Tip:
Highlight text to annotate it
X
Ésta no es una historia de fuga.
Es una historia de supervivencia.
Está ambientada en la cárcel de
Changi, Singapur, en 1945.
Los japoneses no tenían
que vigilar Changi...
...como un campo de prisioneros
de guerra normal.
Los presos de Changi no tenían
una agradable frontera suiza...
...o cualquier otro país neutral
a su alcance.
Estaban cautivos, no tanto por
paredes altas o alambre de púas...
...o puestos de ametralladoras, sino
por la tierra y el mar a su alrededor...
...y la jungla no era neutral,
ni el océano tampoco.
No vivían en Changi.
Existían.
Ésta es una historia
de esa existencia.
Subidlo.
¡Eh! Cabo.
Dentro.
Vacía sus bolsillos, cabo.
Lo has ganado apostando, claro.
¿Por qué crees que será?
¿Por qué crees que tienes tanto
y el resto de nosotros tan poco?
Un día, cometerás un error.
Toda esa riqueza que tienes
no cuadrará con mi lista.
Y cuando sea así, cuando
suceda eso, estaré preparado.
Entonces estarás ahí.
En mi jaula.
No estoy jugando a ser
capitán preboste.
Y nunca he oído hablar de suerte
que no se agote.
Y la tuya se agotará, cuenta con ello.
Eres como los criminales, codicioso.
Me gustaría señalar que no tengo
que aguantar toda esta mierda.
No estoy en tu ejército barato.
Estoy en nuestro ejército barato.
Si buscas algo para lo cual vivir,
cuando salgamos de esto...
...ven a buscarme.
Te entregaré tu cabeza.
Ya veremos.
Pero si cometes un error,
sólo uno...
...ya veremos cuánto tiempo
sobrevives en mi jaula.
Y después de mi
jaula, personalmente...
Personalmente me encargaré
de entregarte a los japoneses.
- ¿Qué pasa aquí?
- Nada, señor.
Sólo estaba registrando al cabo.
Puedes registrarle, cuestionarle,
Grey, pero...
...las amenazas y el abuso son
inaceptables. Son inaceptables.
Deberías ser más perspicaz
y no ir por ahí vestido así.
Buscando problemas.
Sólo buscando problemas.
Aun así, no está bien amenazar.
No es modo de tratar
a un hombre alistado.
Creo...
...que una disculpa...
Si lo solicita, señor...
...entonces pediré disculpas.
- Muy bien.
De acuerdo, cabo, puede marcharse,
pero vigile cómo viste.
Sí, gracias, coronel.
- ¿Sí?
- Ha hecho que invitasen al número 4.
Vale, me ocuparé de ello.
Encuentra al coronel Brant
y dale esto.
Dile que no llegue tan tarde
la próxima vez.
Vale. ¿Sabes dónde puede estar?
Cerca de la cárcel.
Le toca vigilar a Grey.
- ¿Ya está?
- Ya está en cuanto a él.
Luego encuentra a ese tío
con el arma. Tiene una entrega.
Vamos, Tojo, hora del té.
Elección de camada, ¿no?
Exacto.
- ¿Has oído las noticias, Max?
- No.
La guerra durará otros diez años.
Es oficial.
Los últimos tres años
sólo eran la introducción.
Lee me ha dicho que te diga
que te ha lavado la ropa.
Se lo he preguntado especialmente,
y me ha dicho que te lo dijera.
Coge uno.
King, no tienes que...
Está bien. Te llamaré si te necesito.
¿Quieres mi comida hoy?
- Tú dirás.
- Tuya es.
Max. ¿Ves ese tío de ahí
con el de color?
Tráemelo.
Eh, tío.
King quiere verte.
- ¿Quién?
- King.
¿Qué es, el día de la fiesta
al aire libre o algo así?
Déjate de bromas.
Quiere verte.
No estoy bromeando. Nos tomamos
a la familia real muy en serio.
- ¿Para qué quiere verme?
- ¿Cómo lo voy a saber? Vamos.
Procedimiento de
tribunal extraordinario.
Vamos. Vamos.
- Me han hecho llamar, creo.
- Sí.
Sí. Toma asiento.
¿Fumas?
Sí.
Sí, fumo.
Bien, pues sírvete.
¿Cómo es que no nos habíamos
conocido antes?
- Ni idea. No he estado en ningún sitio.
- ¿Cómo te llamas?
Marlowe, Peter Marlowe.
¿Y usted?
¿Qué tal la silla?
Bien.
- Me costó 80 pavos.
- ¿Ah, sí?
- Sí. Nunca lo habría imaginado.
- Hubieras dicho más, ¿eh?
No creo que hubiera dicho nada,
la verdad.
Nunca he sido un buen
adivinador de precios de sillas.
Iba a preparar algo de comida.
¿Te apuntas?
Acabo de comer, gracias.
Pero podrías comer algo más, ¿no?
¿Quieres un huevo?
Perdone, ¿a qué viene todo eso?
- ¿El qué?
- La gente no regala huevos.
Bueno, no soy la gente.
- ¿Lo soy, Max?
- No. No, no es la gente, King.
- Bueno, ¿quieres un huevo o no?
- Claro que lo quiero.
Vale, pues lo tendrás.
¿Cómo lo quieres?
- Frito.
- Vale.
Pues ahora tendrás un huevo frito.
No está emparentado con
Fortnum o Mason, ¿verdad?
¿Quiénes son?
No importa. Tienen una pequeña
tienda de comestibles en mi pueblo.
Está bastante bien, ¿eh?
Max me lo ha conectado.
Le estaba contando que me
conectaste el hornillo.
- Funciona bien, ¿eh?
- Más vale que sí.
- Hay que impresionar a los británicos.
- Los británicos están impresionados.
- Lo hablas bastante bien, ¿no?
- ¿El británico? O sea, ¿el inglés?
- No, ya sabes, la jerga, ahí fuera.
- Sí, supongo. Bastante bien.
Dime algo.
- ¿En malayo?
- Sí.
- ¿Cómo qué?
- Cualquier cosa. Sólo quiero oírte.
Bastante bien.
¿Lo has oído, Max?
¿Qué significa?
En realidad no tiene
una traducción literal.
Pero, más o menos, significa:
"¿Cuándo debo besarle en el culo?"
Después del huevo,
nunca antes de las comidas.
Platos.
Gracias.
¿Qué tal?
No está mal. No está nada mal.
No se ha puesto un huevo
que sepa mejor que éste.
No se emocione, Fortnum.
Al decir que no está mal,
no nos referimos a "no está mal".
- Nos referimos a que está riquísimo.
- ¿Sí?
¿Y qué queréis decir cuando decís
que está riquísimo?
Algo incierto.
Déjalo.
- Levanta los pies.
- ¿Qué?
Levanta los pies.
- Te estás rebajando, ¿verdad?
- No seas esnob.
Nunca se es buen policía
siendo un esnob.
Todos tenemos el mismo aspecto
sin calzoncillos.
- ¿Dónde está tu brazalete?
- En mi bolsillo.
Debería estar en tu brazo.
Ésas son las órdenes.
- Son órdenes japonesas. Pasamos.
- También son las del campo. Póntelo.
- ¿Cuál es tu problema?
- Ninguno, señor.
Sólo me recupero del placer
de verle dos veces en un día.
El coronel Sellars ha denunciado
el robo de un anillo de oro.
Un anillo de oro. ¡Caramba!
- Caramba, eso es duro, señor.
- Creo que conoce al coronel Sellars.
- ¿Me lo podría describir?
- ¿No juega a cartas con él?
Ese coronel Sellars. Sí. Sí.
Juega a cartas como un oficial inglés
y un caballero. ¿No es así?
No se pase con su suerte, cabo.
Limítese a responder las preguntas.
- ¿Alguna vez le mostró el anillo?
- No, ni siquiera discutimos la boda.
- Le estoy advirtiendo.
- ¿Seguro que no me está acusando?
- ¿Tiene fuego, Grey?
- No. No estoy acusando a nadie.
¿Puedo tomar prestado
su mechero Ronson?
- ¿Ronson?
- Sí, está en su bolsillo superior, creo.
Gracias.
Vaya, vaya, esto es nuevo, ¿verdad?
Sí. Era mío.
- Lo perdí jugando al póquer.
- ¿Qué?
Lo perdí jugando al póquer.
Yo tenía cinco cartas en secuencia,
pero él me superó. Explícaselo.
- Estábamos jugando...
- ¿Qué cartas eran?
- ¿Las suyas o las mías?
- Las suyas.
