Tip:
Highlight text to annotate it
X
Inspirada en hechos reales
Glucosa, bien,
al igual que hígado y riñones.
Nivel normal de hemoglobina,
presión arterial 13/9.
-¿No es un poco elevada?
-El peso está bien,
unos centímetros de exceso
alrededor de la cintura.
¡Muestra fecal, no veo nada!
No, significa que aún no la trajo.
-Sí, ahora recuerdo.
-¿Creyó que no apestaría?
Todos los estudios están bien, Martin.
Su esposa cree que está deprimido.
-Me despidieron, estoy sin empleo.
-Pero no fue su culpa.
Por eso estoy deprimido.
Me despidieron por decir
algo que no dije.
-Salga a correr.
-Dije exactamente lo opuesto.
¿En qué trabaja ahora?
-Pienso escribir un libro.
-¡Qué bueno!
-¿Sobre qué trata?
-Historia rusa.
Salga a correr.
La pelea en Whitehall
entre el Ministro de Transporte...
y el ex-director de comunicaciones
Martin Sixsmith, sigue creciendo.
El Sr. Sixsmith presentó
su versión de la discusión,
que en la calle describen
como "telenovela".
Hoy no hubo señales
del Sr. Sixsmith en su casa,
y tras intentar limpiar su nombre
en privado, habló en público.
Dijo al Sunday Times que miembros
del gobierno le ofrecieron apoyo.
"Me aseguraron que no había sospecha
de mala conducta en mi contra.
Luego me sorpendió
que me hicieran dimitir".
Quisiera hacer una declaración respecto
a la dimición del Sr. Martin Sixsmith.
¿Cuánto más apoyará el Sr. Blair
a su hombre,
sin que eso lo dañe personalmente?
Es un nuevo bochorno para el gobierno.
Deberían comer...
una fantástica cantidad
de pastel de humildad...
acompañado con salsa de trufas.
Aquí estás.
Eso fue bochornoso. El Padre Tunney
preguntó por qué desapareciste.
No creo en Dios.
-Creo que él, sí.
-Vámonos.
-Me tienes preocupada.
-¡Mira eso!
Debes volver a trabajar.
-Un libro de historia rusa...
-¿A quién más le interesa?
¿Nunca habías visto esto?
¿De dónde eres?
¿Vienes de Limerick?
-Hola, Philomena.
-Padre.
¿Cómo te fue?
¿Qué tal la nueva cadera?
Muy bien, es de titanio.
-No te veo hace tiempo.
-Vine a encender una vela.
¿Para alguien especial?
Sí.
Me gusta tu vestido.
-¿Lo hiciste tú misma?
-No, lo compré en una tienda.
Y mi tía me advirtió que no hablara
con extraños como tú.
¿Dejaste que te pusiera
sus manos encima?
¿Disfrutaste tu pecado?
¿Te bajaste la bombacha?
Responde a la hermana Hildegard.
¿Te la bajaste?
Sí.
¡Reverenda Madre! En la escuela
no enseñan nada acerca de bebés.
-¿Tu madre no lo hizo?
-Murió hace 10 años.
Dios guarde su alma.
¡No culpes a las hermanas por esto!
¡Eres la causa de esta vergüenza!
Tú y tu indecencia.
¡No sé qué hacer!
Debemos llamar un doctor.
¡El bebé viene de nalgas!
Está en manos de Dios.
El dolor es su penitencia.
Salve, Reina, Madre de la misericordia...
No la dejes llevar
a mi bebé al campo.
Es frío y oscuro.
-Encendí la luz por otra media hora.
-¿No sabe que tienes empleo estable?
Escasea el personal.
Voy a ayudarla.
Me quedaré hasta medianoche.
¿Madre? ¿Qué tienes?
¿Estás bien?
¿Quién es él?
Es su cumpleaños.
Hoy cumple 50.
¡Respira!
Es un varón.
-¡Martin!
-Hola, David.
Conoces a Keith.
Y a Sally Mitchell.
Martin Sixsmith, ex-corresponsal
de la BBC en Moscú.
-Y Washington.
-Hola.
Se volvió asesor del gobierno
pero todo resultó mal.
-¿Buen resúmen?
-Sí. Si caminas sobre mierda...
-tarde o temprano llega a tus zapatos.
-A ti te llegó a la cabeza. ¿Cómo fue?
-¿Qué tienes en mente?
-Un libro sobre historia rusa.
O algo más.
Debería retomar el periodismo.
¡Me acuerdo de ti!
Enviaste ese horrendo e-mail.
"El 11 de septiembre es buen día
para enterrar malas noticias".
Lo dijo otro.
-¿Creí que habías sido tú?
-Es un error frecuente.
Un año después, en el sepelio
de la Princesa Margarita,
envié un e-mail: "Hoy asegúrense
de enterrar a la Princesa Margarita".
-Hay diferencia.
-Una gran diferencia.
Si regresas al periodismo
debes hablar con Sally.
Solo trato tiernas historias humanas,
no es tu especialidad.
Pero con gusto revisaré
la idea que me envíes.
Sí, gracias.
Disculpa. ¿Podría beber
una copa de Pinot Grigio?
-Solo tenemos blancos.
-Que sea un blanco, por favor.
No pude evitar oír
que es periodista.
Conozco a una mujer que dio a luz
de adolescente,
y lo mantuvo en secreto
durante 50 años.
Me enteré hoy.
Disculpe. Una monjas
le quitaron el bebé.
La obligaron a darlo
en adopción.
Lo mantuvo en secreto
todo este tiempo.
Estoy trabajando en un libro
sobre historia rusa.
Lo que me cuenta entra dentro
las notas de interés humano.
-No es lo mío.
¿Por qué no?
Porque "notas de interés humano"
es un eufemismo...
para hablar de gente
vulnerable e ignorante.
Y quienes lo leen en el periódico
son los vulnerables e ignorantes.
