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VASILISA LA HERMOSA
Guión: G. VLADÍCHINA, O. NECHÁ YEVA y Vladimir SHVEITSER
Dirección de realización: Alexandr ROU
Cámaras: Iván GORCHILÍN.
Decorados: V. YEGÓROV.
Música: Leonid POLOVINKIN.
Sonidos: N. OZORNOV
Subtítulos en español: Pablo Enrique López Rodríguez
En los papeles principales:
Padre: Gueorgui MILLIAR,
Iván, el hijo menor: Serguéi STOLIAROV
Agafón, el hijo segundo: Lev POTIOMKIN
Antón, el hijo mayor: Nikita KONDRÁTIEV
Vasilisa, la moza campesina: V. SOROGÓZHSKAYA
Malañia, la moza mercader: Irina ZARÚBINA
Beliandriasa, la moza noble: Lidia SÚJAREVSKAYA
íAh, con un cuento les divertiremos...!
Es un cuento hermoso...
Ocurren en él hechos maravillosos,
del todo milagrosos...
Pero también hechos reales le diremos.
íOh, hermanos, me ha ocurrido una cosa muy extraña!
Iba detrás de ustedes y me rezagué. Luego me desvié a un lado.
De pronto oigo un ruido así: chac-chac.
¿Era una zorra?
¿Una liebre?
íUna ardilla!
íQué animal mas grande!
Yo la empecé a perseguir y ella me eludió.
Se subió a lo más alto de un árbol y no se movió más.
Aparté los gajos y le tiré una flecha...
¿Qué pasó?
Ahora no tengo ni la flecha, ni la ardilla.
íEh, Ivanito, eres un tontico!
Sigo mi camino y, de repente, oigo un ruido en la hierba: tir, chir.
¿una víbora?
No.
— ¿Un sapo de ojos hinchados? —íNo!
íUna marta!
íMientes!
Empecé a perseguir a la marta y ella me rehuyó.
Ella viró a la derecha y yo a la izquierda.
Ella avanzó recto y yo crucé su camino. Tensé el arco y tiré la flecha...
¿ Y qué?
¿ Y qué?
Ahora no tengo ni la flecha, ni la marta.
— íCaramba! — íChambón patoso!
Fue tanto mi pesar, que recolecté algunos hongos.
Mírenlos, hermanos.
íHe ahí a nuestro Ivanito, que se hace pasar por un tontico!
Lleven mis piezas a casa, que yo voy a seguir cazando.
¿A dónde...? ¿A dónde vas? íTe voy a...!
¿A dónde vas? íChivo anormal! íTe voy a...!
íFuera, fuera! íAh, bandidos!
Maldito gallo!
¿Qué puedo hacer con ustedes?
íQué desgracia, qué desgracia!
Así que nos quedamos sin sopa de col y sin gachas. íMe duele la barriga!
¿Qué pasa? Nos quedamos otra vez sin almuerzo.
Han fruncido el entrecejo, guanajos.
Ya les he dicho que se casaran, así sus mujeres les podrán cocinar.
Cásense... Casarse no es lo mismo que ponerse las zapatillas.
Te casas en un instante, para llorar durante un siglo.
íCállense! Si se ponen a escoger mucho, nunca se casarán.
íNo lleven la contra a su padre!
íLo que digo lo cumplo! No les voy a cocinar más.
Casarse es una desgracia.
No, nos casaremos. No quiero morir de hambre.
Cojan el arco, hijos
y vallamos a la salida de la granja, a buscar la felicidad.
En cada casa, dónde caiga una flecha, allí buscaremos a la novia.
¿ Vamos, hermano Agafón?
Bueno, sí. Vamos hermano Antón.
Querido mío...
Querido mío...
Flecha certera,
vuela ligera, busca el camino a la casa de la novia.
íÉl!
Flecha certera,
vuela ligera, busca el camino a la casa de la novia.
íMadrecita Praskovia, envíame a un novio bondadoso!
A ver, déjame probar.
¿Qué haces? Aún eres muy joven.
íAh! No tienes suerte, Ivanito.
Bueno, ve, busca a tu prometida.
Ve, anda.
íEh, déjame pasar!
¿Qué?
íAbre paso!
— ¿Quién, yo! — íTú!
Yo, de familia noble,
¿debo cederte el paso a ti, a una mercader grosera!
Si no te apartas del camino, te arrancaré la greña.
íYo no cederé!
Mira, como se le suben los humos a la noble esa.
Y la mercader, la mercader le va encima con su panza.
Dobla tu cuello, que vas a abrirle un hueco al cielo con la cabeza.
íEres una vara!
Se sentó en medio de la calle, cerrando el paso. íEres un barrica!
Mira a esas novias... Se van a fajar ahora.
¿Ha tenido buen viaje, Beliandriasa Petrovna?
Fueron muchas las sacudidas y el polvo.
¿Le incomodaron las sacudidas durante el camino, Malania Savvishna?
Me cansé. Hace un calor horrible.
íQué clase de novia... Más bella que la Luna!
Más clara que el Sol.
— Resbaladiza. — Fría.
