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Cuando empecé en este trabajo en 2002,
no había salido nunca de Estados Unidos.
Ahora ya he estado en casi 30 países.
Básicamente, me dedico a diseñar parques para muchos clientes.
Trabajamos en Austria, Suiza y Francia,
y también en muchas grandes estaciones de Estados Unidos, como Whistler Blackcomb.
Acabamos de finalizar los planos para Sochi 2014.
En los últimos 30 años
habremos realizado más de 400 planos en todo el mundo.
Cuando trabajas en una estación de esquí no es sólo por dinero,
sino por pasión.
Antes, en los sesenta y los setenta,
había gente con pequeños terrenos
con pendiente suficiente como para
colocar un telearrastre y abrir una zona de esquí.
Eran negocios familiares.
Ahora, estos negocios familiares están
en proceso de declive o desaparición.
No pensaban a lo grande, no pensaban en términos globales.
Sólo pensaban en su pequeña porción de terreno
y en el dinero que podían sacar de él.
Necesitas mucho volumen de negocio para que
te salgan las cuentas.
Pero hubo gente con visión de futuro y con fondos
para financiar estudios urbanísticos
que empezaron a añadir hoteles,
telesillas nuevos y otras actividades
en estas zonas.
Empezaron a pensar “¿que podríamos hacer con esto?”…
¿Una estación para 2000 o 3000 esquiadores diarios?
¿Y 10.000 esquiadores? ¿Podría ser un destino turístico
al que acudiera gente de todo el mundo?
Hay muchas grandes estaciones que
han hecho un gran trabajo adaptándose al mercado
y a las tecnologías disponsibles.
En Europa, Tignes Val d'isere,
Whistler Blackcomb o donde sea, ves la nueva tecnología de los telesillas.
Esta gente ha entendido que es necesario
seguir innovando y buscar maneras de ir siempre un paso por delante.
Creo que el calentamiento global es una realidad y que afecta al cambio climático.
Tenemos que tener cuidado y ser conscientes de la altitud a la que estamos diseñando estas cuatro estaciones.
El contorno se define en un mapa topográfico.
No podemos tener nada por debajo de esta línea porque es inviable.
Dentro de 5, 10 15, 20 o 25 años,
la economía seguirá siendo el gran motor de desarrollo de las estaciones de esquí.
Antes de 2008 muchas economías iban bien, pero después se cerró el grifo.
He visto muchas estaciones en todo el mundo donde parece que se haya detenido el tiempo.
Hay estructuras de hormigón vacías, telesillas a medio construir…
De hecho, a veces han desmontado los telesillas y los han vendido por cuatro duros.
El impacto de la crisis es enorme,
pero a la gente le sigue gustando ir a la montaña en invierno
y siempre encontrarán la manera de hacerlo.
La excepción es China.
Cuando todavía estoy diseñando sobre el papel,
ellos ya empiezan a construir sobre el terreno.
Cuando empecé a ir allí, pasaba por pueblos que
tenían un centenar de habitantes,
todos iban sin guantes y llevaban sólo
un jersey y un pantalón normales pese a estar a -20º, pero todos lucían una enorme sonrisa.
Porque sabían que el mañana iba a ser mucho mejor que el ayer.
Tienen las necesidades básicas cubiertas y ahora tienen la mirada puesta en las montañas.
La última estación en la que hemos trabajado
es la Changbaishan Four Season Resort, en la provincia de Jilin.
Cuando empezamos les dijimos que
tardarían 20 o 25 años en construir la estación,
pero ellos nos miraron y dijeron que lo harían en 2.
Yo he estado allí, ya he esquiado allí. Han cumplido lo que dijeron que harían.
Y en menos de 3 años.
Changbaishan es ahora un referente para todas las estaciones de esquí en China.
Tienen sofisticados telesillas para cuatro pasajeros e incluso cabinas.
Y la mayoría de la gente, un 90%, usa las cintas transportadoras.
Es un deporte joven allí.
También tienen pequeñas zonas de esquí que
funcionan muy bien, sobre todo las que están cerca de las áreas urbanas.
Están centradas en niños y adolescentes.
Está claro que la cultura del deporte de acción ha llegado a China.
Son muchos los factores que afectan a las zonas de esquí en todo el mundo,
pero nada puede cambiar la sensación que uno tiene al deslizarse por la nieve
y poder compartir la experiencia con otras personas que sienten lo mismo.
Yo soy optimista por naturaleza y estoy convencido de que el futuro es bastante prometedor.