No digo que usted lo sea.
Espero que encuentre alguien.
¿Debería escribir notas
de interés humano?
Hola, debe ser Philomena.
Soy Martin.
-Hola, Martin.
-Hola, nuevamente.
Por allí tenemos nuestra mesa.
Después de usted.
La de la izquierda.
Me disculpo por la otra noche.
-Me tomó en un mal momento.
-No hay problema.
Lo importante es que pudo rastrearme.
-Espero no le moleste este lugar.
-No, es agradable.
-Y bien, Philomena. ¿Cómo está?
-Muy bien.
El año pasado
me reemplazaron la cadera.
Es mucho mejor que la anterior.
Es de titanio, no se oxida.
Si no debería lubricarse
como el hombre de lata.
-¿En serio?
-No, me refería al Mago de Oz.
-Solo era una broma, ma.
-Sí, era una broma.
Mi madre sufre artritis avanzada
en ambas rodillas.
-¿Nos servimos ensalada?
-¿Ensalada? ¡Sí!
Es bueno tener alguien
inteligente en la familia.
Ella asistió a la universidad
para adultos.
-Usted debió salir de Oxbridge.
-Me leyó. Sí, de Oxford.
-Sabía que no era tonto.
-Nunca vine a un Harvester.
-¿Hay en Londres?
-Voy a un pub cerca de casa.
-¿Dónde?
-Knightsbridge.
Eso debe ser muy costoso.
Adoro estos trozos de tostada.
-¿Está casado, Martin?
-Hace 20 años, con Kate.
¡Qué bien!
Yo lo amé, sabe.
Durante 50 años
no pensé en lo que me pasó.
Mi padre me dejó con las monjas.
Estaba avergonzado.
Dijo a todos que yo había muerto.
Mi familia nunca me visitó.
Después de dar a luz
permanecí 4 años en la abadía...
para pagar a las hermanas
por ocuparse del bebé.
El peor trabajo era el de la lavandería.
Y allí me pusieron.
Trabajé siete días a la semana
durante toda mi estadía.
Trabajé con mi mejor amiga, Kathleen.
Nos permitían ver a nuestros hijos
una hora al día, no más.
¡Caminen, no corran!
¡Mami!
Anthony era el mejor amigo
de Mary, hija de Kathleen.
Eran inseperables.
Míralo, no le quita la vista.
¿Qué pasa?
En la cocina dicen que la Madre Barbara
llevó a Mary a su casa.
¿Qué quiere con ella?
Seguro que no hay
por qué preocuparse.
Ya regreso.
-Phil, tengo algo.
-Kathleen teme que le quiten a Mary.
-Le dije que no lo harían sin avisarle.
-Mira.
No le digas a nadie.
-¿Su padre era apuesto?
-Muy.
¿Dónde la obtuviste?
Tomé la cámara y lo retraté
cuando la superiora no miraba.
Gracias.
Cada vez que miro la foto de Anthony,
rezo una oración para Anunziata.
Le salvó la vida cuando lo di a luz.
Ya hace tiempo que murió.
Sin esa foto,
no tendría nada de él.
¿Estuvo allí atrapada todo el tiempo?
Una podía marcharse
si les pagaba 100 libras.
¿Dónde hallaría tanto dinero?
¿Y dónde hubiera ido?
Recuerdo ese día tan claramente.
Sabíamos qué significaba
la llegada de ese auto.
No había consuelo para Kathleen,
sabía que iban por Mary.
¡Sal de ahí!
¿Qué haces aquí?
Miro a la hermana Hildegard.
-Es hora de que me mude.
-Al respecto, no eres la única.
Ocúpate de tu tarea y se te pasará.
Phil, tenemos práctica de coro.
Tendrás problemas si no asistes.
De todas formas, adoraba cantar.
Era lo único que disfrutaba
de ese lugar.
Pero solo podía pensar
en la pobre Kathleen.
Philomena, se llevan a Anthony.
¿Dónde está?
¡Anthony!
¡Anthony!
Solo fueron por Mary,
pero Anthony no la dejaba.
-Eran inseparables.
-Lo que te hicieron fue diabólico.
¡No, no me gusta esa palabra!
"Diabólico" está bien.
Es buena para la historia.
Algunas monjas eran muy buenas.
-Dio a luz sin analgésicos.
-¡Excelente!
Otra vez, es bueno para la historia.
-¿Podemos visitar a las monjas?
-Podemos intentar.
Tal vez obtengamos más que mamá.
Fui varias veces
a preguntar dónde estaba.
Fueron muy serviciales,
no como antes.
-Dijeron que intentaron rastrearlo.
-Pero no lo hallaron.
-Martin, ¿me ayudará a encontrarlo?
-La historia es muy interesante.
Me llevaré a mamá unos días,
¿por qué no viene?
-Podrá visitar Roscrea.
-Hay lugar en el auto.
-Es un Vauxhall Cavalier.
-No, gracias.
Me gusta el avión.
-¡Hola, disculpen la demora!
-Hola, Martin.
-Tuve problemas con Rent-a-car.
-¡Es precioso!
Ya veo por qué no quiso
venir en el Cavalier.
No fue por eso.
Debo hacer un par de cosas.
-¿Debo ir con ustedes, ma?
-¿No vienes?
Le dije a Jane que estaríamos bien
los dos solos.
-¿No es así?
-Sí, claro.
Te puse cosas en el bolso.
Te veo esta noche.
Gracias, Martin.
¿Qué auto es este?
-Un BMW.
-Alemán.
-¿Quiere una "Canción"?
-Si la tarareo, ¿la canta?
-No, el caramelo.
-Sí, gracias.
Esto es para la buena suerte.
Siempre creí que San Cristobal
era como el Ratón Mickey.
-Fui monaguillo.
-¿Cree en Dios, Martin?
¿Por dónde empezar?
Es una pregunta complicada
para una respuesta simple.
-¿Usted cree?
