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Es la peor tormenta que recuerdo.
Sí, no se ha visto una
estrella en tres meses.
No es natural.
Busquemos refugio mientras podamos.
Volvamos a la granja
antes de que sea peor.
Mejor empapado que calcinado.
Esta tormenta no acabará nunca.
No llegaríamos hasta la carretera.
Quizá podamos ir a
la casa de los sauces.
¿Estás loco?
¿De verdad crees en el monstruo?
- Pero el periódico dice...
- No seas crio.
¿Esa es la casa?
Me da mala espina.
Porque tienes miedo.
Miedo o no,
ese sitio tiene algo raro.
Hace quince años
que está abandonado.
Desierto, ¿eh?
¿No decías que estaba abandonado?
Debería estarlo, no lo entiendo.
¿ Qué quieren?
Vámonos de aquí.
Creíamos que no vivía nadie.
Fue idea suya.
Quizá podría darnos refugio
parece que va a llover toda la noche.
- Sí, cae una buena.
- No, no pueden quedarse.
- Sea razonable...
- ¡No pueden quedarse!
¡Vamos a coger una pulmonía!
¡No son bienvenidos a mi casa!
¡Váyanse ahora!
¡Fuera!
¡Lobo!
No, ya se iban.
¡El monstruo!
¿Ahora crees al periódico?
¿Lo oyes Lobo? ¡Tú eres el monstruo!
Quizá algún día conozcan al monstruo.
No puedo correr más.
Tienes que seguir.
Era el monstruo,
pero no me molestaria
con tal de estar cómodo.
Vamos.
¡Ayuda!
¡Tú, desátame!
Suéltame, ¿me oyes?
Lobo oye
pero no puede hablar.
Lobo es mudo.
Temía que la tormenta
nos dejara sin invitados esta noche.
¡Lobo!
¡Has maltratado a mi paciente!
Ya se cansa de nuestra hospitalidad.
¡He dicho que me suelten!
Temo que ahora no puede ser.
- ¿ Quién es usted?
- Vornoff,
Quizá el nombre no le diga mucho.
¿ Qué me está haciendo?
Pronto será un gigante.
Tendrá la fuerza de veinte hombres.
O, como los demás,
morirá.
Apágalo.
¿No es extraño, Lobo?
Nuestro amigo vuelve a casa,
tras una larga y dura
sesión de nado.
EL MONSTRUO ATACA DE NUEVO
¡EL MONSTRUO SE LLEVAA DOS!
- ¿Cómo se llama?
- Descúbranlo solos.
Lo haremos...
Cuidado con el cigarro.
- ¿ Qué hacía en el pantano?
- ¿ Qué le importa?
Basta de tonterías, tío listo.
Ninguna cárcel del tres
al cuarto va a detenerme.
Estaré fuera en 24h.
Eso es lo que tú crees.
Me ocuparé
de que no salgas en 72h.
Llévale abajo y acomódale.
Venga, vamos.
Déjame, no me podéis hacer esto.
¡Déjame!
¿Dónde crees que vas?
¿Cómo que dónde voy? Le llevo
los periódicos al capitán Robbins.
Y desde cuándo no los dejas aquí.
Desde que me dijo
que los llevara yo
para que no los destroces.
Cierra el pico y dámelos.
O te encerraré
por vender sin licencia.
Kelton, tengo licencia.
¿ Y si caducara de repente?
Entre.
Aquí está la edición
de la tarde, capitán.
¿Por qué no puedo trabajar en este caso?
Vuelva a su escritorio.
Sí, señor.
- Y Kelton...
- ¿Sí, señor?
Le dije al chico que
los trajera él mismo.
Sí. Pero si me pregunta...
No le he preguntado.
Sí, señor.
- Y Kelton...
- ¿Sí, señor?
¿Dónde esta el teniente Craig?
Creo que en su oficina.
Dígale que venga.
Ahora mismo.
Entre.
