necesitamos a James.
Primero, es una buena fuente de información sobre Hacienda.
Si el golpe tiene éxito, hay que saber todo lo que se pueda. . .
. . .sobre lo que pasa dentro del gobierno.
Tu marido también puede servirnos de otra manera.
He estado pensando en ello desde que tu hermano acabó con nuestro bloqueo.
Huntoon podría compensar parte del déficit. . .
. . .si decide aceptar mi oferta.
- ¿Cuál? - Ser. . .
. . .tras haber amañado el fallecimiento del Sr. Davis. . .
. . .vicepresidente de mi nuevo gobierno.
- Es perfecto. - Él financiará nuestros planes.
Y será el chivo expiatorio si algo sale mal.
Y si decide interferir. . .
. . .ese hombre no vivirá para ver nuestro imperio.
Eres un hombre apasionante, El.
En esto tienes toda la razón.
Es una tontería sacar todo el dinero del banco.
Acuérdate de dejar el mío.
Estoy siendo prudente, Ashton.
Lee no tiene suficientes tropas como para retener a Meade.
Pronto avanzarán sobre Richmond. Y necesitamos fondos si nos retiramos.
Tonterías. Elkanah Bent dice que no ocurrirá.
¿Bent? ¿Cuándo le has visto?
En una de esas infernales recepciones. Te acuerdas, ¿verdad?
Francamente, le he estado evitando.
Dice que quiere hablar conmigo. No sé si es de fiar.
Eres demasiado precavido, James. Él podría ser importante para tu futuro.
Parece que sabes mucho de él.
Por lo que me han dicho, tiene influencias.
Más que esos funcionarios de Hacienda que traes a casa.
Son mis amigos. Me apoyan mucho más que ese tal Jeff Davis.
Será porque no dejas de discutir siempre con él.
James, ¿por qué crees que doy todas esas fiestas?
Para ti. Para que podamos llegar a estar en el gobierno.
Y si eso no funciona, alguien como Elkanah Bent nos puede ayudar.
Lo comprendes, ¿verdad, James?
Hay que aprovechar todas las oportunidades de esta vida.
Su brandy, James.
Y su futuro.
- Es magnífico, señor. - Es brandy Napoleón.
Hombres como nosotros se merecen lo mejor, ¿no cree?
¿Hombres como nosotros?
Hombres con visión y valentía, señor.
Hombres con la voluntad y la capacidad de cambiar el mundo, como Napoleón.
Nunca me lo había planteado así.
Claro que sí. He oído sus discursos.
Es usted un hombre modesto, James.
Otros creen que es apasionado.
Saben lo poco que valora el gobierno de Davis sus grandes talentos.
¿A qué gente se refiere?
Son hombres de acción. Que no sólo deploran el gobierno. . .
. . .sino que intentan hacer algo al respecto.
Y ellos me han elegido a mí como líder.
Está hablando de derrocar al gobierno. Eso es traición.
¿Es traición salvar la nación, señor?
Me han dicho que Davis buscará la paz si en la guerra nos va mal.
¿Quiere volver a estar bajo el yugo de la Unión?
Por supuesto que no.
Entonces, ayúdenos.
Hágase uno de los nuestros.
- No sé si puedo. . . - Le aseguro. . .
. . .que no habrá violencia innecesaria. Cuando nos deshagamos de Davis. . .
. . .y devolvamos la fuerza a la Confederación. . .
. . .usted se instalará en el poder. . .
. . .como mi nuevo vicepresidente.
Hace que parezca. . .
Hace que parezca casi algo patriótico.
Es más que eso, James.
Es su destino.
Hospital de campaña de la Unión, Virginia del Norte
Vamos a entrar, venga.
Sujételo bien.
- Ya está. - Hay que ponerle un torniquete.
. . .ruega por nosotros, pecadores. . .
He identificado a los muertos. Sáquenlos. . .
. . .para hacer sitio a los heridos.
Esto es casi peor que lo del monte.
Grant está haciendo retroceder a Lee, pero, ¿a qué precio?
Póngalo ahí.
Con cuidado.
Pónganlo allí. Asegúrense de que. . . Eso es.
Cuidado.
Rápido. El médico dice que hay que hacerle un torniquete. . .
. . .para detener la hemorragia.
Un coronel rebelde. Aun así, espero que sobreviva.
Eso espero yo también.
Espero que todos sobrevivamos, Sr. Shain.
¿Se encuentra bien, señora?
No quiero volver a ver otras pinzas.
Ni otra sierra de cirujano.
