Tip:
Highlight text to annotate it
X
Les hablaré del día
que he tenido de momento.
Tomé café en París,
hice surf en las Islas Maldivas...
me eché una pequeña siesta
en el Kilimanjaro.
Ah, y conseguí el número de teléfono
de una polaca en Río de Janeiro.
Y luego regresé para ver
el último cuarto...
de las finales de la NBA...
sentado a pie de pista, claro.
Y todo ello antes del almuerzo.
Podría seguir, pero lo único que digo
es que estoy en la cima del mundo.
El terreno más claro aquí...
Pero no siempre fue así.
Antes era una persona normal,
un bobo igual que tú.
- Hola, Millie.
- Ah, hola, David.
Tienes un montón de ciudades ahí.
Bueno, si vas a soñar,
más vale soñar a lo grande, ¿no?
Claro.
Hasta luego.
Esperen un segundo.
Quería darte esto.
Lo compré en una venta de garaje de Plymouth.
Pensé que te gustaría mucho.
Está un poco abollada
y le faltan algunos escalones, pero...
Me encanta.
- ¿De veras?
- Sí.
¡Caramba, Ierdito Rice!
- Mark.
- ¿Qué es esto?
¿Una Navidad anticipada?
- Devuélveselo.
- ¡Caramba!
Miren lo que David le regaló a Millie.
¿Les gusta la Torre Eiffel?
Si lo sacudes fuerte,
oyes cómo se mueve la Torre Eiffel.
- ¿Quién quiere sacudirlo?
- Basta.
- Para. Devuélvelo.
- De acuerdo.
Está bien, lo siento. Toma.
Lo siento, amigo.
Supongo que no sé la fuerza que tengo.
- Qué imbécil eres.
- Sólo estaba bromeando.
- No tuvo gracia.
- A ellos les pareció bastante gracioso.
David, no salgas ahí. Es peligroso.
David, olvídalo.
¡Vamos, Ierdito Rice!
¡No seas estúpido!
David, regresa, vamos.
Olvídalo. Da igual.
¡Alto! No vale la pena.
Sólo regresa aquí, por favor.
¡Vamos, David!
Ten cuidado. Vamos.
- Todo está bien. ¿Ves?
- Genial. Ahora regresa.
- ¡David!
- ¡Millie, no salgas ahí!
- ¡David! ¡Pidan ayuda!
- ¡Millie, regresa aquí!
¡Socorro, por favor!
- ¡No puedes ayudarlo!
- ¡Llamen a emergencias! ¡David!
- ¡Millie, alto! ¡Alto!
- ¡David!
BIBLIOTECA REGIONAL DE ANN ARBOR
Y así es como ocurrió la primera vez.
Estaba a punto de morir ahogado,
y acto seguido...
aparecí en la biblioteca pública
de Ann Arbor.
Hogar, dulce hogar.
Mamá nos dejó
cuando yo tenía 5 años.
Y papá, bueno,
digamos que de papá tenía poco.
Llegas tarde. La cena está fría.
¿Dónde estabas?
Cuando te hago una pregunta
espero una respuesta.
¿Qué te ocurrió?
Los muchachos de la escuela.
David, baja aquí.
Agarra un trapeador y limpia todo esto.
¡No me obligues a subir!
¿David? ¡Obedece!
David, abre la puerta.
¿Acabo de teletransportarme?
ESCÁPATE A TU BIBLIOTECA
Genial.
Me teletransporté a la biblioteca.
CERRADO POR INUNDACIÓN DE AGUA
- Suba al auto.
- No voy a ninguna parte.
Y entonces es cuando caí en la cuenta.
Esto que me acababa de ocurrir
podía liberarme.
Y si ella pudo huir, yo también.
Todo está bien.
Quería contarle todo.
¿Quién me creería de todas formas?
Decidí que había llegado
el momento de irme.
HOTEL ALCE
Quiero una habitación.
No vas a darme problemas, ¿verdad?
¿No harás cosas raras?
No. No haré cosas raras.
Y ahí estaba.
Tenía un millón de preguntas.
¿Cómo funciona esto?
¿Cómo lo controlo?
He estado ahí.
¡Mamá, se ve el mar y todo!
Si tenemos suerte,
quizá veamos a King Kong.
¿De veras?
- ¿Me tienes agarrado?
- Te tengo y no te voy a soltar.
BANCO DE AHORROS
Tenía 15 años.
Vamos. ¿Tú qué habrías hecho?
Decidí que ya lo devolvería algún día.
¿Hay un baño para clientes?
- Es por aquí.
- Sí.
Apúrate.
Claro. Gracias.
Voy a necesitar un saco más grande.
Caray.
Dije que nada de cosas raras.
