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Aún no, Cary.
Aún no, Cary.
Barnaby, tú tienes la llave.
Búscala, mi amor.
Búscala en este bolsillo
donde la escondes generalmente.
Oh, sí. Pero no la escondí. La puse
ahí para poder hallarla. Aquí está.
¿Enciendes la luz del pórtico
y apagas la del pasillo?
Cierra la puerta
y yo encenderé el auto.
Entiendo.
¡Oh, eres tú!
Adelante.
- ¡Barnaby!
- ¿Qué?
- Vamos a un baile.
- Oh, sí.
Llegaremos tarde si no te apresuras.
Comencemos de nuevo.
Tienes tu llave.
No, está en ese bolsillo.
Cierto.
La puse ahí a propósito.
Enciende la luz del pórtico
y apaga la del pasillo.
- Y luego cierra la puerta.
- Bien.
Vamos.
¿Estás pensando?
Oh, sí.
Está oscuro aquí, ¿no?
Así está mejor.
¿En qué piensas?
En las pruebas de hoy
del laboratorio.
Prueban que sólo el 23%
de la fórmula se asimiló.
Ah, la fórmula.
Sabes lo que eso significa:
El 73% es un desperdicio total.
¿73?
¿Qué le pasó al resto?
No, 73 no, 77.
¿Qué dije?
77.
Por eso ha tenido tan poco efecto
en esos chimpancés del experimento.
Se la hemos dado
durante más de dos meses.
No ha hecho lo que debería.
Pensé que iba bien.
No, ése es el problema.
No va bien.
¿Y ese mono del que me hablaste?
- ¿Rudolph?
- Es muy viejo, ¿no?
Rudolph tiene el equivalente
a 84 años humanos.
¿La fórmula no le curó el reumatismo
y volvió más brillante su pelaje?
- ¿No se siente mejor?
- De cierta forma.
- ¿Qué esperas?
- No es lo que debería ser.
¿Qué debe ser para que te satisfaga?
Debería tener un efecto mucho mayor.
Debo hallar una forma de lograr
que sea más fácilmente "asemelada".
¿"Asomelada"?
Más fácilmente asimilada.
Oh, sí.
Parado en la puerta,
pensé que había tenido una idea.
Eso pensé.
De cualquier forma, la olvidé.
- La recordarás.
- Lo dudo.
La recordarás.
Ése es el problema de ser químico.
En realidad, no puedes pensar.
Miras fijamente una hoja de papel
y esperas que te hable. No lo hace.
Oh, ¿es un vestido nuevo?
Me gusta.
Veamos.
El vestido acentúa tu figura,
¿o así eres tú?
Tú deberías saberlo.
Así no eres tú.
Deberías salir a algún lado
con un vestido como ése.
Sí.
Pues, me alegra que te guste.
¡Caramba! Olvidamos la fiesta.
¿Por qué no me recordaste?
- No iremos.
- ¿Por qué no?
No iremos por varios motivos.
Primero, cuando bailo contigo,
quiero bailar con todo tu ser.
No quiero que estés pensando
en nada más.
Lo sé.
No siempre eres el profesor distraído,
pero cuando lo eres, eres un zombi.
Lo admito.
No quiero que la gente te vea así.
Ahora, siéntate,
relájate y sé un genio.
- Me agradas.
- ¿Cómo quieres tus huevos?
¿Cómo se metieron los huevos
en la conversación?
Tienes hambre, ¿no?
Te prepararé algo de comer y llamaré
a Hank para avisarle que no iremos.
- ¿Llamaste a Hank?
- No estaba. Dejé un recado.
No me digas que ya resolviste
la fórmula.
No.
He estado pensando en otras cosas.
Has esperado con ilusión
esta fiesta durante un mes.
No lo discutiremos.
Lo sé. Estaba pensando.
Los seres humanos son raros.
- ¿Qué quieres decir?
- Envejecen.
Ése es un comentario profundo.
- Envejecen. Algo les pasa.
- ¿Te refieres a mí, Barnaby?
Pensaba en la raza humana.
Son lastimeros.
Saca los platos para la sopa, amor.
Si no crees que la raza humana
sufre cambios malsanos...
te pido que recuerdes
la fiesta de Winston.
No la recuerdo.
¿Recuerdas nuestra luna de miel?
Claro que sí.
Ponlos allá.
Una semana después de regresar
de la luna de miel...
Everett Winston y su esposa
nos invitaron a una fiesta.
- No recuerdo haber asistido.
- No fuimos.
¿No?
Oh, sí. Ahora lo recuerdo.
Nos quedamos en casa.
Como esta noche.
No, Edwina,
eso es lo que quiero decir.
Nos quedamos en casa por un motivo
diferente. Hoy es algo intelectual.
- Queríamos estar solos.
- Es diferente.
Fuiste muy tierno.
¿Recuerdas que el teléfono
sonó durante horas y horas?
Yo iré.
¿Ves a qué me refiero?
Hoy recibimos visitas.
- Hola, Hank.
- Hola.
¿Qué es este recado
de que no irán esta noche?
- Es cierto.
- ¿Por qué?
Algunas cosas son más importantes
que ir a un baile.
Oh, ¿el genio está operando de nuevo?
Me alegra ser abogado y no químico.
- ¿Dónde está?
- En la cocina. Estoy haciendo la cena.
Tengo algunas cosas que decirle.
Esto ya ha sucedido demasiadas veces.
Mira, ¿por qué vas a hacer algo hoy
que puedes hacer mañana?
Te daré un trago.
Te sentirás mejor.
¿Por qué no puedes ser genio
en el día y humano después?
Nunca sé cuándo seré un genio.
Aquí está tu trago.
No puedes cancelar
en el último minuto...
cuando tu esposa compró un vestido
y yo reservé una mesa. No es lógico.
Supongo que no.
¿Qué haces?
Nada, mi amor.
Será mejor que te sientes.
Haz lo que te digo
y verás lo que quiero decir.
- ¿Está fría?
- Ahora entiendo.
Ninguno de los dos es lógico.
Creo que el Sr. Entwhistle
está molesto...
porque no podrá bailar contigo
y pisarte, como la última vez.
No reservé una mesa
sólo para verte la cara.
Supongo que no.
Siéntate. Cómete tu sopa mientras
Hank bebe. Cuidado, está caliente.
¿Ya está bien?
Déjame decirte que si te hubieras
casado conmigo en vez de con él...
no estarías cocinando en una cocina.
¿En dónde estaría cocinando?
- ¿Te quemaste?
- Ojalá.
- Te dije que estaba caliente.
- No tiene sentimientos.
Come pan, rápido.
Di algo.
- ¡Calor!
- Ya sé, sóplale.
Calor.
Calor común.
Nunca lo pensé.
El calor hará a la fórmula
100% efectiva.
Creo que solucionaste mi problema.
- ¿Eso crees?
- Estoy casi seguro.
- ¿Sabes qué ocurrió?
- Se quemó la boca.
No, tonto, acaba de resolver
nuestro futuro.
Si su futuro depende
de una sopa caliente...
Espera. Dile.
Me prometieron un buen empleo
si la fórmula funciona.
No más trabajos comerciales...
no tendré que crear fajas fijas ni
bolsas de palomitas que no hacen ruido.
- ¿En serio?
- Sí.
Podré elegir mi campo de investigación
e intercambiar ideas con profesores.
¡Qué bien!
Necesitamos celebrar.
Ya no hay motivo para no asistir
a la fiesta.
No. Excepto que nos quedaremos
y no iremos a la fiesta de Winston.
¿Qué? Everett Winston
dejó la ciudad hace tres años.
Pues no asistiremos hoy a su fiesta.
No puedes dejar de asistir
a una fiesta si...
El teléfono suena.
Lo sé.
- ¿Lo contesto?
- Déjalo sonar.
- Es importante.
- Muy importante.
Ustedes van más allá
de mi comprensión.
Discúlpanos con los Winston.
Diles que lo lamentamos mucho.
El lenguaje es confuso,
pero los actos son inconfundibles.
Que pasen buenas noches.
COMPAÑÍA QUÍ MICA OXLY
Un momento.
Buenos días.
- Dr. Fulton, el Sr. Oxly quiere verlo.
- Gracias.
- Buenos días, Dr. Fulton.
- Buenos días.
¿No llega muy temprano?
Oh, sí. El Sr. Oxly se quejó
de mi mala puntuación...
así que procuro llegar
antes de las 9:00.
El Sr. Oxly está al teléfono.
¿Quiere sentarse?
Me alegra poder hablar con usted.
Quiero mostrarle algo.
¿Por ejemplo?
- ¿No son maravillosas?
- ¿Cómo dice?
Las medias que no se corren
que inventó.
¡Oh! El proyecto de acetato N-4-1.
Es el primer par experimental
que se produce. ¿No está orgulloso?
Salieron muy bien.
- No se corren ni se rasgan...
- Conozco el proyecto.
Aunque lo intente.
Le sorprendería.
No me sorprendería. He hecho
muchos experimentos con esto.