- Ases en dos.
- ¡Estás mintiendo, Marlowe!
Por qué, Grey, ¡qué dices!
Fue patético.
Pensé que ya le tenía...
...y lo aposté. Aposté el mechero.
Explica cómo se juega, Marlowe.
- ¿Cómo?
- Sí, ¿cómo se juega?
- ¿Te refieres al corriente?
- Sí.
Te lo mostraremos.
No hay nada como una demostración.
Verás, era mi turno...
- ¡He dicho que me lo expliques!
- ¡Calma!
Bueno, no pasa nada. No necesito
las cartas para mostrártelo.
Cuatro cartas boca arriba.
Ya te lo puedes imaginar.
Y una boca abajo, una en el agujero.
Es como las Familias Felices,
de verdad, en la guardería.
Nunca tuvimos una
guardería, Marlowe.
Por los pelos.
Vaya que sí.
Toma.
Entras en nómina a partir de ahora.
Veinte pavos a la semana.
Vale, que sean 30.
Aparta tu dinero.
- ¿Qué he dicho?
- Lo digo yo. Aparta tu dinero.
Uno no puede esperar
que los putos yanquis lo entiendan.
Lo único que he hecho
es subir de 20 a 30.
No se espera que pagues a alguien
que te ha metido en un apuro.
Así que quédate el dinero.
- ¿Qué he hecho?
- No has hecho nada, King.
Treinta está por encima de la escala.
Le has tratado bien.
Bien, que se jodan los británicos.
Sí, que se jodan.
Las fuerzas aliadas siguen
progresando en Bélgica...
En Filipinas, las fuerzas condujeron
una cabeza de puente...
... mientras avanzaban por Manila.
Formosa fue bombardeada en plena luz
del día por aviones B-29 sin pérdidas.
En Burma, los ejércitos británico e
indio están a 48 km de Mandalay.
Hasta aquí los titulares. La próxima
emisión será a las 0600...
- ¿Estás bien?
- Sí, bien.
La vieja vejiga está rebrotando.
- ¿Qué sucede?
- Nada. Vengo del parque.
Me alegra decir que la vieja vejiga
funciona. Son buenas noticias.
Fantástico. Gracias por
despertarme y decírmelo.
Dios, dame un poco de coraje.
Tengo tanto miedo.
Soy un perfecto cobarde.
¿De verdad los comiste en Java?
No sólo en Java. También aquí
en Changi. Y tú también.
¿Qué?
Acordamos que no cocinaríamos
nada asqueroso...
...sin discutirlo antes.
- ¡Ya sé que lo acordamos!
Te estabas muriendo.
¿Y por qué los recogemos?
Es pura proteína.
Para el hospital, para los heridos. Tú
estabas enfermo, ¿recuerdas?
Te estabas muriendo.
- O sea que me los comí, ¿verdad?
- Quisiste repetir.
Bueno, la próxima vez, quiero
saberlo. Y es una maldita orden.
- Perdone, señor.
- ¿Eh?
- Vale, ya lo llevaré yo.
- De acuerdo.
El coronel Smedley-Taylor dijo
que dos de sus hombres se peleaban.
¿Sólo dos? Ya es un
cambio. ¿Quiénes?
El cabo Townsend y el soldado
Gurble. Están en la cárcel.
- Me ocuparé de ellos tras pasar lista.
- ¿Señor?
Qué pena lo del mechero Ronson
de Marlowe, ¿verdad?
Sí, tendría que haber ido
con más cuidado. Juegos, apuestas.
Es bueno para un hombre
no tocar a una mujer.
No obstante, para evitar el fornicio,
que cada hombre tenga a su mujer...
...y que cada mujer
tenga a su propio marido.
- ¿Le importa si les veo a solas?
- No, señor.
Déjelos salir, ¿quiere?
Vale. ¿Por qué os peleabais? Quiero
la verdad. ¿Townsend?
¿Bien? Estoy esperando.
Este cabrón me ha acusado de robar
la comida de mi compañero.
- Estabas robando.
- Ya basta.
Si tienes una acusación, hazla.
Vamos. No tenemos toda la noche.
Este mes me toca cocina y hoy
teníamos que cocinar para 184.
- Es mi mejor amigo, y confiaba en él.
- No he tocado ni un grano. Lo juro.
Cuando he vuelto,
faltaban dos raciones.
- Ya lo sé, pero yo no las he tocado.
- ¿Faltaban?
- Señor, yo no las he tocado.
- ¿Faltaban como dice él?
Sí, señor.
Comprueben los pesos.
- Los he comprobado bajo su nariz.
- Hay que volver a comprobarlo.
Abra el camino, ¿quiere? Iremos a
la despensa y lo resolveremos.
Ese día, en mi último permiso...
...dijo...
Dije: "Me mantendré limpio para ti".
Dios, haré cualquier tipo
de pacto contigo.
Pero no le dejes pensar
que estoy muerto.
No le dejes pensar
que estoy muerto.
En cuanto a mí, Gurble,
el caso queda demostrado.
Queda fuera de mi regimiento.
Está muerto. No existe.
Mantén la boca cerrada.
- Mi juramento...
- ¡Mantén la boca cerrada!
Buenas noticias la noche pasada.
Sólo estamos a 48 km de
donde están los peces voladores.
Por cierto, casi lo olvido. Mi mujer
ha preguntado si querías venir a cenar.
Sólo vienen unos pocos,
nada formal.
¿Le dará las gracias de mi parte?
Pero tengo una cena de compromiso.
Bueno, vaya. Bien.
Otra vez, quizás. Bien.
El otro día cometí un error.
Me puse estúpido. Te ofrecí la pasta
porque quería darte las gracias.
Está bien. Tengo muy mal genio
y peor acento. Parezco engreído.
Los británicos insultáis fácilmente.
Cuesta seguiros.
Nada. Ve a buscar a Prouty en el
Jardín del Edén y termina el trato.
No soy como Hawkins.
Dejo a mis perritos sueltos.
Oye, ¿puedo ofrecerte un Kooa?
O sea, ¿está bien?
Claro. Eso es distinto.
¡Hay una radio en esta barraca!
Deje que me encargue.
Déjenme entrar, ¿quieren?
- Buenos días, capitán.
- No son buenos días.
Hay una radio. Una radio va contra
las órdenes del Ejército lmperial.
Sí, bueno, no sé nada de ello.
- ¿Sabe algo de ello?
- No, señor.
- ¿Y usted?
- No, señor.
¿Dónde está el transmisor?
A ver, hay que encontrarlo,
¿así que dónde está?
Ordeno a los responsables
que lo entreguen inmediatamente.
Vuelvo a preguntar.
Usted, ¿cómo se llama?
- Teniente Spence, señor.
- ¿Dónde está escondido?
No sé de qué habla, señor.
¡Grey! Es mariscal guardián.
Si hay uno aquí,
es responsabilidad suya.
- No sé nada de ningún transmisor.
- ¡Pues debería!
Pediré consejo de guerra,
y saldrá en su historial.
- ¡Brough! ¿Qué sabe?
- Nada. Y es comandante Brough.
Es el tipo de problema
que causáis los putos americanos.
- No tengo que aguantar esto.
- Preste atención...
Soy oficial americano de alto rango,
¡y no tengo por qué aguantar esto!
No sé de ninguna radio, o transmisor
como usted lo llama, en esta barraca.
Y si la hubiera, estoy seguro
de que no se lo diría, coronel.
Bueno, pues registraremos la
barraca. Eso haremos.
Cada oficial se pondrá junto a su
cama cuando diga atención.
- ¿Me oís? ¡Atención!
- Calle, Jones.
Hay un transmisor en esta
barraca, señor.
Sí, y he dicho que se calle.
- ¿Puedo ayudar?
- Hay una radio aquí.
- Según la Convención de Ginebra...
- Sé el código ético.
Si cree que hay una radio, búsquela.
Si sabe dónde está, cójala.
- Es su trabajo hacer cumplir la ley.
- Hacer cumplir la ley civilizada.
Si quiere citar la ley,
obedézcala usted mismo.
Denos la comida y suministros
médicos a los que tenemos derecho.
- Un día irá demasiado lejos, coronel.
- Un día estaré muerto, capitán.
Probablemente me
moriré de apoplejía...
...haciendo cumplir
leyes insensatas...
...impuestas por administradores
incompetentes.
Tendré que denunciar su
impertinencia al general Shima.
Sí, por favor hágalo.
Y luego pregúntele quién ordenó que
cada hombre cazara 20 moscas al día.
