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Oye, nena, ¿qué pasa aquí?
Hola.
¡Srta. Golightly!
¡Un día de estos...!
¡Algún día...!
¡Srta. Golightly!
Te fuiste al tocador
y ya no te volví a ver.
- No exageres, Harry...
- Harry era el otro tipo.
Yo soy Sid Arbuck.
Te gusto, ¿recuerdas?
¡Protesto!
Querido, lo siento mucho.
Perdí mis llaves.
Eso fue hace dos semanas.
Tienes que dejar
de tocar mi timbre.
¡Me molesta! ¡Tienes
que hacerte otra copia de la llave!
Pero siempre las pierdo.
- Vamos. Yo te gusto.
- Te adoro, Sr. Arbuck.
- Buenas noches.
- ¡Espera! ¿Qué haces?
Yo te gusto.
Le caigo bien a todo el mundo.
Te gusto. Tuve que pagar la cuenta
de cinco personas...
Tus amigos.
Cuando querías cambio
para el tocador, yo te di $50.
¡Eso me da ciertos derechos!
¡Voy a llamar a la policía en
30 segundos! ¡Siempre hay alborotos!
¡No puedo dormir!
¡Tengo que descansar!
¡Soy un artista!
¡Voy a llamar
a la brigada antidrogas!
No te enojes.
No volveré a hacerlo.
Si quieres, puedes tomar esas fotos
que mencionaste.
¿Cuándo?
Algún día.
¿Cualquier día?
Buenas noches.
Perdona si te molesto.
No podía abrir la puerta.
Supongo que sólo me mandaron
las llaves de arriba.
No podía abrir la puerta de abajo.
He dicho, que supongo que
me mandaron... las llaves de arriba.
No podía abrir la puerta de abajo.
Disculpa si te desperté.
No te preocupes.
Le puede pasar a cualquiera...
pasa a menudo. Buenas noches.
Odio tener...
Odio tener que molestarte
pero, ¿podría usar tu teléfono?
- Claro. ¿Por qué no?
- Gracias.
Vaya, esto sí que es...
un bonito piso.
¿Tú también te acabas de mudar?
Llevo aquí un año.
El teléfono está por ahí.
Bueno, estaba ahí.
Ah, ya recuerdo.
Lo metí en la maleta
para amortigüar el sonido.
Lo... siento.
¿Está bien?
Claro que está bien,
¿no es cierto, gato?
Pobre gato viejo.
Pobre vagabundo.
Pobre vagabundo sin nombre.
No tengo derecho a ponerle uno.
No somos dueños ni el uno
ni el otro. Tan sólo nos conocimos.
No voy a ser dueña de nada
hasta que encuentre un lugar donde
yo y las cosas vayamos juntas.
No sé dónde está,
pero sí sé cómo debe ser.
Debe ser como Tiffany's.
¿Tiffany's? ¿La joyería?
Eso es.
Tiffany's me vuelve loca.
Oye. ¿Recuerdas los días en que
tienes un bajón miserable?
¿Un bajón miserable?
¿Quieres decir una depresión?
Una depresión te da cuando engordas
o cuando llueve, eso es todo.
Los bajones miserables
son terribles.
De pronto, tienes miedo
y no sabes ni por qué.
- ¿Nunca te pasa eso?
- Claro que sí.
Cuando me siento así,
lo único que me ayuda
es coger un taxi
e ir a Tiffany's.
Me tranquiliza de inmediato.
La paz y el orgullo que tiene.
No puede pasarte nada malo allí.
Si yo pudiera encontrar
un lugar verdadero
que me hiciera sentir
como Tiffany's, entonces...
me compraría unos muebles
y le pondría nombre al gato.
Lo siento.
Tú querías algo... El teléfono.
Tenía que encontrarme con alguien.
Hoy es jueves,
10:00 de la mañana, ¿no?
Acabo de bajarme de un avión
y no estoy seguro.
Jueves. ¿Hoy es jueves?
- Eso creo.
- ¡No puede ser!
¡Es terrible!
¿Qué tienen de terrible los jueves?
Nunca me acuerdo cuándo es jueves.
Los miércoles, generalmente,
ni siquiera me acuesto
porque tengo que coger
el de las 10:45.
Son muy particulares
con las horas de visita.
Hazme un favor
y busca debajo de la cama
un par de zapatos
de piel de cocodrilo.
Tengo que hacer algo
con mi aspecto.
No puedo ir a Sing Sing
con esta cara tan pálida.
¿Sing Sing?
Es un nombre ridículo
para una prisión.
Tiene el nombre
de una sala de ópera.
Negros, de piel de cocodrilo.
Todos los visitantes
se esfuerzan por ir bien vestidos.
Es conmovedor, las mujeres
se ponen elegantes.
Las adoro por eso.
Y los niños, también.
Debería de ser triste ver niños
en ese lugar, pero no lo es.
Llevan lazos en el pelo
y los zapatos muy limpios.
Me parece entender,
que vas a Sing Sing
a visitar a alguien.
Puedes ver el tipo de persona
que un hombre cree que eres,
por el tipo de pendientes
que te regala.
Debo decir que
eso me parece increíble.
- ¿Puedo preguntar a quién?
- ¿A quién voy a visitar?
Supongo que ésa era mi pregunta.
No sé si debo decírtelo.
Nunca me han dicho
que no diga nada.
Si dices algo,
que te parta un rayo.
Lo intentaré.
Probablemente has leído
algo sobre él - Sally Tomato.
No pongas esa cara.
No tenían pruebas
que le conectaran con la Mafia,
y mucho menos con el cabecilla.
Lo único que demostraron
es que no pagaba impuestos.
Es un viejito simpático.
No era mi amante
ni nada por el estilo.
Le conocí
cuando ya estaba en la cárcel.
Le veo todos los jueves
desde hace siete meses.
Iría a verle aunque no me pagara.
- Zapatos.
- Sólo encontré uno.
- ¿Te paga?
- Sí. Su abogado lo hace.
Si es que es un verdadero abogado.
Tengo mis dudas.
Sólo tiene un servicio
para recibir mensajes,
y siempre quiere que nos veamos
en una hamburguesería.
Aquí estás, escurridizo. Gracias.
De nada.
Vestido... Vestido...
Aquí está... Bolsa.
Y un sombrero. Ya está.
Bueno, pues hace siete meses,
este supuesto abogado
me preguntó si quería hacerle
la vida más feliz a un viejito
y recibir por ello
$100 a la semana.
Le dije: "Te equivocaste
de Holly Golightly".