¡Vamos! ¡Me debes dos días de alquiler!
¿Hola? ¿Hola?
La policía y el FBI ya estuvieron aquí.
- ¿Ud. para quién trabaja?
- La NSA.
Están totalmente perplejos.
La cámara acorazada tiene cierre temporizado,
monturas de presión, planchas de acero.
- El ladrón no abrió...
- ¿Ninguna puerta?
No nos enteramos
hasta varias horas después.
Quiero los videos de seguridad
del mes entero.
Y necesito el nombre de todo el mundo
que tiene una caja de seguridad.
Eso es confidencial.
¿Por qué necesita esos nombres?
El ladrón ya ha estado antes
en su cámara acorazada.
Quiero esos nombres y quiero esos videos.
Hoy mismo.
Así que la historia tuvo un final feliz.
El Ierdito Rice había muerto,
pero yo nunca había estado más vivo.
Ahora estoy viviendo en Nueva York.
Pero ¿por qué echar raíces en un solo lugar
pudiendo tener el mundo entero?
Flota por el río.
Pero como verán, la inundación empeoró
en los últimos 10 minutos.
La cuestión ahora, Pat,
es qué le ocurrirá a toda esta gente.
Hará falta un milagro para rescatarla.
Buenas tardes, Sr. Jones.
- ¿Cómo van?
- Pierden por 6 en el descanso.
No creo que necesite el paraguas.
Nunca se sabe.
- ¡Cuidado!
- ¿Te importa si me siento contigo?
- No.
- ¿Qué quieres beber?
Gin-tonic.
Tanqueray con tónica. Dos, por favor.
¿Vives en Londres?
¡Taxi!
Mierda.
SÍ, ESTAMOS ABIERTOS
Esto es una verdadera porquería, viejo.
Creí que era aquí
donde iba a pegar la tormenta.
- Yo oí que pegó en Fiji.
- En Fiji, ¿eh?
Sí. Tienen olas de 10 metros allá.
¿De veras?
Vamos.
- ¿Por qué?
- Porque...
eres una abominación.
Sólo Dios debe tener el poder
de ser omnipresente.
Ya tengo que preocuparme
por uno menos de Uds.
¡Bájenlo! Larguémonos de aquí.
- ¿Sí?
- Tenemos una pista en el robo del banco.
Tomaré el primer avión.
- Hola, Angelo. ¿Cómo les fue?
- No muy bien.
- Ya le dije que no necesitaría ese paraguas.
- Sí. Tenías razón.
No corras.
Llevamos 8 años buscándote.
¿Y tú quién eres?
Me llamo Roland.
- ¿Qué haces en mi apartamento?
- Eso ya te lo explicaré.
LO DEVOLVERÉ
¿Qué clase de ladrón deja una nota?
- Creo que necesito hablar con mis abogados.
- ¿Por qué?
No estás arrestado.
- ¿Tú no eres?
- ¿La policía?
Cualquiera puede robar un banco.
Lo que quiero saber es cómo lo hiciste
sin abrir ninguna puerta.
Vamos. Seguro que se te ocurrirá
alguna explicación.
Mira...
si no eres policía...
y no estoy arrestado...
quiero que te vayas.
¿Necesitas ayuda?
Hace bastante tiempo
que no usas una puerta, ¿eh?
Sé quién eres.
Y sé lo que eres.
Esta conversación ha terminado...
Esta conversación no ha terminado,
¡hasta que contestes mi pregunta!
Dime.
¿Cómo sobreviviste tanto tiempo?
¿Quién te está ayudando?
Saltadores.
Es un tanto difícil saltar con mil voltios
corriendo por tu cerebro, ¿eh?
¡Perfecto!
¿Quién te está protegiendo?
Dame la respuesta para poder irme a casa.
Odio a los Saltadores.
¿Crees que podías
seguir así eternamente?
¿Viviendo así sin pagar las consecuencias?
Siempre hay consecuencias.
¿Adónde vas? Ahora eres mío.
¿Crees que puedes esconderte tras una pared,
ir adonde quieras, hacer lo que sea?
¡Pues ya no!
¿David? ¡David!
¿Eres tú?
¡David! ¡David! ¡No te vayas!
No te vayas.
Sólo escúchame un momento.
¿De acuerdo?
No sé si me estoy volviendo loco o no.
Últimamente hay muchas cosas que no sé,
pero si puedes oírme...
¡Espera, David! ¡No te vayas!
¡Necesito hablar contigo!
David, si me oyes, hijo...
está bien.
Puedes regresar a casa...
cuando tú quieras.
No estás loco.
- Telecomunicaciones.
- Soy Roland.
Escapó.
Tenemos sus lugares de salto.
Quiero que todo el mundo
esté listo y preparado.
