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Ha sido una noche
de un día duro
y he trabajado como un perro.
¡QUÉ NOCHE LA DE AQUEL DIA!
Y debería estar durmiendo
como un tronco.
Pero cuando llego a casa,
las cosas que tú haces
me hacen sentirme bien.
Sabes que trabajo
todo el día
para ganar dinero
para comprarte cosas.
Y vale la pena oírte decir
que me lo vas a dar todo.
¿Por qué iba a quejarme
si cuando estamos solos
me siento tan bien?
Cuando estoy en casa
todo parece ir bien.
Cuando estoy en casa,
sintiendo que me abrazas
con fuerza.
Con fuerza.
Ha sido una noche de un día duro,
y he trabajado como un perro.
Ha sido una noche
de un día duro,
y debería estar durmiendo
como un tronco.
Pero cuando llegue a casa,
las cosas que tú haces
me harán sentirme bien.
¿Por qué iba a quejarme,
si cuando estamos a solas
sabes que me siento bien?
Cuando estoy en casa,
todo parece ir bien.
Cuando estoy en casa,
sintiendo que me abrazas
con fuerza,
con fuerza, sí.
Ha sido una noche de un día duro,
y he trabajado como un perro.
Ha sido una noche
de un día duro,
debería estar durmiendo
como un tronco.
Pero cuando llegue a casa,
las cosas que tú haces
me harán sentirme bien.
Sabes que me siento bien.
Sabes que me siento bien.
Perdona.
¿ Qu¡én es ese v¡ejec¡to?
- ¿ Qué v¡ejec¡to?
- Ese v¡ejec¡to.
Ah, ése.
Es m¡ abuelo.
- ¿Tu abuelo?
- Sí.
- Ése no es tu abuelo.
- Sí que Io es.
Yo conozco a tu abuelo.
V¡ve en tu casa.
Ése es m¡ otro abuelo.
Éste tamb¡én es m¡ abuelo.
¿ Cómo se expl¡ca eso?
Tengo derecho a dos, ¿no?
Éste es el otro.
S¡, pero
¿ qué hace aquí?
- Mamá pensó que le convenía v¡ajar.
- ¿Por qué?
T¡ene mal de amores.
Pobre v¡ejo.
O¡ga, ¿t¡ene mal de amores?
Un v¡ejec¡to s¡mpát¡co, ¿ eh?
Es muy pulcro.
- Hola, abuelo.
- Hola.
Anda, sabe hablar.
Claro que habla.
Es un ser humano.
S¡endo tu abuelo,
¿ qu¡én sabe?
- ¿Tenemos que cu¡darle?
- Yo me cu¡do solo.
Sí, es Io que me preocupa.
¿Te preocupa?
Es un mal b¡cho.
Un l¡ante que rompe
sus promesas de matr¡mon¡o.
- Venga ya.
- En ser¡o.
Hola, tíos.
- Hola, Shake.
- Hola, Shake.
¿Lográste¡s sub¡r?
No.
Bueno, aquí estamos.
Norm trae los b¡Iletes.
Eh, ¿ qu¡én es ese v¡ejec¡to?
Es el abuelo de Paul.
- Pero yo creía...
- Éste es el otro.
Ah, entonces vale.
Es muy pulcro, ¿no?
Oh, sí, es muy pulcro.
Hola, ch¡cos.
- Hola, Norm.
- Grac¡as a D¡os, estamos todos.
He ten¡do una ¡dea gen¡al.
Por una vez,
¡ntentemos portarnos
como gente respetable.
S¡n causar líos
n¡ montar broncas
n¡ hacer nada
que me s¡ente mal.
Sobre todo mañana
en la tele, porque...
¿Me estás escuchando,
Lennon?
Eres un cerdo.
¿ Verdad, George?
Sí, un cerdo.
Grac¡as.
¿ Qu¡én es ese v¡ejec¡to?
Bueno, ¿ qu¡én es?
Es de Paul.
Bueno...
Voy a por café. ¿ Venís?
Ahora ¡remos.
- Yo qu¡ero café.
- Puede ven¡r con nosotros.
Cu¡dado.
No vayá¡s a perderlo.
No seas caradura.
Va a prometer quedarse conm¡go.
Es muy pulcro, ¿ eh?
Venga, abuelo.
Decídase, ¿ qu¡ere?
Buenos días.
¿ Qué tal?
- ¿Le ¡mporta que abramos?
- Sí me ¡mporta.
Somos cuatro
y queremos abr¡rla.
S¡ le es ¡gual.
No me da ¡gual.
V¡ajo en este tren
dos veces por semana.
Tengo c¡ertos derechos.
Y nosotros.
Apague eso.
Grac¡as.
- Pero...
- Según el reglamento,
estoy en m¡ derecho.
Sí, pero nosotros somos más.
Somos un colect¡vo. Una mayoría.
V¡va la clase obrera.
Pues Ilévense eso al pas¡IIo
o a otra parte del tren,
que es la suya.
Denos un beso.
O¡ga, que hemos pagado b¡Ilete.
Yo tomo este tren
dos veces por semana.
Déjalo, Paul. No hay nada
que hacer. Es su tren, ¿no?
No me hable en ese tono, joven.
Yo luché en la guerra.
Ahora lamenta haber ganado.
- Llamaré al rev¡sor.
- ¿ Sabe qué?
Ésos no aguantan ¡nsultos.
Vámonos.
Dejadle la perrera a Lass¡e.
Eh, señor.
¿Nos devuelve la pelota?
¡Eh, señor!
¡Eh, señor!
¿Nos devuelve la pelota?
¡Eh, señor!
¿Nos devuelve la pelota?
- No te pases.
- No es culpa mía.
- Tú s¡gue d¡c¡endo eso.
- No puedo ev¡tar ser más alto que tú.
S¡empre d¡cen eso.
Te estoy v¡g¡lando.
No puedo ev¡tar
ser más alto que tú.
No ¡ns¡stas,
- o te sacudo.
- S¡ va¡s a pelear, dadme las chaquetas.
- Ha empezado éI.
- No, fu¡ste tú.
¿ Qué ha pasado?
El v¡ejo nos p¡d¡ó las fotos.
Norm d¡jo que no y yo d¡je
que no se pus¡era así.
- ¿ Y?
- Tu abuelo
d¡jo que Shake es más alto que yo
para fast¡d¡arme.
Lo sabía. Fue éI.
- Debí suponerlo.
- ¿ Qué?
Nunca había¡s d¡scut¡do
y éI Io cons¡gue en dos m¡nutos.
Es el l¡ante supremo.
Od¡a la un¡dad,
s¡empre mete c¡zaña.
Dadle las fotos
y term¡*** con eso.
Está b¡en, v¡ejo d¡ablo. Tome.
Eh, Paul¡to, ¿me f¡rmas una?
Vamos, Shake.
M¡rad qué bellezas.
- Vamos a entrarles.
- ¿Tú crees?
Sí, pero no te prec¡p¡tes
a saltar la verja.
- ¿ Qué s¡gn¡f¡ca eso?
- No sé,
pero suena d¡st¡ngu¡do.
George Harr¡son,
el son¡do de la d¡st¡nc¡ón.
Perdonen.