O un carro de hospital durante el resto de mi vida.
Camilleros. ¡Camilleros!
Están llegando demasiados.
Saque a los que no se salvarán. También los he identificado.
Sí, señora.
Sra. Grady. . .
. . .si no se va a dormir pronto, desfallecerá.
¡Camilleros! ¡Camilleros!
- Este hombre está muerto. - Sí, señora.
Se ha desangrado.
- ¿Quién lo atendió? - La Sra. Grady, señora.
¿Sabe algo de esto?
No, señora.
La Sra. Grady me envió a sacar a los moribundos.
Me temo que no la vi terminar el torniquete.
¡Camilleros!
No sé de qué me habla.
El torniquete no estaba sujeto. Estaba desatado.
¿Quién sino usted podría ser responsable?
El propio coronel. ¿Ha pensado en eso?
Es imposible que en su estado hubiera hecho eso.
Uno de los celadores dijo que usted estaba actuando de forma extraña.
¡Miente!
Estaba cansada. Pregúnteselo al Sr. Shain.
Nunca mataría a nadie.
Eso no me lo creo, Sra. Grady.
Creo que es capaz de cualquier cosa, incluso de asesinar a un sureño.
Nunca le deberían haber admitido en el Cuerpo de Enfermería.
A partir de este momento se le releva del servicio.
¡No puede hacer eso!
¡No tiene la autoridad para hacerlo!
Pienso presentar contra usted cargos por asesinato.
Por el asesinato a sangre fría de ese coronel confederado.
Yo no le maté.
¡Ya estoy harta!
Esto es todo lo que me queda.
Y si me lo quita. . .
Perdí a Grady, y ahora. . .
No, no puede hacerlo.
¡Maldita sea! ¡No lo permitiré!
¡No lo permitiré!
- Señor. - Gracias.
¿Ha pasado una buena tarde, señor?
David, ya sabe cómo son esas recepciones del Congreso.
Rumores, chimes, y aburridas viudas aristócratas.
Gracias a Dios que hay pequeñas consolaciones.
¿Has preparado mi baño?
Sí, señor. Muy caliente, como le gusta.
Gracias. Puedes retirarte.
- Que pase una buena noche, señor. - Gracias.
Sam.
Virgilia, ¿qué demonios haces aquí?
He sobornado a una de tus criadas para entrar.
Es la única forma de verte a solas.
- Ya sabes que no debes venir aquí. - No tenía ningún sitio donde ir.
Sam, estoy en un lío tremendo.
Fui injustamente acusada, y agredí a la Sra. Neal. Creo que la he matado.
No.
Sigue viva, pero ha presentado cargos por asesinato.
No maté a ese coronel.
La Sra. Neal quería librarse de mí desde el principio.
Ahora ha encontrado la manera.
Baja la voz.
Ya te ha visto una criada.
No hace falta que se enteren los demás.
Llevas un arma. Eso precisamente no confirma tu inocencia.
La necesitaba para protegerme.
La encontré en las alforjas del caballo que me llevé.
Sam, por favor, ayúdame.
Virgilia, sé sensata.
No puedo meterme en un caso de asesinato. Sería un suicidio político.
Pero tú tienes amigos.
Nadie tiene que saber que fuiste tú el que frenó la investigación.
Virgilia, la última vez que te ayudé. . .
. . .te dije que la próxima vez no sería gratis.
Sí, lo recuerdo.
¿Y entonces. . .
. . .accedes?
No habría venido si no fuera así.
Espléndido.
El baño ya está preparado.
Sam, ¿por qué no te quedas?
Me desvestiré aquí, frente al fuego.
Son. . . Son. . . Son tres.
Tienen a la Srta. Augusta dentro.
Qué suerte tenemos, chicos.
Menuda belleza tenemos aquí.
Vas a lamentar mucho haber hecho eso. Mucho.
Te voy a quitar ese genio.
Te enseñaremos un poco de respeto.
¡Sargento!
Boz.
Ya pasó todo, ya pasó todo.
Ya pasó todo.
Ya pasó todo. Mírame. Mírame.
Ya pasó todo.
No se discuta más. Bébetelo.
Después de lo que has pasado, te vendrá bien algo fuerte.
No estoy acostumbrada al whisky.
¿Seguro que Boz y Washington están bien?
Con magulladuras, pero se repondrán.
Temía que esos yanquis los matarían.
Hemos enterrado tan hondo a esos animales, que nadie los encontrará.
He pasado tanto miedo.
Sólo podía pensar en que igual no te volvería a ver.
