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Pocos se han preguntado qué procesos técnicos y humanos confluyen tras un sistema de alarma.
Cada salto de alarma activa una serie de protocolos, diseñados y perfeccionados durante más de
20 años de experiencia, en más de 50 millones de actuaciones atendidas en toda la geografía
española. Los niveles de alerta se escalan en función del riesgo detectado. El nivel
1 asigna un grado de prioridad ante cualquier señal de alarma, por ejemplo, las señales
de SOS, atraco y coacción, reciben la máxima prioridad. Ni siquiera se pide la palabra
clave. El sistema de filtrado inteligente GTA, cancela las falsas alarmas y escala al
siguiente nivel los salto de alarma potencialmente reales. En el nivel 3, el gestor de seguridad
reconstruye rápidamente la secuencia de sucesos analizando qué detectores han saltado en
su hogar o negocio. Esto nos permite una respuesta de máxima eficiencia. En el nivel 4, el gestor
accede al dispositivo para realizar una escucha silenciosa, evaluar posibles riesgos, y, en
su caso, avisar a emergencias. Si no identifica ningún peligro, solicita identificación
mediante palabra clave. Si el gestor no obtiene respuesta a la solicitud de identificación,
visualiza la secuencia de imágenes generadas en el momento del salto, y ante cualquier
evidencia activa aviso a policía o emergencias. El nivel 6, se pone en marcha con la primera
llamada al plan de contactos. Operador y cliente, definen conjuntamente la posibles causas del
salto y las acciones a realizar. El nivel 7, de emergencia inminente, implica la intervención
de un vigilante desplazado hasta el hogar, que realiza una inspección exterior, y ante
cualquier señal de riesgo, avisa a la policía. El nivel 8, de máxima emergencia, se activa
desde cualquiera de los niveles anteriores frente a evidencias de intrusión, violencia,
coacción, fuego, inundación o emergencia médica.