Y que fueran recogidas, contadas
y entregadas a diario por mí.
Todo el mundo fuera, por favor.
Ahora puede hacer
su búsqueda, capitán.
¿De quién es esta litera?
No tengo ni idea. Lo preguntaré.
Y esto. Y esto.
¿Quién utiliza esa litera?
- ¿Su nombre?
- Capitán Daven, infantería.
- ¿Hizo usted esa radio?
- Sí.
Le ordené que la hiciera.
Es responsabilidad mía.
- ¿Es eso verdad?
- No.
- ¿Quién más sabía de la radio?
- Nadie. La hice yo solo.
No pasa nada.
Tengo tanto miedo como tú.
Vosotros, recoged esa litera
y seguidme.
Doctor, ¿puede venir
un momento, por favor?
Tiene suerte. Se terminó el dolor.
¿De qué ha muerto?
De la tristeza de Changi,
en su mayor parte.
¿Se refiere al deseo de vivir?
No, no del todo...
...cabo.
Es cabo, ¿verdad?
¿Cabo King?
Dejó de creer en el deseo obstinado
e irrazonable de no morir.
Hay una diferencia, sabe.
Tal vez no lo sepa.
No creo que este tipo de sutileza
le moleste mucho.
Tal vez no. Toque madera.
No pondría mucha fe en esa madera,
probablemente esté contaminada.
No tendrá tabaco, ¿verdad?
- Dicen que es bueno por algo extra.
- Sí.
Sí, justamente iba a traerle algunos.
No lo echará en falta. Gracias.
Debe contarme su
secreto un día, cabo.
Médicamente, ha de ser muy valioso.
Sólo tengo suerte, señor.
Ah, no.
Eso no me sirve.
Ah, gracias. ¿Puede privarse?
No fumo. Nunca lo he hecho.
¿Me da mis botas, viejo?
Tengo que levantarme.
- ¿Dónde están?
- En los pies de la cama.
Me las he quedado.
- Las he mantenido en buen estado.
- Sí, es verdad.
Aquí tienes.
Ya he tenido suficiente, gracias.
Me estoy muriendo.
Sí.
- Enfermero.
- ¿Sí?
Tome los detalles del cadáver para
llevarse la cama del sargento Masters.
Y también la del capitán Daven.
Pero que no se lleven las botas.
Sí, señor. ¿Y el coronel Hutton?
¿Le doy quinina?
- Claro que le das quinina.
- Bueno, lo siento. Sólo preguntaba.
Sólo los doctores
autorizan los fármacos.
Dale quinina y deja de jugar a ser
Florence Nightingale.
Hay dos apendectomías
para mañana por la mañana.
De acuerdo.
Las miraré antes de irme.
- ¿Quiere que las haga yo?
- No, lo haré yo.
- Buenas noches, doctor.
- Hola, Stevie.
Por cierto, he terminado la autopsia del
hombre que encontré en la perforación.
Murió asfixiado.
Si encuentras a un hombre metido
de cabeza en una perforación...
...la muerte es por asfixia.
- Sí.
Bueno, escribí... Escribí
en el certificado de defunción:
"Suicidio mientras el equilibrio
mental se veía trastornado".
- ¿Quiere eso?
- Ah, gracias, señor.
¿Han identificado el cuerpo?
Sí. Era del soldado Gurble.
Un nombre poco usual.
- No sería mi modo de suicidarme.
- No.
- A no ser, claro, que le pusieran ahí.
- ¿Qué?
- ¿Por qué dice eso?
- Hubo una comisión de investigación.
- Le habían pillado robando raciones.
- Ya veo.
En cualquier caso, asesinato o
suicidio, diría que lo merecía, ¿no?
Sí, supongo que sí.
- Me iré a terminar mis rondas.
- Sí. Bueno, buenas noches, coronel.
¿Quieres un cigarro, Stevie?
- ¡Ahí está!
- ¡Que no se escape!
- ¡Ahí está!
- ¡Que no se escape!
- ¡Cuidado, cuidado!
- ¡Sácala!
- ¡A por ella!
- ¡Ahí está!
- ¡Cógela! ¡Cógela!
- ¡Justo ahí!
Vale, ¡basta ya!
¡Parad! Dejadlo.
¿Queréis dejarlo ya?
Y ahora dejadla donde está.
No la matéis.
- Tengo una idea mejor. ¿Tex?
- ¿Sí?
Consigue una manta.
- ¿Una manta?
- Sí. Sí. Venga, va.
Ya está. Tú y Max atrapadla.
Venga. La quiero viva.
- ¿Con mi manta? ¿Estás loco?
- Te conseguiré otra. Atrápala.
Vamos. Dame la otra punta.
Echémosla y saltemos, ¿vale?
- Vale.
- Venga. ¡Ya!
- ¡La tengo!
- ¡Cógela!
- Sigue.
- Eh, ¡la tengo!
Vale. Vale.
¡Déjalo ya! ¡Ahora, silencio!
- Max, cógela.
- No quiero cogerla. Es su manta.
Tex, ve a ponerte la java
mientras soluciono esto.
Juntaos y escuchad las
palabras de King.
Y todo el patio se mostró obediente.
Vamos, vamos, vamos.
Vale, así que tenemos una rata viva
y coleando, ¿verdad?
- Sí. ¿Y?
- ¿Y? Usa tu imaginación.
¿Qué cosa no abunda en Changi?
Sí, aparte de eso.
- Venga. Comida. ¿Vale?
- ¿Y qué tiene eso que ver con ratas?
Dios.
No estarás pensando lo que creo
que estás pensando, ¿verdad?
Lo has captado.
- Pero no vamos a comérnosla.
- ¿Comérnosla?
- ¿Comer qué? ¿De qué está hablando?
- Carne de rata.
Estás loco de remate.
¿Quién compraría carne de rata?
Déjame terminar. Claro que nadie
la comprará si sabe que es de rata.
Pero supón que no lo saben.
Supón que decimos que es de conejo.
No hay conejos en Malasia.
Ya pensaremos en otra cosa.
¿Por qué lo estáis criticando?
¿Y si decimos que es de ardilla?
Ya está, de ardilla. Bien.
Aún no es para relamerse, ¿verdad?
Un segundo. Un segundo.
Ya sé.
- Ya sé. De ciervo.
- ¿De ciervo?
¿Qué tipo de caza
tenéis en vuestro país?
No, no el típico ciervo.
Me refiero a los rusa tikas.
Son como...
Bueno, son pequeños.
Como de unos 20 cm de altura.
Los nativos los
consideran una delicia.
Rusa tikas traducido
significa "ciervo ratón".
Ya está, pues. Estamos
en el negocio de los rusa tikas.
Primero debemos averiguar
si es macho o hembra.
Luego cogemos al opuesto, y estamos
de camino a nuestro primer millón.
¿Cómo vamos a determinar su sexo?
Leí en Reader's Digest que
los japoneses son grandes expertos.
- Eso es con los huevos, tonto.
- Déjamelo a mí. Te lo diré.
Vale. El trabajo es tuyo.
Ahora tenemos que hacer dos cosas.
Poner a otra rata en libertad y luego
debemos averiguar sus hábitos.
- Bueno, Vexley es tu hombre para eso.
- ¿Vexley? ¿Quién es Vexley?
¿Te unes a mi clase?
- ¿De veras quieres unirte a mi clase?
- Si no fuera mucha molestia.
No. Encantado, viejo.
Encantado.
- Jefe de escuadrón Vexley.
- Me alegro de conocerle.
Hola, Peter.
Vale, pues.
¿Cómodo?
Bien. Hoy...
Hoy iba a hablar de...
...los mamíferos más grandes:
Las ballenas.
¿Sabéis algo de las ballenas?
¿Qué?
Las ballenas son, sin duda alguna...
...la máxima forma a la cual
la naturaleza ha aspirado.
Tomemos a la ballena
de tono amarillento...
...el animal más poderoso
que existe.
Tomemos sus hábitos
de apareamiento.
Su apareamiento es maravilloso.
No hay otra palabra para describirlo.
El macho...
...empieza su estimulación...
...soplando gloriosas nubes de spray.
Luego bate el agua
con su cola cerca de la hembra...
...que espera con lujuria paciente...
...en la superficie del océano.
Luego se sumerge hasta la profundidad
y vuelve a emerger del agua...
...descomunal, vasto, enorme...
...y vuelve a caer
con estrépito imponente...
...batiendo el agua en spray,
azotando el agua.
- ¿Alguna pregunta?
- Sí, ¿y las ratas?
¿Cómo dice?