-Sí.
ABADÍA DE LAS HERMANAS
DEL SAGRADO CORAZÓN
-¿Está bien?
-Sí.
Soy de las afortunadas, Martin.
Algunas madres y bebés
no sobrevivieron al parto.
¿Puedo ayudarles?
Soy Philomena Lee,
concerté una cita.
Sí, adelante, Philomena.
-Él es mi amigo Martin Sixsmith,
"Noticias a las 10". -Por la BBC.
-Pero ya no más.
-Hola.
-La hermana Clare vendrá en breve.
-Gracias.
¿Puedo usar el baño?
-Escaleras abajo.
-Sé dónde está.
-¿Les preparo té?
-Sí, gracias.
¡Anthony!
¡Anthony!
-¡Hola!
-Hola.
Soy la Hermana Clare.
Estaba admirando su foto
de Jayne Mansfield.
No, esa es Jane Russell.
Jayne Mansfield era rubia.
Es cierto, pero ambas
fueron grandiosas.
Estrellas gigantes.
¿Cuál murió en un choque?
-Jayne Mansfield.
-¿Por qué está en la pared?
-Aún no sé su nombre.
-Martin Sixsmith.
"Noticias a las 10".
-Trabajé en la BBC, pero ya no.
-Hola, Philomena.
Gusto en conocerla,
soy la Hermana Clare.
¿Cuándo nos visitó
por última vez?
Antes de su llegada, Hermana Clare.
Hablé por teléfono
con la Hermana Hildegard,
pero cuando vine, no pudo recibirme.
-Sigue con nosotras, pero muy débil.
-Martin, take it. Very happy.
-Martin, debería probar el pan.
-No hay problema.
Delicioso, parece pan dulce.
Es pan frutado, Martin.
Lo sé, es grandioso.
No sé qué le dijeron
la última vez,
pero nuestros documentos
desaparecieron en un gran incendio.
Eso fue antes de mi llegada,
así que no tengo noticias de Anthony.
Aún asisto a misa.
No me gusta alborotar,
señalar a alguien o culpar a la iglesia.
Solo necesito saber que está bien,
no necesito verlo.
En mis visiones lo veo sin hogar,
sin nadie que lo ame.
Philomena, no podemos
hacer desaparecer su dolor,
pero podemos acompañarla
en el sufrimiento.
Las antiguas monjas...
disculpe la interrupción.
¿Tal vez las más antiguas
puedan brindar detalles?
La mayoría murió.
-¿Y las que no?
-No creo que digan algo con sentido.
¿Podemos intentar?
-No creo que sea posible.
-¿Por qué no?
Con gusto responderé sus preguntas,
Philomena.
Yo le hago preguntas.
-Usted es periodista.
-Así es. Es decir, lo fui.
-Martin es católico romano.
-Sí, lo fui.
Me sentiría más cómoda
si hablo en privado con Philomena.
Hola, ¿puedo ayudarle?
-Disculpe, estaba...
-¿Busca algo?
-¿Qué hay por aquí?
-Cuartos privados.
Esperaré afuera.
MADRE E HIJO
MUERTOS EN EL PARTO
AISLING DEVLIN
MUERTA A LOS 14
Disculpe, me quedé mirando alrededor.
-¿Qué le dijo?
-Que usted es periodista...
y que intentará manipularme.
Debo tener cuidado
con lo que le digo.
Y me dio esto.
¿Lo abrió?
Es el contrato
que usted firmó en 1955.
"Por el presente renuncio
a los derechos sobre Anthony Lee,
y me comprometo a no intentar verlo...
a no interferir y a no hacer reclamos
en el futuro".
Nunca lo hallaré.
Si la obligaron a firmar,
podemos anular...
Nadie me obligó,
firmé voluntariamente.
Qué curioso. Los documentos que ayudarían
a encontarlo, se destruyeron.
Pero el documento que evita
que lo encuentre, está intacto.
Dios en su sabiduría decidió
salvarlo de las llamas.
Creía que debía ser castigada
por el terrible pecado cometido.
Pero lo que empeoró todo
fue que lo disfruté.
-¿Qué?
-El sexo.
¡Fue maravilloso!
Sentí que flotaba en el aire.
Él era tan apuesto.
Me sostuvo entre sus brazos.
Ni siquiera sabía
que tenía clítoris.
Después creí que todo
lo placentero estaba mal.
Malditos católicos.
Disculpe.
Fui enfermera 30 años,
escuché cosas peores.
¿Por qué Dios nos daría
el placer ***...
y nos pediría que nos resistiéramos?
Es parte de un extraño juego...
que inventó para escapar
de su aburrida omnipotencia?
Eso me confunde,
y me considero inteligente.
Tal vez no lo sea.
-¿Qué obtuvieron?
-¿De las hermanas de la misericordia?
Solo té y biscochos, ¿verdad?
Es lo que siempre te dan.
No es culpa de ellas, Jane.
El fuego destruyó los archivos.
-No, gracias. Ya es hora de dormir.
-Ya está pago.
Madre...
-Muy bien. Buenas noches, Martin.
-Buenas noches, Jane.
-Buenas noches, Martin.
-Que duerma bien, Philomena.
¡Salud!
-¿Fueron al convento?
-Sí.
Hoy todo es diferente.
Las monjas no son las mismas...
-que en la época de Magdalena.
-Ya no están.
Vinieron varias en busca
de sus hijos e hijas.
No muchas se fueron contentas.
El gran incendio destruyó todo.
¿Sabe cómo se inició?
-Encendieron un fósforo.
-¿Quiénes? -Las monjas.
-Hicieron una fogata detrás.
-¿La abadía no se incendió?
Fue una gran fogata.
Quemaron documentos, miles.
¿Por qué?
Eso fue hace años. Les avergonzaba
haber vendido niños a estadounidenses.
-Y no quisieron rompen en llanto.
-Esa es mi madre.