Todo el mundo.
Detectando una transmisión.
¿Quién es ésta?
¿Puedo ayudarlo?
Sí.
Hola, Sra. Harris. Soy yo, David.
¿David? ¿David Rice?
- Millie tenía razón. No estás...
- Muerto. No, no lo estoy.
Esperaba que pudiera decirme
dónde encontrar a Millie.
Tiene un apartamento en la calle Morton.
El número 260.
- ¿Sigue aquí?
- Sí.
Trabaja en el bar Houlihan,
cerca de la universidad.
Millie, necesito esas jarras.
De acuerdo, ya la viste.
¡Caramba! ¿El Ierdito Rice?
Soy Mark. Mark Kobold.
Lo siento, amigo. No te conozco.
¡Dios santo! ¿Estoy viendo un fantasma?
¿Eres una de esas cosas paranormales?
No sé de qué estás hablando.
¡Todo el mundo! ¡Es el Ierdito Rice!
Vamos. ¿No quieres tomarte una cerveza
con un viejo amigo de la secundaria?
- No soy ese David...
- ¿David?
Es el Ierdito Rice.
- ¿Millie?
- ¡Hola!
¿Ibas a irte sin decir nada?
- Lo siento. No te vi.
- ¿No?
¿No estabas ahí sentado mirándome
los últimos 45 minutos?
Sí, David. ¿Por qué no dijiste algo?
- Creo que estás borracho.
- No estoy borracho. Estoy bien.
Estoy totalmente sobrio al 110.
Sí, ya lo veo.
¿Por qué no te vas a dormir la mona?
¿Y tú por qué no vas
a servirme una copa, preciosa?
Y échale un poquito de esto.
- ¡Pelea! ¡Vamos!
- Vamos.
- ¡Alto, muchachos!
- ¡Eso!
¡El Ierdito Rice besa la lona!
¿Qué me hiciste? ¡Anormal!
Supongo que no sé la fuerza que tengo.
- ¿Estás bien?
- Sí.
¿Dónde está Mark?
- Se fue.
- ¿Qué?
No creo que vaya a regresar más por aquí.
Estás sangrando un poco.
Hay que curarte eso.
Vamos.
¿Me viste en cuanto entré?
Quizá.
No sabía qué decir.
Pues por ejemplo: " Hola.
Cuánto tiempo hace. ¿Cómo estás?".
- Hola.
- Hola.
- Cuánto tiempo hace. ¿Cómo estás?
- Estoy bien.
¿Y tú?
Saltémonos estas cosas tan aburridas.
¿Sabes? Creí que no seguirías aquí.
¿Y dónde iba a estar?
Tenías aquellas listas.
No sé, ibas a viajar por el mundo y...
Las cosas cambian.
Todos tenemos que madurar, ¿verdad?
¿Y tú a qué te dedicas?
A la banca. Soy banquero.
¿Eres banquero?
¿Cómo te hiciste banquero?
Fue bastante fácil, en realidad.
Aterricé en el puesto, por así decirlo.
¿No reprobaste álgebra?
- Fiona, voy a tomarme mi descanso.
- Sí, claro. Adelante.
Así que regresaste.
¿Qué planes tienes ahora?
Voy a viajar un poco tal vez.
Estaba pensando en ir a Roma, de hecho.
¿Estabas pensando en ir a Roma?
Vamos, sabes que ése era mi sueño.
No me robes mi idea.
- Entonces, ven conmigo.
- ¿Que vaya contigo?
¿Me pides que vaya a Roma?
Vaya, sólo si quieres saltarte
las partes aburridas.
Ya lo llevo yo. ¡Démelo!
- Gracias.
- Como quiera.
Sí, sí.
¿Puedes creer que hace sólo 10 horas
estábamos en Ann Arbor?
Sí.
¿Por qué le interesa esto a la CIA?
Me temo que eso es confidencial.
¿De veras?
Entonces, me temo que tendrá que mostrarme
una orden judicial federal.
Porque no me creo
que sea Ud. quien dice ser.
Por supuesto.
Genial. Otro policía.
Así que, Mark,
dime qué ocurrió en el banco.
Ya se lo dije a ellos.
Ud. sólo es otro burócrata.
Nunca me creerá.
Dices que fuiste teletransportado
adentro de la cámara acorazada.
Si quiere reírse, adelante. Ríase.
¿Me oyes reírme?
La muchacha se llama Millie Harris.
Tomó un vuelo a Roma hace 16 horas.
Y no viajó sola.
Así que, ¿qué te parece?
Creo que hay algo
que no me estás diciendo.
¿A qué te refieres?
Esta habitación.
Primera clase.
Cuando algo parece demasiado bueno
para ser cierto es porque lo es.