Hola, capitán.
Hola ***, siéntese.
¿Ha visto el periódico?
¿ Y quién no?
Si los pájaros tienen algo,
es que nunca causan problemas.
Su novia escribe buenas historias.
Eso cree ella. ¿Algo nuevo?
No.
Doce desapariciones, y ningún indicio.
No, esta vez tampoco.
He estado en ese pantano tantas veces
que se me están encogiendo los pies.
Hace poco que la han disparado.
Sí, varias veces.
La esposa de Jake la
identificó hace un rato.
El abrigo era de su compañero.
Salieron a cazar al pantano.
Nunca volvió.
- No queda mucho.
- Unos chicos lo encontraron en el lago.
¿ Y el rifle?
A una milla
de la casa de los sauces.
Todo concuerda.
Pero no prueba nada.
¿Se cree lo que dice el periódico?
Su novia sí.
¿ Y usted?
La policía no cree en monstruos,
solo en hechos.
Solo en hechos, no se olvide.
El capitán no quiere ver a nadie.
El capitán no quiere ver a nadie.
Sea buena y váyase.
Capitán Robbins, ¿le
puede decir que me deje?
- Kelton.
- ¿Sí, señor?
Déjela.
Como usted diga, capitán.
Una periodista solía
encontrar información aquí.
- ¿ Qué quiere decir?
- Ahora se hace el tonto.
*** Craig, no creo que
nuestro matrimonio dure
si ya me estás escondiendo cosas.
Me llevas evitando todo el día.
- ¿Pero qué dices?
- ¿Así que no me esquivabas?
No.
Y cada vez que llamaba,
¿estabas realmente ocupado?
Sí.
Bueno, la historia
del monstruo y el pantano.
Monstruo, monstruo.
¡Lo sabía!
No existen los monstruos,
esto es el siglo XX.
No cuente con ello.
Los monstruos, digo.
Pero Janet...
Nada de peros
o olvídate del matrimonio.
- No lo dices en serio.
- Sí lo digo.
No lo dice.
Le digo que sí.
Pues devuélvale el anillo.
¿ Qué?
Si cancela el matrimonio
devuélvale el anillo.
- Pero jefe...
- ¡Capitán!
Devuélvale la piedra. Es lo justo.
Preferiría tirarla al pantano.
Además, dejemos
nuestra vida personal aparte.
Como debe ser.
Como siempre he dicho.
Perro.
Hablemos sobre el monstruo.
Tu lo inventaste,
carga con él.
No existen los monstruos.
Pero dos hombres más han desaparecido.
Ya van doce en 3 meses.
Todo apunta a una causa inhumana.
¿ O aún lo achacan a un cocodrilo?
¡Está escondiendo
información al público!
Janet, puede que no lo crea
pero tiene toda la historia que hay.
¡Claro que no lo creo!
Pues es la verdad,
menos por el monstruo,
producto de su imaginación.
No tenemos más pistas
¿ Qué llevará al periódico?
Yo creo en el
"producto de mi imaginación"
y ustedes no han podido refutarlo.
Hemos realizado
toda investigación posible.
Monstruos...
¡eso es fantasía y Ud. Io sabe!
Nosotros tratamos con
hechos y pruebas,
¿no lo ve?
Hombres que desaparecen...
Hay muchas arenas movedizas...
Sí, doce en el mismo sitio.
¡Lo hacemos lo mejor que podemos!
¡Quizá no es suficiente!
¡Lo digo en serio! ¿Pistas?
¿ Qué es esto?
¿ Un disfraz?
¿ Y esto?
¿ Un palo saltarín?
He de admitir
que estaban en el lago.
Pero recuerde que salían
en su propia historia.
Ningún ser humano hizo esto.
Eso dice Ud.
Parece que he llegado
a un punto muerto.
Si quieren jugar a los secretos,
no me queda más que
ir al pantano yo misma.
Sobre mi cadaver.