Pero ya no haré más.
Sr. Oxly, el Dr. Fulton está aquí.
- Buenos días.
- Buenos días. Ya puede pasar...
- Gracias.
- Si no está muy ocupado.
La Srta. Laurel
me mostraba sus medias de acetato.
Sí. No me pase llamadas, por favor.
Sí, señor.
Quiero hablar con usted.
Me interesa su experimento nuevo.
Estoy muy emocionado.
¿Cómo va?
Tenemos que incrementar
la eficiencia de la fórmula.
Sería maravilloso.
Se me ocurrió algo
que podría ayudar.
Qué buena noticia. Mire este diseño
de la publicidad. Deme su opinión.
Nos adelantamos un poco,
pero es mejor estar preparados.
Bueno, ¿por qué AN-TT?
AN-TT. Como "an-tes" y después.
Enfatiza el ángulo juvenil.
¿Entiende?
¿Qué hace el buitre?
Es un Ave Fénix, un ave mítica
que renace de las cenizas de la edad.
Otra vez enfatiza lo juvenil.
Es digno, pero enérgico.
- ¿Le molesta si hago un comentario?
- No.
- Me parece atroz.
- ¿Desde qué punto de vista?
Es morboso y erróneo.
Insinúa que ofreceremos
la Fuente de la Juventud.
¿No rejuvenecería a la gente?
Sr. Oxly, trabajamos con una gran
cantidad de ingredientes...
cada uno de los cuales tiene
ciertos resultados benéficos.
Depende de la combinación
de los ingredientes usados...
y las proporciones usadas.
Matemáticamente, quizá nunca hallemos
la combinación acertada...
o las proporciones exactas
para producir tal efecto.
- Sería un milagro.
- Pero usted puede hacerlo, muchacho.
Le pedí que no me pasara llamadas.
Sr. Oxly, el Dr. Lenton llama.
Dice que es muy importante.
- ¿Quién es?
- Es...
- Es mi asistente nuevo.
- Oh, sí.
Espere, señorita Laurel. Encuentre
a alguien que mecanografíe esto.
Sr. Oxly, ¿puedo intentarlo de nuevo?
No, es importante. Encuentre
a alguien que se lo mecanografíe.
Sí, señor.
Cualquiera puede mecanografiar.
- ¿Quién me llama?
- El Dr. Lenton.
¿Sí, Dr. "Lentón"?
Sí. Ya sé que no está allá.
El Dr. Fulton está aquí conmigo.
¿Qué? ¿En serio?
¿Qué clase de reacciones?
¡Es sorprendente!
Iremos de inmediato.
Venga. Ha hecho un mejor trabajo
de lo que cree.
- Venga, Srta. Laurel. Es sorprendente.
- ¿Qué es sorprendente?
El Dr. Comosellame dice que uno de sus
monos se escapó. Debemos apurarnos.
Se comporta de forma extraña.
Reacciona a su fórmula.
Yo sabía que usted podría hacerlo.
Tenga cuidado,
el mono está un poco alterado.
Compórtate.
- ¿Qué pasó, Jerome?
- No tengo idea.
Abrió la puerta de su jaula
y se comporta de manera rara.
Suéltenlo.
Veámoslo en acción.
- No sabemos qué podría hacer.
- ¡Suéltenlo!
Mire a ese viejo chimpancé.
Tiene 84 años...
14 más que yo, y mire nada más.
Lo estoy mirando.
Esto es increíble.
¡Rudolph, bájate!
No entiendo.
¿Le ha estado dando estimulantes?
Sólo la fórmula.
Sólo X-5-7.
Las pruebas que hicimos ayer
no indicaron...
Rudolph, compórtate como alguien
de tu edad. ¿Qué te pasa? Bájate.
¡Tú no te portas así!
Rudolph, compórtate.
Baja.
- ¿Qué hace?
- Ahí está nuestra hembra nueva.
¡Caramba! ¡Caramba!
¡Ven acá!
¿Sr. Oxly, ya vio suficiente?
Ven.
Algo está mal.
Veré si puedo hacer algo.
Anda, Rudolph, tranquilízate.
Compórtate.
Así está mejor. Pórtate bien.
Obedece. Baja de ahí.
Ven. Muy bien.
Cálmate y siéntate ahí.
Déjame verte. Sí.
Creo que vimos suficiente. Quiero
hablar a solas con el Dr. Fulton.
Si su fórmula tiene
el mismo efecto en humanos...
es lo más maravilloso
de la ciencia moderna.
Descontinuaremos
todos los demás productos.
Produciremos AN-TT
y nada más AN-TT.
Me ofrezco como voluntario
para probarla.
Podría ser peligroso.
Estoy dispuesto a arriesgarme.
- Oh, él no es Rudolph.
- ¿Qué?
No, este chimpancé
sólo tiene seis meses.
Rudolph es macho;
ésta es una hembra.
- ¿Está seguro?
- Casi seguro.
- Trae puesta la ropa de Rudolph.
- Ella es Esther. Se lo probaré.
Ahí está Rudolph
con el número de Esther.
Seguro les intercambiaron
la ropa después del baño.
- Supongo que así fue.
- Qué decepción.
En lo personal,
me alegro que sucediera.
Está esperando demasiado
de esa fórmula AN-TT.
Quizá es el nombre
el que lo confunde.
Déjeme trabajar unas horas y podré
probarle lo que la fórmula hará.
Avíseme cuando esté listo.
No más falsas alarmas.
Sin duda, me dejan exhausto.
Venga.
Qué ridícula manera de empezar
el día. Ojalá no empeore.
Ascorbato de sodio.
3 mil miligramos. Listo.
Cállate, Esther.
Esther, ¿no te gusta cómo hago esto?
Molibdeno.
Molibdato de sodio.
Cuatro décimos cada dosis. Tres dosis
serían 1200 miligramos, ¿verdad?
Listo.
Piperonal.
¿2 mil miligramos?
¿Las tres dosis?
Listo.
Con eso tiene. Refrigeraremos
estos factores y calentaremos éstos.
Éstos, nada. Usaremos el refrigerador
e incubadora de Miller.
¿La rotulamos X-5-7 como siempre?
No, X-5-8 y no AN-TT.
Buenos días.
Oh, ¿bañó a los monos esta mañana?
¿Por qué? ¿Falta uno?
Gus, ¿bañó a los monos?
- Claro, desde luego.
- Les intercambió los uniformes.
¿Lo hice? Lo siento.
Lo arreglaré.
Descuide. Hágalo esta tarde
cuando los alimente.
- Que no se repita.
- No, señor.
Silencio.
Ya me causaron suficientes problemas.
Hombres maduros
que juegan con monos.
Ratones, conejos,
conejillos de Indias, y ahora monos.
¿Qué ocurre?
Mi bursitis.
Eso es algo que espero
que la fórmula cure.
- ¿Tiene la intención de tomarla?
- Claro.
- QueJerome la pruebe.
- ¿Recuerdan el tónico para el pelo?
Sí, uno de nuestros experimentos
más exitosos.
Aprendimos cómo eliminar el pelo.
Hablemos de otra cosa.
Oye, ¿cómo te saliste?
Escucha, Esther o Rudolph,
quien seas...
anda, regresa a tu jaula.
No, no te cargaré, camina.
Vamos.
¿Por qué te saliste?
Métete.
Anda. ¿Cómo te saliste?
Pensé que lo haría más tarde.
No los estaba cambiando. Esther
se salió y la metí en su jaula.
Fue culpa mía.
Olvidé pasar el cerrojo.
Parece que jugó con sus cosas.
Yo me encargaré, Gus.
No se moleste con nada más.
Estoy ansioso por probar esto.
¿En verdad cree
que debería tomarla?
La autoexperimentación
va contra las reglas.
La historia del descubrimiento fue
hecha por quien desobedeció las reglas.
Aquí va.
Brindo por la X-5-8 y un mejor mundo.
Sabe muy amarga.
Será mejor que beba agua.
¡Ese Gus!
Hace que incluso el agua
sepa amarga.
Será mejor que guarde esto.
¿Cuál podría ser
la primera reacción?
- No tengo la menor idea.
- ¿Cuánto tiempo tardará?
Depende del tiempo de absorción.
Es muy posible...
- Estoy un poco mareado.
- Se puso rojo.
Probablemente se debe
a mi emoción natural.
Como 150.
Qué raro. Nada en la mezcla
acelera el corazón.
¿Y se siente mareado?
De hecho, creo que aumenta.
Será mejor que anote mis reacciones.
- Pulso: 150. ¿Correcto?
- 150.
Vértigo cada vez mayor.
No tengo nausea.
Una sensación parecida...
a una serie
de choques eléctricos pequeños.
- Jerome, ¿dónde está?
- Aquí estoy.
- ¿Qué ocurre?
- No puedo ver. Estoy ciego.
- Tome notas.
- No, iré por ayuda.
Obedezca. No hay tiempo. Sé qué tomé.
Nosotros debemos hacer el antídoto.
Sólo tome notas.
Es como una nube,
una sensación muy extraña.