- Ya te dije que soy...
- ¿Banquero?
Verás, sé que reprobaste álgebra.
Si no quieres contarme todo, está bien.
Pero no me mientas.
No te estoy mintiendo.
Bien.
¡No llego!
Tengo hambre.
¿Sabes? Podías haberme
invitado a cenar sencillamente.
¿Sabes? Éste siempre fue
el primer lugar que quería visitar.
Lo sé.
Debes de ser bastante bueno.
¿Bueno en qué?
Un principiante.
No tienes ni idea.
- ¡Espere!
- Lo siento, señor.
- Lo siento. No, no. Es imposible.
- ¿Qué?
- Está cerrado.
- ¿Cómo que está cerrado? ¿Por qué?
- Sólo queremos entrar ahí mismo.
- No, es imposible. No, no.
- Es el Coliseo. ¿Cómo puede estar cerrado?
- Es imposible.
David, está bien. Pude verlo desde afuera.
Con eso me basta.
- Viajó hasta aquí para entrar.
- Oye, vamos.
Lo siento, está... no sé.
Adiós.
- Vamos.
- ¿Qué?
Vamos. ¿Quieres una visita privada?
Está cerrado.
No podemos entrar sin permiso.
¿Cerrado? La puerta estaba abierta.
Quieres ver el Coliseo, ¿sí o no?
Vamos.
No deberíamos hacer esto.
- Este lugar es increíble.
- Quería que vieras esto.
Tienes que reconocer
que vale la pena arriesgarse.
Sí.
- ¡Es tan genial!
- Sí.
Aquí abajo es donde estaban enjaulados
los gladiadores y los leones.
- Deberíamos bajar ahí.
- No se puede. Está prohibido.
- Incluso cuando está abierto.
- Nada está prohibido.
¿Qué?
¿Esa puerta también se abrió sola?
- Está abierta ahora.
- Sí.
Esto quieres verlo. Créeme.
- Seguro que eso vale mucho.
- Quizá.
Creo que ahí pone "no entrar".
¿Hablas italiano?
No.
Pues I'ingresso significa "pasa".
Creí que significaba "mentira".
No, significa que debes quedarte aquí
mientras yo doy la vuelta...
y la abro por el otro lado.
Está bien, ya aprenderás el idioma.
Muchas gracias.
La próxima visita será a las 6:00.
No olviden darle una propina a su guía.
¿Te importa?
Un poco de privacidad, ¿sí?
- Perdón.
- El Coliseo es muy grande.
Esto no es un pase de modelos.
Estoy orinando. ¿Te importa?
Este lugar es todo tuyo.
Yo no abriría esa puerta,
no si quieres que tu novia siga viva.
¿Qué ibas a hacer?
¿Traerla aquí para tener un picnic romántico?
¿Un pequeño té agradable?
¿Eso pretendías?
- Como le hagas algo...
- ¿Qué? ¿Vas a teletransportarme?
¿Creías que eras el único?
No tienes ni idea, ¿verdad?
Vives tu vida.
¿Crees que te ibas a ir a Roma
sin que ellos se dieran cuenta?
¿Saltando por todos lados...
saltando, saltando, saltando...
sin que ocurra nada?
Pues se dieron cuenta.
Yo no. Yo ya lo sabía.
No me refiero a mí, sino a ellos.
Ahí al fondo.
Hola, muchachos.
Sólo yo entonces.
Ésa es nueva.
Bienvenido a la guerra.
Avísenme cuando estén cansados.
- Casi.
- ¿David?
¿Qué está ocurriendo?
Genial. Conozcamos a la novia, ¿sí?
- ¿Quién es esta gente?
- Paladines.
Matan a los Saltadores.
Yo mato a los Paladines. Fin de la clase.
¡Espera!
Acabo de entrar por tu salto.
¿Qué haces aquí?
Yo que tú saltaría de regreso.
No debes ver todo esto.
¡Fuera de aquí!
Así que lárgate, carajo.
Ahora mismo.
Quizá tu novia siga viva.
- ¿Qué te ocurrió?
- Nada.
Vámonos, anda.
Creo que deberíamos largarnos de aquí.
Eso no pareció que fuese nada.
Tenías razón. No debí bajar ahí.
Todo está bien.
Vamos. Aún podemos llegar al museo.
- ¿Quieres hablarme? ¿Por favor?
- Tiene que haber un taxi por alguna parte.
¿Por qué no me hablas?
Háblame, por favor.
- Te lo explicaré todo en el hotel, ¿sí?
- No voy a esperar a llegar al hotel.
- Mira, Millie, todo está bien.
- No, todo no está bien.
No debí entrar ahí.
- Creo que se equivocaron.