Eso sobre las ballenas es
interesante, pero, ¿y las ratas?
- ¿Qué pasa con las ratas?
- ¿Sabe algo sobre ellas?
Los roedores son totalmente
diferentes. Para volver...
- ¿Qué quiere decir?
- ¿Qué?
¿Cómo son diferentes?
Me ocuparé de ellos
en las próximas series.
No hay nada agradable en ellos.
¿Por qué son tan repugnantes, señor?
¿Tienen malos hábitos?
- Todo sobre ellos es...
- ¿Un cigarrillo, señor?
Por qué...
...gracias, cabo.
Coja un par, señor.
Seguro que los necesitará si explica
las ratas con detalle.
Bueno...
Vale. Ahora...
Caballeros, la hembra puede tener
hasta 12 camadas al año...
...e incluso hasta 14 ratones
por camada.
Los pequeños nacen ciegos y
están indefensos durante 22 días.
Veintidós días, caballeros,
después del contacto.
Los pequeños abren los ojos
transcurridas dos semanas...
...y son sexualmente activos
al cabo de dos meses.
- ¡Dios santo!
- ¿Sabes qué significa?
Eso significa que en seis meses, los
tikas nos llegarán hasta las rodillas.
Santo Dios.
Por otro lado, sí tienen algunos
hábitos bastante feos.
Número uno: Son caníbales.
Número dos: Lucharán si les dejan
hacer lo que les dé la gana.
Pero, por otro lado,
se comerán lo que sea.
Repito, lo que sea, vivo o muerto.
Lo que significa que no tenemos
problemas de logística.
Tengo otra.
Mientras vosotros habláis,
yo he pasado a la acción.
- Es la buena pareja.
- ¿Cómo lo sabes?
- He mirado.
- ¿Y a qué estamos esperando?
Tex, Dino, poneos en observación.
Eh.
Parece como si Vexley
sepa de qué habla.
Empezad a contar los días, caballeros.
Parece diferente.
¿No os parece que de algún modo
tiene un aspecto distinto?
Sí, parece un hombre casado.
¿Despejado?
Venga, tenemos cosas que hacer.
¿Quieres hacer algo por mí esta
noche? ¿Una interpretación?
Sí. Sí, vale.
¿Qué tienes ahí, Marlowe?
- Comida.
- ¿Puedo verla, por favor?
Deja de meterte conmigo, Grey.
¿Dónde la has conseguido?
- Me la han dado.
- Podemos adivinar quién, ¿no?
- ¿Adónde la llevas?
- Al hospital.
- ¿Para quién?
- Mac. ¿Más preguntas?
No. Por ahora, no.
No lo olvides, tú y tu amigo maleante
estáis en mi lista.
No he olvidado lo del mechero Ronson.
No sé de qué estás hablando.
No he infringido ninguna orden.
Lo harás, Marlowe, lo harás.
Si vendes tu alma,
algún día tienes que pagar.
No me vengas con todas
esas cosas del ejército.
Dime con quién andas
y te diré quién eres.
Tu amigo es un maleante, un
mentiroso y un ladrón.
Tienes razón en una cosa, Grey.
Es mi amigo.
Pero no es un maleante
y no es un ladrón.
Pero sí es un mentiroso.
Todos somos mentirosos, Grey.
Tú negaste lo de la radio.
Hay que ser mentiroso
para mantenerse vivo.
Hay que hacer muchas cosas
para mantenerse vivo.
¿Como besarle el culo a un cabo
para obtener comida?
Lo dije yo primero, Grey.
No me creerás,
pero lo dije antes que tú.
No le interesa.
Dice que el mercado es muy pobre.
Sí, por esto está aquí
jugándose el tipo.
Dile que 3.000.
Dile que siento que sea tan caro.
- Ofrece 600.
- Dile que se los quede.
No, no. Es una broma.
Lo estás haciendo muy bien.
Dile que no puedo insultar al
propietario con semejante oferta.
- ¿Qué tal lo hemos hecho?
- Bueno, ha subido a 1.000.
Necesitaría más que eso
para vivir con el olor.
Dile que vendí uno igual la semana
pasada a uno de sus colegas por 3.000.
Dile que es sólo porque me gusta
su cara sonriente, etcétera...
...sabes, lo típico. A ver si consigues
que vaya subiendo de cien en cien.
Tengo que ir a consultarlo
con el propietario.
¿Cuatrocientos? Si todo el mundo sabe
que un Omega vale mínimo 2.000.
Estoy de acuerdo, señor, pero sabe,
los pobres no escogen, señor.
He hecho todo lo posible.
Depende de él.
Seguro que sí, seguro, cabo.
No es culpa suya, no crea eso.
Pero... ¿Pero qué debo hacer?
¿Puede volverlo a intentar? ¡Por favor!
A ver qué puede hacer. ¡Por favor!
Tengo mucha fe en usted.
No puedo aceptar menos de 1.200.
Bueno, no creo que pueda
hacer mucho, señor, pero...
Vale, lo volveré a intentar.
- ¿Dos mil seiscientos dólares?
- Dos mil seiscientos dólares.
Cuidado porque escupe al hacer
el discurso de "Me han robado".
Pobre Bela Lugosi.
Volverá.
- Ha subido a 2.100.
- Eso es lo que pretendía pagar.
Dile que 2.600 o nada.
Dos mil doscientos,
y ésa es su oferta definitiva.
Sí, probablemente lo es.
Vale, dile que acepto.
Dile que es demasiado duro para mí.
Dile que tendré que dar mi comisión
para compensar la diferencia.
- ¿Sólo 900?
- Me temo que sí, señor.
Y sudé sangre para conseguirlo.
Novecientos, menos comisión.
Estoy muy decepcionado.
Es mi última propiedad.
Bueno, las cosas cada vez se ponen
más duras. Buenas noches, señor.
- No te he traído mucha suerte, ¿eh?
- Me debes dos pavos.
- ¿Dos qué? ¿De qué?
- Es tu comisión.
¿No crees que te puse a trabajar
por nada, verdad?
No tengo derecho a nada por
interpretar. Me gustó hacerlo.
Cógelo, 108 dólares. Es el diez por
ciento. Es tuyo. Te lo has ganado.
Oye, ¿cómo diablos puedo ganar 108
de un total de 2.200...
...si no había provecho?
No lo cojo.
No entiendo cómo has sobrevivido
en este mundo hasta ahora.
Mira, repasemos los
hechos de la vida.
Tu valiente comandante Prouty
me vende una pieza falsa.
Se merece lo que consiga por ella.
¿Crees que yo le importo un comino
si el reloj sale tarado?
Tal vez lo robó, ¿quién sabe?
De todos modos, me pidió 1.200.
Le pedí a Torusumi 26...
...y se decide por 22 porque
sabe que puede librarse por 35.
Le doy 900 a Prouty,
menos el diez por ciento.
Y se va a casa pensando que
me ha pillado y todos contentos.
De gastos, tuve que pagar 100
dólares para que arreglaran el reloj.
Para que no se le desmontara
en las manos.
Otros 120 para varias medidas
de seguridad.
Eso hace 1.120.
Y de 1.120 a 2.200
van 1.080 dólares.
El diez por ciento de eso son 108.
Te di 110, así que me debes dos
pavos. ¿De acuerdo?
Has trabajado por ello. Es tuyo.
Nadie te está dando algo por nada.
No.
Anímate, chico.
Escucha, de camino a casa,
verás a Brant.
Dale su jornal, ¿quieres?
- ¿Brant? ¿El coronel Brant?
- Sí, el coronel Brant.
Dale su jornal. Lo tomará.
Bueno, confía en mí. Buenas noches.
Buenas noches.
¡Asesinato!
Asesinato. Quiero que jure
la acusación de asesinato.
¡Exijo un consejo de guerra
por asesinato!
Mira. ¡Mira! ¡Mira!
Ese bestia mató a uno de mis hijos.
¡Que se jure la acusación de asesinato!
- ¿De qué bestia está hablando?
- Ese bestia, ¡ese asesino!
Está loco. Ha sido un accidente.
El perro se libró de la correa, sólo eso.
No dejo de decirle que
fue un accidente.
Le mató. ¡Esa maldita bestia
mató a mi hijo y se lo comió!
- Coronel, es una gallina, no un niño.
- Mis gallinas son niños, idiotas.
Le mataré a él y a su maldita bestia.
He dicho que lo siento.
Si tuviera el dinero, le compraría diez,
20 gallinas, pero no puedo.
- Por el amor de dios, haga algo.
- ¿Qué, a parte de denunciarlo?