íCállense!
Aunque ella es una habitante del pantano,
la honramos como a todas ustedes.
¿Será posible que esté llorando?
Es una rana, pero llora como un ser humano.
No llores, pobrecita.
No dejaré que te insulten.
Y ahora, encárguense de las tareas del hogar, noviecitas.
— ¿Cómo, de las tareas del hogar? — ¿Cuándo será la boda?
Primero debo someterlas a pruebas, para saber si sirven como esposas.
¿Saben trabajar?
Tomen las guadañas, hijos, vamos a segar el prado.
La noche estará clara.
Y ustedes, noviecitas, empiecen a trabajar.
Sieguen las mieses y coloquen las gavillas en haces.
Y recíbannos por la mañana.
¿Lo oíste?
— ¿Oíste lo que dijo el viejo? — ¿Qué?
Duda si servimos de esposas para sus hijos.
¿Cómo se atrevió a decir eso? Vieja horquilla.
íQue seguemos el cereal!
Si nunca he hecho trabajo manual. íEs un hongo venenoso y rugoso!
¿Por qué picoteas mi comida?
íPues, yo tengo de dote un baúl lleno de plata!
íPues mis almohadas están llenas de plumones de cisnes!
Déjame tocarlas.
Déjame ver lo que tienes en el baúl.
íUna cucaracha!
Embustera. íNo tienes nada en el baúl!
íFanfarrona!
íEstropajo!
íLa rana!
¿La tiramos por la ventana? íHagámoslo!
— ¿Qué es eso? — Una moza.
¿De dónde salió?
íUna piel de rana!
¿No será que la rana se convirtió En doncella?
íEs una joven muy hermosa!
De seguro que eso se debe a la piel de rana.
Si una se la pone, enseguida Se embellece.
— íCojamos la piel! — Cojámosla.
— ¿Qué hacer con ella? — Cállate.
— íDámela! — íEs mía!
íNo te la cedo! íNo te la doy!
íEs mía!
íSe rajó!
íSe reventó!
¿Qué hacer?
Quememos la piel.
— Quemémosla. — Dale.
Tres hermanos han segado la hierba en el prado,
Tres hermanos segaron, tres hermanos carnales.
Corre, corre riachuelo, hasta el mar azul.
Hasta el mar azul, el mar azul.
Hasta el campo segado, hasta el campo segado.
Lleven la noticia hasta la tierra natal,
de que más allá del riachuelo, en el prado verde,
tres hermanos han segado la hierba.
Tres hermanos han segado, tres hermanos han segado,
Tres hermanos han segado, tres hermanos carnales...
¿Qué hacer?
Cállate.
Noviecitas, muestren su trabajo.
¿Les tengo que regañar o alabar?
No dormimos ni un rato. Estuvimos toda la noche trabajando.
— Sin parar las manos. — Sin enderezar las espaldas.
— íHe ahí nuestro trabajo! — íHelo!
íVaya con las noviecitas! íQué excelentes amas de casa!
íHoy mismo serán las dos bodas!
íEstamos perdidas!
¿Quién eres, buena moza?
¿ Yo? Soy tu novia, Vasilisa.
El dragón Gorynych me secuestró.
Se enfadó, por que no deseé ser su esposa.
Me convirtió en una rana y ordenó que viviera 3 años en el pantano.
Pronto terminará ese plazo.
Pero, la maldad humana lo echó a perder todo.
Ellas quemaron mi pellejo de rana.
Y yo tendré que volver al cautiverio.
No podremos ser felices, Ivanito.
No temas, muchacha! Yo te protegeré.
íConque esas tenemos!
íIvanito! ¿Oyes cómo se queja la tierra?
Lo hace, porque el dragón Gorynych se acerca volando en mi busca.
íVasilisa!
íIvanito!
íVasilisita!
íAdiós, Ivanito!
íHacen bien, hijitos!
Echen a sus novias, de tal manera que nunca más vengan por aquí,
ni deshonren mis canas.
íVáyanse con viento en popa y a toda vela!
íMi almohada, denme mi almohada!
Confórmate con su pérdida, hijito. No has tenido suerte.
No me conformaré.
No dejaré a Vasilisa en manos de ese maldito dragón.
íLa buscaré así tenga que ir al fondo del mar!
¿Acaso se puede vencer a un dragón?
¿No se puede matar?
Este es un tema aparte, hijito.
Al otro extremo del mundo, en un intrincado bosque de pinos,
crecen tres robles enormes.
Tres robles...
Y en cuanto el cuco cante tres veces,
busca cerca de esos robles un pozo seco.
En el fondo de aquel pozo hay una puerta de roble,
cerrada con una cerradura muy pesada. Allí hay oculta una espada mágica.
Sólo que hace falta una llave para esa cerradura.
¿Dónde está esa llave?
El pueblo sabe dónde está.
Vete por el mundo y pregunta a la gente.
Me cuesta trabajo separarme de ti, Ivanito.
Sí, por lo visto, no te podré convencer, para que te quedes.
Durante mucho tiempo, Ivan recorrió la tierra natal
en busca de la espada mágica.