- Cállate.
Buscan a ese tipo que está ahí.
Miren, lo siento.
Sé que estaba prohibido entrar ahí.
¿No pueden amonestarnos sencillamente?
De acuerdo, de acuerdo.
Millie, regresa al hotel, ¿sí?
- No, no estamos juntos.
- Estoy con él.
No la conozco. Regresa al hotel.
Ya se lo dije. Quiero ver a Millie.
- ¿Dónde está el cuerpo?
- No hice nada, ¿de acuerdo?
No sé cuántas veces quiere
que le diga lo mismo.
¿Sabe cuánto tiempo más lo tendrán ahí?
Esperamos al magistrato.
Sí, lo sé. Llevamos toda la noche
esperando al magistrato.
No hablo... No sé lo que dice.
Siéntese, o la sentaremos nosotros.
- De acuerdo.
- ¡Siéntese!
Me sentaré.
Ella no tiene nada que ver con esto.
Allora, el juez ya está aquí.
Nos quedaremos con su pasaporte.
No se preocupe.
No lo necesitará en el lugar al que va.
Hola, David.
Sólo tienes 30 segundos antes de que entren
por esa puerta. ¿Entiendes?
Tienes que salir de aquí.
- Deshazte de la muchacha. O morirá.
- ¡Mamá!
- ¿Mamá?
- Veinte segundos, David.
¡Mamá!
¡Mamá!
Millie.
Ya terminamos. ¿Estás bien?
- Puedo irme.
- ¿Te soltaron?
- Me soltaron.
- ¿Así sin más?
Así sin más. Vamos.
¿Por qué estamos corriendo si te soltaron?
Me aconsejaron enérgicamente
que nos vayamos de Roma ahora mismo.
- Pero ¿qué te dijeron?
- Me hicieron algunas preguntas.
- ¿Durante 8 horas?
- Tenían muchas preguntas.
Quiero confiar en ti,
pero me lo pones increíblemente difícil.
Pues confía en mí. Vámonos.
¿Oiga? ¿Puede llevarnos?
Sube al taxi. Millie, sube al auto.
Por favor. Sube al taxi, por favor.
Éste es el tuyo.
¿Recuerdas que te dije
que no tenías que decirme todo?
Cambié de opinión.
¿Qué llevas en la mochila?
¿Dónde lo conseguiste?
No quiero mentirte.
Pero tampoco quieres decirme la verdad.
No puedo tomar este vuelo contigo.
Nos diremos adiós aquí.
¿A Detroit?
Roland.
Lo perdimos, señor.
- ¿A cuántos enviaste?
- A dos hombres.
- Te dije que enviaras a todos.
- Ella dijo que con dos bastaría, pero se zafó.
Es como si supiera
que estábamos en camino.
Estamos registrando
la cuadrícula ahora mismo.
Mantenme informado.
Voy a cambiar de táctica.
¿William Rice?
Sí.
Hacienda.
¿Podemos pasar adentro y hablar?
No tengo que preguntárselo.
Lo hacía como un favor.
¿De qué se trata?
Su hijo. David.
¿Por qué?
¿Se metió en algún tipo de lío?
Acabaremos antes
si deja que yo haga las preguntas.
¿Cuándo vio a su hijo por última vez?
Hace 8 años.
¿Ocho años?
Así es.
¿Y sus amigos?
- ¿Hay alguien con quien pueda hablar?
- No tenía muchos amigos.
Me gustaría hablar
con la madre de David si es posible.
Sí, yo también.
Si la encuentra, salúdela de mi parte.
¿Ésa es ella?
Mary Rice. Así se llamaba entonces.
¿Cuándo la vio por última vez?
Se largó cuando el muchacho
cumplió 5 años.
Cinco.
No sé nada de ella desde entonces.
Si me entero de algo,
me aseguraré de llamarlo.
- No me llamará.
- No lo llamaré.
¿Has visto este movimiento especial
que puedes hacer?
Añadieron un control nuevo
y sólo tienes que...
Sólo tienes que presionar dos veces.
¿Viste? ¿Qué te parece?
Sigues vivo, ¿eh?
- ¡Me dieron!
- Está muerto.
¿Qué? ¡Genial!
- ¿Hay más?
- Cientos de ellos.
Estoy siguiendo a 10 ahora mismo.
¿A ti qué te importa? Hay muchos más.
- ¿Y el resto qué?
- ¿Qué pasa con el resto?
Come te dije, yo los cazo.
- Empezaré de nuevo.
- ¿Quiénes son?
Ya te lo dije. Son Paladines.
Sí, me dijiste cómo se llaman.
Pero no me dijiste lo que quieren.
Es bastante sencillo.
Nos quieren muertos.