-¿Los vendieron a estadounidenses?
-Muchos yankis venían a buscar bebés.
-Solo ellos podían pagar.
-Mil libras.
Jane Russell compró un niño
de Derry en 1952.
Increíble que los vendieran.
Vino aquí en busca de un borbón.
Debió conformarse con cerveza.
Si era un católico con mil libras,
podía comprar un bebé.
Jane Russell compró uno
para llevárselo a su casa..
-Pero no quiero andar con chismes.
-No, ya lo veo.
-Salud.
-Sí.
Sally, me dijiste que te llamara
si aparecía alguna historia.
Es interesante, acerca de gente
en busca del árbol genealógico.
Y la diáspora irlandesa.
No uses esa palabra.
La gente no sabe qué significa.
Los irlandeses emigrados...
No, no me interesa el significado.
¿Quienes son los buenos y los villanos?
Se trata de una anciana irlandesa,
una enfermera jubilada
en busca de su hijo perdido.
Después de darlo a luz
se lo quitaron unas monjas malvadas.
¿Cómo es el final?
Debe ser muy feliz o muy triste.
Que sea presidente de IBM
o un vagabundo, no importa.
Los años se esfuman.
El silencio de 50 años...
es roto por dos simples palabras:
"Hola, mamá". Puedo escribirlo ya.
No sabía que eras tan cínico.
Creo que Anthony fue adoptado
y enviado a EE.UU.
Solo trabajaban
con clientes estadounidenses.
-¡Vendían bebés!
-Para brindarles una mejor vida.
-¡Y obtener dinero!
-Hay un problema.
Esta mañana hablé con el centro
de adopción del Sagrado Corazón de Cork.
Me derivaron a la agencia irlandesa,
y ellos me derivaron al centro.
-Para cerrar el círculo.
-Pero un contacto en Washington...
dice que en EE.UU.
hay rastros para seguir.
El problema es que no llegaré lejos
hablando en su nombre, Philomena.
Pero ellos están legalmente obligados
a brindar información a la madre.
¿Sugiere que viaje con usted?
Si ella lo desea.
Mi editor pagará los gastos.
¿Qué dices de viajar con Martin?
No lo sé.
-Te acompaño, si quieres.
-No, debes trabajar.
Me preocupa que Martin deba ocuparse
de una vieja tonta como yo.
-Nada de tonta.
-¿Qué más decir?
Ni vieja.
Creo que quisiera ir.
Quisiera saber si Anthony
alguna vez pensó en mí.
Porque yo pienso en él cada día.
-¡Washington, qué bonito!
¿Empacó usted mismo? -Sí.
Me ayudó mi hija.
Así tratan a los reyes.
Me siento el Papa.
Hay que cuidar su cadera.
¿Su libro es interesante?
Estoy terminando el mío.
El mío es tonto, acerca
de la Revolución de Octubre.
-Tráfico de caballos.
-¡En el mío hay caballos!
Hay un tal Robert,
comprometido con la Duquesa.
Es el único hijo de un doctor,
y le ha ido muy bien.
Pero la Duquesa es horrible,
sumamente vanidosa,
siempre mirándose al espejo.
Ella lo considera escoria.
Él se interesa en los caballos
para ingresar a la alta sociedad.
Y en los establos conoce a una chica.
Ella no es hija de un doctor,
su padre es un granjero...
y solo tiene una pierna.
Por supuesto, se enamoran.
Y se debate entre ser duque
casándose con la duquesa...
y ser amo de las tierras,
o casarse con la chica del establo
que no tiene un centavo.
Se acerca el día de la boda
y la chica... ¡Ella es adorable!
Él le dice: "Robert
debe cumplir su deber".
Le toman las medidas para el traje,
él se siente a disgusto.
Solo piensa en los caballos
y la chica del establo.
Todos lo esperan en la iglesia.
Pero la duquesa solo quiere a Robert
para enfadar al hombre que pretende.
Luego descubre que la chica del establo
tiene planes para Robert.
Pero antes, el padre de una pierna
le dice a Robert: "Sigue tu corazón".
La duquesa manda perseguir a la chica,
hay una carreta esperando afuera.
Ella sube y dice al conductor:
"¿Sabe dónde vamos?"
¡El conductor se voltea
y resulta ser Robert!
Y le dice: "Te llevo donde nadie
pueda lastimarte".
Eso no me lo esperaba, Martin.
¡Ni en un millón de años!
-Es bueno cuando hay sorpresas.
-Puedo prestárselo.
-Ya lo terminé.
-Siento que ya lo leí.
"Establos y herraduras".
Hay toda una serie.
-¿Champaña o una bebida?
-No, gracias.
Es gratis.
¡Disculpe!
Quisiera una bebida.
Gracias.
Esto es grandioso, Martin.
-La aerolínea paga todo.
-No tienen clase ejecutiva.
-Martin.
-Alex, ¿cómo estás?
No te vi desde que dejaste
el departamento. Quise llamarte.
-¿Seguimos amigos?
-Absolutamente.
-Odié que te metieran en eso.
-No te preocupes.
-Neblina de guerra.
-Daño colateral.
-¿Cubrirás las primarias?
-No, vamos a...
Por el momento hago una nota
de interés humano.
Buena suerte.
Debo volver a mi asiento.
Disculpe, Martin.
¿Debemos fingir no conocernos?
No, es un ex-socio.
Quiero evitar a los asesores políticos.
-¿Eso es primera clase?
-Privilegio del trabajo.
Uno es de primera clase
si viaja en primera clase.
Está todo bien con él.
Creo que necesita
un buen tortazo de mierda.
Tal vez tenga razón.
Bienvenidos al Aeropuerto
de Dulles, Washington.
¡Martin, hay un chocolate
sobre la almohada!
-¡Cómo viven de este lado!
-Sí.
-¡Mire qué vista!
-¡Vaya!
Mi vista da a unos aire acondicionados.