Eso es lo que recibo
cuando voy al tocador.
Cualquier caballero le da
a una chica $50 para ir al tocador.
Y para el taxi, otros $50.
Luego me dijo
que su cliente era Sally Tomato.
Sally me había visto en algún lado
y me admiraba a distancia.
Sería una buena obra
si iba a visitarle.
¿Cómo podía decir que no?
Era muy romántico.
¿Cómo estoy?
Muy bien. Debo admitir
que estoy sorprendido.
No hubiera podido hacerlo
sin tu ayuda.
- Bolsa...
- Llámame cuando quieras.
Estaré arriba,
en cuanto me mude.
Adiós, gato.
¿Quieres decir que te paga $100
por una hora de conversación?
El Sr. O'Shaughnessy me los da
al darle el ***óstico del tiempo.
No es asunto mío,
pero podrías meterte en problemas.
Sujeta esto, por favor.
¿A qué te refieres
con el ***óstico del tiempo?
A un mensaje que le doy
al Sr. O'Shaughnessy,
y así sabe que he estado allí.
Sally me dice las cosas
que debo mencionar, como...
"Hay un huracán en Cuba",
"Palermo está nublado"...
cosas así.
No te preocupes. Llevo mucho tiempo
cuidando de mí misma.
¡Taxi!
- Nunca he podido hacer eso.
- Es fácil.
Paul.
Llego tarde. Ya lo sé.
¿No pudiste entrar?
¿No recibiste la llave?
Ay, cariño. Lo siento.
No, recibí la llave.
La Srta. Golightly, mi vecina,
fue muy amable y me dejó pasar.
La Srta. Golightly
va de camino a Sing Sing.
De visita, claro está.
La Srta. Golightly...
La Sra. Falenson, mi... decoradora.
¿Qué tal?
Cariño. Deja que te vea.
- ¿Ya terminó?
- ¿Fue un vuelo terrible?
A la estación Grand Central,
y a todo gas, cariño.
¿Ya han pasado tres semanas
desde que te dejé en Roma?
Parecen años.
- ¿Has visto el apartamento?
- Todavía no.
Fue una barbaridad mía,
pero no lo pude resistir.
Lo he decorado todo.
Yo creo que está precioso,
pero si no te gusta,
podemos rehacerlo todo de nuevo.
¡Oye, nena! ¿A dónde vas?
Vamos, nena. Abre la puerta.
¡Sé una buena amiga!
Estás echando a perder
una fiesta maravillosa.
Vamos, nena, abre la puerta.
Oye, la banda está de marcha.
Vamos, nena.
¡Una vez más, debo protestar!
Como no apague ese tocadiscos
ahora mismo,
¡llamaré a la policía
inmediatamente!
Bien. Mucho mejor.
¿Qué te pasa, nena?
Vamos. Eres una gran chica.
Abre la puerta.
Vamos, nena.
Te estoy esperando.
- Soy yo.
- Espera un minuto. Srta...
Golightly. Holly Golightly.
Vivo abajo. Nos conocimos
esta mañana, ¿recuerdas?
Sí.
Está bien. Ya se fue.
Trabaja bastante tarde
para ser una decoradora.
Allí abajo
hay un hombre terrible.
Es muy bueno
cuando no está borracho, pero...
un poco de vino y...
Caray, menudo bestia.
Se puso tan pesado
que tuve que huir por la ventana.
Puedes echarme de tu casa,
si quieres,
pero te veía tan cómodo
y tu amiga acababa de salir,
y la noche se estaba poniendo fría.
Y yo que había oído
que la gente de Nueva York
nunca llegaba a conocer
a sus vecinos.
Bueno, ¿y qué tal Sing Sing?
Bien. Llegué a tiempo al tren
y todo eso.
¿Y cuál es el ***óstico
del tiempo?
Aviso de marea alta,
de Block Island a Hatteras...
Sabe Dios lo que eso significa.
Sabes, eres un tipo dulce.
De verdad.
Te pareces un poco
a mi hermano Fred.
- ¿Te importa si te llamo Fred?
- Para nada.
$300. Es muy generosa.
¿Es por semana, por hora, o qué?
Se acabó la fiesta. Fuera.
No, Fred.
Querido Fred, lo siento.
No era mi intención herir tus
sentimientos. No te enfades.
Sólo quería que supieras
que lo entiendo.
Lo entiendo totalmente.
Quédate un rato.
Prepárate un trago.
- Pásame la bata.
- Quédate donde estás.
Debes estar agotado.
Quiero decir, es ***ísimo,
y ya estabas dormido y todo eso.
Supongo que piensas
que soy una tonta.
No más tonta que los demás.
Sí que lo piensas.
Todo el mundo lo piensa.
Es útil estar al frente del
departamento de los sorprendidos.
Bueno, ¿y tú qué haces?
- Soy escritor, supongo.
- ¿Supones? ¿No estás seguro?
Vale. Es una afirmación.
Tono positivo.
Soy escritor.
El único escritor con el que
he salido es Benny Shacklett.
Ha escrito muchas cosas para
la televisión pero, ¡qué gilipollas!
Dime, ¿eres un verdadero escritor?
Me refiero a si alguien compra
lo que escribes y esas cosas.
Han comprado
lo que está en esa caja.
¿Son tuyos?
¿Todos estos libros?
Es sólo un libro. Son 12 copias.
"Nueve vidas" de Paul Varjak.
- Son cuentos.
- Sí, nueve.
Cuéntame uno.
No son el tipo de cuentos
que se puedan contar.
¿Son sucios?
Sí, supongo que también son sucios,
pero sólo de casualidad.
En general son cuentos
sensibles, intensos
y su descripción más indecente:
Prometedores.
Según la crítica literaria de
'The Times', 1 de octubre, 1956.
- ¿1956?
- Exacto.
Quizá sea una mala pregunta pero,
¿qué has escrito últimamente?
Últimamente, he trabajado
en una novela.
- ¿Últimamente? ¿Desde 1956?
- Lleva tiempo.
- Quiero que quede perfecta.
- Así que ya no escribes cuentos.
Se supone que no debo gastar
mi talento en pequeñeces.
Lo estoy guardando
para algo grande.
¿Escribes todos los días?
Claro.
- ¿Hoy?
- Claro.
- Es una hermosa máquina.
- Por supuesto.
No escribe más que prosa que es
sensible, intensa y prometedora.
- No tiene cinta.
- ¿No tiene?
No.
Hay algo que dijiste esta mañana
que me ha molestado.