- Debe librarse de este perro.
- ¿Qué quiere decir?
- ¿Qué quiere decir?
- Que se libre de él. ¡Mátelo!
- No puede mandarme que haga eso.
- Anda si no.
Le han dicho que se mantenga fuera
de esta área. Ha matado a la gallina.
Voy a matarle. El perro lo mato yo,
ojo por ojo.
Coronel Foster, he ordenado al capitán
Hawkins que destruya a su perro.
Es mío. Voy a matarle
como mató a mi bebé.
Coronel Foster, acepte mis disculpas.
Haré lo que quiera...
...pero déjeme mantener a mi perro.
- Si no se va, coronel...
...le tendré que arrestar.
Me desquitaré. Asesino.
Me desquitaré.
Me desquitaré.
Me desquitaré.
Mi bebé.
Mi bebé.
Grey, por favor retire esa orden,
por favor.
Es tan poco que pedir.
Haré lo que sea.
Pero no puedo. Sabe que no puedo.
Lo siento, no puedo hacer nada.
Tendrá que matar al perro.
No me importa cómo,
pero que sea rápido.
¡Socorro! Ayuda.
Que alguien nos ayude.
Que alguien nos ayude.
Por favor.
Estás seguro de esto, ¿verdad?
¿Y eso fue todo el mensaje,
sólo "venid aquí, 54"?
Adelante.
Es mi cumpleaños.
Pensé en invitaros a cenar.
Es de verdad, ¿no? ¿Es de verdad?
¿Es cerdo de verdad?
Cabrón, eres la hostia.
¿Dónde lo has conseguido?
Es una larga historia.
¿No habrás inventado la rueda
por casualidad?
- ¿A qué viene tanto ruido?
- Griffiths, ¿eres tú?
- ¿Quieres que nos encarcelen o qué?
- No, perdón. Perdón.
- ¡Menos ruido, estúpido!
- ¿Quién era?
Es Griffiths. Es el amo de la celda.
La he alquilado por tres pavos la hora.
- Hay que pagar para conseguir cosas.
- ¿Has alquilado la celda?
Griffiths es listo.
Hay miles de tíos aquí, ¿no?
No hay calma ni tranquilidad. Griffiths
la alquila a quien quiera.
Me apuesto algo a que no
era su idea original.
Que no nos den
gato por liebre, ¿verdad?
¿Cuánto ganas con ello, cabo?
Sólo un honesto diez por ciento.
Comprueba que la puerta
cierre herméticamente, Tex.
Si ese olor sale fuera,
nos pueden destrozar.
Creo que sólo un poco más de sal.
¿Qué piensas, señor?
No sabría qué decir. Babeo tanto
que he perdido mi sentido del gusto.
¿Pete?
- Bien, sólo una pizca, sólo una pizca.
- ¿Puedo? ¿Puedo?
Tal vez tengas razón.
Pero sólo un toque.
Sí, bueno, gracias
por lamer la cuchara.
Y ahora, venga, debes decirnos,
¿dónde lo has conseguido?
Es... Es el perro de Hawkins.
- Dios. ¿El perro de Hawkins?
- Has dicho cerdo.
- No nos tomes el pelo, ¿vale?
- No, pero has dicho cerdo.
No, tú has dicho cerdo.
Yo no he dicho nada.
¡Buenas noches!
Ay, Dios, no sé qué voy a hacer.
¿Qué más da? Perro, cerdo,
¿qué diferencia hay?
La carne es carne.
Es bastante cierto.
No tiene nada malo comer perro.
- Los chinos lo comen todo el tiempo.
- No somos chinos.
- Tienes hambre, ¿verdad?
- No importa. No es cualquier perro.
- Es el perro de Hawkins.
- Espera un momento.
Sólo porque lo conozcas,
¿cambia las cosas?
Eso son detalles británicos nimios.
- ¿Por qué no lo hueles?
- No necesitamos olerlo.
Es lo mejor desde Bisto.
No es eso. Es lo que ha dicho Pete.
Eso es, ¿eh?
¿Has comido alguna vez langosta viva?
¿Sacar un pescado del agua,
ponerlo directo en la sartén?
¿O qué hay de aquellos gansos
que tienen en Europa?
Les clavan los pies y les ceban
a través del esófago...
...con un embudo hasta que
su hígado revienta.
Así que no me hables
del perro de Hawkins.
Si no quieres comer, siéntate ahí
y mira. Es una cárcel libre.
Supongo que no es tan chocante
si lo racionalizas.
Hay una diferencia.
Es el perro de Hawkins.
Corrección, era el perro de Hawkins.
Ahora sólo es carne.
Lo has probado, ¿no?
Bueno, ¿sí o no?
Sabía bien, ¿verdad?
Pues, ¿por qué no te decides?
Ya has comido.
¿Hemos?
¿Hemos pedido entrantes?
Pensad rápido. Venga, chavales.
Bien, un día más. Dos mil ciento
sesenta y tres oficiales y hombres...
...doscientos cuarenta y ocho kg de
arroz, a 113 gramos por hombre.
A una bolsa le faltaban 4,5 kilogramos
con una balance de 9,2 kilogramos.
- ¿Disentería?
- Sí. Bastante fuerte hoy, señor.
- Gracias. Hasta la semana que viene.
- Sí. Que vaya bien.
- No se moleste.
- Perdón, señor. Descuidado.
Han alterado este peso.
¿Qué? Eso es imposible. A ver.
No, no está alterado.
Es sólo un agujero correctivo.
Este peso debía pesar algo más
de lo que debía.
Me había preocupado
por un momento.
- ¡Todos están alterados!
- Son correctivos.
Eso no. Ya sé lo suficiente
sobre pesos y medidas...
...para saber que no se permiten
agujeros. No debe haber correctivos.
Si el peso está equivocado,
nunca sale.
- ¿Qué sabe sobre eso?
- Nada, señor.
- No le creo.
- No puede acusarme, señor.
- No sé nada de ello.
- Lo pondremos a prueba, ¿le parece?
Iré fuera y le enseñaré
a todo el mundo esto...
...y veremos lo que hacen.
- Ahora espere un momento, señor.
Tiene razón. Pero no fui yo, señor.
Fue el coronel.
Me pilló picando un poco de arroz.
Dijo que me delataría...
...si no le ayudaba.
- ¡Calla, imbécil!
No va a escuchar esto.
El imbécil está intentando implicarme.
- No tenía ni idea de que pasaba eso.
- Pero tiene la llave, señor.
La llave de la caja fuerte,
donde están los pesos.
- No he podido ser yo, señor.
- ¡Calla, Blakeley!
Ahora cállate, ¿me oyes?
¿Cuánto tiempo llevan en uso
esos pesos, coronel? ¿Un año, dos?
No tengo ni idea. Si están arreglados,
no tiene nada que ver conmigo.
¿Pero tiene la llave
y los mantiene guardados?
Sí, pero eso no...
¿Ha mirado en el fondo de los pesos?
- No, no lo he hecho.
- Bueno, ¿no es eso algo raro?
No, no lo es. No pienso someterme
a un interrogatorio, teniente.
Mejor que esté diciendo
la verdad, coronel.
¿Es una amenaza? Si lo es,
declararé consejo de guerra.
No lo sé. Estoy aquí legalmente.
Los pesos han sido alterados.
- ¿No es así?
- Supongo que sí, pero...
- De acuerdo.
- Eso no significa...
Le diré lo que significa. Usted o
Blakeley son los responsables.
- Son los únicos autorizados a entrar.
- No fui yo. Lo juro por Dios.
- Sólo tengo 450 gramos de 4,5 kg.
- ¡Calla!
Por favor, señor, no diga nada.
Nos harán pedazos.
- Eso espero, Blakeley.
- Oye, Grey, podemos arreglar esto.
Tal vez alguien los ha manipulado,
pero la cantidad es insignificante.
Mira, Blakeley, espera fuera.
Quédate donde estás, Blakeley.
No hace falta que Blakeley se vaya,
¿verdad, señor?
No. Las paredes no tienen orejas.
Tendrás 450 gramos de arroz
por semana.
- ¿Eso es todo?
- Vale, un kilogramo.
Y 225 gramos de pescado seco.
¿Ni azúcar ni huevos?
Las dos cosas van al hospital,
ya lo sabes.
¿Qué dices?
Le diré lo que digo, coronel.
Iré a ver al coronel Smedley-Taylor...
...y le explicaré lo que acaba de decir.
Y le enseñaré esto.
Y si hay una fiesta de perforación...