- ¿Es que no te diste cuenta?
- ¡Sí! De eso sí.
- Me alegro.
- Gracias.
- ¿Te importa...?
- ¿Por qué?
Porque podemos hacer
lo que nos da la gana.
- ¿Quieres hacer el favor de...?
- ¡Me dieron!
- Está muerto.
- Genial.
Gracias.
De veras no lo entiendes, ¿eh?
Los Paladines llevan matando a los Saltadores
desde hace muchísimos años.
Desde la Edad Media.
Son unos fanáticos.
Unos locos religiosos.
La Inquisición, la caza de brujas...
eran ellos.
Mira, son listos.
Son rápidos. Están organizados.
Matan a cualquiera
que se cruce en su camino.
Como tu familia.
Tus amigos.
Esa pequeña novia tuya
con la que te paseabas por Roma.
Morirán. Todos ellos.
Ve acostumbrándote.
Sólo es cuestión de tiempo.
Voy por algo de comer.
¿Quieres algo?
Es tu padre.
Lo siento.
Hablé con él, pero seguía en sus trece.
Puede ser tan testarudo.
No sé cómo lo soporta mi madre.
¡Que alguien pida ayuda!
- ¡Ahora mismo!
- ¿Qué ocurrió?
¿Qué está pasando aquí?
Traigan el desfibrilador.
¿Estás bien? Quédate quieto.
No tiene pulso.
¿Qué diablos ocurrió aquí?
- Mark.
- Dios santo.
¿Qué le dijiste?
¿Cómo sabían lo de Ann Arbor?
- ¿A quién se lo dijiste?
- Aléjate de mí.
¿Era un *** con pelo blanco?
¿Se llamaba Roland?
Sólo contesta la pregunta,
o te dejaré en la cima del Everest.
- ¿Qué? ¿Qué?
- ¿Qué le dijiste?
¿Qué? ¿Decirle qué?
Sé que le hablaste de casa.
Sé que le hablaste de Ann Arbor.
¿Le hablaste de Millie?
Le dije todo.
¿Por qué? ¿Por qué hiciste eso?
¿Por qué no?
¿Quién eres?
¿Adónde fue el Paladín?
- A nadar.
- ¿En el Pacífico?
No, el Atlántico, en realidad.
Un nido de tiburones cerca de Cuba.
¿Qué crees que estás haciendo?
- ¡Deja eso donde estaba!
- Necesito que me prestes un par de cosas.
¡Aléjate de la pared!
Te arrancaré los ojos.
- Necesito encontrar a Roland.
- No. ¡No!
- Sólo tengo 8 horas.
- ¿Ocho horas?
- La muchacha. Su avión aterriza en 8 horas.
- Todo eso no te ayudará. Tiene 4 años.
Voy a teletransportarte a la secundaria
para que aprendas algo.
Llevo siguiéndolo desde hace 10 años.
Mira esto. Mira.
¿Ves esto?
Nuestro primer asalto en Nepal.
Deberías ver la que me hizo en Praga.
Mira, olvídalo. Olvídate de Roland.
No pierdas el tiempo.
Tú déjalo en mis manos.
- ¿Te importa?
- Mira.
Un poco de privacidad.
Esto es algo personal.
Ya sabes, date la vuelta.
Sí.
Estaba pensando
que si hacemos esto juntos...
podríamos acabar con él.
¿Tú y yo, quieres decir?
- Sí.
- ¿Trabajando en equipo?
Sí.
Mira, lo siento,
pero me gusta jugar solo.
Hazme un favor, ¿sí?
No estés aquí cuando regrese.
Encuentra una roca,
escóndete debajo de ella y no salgas.
Joi woo, hermano.
Eso es "adiós" en chino.
Iba a llamarte, de veras.
Aún quiero hacerme ese tatuaje.
Tienes que dejar de seguirme.
En realidad, soy la única persona
que puede hacerlo.
Qué suerte para mí.
¿Por qué estás caminando?
Conozco Tokio bastante bien.
Tengo muchos lugares de salto aquí.
Me gusta caminar para variar.
Hace que me sienta normal.
¿Leíste Marvel Team-up alguna vez?
Sí, lo leí. ¿Y qué?
Dos superhéroes aunando fuerzas
durante un tiempo limitado.
Ya veo lo que estás intentando.
No me vas a convencer.
Vete a casa por tu propio bien.
- Vives en una cueva.
- Se llama una guarida.
¿Y qué quieres decir con ello?
Sólo digo, ya sabes,
que tenemos algo en común.
Y sé dónde encontrar a Roland.
Vamos a hacerlo, ¿sí o no?
Lo siento.
El embrague estaba atascado.
- Qué sutil eres.
- No voy a deshacerme de ti, ¿verdad?