¿Qué fue?
¿Es verdad que te dan $50
por ir al tocador?
Por supuesto.
Debe de irte bastante bien.
Estoy tratando de ahorrar,
pero no soy muy buena.
¿Sabes? Te pareces mucho a Fred.
No le veo desde que yo tenía
14 años, cuando me fui de casa.
Ya medía dos metros.
Debía de ser
por la crema de cacahuete.
Todos pensaban que estaba chiflado
por la forma en que la comía.
Pero no estaba chiflado,
tan sólo era dulce y distraído
y... muy lento.
Pobre Fred.
Ahora está en el ejército.
Ahí está bien hasta que yo consiga
suficiente dinero.
- ¿Y entonces?
- Y entonces Fred y yo...
Una vez fui a Méjico.
Es un lugar maravilloso
para criar caballos.
Una vez vi un lugar
cerca del mar que...
Fred es muy bueno con los caballos.
Pero hasta en Méjico
la tierra cuesta algo.
Haga lo que haga,
nunca tengo más de $200 en el banco.
No pueden ser las 4:30.
No puede ser.
¿Te molesta si me acuesto
a tu lado un momento?
No pasa nada.
De verdad, no te preocupes.
Somos amigos, eso es todo.
- Somos amigos, ¿no es así?
- Claro.
Vale, ni una palabra más.
Tratemos de dormir.
¿Dónde estás, Fred?
Hace frío.
Hay nieve y... viento.
¿Qué pasa?
¿Por qué estás llorando?
Si vamos a ser amigos,
aclararemos algo.
Odio a los curiosos.
QUERIDO FRED,
PERDÓNAME POR LO DE ANOCHE.
VEN A TOMAR UNA COPA HOY
A LAS 6. TU AMIGA, HOLLY GOLIGHTLY
- Sí.
- Lucille, querida.
Llevo buscándote desesperadamente.
Bill acaba de llegar...
Un día antes, el muy bruto...
Así que tendremos que cancelarlo.
¿Se lo explicas tú
al resto de las chicas?
Eres un tesoro.
Quizá mañana
podamos vernos para comer.
- Te llamaré por la mañana.
- Lo que tú digas.
¿Podrás sobrevivir
sin mí esta noche?
Sí. Quizá intente escribir un poco.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
Lograste que te disecaran,
¿eh, Polly?
Eso te pasa por bocazas.
Buenos días.
¿No bebes?
¿Tienes bolsillos o algo así?
¿Cómo te llaman?
¿Cuál es tu nombre?
¿Cómo te llamas?
- Irving.
- Perfecto, perfecto.
Magnífico, Irving.
Ahora regreso,
Irving, nena.
¿Sí? La chica todavía se está
bañando. ¿Te está esperando?
Fui invitado.
¿Te refieres a eso?
No te enfades. Pasa.
Vienen muchos personajes
que uno no espera.
Te invito a un trago.
- ¿Bebes?
- Sí.
- Te invito a un trago.
- Vale.
Oye, cariño,
tu falda tiene un roto.
- ¿Qué tomas?
- Bourbon.
- ¿Con hielo?
- Sí... No. Con agua.
- ¿Pero con hielo?
- Sí. No mucho.
Aquí está.
Esto te liberará.
- ¿Conoces bien a la chica?
- No. Vivo arriba.
Mira este lugar.
Es increíble. ¡Menuda cuadra!
¿Qué crees?
- ¿De qué?
- ¿Tú crees que ella es o no es?
Espera un momento.
- ¡Harriet!
- Hola, J.B.
¿"J.B."? ¿Qué es eso?
- Ya conoces a Gil.
- Sí, ¿cómo estás?
- ¿Quieres un trago?
- En la cocina.
Entonces... Querida, ésa eres tú.
Fred, querido,
me alegra que hayas podido venir.
Te traje un regalo
para la estantería.
Qué detalle.
¿No queda precioso?
Dame un cigarro, O.J.
O.J. Es un gran agente.
Se sabe muchos números de teléfono.
¿Cuál es el número de Jerry Wald?
Venga, déjalo ya.
Llámale y dile
que Fred es un genio.
No te sonrojes, Fred.
Tú no lo dijiste, fui yo.
No te quedes parado. ¿Qué harás
para que se vuelva rico y famoso?
Deja que Fred y yo lo arreglemos,
¿vale, encanto?
Vale, pero recuerda
que yo soy el agente.
El ya tiene una decoradora,
yo soy el agente.
Espera.
Hola, chicos. Entrad.
Todo lo que necesitáis
está en la cocina.
Entonces, Fred, tío...
- No, soy Paul, tío.
- Pensé que eras Fred, tío.
- ¿Crees que ella es o no es?
- ¿Qué?
Una farsante.
No lo sé. Creo que no.
Pues, estás equivocado; sí lo es.
Por otro lado, tienes razón, porque
ella es una farsante de verdad.
Realmente se cree
esta vida de farsante.
Mira, sinceramente,
la chica me cae muy bien.
Soy un tipo sensible, por eso.
Tienes que ser sensible para
que te caiga bien la chiquilla.
Es mi lado poético.
¿Hace tiempo que la conoces?
Yo la descubrí. Yo soy O.J. Berman.
Hace un par de años...
era apenas una niña.
Con mucho estilo y clase...
- ¿Mucha qué?
- Clase.
Pero cuando hablaba no sabías si era
una campesina o venía de Oklahoma.
¿Sabes cómo logramos
quitarle ese acento?
En un año. ¿Sabes?
Le dimos clases de francés.
Pensamos que una vez
que pudiera imitar el francés,
podría imitar el inglés.
Finalmente, logré que le hicieran
una prueba para el cine.
La noche antes - me pude haber
suicidado - suena el teléfono.
Contesto y ella dice:
"Soy Holly. Estoy en Nueva York".
Le digo:
"Tu prueba es mañana".
Le digo: "Regresa inmediatamente".
Me dice: "No quiero".
"¿A qué te refieres?
¿Qué es lo que quieres?"
Me dice:
"Cuando lo sepa, te aviso".
- Fred, tío...
- Es Paul, tío.
Bueno. No me digas
que no es una farsante.
¡Irving!
Irving, cariño. ¿Dónde has estado?
Mike, querido, llevo buscándote
todo el día.
Tu servicio de mensajes
no funciona.
Es el problema
de estos servicios...
Y después de todo lo que me dijo...
- ¿Qué hora es?
- ¿Qué?
¿Qué hora es?
