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Bueno, procedamos a una revelación.
Espero que consiga hacerlo sin modificar nada.
Bueno, pues me parece que este invitado sorpresa no sólo tiene algo que ver con el internet por el hecho de
que está exento de cualquier contexto, sino que por su forma de ser también tiene algo que ver con ello,
porque lo primero que se le pasa a alguien por la cabeza, es red, cerebro, energía, impulsos.
Pero ahora, si lo tomo muy en serio,
me gustaría colocar este invitado de sorpresa en otro sitio de la sala.
Sí, me gustaría hacerlo.
Si uno se pregunta, "¿por qué coloca alguien un cuadro delante de esta pared?", esto en realidad tiene dos razones para mí.
Una razón es que yo quería demostrar un poco en qué medida este cuadro está indefenso.
Normalmente, los cuadros están intercalados en un contexto de relevancia.
Museos, galerías, donde sea.
Este cuadro se ha liberado de esto.
Este cuadro tiene que producir efecto por sí mismo.
Hasta ahora, no tiene a nadie que lo pueda explicar, y yo creo que lo que va a pasar con este cuadro es
que encontrará una explicación a través de la red.
No va a encontrar la explicación que otros cuadros han encontrado de esta forma.
Aquí tenemos un cuadro que incluso está desprotegido en una dimensión que normalmente apenas conseguimos imaginar.
Por decirlo así, este cuadro ya no tiene su creador a su lado.
Si hay realmente un artista que fallece antes de que pueda dar un marco a su obra
eso es un símbolo relativamente interesante para lo que está ocurriendo en las redes.
Por decirlo así, este cuadro se ha liberado de su creador sin haber sido entregado en contexto.
Muy rara vez uno entra en contacto con algo que todavía no haya sido valorado por algún experto,
por alguien que cree tener que clasificarlo todo.
Por eso, lo quería tener colocado delante de estos portátiles,
porque creo que tenemos que aprender a ocuparnos de las cosas de una manera distinta
y que en principio, tenemos que darnos cuenta de que las cosas que nos acompañan en la vida
estarán puestas cada vez menos en contexto y que será tarea nuestra crear nosotros ese contexto.
Si prefiere, es un ejemplo para algo que no es normal en cuestiones artísticas,
pero que será muy normal para el mundo en el que vivimos.
Y entonces, si miro este cuadro con cierta inocencia respecto al marco artístico,
por lo menos tengo la impresión de que la persona que ha creado este cuadro
tiene una gran fascinación que abarca campos muy muy diferentes.
Esto es de una manera extraña muy expresivo y también muy ***ítico.
Aquí hay algo representado, que a mí personalmente, me resulta muy cercano.
Entonces cuando lo veo, es natural que, dado el fondo a partir del cual estoy asociando, mi asociación esté vinculada
muy, muy considerablemente con la red y con una dinámica muy muy cerebral.
Es decir, una red orgánica, una red sorprendente, una red incalculable,
y, finalmente, una red que ampliamente transgrede los límites del cuadro.
Dondequiera que miremos, uno tiene la impresión de que esto no es, digamos, una totalidad cerrada en sí misma,
sino que esto es más o menos un instante dentro un margen muy, muy grande,
que transgrede ampliamente todo lo que se nos presenta aquí.
Si lo miro, es algo que nunca consigo enfocar realmente.
Da igual a dónde mire, no consigo mirar hacia un punto determinado
porque me doy cuenta de que todo esto es una red de asociación que, cuanto más me acerco y más me alejo,
continuamente revela nuevos aspectos y que, en realidad, aunque sea estático, se comporta sumamente dinámico,
porque tiene algunos aspectos que ya casi…
Digamos, si nos fijamos teóricamente en el fondo de la neurofisiología, del cerebro, de las redes,
que casi es muy, muy sutil y muy profundo respecto a la comprensión del mismo.
Porque es que incluye algo que normalmente no hay en las redes.
Hay movimientos en forma de olas que se extienden sistemáticamente desde la parte inferior hacia la parte superior del cuadro.
Es decir que aquí, alguien ha expresado de una manera muy asombrosa,
que esta red dinámica genera una pulsación que está por encima de la red.
En verdad, es la forma más difícil que me imagino, si dentro de un cuadro estático quiero expresar
que la dinámica es capaz de crear un orden.
Aquí, tenemos estos movimientos en forma de olas que pasan por toda la red
y lo hacen en secuencia desglosada que transcurre desde la parte inferior hacia la parte superior.