Dios mío, cómo te amo.
Te he amado desde la primera vez que te vi.
Vaya día de perros que hace hoy.
Aunque peor lo estarán pasando nuestros soldados.
Los secretarios Stanton, Chase, y Seward están en la sala de gobierno.
Y la mujer del general Hazard está aquí.
Sra. Hazard. Pase, por favor.
Dígales a los caballeros que sean pacientes. Ahora voy.
Sr. Presidente, es un honor, señor.
El honor es mío. . .
. . .y un placer también, señora, conocer a la esposa de. . .
. . .un oficial tan apreciado.
Aunque ojalá nos encontráramos en mejores circunstancias.
Por favor, siéntese.
Supongo que ya sabe por qué estoy aquí.
Estoy profundamente angustiado con el encarcelamiento de George.
Sé que el general Grant rehúsa hacer más intercambios de prisioneros.
No sólo el general Grant. Es también la opinión de este gobierno.
Esta guerra debe concluir lo antes posible.
Soy consciente de ello, señor.
Pero esperaba que escuchara a una esposa que quiere salvar a su marido.
Señor, la prisión de Libby es un infierno. Su estado es espantoso.
Sr. Presidente, se lo ruego.
Estoy desesperada. Por favor, sáquelo de ahí.
No puedo.
Si sólo tuviera un George Hazard del que preocuparme. . .
. . .hasta yo me ofrecería como intercambio.
Pero soy el Presidente, y debo mantenerme firme.
Señora, yo no dirijo esta guerra.
Ella me dirige a mí.
Todas las noches pienso en los 100.000 muertos y heridos.
Pero Jeff Davis sigue peleando encarnizadamente desde Richmond.
Ha rechazado mi oferta de amnistía y reconciliación. . .
. . .así que ya no podemos reponer las filas sureñas. . .
. . .devolviéndoles oficiales y hombres.
Es una guerra difícil, señora.
Entiendo por lo que debe de estar pasando. De verdad que lo entiendo.
Pero, señor, soy una esposa. Tiene que haber algo que se pueda hacer.
Bueno, yo. . .
Yo no puedo prometerle nada, señora, pero lo intentaré.
Gracias.
Sólo puedo pedirle que rece por George.
Eso está hecho, señora.
Mi más profunda gratitud. . .
. . .por el sacrificio de su familia.
Te lo dije, Constance. El Presidente no puede hacer nada.
Tiene que gobernar un país, y combatir una guerra.
Quizá George está mejor donde está. No le lisiarán o matarán en combate.
Constance tiene razón. Todos los días muere alguien en ese horrible lugar.
Debemos hacer algo más.
Stanley. . .
. . .conoces a importantes fabricantes norteños.
¿Es posible que alguno de ellos tenga algún contacto en Richmond?
Preguntaré. Pero eso llevará tiempo.
Tiempo es lo que le falta a tu hermano.
He estado pensando. Costará probablemente mucho dinero, pero. . .
. . .podríamos mandar un mensaje a Orry. Es un oficial de alto rango.
Tal vez haya algo que pueda hacer por George.
¿Sabes que mandar información a territorio enemigo es un crimen?
Me da igual lo que sea, lsabel, o lo que cueste.
Lo que importa es George. Hay que hacer todo lo posible.
- ¡Madre! - Ya basta, lsabel.
Constance. Qué maravillosa idea lo de Orry.
Yo conozco a alguien que apoya al Sur. . .
. . .y que es posible que nos consiga un mensajero.
Madre.
Vamos a enseñarle lo que les pasa a los renegados, ¿verdad, chicos?
Vamos, no íbamos en serio. De verdad. No iba en serio.
Bueno, bueno. . .
. . .¿de qué va todo esto?
lntentábamos ayudar a este chico.
Él lo tenía contra la pared.
Ya sabe lo que intentaba hacer. ¿Verdad, chicos?
¿Verdad, muchacho?
Te he hecho una pregunta, muchacho.
¿Quién ha sido?
Ha sido él.
Vaya, vaya, general.
Ésa no es forma de comportarse.
lncluso la escoria como tú debería saber esas cosas.
Supongo que habrá que darte una lección.
Amordácenlo, y sáquenlo ahí afuera.
Veremos en cuánto tiempo muere el general Hazard.
¡Señor!
El general Lander volverá la semana que viene.
No querrá tener que darle explicaciones por un general de la Unión muerto.
Sé lo que piensa sobre la brutalidad con los prisioneros.
Cabo Strock, no vuelva nunca a cuestionar mi autoridad.