Caroline, del Archivo Nacional.
¿Hola?
¡Grandioso! Envíame la lista larga.
Te llamaré por la mañana.
Adiós.
Salimos a caminar.
Tengo jet lag. Usted quería
visitar el monumento a Lincoln.
Podríamos visitar a Lincoln,
o ver "Mi abuela es un peligro".
Un pequeño hombre *** que finge
ser una señora gorda, en resúmen.
¡Todos lo persiguen!
¡Parece divertidísimo!
¿No es maravilloso?
Siempre quise verme
en ese gran sillón.
Fue un gran hombre, literalmente.
Medía 1,93 m. El presidente más alto.
Puedo verlo.
Es alto aún sentado.
Tengo una amiga cuya hija le regaló
un viaje a Florida al cumplir 70.
Me dijo: "Phil, no podrías creer
el tamaño de las porciones".
-Una foto rápida.
-¿Es para el artículo?
-Sí, retroceda hasta la línea.
-Me preocupa un poco.
Si lo encontramos, él no aprobará
que hable con los periódicos.
La familia es una cuestión privada.
Más atrás. Es un asunto privado,
pero el rastreo es costoso.
-Quid pro quo.
-¿Qué significa?
Esto a cambio de aquello.
Pero no tema, no escribiré
si eso la hace infeliz.
-Solo deseo contar la verdad.
-Eso es lo que me preocupa.
¿Debería sonreír o estar seria?
Hagamos una feliz,
y otra no tan feliz.
El miedo aumenta
ahora que nos acercamos.
Era más fácil preguntarme
si estaba en problemas, en prisión...
o quién sabe dónde.
Me reconfortaba imaginarlo
feliz y exitoso.
¿Pero si murió en Vietnam
o regresó sin piernas,
o vive en la calle?
No se altere por algo
que aún no sabemos.
-Lo haremos cuando lo hallemos.
-¿Y si es drogadicto?
¿Y si es obeso?
-¿Obeso? -Vi un documental,
muchos estadounidenses son enormes.
-¿Y si le ocurrió eso?
-¿Por qué sería obeso?
¡Por el tamaño de las porciones!
¿Hola?
No, tengo una bata, Philomena.
Sí, hay dos en cada habitación.
Y pantuflas.
Está cansada por el jet lag.
Intente descansar. Buenas noches.
¿Qué tal, amor?
Estamos bien, hoy Danny
anotó en rugby.
¡Fantástico!
¿Y Philomena?
Hoy tuve la evidencia en persona...
de cómo el Reader's Digest,
el Daily Mail y las novelas románticas...
afectan el cerebro humano.
Repite cuán amable
es el personal del hotel.
Cree que son voluntarios.
Le dijo a cuatro personas
que erán únicas.
¿Cuán posible es eso?
Anda, es una pobre viejita irlandesa.
-¿Está todo bien?
-Martin.
Antes quise decirle algo
pero se me olvidó.
Se lo hubiera dicho por teléfono
pero olvidé el número.
Quería decirle gracias
por ayudar a encontrar a mi hijo.
Sé que lo echaron de su trabajo,
no del noticiero, del otro.
Ellos pierden, yo gano.
Gracias.
-Buenas noches, Martin.
-Buenas noches, Philomena.
Hola, Caroline.
Habla Martin Sixsmith.
Estoy revisando el archivo
con las fotos de inmigración.
¿Podrías enviarmelo?
En Inglaterra no hay mexicanos.
Tenemos indios.
Y todos amamos el curry.
Aquí tienen omelettes, panqueques,
waffles, lo que sea.
-Cereales, panceta, salchicas.
-Sí, lo vi.
-¿El desayuno está incluido?
-Sí, pero es temprano.
-Mi estómago aún no despertó.
-El mío despertó antes que yo.
Comeré una omelette con jamón y queso.
¿Le traigo uno?
-No, gracias. No tengo hambre.
-¿Arándanos?
-¿Café?
-No, gracias.
Pueden servirse de las dos mesas
con comida fría y caliente.
Ella acaba de decirme.
-Rellenos para la omelette.
-Sí, están exhibidos.
-Y panqueques recién hechos.
-Intentamos conversar en privado.
Mis disculpas.
No sea descortés, ella es amable.
Ya sé, es única en un millón.
O en cien mil.
-¿Qué significa? -Se lo dijo a 10 personas,
así que hice la cuenta.
Sea más amable, podría necesitarlos
en las malas.
Está en deuda con ellos,
debería entenderlo.
Sea rudo conmigo y no
con estos amables empleados.
Lo siento, intento hallar a su hijo.
Por eso estamos aquí.
Un momento de silencio.
-¿Nació en México?
-Soy de Chihuahua.
Me encantan los nachos.
Mi nieta Natalie me hizo adicta.
No estuve en México, pero debe ser bello.
Salvo por los secuestros.
Anthony Lee:
recorte de inmigración
La familia Hess llega a Midwayth con dos
nuevos integrantes, Mary y Michael
Niños adoptados en Irlanda.
Michael Hess, nacido 5/7/52
Michael Hess - Partido Republicano
Nació en Irlanda en 1952.
Sus padres adoptivos lo trajeron
a EE.UU. en 1955.
Asesor Legal del Presidente
George Bush Padre
Asesor del Comité Republicano
Gobierno de Reagan.
Michael murió el 15 agosto 1995
-Aquí tiene.
-Gracias.
Se acabaron los arándanos
y escogí frambuesas.
Disculpe, ¿continúa el silencio?
Es mi Anthony.
-Murió, ¿verdad?
-Sí, lo siento.
Lo siento.
Lo siento tanto.
Murió.
¿Quién murió?
El hijo. Murió hace 8 años.
¡Diablos!
¿De qué murió?
No lo sé, averiguaré.
Estoy en el aeropuerto.
¿En el aeropuerto?
Quiere regresar...
y estar con su hija.