Eso se podría arreglar.
Adiós.
Está lo bastante loca para hacerlo.
¿ Sabe qué capitán?
- ¿ Qué?
- Creo que tiene razón.
Hola Tillie.
Hola Janet, cuánto tiempo.
Tillie, ¿recuerdas hace
un par de años
cuando la casa de los sauces
estaba en venta por embargo?
Me parece que era noviembre
o diciembre del 48.
- ¿ Quieres ver los archivos?
- Sí.
Un momento.
Aquí está.
Octubre a diciembre del 48.
En el archivador de arriba.
No tardaré.
Tómate tu tiempo, no iré a ningún sitio.
Y ellos tampoco.
¿Has encontrado lo que buscabas?
Sí, gracias, siento el desorden.
Para eso me pagan.
Llama al jefe y dile
que volveré más tarde.
- ¿Andas tras algo bueno?
- Podría ser...
Ah, y llama a *** y
dile que no podré ir,
que me encuentro mal o algo.
Déjamelo a mi, yo me encargo.
- Hola Janet.
- Hola Marge.
- Janet, ¿aún buscas al monstruo?
- ¿Tú qué crees?
Creo que el jefe te está buscando.
La policía quiere que dejemos
las historias de monstruos.
¡Tienes a la ciudad aterrorizada!
No te he oído.
- He dicho que...
- Sé lo que has dicho...
pero no te he oído.
Ya veo. Hasta luego.
Hace mucho que Craig trabaja en el caso.
Repítale lo que me ha dicho.
Desde luego.
Hola ***.
Profesor Vladimir
Strowsky, el teniente Craig.
- Encantado de conocerle.
- Hola, ¿ qué tal?
Profesor, ¿puede ponerle al día?
¿Ha oído hablar del lago Ness?
Eso creo.
¿Es un lago de Escocia, no?
¿ Y ha oído hablar
del monstruo del lago?
Algo, sí.
Hace unos años me llamó
la policía británica
para investigar al monstruo
del lago Ness.
Pensaban que era
una criatura del pasado.
Soy un experto en
monstruos prehistóricos.
Pero no conseguí lo que quería.
No pude ver al monstruo.
Pero otros sí,
y tengo sus testimonios.
¿lnsinua que
el monstruo del lago Ness
cruzó el oceano y
vino hasta el pantano?
Lo considero muy improbable.
Pero son casos similares,
y hay muchísimas
descripciones del "monstruo".
Y creo que con mi conocimiento
y su permiso,
quizá podría aclarar el misterio.
Para eso estoy aquí.
¿ Qué piensa ***?
Necesitamos
cualquier tipo de ayuda.
¿ Y usted mantendrá en
secreto lo que descubra?
Como desee.
¿Le importaría tener compañía?
¿Compañía?
El teniente Craig.
A veces la policía puede ser útil.
Me encantará tener su ayuda.
¿Cuándo puede salir?
Ya mismo.
Sugiero que esperemos
hasta mañana.
Se avecinaba una tormenta
y ya casi es de noche.
Según los informes, el
monstruo solo ataca de noche.
Sin duda, pero la investigación
preliminar debe ser de día.
La noche, el monstruo...
Todo a su tiempo.
- Parece lógico.
- Lo que usted diga.
Caballeros,
acabo de llegar a la ciudad,
y me gustaría volver al hotel.
Por supuesto.
- Buenos días capitán.
- Profesor...
Hasta mañana, teniente Craig.
Aquí estaré.
Un tipo raro.
¿Dónde quedo con él?
Aquí a las 10.
Así tendrá la luz que quiera.
Hasta luego.
¿ Una cita?
¿ Usted que cree?
Creo que no.
¿ Que no?
Llamaron de la oficina,
Janet tenía un dolor de cabeza.
Si ha ido al pantano
sola le daré una zurra.
- Aunque sea lo último que haga.
- Seguramente lo sería.