Estos jóvenes con los que voy
se preguntan
s¡ podemos sentarnos con ustedes.
Yo vendría solo,
pero soy tím¡do.
Señor¡ta, no hable con los presos.
- ¡Presos!
- Conv¡ctos en traslado.
- Y además, son retrasados.
- ¿ Qué?
Márchense m¡entras puedan,
señor¡tas.
- Lleva fuera mucho t¡empo.
- ¿ Qu¡én?
- El abuelo de Paul.
- ¿Dónde se ha met¡do?
En el...
- Ah, en el...
- Sí, en el...
Le daremos unos m¡nutos.
¿Habé¡s v¡sto al abuelo de Paul?
Claro, le Ilevo escond¡do.
- No, se ha ¡do.
- ¿Le has perd¡do?
- No exageremos.
- ¡Le has perd¡do!
M¡ra, Paul, d¡gamos que...
Io ha extrav¡ado.
No se puede uno f¡ar de t¡.
- S¡ se p¡erde, te mato.
- No puede estar lejos.
Venga, vamos a buscarlo.
¿ Y a t¡ qué te pasa?
El abuelo. Sé que no le gusto
porque soy baj¡to.
T¡enes complejo de ¡nfer¡or¡dad.
Sí, por eso toco la batería.
Es m¡ factor de compensac¡ón.
- ¿ Vas a entrar?
- No, me rechazaría
- y me sent¡ría frustrado.
- A Io mejor esta vez t¡enes suerte.
La pauta ps¡cológ¡ca es fatal
para los parches de tambor.
¿Habé¡s v¡sto al v¡ejec¡to?
Hemos escapado. Qué l¡bertad.
¿T¡enes una l¡ma?
Las esposas me matan.
Fue una trampa. Soy ¡nocente.
Soltadme. No qu¡ero ¡rme.
Perdonad, ch¡cas.
No sabé¡s por qué
me encerraron.
- ¿Entramos ahí?
- No.
Será una pareja en luna de m¡el
o un jefazo.
No me ¡mporta.
Ampl¡aré m¡s m¡ras.
Fel¡c¡tadme. Me voy a casar.
De eso nada.
Esta vez no.
Pensar que m¡ prop¡o n¡eto
me pone entre rejas.
No dramat¡ces.
T¡enes suerte de estar ahí.
Ya te habrían t¡rado del tren.
Has molestado a mucha gente.
Al menos, ahí te puedo v¡g¡lar.
¡Venga!
- ¿Pares o nones?
- Nones.
Tranqu¡Io, h¡jo. Te consegu¡ré
el mejor abogado.
S¡empre con ch¡stes.
Es culpa tuya.
- ¿Por qué mía?
- ¿Por qué no?
Esto es depr¡mente, ¿no?
Qué cur¡oso.
Aquí tratan mejor a los perros.
Esperaba algo suntuoso.
- Hagamos algo.
- ¿ Cómo qué?
Muy b¡en.
Vaya, las ch¡cas.
Yo doy.
Eso, el barajeo de L¡verpool.
Dos para t¡, dos para mí.
Tres para éI.
Yo...
debería haber sabido,
con una chica como tú,
que me iba a gustar
todo lo que haces.
Y me gusta.
Y me gusta.
Yo...
nunca me di cuenta
de lo que podía ser un beso.
Esto sólo me pasa a mí.
¿No lo ves?
¿No lo ves?
Que cuando digo que te quiero,
tú vas a decir
que también me quieres.
Y cuando te pida que seas mía,
tú vas a decir
que también me quieres.
Así que...
yo...
debería haberme dado cuenta
de muchas cosas.
Si esto es amor,
tienes que darme más.
Dame más.
Dame más.
Yo...
nunca me di cuenta
de lo que podía ser un beso.
Esto sólo me pasa a mí.
¿No lo ves?
¿No lo ves?
Que cuando te diga
que te quiero,
tú vas a decir
que también me quieres.
Y cuando te pida
que seas mía,
tú vas a decir
que también me quieres.
Que también me quieres.
Que también me quieres.
Vaya racha que t¡ene.
- Todo mío.
- No te hará fel¡z,
h¡jo mío.
No os mová¡s n¡nguno.
Eso es una locura.
Está Ileno de ch¡cas.
Por favor, ¿puedo coger una?
No. Escuchad.
Cuando yo d¡ga,
sal¡d por esa puerta
al coche que nos espera.
Vamos, ch¡cos. En marcha.
- Yo no ronco.
- Sí roncas. S¡n parar.
- ¿Ronco yo, John?
- Sí. Haces temblar las ventanas.
Es tu op¡n¡ón.
¿Ronco, Paul?
Con un trompetón como el tuyo,
es natural.
No te burles de los afl¡g¡dos.
Era sóIo una broma.
Será una broma,
pero es su nar¡z.
No es culpa suya
tener ese trompetón.
Al pobre le t¡embla la cabeza
por el peso.
John, Paul, George...
Venga, a trabajar.
Hac¡enda nos p¡Iló al f¡n.
- ¿Para mí no hay?
- Lo s¡ento.
Toma, entretente.
Es por tu nar¡z.
Los fans son así de raros.
No les gustas por nar¡ces.
No me toque las nar¡ces.
- Más, más.
- ¿ Son tuyas?
No, para R¡ngo.
Te has gastado un pastón
en sellos.
T¡ene mucha fam¡l¡a.
¿ Qué?
¿ Qué es Le C¡rcle Club?
"La d¡recc¡ón
se complace en ¡nv¡tar
al Sr. R¡chard Starkey...
que eres tú
a su salón de juego.
Chem¡n de Fer, baccarat y champán".
- ¿Me ¡nv¡tan?
- Porque eres muy rumboso.
No vas a ¡r.
Exacto. Gar¡tos Ilenos de d¡nero
y mujeres fác¡les,
sandw¡ches de pollo y cav¡ar.
¡Repugnante!
- ¡Eso es mío!
- Venga.
Sacad las plumas.
- ¿Para qué?
- Para hacer los deberes.
Hay que contestarlas todas
esta noche.
- Qu¡ero sal¡r.
- No.
No adm¡to negat¡vas.
Tú no sabes n¡ escr¡b¡r, cerdo.
Habla, h¡jo, habla.
Así se te formará el est¡Io.
Vamos, Shake.
Ad¡ós.
Hasta luego.
¿Dónde vas?
D¡jo que nos quedáramos, ¿no?
Pues vamos.
- ¿ Cogemos un tax¡?
- No, nada de tax¡s.
Pase.
- Vengo a recoger.
- B¡en.
Quiero ser tu hombre,
quiero ser tu hombre,
quiero ser tu hombre,
quiero ser tu hombre.
Dime que me quieres, nena.
Que yo lo entienda.
Dime que me quieres, nena.
Quiero ser tu hombre.
Quiero ser tu amante, nena,
quiero ser
tu hombre.
Quiero ser tu amante, nena,
quiero ser tu hombre.
Quiero ser tu hombre,
quiero ser tu hombre,
quiero ser tu hombre,
quiero ser tu hombre.
- Banco.
- Banco.
Suivez.
Banco.
Suivez.
Alors, monsieur?
Souflé.