Quizá te convenga agarrarte.
Por los pelos.
No está mal.
Este auto debe de pesar dos toneladas.
¿Cómo consigues...?
Si se mueve, puedo teletransportarlo.
Conocí a un Saltador una vez...
un desgraciado loco...
intentó teletransportar un edificio entero.
- No volverá a intentarlo.
- ¿Por qué?
Está muerto. Murió intentándolo.
Pero logró sacudirlo un poco.
¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?
- ¿Qué? ¿Conducir?
- No. Saltar.
Desde que tenía 5 años.
- ¿Cinco?
- Sí.
¿Cómo lo mantuviste en secreto?
- Como con tus padres.
- Es muy fácil cuando no tienes.
- ¿Y dónde estaban?
- No tenía.
Mi madre se largó
cuando yo tenía 5 años.
Sé lo que es no tener...
Mi padre...
¿Acaso te pregunté por tu familia?
¿Estamos en el programa Oprah o qué?
Griffin, no puedo seguir haciendo esto.
Debo irme.
Su vuelo está a punto de aterrizar.
Necesito una respuesta.
Se acabó, ¿de acuerdo?
Debemos aunar fuerzas, ahora o nunca.
Durante un tiempo muy limitado, ¿eh?
La salvamos y lo matamos a él.
- Y se acabó.
- De acuerdo, Hombre Araña.
El vuelo de Roma aterrizó hace una hora.
¿No comprobaste a qué hora llegaba?
- Tenemos que encontrarla.
- Encuéntrala tú.
Yo voy a armarme.
Nos vemos en la guarida.
- ¿De acuerdo?
- Está bien.
¿Qué estás mirando?
¡Bu!
Soy David, el amigo de Millie.
¿Ella está aquí?
La última vez que la vi estaba contigo.
Oye. Tu amigo vino por aquí.
- ¿Qué dices?
- ***, pelo blanco. Se acaba de ir.
- Dios.
- Hola.
David...
¿Qué diablos haces aquí?
- Te llamé, pero no contestabas.
- ¿Y entraste por la fuerza?
Sí. Necesitaba asegurarme
de que estabas bien.
No, David. No estoy bien.
Me dejaste tirada en un aeropuerto en Roma.
Lo siento.
Lo sientes.
Gracias.
Creo que deberías marcharte.
¡David, tienes que marcharte!
Vamos, muévanse.
No tenemos mucho tiempo.
¿Qué haces?
David, te dije que te fueras.
¿Qué?
- No soy banquero, ¿de acuerdo?
- No me digas.
- El dinero sí vino de un banco.
- Sí.
Unos cuantos bancos, en realidad.
¿Me estás diciendo que eres
un ladrón de bancos?
Eso es lo de menos.
¿Quieres salir de mi casa?
Millie, lo siento.
Dios mío.
- Lo siento mucho, pero debemos irnos.
- Vete. Déjame en paz.
¡Vamos!
Esto quizá duela un poco.
- Tranquila.
- ¿Dónde estoy?
Confía en mí, ¿de acuerdo?
- No voy a lastimarte.
- No te acerques a mí.
- Millie.
- ¡No te acerques a mí!
Te lo voy a explicar.
Te lo voy a explicar todo.
Aquí adentro.
Sólo quédate donde estás.
Quédate ahí mismo.
- ¿David?
- Rápido. Se está cerrando.
Griffin.
Hay algo que debo decirte.
- ¿La encontraste?
- Es algo que quizá te haga enojar un poco.
- ¿Me haga enojar?
- ¿David?
¿Qué es esto? ¿Qué hace ella aquí?
- Esto no es una especie de casa club.
- ¿Qué está pasando?
- ¿Quieres ir a la cima del Everest?
- Es lo que intentaba decirte.
- O abajo del todo. Tú eliges.
- ¿Qué?
¿Quieres escucharme?
Es lo que intentaba decirte.
Trayéndola aquí te pueden seguir.
Tienen una máquina.
- Abre agujeros de gusano y los deja abiertos.
- ¿Qué dices?
Que pueden seguirnos adonde sea.
Y tú la trajiste aquí.
- Rayos.
- ¿Son dos?
David, ¿qué está ocurriendo?
Millie, quédate aquí.
- ¿Qué hiciste?
- Griffin.
- ¿Adónde lleva esto?
- Debemos irnos.
¿Qué hiciste?
Carajo.
MUERTE
¿Mamá?
Gracias por llevarme hasta tu amigo.
¡Espera! ¿Por qué me haces esto?
Yo no te hice nada.
No he lastimado a nadie.
Aún no, pero lo harás.
Antes o después,
todos Uds. se vuelven malos.
¿Y si yo soy diferente?