Vigílale, ***.
- ¿A Strowsky?
- Es una corazonada.
De acuerdo.
Ahora está a salvo, querida.
¿ Quién es usted?
Dr. Erik Vornoff.
Estaba usted en shock.
¿ Cómo he llegado aquí?
Eso no importa ahora.
Ahora debe descansar.
Descansar...
Se dormirá...
Dormirá...
Las adorables jovencitas...
duermen.
Ya estamos en el el cruce...
y como dicen en los westerns,
¿hacia dónde?
Bueno...
Esa es la carretera de
la casa de los sauces.
Vayamos por ahí.
***, cada vez que vengo
odio más el pantano.
No naciste para trabajar en el pantano.
Tienes razón. Me gustaria
irme lo más lejos posible.
El viento, la lluvia,
le dan un aire antinatural.
El suelo, lleno de
cosas que se arrastran.
De muerte que se arrastra.
Tienes razón, Marty.
Este pantano es
un monumento a la muerte.
Serpientes, cocodrilos,
arenas movedizas,
todo abocado a una cosa,
la destruccion.
Hay algo raro en toda esta lluvia.
En los rayos también.
Como dicen los periódicos, a lo
mejor las explosiones atómicas
han cambiado la atmósfera.
Puede...
Si yo fuera el profesor
no vendría al pantano sin un guía.
No lo entiendo.
Llega a la oficina con sus
historias de monstruos,
queda con nosotros para venir,
y luego viene él solo.
¿Estás seguro de que está aquí?
¿Dónde si no?
Bueno, vamos a ello.
- ¿El coche de Janet?
- Sí.
No está aquí.
Quizá volvió a la
carretera y fue a la ciudad.
Tengo que asegurarme.
Hay un bar a 10 millas,
vamos a mirar.
- Vamos.
- Vale.
¿Dónde encontraste el coche?
¿Ni rastro de ella?
¿ Y Strowsky?
Te dije que no le perdieras
de vista.
Sí, capitán.
No me gusta esto.
Busque a Strowsky.
Le llamaré más tarde.
Vale.
Pareces preocupado ***.
Nadie...
El capitán, su
apartamento, la oficina...
Nadie sabe nada
desde ayer por la tarde.
El capitán Robbins está investigando.
Y nosotros ¿qué hacemos?
Órdenes, encontrar a Strowsky.
Póngame con el City Def.
Hola Jim.
Llamaba por la chica.
También me ha llamado.
¿ Quién la vio por
última vez en la oficina?
No tenga miedo de Lobo.
Es dulce como un gatito.
Deja esto.
Basta, largo.
¡He dicho que te largues!
Eso es todo.
Ahora, querida,
¿crema de leche o azúcar?
Aún no ha desayunado.
Y ya son más de las
12. Debe tener hambre.
- ¿ Qué me pasó?
- Su coche... un accidente.
Lobo la trajo aquí.
A mí.
¿Dónde estoy, y quién es usted?
¿No recuerda que se lo dije anoche?
¿Ah, sí?
Sí, soy el Dr. Erik Vornoff.
Estamos en la casa de los sauces.
Sí...
¿ Cómo lo sabe?
Busqué en nuestro
registro de propiedades.
Un tal Erik Vornoff compró la casa
en el mes de noviembre de 1948.
- ¿Es periodista?
- Sí...
Mi nombre parece sonarle.
No buscaba su nombre.
Como la casa está al lado del pantano
busqué en los archivos.
Su nombre aparecía como comprador.
Me pregunté si sabría algo
del monstruo.
Querida Miss Lawton...
¿Cuándo le he dicho mi nombre?
No lo ha hecho.
Pero como estaba inconsciente
me tomé la libertad
de mirar en su bolso.
- Debe haber visto mi pase de prensa.
- Así es.
Y si sabía las respuestas
¿para qué interrogarme?
¿ Y qué era ese monstruo?