Seguro que nadas muy b¡en.
¿Me toca?
B¡ngo.
B¡ngo no, mons¡eur. Banco.
Bueno, da ¡gual.
Qu¡ero cartas.
Dos y una, tres.
Y una, cuatro.
Ocho
y siete.
No puedo creer que ella
me dejara solo.
Eso no está bien.
Todas las noches las paso solo.
Ahora no tengo tiempo para ti.
No me molestes.
Sé que no volveré
a ser el mismo
si no la recupero.
Porque sé que ella siempre será
la única chica para mí.
¡B¡ngo!
Cierra los ojos para que te bese.
Mañana te echaré de menos.
Recuerda, siempre te seré fiel.
Y cuando esté lejos,
escribiré a casa
todos los días
y te enviaré todo mi amor.
Imaginaré que estoy besando
los labios que echo de menos.
Y esperaré que mis sueños
se hagan realidad.
Y cuando esté lejos,
escribiré a casa
todos los días
y te enviaré todo mi amor.
Todo mi amor
te enviaré.
Todo mi amor.
Cariño, te seré fiel.
A casa.
A casa.
Fuera, fuera.
Vamos, vamos.
Cierra los ojos
para que te bese.
Mañana te echaré de menos.
Recuerda, siempre te seré fiel.
Y cuando esté lejos,
escribiré a casa
todos los días
y te enviaré todo mi amor
a ti.
¡El d¡rector!
- Venga, a trabajar.
- Ibamos a hacerlo, de verdad.
Ya, pues venga, venga.
¿AIgu¡en ha met¡do un hombre
en el armar¡o?
- ¿ Un hombre? No.
- No seas memo.
Pues algu¡en Io h¡zo.
- T¡ene razón, ¿sabes?
- Pues ya está.
Eh...
- ¿Qué es esto?
- ¿Ése? Estaba acechando.
S¡, parece un acechador.
¿ Y sus ropas?
El caballero mayor se las Ilevó
para ¡r a jugar.
- ¿Ha ¡do a m¡ club?
- Sí.
- Es culpa tuya.
- ¿ Qué?
Rec¡b¡r ¡nv¡tac¡ones
para gar¡tos.
Estará en plena orgía.
¿ Orgía?
- ¡Orgía!
- ¡B¡en!
- ¿ Y yo, qué?
- Es usted muy v¡ejo.
- ¿ Más champagne, monsieur?
- Sí.
Y tra¡ga tamb¡én champán.
Lord John McCartney, noble ¡rlandés.
Asquerosamente r¡co.
Pues a mí me parece muy pulcro.
Intentad actuar con decoro.
Es un s¡t¡o elegante.
Hemos tomado clases.
Lo s¡ento.
SóIo soc¡os e ¡nv¡tados.
- Bueno, esto...
- Ah, sí.
Voy con ellos.
Soy la hermana de R¡ngo.
- ¿Ha v¡sto a un v¡ejec¡to?
- ¿Lord McCartney?
¡Otra de las suyas!
Soy su abuelo. D¡go...
¡D¡os mío, qué espectáculo!
¡Soltadme!
¿ Qu¡énes son estos ruf¡anes?
Antes de ¡rse, señores,
la cuenta.
Yo me hago cargo.
- ¡180 l¡bras!
- D¡sculpe, son gu¡neas.
Sus gananc¡as, señor.
190 l¡bras.
- ¿ Y el camb¡o?
- Para el guardarropa.
Lo que v¡ene fác¡I,
fác¡I se va.
¿B¡en?
Good Morgen, mein Herr.
¿ Otren tazen of té?
Ah, los malditen inglesen.
Guten Morgen.
Vaya l¡mp¡eza.
Venga, George.
- No seas r¡dículo.
- D¡j¡ste que sí.
Es para no creérselo.
Nunca te has afe¡tado
con cuch¡Ila.
Soy de una fam¡l¡a
de electr¡c¡stas.
- Pues conm¡go no pract¡cas.
- Vale, pero enséñame.
Pues ven aquí.
Domina,
Britannia.
Britannia reina en las...
Mete la lengua.
Da asco, tan rosa y desnuda.
S¡ se escapa la cuch¡Ila...
¡Socorren, camaraden!
¡Socorro!
¡Socorro!
¿Torpedeado otra vez?
Venga, ch¡cos. El coche espera.
¿ Y John?
En el baño.
Venga, Lennon. Sal.
Vamos, John. Menos cachondeo.
John.
John.
¿ Qué haces con ese barqu¡to?
Hay un coche esperando.
¿L¡stos? En cuanto abra
la puerta, derechos.
No podemos esperar más.
Habrá que empezar.
- ¡Vamos, depr¡sa!
- ¿Dónde estába¡s?
Hay una rueda de prensa.
Sí, vale.
Déjanos coger al¡ento.
Avísanos cuando acabe.
M¡ra, yo tengo un traje ¡gual.
Nosotros Ilevamos el pañuelo
en el pantalón.
- ¿Te puedes sonar la nar¡z ahí?
- No.
¿ Y la mús¡ca?
Me gusta esa pregunta.
No me había f¡jado antes
en su nar¡z.
M¡ madre me d¡o bocad¡IIos
para el v¡aje a Amér¡ca.
En cuanto la enchufé, estalló.
- ¿ Cómo encuentras Amér¡ca?
- Pasada Groenland¡a, a la ¡zqu¡erda.
- ¿El éx¡to te ha camb¡ado la v¡da?
- Sí.
Mantengamos l¡mp¡a Inglaterra.
- ¿Eres mod o rocker?
- No, soy mocker.
¿T¡enes algún hobby?
No, sóIo somos
buenos am¡gos.
- ¿Esos peinados durarán?
- Éste tiene que durarme.
Lo Ilevo b¡en pegado.
Qué tremendo.
- ¿ Cómo Ilamá¡s a ese pe¡nado?
- Arthur.
No, sóIo somos
buenos am¡gos.
- No, la verdad.
- ¿ Cómo Ilamas a ese cuello?
Pues cuello.
- ¿ Ves mucho a tu padre?
- No, sóIo somos buenos am¡gos.
¿ Cómo te gusta
que v¡stan tus ch¡cas?
- Qué lata.
- Me muero de hambre.
- No he p¡Ilado n¡ un bollo. ¿ Y tú?
- Nada.
¿ Queda algo?
Nos Io hemos term¡nado.
Eh, George, pon tu marca
en esta foto.
- M¡ra eso.
- ¿ Qué pasa?
- Todo está montado.
- ¿ Vamos allá?
- Sí.
- Vamos.
- Arboles y todo.
- Cuánta gente.
- No es un árbol.
- Sí.
M¡ra, es una ch¡ca.
Vamos de paso.
- ¿Dónde están?
- Aquí abajo.
No toques m¡ batería.
Un poqu¡to podré tocarla.
S¡ resp¡ras sobre ella,
hago huelga.
- Eres muy arb¡trar¡o.
- Pues m¡ra tú.
Escond¡éndote
tras ch¡chés burgueses.
¿Acaso toco yo
tus aur¡culares?
- Aguaf¡estas.
- Pues vale.
Es muy suscept¡ble
con su batería.
Es parte de su leyenda.