¿Qué hay de la historia?
-Está muerto.
-Vivo, muerto, feliz o infeliz...
eso no importa,
consigue la historia.
Si me quedo y ella se va,
nadie responderá mis preguntas.
-Debes retenerla.
-¿Qué?
Está hecha trizas.
Fue como perderlo otra vez.
¡Grandioso! Cuida de ella.
Firmaste un contrato.
¿De veras?
Llámame cuando sepas algo.
Disculpe, mi editora.
Ahora deberá usar la foto
en la que no estoy tan feliz.
Sí, eso creo.
Recuerdo aquel día en la feria.
Su padre me hizo reír
fingiendo ser un viejo.
Y él rió cuando fingí
ser una anciana.
Ahora soy anciana, y no sé
si alguna vez Anthony pensó en mí.
Nunca podré pedirle perdón.
El embarque comienza en una hora.
-Martin, ¿tenemos billetes flexibles?
-Creo que sí.
¿Puedo cambiar mi vuelo
si cambio de planes?
Sí.
Suponga que no abordamos esta noche.
Me senté aqui a la espera
de una señal que no recibí.
Tomé la decisión
de quedarme un poco más.
-Si es lo que desea hacer.
-Lo deseo.
Quiero hablar con alguien
que lo haya conocido.
Entonces nos quedamos.
-Tengo una foto, si quiere verla.
-Sí, por favor.
Con el Presidente Reagan.
Es la mujer que veremos mañana,
Marcia Weller.
-Ex-colega de Anthony.
-Luce tan inteligente.
¿Algo de beber? ¿Brandy, verdad?
¡No hay más!
Este hombre es igual a usted.
Soy yo.
Michael Hess.
-¡Lo conocí! -¿Dónde?
-En la Casa Blanca.
-Hace 10 años cuando estaba
en la BBC. -¿Cómo era?
No recuerdo, era
un asunto republicano.
Algo debe recordar.
Él estaba junto a la puerta,
estrechamos las manos.
-¿Cómo daba la mano?
-Era firme.
Si hubiera sido débil, lo recordaría.
No era un puesto para débiles.
Saludaba con firmeza. ¿Qué más?
-Era inteligente.
-Siempre lo imaginé inteligente.
¿Recuerda algo que haya dicho?
Hola. Tal vez un poco más agudo.
Fue muy gentil.
-Era inteligente, saludaba con firmeza.
-Y dijo "Hola".
-Fue muy gentil.
-¡Martin!
Conocí a su hijo durante 10 años.
Fue principal asesor legal
tanto de Reagan como de Bush.
No le fue nada mal.
No habría obtenido este empleo
si se quedaba conmigo.
Habría trabajado para McCleverey.
Es la oficina legal de Castlebar.
-¿Hablaba de Irlanda?
-No me parece.
Pero tengo el número de Mary,
que vino de Irlanda con él.
-Los pondré en contacto.
-Grandioso.
Aquí luce muy feliz.
-¿Quién es este hombre?
-Es su amigo, Pete.
-¿Fue su novia, Marcia?
-No.
Tal vez usted no sabía,
él era gay.
Yo lo acompañaba en función oficial
porque no era bien visto ser gay
en el Partido Republicano.
Era encantador y carismático.
-¿Tuvo algún hijo?
-Marcia nos dijo que era gay.
Siempre lo supe, pero tal vez sintió
curiosidad por ambos bandos.
Tuve compañeros enfermeros
que eran gays, pero uno era bisexual.
No creo que estuviera decicido.
No tuvo ningún hijo, lo siento.
-¿Pete lo amaba?
-Sí.
Phil, ¿cómo sabía que era gay?
Siempre fue muy sensible.
Con el paso de los años
me pregunté si lo sería.
Cuando vi la foto en overol,
no tuve dudas.
¿Peter, qué te parece?
Creo que está de mal humor.
Hoy está gruñona.
No como tú.
¿Por qué lo ocultó durante 50 años?
Lo que hice fue pecado.
Reprimí todo recuerdo.
Luego pensé que mantenerlo oculto
también era pecado,
porque mentía a todos.
Y me hallé sin saber
cuál pecado era peor,
tener el bebé o mentir.
Al final no pude decidirme.
¿Podría usar un nombre falso
cuando escriba la historia?
Llámeme Nancy, me gusta ese nombre.
Tengo una sobrina llamada Nancy.
Tal vez crean que habla de ella.
¿Qué tal Ana Bolena?
Es maravilloso, pero ya lo usaron.
Debo usar su nombre real.
Así funcionan estas cosas.
¿Mary? Soy Martin.
Ella es Philomena Lee,
la madre de Anthony... de Michael.
Está bien.
Esa es nuestra madre,
la que nos adoptó.
-¿Era buena mujer? Luce agradable.
-No voy a mentirle.
Tuvimos una bella infancia.
Marge era buena.
Pero nuestro padre doctor
era un hombre difícil.
¡Deja de molestarla!
Ese es él con Pete Olsson.
Michael y Pete eran...
Tranquila, Mary.
Sé que Anthony era homosexual.
Conocimos a Marcia,
que era su pantalla.
-¿Es así, Martin?
-Exacto.
Debió ser terrible tener
que llevar su vida en secreto.
-Deduzco que mi hijo murió de SIDA.
-Sí.
Sus últimos dos años no era feliz
trabajando para Reagan.
Los republicanos no aportaban
fondos para investigar el SIDA,
porque la epidemia era culpa
del estilo de vida gay.
Algunos no usaban preservativo
porque arruinaba la sensación.
¿Dónde lo enterraron?
Papá lo quiso enterrar
con la familia, en St. Louis.
Pete no lo permitió.
Hubo una gran pelea.
Al final yo no fui,
no quise involucrarme.
Hablen de eso con Pete.
Tenemos su número, lo visitaremos.
¿Mary, puedo preguntarte algo
que necesito saber?
