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Los hermanos Wright,
es el nombre con el que han pasado a los anales de la historia
los dos pioneros estadounidenses de la aviación:
Orville y Wilbur Wright.
Para ganarse la vida, estos hermanos,
y aprovechando la circunstancia
de que uno de ellos, Orville, era campeón ciclista,
montaron un negocio de reparación de bicicletas
en el que podían aplicar, con provecho,
sus excepcionales dotes para la mecánica práctica.
Este negocio les permitió financiar, además, su otra gran pasión,
a la que empezaron a dedicarse de manera sistemática a partir de 1899:
Las investigaciones relativas al vuelo.
De este modo, conocedores de los trabajos del alemán Otto Lilienthal,
fallecido en accidente durante uno de sus vuelos planeados,
y de los del ingeniero y arquitecto estadounidense S. P. Langley,
que desarrolló diversos principios de la aerodinámica,
se lanzaron a la construcción de cometas y planeadores biplanos,
que perfeccionaron gracias a la introducción de elementos
como el timón vertical, el elevador horizontal y los alerones.
Sus trabajos y la incorporación de estas mejoras
les permitieron, pronto,
controlar por completo el movimiento del ingenio
en las tres direcciones necesarias para el vuelo.
Para probar sus desarrollos inventaron una instalación,
conocida en la actualidad con el nombre de túnel de viento,
en la que podían poner a prueba las características aerodinámicas
de los ingenios que, más tarde construirían,
como la máquina voladora de 9,76 m de envergadura
y 1,52 m de cuerda,
equipada con una cola vertical doble,
en la cual se basaron para construir el aeroplano,
al que, en 1903, adaptaron un motor de combustión interna:
fue el primer ingenio volador más pesado que el aire.
Los vuelos iniciales de este aparato,
tuvieron lugar el 17 de diciembre de 1903,
en las llanuras de Kill Devil,
cerca de Kitty Hawk, en Carolina del Norte,
y permitieron a Wilbur, ante la mirada de sólo cinco testigos,
protagonizar un vuelo de casi un minuto de duración,
durante el cual recorrió unos 850 pies (aproximadamente 26 m).
Para llevar a cabo esta gesta histórica,
que señala el inicio de la aviación,
los Wright construyeron un planeador,
al que siguió un modelo más evolucionado, llamado Flyer III,
con un peso de 388 kg y equipado con un motor de cuatro cilindros
capaz de desarrollar 21 CV de potencia.
Este ingenio disponía, además, de dos hélices.
La proeza pasó casi inadvertida en una época en que,
los intentos del hombre por volar en aparatos más pesados que el aire
no gozaban de reconocimiento tras los sucesivos fracasos.
Sin embargo, la situación cambió radicalmente cuando en 1905,
la prestigiosa revista científica estadounidense Scientific American
informó con detalle a sus lectores de la hazaña.
Por fin, el sueño, se había convertido en realidad.