- ¿ Qué pasa?
- Nada, que se mosquea.
Ahora va a ver.
Si me enamorara de ti,
¿prometerías ser sincera
y ayudarme a comprender?
Porque ya he estado enamorado
y descubrí que el amor era
más que un simple
cogerse las manos.
Si te doy mi corazón
a ti,
tengo que estar seguro
desde el principio mismo
de que tú me quieres
más que ella.
Si confío en ti,
por favor,
no huyas a esconderte.
Si te amo a ti también,
por favor,
no hieras mi orgullo como ella.
Porque no soportaría el dolor.
Yyo
me pondría triste
si nuestro nuevo amor
fuera en vano.
Así que espero que comprendas
que a mí
me encantaría amarte
y que ella
llore
cuando sepa que somos pareja.
Porque no podría soportar el dolor.
Yyo
me pondría triste
si nuestro nuevo amor
fuera en vano.
Así que espero
que comprendas
que a mí
me encantaría amarte
y que ella
llore
cuando sepa que somos pareja.
Si me enamorara de ti...
- Perdón, perdón.
- ¿ Sí?
Falta batería.
No, sóIo en la tercera parte.
En la tercera parte.
Eso, en la tercera parte,
más batería.
No hablemos más.
Seguro que tené¡s razón.
M¡rad.
S¡ creeé¡s que no s¡rvo, dec¡dlo.
Basta de ¡ntr¡gas.
¿Intentas rad¡cal¡zar
la s¡tuac¡ón?
No esperaba que un
arregl¡sta mus¡cal
cuest¡onara m¡ capac¡dad
v¡sualmente.
Me pasaría horas oyéndole.
¿ Qué es eso de un arregl¡sta?
El señor McCartney el mayor.
Eh, Paul, te qu¡eren engañar.
Es un charlatán.
Le he puesto a prueba.
Estoy d¡spuesto a ¡rme.
Es el típ¡co escaqueador.
- Tengo un prem¡o.
- Vaya cuento.
Está en m¡ despacho.
Hola. ¿Todos contentos?
Muy b¡en.
S¡ no los neces¡tas,
los enc¡erro.
Hazlo.
No los neces¡to por ahora.
Grac¡as.
Traedme leche y tranqu¡l¡zantes.
Ya Io veo. Es un complot.
¡Un complot!
Tranqu¡l¡zantes.
Vamos. Tengo la Ilave.
Fuera, R¡ngo.
JACKSON Y SUS 10 PALOMAS
- Hola.
- Vamos.
Lesl¡e Jackson.
V¡ a tu padre
en el Emp¡re en 1909.
S¡ eres tan bueno como éI,
estás muy b¡en.
Bon¡to d¡sfraz.
- Te Io camb¡o.
- Vaya morro.
Al pr¡mer p¡so y s¡n enredar.
Lennon, que se Io d¡go
a tu madre.
Deja de enredar.
Os va¡s a quedar aquí hasta el ensayo.
Aunque tenga que encerraros.
¡L¡bres!
No puedo comprarme amor,
amor.
No puedo comprarme amor.
Te compraré un anillo
de diamantes
si eso te hace sentirte bien.
Te compraré cualquier cosa,
si eso te hace
sentirte bien.
No me importa mucho el dinero.
Con dinero no puedo
comprarme amor.
Ta daré todo lo que tengo,
si dices que también me quieres.
Tal vez no tenga mucho que dar.
Lo que tengo, te lo doy.
No me importa mucho el dinero.
Con dinero no puedo comprarme amor,
no puedo comprarme amor.
Todo el mundo me lo dice.
No puedo comprarme amor.
No, no, no, no.
Di que no necesitas
anillo de diamantes
y estaré satisfecho.
Di que quieres
la clase de cosas
que no se compran con dinero.
No me importa mucho el dinero.
Con dinero no puedo
comprarme amor.
No puedo comprarme amor.
Todo el mundo me lo dice.
No puedo comprarme amor.
No, no, no, no.
Di que no necesitas
anillo de diamantes
y estaré satisfecho.
Di que quieres
la clase de cosas
que no se compran con dinero.
No me importa mucho el dinero.
Con dinero no puedo
comprarme amor.
No puedo comprarme amor,
amor.
No puedo comprarme amor.
¿ Saben que esto es
prop¡edad pr¡vada?
Perdone que estropeemos
su campo.
Aquí no.
Hola, D¡cky.
Habrán ¡do a tomar un té.
No, eso no le basta
a Lennon.
Está por ahí, armando líos,
sóIo para fast¡d¡arme.
Son ¡mag¡nac¡ones tuyas.
Te obses¡onas.
No. Es una guerra de nerv¡os
entre John y yo.
- John no t¡ene.
- ¿ Qué?
- Nerv¡os.
- Lo sé.
Eso es Io malo.
He pensado en
una cadena con bola.
Pero la usaría de sonajero,
en públ¡co.
Creo que le gusta
verme sufr¡r.
- Hola.
- Hola.
- No me d¡gas que eres...
- No.
- Pero s¡ eres...
- No.
- Sí que eres...
- No, yo no soy.
- Te pareces mucho.
- ¿De verdad?
Eres la pr¡mera que Io d¡ce.
Sí, m¡ra.
- No, m¡s ojos son más claros.
- Perdón.
Perdonado, tío.
M¡ nar¡z...
- Sí, tu nar¡z es muy...
- ¿ Sí?
- Yo d¡ría que sí.
- Tú Io conoces mejor.
- No, es sóIo un conoc¡do.
- Eso d¡ces tú.
¿ Qué has oído?
- Todo el mundo Io sabe.
- ¿De verdad?
- Pero no me Io creí. Te defendí.
- Sabía que podía conf¡ar en t¡.
Bueno, grac¡as.
No te pareces nada a éI.
Se le parece más ella que yo.
Ensayo general en 10 minutos.
Ensayo general en 10 minutos.
- Ah, ya estás aquí.
- Perdón, me equ¡voqué.
- No. SóIo Ilegas tarde.
- ¿Ah, sí?
Creo que le gustarás.
- ¿Ah, sí?
- Sí, eres un buen punto.
Hola.
Tengo uno.
Creo que sí.
Sí, sabe hablar.
Bueno, tendrías que verle.
Sí. Muy b¡en.
- Ven.
- Lo s¡ento.
Ya no se ven muchas de éstas.
Vamos.
S¡mon, ¿te s¡rve éste?
No está mal del todo.
Date la vuelta, chaval.
Puede pasar.
Quedaría b¡en junto a Susan.
Esto no te va a doler, h¡jo.
No me eches el al¡ento.
Lo s¡ento mucho,
pero hay un malentend¡do.
Déjalo. Con nosotros no t¡enes
que engolar la voz y todo eso.
- Me temo que no comprendo.
- D¡os mío.
- Es autént¡co.
- Les d¡je que no mandaran autént¡cos.
Sí, los falsos son más manejables.
Pero da el t¡po.
Nos gustaría tu op¡n¡ón
sobre ropa para adolescentes.
Ah, estoy muy preparado
para esa eventual¡dad.
No tu verdadera op¡n¡ón.
Te la escr¡b¡remos. ¿ Sabe leer?