¿Anthony mencionaba Irlanda
o su lugar de procedencia?
En realidad, no hablábamos de eso.
¿Por qué habrían de hacerlo?
-¿Quiere azúcar y leche?
-Si no te molesta...
Fue raro que ella estuviera
con alguien que conoció a su madre...
y no preguntara por ella.
¿Por qué fue raro? ¿Por qué
preguntar por una desconocida?
Quisiera confesarme.
Al venir pasamos por una iglesia.
-¿Qué desea confesar?
-Mis pecados, por supuesto.
¿Qué pecados? La iglesia católica
debe confesarse, no usted.
"Perdón, Padre, he pecado.
Encarcelé jóvenes contra su voluntad.
Las usé como mano de obra
y vendí sus hijos al mejor postor".
-Espero que Dios no lo escuche.
-¡No creo en Dios!
-Mire, no me cayó un rayo.
-¿Qué quiere demostrar?
No necesita la religión para llevar
una vida feliz y equilibrada.
¿Como la suya?
Soy periodista, hago preguntas.
No creer ayuda a la verdad.
¿Qué dice la Biblia?
"Feliz el que no ve y aún cree".
¡Hurra por la fe ciega y la ignorancia!
¿En qué cree?
¿En provocar y ser arrogante?
¿En tomas fotos cuando se le canta?
El otro día leí un titular satírico
acerca del sismo en Turquía.
"Dios volvió a superar
a los terroristas".
¿Necesita arrasar cientos de miles
de personas?
Pregúntele mientras está allí.
Él dirá: "Actúo de forma misteriosa".
Creo que dirá que usted
es un maldito idiota.
Hola.
¿Hola?
Hola, ¿Sally?
¿Qué tienes para mí?
Fue un gran abogado durante
los gobiernos de Reagan y Bush.
Fantástico.
Y a la vez fue un gay tapado
que murió de SIDA.
Perfecto para la edición
de fin de semana.
Además, lo conocí.
¿Lo conociste?
Hablarás desde un ángulo personal.
Sí, es uno de los ángulos,
pero la gente debe saber...
que aquí hubo una injusticia.
Las diabólicas monjas, ¿desaparecieron?
No se evaporaron.
Ahora son más diabólicas aún.
Grandioso, Martin.
Te llamaré enseguida.
Hable, querida, no tema.
Tenga fe, querida.
Dios la perdonará.
¿Phil? Tiene razón, fui un idiota.
Me disculpo.
Estuve pensando. Pediré el préstamo.
No tengo hipoteca, puedo hacer
una ampliación por 10.000 libras.
Mi amiga hizo construir
un conservatorio.
No necesito un conservatorio
así que la daré el dinero...
para cubrir el costo
del hotel y del avión.
Usted no escribirá la historia,
no quiero que la publique.
-¡No quiero que nadie sepa, nunca!
-No hizo nada malo, Phil.
-Tiene derecho a saber quién fue su hijo.
-Escuchó lo que dijo Mary.
Nunca pensó en mí. Fue mi Anthony,
y el Michael de otros.
Debió odiar pensar en mí.
-¡No lo sabe!
-No debí quitarle la vista de encima.
Debemos hablar con Pete Olsson.
¿Puedo ayudarle?
Quisiera coordinar un encuentro
con Pete Olsson.
Llamé varias veces pero no me contestaron.
Es como dar contra un muro.
Si me diera su número personal,
creo que él estaría de acuerdo.
Lo sé, pero no comprendo por qué
rechaza verla durante una hora.
Si no es...
¿Philomena? ¿Se encuentra bien?
Lo siento, no hay respuesta.
No debería andar sola.
Tal vez no sea nada,
pero es una anciana irlandesa.
-No puede entrar si no es pariente.
-Es mi madre.
¡Conserje!
¿Phil? ¿Ma?
¿Hola?
¿Ma?
¡Allí está!
-¿Qué ocurre?
-No sabía dónde estaba.
-¿Su madre está bien?
-Sí, gracias.
Debí decir eso para poder entrar.
No cierre la puerta del balcón
si no oye la puerta de entrada.
Vine a llorar, es todo.
¿Viene adentro?
-¿No creerá que saltaré por el balcón?
-No, claro que no.
-¿Logró hablar con Pete Olsson?
-No estaba en su oficina.
-No quiere verme. -A algunos
les cuesta enfrentar el pasado.
A usted, no.
Seguro que él lo reconsiderará.
La carroza espera.
La conseguí en amarillo.
Martin, quiero decirle algo.
Tomé la decisión,
nada me hará cambiarla.
Valoro todo lo que hizo por mí.
Gracias por cuidarme.
Disfruté el hotel y la comida,
pero no resultó como quería.
Mañana tomaremos el avión
de regreso a Inglaterra.
Eso es, se acabó.
No intente cambiar mi parecer
con palabras inteligentes...
porque asistío a Oxbridge, y yo no.
Fui a Oxford.
Oxbridge es una combinación
de Oxford y Cambridge.
No me importa nada de eso.
Es todo lo mismo.
Mañana veremos a Pete Olsson.
Vaya solo. No estoy lista para ir...
y que me digan que Anthony
no me importó y que lo abandoné.
¿Qué hay sobre el cristal?
Allí, eso.
Es un arpa celta.
Debo ir a casa
y ocuparme de mis asuntos.
Veré a David Attenborough
por TV y seré feliz.
¿Qué es eso?
Un arpa celta.
Si no le importaba su origen,
¿por qué llevaba algo tan irlandés?
Tal vez tocaba el arpa, era gay.
No tocaba el arpa.
Bien, es aquí.
Nunca hubiera podido
darle una vida como esta.
¡Mire, un pequeño Mazda rojo!
Es él, Pete Olsson.
¡Nos vemos!
¿Ahora qué hacemos?
-Abordarlo en la puerta.
-¿Qué es eso?
Lo que hacen los periodistas
cuando alguien se niega a hablar.