- ¿Tú tienes reloj?
- No.
- Déjame ver. 6:45.
- Gracias.
Dime, ¿era realmente necesario?
Vaya fiesta.
¿Y quién es toda esta gente?
¿Quién sabe? Se corre la voz.
No te importa, ¿verdad, querido?
Refuerzos.
Por ahí.
¿Holly?
¡Holly, querida!
- ¿Qué es eso?
- Mag Wildwood.
Es modelo, aunque no lo creas,
y es una pesada.
Pero mira la maravilla
que ha traído.
No está mal,
si te gustan los tipos guapos
de apariencia adinerada,
de naturaleza apasionada
y demasiados dientes.
Me refiero al otro.
- ¿El otro?
- Es Rusty Trawler.
Es el noveno hombre más rico
de América con menos de 50 años.
Eso sí que es una información
interesante.
Me tengo que enterar
de estas cosas.
- Disculpa. Me debes 47...
- Sujeta esto un momento.
Mag, querida, ¿qué haces por aquí?
Estaba arriba
trabajando con Yunioshi...
con unas cosas para el bazar
de Semana Santa,
cuando estos dos galanes
me pasaron a recoger.
Fue un error, por supuesto.
Se me cruzaron los cables.
Pero los dos se portaron
como unos caballeros.
Te presento a José Silva Pereira.
Es de Brasil.
Le agradezco que me permita
venir a su fiesta.
Estoy muy interesado
en la cultura norteamericana.
Ya conozco la Estatua de la Libertad
y el restaurante Automatique,
pero ésta es la primera vez
que estoy en un típico
hogar norteamericano.
¿No se te derrite en la boca?
Y éste es el Sr. Rusty Trawler.
¿No estás enfadada conmigo
por haberlos traído?
- Claro que no, querida.
- Qué bien.
Ahora,
¿quién me va a traer un bourbon?
- O.J.
- Sí.
¿Le traerías una bebida
a la Srta. Wildwood?
¿Quién es la Srta. Wildwood?
Sr. Berman, no hemos sido
presentados formalmente.
Soy Mag Wildwood
de Wildwood, Arkansas.
Es... el estado de las montañas.
Siéntanse en su casa.
No se moleste.
Me alegra observar
las tradiciones de su país.
Muy bien, adelante.
Venga conmigo, Sr. Trawler.
Veamos que podemos encontrar
para entretenerle.
Yo no tenía que pasar a recogerte.
Sí, y recibo tu llamada
en el último...
Mira, yo no tenía
que pasar a recogerte.
¿Sí?
¡Esto es un aviso!
¡Esta vez, definitivamente
voy a llamar a la policía!
¡Buenas noches!
¿Es importante?
No. Es el vecino de arriba
que se queja del ruido.
¿Está enfadado?
Dijo algo así
como que iba a llamar a la policía.
Ah, la policía... ¿La policía?
Eso no puedo permitirlo. Buscaré
a la Srta. Wildwood y nos iremos.
Y pensar que iba a encontrarme
a uno de mis pretendientes
tras las faldas
de una basura de Hollywood.
Mag, querida, no seas pesada.
¡Cállate!
¿Sabes lo que te va a pasar?
Te llevaré al zoológico y te
convertiré en comida para animales.
En cuanto me acabe esta bebida.
¡Tronco va!
Lo siento.
- Buenas noches, Ed.
- Soy Paul, tío.
Te acuerdas de Irving, ¿verdad?
- Éste es José.
- Mucho gusto, José.
Sí.
Ladrones de joyas.
Sally me ayuda con mis cuentas.
No tengo cabeza para los números.
Estoy desesperada por ahorrar
un poco de dinero.
Pero no puedo.
Me hace escribir todo lo que gasto.
Lo que obtengo, lo que gasto.
Antes tenía una cuenta de ahorros
pero me hizo cerrarla.
Dice que es mejor que lo tenga
siempre en efectivo.
Coja este libro algún día
y conviértalo en una novela.
Todo está aquí.
Sólo añada algunos detalles.
Hará reir.
No. No, creo que no.
Este libro romperá corazones.
"Sr. Fitzsimmons...
tocador, $50.
"Menos $18... Reparar
el vestido *** de satén.
"Comida para el gato, 27 latas".
Sally, querido, para ya.
¡Me estás haciendo enrojecer!
Pero tienes razón respecto a Jack.
Es una rata miserable.
Pero por supuesto,
yo sólo conozco ratas miserables.
Con excepción de Fred, claro.
¿No crees que Fred es maravilloso?
Por ti... espero que lo sea.
Adiós, tío Sally.
Hasta la próxima semana.
Adiós, tío Sally.
Adiós y no olvides mandar el libro.
No lo olvidaré.
Oye, ¿y el ***óstico del tiempo?
Ah, sí.
Se espera una nevada en
Nueva Orleans este fin de semana.
¿Se espera una nevada en
Nueva Orleans este fin de semana?
¿No es extraño?
Apuesto a que no nieva en
Nueva Orleans desde hace años.
No puedo imaginarme
cómo se le ocurre.
ÉRASE UNA VEZ UNA HERMOSA CHICA
QUE ESTABA MUY ASUSTADA.
VIVÍA SOLA,
EXCEPTO POR UN GATO SIN NOMBRE.
- ¿Qué haces?
- Escribir.
Muy bien.
Hola.
- ¿Qué pasa?
- No lo sé.
Probablemente nada.
Quiero ver si sigue ahí.
¿Ver a quién? ¿De qué hablas?
Mira.
¿Ves? Me di cuenta
ayer por la tarde.
No dije nada porque no quería
parecer neurótica, pero...
- al verle aquí otra vez...
- ¿Quién crees que es?
Puede que sea cualquier persona,
pero lo que me pasó por la cabeza
es que quizá Bill
haya enviado a alguien.
Vale. Yo me encargo de esto.
No, no lo hagas.
Si es eso, empeorarás las cosas.
Tendré cuidado. Tú espera aquí.
Cariño, no lo hagas, por favor.
Creo que no deberías.
Tranquilízate.
Sólo voy a averiguar
de qué se trata.
Está bien. ¿Qué quiere?
Hijo, necesito un amigo.
Éste soy yo, ésta es ella,
éste es su hermano Fred.
¿Es usted el padre de Holly?
Su nombre no es Holly.
Es Lula Mae Barnes.
Bueno,
ése era hasta que se casó conmigo.
Soy su marido, Doc Golightly.
Paul Varjak.
Soy veterinario de caballos...
Hombre de animales.