íBuenas, herrero!
íHola, buen mozo!
¿A dónde vas?
¿A dónde voy? Yo mismo lo sé.
Bueno, siéntate, serás mi huésped.
Necesito una llave, que abra una cerradura enorme y pesada.
¿No puedes hacerla?
Si alguien nace sin ingenio, eI herrero no se lo forja.
¿Para qué quieres esa llave?
íQuiero esa llave para conseguir una espada mágica,
con la que lucharé contra el dragón Gorynych!
íMira, como eres...!
El corazón intrépido
es la llave que abre cualquier cerrojo.
Escucha lo que dice el puebIo:
Esa llave está dentro de un huevo de oro,
eI huevo está dentro de una pata gris,
la pata en un cofre de cristal
íy el cofre
en un pino alto!
Gracias por tu explicación amable. Adiós.
En el reino del Dragón la bruja Yaga
custodiaba a Vasilisa la hermosa, no le quitaba los ojos de encima.
Entonces, ¿no te casarás con el Dragón Gorynych?
No, no lo haré.
íChicota tonta!
Mira, que vida te espera si te sometes a su voluntad.
Mira los regalos que te envió tu novio.
íPruébatelos, Vasilisita!
íPruébatelos, frutita!
No me agrada disfrazarme de polichinela.
íEstá bien!
Te quedarás aquí, encerrada, palomita.
Para que se te bajen los humos.
De seguro que te has abatido.
¿Anhela tu corazón la libertad?
Dale, vamos, vamos.
Bueno, ¿qué? ¿Cambiaste de idea?
¿Te casarás con el Dragón Gorynych?
íEso nunca ocurrirá!
íPues has de saber esto!
Tu campesino, Iván, venía para acá a salvarte,
ípero por el camino se ahogó!
íNo es cierto!
Pregúntalo a la culebra que se arrastra, al lobo que rastrea y al sapo del lago.
íEn el bosque todos lo saben!
No importa, esté vivo o muerto, nunca lo olvidaré.
íVasilisita!
íIvanito!
íIvanito!
Ya temía no verte más.
Me queda una noche de vida.
Mañana, al amanecer, vendrá volando el Dragón Gorynych.
La bruja Yaga prepara la boda.
No temas, Vasilisita, te liberaré antes del amanecer.
Sólo que... Debo hallar un pozo seco.
¿Un pozo, dices?
¿No será el pozo seco que la bruja Yaga esconde en unos matorrales?
— ¿Dónde está él? — Allí.
Búscalo.
Nunca antes había visto ni oído a un hombre ruso...
Pero ahora siento el olor de
un hombre ruso en mi casa.
¿De dónde puede aparecer aquí el olor a hombre ruso?
Bueno, pero si tú me engañas...
Frutilla.
Aquí tienes el velo para la boda.
Póntelo.
Mañana será tu boda con el Dragón Gorynych.
Gracias, abuela. íQué velo más bonito!
Estás muy obediente ahora.
No te pareces a sí misma. Póntelo.
Para que mañana esté todo listo.
Huye de aquí, Ivanito. Si te quedas vas a morir.
No me pasará nada, Vasilisita, en cuanto un cuco cante tres veces...
Ya es hora.
Esta noche se decide todo.
íNo pienses mal de mí, si pasa algo!
íAdiós, Ivanito!
íAdiós!
íAdiós, ositos!
íBravo, osito, me sostuviste!
íDetente!
Te voy a hacer tres preguntas,
si las respondes, la espada será tuya,
si no, perderás la cabeza.
¿Qué es lo más rápido en el mundo?
Una flecha.
íEl viento!
íEl rayo!
Así es mejor.
Frutilla.
¿Quién...?
¿Quién estuvo aquí?
Otra vez tu Ivanito.
¿Dónde se esconde? íDímelo!
¿Te mantienes callado?
De todas maneras lo sabré.
Si no te hago hablar yo, te hará hablar el fuego.
Ahora te diré
la última adivinanza.
¿Qué es lo más querido en el mundo?
Vasilisa.
íLa vida!
íLa vida es lo más querido!
Cierto.
íAquí tienen a Ivanito el tontico!
Debemos llegar antes que amanezca.
íArre, Sivka! íNo temas desgastar sus cascos!
íDe seguro que hablarás, cuando el dragón eche fuego!
Mira, ahí viene el Dragón Gorynych.
íAhí viene la comida!
íEl caballo será mi almuerzo
y el paladín mi cena!
íOye, monstruo maldito!
íTodavía no has cazado al cisne blanco y ya lo estás comiendo!
¿Cómo te atreves a luchar conmigo?
Eres un campesino de alpargatas trenzadas,
un bruto aldeano.
íEspada mágica, ayúdame a cercenar las cabezas del enemigo!
Tu campesino, Ivanito, morirá.
íEso no ocurrirá nunca!
Si eso será así, ítú también morirás!
Ahí tienes al campesino de alpargatas trenzadas, al bruto aldeano.
íIvanito!
Bueno, ya es hora de ir a casa, a la tierra natal.
FIN