Una docilidad general,
pero no es incómoda.
De hecho, es una sensación
de bienestar extremo, como si...
Doctor, ¿qué ocurre?
¿Parálisis?
¿Puede hablar? Golpee una vez
para decir "sí"; dos para decir "no".
¿Puede oírme, doctor?
Perfectamente. Deme
el directorio telefónico, por favor.
- ¿Qué número quiere?
- Deme el directorio.
"Compañía de Herramientas Inglewood.
Avenida Hauser Oeste 1065.
Inglewood Oeste 6-0945".
No es posible.
Sí es posible.
Por primera vez en diez años,
puedo ver sin mis lentes.
No puedo creerlo.
Ya estoy ciego de nuevo.
Veo niebla. ¿Ve?
Ahora puedo ver.
Doctor, la X-5-8
parece ser un éxito.
Ya lo creo.
Probaré mi bursitis.
Discúlpeme.
Ni una punzada.
Es sorprendente.
Dr. Fulton, déjeme estrecharle la mano
al futuro ganador del premio Nobel.
¡Encantado!
Perdone, mi teléfono llama.
Departamento de agua y electricidad.
¿Cuál le cortamos?
Oh, Barnaby, hablas como si la fórmula
hubiera sido un éxito. ¿Lo fue?
¿Alguien dará una fiesta hoy?
Para quedarnos en casa.
Barnaby, nadie que yo sepa.
Qué pena. Ponte tu vestido nuevo.
Iremos a celebrar.
Estaré lista.
No olvides tus pendientes.
- ¿Qué?
- Primero, ir a cortarte el cabello.
- Un corte, sí.
- Ycomprar un traje nuevo.
Ah, querido,
pasa a la agencia de automóviles.
El Sr. Peabody llamó y dijo
que tenía una ganga.
¿Una ganga?
Pues, "ganga-luego".
¡Qué buen chiste!
¡De morirse de la risa!
- Sí que se siente bien.
- Yo contesto.
Zoológico.
Departamento de serpientes.
¿Hola? ¿Qué es esto?
Habla el Sr. Oxly.
- Veré si está aquí.
- Yo soy Oxly.
- ¿Quién?
- Hablo yo.
- Es el Sr. Hablo.
- No, el Sr. Oxly habla.
Sr. Oxly Habla.
¿Es pariente de Oxly?
¿Fulton?
- ¿De parte de quién?
- Soy yo, Barnaby.
Usted no es Barnaby. Yo soy Barnaby.
Sé quién soy yo.
Habla Oxly, Barnaby.
Eso es ridículo.
Usted no puede ser los tres.
Voy para allá.
- Los tres vienen para acá.
- ¿Qué le dirá?
- No estaré aquí.
- ¿A dónde va?
Tengo pendientes.
Iré por un corte, un traje y un auto.
¿Qué le digo al Sr. Oxly?
La verdad.
Que Ud. No sabe quién es él.
- No puedo decir eso.
- Mantenga su mechero encendido.
- ¿Y el Dr. Fulton? Quiero verlo.
- Acaba de irse.
- No lo vi salir.
- Salió por la ventana.
¿Por la ventana?
¿Qué le ocurrió?
Bebió la fórmula,
y comenzó a comportarse como si...
No, exactamente
como un muchacho de 20 años.
¡Caramba!
¿Sabe a dónde fue?
Sí, señor.
Con la Srta. Laurel, rápido.
¿A dónde fue?
- A comprar un auto nuevo.
- ¿Qué marca de auto tiene?
Ford.
Srta. Laurel,
preste atención.
Quiero que vaya a todas las agencias
Ford y encuentre al Dr. Fulton.
Pero, Sr. Oxly,
¿cuál de las dos cosas hago primero?
Estará en una de las agencias.
Para encontrarlo, debe ir allá.
Ya veo.
Tráigalo.
Sí, señor. De inmediato.
Bien, doctor,
lo corté como usted lo pidió.
Ojalá le guste a la Sra. Fulton.
Le gustará.
¿Qué le parece?
Le queda muy bien,
pero ¿está seguro de que quiere ése?
Dígame, ¿se usan pantalones
de la misma tela?
Muy rara vez.
Por lo general, de franela gris.
Oh, estos calcetines combinan.
Francamente, no creo que ni usted
ni la Sra. Fulton disfrutarán este auto.
No es exactamente
lo que tenía en mente.
Tiene razón.
Quitemos los guardabarros.
No podemos.
Es contra la ley estatal.
Qué lástima.
¿Por casualidad tiene por ahí
una cola de castor?
Hola, Srta. Laurel.
Hola, Dr. Fulton.
EL ESPECIAL DE HOY: FORD 51
Qué bueno que lo encontré.
No, yo la encontré.
Elija un dedo.
- Dr. Fulton.
- ¿Ya se sabe ése?
- Sí.
- Qué lástima.
El Sr. Oxly me envió.
Quiere verlo de inmediato.
Suba al autobús.
La llevaré de inmediato.
¿Éste es su auto?
Es una belleza.
Igual que usted.
Sr. Peabody, ¿podría traer la caja
del traje de mi auto viejo?
¿Lista?
- ¿Su motor está encendido?
- ¿Y el suyo?
- Aquí tiene, señor.
- Gracias. Envíeme la cuenta.
- Se tarda un poco en calentar.
- Igual que yo.
Cuidado con la cabeza.
Yo cuidaré el resto.
Qué divertido. ¿Y el Sr. Oxly?
La planta está para atrás.
Le daremos una vuelta al campo,
así que abróchese su cinturón.
- ¡Doctor!
- Vea si los alerones están abajo.
Estará como nuevo a las 5:00.
¿A las 5:00? Podemos hacer muchas
cosas para entonces, ¿no?
Claro, doctor.
- ¿Patina con frecuencia?
- No últimamente, pero le enseñaré.
¡Cuidado!
¡Cuidado!
Estoy bien. Aprenderé pronto.
Seré un buen patinador. Espere.
Está muy alto.
No es muy alto para mí.
¿Todos me están mirando?
¿Le gustaría oír música?
Me encantaría.
Usted sí que sabe divertirse.
- ¿Sabe? Yo creía que no le agradaba.
- Espere.
- ¿Le agrado un poco?
- Espere.
¡Pues, dígame!
Me agrada. Me agrada.
Yo estoy loca por usted.
No, espere, espere.
Escuche esto.
Qué aburrido.
No apague el radio.
Es nuestra canción favorita.
- ¿Nuestra?
- Sí, hablo de Edwina y de mí.
- ¿Edwina?
- Mi esposa.
Caballeros rapsodas
de parranda
Me parece una canción tonta.
¿Por qué dice eso?
Yo opino que es una canción tonta.
Yo opino que su opinión
es una opinión tonta.
- ¿Está oscureciendo?
- No, no precisamente.
¿Qué ocurre?
Seguro algo me pasa en los ojos.
¿Puedo ayudar en algo?
Es que no puedo ver muy bien.
- Por favor, no se enoje conmigo.
- No estoy enojado.
Porque...
¿Por qué gritó?
Porque...
Por nada.
No se enoje conmigo.
No estoy enojado.
¿La planta está aquí cerca?
- Sí.
- Por favor dígame dónde dar vuelta.
Dé vuelta a la derecha, ya.
¡Dé vuelta, doctor!
- ¿Ahora?
- ¡Sí, dé vuelta!
¡Doctor!
- ¿Está bien?
- Le dije que diera vuelta.
Sí, lo sé. Lo siento.
Temo que no puedo ver.
¿Podría estacionar el auto?
- Claro.
- Gracias.
Gracias por llamarme.
¿El doctor está ahí?
Sí. Cuando fui a decirle que usted
vendría, él estaba dormido.
- ¿El Sr. Oxly sabe que regresó?
- Sí. Dijo que no tardaba.
Gracias, Joe.
- ¿Quién es?
- Soy yo, mi amor.
Ah, hola, Edwina.
No puedo verte.
- ¿Dónde están tus lentes?
- Los dejé en el laboratorio.
- SeguramenteJerome los guardó.
- Los encontraré.
- Sí.
- Aquí están.
Barnaby, ¿en verdad te sientes bien?
Toma.
- ¿Dónde?
- Aquí.
Me siento atolondrado.
¿Qué hora es?
Casi las 8:00.
Ay, no. ¿Tan tarde?
Volví a hacerlo.
Íbamos a salir a cenar.
Yo ya cené y te traje de cenar.
Edwina, cuánto lo siento.
No hubiera...
Lo sé, mi amor.
- ¿Y ese perro faldero?
- ¿Perro faldero?
No me digas que compré uno.
- El corte de perro faldero.
- Ah, sí, eso.
Me impresionó el saco que compraste.
Lo sé.
Espera a ver el auto que compré.
¿Cuál auto?
Lo verás pronto.
Fue una idiotez beber la fórmula.
Algo podría haber pasado.
- Algo pasó.
- Digo, algo grave. Toma tu café.
Me duelen todos los músculos
por haber patinado.
- No me digas que fuiste a patinar.