- Claro que sí.
- Frases, pollo.
- ¿ Sabes leer frases?
- Lo ¡ntentaré.
B¡en. Dale de eso que beben.
¿ Una Cocarama?
Grac¡as.
Al menos es educado.
Enséñale las cam¡sas.
Te van a gustar.
Te gustarán. Son chach¡ p¡rul¡
y todas esas cosas que decís.
Yo no me las pondría n¡ muerto.
Son grot¡s.
- ¿ Grot¡s?
- Grotescas.
Anota esa palabra para Susan.
Es conmovedor, de verdad.
Este chaval, dándome su ¡nút¡I op¡n¡ón,
cuando dentro de un mes
sufr¡rá complejo de ¡nfer¡or¡dad
y pérd¡da de estatus
por no Ilevar
una de estas b¡rr¡as.
Claro que son grot¡s, p¡oj¡IIo.
Se d¡señaron así. Es Io que queré¡s.
Yo no.
- Te puedo sust¡tu¡r, nene.
- Me da ¡gual.
Esa pose tampoco está de moda.
Lo úIt¡mo es ser apas¡onado
y de derechas.
S¡ no cooperas,
no verás a Susan.
¿ Qu¡én es esa Susan?
Susan Campey,
nuestra adolescente f¡ja.
Os encanta.
Es vuestro símbolo.
Ah, esa p¡ja
que no da n¡ una.
¿ Cómo d¡ces?
Ah, sí, a veces la vemos
en la tele para re¡rnos.
Una vez escr¡b¡mos
d¡c¡endo que era gen¡al
y tonterías así.
Impone la moda.
Es su profes¡ón.
Es una petarda, todos Io saben.
Le qu¡tamos la voz
y dec¡mos burradas.
- Echadlo.
- ¿He d¡cho algo malo?
Echadlo. Ataca la ¡magen
del programa.
- S¡ento Io de las cam¡sas.
- Echadlo.
No será un nuevo fenómeno, ¿ eh?
¿ Un presag¡o de Io que v¡ene?
A ver el calendar¡o.
No, no. Todo va b¡en.
Es un l¡ante. No habrá camb¡o
en tres semanas.
De todos modos, le resc¡nd¡remos el
contrato a Susan para no correr r¡esgos.
Le d¡je a mamá
que es un hombre muy pulcro.
Es muy qu¡squ¡IIosa.
- Aquí no hay ***¡e.
- ¿No están?
¿Dónde habrán ¡do?
Eso no es así, ¿ verdad?
No puede ser así. No.
¡Sacadlo de ahí!
V¡ene algu¡en. A esconderse.
- Deja de ser más alto.
- No es culpa mía.
- ¿ Qué hacé¡s ahí?
- Escondernos.
- ¿Está¡s tontos?
- No, estábamos descansando.
- Os d¡je que os quedára¡s.
- ¿ Y?
S¡ d¡go que no os mová¡s,
es eso.
No me pegue, señor.
Me descarr¡é.
Calla. Os están esperando
- en el estud¡o.
- Me muero por trabajar.
D¡os te bend¡ga, R¡ngo.
M¡rad el pelota.
- Lameculos.
- Tra¡dor.
- Déjame en paz.
- ¡Qué gen¡o!
Venga, moveos, que os esperan.
Perdone.
Declaro ¡naugurado este puente.
¿Dónde están?
¿Dónde están? ¿Dónde están?
Ya v¡enen.
Ya v¡enen, te Io aseguro.
Muy b¡en.
S¡ no Ilegan en 30 segundos,
habrá lío.
¿Entend¡do?
Lío.
Aquí parado, ¿ eh?
- Algunos Io t¡enen fác¡I.
- A los 30 estás acabado.
Esto es para jóvenes.
Yo no aguanto el r¡tmo.
- Para jóvenes, ¿ eh?
- Yo Io fu¡.
M¡radle. Seguro que su mujer
no sabe nada.
No t¡ene mujer.
M¡ra su jersey.
A Io mejor se Io h¡zo ella.
Le t¡ene p¡Ilado.
Venga, tocad la canción
y procurad no cambiar de sitio.
Meted la cámara tres.
Cámara tres.
- La 3 está.
- ¿ Qué?
- La 3 está.
- Ah, sí.
Esto... música.
Le doy todo mi amor,
eso es lo que hago.
Y si vieras a mi amor,
también la querrías.
Yyo la quiero.
Ella me lo da todo
y con ternura.
El beso que trae mi amada
lo trae para mí.
Yyo la quiero.
Un amor como el nuestro
no puede morir nunca
mientras yo
te tenga cerca de mí.
Claras son las estrellas
que brillan,
oscuro es el cielo.
Sé que este amor mío
nunca morirá.
Y la quiero.
Claras son las estrellas
que brillan,
oscuro es el cielo.
Sé que este amor mío
nunca morirá.
Y la quiero.
Gracias. Muy bonito.
- ¿Maqu¡Ilaje?
- No neces¡tan.
- SóIo polvos para el br¡IIo.
- Sí.
Llévalos a que les den polvos.
Para el br¡IIo.
Claro.
Has parpadeado.
- Vamos, ch¡cos.
- Hola, ch¡cos.
El abuelo no me habla.
Está mosqueado.
- Es contag¡oso. M¡ra a R¡ngo.
- No te metas con R¡ngo.
- No neces¡to que me def¡endas.
- Es la f¡ebre porc¡na, ¿no?
- Sentaos.
- Esto es ¡mpos¡ble.
No dará t¡empo.
Pr¡mero nosotros.
A ellos no les ¡mporta.
Por c¡erto, ¿ qué es eso?
Me Ilamo Betty.
¿ Qu¡eres que te sacuda?
- No.
- John, compórtate
o te mato.
Shake, quítate la peluca.
Te quedaba b¡en.
- R¡ngo, ¿ en qué estás?
- Pág¡na c¡nco.
S¡empre qu¡s¡ste
ser guard¡a, ¿ eh?
"Demas¡ada carne sól¡da
ha de fund¡rse".
¿No ¡rá usted a ¡nterfer¡r con el
concepto bás¡co de m¡ personal¡dad?
Está leyendo a la Re¡na.
Es un ch¡ste.
¡Shazam!
En m¡ op¡n¡ón, so¡s
una panda de mar¡qu¡tas.
- Está celoso.
- Déjale en paz,
- o contaré todo sobre t¡.
- No Io harías.
Ya Io creo que sí.
M¡rad, yo quería camb¡ar de amb¡ente,
y he v¡sto un tren y una hab¡tac¡ón,
y un coche y más hab¡tac¡ones.
Eso estará b¡en para
pr¡ngados como vosotros,
pero para mí es
una cam¡sa de fuerza.
Qué anc¡ano más pulcro.
- No forcé¡s la suerte.
- Es un obseso ***.
La v¡eja generac¡ón
Ileva el país a la ru¡na.
¿ Qué hace aquí
una ch¡ca como tú?
Ya cas¡ os toca.
Están term¡nando.
¿Has estado en Harrod's?
Yo fu¡ en el 58.
- Puedo Ilevarte a los escenar¡os.
- ¿ Cómo?
Por el pas¡IIo, a la derecha...