No nos llevará mucho.
-¿Peter Olsson?
-Sí.
Soy Martin Sixsmith,
vine con Philomena Lee,
madre de su difunta pareja,
Michael Hess.
¡Aguarde!
-¿Puedo hacerle una pregunta?
-Retire su pie de mi puerta.
¡Vamos!
¡Hola!
¡Váyase o llamo a la policía!
Lo siento, no fui de gran ayuda.
No importa, al menos lo intentó.
¿Qué hace?
Espéreme aquí.
Salga de mi propiedad o...
Solo quiero hablar acerca de mi hijo.
Me lo quitaron
y lo busco desde entonces.
¡Mírelo, Martin!
-¡Phil!
-¿Qué?
-¿Qué? ¿Ocurre algo?
-¿Fue a Irlanda, a Roscrea?
Sí, yo lo llevé.
Él la buscaba, Philomena.
-Yo vi a esa monja.
-La Hermana Hildegard.
Ahora es más vieja, pero era ella.
Siempre me dijeron no saber
dónde estaba Anthony.
Nos dijeron que no podríamos hallarla.
Dijeron que usted lo abandonó de bebé.
¡Pasó toda su vida intentando hallarlo!
No abandoné a mi hijo.
-Él está allí.
-¿Qué?
Me peleé con su padre
que quería sepultarlo aquí.
Pero el último deseo de Michael
fue regresar a casa.
Lo sepulté en Roscrea.
Completamos el círculo.
Sí. "El final de la búsqueda
será llegar al comienzo...
y conocer el lugar por primera vez".
Eso es hermoso, Martin.
-¿Se le ocurrió a usted?
-No, cité a T. S. Eliot.
No importa, aún es bello.
-¿Entramos?
-No montará una escena, ¿verdad?
Solo quiero hacer preguntas.
Sin té ni tortas.
-Adelante, Philomena.
-Gracias.
La Hermana Clara pidió
que la esperen aquí.
Martin, recuerde
que no es culpa de ellas.
No sabían que Anthony
tenía otro nombre.
Una de ellas, sí.
Adiós, hermana. Hasta la misa.
¿Qué hace aquí? No está permitido.
-Entró directamente.
-Es una conducta inapropiada.
Hermana Hildegard, no le haré daño.
Quiero preguntarle algo.
Soy amigo de Philomena Lee.
La vi en un video con su hijo.
Cuando supo que se buscaban,
¿por qué los mantuvo separados?
Llamaré a los guardias.
Márchese de inmediato.
-Cuando ella responda.
-¿Cómo se atreve?
¡Qué modales!
¡Es absolutamente repugnante!
Lo repugnante es mentirle
a un moribundo.
Pudo darle un momento precioso
con su madre.
-Pero no lo hizo. ¡Eso es repugnante!
-Vámonos, hermana.
No necesita escucharlo.
-¡Muy cristiano de su parte!
-Aguarda.
Déjeme decirle algo.
Toda mi vida mantuve
mi voto de castidad.
Autonegación y mortificación de la carne.
Eso nos lleva más cerca de Dios.
Esas muchachas no tienen
más que culparse a sí mismas.
-¡Y a su incontinencia carnal!
-Hermana Hildegard.
-Tuvieron sexo.
-Lo hecho, hecho está.
-¿Qué espera ahora de nosotras?
-Nada.
No hay nada que hacer o decir.
Hallé a mi hijo.
A eso vine, Martin.
Un momento. Le diré qué hacer.
¿Qué le parece disculparse?
Deje de tapar todo.
Limpie las tumbas de las madres
y bebés que murieron en el parto.
El sufrimiento fue el tormento
por sus pecados.
-Una de las madres tenía 14.
-¡Martin, suficiente!
Jesucristo será mi juez, no usted.
Fue Jesús quien la puso
en esa maldita silla.
-Y ya no podrá pararse.
-¡Basta! Lo siento.
-No quise provocar el incidente.
-No se disculpe.
Anthony agonizaba
y no le contaron acerca de usted.
Me ocurrió a mí, no a usted.
Yo decidiré qué hacer.
¿No hará nada?
No.
Hermana Hildegard.
Sepa que la perdono.
¿Así no más?
No así no más.
Es duro para mí.
No quiero odiar a la gente.
No quiero ser como usted.
Mírese.
Estoy enfadado.
Debe ser agotador.
Hermana Clare, ¿sería tan amable
de llevarme a la tumba de mi hijo?
Yo no puedo perdonarla.
Tranquila, ya me calmé.
Quiero comprar algo.
Michael A. Hess - hombre
de dos naciones y muchos talentos
Él supo que lo hallaría aquí.
No publicaré la historia.
Queda entre usted y él.
Le compré algo.
Martin.
Gracias.
Sabe, acabo de decidirlo.
Deseo contar mi historia
después de todo.
La gente debe saber
lo que pasó aquí.
¿Le dije que terminé de leer
"La montura y la condena"?
¿Quiere leerlo?
Prefiero que me lo cuente.
Es la historia de Tejedora.
Ella es digna de compasión,
poco agraciada pero muy emprendedora.
-Eso me gusta.
-Le dijeron que trabajara de noche...
para tejer un vestido de novia
con la más fina seda...
para usar el día de su boda.
Por la mañana le mostró una túnica
y le pidió su opinión.
Él dijo: "¡Qué hermosura!
Nunca vi nada más bello!"
Pero él no miraba la túnica,
la miraba a ella.
Eso no me lo esperaba,
ni un millón de años.
En 2009 Martin Sixsmith publicó
EL HIJO PERDIDO DE PHILOMENA LEE
Otros miles adoptaron niños irlandeses
y sus madres aún los buscan.
Philomena Lee vive al sur de Inglaterra
con sus hijos y nietos.
Aún visita la tumba de su hijo
en Roscrea.
Martin Sixsmith trabaja
como autor y periodista.