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Hachiko fue un perro japonés de raza Akita, Adoptado por el Doctor Eisaburo Ueno. Nació
el 10 de Noviembre de 1924, en Odate. Hachiko es conocido desde antes que muriera
en la estación de tren de Shibuya, en ***ón, por la increíble lealtad que mostró hasta
sus últimos días hacia su dueño, quien falleció 9 años antes que él.
El Doctor Ueno era profesor en la universidad de Tokio, y adoptó a Hachiko gracias a su
hija que se lo pidió, después de perder otra mascota que apreciaban mucho.
El Profesor Le nombró Hachi, que se traduce como ''ocho'', porque decía que sus piernas
parecían desviadas hacia afuera, de la misma forma que el símbolo utilizado para escribir
el ''ocho''.
Luego de que su hija se casara y se fuera de casa, el profesor pensó en regalar a Hachiko,
pero terminó encariñándose con él. El perro le acompañaba en todo momento y
a diario iba con él hasta la estación de Shibuya cuando se iba a trabajar, hasta que
curiosamente, aprendió su horario, e incluso iba a esperarlo cuando volvía.
Fue ese mismo hecho el que marcaría el destino de Hachiko, cuando el profesor murió de un
ataque al corazón mientras estaba en la universidad, el 21 de mayo de 1925.
Hachiko volvío esa tarde a esperarlo, sin embargo, el profesor nunca volvió.
Desde ese día, Hachiko volvía a diario a la estación de Shibuya a esperar a su dueño,
que no volvía al pasar de los días... meses... años...
Mucha gente que conocía al profesor sabía que Hachiko lo esperaba, y les conmovía ver
su incansable espera. Fueron esas mismas personas quienes alimentaron
y cuidaron de Hachiko hasta el día que murió.
Un año antes de que muriera, irguieron una estatua en su honor, después de que todos
le conocieran como el ''amigo fiel''. Aunque en la segunda guerra mundial se fundió
por órdenes del gobierno para las armas, fue repuesta en Agosto de 1947, cuando la
de la estación de tren la mañana del 8 de marzo de 1935 y fue velado ese día.
Hoy en día sus restos disecados están en el museo nacional de ciencia de ***ón.
A pesar que todos lloraron el día que partió Hachiko, puede haber sido ese día en el que
por fin volvió su amado amigo a quien tanto aguardó sin descanso, y que ya no quiso hacerlo
esperar un día más en aquella fría estación, en la que su recuerdo habitó por siempre.