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El cálamo (Acorus calamus) es un arbusto de la familia de las acoracias.
Acorus calamus aparece ampliamente distribuido en la zona templada del hemisferio norte, siendo originario del sudeste asiático.
Esta planta vive en terrenos húmedos de baja altitud cerca de lagos, estanques y ríos.
Estas zonas se caracterizan por su tranquilidad y poca profundidad.
Es una planta herbácea y perenne con una raíz fasciculada con tallos de color verde oscuro.
Las hojas son glabras y basales, localizadas en el rizoma. Tienen una forma lanceolada con el margen ondulado.
Las inflorescencias son espádice terminales coloreados recubiertos por una vaina que crecen sobre un eje cilíndrico cónico.
Las flores son hermafroditas con el cáliz muy pequeño y que presenta de manera indiferenciada sus sépalos y pétalos.
La corola es de color amarillo-verdoso, creciendo lateralmente y en abundancia, formando un ángulo de 45º.
El androceo está constituido por 6 estambres de concrescencia libre.
El gineceu es bi o tricarpelar.
Los frutos son bayas y en su interior aparecen 2-3 semillas.
El rizoma de esta planta se utiliza por sus virtudes medicinales.
Esta planta contiene aceites esenciales, glucósidos amargos, alcaloides y aldehídos aromáticos.
Tiene muchas propiedades farmacológicas: eupéptico, carminativo, digestivo, espasmolítico, hipotensor,
bradicaditzante, sedante, anticonvulsivante, diurético, diaforético, mucolítico, hidrocolerético, rubefaciente y orexigénico.
El aceite esencial del cálamo, consumido en dosis elevadas, puede producir abortos, ser neurotóxico y puede ser alucinógeno.
También ha sido utilizado por su fragancia y como droga psicotrópica.