...y espero que sí,
pediré dirigirla...
...y personalmente iré a empujarle,
pero no muy deprisa...
...porque quiero oírle gritar durante
un largo rato antes de morir.
Dios mío.
Imagino que los ladrones australianos
sois los únicos proveedores a granel.
Le diré lo que estoy preparado a
ofrecer. Usted proporcione las jaulas...
...y venda el producto,
y le daremos el 50 por ciento.
- ¿Le interesa?
- Sí, sí, parece una oferta.
Trato hecho, ¿no?
No hay nada como hacer tratos
con los de la misma clase, ¿verdad?
¿Cuándo empiezan las entregas?
Debo preparar mi organización.
A ver.
- Kurt, ¿qué le parece?
- Cinco semanas fuera.
Deberían tener algo de carne
en un mes.
¿Vale? Sólo patas de cierva.
Diez por semana.
Sabes, hazlo un buen negocio de lujo.
Debo mencionar eso. No soy muy
partidario de vender a ningún amigo.
Sabéis, colegas.
No me parece correcto, ¿verdad?
King, sabes, tiene razón.
Sí, está bien.
No podemos vender a amigos.
Ya había pensado en eso.
Caballeros, nuestros principios
serán sólo jefazos.
- ¿Sólo jefazos?
- De comandantes para arriba.
Genio. Ya te digo, es un genio.
He visto al teniente coronel Jones,
comisario sargento Blakeley...
...y les he liberado de sus
obligaciones a partir de hoy.
Y ahora olvidemos el asunto.
Digo: "Nosotros", porque
debes olvidarlo conmigo.
De hecho, lo ordeno.
Debes olvidar que sucedió.
No podemos hacerlo. Les pillamos
con las manos en la masa, robando.
Es su comida y la mía.
Merecen ser colgados.
Sin embargo, bajo
las circunstancias...
...ésta es la decisión que he tomado.
- ¿Qué circunstancias?
No puede dejarlos sin castigo.
No puede.
No me digas lo que puedo o
no puedo hacer, teniente.
Lo siento. Lo siento, señor.
Pero, señor, esos hombres
son ladrones. Les pillé.
- Repito, el incidente se cierra.
- ¡Por Dios, que no se cierre!
No dejaré que se cierre. Ellos comían
y nosotros nos moríamos de hambre.
- Insisto que son...
- Puedes insistir en lo que sea.
Tengo intención de mandar a lo
siguiente al comandante del campo:
"Recomiendo en especial al teniente
Robin Grey, del cuerpo real...
...por su trabajo de capitán preboste,
prisión de Changi.
El consistente ejercicio de su cargo
en entornos difíciles...
...es, sin lugar a dudas,
de carácter ejemplar.
Desearía recomendar que se le
conceda el rango de capitán".
Hipócrita.
Creo que está metido con ellos.
Ninguno se va a librar.
No puedo demostrar nada contra usted.
Tengo pruebas contra los otros.
- Tengo este peso.
- ¿Qué hay del peso, teniente?
- He dicho, ¿qué hay del peso?
- Éste... Éste no es el mismo.
- Éste no es el que le di.
- Estás bastante equivocado, teniente.
Es exactamente el mismo.
Eres joven, Grey.
Tengo entendido que quieres quedarte
en el ejército cuando termine la guerra.
Bueno, eso está bien.
Al ejército le vienen bien los
oficiales trabajadores e inteligentes.
Estoy seguro de que puedo persuadir
al comandante...
...de que se sume a mi
recomendación...
...para que te concedan
una comisión permanente.
Estás sobreexcitado ahora mismo,
es comprensible.
Son tiempos horribles, Grey.
Tiempos horribles.
Pero debemos ponerlos
en la perspectiva correcta.
Considero imprescindible
que olvidemos este tema trágico...
...por nuestro propio bien.
No serviría de nada.
Estoy seguro de que cuando hayas
reflexionado tan a fondo como yo...
...apreciarás la sabiduría
de mi decisión.
¿Alguna objeción a que mande esto?
Bien.
Podemos considerarlo leído.
Su ascenso queda confirmado.
Buenas noches, capitán.
Vale, chicos, pongámoslo
en el camión. Bien.
De acuerdo, vale, acércatelo.
Tendrás que volver aquí.
- ¡Aguanta!
- ¡Aguanta!
¡Muévelo!
No comas muy pesado. Tienes
que vivir para tocar de nuevo el violín.
Tienes suerte. Ningún hueso roto.
Piensa en otra cosa por un momento.
¿Tienes entradas para la obra?
Tiene que ser buena.
Ayudé a escribir, o más bien, a
recordar, el último acto.
Vi la producción original
en mi luna de miel, lo creas o no.
Jessica Tandy, lo recuerdo.
Interpretaba al personaje de la joven
dama que vivía en libertad.
Tenía una frase...
Lo recuerdo como si fuera ayer.
El joven le dijo:
"Mi querida Audrey".
Era la frase de él, no la de ella. Exacto.
"Mi querida Audrey", dijo...
..."te saldrán granos en la nariz
si bebes cuando está caliente".
Nunca lo olvidaré.
Aunque estaba de luna de miel...
...me enamoré de Audrey,
una joven dama que vivía en libertad.
Y ahora nuestro Sean
interpretará el papel.
- ¿Qué te pasa, Stevens?
- Nada, señor.
Eres un mentiroso, Stevens.
Te afeitas las piernas
y eres un mentiroso.
Pero te preocupas. Te preocupas.
Eso te salva.
- ¿Me salva de qué, señor?
- De ti mismo, Stevens, de ti mismo.
Creía que iba a decir: " De un destino
peor que la muerte", señor.
No existe tal cosa.
¿Has sacado las entradas
para la primera noche?
Sabes, nunca vi una obra
antes de venir aquí.
Películas, sí, pero nunca una obra.
Buster Crabbe.
¿Has visto alguna vez Buster Crabbe?
Sí, creo que sí.
Es el tipo de actuación que me gusta.
Buster Crabbe, Edward G. Robinson.
Esos tipos de las películas
lo conseguían todo.
¿Estás bien?
Sí, estoy bien.
Sólo me duele un poco, eso es todo.
Sabes, antes de eso,
todo el mundo lo conseguía menos yo.
Lo más cerca que había llegado
era leyendo revistas.
Solía mirar a las muñecas sofisticadas
saliendo de los coches...
...entrando al restaurante
para la gran cena...
...y siempre estaban con cerdos.
Ya sabes, cerdos de verdad.
Tíos viejos y gordos,
pero que lo conseguían.
Vamos.
Nos vemos.
Le estaba diciendo a mi mujer
que hemos hecho lo correcto...
...haciéndolo así.
- ¿Qué?
Mi mujer se lo tomó muy mal,
pero le estaba explicando...
...que no sienten nada. El veterinario
sólo le dio una inyección...
...y se durmió. Y lo sostuve
en mis brazos todo el tiempo.
No sintió nada,
sólo se quedó dormido.
¿Pete?
¿Dónde has estado?
Te he estado buscando.
¿Qué sucede?
Está todo a punto con Tinker. Vamos
a por todas con el trato del diamante.
- ¿Qué sucede?
- Me van a cortar el brazo.
Tengo una gangrena.
Mira, Pete, entiéndeme,
lo que voy a decir.
No voy a jugar sucio,
pero debes estar ahí esta noche.
Pete, escucha, sé lo que digo.
Eso no es un trato cualquiera.
Si la guerra termina, los japoneses
masacrarán a los hombres del campo.
La única oportunidad será con dinero
para comprarte la salida.
Éste será nuestro billete.
- Debemos salir adelante con el trato.
- ¡A la mierda! ¡La guerra sigue!
¡Calla! ¡Calla!
Lo siento. Lo siento. Lo siento.
Lo siento, Pete, pero tienes que
traducir para mí esta noche.
Te compensaré con algo,
te lo prometo.
Necesitamos la pasta.
Lo ves, ¿verdad?
De todos modos, sólo somos tú y yo.
Se me ocurrirá algo,
te lo prometo.
Ahora ven.
Ven.
Aún no me has lamido, ¿verdad?
- ¿Estás bien? ¿Puedes aguantar?
- Sí.
Mantén los ojos ahí.
Te llamaré cuando te necesite.
- Tiene dinero.
- Cuéntalo.
Treinta mil, cinco en dólares locales a
8 a 1. Ahora vuelvo con los bienes.
- Está todo ahí.
- Vale. Muéstrale el diamante.
¡Es Grey! ¡Es Grey!
¡Que nadie se mueva!