También trabajo en una granja,
cerca de Tulip, Texas.
Su hermano Fred
está a punto de salir del ejército.
Lula Mae pertenece a su casa,
con su esposo, hermano e hijos.
¿Hijos?
- Estos son sus hijos.
- ¿Tiene cuatro hijos?
Bueno, hijo, yo nunca dije
que fueran sus hijos naturales.
Tenían una gran madre,
una gran mujer.
Murió el 14 de julio de 1955,
el año de la sequía.
Cuando me casé con Lula Mae,
apenas iba a cumplir 14.
Podrías pensar que una persona de 14
años no tiene madurez para decidir.
Excepto Lula Mae.
Ella era una persona excepcional.
Nos rompió el corazón
cuando nos abandonó como lo hizo.
No tenía ningún motivo.
El trabajo de la casa
lo hacía su hija.
Lula Mae podía llevarlo con calma.
Esa mujer si que engordó.
En cambio, su hermano
creció como un gigante,
una gran diferencia
de cuando llegaron a casa.
Eran un par de niños problemáticos.
Les pillé robando leche
y huevos de pavo.
Habían estado viviendo
con unos desgraciados,
a unos 60 kilómetros
al Este de Tulip.
Tenía motivos
para escapar de esa casa.
Pero nunca los tuvo
para huir de la nuestra.
¿Y su hermano?
¿No se fue él también?
No. El se quedó con nosotros
hasta que se alistó en el ejército.
Por eso he venido.
Recibí una carta de él.
Va a salir en Febrero.
Por eso he venido a por ella.
Lula Mae debe estar con
su esposo, sus hijos y su hermano.
Venía un premio en las golosinas,
¿lo quiere?
Nunca pude entender por qué se fue.
No me diga que no era feliz.
Hablaba como un loro,
tenía algo que decir
sobre cualquier tema.
Mejor que la radio.
La noche que le pedí su mano,
lloré como un niño.
Me dijo: "¿Por qué lloras?
Nos vamos a casar.
"Nunca he estado casada antes".
Me reí y la estreché
entre mis brazos.
"Nunca he estado casada antes".
Escúcheme, hijo.
Le digo que necesito un amigo
porque no quiero sorprenderla
y asustarla.
Dígale que estoy aquí.
¿Lo hará, hijo?
Sí, seguro, Doc.
Si es eso lo que usted quiere.
Vamos.
Está bien.
Ya voy.
Querido, tengo que salir.
Voy media hora tarde.
Quizá podamos tomar algo mañana.
Claro, Lula Mae...
si todavía estás aquí para mañana.
Por favor, ¿dónde está?
Dios mío, cariño, ¿es que no te dan
de comer aquí? Estás flaquísima.
- Hola, Doc.
- Dios mío, Lula Mae...
¡Ven aquí!
¿Qué pasa?
¿Estás bien?
Supongo que sí. No, no lo estoy...
Pero, ¿me ayudarías?
- Si puedo...
- Ven a la estación de autobuses con Doc y conmigo.
Todavía cree que voy a regresar.
- No puedo ir sola.
- Pero es tu marido.
- No, no lo es.
- ¿No lo es?
Lo anulamos hace años.
Nunca lo aceptó.
Por favor, Fred. Le diré
que vienes a despedirnos.
No digas nada.
Te veo en la puerta
en una media hora. ¿Sí?
Espérame aquí, cariño.
Voy a recoger mi maleta.
¿Por qué no voy a por unas revistas?
Por favor, Fred, no me dejes sola.
Atención, por favor.
Saliendo por el andén 5,
autobús con dirección a Dallas,
Filadelfia, Columbus,
Indianápolis, Terre Haute,
San Louis, Tulsa,
Oklahoma, Denison, Dallas.
Vamos, Lula Mae. Ése es el nuestro.
Doc, no voy a ir contigo.
Anda, caminemos despacio.
Trataré de que lo entiendas.
Ayúdame, Fred.
Gracias por tu ayuda,
pero esto es entre Lula Mae y yo.
Claro, Doc.
Te amo, Lula Mae.
Ya lo sé, y ése es el problema.
Es un error que siempre has hecho;
tratar de amar algo salvaje.
Siempre andabas recogiendo animales
salvajes para llevar a casa:
Un halcón con el ala rota,
un gato montés
con la pata rota...
- ¿Recuerdas?
- Hay algo que debo...
No debes entregar el corazón
a algo salvaje.
Cuanto más lo haces,
se hacen más fuertes,
hasta que tienen fuerza suficiente
para volar a un árbol,
y luego a uno más alto,
y después al cielo.
Hay algo que debo decirte.
Disculpe.
Hace un par de semanas,
recibí una carta de Fred.
¿De Fred?
Está bien, ¿verdad?
Sí, está bien, supongo.
En Febrero sale del ejército.
¿En Febrero?
Quedan tan sólo cuatro meses.
Así que tienes que regresar conmigo.
Tienes que estar con nosotros.
Doc, tienes que entenderlo.
No puedo regresar.
Tienes que entender
lo que te digo.
No quiero presionarte,
pero tendré que hacerlo.
Si no regresas,
tendré que escribir a Fred
para que se aliste nuevamente.
No lo hagas.
No le escribas eso.
Yo le escribiré y le diré
que le quiero aquí conmigo.
Yo le cuidaré.
Estás diciendo locuras, Lula Mae.
Doc, no me digas eso.
Ya no soy Lula Mae.
Está bien, Lula Mae.
Supongo que sabrás
lo que estás haciendo.
Cuídela, por favor.
Por lo menos haz que coma algo
de vez en cuando.
Sí, Doc.
Tan delgadita.
Por favor, Doc.
Por favor, entiéndelo.
Te amo,
pero ya no soy Lula Mae.
No lo soy.
¿Sabes que es lo peor de todo,
querido?
Sigo siendo Lula Mae,
con 14 años, robando huevos de pavo
y corriendo por la pradera.
Excepto que ahora le llamo
tener un bajón miserable.
Bueno, todavía es muy temprano
para ir a Tiffany's.
Supongo que la otra opción
es ir a tomar un trago.
Sí, vaya si necesito un trago.
- ¿Me invitas a un trago, Fred?
- Claro.
Prométeme que no me llevarás
a casa hasta que esté borracha.
Hasta que esté muy borracha.
¿No crees que tiene talento?
¿Un talento grande y profundo?
No. Un talento encantador
y superficial, sí,
pero grande y profundo, no.
Caramba.
¿Tú crees que le pagan bien?