No, es muy humano.
Le encontré en la fosa séptica.
Me ha sido muy útil, a veces.
Con lo cansada que está,
ya hemos hablado demasiado.
No estoy nada cansada.
Pero sí que lo está.
Está... muy cansada.
Raro...
de repente...
estoy muy cansada.
Sí...
Muy... cansada...
Muy cansada.
¡Lobo!
Lleva a la chica a mis aposentos.
¡Querido profesor Strowsky!
Bueno,
ha pasado mucho tiempo.
¡Vornoff! ¡Es usted!
Ya lo ve.
En París le perdí por un mes.
En Londres una semana.
En el lago Ness un día.
El monstruo del pantano
parecía obra suya.
¿Por qué se interesa
ahora en mí, Strowsky?
Por sus experimentos
con energía atómica.
Mi querido país cree
ahora en mi trabajo.
En que puede ser un éxito.
El gobierno quiere que vuelva,
que continue sus experimentos allí,
donde puede tener lo que quiera.
¿Por qué rie?
Esto no es cosa de risa.
Querido profesor Strowsky,
hace 20 años
me exiliaron de mi país,
apartado de mi mujer e hijo
para no verlos jamás.
¿Por qué?
Porque me atreví a usar el átomo
para crear super seres.
Seres de fuerza
y tamaño impensables.
Me tacharon de loco,
de charlatán.
Expulsado por quienes
me consideraban un genio.
Ahora, en este infierno olvidado,
he provado que tengo razón.
No, profesor Strowsky,
no es cosa de risa.
Sí...
Fue un error trágico.
Pero en cuanto supe que
estaba en lo cierto,
que siempre lo había estado,
informé a las autoridades.
Vornoff, le he buscado
en cada rincón,
allí donde oía
historias de monstruos.
Aquí estoy,
para llevarle a casa.
¿Casa?
No tengo casa...
Exiliado,
despreciado.
Viviendo como un animal.
La jungla es mi casa.
Pero le enseñaré al mundo
que puedo ser su amo.
¡Crearé mi propia raza!
Una raza de superhombres atómicos,
¡que conquistarán el mundo!
Sí...
Por supuesto...
Una gran raza dominante...
Como la que le he dicho a mis
superiores que solo usted puede crear.
Una con la que nuestro país pueda
dominar el mundo sin oposición.
Me malinterpreta, Strowsky.
No pienso volver a casa.
Mis planes son para mí mismo.
¿Está loco, Vornoff?
A uno siempre
se le considera loco...
cuando descubre algo que
los demás no entienden.
Nuestro gobierno me
ordenó traerle de vuelta.
Me temo que le resultará difícil.
Como verá, no he venido solo.
Yo tampoco, Strowsky.
Traelo, Lobo.
Pasa, pasa... ¡deprisa!
¡Es un idiota!
Puede matarme pero otros vendrán.
- ¡Silencio!
- Nunca se saldrá con la suya.
¡Métele ahí!
¡Vordoff no!
¡Ayuda!
¡Ayuda!
Ahora, profesor Strowsky,
verá el producto de mi
genio mucho más de cerca.
El monstruo del pantano.
Su país me ofrece fama
y fortuna para que vuelva.
Pero mi precio es mucho más alto.
Desaparecerá, Strowsky,
tal y como todos los demás.
Es de alquiler.
- ¿ Crees que es el de Strowsky?
- Apostaría a que sí.
Ya oscurece.
Ve en coche hasta la playa.
Yo cruzaré el pantano
hasta la casa de los sauces.
De acuerdo.
Llévate esto.
- Y Marty...
- ¿Sí?
Si ves algo sospechoso
sabes dónde estoy.
Todo es sospechoso en este pantano.
¿ Qué puedo hacer por usted?
Capitán Robbins, homicidios.
Pues hace al menos un
mes que no mato a nadie.
¿Pasó por aquí ayer Janet Lawton?