¡Intercéptalos!
Ahí. ¿Les ves por ahí?
¡Ahí están!
Están por ahí. ¡Ven aquí!
¡Por aquí!
Por aquí.
¡Volvamos sobre nuestros pasos!
¡Volvamos!
Hay una posibilidad.
Pasa por el cable.
Te cubriré.
- Nunca lo conseguiré.
- Sí, lo harás.
Cuando hayas cruzado...
...entierra la pasta y luego vuelve
por el mismo sitio.
- Te cubriré. Y ahora, madita sea, ¡ve!
- Nunca lo conseguiré.
Sí, lo harás.
Tú salva la pasta,
y yo te salvaré el brazo.
- ¿Qué?
- Sí. Ya me has oído. ¡Ahora ve, ve!
¿Cómo puedes? ¿Cómo puedes?
¡Tú, cabo! Quédate donde estás.
- Regístrale.
- Vale.
¿Qué es esto?
- No lleva nada, señor.
- ¿Dónde está Marlowe?
- No tengo ni idea, señor.
- ¿Dónde está el dinero?
- ¿Qué dinero, señor?
- El dinero de la venta del diamante.
¿Qué diamante, señor?
Vale. Vale, cabo.
La guerra terminará un día,
y recibirás lo tuyo.
De acuerdo, señor. Le creo.
Pero hasta entonces...
Pete está sobre el cable, tras la
barraca 14. Que vuelva ileso.
- ¿Querías verme?
- Sí. Quiero algunos fármacos.
Antitoxina. Una botella.
Y algo de sulfonamida en polvo.
- Eso es un poco fuerte, camarada.
- Mira, te seré sincero. Es para Pete.
Si no la consigo, le van a cortar
el brazo. Tiene gangrena.
¿Y qué cuesta salvar un brazo?
Por un compañero, lo haré por 400.
Es una tarifa especial.
- Vale, trato hecho.
- Tarda tres días.
- No, señor, lo necesito esta noche.
- Te costará otros 400.
Vale. Vale, tú ganas.
Pero me lo traes aquí esta noche,
¿me oyes?
Ah, Pete, ¿nos
compensarás un cuarto?
Te hemos reservado un sitio.
Ya hemos repartido, pero no hay violín.
¿Cómo estás, Peter?
Caramba, son buenas noticias,
¿verdad?
Tío, ¿quién ha repartido esto?
Tú, McCoy, idiota.
No tardaré mucho. Ay, no.
A ver, ¿qué tenemos ahí?
Dos espadas, creo, si me toca a mí.
¿Me toca?
De hecho, no. Paso.
- ¿Pete?
- ¿Qué? Ah, tres diamantes.
Paso.
- Tres espadas, creo.
- Paso.
- Paso.
- ¿Pasas?
- ¿Pasas?
- Deberías tener más fe, Peter.
- Aun así, haré todo lo que pueda.
- ¿Que hará qué?
- Lo intentaré, tal y como dicen.
- No, ¿qué ha dicho? ¿Fe?
¿Hacer qué? No me de fe.
No me de esta vieja frase de mier...
...vicario, padre,
o como le guste llamarse.
¿Sabe lo que puede hacer con su fe?
¡Quédesela!
- Vale.
- No diga "vale".
Sabe de lo que hablo,
¿verdad, padre?
- Pete, mira...
- Calla.
Me gusta hablar de ello, sobre Dios
y la fe y la compasión y todo lo demás.
¿Qué puede hacer Dios sobre algo?
¡Y me refiero a hacer de veras!
- Puede curar.
- ¿Que puede qué? ¿Curar?
¿Ha dicho "curar"?
Ha hecho un buen trabajo, ¿no?
Éste es uno de sus mayores éxitos.
Supongo que morir de disentería...
...y ceguera no importa.
Eso no podía importarle.
¿Sabe lo que creo?
Creo que Dios es un maníaco.
¡Un maníaco vicioso y sádico!
Puede quedarse con su Dios, vicario,
y con su preciosa fe.
Es un broma pesada y de mal gusto.
- ¿Dónde está la enfermera?
- Stevens no podía venir esta noche.
- Le daré la primera.
- ¿Sabes hacerlo?
Claro que sé hacerlo.
¿Tienes agua hirviendo?
- Sí, aquí mismo.
- Más vale que sepas cómo hacerlo.
Aquí, echa una gota ahí,
¿puedes, amigo?
Que el resto siga hirviendo.
Primero debo darle una inyección
de morfina.
Y luego debo limpiar la herida
tan bien como pueda.
Eh, necesitamos más luz,
por favor. Rápido.
Sí, eso es.
Esteriliza eso otra vez.
Llénalo de esta botella.
Pasemos por ahí,
vale, amigo.
Aquí estamos.
Quítale ese maldito vendaje, ya está.
Dale un apretón.
Puede ser demasiado tarde.
Hazlos desparecer. Entiérralos.
Tex.
Debes observar esto...
...porque si Stevens no viene,
tendrás que hacerlo tú.
La inyección tiene que ser intravenosa.
Primero encuentras la vena.
Ves, ahí está.
Ahora metes la aguja...
...y tiras el émbolo hacia atrás hasta
que haya sangre en la jeringa.
Ves, así. De este modo
estás seguro de que tienes la vena.
Cuando estés seguro,
jeringas la antitoxina para adentro.
Pero despacito, amigo.
Con cuidado.
Hasta que se vaya toda. Así.
Eso hay que hacerlo cada seis horas
hasta que se termine el material.
Si te lo saltas una vez,
no habrá servido de nada.
- ¿Cuánto tiempo estará inconsciente?
- Como un par de horas, imagino.
Bueno, mejor ajustamos cuentas ahora.
Ajustaremos cuentas cuando el trato
del diamante salga.
No, tío. Yo entrego, me pagan.
El trato del diamante...
...no tiene nada que ver con eso.
- No pasa nada por esperar.
Te diré si pasa, colega.
Si no consigo...
Espera un minuto. Espera un minuto.
No me digas que no lo tienes.
Lo tengo. Lo tengo.
Pero no sé dónde está.
Él es el único que sabe dónde está.
Bueno, hay quien aprovecha
sus oportunidades, ¿no?
Estaremos en contacto, tarde
o temprano. Buenas noches.
¿He ido a por él?
- No te preocupes.
- ¿He ido a por el dinero?
No, aún no. No te preocupes.
En cuanto te mejores.
Aún tienes esto.
Te he conseguido el material
como te prometí.
Te han dado la primera inyección.
Y has estado sin sentido un buen rato.
Sabes que no puedo decir nada.
Bueno, podrías decir que soy un genio.
Podrías decir eso.
Está mejor. Y tengo tu dinero.
¡Idiota!
Idiota. Lo hemos conseguido.
¡Lo hemos conseguido!
Venga, dime, ¿soy el King?
¿Soy el King?
- ¿Hueles a cocido?
- Sí, señor.
Llevo oliéndolo toda la mañana,
a rachas. Parece envolverlo todo.
Debo reconocer...
...que es delicioso,
absolutamente delicioso.
Un poco fibroso, tal vez,
pero sin embargo delicioso.
Sí, espléndido, espléndido.
Espléndido.
Sí, bueno...
...no diría que no
a otra ración.
¿Hay posibilidad de conseguir más?
Puede ser. La verdad es
que tengo cierta influencia.
- ¿Señor?
- Nada aún.
El comandante sigue discutiendo
con ellos.
Lo que más me fastidia
es que no haya represalias.
Cuando encuentran una radio,
sabes que vienen problemas.
¿No recuerdas nada diferente
que sucediera esa noche?
No, sucedió demasiado deprisa.
Cuando me desperté, les hacían salir.
No hablé con ellos.
Bueno, por lo que sabemos,
siguen ahí.
- Quieren vernos, George.
- ¿Alguna idea de lo que pasa, señor?
No, no he aclarado nada.
Todos muy educados. Pero...
A no ser que estén planeando
ser el ejemplo.
Suelen ser demasiado educados
cuando se trata de muerte ceremonial.
- Bueno, ¿más vale aclararlo, no?
- ¿Todos nosotros, señor?
Sí, han solicitado a todos
los oficiales de alto rango.
Nosotros, emperador, hemos ordenado
al Gobierno lmperial que notifique...
...a los Estados Unidos, Gran Bretaña,
China y la Unión Soviética...
...que aceptamos
su declaración conjunta.
El enemigo ha hecho uso
de una bomba inhumana...
...y está sometiendo a gente inocente
a heridas y masacres crueles.