Sí, bastante bien.
Bueno, deja que te diga algo.
Si yo tuviera su dinero,
sería mucho más rica que ella.
- ¿Por qué piensas eso?
- Porque yo tengo a mi millonario.
El viejo Sally Tomato.
Es mi millonario.
Siempre tendré a Sally
Y sí, seré más rica que ella.
Será mejor que salgamos
a tomar el aire.
Tom, *** y Harry...
No, miento.
Cada Tom, *** y Sid...
Harry era su amigo.
Como te decía,
todos los Tom, *** y Sid
piensan que si llevan
a una chica a cenar,
ella se pondrá a sus pies,
¿no es así?
A mí me han llevado
a cenar exactamente
26 ratas diferentes
en los últimos dos meses.
27, si cuentas a Benny Shacklett,
que es, en muchos aspectos,
la rata mayor.
- Olvidé mi llave.
- No importa. Llamaré a Yunioshi.
¿Sabes algo muy gracioso?
A pesar de que estas ratas
te dan $50
para ir al tocador
como pequeñas muñecas...
descubro que tengo
$9 menos en mi cuenta de banco
de lo que tenía hace seis meses.
Así que, querido Fred,
esta noche he tomado una decisión
muy importante.
¿Y cuál es?
Nunca más entraré
al campo de juego.
- Enhorabuena.
- El campo de juego apesta...
tanto económica como
socialmente.
Esta vez voy a llamar
a la policía, a los bomberos
y a la Comisión de Inquilinos
del Estado de Nueva York,
y, si es necesario,
¡al Departamento de Salud!
Silencio. ¿Quiere despertar
a todo el edificio?
Como la Srta. Golightly
iba diciendo
antes de ser interrumpida
de forma tan descortés,
la Srta. Golightly
anuncia sus intenciones
de enfocar todo su talento,
que no es poco,
a la captura inmediata,
con el propósito de contraer
matrimonio con el Sr. Rutherford...
Rusty, para sus amigos, que
seguro que tiene muchos, Trawler.
- ¿Quién?
- Rusty Trawler.
Le conociste en mi fiesta.
Vino con Mag Wildwood.
No era el guapo de tipo latino,
sino el otro,
el que tiene aspecto de cerdito.
¿Recuerdas?
¿El noveno hombre más rico
de América por debajo de los 50?
¿Acaso me repruebas algo?
Mala suerte, amigo,
porque es lo que voy a hacer.
Hola, gato.
- Holly, estás borracha.
- Cierto.
Muy cierto.
Cierto, pero irrelevante.
¿Qué estás haciendo?
Creo que deberíamos
tomarnos otro trago,
¡para brindar por la nueva
Sra. Rusty Trawler... Yo!
Oye, ten cuidado.
¿Qué pasa?
¿No crees que puedo hacerlo?
Dime. Me interesa.
¿No crees que puedo?
Ya oíste a Doc.
Mi hermano sale en Febrero.
Doc no va a recibirle.
Así que me toca a mí.
No sé por qué no lo entiendes.
Necesito dinero, y haré lo que sea
para conseguirlo.
Así que un día como hoy,
el mes que viene,
seré la nueva Sra. Rusty Trawler.
Yo creo que deberíamos
brindar por eso.
Se ha terminado.
¿No es terrible?
¿Tienes más whisky arriba?
Ya has bebido suficiente.
Anda, ve a por el whisky.
Yo te lo pago.
Holly, por favor.
No, me estás criticando.
Y no acepto bebidas
de caballeros que me critican.
Yo pago mi propio whisky.
Que no se te olvide.
Holly.
No acepto bebidas de caballeros
que me critican.
Especialmente de caballeros
reprobables
que son mantenidos
por otras damas. Así que toma.
Deberías estar acostumbrado
a aceptar dinero de las mujeres.
Si yo fuera tú, tendría más cuidado
con mi dinero.
Rusty Trawler es una manera difícil
de ganárselo.
Debería llevarte
cuatro segundos exactamente
para llegar de aquí a la puerta.
Yo te doy dos.
50 DÓLARES EXACTAMENTE
RUSTY TRAWLER
SE CASA POR CUARTA VEZ
Hola. Quería hablarte
sobre la otra noche,
y luego vi el periódico.
Realmente,
estoy un poco cortado,
pero como esto se trata de ti,
pensé que sería mejor
hablarlo en persona.
- ¿Qué?
- ¿Qué?
Ah, los tapones.
No puedo repertirlo
todo otra vez.
Basta decir que vine
a hacer las paces.
Y además,
también tengo otras noticias.
- ¿Puedo pasar?
- Supongo que sí.
Espera un minuto.
¿Tengo la bata puesta?
No. ¿Te das la vuelta un segundo?
Olvídalo. Es un modelo muy cursi.
Me daré la vuelta.
Pasa.
¿Ya... has visto el periódico?
¿Te refieres a Rusty?
Sí. Estoy enterada.
Lo tenía mal clasificado,
¿no es así?
Creía que era tan sólo una rata,
pero siempre fue una super rata.
Una super rata vestida de rata.
Y ni siquiera sabes la mejor parte.
No sólo era una super rata,
también estaba sin un duro.
¡Arruinado! No tenía ni un centavo.
Su familia tiene dinero,
pero él está arruinado.
Resulta que debe $700.000.
¿Puedes imaginarte deber $700.000?
$43, sí.
Bueno, pues por eso decidió
casarse con la reina
de los capitalistas.
Te voy a decir una cosa,
Fred, querido.
Yo me casaría contigo
por tu dinero en un segundo.
- ¿Te casarías por mi dinero?
- En un segundo.
Supongo que tenemos suerte de que
ninguno de los dos sea rico.
Sí.
Ay, Fred, querido,
me alegro tanto de verte.
¿Qué has estado haciendo?
Escribiendo, sobre todo.
Vendí un cuento.
Me acabo de enterar.
¡Eso es maravilloso!
Es estupendo.
¿Pero que opina de esto
tu amiga la decoradora?
¿No se supone que debes
conservar tu talento?
¿Sabes una cosa?
Todavía no se lo he podido decir.
Oye, ¿por qué no vamos
a tomarnos algo
o a dar un paseo para celebrarlo?
Está bien. Hay una botella
de champán en la nevera.
¿Por qué no la abres
mientras me visto?
Nunca había tomado champán
durante el desayuno.
Durante el desayuno,
en varias ocasiones.
Pero antes, nunca.
Tengo una idea excelente.