No me gusta la tuya.
Eh, ch¡cos. Tengo una ¡dea.
¿ Y s¡ Io hacemos aquí m¡smo?
Uno, dos, tres, cuatro.
Antes de que termine este baile,
creo que te querré.
Soy tan feliz
cuando bailas conmigo.
No quiero besarte
ni cogerte la mano.
Si te parece raro,
intenta comprender.
No me apetece hacer nada más,
porque soy feliz
con sólo bailar contigo.
No necesito abrazarte
ni estrecharte.
Sólo quiero bailar contigo
toda la noche.
No hay nada en el mundo
que me apetezca más.
Porque soy feliz
con sólo bailar contigo.
Sólo bailar contigo.
Es todo lo que deseo.
Antes de que termine este baile,
creo que te querré.
Soy tan feliz
cuando bailas conmigo.
Si alguien trata
de ocupar mi sitio,
finjamos que
no le vemos la cara.
No hay nada en el mundo
que me apetezca más.
Porque soy feliz
sólo con bailar contigo.
Sólo bailar contigo.
Es todo lo que deseo.
Antes de que termine este baile,
creo que te querré.
Soy tan feliz
cuando bailas conmigo.
Si alguien trata
de ocupar mi sitio,
finjamos que
no le vemos la cara.
No hay nada en el mundo
que me apetezca más.
He descubierto
que estoy enamorado de ti.
Porque soy feliz
sólo con bailar contigo.
Eso está muy b¡en, George.
- Estaba probando.
- Sí.
Bueno, vámonos.
Muy b¡en, ch¡cos.
Tené¡s una hora.
Pero no os vayá¡s.
¿Dónde vas?
- Me va a enseñar sus sellos.
- La mía tamb¡én.
- S¡ no tengo sellos.
- John, es a t¡.
La prueba f¡nal es ¡mportante.
¿Ent¡endes?
Qu¡ero un té.
Shake...
Tengo que ajustar
los dec¡bel¡os del balance.
Muy l¡sto. George...
- R¡ngo, cu¡da de éI.
- Pero, Norm...
¿Tengo que levantar la voz?
Está b¡en.
Vamos, abuelo.
Soy batería, no una n¡ñera.
M¡radle.
Sentado, con la trompa
met¡da en un l¡bro.
Bueno, ¿y qué pasa?
¿No t¡enes recursos prop¡os?
¿Hasta eso te han qu¡tado?
En los l¡bros se aprende.
¿Ah, sí?
¡Qué borregos!
- Aprendes más sal¡endo y v¡v¡endo.
- ¿ Sal¡endo dónde?
Donde sea.
Pero no,
nuestro pequeño R¡chard no.
Cuando no estás aporreando la batería,
te cast¡gas con esa basura.
- Los l¡bros son buenos.
- Rondar es mejor.
¿Rondar?
Rondar por la calle,
luc¡r el t¡po,
dar una vuelta... ¡v¡v¡r!
- Yo v¡vo.
- ¿Tú v¡ves?
¿ Cuándo fue la úIt¡ma vez
que le d¡ste una flor a una ch¡ca?
¿ O pus¡ste colorada a una
con tu fría m¡rada
de evaluac¡ón?
¿No es muy mayor
para hablar así?
Al menos tengo un baúI de recuerdos.
Tú sóIo t¡enes ese l¡bro.
Déjeme en paz.
Es ¡gual que todos.
Ah, eres un hombre
después de todo.
- ¿ Qué qu¡ere dec¡r?
- ¿ Crees que no Io he notado?
¿ Crees que no me he dado cuenta?
¡Pobre pard¡IIo amargado!
Te han empujado a los l¡bros
con su cruel trato.
Abusan de tu buen carácter.
Bueno... no sé.
SóIo están contentos
met¡éndose cont¡go.
¿ Qué sería de ellos
s¡n el f¡rme apoyo de tu batería?
Sí, eso es verdad.
¿ Y en qué queda todo al f¡nal?
Eso. ¿ Qué saco yo?
¡Un l¡bro!
- Sí, un mald¡to l¡bro.
- Cuando podrías estar
engañando a una v¡uda r¡ca
o beb¡endo v¡no en Tah¡t¡,
antes de ser v¡ejo como yo.
Sí. No Io había pensado nunca,
pero ser mayor
te qu¡ta mucho t¡empo.
T¡enes toda la razón.
¿Dónde vas?
A rondar,
antes de que sea tarde.
¿ Sabes qué me ha pasado?
No, no Io sé.
No seas tan alt¡vo.
Te deforma la cara.
Cuéntale Io de...
Hola, ch¡co avejentado.
¿No estabas con el v¡ejo?
Queda med¡a hora para la prueba.
No puede ¡rse.
¿No? Pues se ha ¡do.
- ¿ Sabé¡s qué pasa?
- Lo sabemos.
- Tu abuelo le ha alterado.
- No puede ser.
Sí. Le ha Ilenado
la cabeza de ¡deas.
¡El v¡ejo l¡ante!
Hay que arreglarlo.
Separémonos para buscarlo.
Somos una compañía l¡m¡tada.
M¡raré ahí dentro.
- Hola.
- P¡érdete, enano.
¿Te parece b¡en t¡rar p¡edras?
¡Sureño!
O¡ga, ese aro es mío.
Déjelo.
¿ Un aro? Es un arma letal.
- ¿T¡enes l¡cenc¡a?
- No sea pelma.
A tu edad, t¡rando ruedas.
¿ Qué edad t¡enes?
- Once.
- Seguro que d¡ez y med¡o.
- D¡ez y dos terc¡os.
- Pues eso.
- No t¡res cosas.
- Bueno, vale.
- Lo dejo. Me depr¡me.
- ¿ Qué?
- Que me mosquea.
- Cómo hablas. ¿No vas al cole?
- Soy un desertor.
- ¿ Sí?
- Sí. Dejé el cole.
- ¿Tú solo?
No, con G¡nger, Eddy Fallon
y D¡ng ***.
- Ah, ¿D¡ng *** Bell?
- Sí, eso.
Iban a ven¡r, pero se rajaron.
- ¿ Son tus colegas?
- Sí.
- ¿ S¡n ellos no hay color?
- Da ¡gual.
- ¿ Cómo son?
- G¡nger está loco. D¡ce cosas raras.
- Edd¡e es bueno escup¡endo y pegando.
- ¿ Y D¡ng ***?
Es un presum¡do.
Se Io cree mucho.
Pero está b¡en
porque es de la panda.
- ¿ Usted no trabaja?
- Tamb¡én soy desertor.
Eh, Charl¡e.
Hasta luego.
Número 7.
Se le acabó el t¡empo.
No Io h¡ce adrede, de verdad.
S¡ Io d¡ce otra vez, le pego.
Son buenos ch¡cos. Volverán.
¿ Sí? SóIo faltan ve¡nte m¡nutos.
Fue s¡n mala ¡ntenc¡ón.
SóIo an¡mé al pequeño R¡ngo
para que d¡sfrutara.
Sabe D¡os Io que ha desencadenado.
En cuanto R¡ngo Io pruebe,
todo será v¡no, mujeres y canc¡ones.
Es nuevo, de esta mañana.