- Temo que sí.
Te están saliendo manchas rojas
en la cara.
No son manchas.
Es lápiz labial.
Sí. Edwina,
lo que voy a contarte es increíble.
Sí, es increíble el patinaje.
Qué equilibrio.
No patiné toda la tarde.
Obviamente.
Nunca creerías lo que hice.
Rompí marcas.
Sorprendente.
Ojalá hubieras estado ahí.
Sí, ojalá.
Hice cosas que nunca soñé hacer.
Intenté hacer un salto del ángel.
No pude.
Con razón estás cansado.
Todo esto es muy confuso.
¿Qué hay de la fórmula?
De eso te estaba hablando.
Comenzaré por el principio.
A las 11:52 a.m.,
bebí una dosis de la fórmula...
y pronto comencé a comportarme
como universitario...
con una vista de 20/20
y sin bursitis.
Y mucho lápiz labial.
La fórmula no tuvo que ver con eso.
Luego te lo contaré.
Descubrimos algo...
que los humanos han buscado
desde la antigüedad.
¿En serio? ¿Funciona?
Funcionó conmigo.
No puedo explicar las reacciones.
Funciona en la mente.
Imagina que la gente no envejezca.
Suena aterrador. ¿Quieres decir
que en verdad hace eso?
Pues, claro está que no sé
ni la mitad de lo que puede hacer.
La dosis que tomé perdió su efecto.
Veamos, eso fue hace ocho horas.
Probablemente la dosis está mal.
Ya veremos.
¿A dónde vas?
Haré el experimento de nuevo,
pero con una dosis mayor.
Enciende la luz, mi amor.
¿Debes hacer otra prueba?
Probablemente varias. Te traje aquí
para que no suceda nada malo.
Observa y toma notas
de todo lo que hago.
Conociéndome tan bien,
puedes interpretar mi conducta.
¿No quieres cambiarte ese saco
y limpiarte el lápiz labial primero?
- Quizá tienes razón.
- ¿De quién es el lápiz labial?
¿Cómo se llama?
De la secretaria de Oxly.
Oh, ¿te refieres a esa muchacha
atractiva? Es muy linda.
- Más o menos. Pero es casi una niña.
- No lo que puede verse.
No es mi tipo.
¿Cuánto de esta cosa beberás?
Sólo lo que serví.
Incrementé la dosis.
De esa manera...
¿Qué haces?
¿Por qué hiciste eso?
Así es como debe ser.
El científico debe ser el observador.
No discutas. Ve por tu cuaderno.
Ya lo hice.
Sabe horrible.
Dame agua.
Por todos los cielos.
Además, no te comportaste exactamente
como científico después de tomarla.
Otras cosas se volvieron
más interesantes.
Quizá tienes razón.
Oh, incluso el agua sabe amarga.
A mí también me pasó eso.
- Estoy un poco asustada.
- Aquí estoy, mi amor.
- Que tontería, ¿no?
- Yo te cuidaré.
No siento nada.
¿Debe hacer efecto de inmediato?
En un momento.
¿Quieres limpiarte la cara?
Si rejuvenezco 10 años y veo ese lápiz
labial, le daré una paliza a alguien.
Sí, mi amor.
¿Es verdad lo de la AN-TT?
Oí cosas fantásticas sobre usted.
¿Funciona?
Puede decidirlo usted mismo.
Mi esposa tomó 50 cc de la fórmula.
¿En serio? ¡Cielos!
Dígales al Dr. Brunner y a la Srta.
Laurel que vengan de inmediato.
Sra. Fulton, qué amable es al ofrecerse
a ser parte de este experimento.
Gracias.
Debemos observar tus reacciones.
Sí, supongo que sí.
Ahora sé cómo debe sentirse
un conejillo de Indias.
¿Puedo sentarme?
Sí, mi amor.
No te quedes ahí parado, haz algo.
Sí, mi amor.
Pulso: 150.
Igual que el mío.
No tiene fiebre.
Además de sentirme avergonzada,
me siento muy bien.
¿Qué reacción espera?
No sé.
Depende del individuo.
Usted se comportó
como si tuviera 20 años.
Eso es cierto.
No te muevas, Edwina.
¿Cómo era la Sra. Fulton
cuando tenía esa edad?
Edwina era una estudiante muy formal.
Estudió Economía...
y tomó varios cursos de verano
en Ictiología y cocina.
- ¿Ictiología?
- El estudio de los peces.
Jerome dijo que su primer síntoma
fue que su vista se volvió perfecta.
Es cierto, pero no cuente con eso.
La vista de Edwina ya es perfecta.
Probablemente tendrá otro efecto.
¿Sientes algo raro?
Nada.
¿Y usted?
Pero yo no he tomado nada.
Sí, claro que sí.
¿Oye eso?
Una reacción extraña.
Algo sucederá pronto.
Ya lo creo.
Está muy quieta.
Tal vez no hay suficiente movimiento.
Pronto lo habrá.
Muero por ver los resultados.
Es un momento maravilloso.
¡Ahí está! ¡Obsérvalo!
¡Está dando resultado!
Da resultado. ¿Oyó lo que dijo?
Le está haciendo efecto.
- Algo me pasa.
- ¿Qué ocurre?
- No sé.
- La emoción lo abruma.
Debería sentarse.
Tranquilícese.
Tómese su tiempo. Así está mejor.
Tómese su tiempo y siéntese.
Ay, dame un trozo de pastel
Ay, ay, dame un trozo de pastel
Creo que será mejor que nos vayamos.
Sí, es mejor que nos vayamos, sí.
- ¿A dónde va?
- No tardo, Sr. Oxly.
Hola, Dr. Fulton.
- Hola.
- ¿Qué le dijiste?
Sra. Fulton, dijo: "Hola".
Oí lo que dijo,
rubia oxigenada besucona.
Edwina, ella no ha hecho nada.
¡Le arrancaré el cabello
de las raíces negras!
Edwina, ven.
Srta. Laurel, apártese.
- Defiéndase.
- Basta.
Ahora regreso.
¿No fue divertido?
Le puse un pez en los pantalones.
- Regresemos.
- No es buena idea.
¿A dónde vamos?
Vayamos a bailar.
- Regresemos.
- De acuerdo, iremos a bailar.
¿Éste es nuestro auto nuevo?
¡Es fabuloso!
- ¿Te gusta?
- ¡Caray, sí!
Déjame conducir.
Tú siéntate allá.
Ya sé, iremos a bailar
al Pickwick Arms.
- ¿Al Pickwick Arms?
- En La Jolla. ¿No recuerdas?
Claro. Habitación 304,
donde pasamos la luna de miel.
¿Hasta allá?
Iremos a la casa por algunas cosas.
¿No será divertido?
¿Ir a bailar?
Puse las maletas en el auto,
y nos llevaremos tu abrigo...
Barnaby, ¿esto te parece
demasiado conservador?
- Pues...
- ¿Qué te parece?
- Pues...
- Di algo.
Qué bueno que te guste.
Yo conduciré. Tú eres lento.
¿Cómo es esto? Oh, sí.
Volveremos a vivir la primera noche
de nuestra luna de miel.
¡Sin manos!
Luna de miel sin manos.
Sí, claro.
¿No estás emocionado?
Sí, claro.
Pero no hay prisa.
¿Quieres disminuir la velocidad
para poder hablar?
¿Quién quiere hablar?
Debo analizar tus reacciones.
Es maravilloso sentir el viento en
el pelo, ver la Luna y las estrellas.
¡Y el camino!
HOTEL PICKWICKARMS
HOTEL PICKWICKARMS
- Buenas noches, señor.
- Oh, buenas noches.
- ¿Quiere registrarse?
- Sí, por favor.
¿Tiene una habitación pequeña
con vista al mar?
- Sí, señor.
- Gracias.
Dígame.
¿La habitación 304 está disponible?
Sí, es la habitación nupcial, ¿sabe?
Sí, lo sé.
¿Podría dar aviso
de que no nos molesten?
Sí, señor.
- 304.
- Vamos, mi amor.
- Gracias.
- Sí, de nada.
Edwina. Edwina, mi amor.
Escucha eso. No perdamos tiempo.
Que él lleve las maletas.
Cariño, son las 11:00.
He tenido un día agotador.
Lo prometiste.
Ponga las llaves en el cuarto,
tráigame las maletas y...
Somos unos pobres corderos
Estamos perdidos
Barney, no te duermas.
Ésta es nuestra canción.
Oh, sí, mi amor.
Somos unas ovejitas negras
Que se extraviaron
Barney, cada vez que la oigo,
me hace sentir...
Amor, no puedo enojarme
ni sentirme infeliz cuando la oigo.
Sólo quiero estar cerca de ti.
Sí, mi amor.
¡Barney, baila el vals!
Sí, mi amor.
Por favor, tengan piedad
de los seres como nosotros
Ay, por favor, Edwina.
Levántate, Edwina.
Ayúdame a levantarme.
Fue muy divertido, Barney.
Inténtalo.
- Por ningún motivo.