- No eres diferente.
- ¡Yo sí!
- Bu.
- ¡Apártate!
Es hora de enviarte a casa con mamá.
¿David?
Millie.
Millie, sal de aquí.
Echa a correr, ¿de acuerdo?
¡Millie, corre!
Te voy a bajar
para que me saques de aquí.
Genial.
¿Puedes llevarme ahora, por favor?
De acuerdo. Te llevaré.
Te dejaré en paz.
Pero siempre fuiste tú.
Desde que teníamos 5 años.
Siempre fuiste tú.
Sólo llévame, por favor.
Respira hondo.
Ya lo tengo.
Los dejé atrapados allá.
Sin la máquina, no pueden hacer nada.
¡Ya la tengo!
Diablos.
Caray.
Rayos, no me esperaba eso.
No lo sabía.
Ahora tendrán que venir aquí.
Extingamos estos fuegos.
LISTO
¿Qué es eso?
- ¿Qué?
- ¿Qué haces?
Nada. Estaba pensando en ir
a jugar a los bolos.
- ¿Qué?
- Roland está ahí con todo su ejército.
Regresaré y pondré fin a esto.
¿A ti qué te parece?
- Los voy a volar en mil pedazos.
- Millie está ahí.
Bueno, está ese problema también.
Tengo que regresar por ella.
Griffin, está ahí por mi culpa.
- No puedes...
- ¿Qué?
Tenemos que sacarla de ahí.
¡Hay que sacarla de ahí!
¡Ya te oigo! No estoy sordo.
Entiendo lo que dices.
- De acuerdo.
- Es una lástima. De veras.
Pero todos tenemos que hacer sacrificios
de vez en cuando. ¿Sabes?
¿Y el detonador?
- No veo que tú estés haciendo ninguno.
- Yo ya hice el mío.
¿De acuerdo?
Cuando tenía 5 años.
Vino a mi casa y mató a mis padres.
¿Sí?
Hablemos de esto o se nos irá de las manos.
¿Te gusta hablar así?
¿Me estás entendiendo claramente?
No puedo dejarte hacer esto.
David, si vuelves a tocar la caja fuerte,
te mataré. ¿Entendido?
¡Dame el detonador!
- ¡Devuélvemelo!
- ¡Lo siento, Griffin!
¡Devuélvemelo!
No lo hagas.
Mal hecho.
Mierda.
Dios, odio Chechenia.
¿Adónde fuiste?
Bueno, hermano,
nuestro tiempo limitado juntos se agotó.
El viejo truco de la electricidad.
Bien hecho.
- Gracias.
- Bájame y pondremos fin a esto.
No tenía por qué ser así.
Ellos son cinco.
Si regresas solo, eres hombre muerto.
¿Oíste? ¡No puedes ganar!
¡Bájame, David!
¡Si haces esto solo, morirás!
¡No eres un héroe, David!
¡Eres un Saltador!
¡No salvas a la señorita en apuros!
¿No lo entiendes?
¡Apártate!
¡Apártate! ¡Ya lo tengo!
¡Mierda!
Algunas cosas
no puedes teletransportarlas.
Sólo Dios debe tener este poder.
Tú no, David.
David, siento muchísimo
lo que te dije antes.
Respira hondo.
BEBIDAS Y COMIDA
PROHIBIDAS EN LA BIBLIOTECA
Oye. Oye.
Rayos, lo siento. Lo siento.
¿Qué hace mi lavaplatos en la biblioteca?
- Estoy impresionado.
- Quédate aquí, ¿de acuerdo?
¿Qué?
Progresaste mucho
desde que robabas bancos.
Ya te dije que soy diferente.
Pude haberte echado a los tiburones.
Hola.
¿Puedo ayudarlo?
¿Está Mary?
¿Mamá?
¿Por qué no esperas arriba?
De acuerdo.
- ¿Sabes? No fue fácil encontrarte.
- No deberías estar aquí.
Así que es cierto.
Eres uno de ellos.
Sí, es cierto.
Tenías 5 años cuando diste tu primer salto.
Sólo tenía dos opciones.
Matarte o dejarte.
Así que te fuiste.
- Para protegerte.
- Tenía 5 años.
Hice lo que tenía que hacer.
No he dejado de pensar en ti.
Ni un solo día.
Así que yo soy un Saltador
y tú eres un Paladín.
Así es.
¿Y ahora qué?
Te voy a dejar salir con ventaja, hijo...
porque te quiero.
Buena suerte.
- ¿Estás bien?
- Sí.
¿Seguro?
Sí.
Bien.
Porque estoy muerta de frío.
¿Podemos irnos a algún lugar caluroso?
- ¿Adónde te gustaría ir?
- Sorpréndeme.