Continuar la guerra no sólo conduciría
a aniquilar nuestra naturaleza...
...sino también a la destrucción
de la civilización humana.
¿Cómo proteger a nuestros súbditos,
que son como recién nacidos?
¿Cómo pedir misericordia de los
espíritus de antepasados imperiales?
Cuando nuestros pensamientos
se explayan sobre...
...nuestros súbditos,
que murieron en batalla...
...y sobre los que
murieron prematuramente...
...y en las familias que dejaron atrás,
nos sentimos muy afectados.
Es nuestro deseo iniciar una era
de paz para las generaciones futuras...
...tolerando lo intolerable
y soportando lo insoportable...
...recordando nuestras
grandes responsabilidades...
...y el camino que queda por hacer...
...y concentrando nuestras fuerzas
en la construcción del futuro...
...animado por una profunda moralidad
y una firme honestidad.
Juramos mantener alta
la flor de nuestra nación...
...y decidimos no permanecer atrás
en el progreso general del mundo.
Os pedimos, súbditos nuestros,
que encarnéis nuestra voluntad.
¿Debo deducir que...
...la guerra ha terminado?
Sí, la guerra ha terminado.
¡La guerra ha terminado!
¡Lo hemos conseguido!
¡Lo hemos conseguido!
No tiene sentido.
Es que no tiene sentido.
Eh, Max.
¿Nos quieres hacer un
café de victoria?
- ¿Y mis ratas?
- ¿Qué?
¿Quién cuidará de mis ratas
cuando me haya ido?
- Aún no te has ido.
- ¿Qué pasará con ellas?
No te das cuenta de que han nacido
en cautiverio.
No conocen nada más.
Bueno, abre sus jaulas.
Pronto aprenderán.
- ¿Eh, Max?
- Sí.
Me pregunto...
Parece ser que ha habido
grandes cambios en casa.
Ha habido grandes cambios
en casa, ¿eh, Pop?
Hazlo tú.
¿Qué estás haciendo?
¡Mira mis zapatos!
Hazme una taza de café, cabo.
Sal antes de que ponga
mi pie en tu cara.
Ah, eso haces. Eso haces.
Te arrestaré.
No lo olvides, tengo el rango.
Soy sargento jefe.
Sargento jefe. Puedo ordenar
que te hagan consejo de guerra.
- Tex, coge ese puchero.
- ¡Escucha, escucha!
¿Qué quieres? ¿Dinero?
Tengo dinero. Buen dinero japonés.
Toma, 90 pavos.
Suficiente para una taza de café.
Lo has conseguido.
Lo has conseguido, cabo.
- Tex, coge ese puchero.
- ¡Quieto donde estás!
Quietos donde estáis. Quietos.
¡A partir de ahora, asumo pleno mando
militar de esa barraca!
¡Bajo la autoridad que me otorgan,
esta barraca ahora está bajo pleno!
¡Te mataré!
¡No! ¿Qué está haciendo?
¿Qué estáis? ¿Qué estáis?
¿Qué estáis haciendo?
Me preguntaba dónde estabas.
Te he echado en falta en la obra.
¿Qué quiere?
¿Señor?
Sólo quería verte.
Bueno, ya me ha visto.
Vale, soldado, salúdame.
He dicho que me saludes.
Salúdame, bastardo.
Meteos en el maldito cuartel
de la guardia y quedaos ahí.
Bien. La próxima vez
que diga saluda, ¡saludad!
Y vosotros.
Hola.
Soy Weaver, del cuerpo
de paracaidistas.
¿Puede decirme o mostrarme
quién está al mando aquí?
Es británico, ¿verdad?
Pues no debe tenerme miedo.
Yo también he pasado por lo mismo.
No podía pensar en qué decirles.
Sólo me lo iba repitiendo a mí mismo.
Es británico, ¿verdad?
Bueno, la guerra ha terminado, sabe.
Me han enviado por delante.
Para ocuparme.
¿Un cigarrillo?
Son de los de buenos. De casa.
¿Los recuerdas?
¿Qué sucede?
¿Qué sucede?
La guerra ha terminado.
Bienvenido a Changi, señor.
Gracias a Dios que alguien aquí
es normal.
Soy el capitán Weaver.
Me mandan para ocuparme del campo...
...hasta que lleguen los demás,
que puede ser en cualquier momento.
Empezaba a preguntarme si pasaba
algo malo conmigo.
La mayoría de ellos están en shock,
señor. Ha pasado mucho tiempo.
Sí, supongo que sí.
- No es británico, ¿verdad?
- No, soy americano, señor. Cabo King.
Hay algunos de nosotros
colonos por ahí.
El comandante Brough es nuestro
oficial. Tal vez desearía conocerle.
Sí. Sí, claro.
¿Quiénes son esos pobres, cabo?
Algunos de los tipos. Oficiales.
- ¿Oficiales?
- Sí.
Ésas son barracas de oficiales.
Los alistados están entre paredes.
- ¿Son todos así?
- ¿Señor?
¿Todos tienen ese aspecto?
- ¿Y por qué es usted tan diferente?
- ¿Señor?
¿Por qué es usted tan diferente?
- ¿En qué sentido, señor?
- ¿Por qué usted va bien vestido...
...y ellos llevan harapos?
No es perjudicial cuidar
de la ropa de uno, ¿verdad?
También está en buena
forma, ¿verdad?
He estado al tanto, señor.
- Tampoco eso es perjudicial, ¿no?
- No. Para nada.
- ¿Y las dependencias del comandante?
- Por ahí, señor. El último bungalow.
De acuerdo.
No le olvidaré, cabo.
Sin duda veré al comandante Brough
a la primera ocasión.
- ¿Qué quiere decir con eso, señor?
- Imagíneselo, cabo.
Ojalá tuviera tu sangre fría, Fortnum.
Yo no he podido hablar con él.
Me he escapado.
Todos lo hemos hecho.
Era tan real. Era demasiado real.
Dios, es una locura, ¿no?
Se ha terminado y hemos sobrevivido.
Pero sigue siendo una locura.
¿Qué te ha dicho?
Sólo me ha preguntado algunas cosas.
¿Qué ha dicho?
¿Te ha dicho algo?
Nada que no supiera ya.
Oye, ha terminado, ¿verdad?
¿No es un error?
No, no lo es. Olvídalo.
Ahora tú eres el afortunado.
¿Que lo olvide?
Eh, oye, te estoy hablando.
Me llamaste "señor" ayer por la noche.
Es la segunda vez que te vas.
La guerra es lo único que ha
cambiado. Tú y yo somos iguales.
Mira, la gente no cambia, porque...
Cuando se declara la
vía libre, ¿verdad?
Yo no he cambiado.
No me avergüenzo porque eres
mi amigo. Hemos sobrevivido.
Tú y yo.
¿No recuerdas lo que teníamos?
No estaría aquí si no fuera por ti.
¿No lo recuerdas?
Trabajaste para mí un par de veces.
Te pagué. Es todo lo que teníamos.
Fortnum.
Fortnum, la amistad no es un asunto
de un diez por ciento.
No me pidas que lo olvide todo ahora.
Por favor, eso no, si no,
¿de qué habrá servido todo?
No soy diferente.
Pero eso es sólo tú.
Amigo. De una en una.
Un amigo.
Es suficientemente bueno
para cualquiera.
Sólo es un comienzo.
Larkin, C.D. (Teniente coronel, RA)
Mujer e hija muertas en
ataque aéreo, Coventry 1941.
- Está vacía. ¿Adónde han ido?
- ¿Qué?
¿Adónde han ido?
¿Está sordo o qué?
- ¿Adónde ha ido quién?
- King. ¡Los americanos!
Ah, los yanquis.
Se mudan. Deben estar en camino ya.
Venga, hombres, a los camiones.
Vámonos.
Vámonos.
Venga, hay que coger un avión.
Vámonos.
Meta el culo en el camión, cabo.
Yanquis, ¡volved a casa!
Valía la pena esperar para ver eso.
Verle en su sitio de una vez.
Nos toca a nosotros, Marlowe.
Incluso volvemos a casa y todo.
Nuestro voto sacó al viejo Churchill
y a su pandilla.
Ya no tenéis al mundo controlado.
Nos toca a nosotros ahora.
Siempre te podrás sentir orgulloso
de haber sido su amigo, supongo.
No se te ocurriría pensar que
estás vivo gracias a lo que él te dio.
Nunca acepté nada de él.
Él nunca me dio nada.
Sólo odio, Grey. Sólo odio.
Subtitulada por:
SDI Media Group
Ripped by:
SkyFury