- Anda. Inténtalo.
Aquí es.
Por favor, mi amor.
Oh, sé dónde está la llave.
Aquí es donde la guardas.
Aquí. ¿Ves?
- Eso.
- Por favor.
Abramos la puerta.
¡Hurra!
¿No estás ni un poco cansada?
No. ¿Por qué?
¿Quieres ir a alguna parte?
No, no. Estaba pensando...
Debería hacer algunas pruebas.
Revisar tu presión y tu corazón.
Esta noche no.
En un experimento así,
siempre es bueno hacer unas...
- Barney.
- ¿Qué?
¿Estás seguro de que me quieres?
Claro que sí, mi amor.
¿Por qué preguntas eso?
Es que se me ocurrió.
¿Eso responde tu pregunta?
¿Sabes?
Te quiero tanto que me mareo.
¿En serio?
¿Cuándo comenzó eso?
El día que te conocí.
No, digo, el mareo.
No sé.
Es nuestra luna de miel
y eso es todo lo que me importa.
Sí.
Barney, ¿qué vas a hacer?
Iba a ponerme mi pijama.
Pues, eh, ¿no crees que sería mejor
que te cambiaras ahí dentro?
¿Por qué?
Descuida.
Yo me cambiaré en el baño.
Por todos los cielos.
Me tardaré sólo unos minutos.
Se volvió tímida.
Anotaré eso.
15 minutos para cambiarse.
Cambio total
del patrón de conducta normal.
¿Estás bien?
Sí, mi amor.
Saldré en un segundo.
Estoy muy contenta.
¿Qué pasa, mi amor?
¿Por qué lloras?
No puedo evitarlo.
¿Fue por algo que dije o hice?
No.
¿Entonces?
Es que estaba pensando.
- ¿En qué?
- En mi madre.
Oh, en tu madre.
Ahora entiendo.
No, no entiendes.
¿Qué pasa?
Me pregunto cómo se sentirá esta noche.
Tú nunca le agradaste.
Y ella nunca se esforzó.
Hago todo lo posible por complacerla.
¿Cómo puedes ser tan insensible?
Tenía sueños maravillosos
para mí y mi futuro.
Aún puede tenerlos.
No, no puede.
Condujimos hasta acá
para divertirnos...
y para llevar a cabo
un experimento muy importante.
No arruines todo
con una pelea tonta por nada.
No llames "nada" a mi madre.
No le dije "nada" a tu madre.
No me levantes la voz.
¡No levanté la voz!
Hank Entwhistle
no se enfurecería...
sólo porque una muchacha
mencionara a su madre.
Cielos, ¿qué tiene que ver
Hank Entwhistle con esto?
Mencioné a Hank Entwhistle porque
mi madre siempre lo quiso mucho.
Él sabía cómo complacerla.
Es muy raro que siempre menciones...
a Hank Entwhistle
cuando te molestas conmigo.
¿Lamentas no haberte casado con él?
¡Mira quién habla!
¿Y Elvira Bliss?
Caramba. ¿Elvira Bliss?
Eso fue en la primaria.
Lo sé. Era la maestra.
Y supongo que Myra McKillip
era de la primaria.
Y Miriam Ingals, a quien intentaste
enseñarle golf durante tres años.
Eso me recuerda
que aún tiene mi palo.
Y tú te atreves a hablar de Hank
Entwhistle, quien sólo me besó una vez.
¡Te besó!
Nunca me habías dicho eso.
¿Besaste a Hank Entwhistle?
No dije eso.
Dije que él me besó.
¡Yo nunca lo besé!
- Sí dijiste eso.
- ¡No lo dije!
- ¡No, no! ¡Mis lentes!
- ¡Me pegaste!
¡Oh, no!
¡Hombre horrible! ¡Bruto!
¡Sal de mi habitación!
- Tienes que detenerte.
- ¡Fuera!
Oh, no. Basta.
Por favor. Edwina.
Esto es ridículo.
Sabes que no puedo ver.
Por favor, déjame entrar.
¿Te das cuenta
de que estoy en el pasillo y...
¡Ay, no!
Algo se atascó en la puerta.
Déjame entrar.
Pues, es culpa tuya.
- Déjame entrar.
- No.
Ojalá pudiera hacerla entender.
Ya sé. Edwina, amor mío.
Escúchame.
Somos unos pobres corderos
Estamos perdidos
¿Operadora?
No puedo quedarme aquí afuera
durante más tiempo.
Bueno.
Abriste la puerta.
Ya era hora.
Amor, si cooperas, podremos...
¡Auxilio! Hay un hombre...
Caray.
Ojalá supiera dónde hay un teléfono.
ROPA BLANCA
Quizá hay uno aquí.
Debe haber un teléfono en algún lado.
RAMPA PARA LA ROPA SUCIA
¿Dónde estoy?
Déjame pasar, Edwina.
- La llave está en el auto, señora.
- Muchas gracias.
- ¿Aquí está bien?
- Gracias. Si pudieran...
¡Barnaby! Ay, pobrecito cielo mío.
Edwina, ¿eres tú?
Te busqué por todas partes.
¿Qué haces aquí?
Salgo de la lavandería.
Estas dos amables damas me ayudaron.
Gracias a las dos.
Estaré bien.
- Fue un placer.
- Cuando quiera, señor.
Espero no volver a hacerlo.
¿Quieres ir a cambiarte al hotel?
No, sácame de aquí.
Llévame a casa.
El auto está acá.
¿Cómo llegaste a la lavandería?
No sé. Creo que llegué volando.
- Escalón.
- Pero no tenía mis lentes.
Sí, lo sé. Los pisé.
Será mejor que te lo pongas.
- ¿Para qué?
- Podría darte frío.
Eso.
Ahora, súbete.
Oh, eso es...
- ¿Te sientes bien?
- Sí, gracias. ¿Y tú?
Sí, los efectos de la fórmula
se terminaron.
No hables. Relájate e intenta dormir
de camino a casa.
Sí, mi amor.
Cariño.
Ya llegamos. Despierta.
Ah, qué bien.
Te ayudaré.
Tuve un sueño raro. Soñé con Hank.
¿En verdad lo besaste?
Y no es que tenga importancia.
Mi amor, qué tontería.
Acabo de recordar algo.
Hice algo terrible
y olvidé decírtelo.
- ¿Quiénes son?
- No se muevan.
¿Listo? ¿Dr. Fulton?
Somos de la prensa, doctor.
- Queremos una declaración.
- ¿Sobre qué?
Nos llamó el Sr. Entwhistle,
su abogado.
Ojalá Hank no diera declaraciones
a la prensa sobre mi trabajo.
- Cuéntenoslo todo, doctor.
- Creo que...
No puedo ser grosero
con el caballero.
No diré nada
hasta acabar mi experimento.
- ¿Existe otra mujer?
- No, no hay ninguna otra mujer.
Mi esposa ha sido mi única víctima.
Declararé algo mejor cuando haya
experimentado con 10 ó 20 más.
No lo intentaré de nuevo
con humanos por un tiempo.
- Lo haré sólo con chimpancés.
- ¿Sí?
Espera. Están hablando
de dos cosas diferentes.
¿Qué pasó?
¿Su esposa descubrió su nido de amor?
- No contestes.
- No intentes protegerlo.
- ¿Qué haces aquí?
- Entren.
No haga eso.
Es el único reportaje que tengo.
Y no conseguirá nada más.
¿Por qué haces declaraciones
a la prensa?
No finjas no saber el motivo.
Intenté decírtelo afuera.
Sabes muy bien, no finjas no saberlo.
Todo ocurrió anoche en el hotel.
- No te acerques.
- Cuando te fuiste...
Si la tocas, te las verás conmigo.
¿Quieres callarte e irte a casa?
Barnaby, he intentado...
¡Madre!
- ¡Vaya!
- Oh, no.
Edwina, Hank me contó.
Te esperaba moreteada y desfigurada.
- Madre, no entiendes.
- ¿De qué hablan?
No te le acerques, golpeador.
No es lo que crees.
Es culpa mía.
- No, no te dejaré perdonarlo.
- Hank, cállate.
- Hank tiene razón.
- Tú también cállate.
- Como tu abogado y tu amigo...
- Te irás.
- Pero es mi deber...
- Estorbas.
- Pero me dijiste...
- Lo sé.
- ¿Qué quieres que haga...
- Te llamaré. Vete.
Escuchen.
No, tú escúchame.
No dejaré que desperdicies tu vida.
¿Podrías decirme qué ocurrió?
- Si me dejaras...
- Sabía que algo así ocurriría.
- ¿Podrías decirme por favor...
- ¡Silencio!
Madre, fui el conejillo de Indias
de Barnaby, probé una fórmula nueva.
Y bajo sus efectos,
provoqué todo este lío.
¿Tú le llamaste a Hank?
Sí, mi amor.
Lo hice anoche cuando te fuiste.
Lo siento, no pude evitarlo.
Supongo que no fue culpa tuya.
No permitas que te domine de nuevo.
Haz algo. Cualquier cosa, pero...