Es decir, todo lo que asocio, por consiguiente, a partir de la teoría es, por decirlo así, la formación de un orden de diferentes niveles
y para mí esto es, digamos, una comprensión muy extensa de lo que son las redes.
Aquí, alguien es consciente de que además de la arquitectura de la red, hay niveles que sólo nacen dentro de una dinámica
y ha intentado resolver el problema de cómo esto se puede expresar.
Y lo que para mí, además también me resulta fascinante de este cuadro es: si me acerco a él,
todo se disuelve a un nivel muy, muy fino.
Entonces, tengo la impresión repentina que no, esto no es ninguna red biológica,
sino son estructuras de ciudades, son estructuras de culturas.
Es como si uno mirara desde arriba al globo, y esto también... y se puede ir muy profundo.
O sea, si uno se acerca mucho al cuadro, se disuelven cada vez nuevas estructuras.
Es absolutamente fractal en ese punto.
Es decir que no sólo estos niveles que están aquí,
no sólo estos movimientos en forma de olas generan la impresión de una estructura de orden de mayor importancia,
sino la generarán también si uno se adentra más y nota que la autosimilaridad está dada a todos los niveles.
Pues, en mi opinión, la persona que ha pintado este cuadro probablemente tiene una muy elevada comprensión de
cómo se mueven los sistemas de organización autónoma, como se organiza la naturaleza
y como todo esto se expresa en estructuras de red muy diferentes.
En este sentido, es una mezcla sorprendente entre una potencia creadora, por un lado,
y una penetración tal vez lúdica, tal vez sumamente ***ítica de características de redes.
Y, naturalmente, lo que más me entusiasma
es, por así decir, cuando el marco pretederminado no se respeta.
A este nivel, este cuadro - y perdón que lo diga así - es un cuadro impertinente
porque es un cuadro que no acepta la limitación predeterminada del marco.
Y esto es realmente la característica de las redes.
No importa la naturaleza de espíritu que haya creado este cuadro, ha sido impertinente en sentido positivo,
es decir no aceptando límites.
Si supongo que el creador de este cuadro fuera más o menos como el cuadro que ha pintado,
pues tendrá esta alegría infantil por la creación ilimitada.
O sea, en este sentido tengo la impresión de que aquí encontraría a un interlocutor
que no se estanca en el deseo de eliminar fronteras,
si no que siempre se plantearía también la segunda cuestión, más madura,
que es la cuestión de formar órdenes gracias a la formación ilimitada de redes.
Pues en este sentido, un interlocutor un poco, sí, un poco sabio.
Pero la parte que es realmente sorprendente es la dimensión, no en el sentido de los centímetros de superficie pintada,
sino la dimensión que tiene el cuadro para mí en el sentido de la asociación.
Que es precisamente un cuadro que armoniza con estos tiempos como sólo lo hacen pocas otras cosas,
un cuadro que por su historia, es un símbolo para algo que no sólo ocurre en el terreno artístico, sino que va mucho más allá,
y que además, me reserva personalmente la misma gama de oportunidades para que yo reflexione sobre una parte de mí.
Así que en este aspecto, un interlocutor muy muy bueno.
Bueno, cuando se despide a un invitado, a lo mejor es bastante útil darle algunos buenos consejos,
y ahí puedo decir un par de cosas.
Primero, no le deseo ningún marco a este cuadro.
Hay cuadros que no necesitan marco, ni en el sentido de una revalorización, ni en el sentido de limitación.
Este cuadro no merece ningún marco, y le deseo que nunca lo reciba.
Y esto no sólo vale en el sentido de un marco físico,
que alguien esté convencido de tener que construirle algún armadijo elegante,
sino lo digo en el sentido múltiple de la palabra.
Este cuadro tampoco necesita experto que lo interprete.
Hay cosas en el mundo que tienen un mensaje inmediato, y el grado máximo de apreciación
que yo le daría a un objeto de arte es el de la inmediatez,
que implica que nadie piense que se tenga que traducir el sentido.
Y yo creo que en este sentido, el cuadro tiene cierta fuerza de anarquía,
una fuerza que, en mi opinión, el arte debería tener desde hace tiempo.
Y, por decirlo así, deseo que este cuadro tenga la persistencia de ejercer un efecto algo anárquico.
La verdad es que esto ha sido una contemplación íntima, y aunque nadie mirara esto, yo diría lo siguiente:
Fue bonito que este cuadro haya estado aquí, y es bonito que salga al mundo
porque yo creo que tiene una misión.