Pasemos el día haciendo cosas
que nunca hayamos hecho antes.
Nos turnaremos.
Primero tú, y luego yo.
Pero no puedo pensar en nada
que no haya hecho antes.
Nunca había salido a pasear
por la mañana antes.
No en Nueva York.
Ya he paseado por aquí a las seis.
Pero eso es por la noche.
- ¿Crees que eso vale?
- Claro. Estamos igualados.
- ¿No te fascina?
- ¿Qué?
Tiffany's.
¿No es maravilloso?
Nada malo podría pasarte
en un lugar como éste.
La joyería en sí me importa un
comino. Excepto por los diamantes.
Como ésos.
- ¿Cómo lo ves?
- Pues...
En mi opinión, es de mal gusto
llevar diamantes antes de los 40.
Tienes razón. Pero mientras tanto,
tienes que llevar algo.
Puedo esperar.
No. Te voy a hacer un regalo.
Tú me compraste una cinta
para escribir y me trajo suerte.
Pero Tiffany's es muy caro.
Tengo mi cheque y $10.
No permitiría
que cambiaras tu cheque,
pero un regalo por $10 o menos,
eso sí lo acepto.
Pero no sé qué vamos
a encontrar aquí por $10.
¿Puedo ayudarles?
Quizá. Estamos buscando un regalo
para la señorita.
Claro que sí, señor.
¿Tiene alguna idea de lo que busca?
Pues habíamos
pensado en diamantes.
Pero, sin ofender, la señorita
piensa que serían de mal gusto.
Creo que se ven divinos
en mujeres mayores,
pero todavía no son para mí.
¿Comprende?
- Por supuesto.
- Para ser sinceros, le diré
que también
hay una cuestión económica.
Sólo podemos darnos el lujo
de gastar... una cantidad limitada.
- ¿Puedo preguntar el límite?
- $10.
Y éso es el máximo.
- Ya veo.
- ¿Tiene algo por ese precio?
Sinceramente, señorita,
con ese presupuesto
la variedad de productos
es bastante limitada.
Sin embargo,
creo que aquí tengo algo...
Es una novedad,
¿comprende?
Para la dama y el caballero
que lo tienen todo,
un objeto de plata
para marcar el teléfono.
Por $6.75, incluído impuestos.
Un marcador telefónico
de plata pura.
Sí, señor. Por $6.75,
incluído impuestos.
Bueno, el precio está bien.
Pero debo admitir
que yo esperaba algo más.
Cómo decirlo...
más romántico.
- ¿Tú que piensas?
- ¿Un marcador telefónico?
Creo que es precioso,
pero... ya lo entiende.
Bueno, lo hemos intentado...
Podríamos mandar
algo a grabar, ¿no?
Sí, supongo que sí, claro.
El problema es que deberán
comprar algo primero
y así tener un objeto
en el que se pueda grabar algo.
¿Se da cuenta del problema?
Bueno, podríamos pedir que nos
pongan una inscripción en esto, ¿no?
Yo creo que sería precioso.
Me imagino que esto no ha sido
adquirido aquí en Tiffany's.
No. En realidad,
fue adquirido junto con...
Bueno, en realidad
venía dentro de...
- de un paquete de golosinas.
- Ya veo.
¿Todavía siguen dando premios
en los paquetes de golosinas?
- Ah, sí.
- Es bueno saberlo.
Le da a uno la sensación
de solidaridad,
casi como de continuidad
con el pasado, y ese tipo de cosas.
¿Usted cree que Tiffany's
nos haría el grabado?
¿No sentirían que está
por debajo de ellos o algo así?
Bueno, pues sí. Es algo
fuera de lo común, señorita.
Pero tenga en cuenta que Tiffany's
es muy comprensivo.
Si me da sus iniciales,
haremos que lo tengan listo
mañana por la mañana.
¿No te dije que era
un lugar encantador?
¿Dónde estamos?
Tú querías sentarte.
Es la Biblioteca Pública.
- ¿Nunca has estado aquí?
- No. Con ésta ya van dos.
Yo no veo ningún libro.
Están allí dentro.
¿Ves?
Cada uno de estos cajones
está lleno de tarjetas.
Cada tarjeta
es un libro o un autor.
Es fascinante.
- V-a-r-j-a-k.
- ¿De verdad?
Mira. ¿No es maravilloso?
Aquí lo tienes.
En la Biblioteca Pública.
Varjak, Paul. "Nueve Vidas".
Y muchos números.
¿Realmente tienen el libro...
el auténtico?
Claro. Sígueme.
Número 57. Somos nosotros.
57, por favor.
"Nueve Vidas" de Varjak, Paul.
¿Lo ha leído?
Es maravilloso.
- Me temo que no.
- Debería. Lo escribió él.
Es Paul Varjak, en persona.
No me cree.
Muéstrale tu permiso de conducir
o tu tarjeta de crédito o algo.
Es el autor. Si no digo
la verdad que me parta un rayo.
¿Podría bajar la voz?
Pon tu autógrafo.
¿No sería un detalle
hacerlo más personal?
Señorita, por favor...
Anda. No seas altanero,
pon tu autógrafo.
¿Qué escribo?
Algo sentimental, yo creo.
¿Qué hace? ¡Deténgase!
Está pintarrajeando
propiedad pública.
Pues, si así es como lo ve.
Anda, vámonos de este lugar.
Yo creo que Tiffany's
es un lugar mucho mas agradable.
¿Alguna vez robaste algo
de un "Todo a Cien"
cuando eras niño?
No. Yo era del tipo sensible,
metido en mis libros. ¿Y tú?
Lo hacía. Aún lo hago de vez en
cuando, para mantener la práctica.
Vamos. Tú nunca lo has hecho
y es tu turno.
No puedo ver.
Hola, gato.
¿Está la señora de la casa?
¡Sorpresa!
Estás loco. Lo sabes, ¿no?
Pero de todas formas te quiero.
- Tooley.
- ¿Sí?
Tengo... que hablar contigo.
Está bien.
¿Quieres algo de beber?
Si ésta va a ser
una conversación seria,
y tengo el presentimiento
de que lo es,
vas a tener que quitarte
esa ridícula máscara,
o yo también tendré
que ponerme una.
Tooley, por favor.
¿Qué pasa?
¿Problemas con una chica?
¿Es eso?
Ah, ya veo.
Bueno, no es demasiado serio.
De hecho, me lo estaba esperando.
No puedo decir que me agrade
la idea, pero me lo esperaba.
¿Quién es ella?