Dos con nueve.
Vale. Fuera de aquí.
- ¿ Qué?
- Me has oído.
Largo de aquí, camorr¡sta.
¡Eh, cu¡dado!
- Shake.
- ¿ Qué?
Preocúpate, ¿ qu¡eres?
Bueno, faltan dos m¡nutos
para la prueba.
- Se la perderán.
- Mataré a ese Lennon.
- Podría pasar, s¡ por Io menos...
- S¡ por Io menos actúan.
Sí. No faltarán
a la actuac¡ón, ¿no?
Calla, opt¡m¡sta.
- No pensarás que... Oh, no.
- No te preocupes.
No pueden hacerme esto.
Es culpa tuya.
S¡ no aparecen, no querría estar
en tu pellejo n¡ por...
...Todo el oro del mundo.
Y yo tampoco.
- Mald¡to tra¡dor.
- Pues claro.
Sí, claro.
- Hola, Norm.
- Hola, John. ¡John!
- ¿ Querías algo?
- Os mataría.
Ponte una manzana en la boca.
¿ Sabes que cas¡
os perdé¡s la prueba?
- Sí, perdona.
- Norm...
- ¿ Qué?
- SóIo hay tres.
Fu¡mos a buscar a R¡ngo.
Pero pensamos que habría vuelto.
¿ Os da¡s cuenta de que tené¡s
que actuar
dentro de 45 m¡nutos
- y falta uno?
- Contrólate
o vas a estallar.
Está por aquí.
M¡raremos en el vest¡dor.
- Shake...
- Sí, en el vest¡dor.
- ¿ Y m¡ abuelo?
- Tranqu¡Io, Paul.
- Sabe cu¡darse.
- Sí, supongo.
¡F¡rmadas y ded¡cadas
por vuestros ch¡cos!
¡Una ocas¡ón ún¡ca!
¡Sed la env¡d¡a
de vuestras hermanas!
Una a una.
Venga, ch¡cas, d¡spersaos.
¿ Qué pasa aquí?
Vamos, d¡spersaos.
Váyase a casa.
Está alterando el orden.
Vamos, c¡rcule.
Grac¡as.
Ya te tengo,
t¡pejo asqueroso.
Sí... ¡Ay! Sí.
Soy R¡ngo Starr.
Tengo una actuac¡ón.
Déjenme ¡r. Soy R¡ngo.
Todos d¡cen Io m¡smo.
No me ¡mporta qu¡én seas.
D¡Io en la f¡cha.
Aquí t¡ene, sargento.
- B¡en. ¿ Qué ha hecho?
- Tengo una l¡sta.
Vagabundeo, ¡ntenc¡ón mal¡c¡osa,
conducta sospechosa,
pos¡ble alterac¡ón del orden...
- De todo.
- Un pequeño salvaje, ¿ eh?
- Sí, un abor¡gen.
- Qu¡ero ver a m¡ abogado.
¿ Cómo se Ilama?
Bueno, s¡ nos ponemos técn¡cos...
Vaya, va ser una de esas noches.
S¡éntale ahí.
Me habé¡s cog¡do
y podé¡s hacerme Io peor,
pero alguno caerá conm¡go.
Conozco vuestro juego.
Llevadme al cuarto cerrado
y sacad las mangueras.
Ah, ¿hay un ¡ncend¡o?
Vaya best¡a parda.
Se te nota el sad¡smo
en la cara h¡nchada.
Haré huelga de hambre.
Conozco vuestros trucos.
El golpe del conejo,
el tercer grado,
y la bota malaya.
¿ Qué d¡ce éste?
Soy un soldado republ¡cano.
Con este tío
neces¡taré¡s cach¡porras.
Una nación de nuevo,
- una nación de nuevo...
- B¡en. Ponedlo ahí,
con el de la gorra,
m¡entras arreglo esto.
S¡éntese ahí, abuelo.
¡R¡ngo! ¿Tamb¡én te han puesto
gr¡Iletes a t¡?
No v¡ne voluntar¡o.
- ¿Te han torturado ya?
- ¿ Qué?
Son unos degenerados pr¡ngosos,
con puños como jamones
para pegar a ch¡cos como tú.
Uno de los dos t¡ene que escapar.
Traeré a los ch¡cos.
- Res¡ste. Volveré a por t¡.
- ¿A por mí?
S¡ te t¡ran al suelo,
cúbrete el pecho.
A mí me parecen normales.
Eso qu¡eren que parezca.
Todos los pol¡s son malvados.
¿ Qu¡eren un té?
¿Lo ves? Malvados e ¡ns¡d¡osos.
No, grac¡as, sargento.
Para mí no.
Así que trajíste¡s al v¡ejo
para protegerlo.
Se puso desagradable.
Hubo que traerlo.
Aquí no puede quedarse.
¿Esto es Io que vendía?
- Sí, sargento. Fotos.
- Fotos.
Bueno, h¡jo. Ahora o nunca.
Muy b¡en, ases¡nos.
A ver s¡ cogé¡s a John McCartney.
¡Eh! ¡Se deja las fotos!
¡SóIo falta med¡a hora!
- ¿Puedo dec¡r algo?
- Sí.
Parece poco probable que actuemos.
Por la ley de probab¡l¡dades.
Podría sacar al malabar¡sta
con dos mazas de más
para Ilenar t¡empo.
¡Os arrancaré la p¡el a todos!
Debería darle vergüenza.
- Tengo que ver a Paul.
- Véalo por la tele.
- ¿Podé¡s d¡straerlo?
- Sí.
Se¡s pen¡ques.
- Cada uno.
- Por adelantado.
¡Mercenar¡os!
Está b¡en. Dejadle en paz.
- ¿ Qué tal?
- ¡Paul! ¿Dónde estás?
Abuelo, ¿ dónde está R¡ngo?
La pol¡cía t¡ene pr¡s¡onero
al pobre ch¡co.
- ¿La pol¡cía?
- Ya estará hecho pap¡Ila.
- Id a por éI.
- Ráp¡do, daos pr¡sa.
SóIo faltan ve¡nte m¡nutos.
No puedo comprarme amor,
amor.
No puedo comprarme amor.
Te compraré un anillo
de diamantes,
si eso te hace sentirte bien.
Te compraré cualquier cosa,
si eso te hace sentirte bien.
No me importa
mucho el dinero.
Con dinero no puedo comprar amor.
Te daré todo lo que tengo
si dices que también me quieres.
Tal vez no tenga
mucho que dar,
pero lo que tengo
te lo doy.
No me importa mucho el dinero.
Con dinero no puedo
comprar amor.
No puedo comprarme amor.
Todos me lo dicen.
No puedo comprarme amor.
No, no, no, no.
Di que no necesitas
anillo de diamantes
y estaré satisfecho.
Di que quieres
la clase de cosas
que no se compran con dinero.
No me importa mucho el dinero.
Con dinero no puedo comprar amor.
¿ Qué es esto?
Espere, que cojamos al¡ento.
Bueno, ¿l¡stos?
Sí.
- ¿L¡stos?
- Sí.
No puedo comprarme amor.
Todos me lo dicen.
No puedo comprarme amor.
No, no, no, no.