- Mi querida suegra.
- ¿Sí?
No he perdido los estribos con usted
en siete años.
No me presione.
Caray, seamos civilizados.
No se meta en lo que no le importa
¡y cállese!
¿Me llevas a la planta, Edwina?
- ¿De inmediato?
- Sí.
En cuanto me vista,
intentaré arreglar...
los líos que causé en nuestra vida.
- Pues...
- Madre, es mejor que te calles.
Buenos días.
Anoche lo busqué por todas partes.
Luego hablaremos. Ahora me gustaría
estar solo en el laboratorio.
Sí. Muy bien, doctor.
Edwina, mis lentes de repuesto están
en el escritorio. ¿Me los das?
Desde luego.
Sí, aquí están.
Mi amor,
tienes una expresión muy severa.
¿Estás enojado
por lo que hice anoche?
He considerado esto cuidadosamente
y casi llegué a una conclusión.
Estaba pensando en destruir la fórmula.
¿Destruirla?
Entonces, sí estás enojado.
He estado de mejor humor.
¿Te sentirías mejor
si te tostara un pan y te diera café?
- Aún no has desayunado.
- Sí, gracias. Tengo hambre.
El café y la cafetera están ahí.
- Usa esta toma de corriente.
- Está bien.
La fórmula es el descubrimiento
más discutible desde el picapica:
E igual de útil.
Oh, yo no diría eso.
Te curó la bursitis.
Te mejoró la vista.
Te hizo sentir joven.
Creo que la juventud
no es tan buena como la pintan.
Soñamos con la juventud, la recordamos
como una época de ruiseñores y romance.
¿Y los hechos? Inadaptación,
idiotez y desastres disparatados.
Eso es la juventud.
No sé cómo la sobrevivimos.
Hay algo que me ha estado molestando.
- Sí, mi amor.
- ¿Por qué querías el divorcio?
Ay, Barnaby, no fui yo. Fue la fórmula.
Deberías entender eso.
Entiendo que fue la fórmula
lo que lo sacó a la luz.
¿Qué sacó a la luz?
Alguna aversión subconsciente
que me tienes.
¿Yo te tengo aversión?
Pero si te quiero mucho, bobo.
¿Cómo sé que no hay
resentimiento enterrado...
del que no estás consciente?
Claro que no estoy consciente...
y qué mal que lo digas.
Espera. ¿Y cómo explicas
lo que decías de Hank?
Qué tontería.
¿Lo quieres?
Eso es ridículo.
Lo besaste, ¿no?
No puedes olvidarte de eso, ¿verdad?
- No, no puedo.
- Muy bien.
- ¿Estás enamorado de esa mujer?
- Claro que no.
Pues se besaron...
en patines.
¿Qué aversión escondida
o descontento subconsciente tienes...
que te hizo portarte como un donjuán
por toda la ciudad?
Diste un salto del ángel.
Te comportaste como un...
Continúa.
Oh, Barnaby. No digas nada,
mi amor, yo tampoco lo haré.
No deberíamos pelear.
Dudamos de nuestro matrimonio.
Eso no está bien.
A eso me refiero.
Por eso voy a destruir la fórmula.
Por favor. ¿Estás llorando?
¿En verdad quieres tirar a la basura
dos años de trabajo?
Sí. Pero, desgraciadamente,
la fórmula sigue en mi cabeza.
Voy a olvidarla. Es muy peligrosa.
Es impredecible.
Oh, por favor, no uses esta agua.
¿No ves el letrero?
Usa el agua embotellada.
Y haz mucho café.
Necesito mucho hoy.
Listo.
¿Hola? Habla el Sr. Oxly.
El Dr. Fulton acaba de llegar
con la Sra. Fulton.
- ¿Está segura?
- Sí, señor.
¿Cómo está la Sra. Fulton?
¿Se comporta con normalidad?
Pues, no intentó pegarme,
pero no fue muy amable.
- Dijo que...
- Olvídelo. Preste atención.
No quiero que se vayan.
Que los guardias los detengan
si lo intentan, ¿sí?
- Sí, señor.
- Avise a la junta directiva...
que quiero verlos
en la sala de juntas ahora mismo.
- Bajaré de inmediato.
- Sí, señor.
Este café sabe raro.
Está amargo.
Sí, lo noté.
No es el café.
Es el efecto secundario de la fórmula.
La fórmula. Fui un tonto al permitirte
beber eso anoche.
No pudiste haberlo evitado.
Oye, es tu tercera taza.
Lo sé.
Es tu segunda taza, ¿no?
- Sí.
- Qué bien.
Imagina si hubieras tomado
una sobredosis.
- Quizá así fue.
- No, digo, una sobredosis grave.
Es lógico que te habrías comportado
como alguien más joven.
- ¿Recuerdas cómo saltó el Sr. Oxly?
- Sí.
Caray, qué vergüenza sentiré
cuando vuelva a verlo.
¿Cuán joven crees que podría volverte
si bebieras un vaso entero?
No lo sé.
¿De doce años? ¿Diez? ¿Cinco?
Podría convertirte en un bebé.
Estaba imaginándote como un bebé:
Sin poder hablar, o alimentarte o...
- Podría ser vergonzoso.
- Sí, ¿verdad?
Es lo que podría suceder.
Ah. Yo contesto.
¿Hola? ¡Hola!
¿Encontró el pez?
¿Qué le hizo?
Sí, estoy genial. Aquí está.
Espere.
Es el viejo Oxly.
¿Qué quiere?
¿Podría verlos a su esposa y a usted?
- Estamos bebiendo café.
- Estaré en la sala de juntas.
Vamos de inmediato.
Cuelga, por favor.
¿Alguna otra orden, señor?
¡Sube!
- Buenos días, caballeros.
- Buenos días.
El Dr. Fulton no tarda.
Siéntense, por favor.
Debemos actuar rápidamente.
Saben por qué están aquí:
Para negociar la fórmula
con el Dr. Fulton.
En cuanto al dinero,
no repararemos en gastos.
Pero Fulton hizo este descubrimiento
mientras trabajaba para nosotros.
Le tengo malas noticias, G.J.
No tenemos la fórmula.
¿Qué?
- Anoche, el Dr. "Lentón"...
- Dr. Lenton.
El Dr. Lenton,
el asistente de Fulton...
me dio a beber una dosis de la fórmula.
No saben con cuánto entusiasmo
esperé los resultados.
Pero no hubo ninguno.
No tuve ninguna reacción.
La fórmula que el Dr. Comosellame
me dio está incompleta.
Debe haber otro ingrediente
que él desconoce.
El Dr. Fulton no lo registró
y no hay nada en sus notas.
Sin ese ingrediente,
no podemos hacer nada.
El no llevar registros va en contra
de las reglas de esta organización.
Fulton lo sabe.
Lleva empleado aquí 10 años.
Debió ser sin intención.
Ayer, Fulton no era el de siempre.
- No, definitivamente.
- Esperemos que hoy sea el de siempre.
No hay duda. Hablaremos
con un científico adulto cuerdo.
No espero dificultades.
¿Y bien?
De acuerdo, adelante.
Es decisión suya.
¿Por qué tardará tanto?
Doctor, ¿podría ir a ver?
Sí, señor.
Barnaby, Sra. Fulton.
Pasen.
¿Qué ocurre?
No, pase, Sra. Fulton.
Olvide lo de anoche.
Yo ya lo olvidé. Pasen.
Ustedes siempre están experimentando.
Creo que ya conoce
a todos los presentes.
Sí. Vamos.
Siéntese.
Póngase cómodo.
Sra. Fulton, ¿quiere sentarse aquí?
- ¿Es preciso?
- No.
Quiero sentarme aquí.
Muy bien. Barnaby, creo que hablo
en nombre de todos los presentes:
Usted es de los científicos modernos
más maravillosos.
- ¿Oíste?
- Le pedí que viniera...
para hablar de la venta de su fórmula.
La organización...
La organización le ofrece
un grupo de acciones...
con las cuales la Sra. Fulton y usted...
podrán vivir cómodamente
por el resto de sus vidas.
Ahora, la pregunta es:
¿cuánto dinero quiere?
Barnaby, ¿cuánto dinero quiere?
¿Cuánto?
- Diga una cantidad.
- Millones a chorros.
- ¿Qué?
- ¿Cuánto dijo?
Millones a chorros.
Eso es un trillón.
- Cielos, la bebió de nuevo.
- Obviamente.
Mire, Fulton. Su descubrimiento
es propiedad de nosotros.
- Calma.
- No tenemos que darle un centavo.
- Diez centavos.
- Lo aislaré en la industria.
- Habla con un niño.
- No sea ridículo. No es un niño.
¡Defiéndase! ¡Deme eso!
¡Intente quitarme esto del hombro!
Cuando nos enojamos,
no peleamos, ¿o sí?
- ¡Sí!
- No le enseñaron eso en la escuela.
¿A quién le importa? ¡Hola!
- Hola, Dr. Fulton.
- ¿Vino a jugar conmigo?