La policia no tiene
sentido del humor.
Sí, pasó por la tarde.
- ¿Recuerda a qué hora?
- Más o menos.
Llegó sobre a las 2 y
se fue sobre las 3:30.
Aunque eso es el mediodía, ¿no?
- ¿ Qué quería?
- Buscaba información.
Eso me lo imaginaba.
- ¿No sabrá qué buscaba?
- Claro.
- ¿ Y bien?
- ¿Bien qué?
- ¿A qué juega?
- A nada que yo sepa.
¿ Qué buscaba Lawton
en los archivos?
¿ Y por qué no lo pregunta
en vez de tanta charla?
Buscaba los archivos
de octubre a diciembre de 1948.
Concrétamente el de la casa
de los sauces. La del pantano.
¿Lo encontró?
Supongo.
Al menos el papel de compra.
Lo vi después de que se fuera corriendo.
Lo dejó en el 26 de
noviembre. ¿ Quiere verlo?
Claro.
Ahí está, aún no lo he guardado.
Sí, Dr. Erik Vornoff.
Dame todo lo que tengas sobre él.
Esperaré.
Estaré listo para la chica.
Querida,
está preciosa.
Átala a la mesa.
¡Haz lo que ordeno!
Te reto a que me desobedezcas.
¡Me obedecerás!
¡Átala!
¡Átala!
¡Te lo ordeno!
Prepara el equipo.
Dolerá solo un momento
y luego será una mujer de fuerza
y belleza extraordinarias
¡La novia del átomo!
¡Está loco!
Mi periódico sabe dónde estoy...
¡No se saldrá con la suya!
Cuando haya acabado
mis experimentos,
¡nadie me podrá tocar!
Yo haré la ley.
Triunfe o fracase, no
le preocupará mucho rato.
¡Suélteme!
Ya la ha oído.
¿ Quién es usted?
Para empezar, soy policía.
Suéltela y rápido.
Tiene la ventaja de momento.
Calle y suéltela.
Claro...
¡***!
Sácale, rápido.
¿Dónde está el teniente Craig?
Encontramos el coche de Strowsky.
ÉI fue por pantano,
y me dijo que esperara en la playa.
- ¿Dónde iba?
- La casa de los sauces.
- Kelton...
- ¿Sí, señor?
Es su primera misión,
no lo estropee.
¡Sí, señor!
Digo... no señor.
- Marty, viene conmigo.
- Sí señor.
Vamos.
Seguro que le interesan
mis experimentos en la joven.
Viviré para verle ahorcado.
Tengo cosas
más importantes que hacer.
Espero que no le aprieten
las correas.
Una piel tan bella no
debería estar marcada.
¡Lobo!
¡Para!
¡Para!
¡Te lo ordeno!
¡Para!
Tranquila Janet.
¡Janet, dame la pistola!
Tranquila.
- Debo detenerle.
- ¡Pero te matará!
Lo hará igualmente.
Quédate aquí.
¡Apága esa cosa!
Lobo.
¡No!
¡No!
Para...
¡Te lo suplico! Lobo, no.
¡Para!
Kelton, quédese aquí.
Rodeen la casa.
- Marty, viene conmigo.
- De acuerdo capitán.
- ¿Listo?
- Sí.
¡La casa está en llamas!
Vámonos de aquí
antes de asarnos.
¡Capitán, mire!
- ¿ Qué cree que era?
- ¡Da igual, cójalo!
¡Espere, llega ***!
¡Tiene a Janet!
Será estúpido...
¡No dispare!
Podría dar a Janet.
Marty. Dame una pistola.
Aquí tienes.
- Puedo sugerirle...
- ¡No!
Se ha ido por aquí.
¡Corra y adelántele!
- Pero iba a sugerir...
- ¡Cálle ya y muévase!
Ahí está, disparen.
- Creo que está rota.
- No se mueva, Kelton.
Se metió en los asuntos de Dios.