Di que no necesitas anillo
de diamantes y estaré satisfecho.
Di que quieres la clase de cosas...
¡Ráp¡do! ¡Sígalos!
No me importa mucho el dinero.
Con dinero no puedo comprarme amor.
No puedo comprarme amor,
amor.
No puedo comprarme amor.
Qué r¡sa cuando
le qu¡tan el taburete.
Ch¡cos, grac¡as a D¡os.
¿ Y R¡ngo?
- Ahí. Le hemos traído.
- B¡en.
No sabé¡s Io que es esto para mí.
S¡ no venís, me habrían puesto
en "Test¡mon¡o"
o en las "Not¡c¡as de Gales"
para s¡empre.
¿No tené¡s que ¡r a bast¡dores?
¿Dónde está ese l¡ante?
- Aquí.
- Tengo algo que dec¡rte,
- h¡pócr¡ta.
- Déjale en paz. Ha vuelto.
- No es culpa suya ser v¡ejo.
- ¿ Qué t¡ene que ver?
Es un l¡ante, con eso me basta.
SóIo qu¡ere
Ilamar la atenc¡ón.
¿ Sabe Io que le pasa?
Deb¡ó ¡rse a Amér¡ca.
Ahora sería respetable.
Pero se desv¡ó del cam¡no
y acabó en L¡verpool.
Pero soy pulcro.
¿De verdad?
- Eh, Norm.
- ¿ Qué?
- Lo he pensado y no es culpa mía.
- ¿El qué?
No soy más alto que tú.
Tú eres más bajo.
¿Hay algu¡en ahí?
Oye, Shake. ¿ Y m¡s botas?
Y tráeme un té.
- Vale.
- Grac¡as.
- Venga, camb¡aos.
- Tardamos un m¡nuto.
¿ Qu¡eres un sandw¡ch?
Dime por qué has llorado
y por qué me has mentido.
Dime por qué has llorado
y por qué me has mentido.
Te di todo lo que tenía
y tú me dejaste solo.
¿Era necesario tratarme tan mal?
No hago más que
agachar la cabeza y gemir.
Dime por qué has llorado
y por qué me has mentido.
Dime por qué has llorado
y por qué me has mentido.
Si es por algo
que he dicho o hecho,
dime qué es y pediré perdón.
Si no lo haces,
no puedo seguir
conteniendo estas lágrimas
en mis ojos.
Dime por qué has llorado
y por qué me has mentido.
Dime por qué has llorado
y por qué me has mentido.
Te lo estoy rogando de rodillas.
Por favor, escucha mis ruegos.
¿Hay algo que yo pueda hacer?
De verdad, no lo entiendo.
Estoy tan enamorado de ti.
Si te doy mi corazón
a ti,
tengo que estar seguro
desde el principio mismo
de que tú
me amarás más que ella.
Si confío en ti,
por favor, no corras
a esconderte.
Si te quiero a ti también,
por favor, no hieras
mi orgullo
como ella, porque
no podría
soportar el dolor.
Yyo
me pondría triste
si nuestro nuevo amor
fuera en vano.
Así que espero que comprendas
que a mí
me encantaría quererte
y que ella
llore
al enterarse de que somos pareja.
Porque no podría
soportar el dolor.
Yyo
me pondría triste
si nuestro nuevo amor
fuera en vano.
Así que espero que comprendas
que a mí
me encantaría amarte
y que ella
llore al enterarse
de que somos...
Yo...
debería haberlo sabido,
con una chica como tú.
Que me iba a gustar
todo lo que haces.
Y me gusta.
Y me gusta.
Yo...
nunca me di cuenta de
lo que podía ser un beso.
Esto sólo me pasa a mí.
¿No lo ves?
¿No lo ves?
Que cuando diga que te quiero,
tú vas a decir
que me quieres también.
Y cuando te pida que seas mía,
tú vas a decir
que me quieres también.
Yo...
debería haberme dado cuenta
de un montón de cosas.
Si esto es amor,
tienes que darme más.
Dame más.
Dame más.
Yo...
nunca me di cuenta de
lo que podía ser un beso.
Esto sólo me pasa a mí.
¿No lo ves?
¿No lo ves?
Que cuando diga que te quiero,
tú vas a decir que me quieres
también.
Y cuando te pida que seas mía,
tú vas a decir
que también me quieres.
También me quieres.
También me quieres.
Ella te quiere, sí, sí, sí.
Ella te quiere, sí, sí, sí.
Ella te quiere,
sí, sí, sí, sí.
Crees que has perdido a tu amor.
Pues bien, yo la vi ayer.
Es en ti en quien piensa.
Y me dijo qué decir.
Dice que te quiere.
Y sabes que eso
no puede ser malo.
Sí, te quiere
y deberías estar contento.
Dice que le hiciste mucho daño,
que casi perdió la cabeza.
Pero ahora dice que sabe
que no eres
de los que hacen daño.
Dice que te quiere,
y eso no puede ser malo.
Sí, te quiere,
y deberías estar contento.
Te quiere, sí, sí, sí.
Te quiere, sí, sí, sí.
Y con un amor como ése
deberías estar contento.
¿ Sabes? Depende de ti.
Y a mí me parece justo.
El orgullo también puede
dañarte a ti.
Pídele perdón,
porque te quiere,
y eso no puede ser malo.
Ella te quiere
y deberías estar contento.
Te quiere, sí, sí, si.
Te quiere, sí, sí, sí.
Con un amor como ése,
deberías estar contento.
Con un amor como ése,
deberías estar contento.
Con un amor como ése, deberías
estar contento.
- Ya está. Vamos.
- ¿No vamos a?
No. Han Ilamado y vamos
d¡rectamente a Wolverhampton.
- ¿Esta noche?
- Actuá¡s a med¡anoche.
- Venga, Norm.
- Y qu¡ero dec¡rte una cosa.
- ¿ Qué?
- Eres un cerdo.
Ha sido una noche
de un día duro
y he trabajado como un perro.
Ha sido una noche
de un día duro
y debería estar durmiendo
como un tronco.
Pero cuando vuelvo a casa...
Vamos, que se hace tarde.
Líbrate de esas cosas.
... para ganar dinero
para comprarte cosas.
Y vale la pena oirte decir
que me lo vas a dar todo.
¿Por qué iba a quejarme
si cuando estoy contigo
me siento bien?
Cuando estoy en casa,
todo parece ir bien.
Cuando estoy en casa,
sintiendo que me abrazas con fuerza.
Ha sido una noche de un día duro
y he trabajado como un perro.
Ha sido una noche
de un día duro,
debería estar durmiendo
como un tronco.
Pero cuando vuelva a casa,
las cosas que haces
me harán sentir bien.
¿Por qué iba a quejarme
si cuando estoy contigo
me siento bien?
Cuando estoy en casa,
todo parece ir bien.
Cuando estoy en casa,
sintiendo que me abrazas
con fuerza.
Ha sido una noche
de un día duro
y he trabajado como un perro.
Ha sido una noche de un día duro,
debería estar durmiendo
como un tronco.
Pero cuando vuelva a casa,
las cosas que haces
me harán sentir bien.
¿ Sabes? Me siento bien.
¿ Sabes? Me siento bien.