- No. Vine a decirle al Sr. Oxly...
- Olvídelo. Váyase.
¡No, no!
Quiero que se quede a jugar conmigo.
Si se queda, ¿me dirá cuál es
el ingrediente que falta?
- Sí, sí.
- De acuerdo. Adelante.
- Bien. Diga: "Puedobe".
- Puedobe.
- Ahora diga: "Sarlo".
- Sarlo.
- Ahora dígalos rápido.
- ¿Puedo-besarlo?
- ¿Cómo se atreve?
- Qué bien.
- Srta. Laurel...
- ¡Sr. Oxly!
- Pero yo...
- No haga eso. ¡Usted también!
¡Lo hice! Me encargué de ella.
¡Le di!
- Arruinaste todo.
- ¿La vieron correr?
- ¡Es una miedosa!
- Basta, ¿me oye?
Basta. Venga, siéntese en esa silla
y compórtese.
¿Entiende?
Compórtese.
- Sí, señor.
- Bien, Barnaby.
¿Dónde está?
- Debajo de la mesa.
- ¿Qué hace ahí?
- Le hago cosquillas a Esther.
- Quiero hablar con Ud.
Ya no quiero hablar.
Tratamos con un niño de diez años.
- Debemos seguirle la corriente.
- Si Ud. Lo dice.
Agáchense y ayúdenme.
No se queden ahí parados.
Barnaby, quiero hablar con usted.
¿Quiere hacerle cosquillas?
Le gusta.
No. ¿Le gustaría tener un reloj
de oro con cadena?
- ¿Le gustaría?
- Ya tengo uno.
- No, no como éste.
- No lo quiero.
¿Quiere una bicicleta o un poni?
- ¿Le gustaría?
- ¿Qué tengo que hacer?
Sólo tiene que decirnos cuál fue
el ingrediente que agregó a la fórmula.
Me prometió millones a chorros
y diez centavos.
- Le daremos millones a chorros.
- Y 10 centavos.
- Y una lancha y un poni.
- ¿Eso le gustaría?
- ¿Cuándo?
- Cuando nos diga el ingrediente.
Eso es sencillo.
Simplemente...
BARNABYAMA A EDWI NA
¡Oye!
¿No va a decirnos?
- ¿Por qué escribiste eso?
- ¡Es la verdad!
- ¡No! Lo borrarás.
- ¡No lo haré!
Prometió decirme...
¡No me obligarás! ¡No puedes!
- ¡Atrápenla!
- ¡No me obligarás!
- Le diré a mi madre.
- ¡Deténganla!
- ¡No me atraparás!
- ¡Ayúdenme a atraparla!
- ¿Nos dirá?
- Claro.
Atrápenla.
¡Alto!
¡Se terminó el juego!
- ¡Bien! ¡Calor!
- ¿Calor?
- La calenté a 65.5 grados C.
- ¡Caray, la tenemos!
¡No es justo!
- Te tengo. Anda, bórralo.
- ¡No lo haré!
- Bórralo.
- ¡Me lastimas! ¡Suéltame!
¡Llorona! Bórralo o...
¿Qué haces allá?
¡Ven ahora mismo!
Sr. Oxly, se van.
Que se vayan. Ya lo oyó.
Tenemos lo que queríamos.
- Debemos estar seguros.
- No me moleste.
Hoy, nos encontramos ante
la creación de un mundo nuevo y...
- ¿Qué?
- Calenté la fórmula que le di.
¡Bajen a ese mono de ahí!
- ¿Qué?
- Calenté la fórmula que le di.
- No sirvió.
- ¡Volvió a engañarnos!
¡No se queden parados!
Vayan tras él.
Persíganlo. Traigan a un policía.
¡Que sean dos!
¿Cuándo dejarás de seguirme?
- Cuando yo quiera.
- Ve a jugar con las niñas.
- ¿Por qué no puedo jugar contigo?
- No quiero.
- Barnaby Fulton, no me agradas.
- Entonces, vete.
No. Y punto.
Pues, no te vayas.
Le diré a mi madre.
Eso es para tu madre.
Le diré a Hank Entwhistle.
Estos dos son para Hank Entwhistle.
¡Mira lo que hiciste!
¡Le diré a Hank Entwhistle!
¡Deja esa brocha ahí!
Llorona.
Se arrepentirá de lo que hizo.
Se arrepentirá.
Llamaré a Hank Entwhistle.
Eso haré.
Llamaré a Hank.
¿Hola? Quiero hablar
con Hank Entwhistle, por favor.
- ¿El Sr. Entwhistle?
- Eso dije.
- Sí, señora.
- Le enseñaré.
- ¿Hola?
- Hola, ¿Hank?
Habla Edwina.
- ¿Podrías venir de inmediato?
- ¿Qué ocurre?
Es Barnaby.
Me llenó toda de pintura.
¿Ves?
- ¿Qué hiciste tú?
- Yo no hice nada.
- Enloqueció.
- No quiero volver a verlo.
Escucha. ¿Esta vez sí es en serio?
¿Sí vas a dejarlo?
Sí, me iré.
Muy lejos.
Me iré y...
¿Hola? ¿Qué ocurre?
¿Eh?
No sé. De pronto tengo mucho sueño.
Es la conmoción.
Vi cómo sucedía eso en el ejército.
Recuéstate y cúbrete. Te sentirás
mejor en unos minutos. Voy para allá.
Adiós.
Va a venir.
¿Qué le hago?
Eso haré. Iré por mi pandilla.
Le arrancaré la cabellera.
Hank Entwhistle.
Ya verás lo que le haré.
Le arrancaré la cabellera.
Eso haré.
Jefe grande. Me encargaré de él.
Le enseñaré.
¡Caray, Dr. Fulton!
Quiero esto para arrancarle
la cabellera a un hombre.
Qué cosas se le ocurren a la gente.
- Buenos días. Sra. Brannigan.
- Buenos días.
- ¿Cuánto tiempo estará aquí?
- Una hora.
¿Podría cuidar a Johnny?
Debo ir al mercado.
- Claro, lo cuidaré.
- No tardaré.
De acuerdo.
Anda, Johnny. Aquí vamos.
Eso. Un jardín muy grande
para que juegues.
¿Estás bien? Perfecto.
¿Qué quieres que le hagamos al malo,
Águila Roja?
- Sí, dinos.
- Detendremos su auto y lo capturaremos.
- ¿Y luego?
- Lo ataremos.
- ¡Y lo quemaremos!
- ¡Lo quemaremos!
- Eso no funcionará.
- ¿Quién dijo eso?
- Yo.
- Ah, tú. ¿Por qué no funcionará?
Alguien nos detendrá en cuanto
lo encendamos. Siempre lo hacen.
Sí, es cierto.
¿Qué dices, Águila Roja?
Pues, atémoslo a un tronco
y arranquémosle la cabellera. Yya.
- ¿En serio?
- Claro.
No puedes arrancar cabelleras
sin un baile de la guerra.
Oh. Espera. Yo...
Ahora, ustedes dos...
No puedes arrancar cabelleras
sin un baile de la guerra.
Tiene razón.
Podemos arrancarle la cabellera,
¿no es así?
Primero debes hacer
el baile de la guerra.
¿Conoces un baile de la guerra?
Claro.
Eso no sirve.
Tienes que cantar cuando bailas.
Oh, se tiene que cantar.
Está bien. Cantaremos.
Tú, el del tambor, lleva el compás.
Así: Pum, pum, pum, pum.
Tú canta.
Quiero encargarme de él
Quiero encargarme de él
Tú di: "Og".
Quiero encargarme de él
Og
Oga, oga, gu, gu
Tú di: "Ajá, jo, jo, jo".
Te arrancaremos la cabellera
¡Mi amor! ¡Dime algo!
¡Di algo!
Ay, amor mío...
Operadora, envíe un taxi, ¿quiere?
Calle Gilcrest 1605. De inmediato.
Es una emergencia. Gracias.
¡Mi amor!
¿Quieres decir algo?
Pues, habla.
Soy tu esposa.
Di algo.
Ay, mi pobre esposo.
¿Qué te hiciste?
Conductor, apresúrese.
Sí, señora.
Por aquí, señor.
- Hola, niños.
- Hola.
¿Por qué la Sra. Fulton dijo
que la viera aquí?
No nos dijo por qué.
¿El Sr. Fulton estaba ahí?
Digo, en la casa.
Puede ser.
Oh, es por eso. Ahora entiendo.
¿Juega con nosotros?
Necesitamos un hombre alto
para jugar a envolver el poste.
- Lo siento, no tengo tiempo.
- ¿No le gustan los niños?
Sí me gustan.
¿Por qué es malo con ellos?
- No soy malo.
- ¿No quiere hacernos felices?
- Claro que sí.
- Pues, juegue a envolver el poste.
Bien, jugaré si vas a decirle
a la Sra. Fulton que llegué.
- Bueno.
- Muchas gracias por jugar con nosotros.
Retroceda y recárguese en este árbol.
Sostenga la cuerda muy alto.
- De acuerdo.
- Así está bien. ¡Vamos!
¿No ibas a decirle algo
a la Sra. Fulton?
¿No puedo verlo?
No, prometiste decirle
si yo jugaba a envolver el poste.
¿Qué prometí decirle?
Dile que estoy aquí.
¿Por qué no...
¡Esperen!
Está muy apretada.
No puedo moverme.
Ya puedes salir, Águila Roja.
¿Te volviste completamente loco?
- Le tengo un mensaje.
- No tengo tiempo.
- El Sr. Oxly quiere verla.
- Yyo, a él.
Señorita Laurel...
Ay, por todos los cielos.
¡Sr. Oxly! ¡Tiene que hacer algo
respecto a Barnaby de inmediato!
Ya, ya, niñita.
No se altere.
¿Quiere limonada o un caramelo?
Basta. La fórmula ya perdió su efecto.
Ya no soy una niñita.
- Hablo de Barnaby.
- ¿Qué hizo ahora?
Tiene que salvarlo.
Tiene que ayudarme a recuperarlo.
Eso intento. Todos lo buscan,
incluso la policía.
- ¿Sabe dónde está?
- Aquí, en mis brazos.
Ya, ya. No llore.
Su esposo es un gran científico.
Pobre Barnaby. Era un genio.
Ahora, véalo.
Es un bebé lindo. ¿Es suyo?
- Claro que sí.
- No sabía que tenía un hijo.
- Sr. Oxly, él es Barnaby.
- ¿Qué?
Eso intentaba decirle.
Él es mi esposo.
- ¿Éste es el resultado de la fórmula?
- Sí.
- No puedo creerlo.
- Es verdad.
Tiene que hacer algo al respecto.
Caramba, caramba.
- Habla Oxly.
- ¿Sí, Oliver?
Prepárese para una sorpresa.
La fórmula del Dr. Fulton
lo convirtió en un bebé.
- Lo convirtió en idiota, ¿eh?
- En idiota no, en bebé.
- En un bebé de 60 cm.
- No diga tonterías.
- Claro que no. Lo puedo ver.
- Lo dudo.
Debemos hallar un antídoto, y no
lo haremos si no conocemos la fórmula.
Sáquele la verdad a Fulton
como pueda.
Venga y ayúdeme.
Bien. Tenemos que averiguar...
Sr. Oxly, intenta decir algo.
¿Qué intentas decir, mi amor?
Anda, dime.
Por favor, inténtalo.
Déjeme hablar con él.
Barnaby, voy a hablarle lentamente
para no confundirlo.
Haremos todo lo que podamos
para ayudarlo...
pero usted también debe ayudar.
- ¿Entiende?
- Por favor escucha con atención.
Quizá esto ayude.
Escuche.
Lo recuerda.
Hace rato no lo quiso aceptar.
Ahora lo aceptará.
No podemos crear el antídoto
si no conocemos la fórmula real.
- No lo asuste.
- No dije nada que lo asustara.
Es evasivo de nuevo.
Nos mintió sobre el ingrediente
que falta.
¿Cuál es?
Ay, Sr. Oxly, no sabe hablar.
¿Qué haremos?
No podemos esperar a que crezca.
Yo habré muerto.
Sí, y cuando él tenga 20 años,
yo seré muy vieja.
Oliver, ¿él es el mocoso que mencionó?
- Sí, él es el Dr. Fulton.
- No le diga mocoso a mi esposo.
¿Señora, quiere estafar
a la Compañía Química Oxly?
Deje de decir tonterías.
Vine por ayuda. Uds. Son responsables.
Jerome, usted era su colega.
¿No puede hallar un antídoto?
- Le advertí.
- La ciencia no tiene límites.
Todos dicen tonterías.
Él no es Barnaby Fulton.
Yo conozco a mi esposo.
Mire lo que hizo.
Lo hizo llorar.
Descuida, cariño. No llores.
- Debe estar cansado y con sueño.
- Sí... ¿Sueño?
Significa que la fórmula pierde efecto.
- Eso me pasó a mí.
- ¿El sueño lo volverá a la normalidad?
- Eso sucedió antes.
- Ay, tonterías.
¿A dónde lo lleva?
A su laboratorio a que duerma una
siesta en su sillón cómodamente.
¡Mira!
¡Ay, caramba!
¡La policía!
- Sr. Oxly...
- Silencio.
- Es lo único que encontré.
- Désela a la Sra. Fulton.
¿Esto le servirá?
Sí, gracias.
Qué lindo es.
Srta. Laurel, no lo toque,
por favor.
- No iba a...
- Está indefenso.
No puedo permitir que lo toque.
Tiene que dormir.
Sí, señora.
- Parece que no tiene sueño.
- Si hacemos un análisis sanguíneo...
Silencio.
Por favor.
¿Podrían guardar silencio
y darle una oportunidad?
Ayer, cuando bebió la fórmula, tuvo
que dormir para volver a la normalidad.
Tiene que dormir.
A veces, yo cuento ovejas.
Pues, dudo mucho que...
Oh. Ya sé qué puede ayudar.
Escucha, Barnaby.
Somos unos pobres corderos
Estamos perdidos
Qué tonta canción.
Somos unas ovejitas negras
Que se extraviaron
Caramba, esta espera
sí que me deja exhausto.
Necesito algo.
¿Tiene algo de beber aquí, doctor?
Pero yo no bebo.
No le pregunté eso.
¿Tiene algo de beber?
- Para uso medicinal...
- Nada de excusas, tráigalo.
Qué buena idea.
- Iré por agua.
- Yo quiero agua con el mío.
- ¿Quiere un trago?
- No, gracias.
- Un trago es bueno a veces.
- Ya lo creo.
- ¿Quiere agua, G. J?
- Por favor. Gracias.
- Pues, salud.
- Salud.
- Sabe amargo.
- Sí, qué raro.
Deshágase del agua
antes de que alguien más la beba.
- Lo ayudaré.
- Esta agua no tiene excusa.
Que limpien ese refrigerador
antes de que vuelva a usarse.
¿Quién eres?
No me importa quién eres.
Hazte a un lado.
Qué lindo.
Ay, qué sueño.
No, por favor. No seas confianzudo.
Sólo duérmete.
Barnaby, amor mío.
Pensé que te había perdido.
Y ahora son dos.
¿Cómo que somos dos?
No puedo ver. No traigo mis lentes.
Tus lentes. Aquí están, mi amor.
- ¿Te encuentras bien?
- Sí, gracias. Estoy bien.
- Toma.
- ¿Quién es él?
No sé.
Pensé que eras tú.
¿Qué?
No comprendo.
Te traje cargando
cuando eras un bebé.
Eso es imposible.
- ¿No recuerdas nada?
- Claro. Lo último...
- Le arranqué la cabellera a Hank.
- Ay, Barnaby.
- ¿Qué es eso?
- No sé.
Llévatelo.
Sí. Ven, lindo.
¿Sabes?
Tenemos que averiguar quién es.
Ya lo creo.
Qué bueno que llegó.
- ¿Qué ocurre?
- La bebieron.
Estaba en el agua.
El mono la mezcló.
¡Lo atraparé!
¡Dejaré al mono Rudolph en ridículo!
No es justo usar agua caliente.
Hola, Barnaby. ¿Cómo está?
Sabía que se recuperaría.
Aquí está su contrato.
Firmado, sellado y entregado.
Es un genio, muchacho.
Srta. Laurel,
venga, únase a la fiesta.
¡Ahí está!
¡Él es el hombre que me lo hizo!
¡No me moje!
¿Puedes oírme?
- Sí, mi amor.
- He estado pensando.
Ah. Yo apenas comienzo.
Me preguntaba qué diría...
si tuviera la opción
de vivir otra vez...
estos tres días.
Dime. Me interesa.
Pues, tienes un contrato nuevo.
Hemos vivido momentos emocionantes.
Saldremos esta noche a divertirnos,
los dos solos.
Qué raro, no puedo oírte.
No dije nada.
Sólo estaba pensando.
Estaba pensando en ti.
¿Quieres entrar en detalle?
No pareciste decepcionado al enterarte
de que Esther inventó la fórmula.
Los tirantes se te verían mejor arriba.
El secreto de la juventud
está en la mente de un mono.
¿Algún día aprenderemos a hacerla?
No sé. Tienen a Esther
trabajando arduamente.
Amor, ¿por qué no te decepcionaste?
Pues, yo tengo una fórmula nueva.
Si comienzas de nuevo, te juro que...
Me gusta ese vestido, sí.
¿Sí?
Muy bien.
¿Cuál es la fórmula nueva?
Pues, no viene en paquetes
ni en botellas.
Uno envejece
cuando olvida que es joven.
Di más.
Es una palabra
que guardas en el corazón.
Una luz que tienes en los ojos.
Alguien a quien abrazas.
Caray, me alegra salir contigo
esta noche.
Ven.
¿Te gusta mi fórmula?
Te hace pensar, ¿no?
Me caería muy bien.
¿A qué hora reservaste la mesa?
FIN
Ripped by:
SkyFury