No tiene nada que ver con ella.
Esto es entre tú y yo.
Así que es algo serio.
A ver.
Tooley, tú eres una mujer
con estilo.
¿No podemos terminar con estilo?
- ¿Terminarlo?
- Sí.
Me hace pensar que alguien
ha encontrado su media naranja.
Veamos... ¿una camarera?
¿Una vendedora?
No. Tendría que ser rica,
¿no es cierto, Paul?
Alguien que pueda ayudarte.
Curiosamente...
Ésta es una chica que no puede
ayudar a nadie, ni a sí misma.
Pero yo puedo ayudarle a ella,
y eso hace sentirme bien.
Está bien.
Comprendo.
Hagamos algo, Paul.
Yo soy una mujer con mucho estilo.
- ¿Qué haces?
- Firmar un cheque.
No pongas esa cara de sorprendido.
Estoy segura de que ya me habías
visto firmando un cheque.
Un cheque para Paul Varjak
por $1.000.
Llévatela de viaje por una semana.
Tienes derecho
a unas vacaciones pagadas.
Se trata de un trato laboral justo,
querido.
Si fueras lo bastante listo,
te unirías a los muchachos
y organizaríais un sindicato.
De esa manera obtendrás
todos los beneficios:
Hospitalización, pensión,
y seguro de desempleo
para cuando estés...
cómo decirlo...
¿entre compromisos?
Gracias por hacérmelo más fácil.
No seas ridículo, querido.
Toma el cheque.
Y llama a tu chica.
No, gracias.
Ya tengo mi propio cheque.
Cuando consigas un nuevo escritor
a quien ayudar,
trata de encontrar uno de mi talla.
De esa forma no tendrás
que mandar a cortar las mangas.
- ¿Qué está haciendo?
- Discúlpeme.
Lo siento.
Es que usted se parece mucho
a una chica que conozco.
¿De verdad?
Lo siento.
Hola.
¿Qué quieres?
Quiero hablar contigo.
Estoy ocupada.
- ¿Qué haces?
- Leyendo.
"América del Sur:
Tierra de Riqueza y Oportunidades".
Es muy interesante.
Salgamos de aquí.
He dicho que salgamos de aquí.
Quiero hablar contigo.
¿Qué te ocurre?
¿Qué ha pasado?
Fred, ¿puedes dejarme sola?
Te quiero.
- ¿A dónde vas?
- Al lavabo.
- ¿Qué te pasa?
- Déjame.
- No.
- Fred, déjame.
Pongamos las cosas claras.
No soy Fred,
ni tampoco Benny Shacklett.
Me llamo Paul, Paul Varjak,
y te quiero.
- Déjame.
- No. ¿Qué pasa con Sudamérica?
Si me voy a casar
con un sudamericano,
será mejor que sepa algo del país.
- ¿Casar? ¿Qué sudamericano?
- José.
- ¿Quién es José?
- José de Silva Pereira.
¿Quién es José de Silva Pereira?
Ya le conoces.
El amigo de Mag Wildwood.
El tipo bien parecido
que llegó con Rusty.
Pues, no me vas a creer.
Resulta que no es sólo guapo
y millonario,
sino que también está loco por mí.
- Estás loca.
- ¿Crees que eres mi dueño?
Sí, eso es.
Eso es lo que todos creen,
pero están equivocados.
Mira, yo no soy "todos".
¿O sí lo soy?
¿Es eso lo que tú crees?
¿Crees que soy igual a todas
tus ratas y super ratas?
Espera un momento.
Si es ése el caso...
Si es eso lo que tú crees...
hay algo que quiero darte.
¿Qué es?
$50 para el tocador.
Este lugar es tal desastre
que no podría afrontarlo sola.
- Tienes un mensaje.
- No.
Olé.
Buenas noches, Sr. Yunioshi.
- Buenas noches, Paul.
- Buenas noches.
Buenas noches.
Por favor, debes ayudarme.
¡Suéltame! ¡No!
¡No! ¡No!
- ¿Qué le hiciste?
- Nada.
Le llegó un telegrama
y se puso así...
rompiéndolo todo y actuando
como una loca. Terrible.
No puedo permitir un escándalo.
Es una situación delicada.
Mi nombre, mi posición,
mi familia.
¿Vendrá la policía otra vez?
No veo por qué. No hay ley que
prohiba destrozar tu apartamento.
- ¿Dónde está el telegrama?
- Ahí está.
"He recibido la noticia
de que el joven Fred ha muerto...
"en un accidente de coche
en Fuerte Riley, Kansas.
"Tu esposo e hijos
te acompañan en el sentimiento.
"Ha sido una gran pérdida.
"Mandaré una carta. Besos, Doc".
Era su hermano Fred.
¿Estaba muy unida a su hermano?
Sí.
¿Qué puede uno hacer?
Trata de ayudarle.
Lo he intentado.
Pero no ha servido de mucho.
Tú tienes una finca en Brasil
o algo así, ¿no es cierto?
Sí.
Qué bien. Eso le gustará.
Bueno, pues es mejor
que vayas con ella.
- Hola.
- Hola. Recibí tu mensaje.
¿Cómo supiste dónde encontrarme?
Lo intenté todo:
Llamé a gente, pregunté por ahí,
y busqué en la guía teléfónica.
Me alegro de verte.
Estás muy guapa.
Estoy gordísima, y llevo semanas
sin ir al salón de belleza,
pero estoy contenta.
Y eso se nota.
Tú también estás muy bien.
Tengo un trabajo.
He estado escribiendo un poco.
He leído tres de tus historias.
Dos en el 'New Yorker'
y una en esa revista graciosa.
- ¿No te sientas?
- Gracias.
- He empezado a tejer.
- Ya lo veo.
Seguro que una vez
que termines quedará muy bien.
Estoy un poco nerviosa.
José trajo el plano
de la casa de la finca.
Quizá he confundido el plano
y las instrucciones de mi tejido.
¡Es posible
que esté tejiendo una finca!
Realmente, no puedo expresar
lo feliz que me siento.
¿Qué fue eso?
Portugués.
Una lengua muy complicada.
4.000 verbos irregulares.
Impresionante. ¿Qué significa?
Creo que te gusta el carnicero.
Holly, ¿de qué se trata?
¿Por qué querías verme?
José está en Washington,
así que pensé en invitarte.
Ya me he despedido de todos
a los que quiero.
- ¿A dónde vas?
- A Río. Mañana.
Ya tengo mi billete de avión
y hasta me despedí de Sally.
- ¿José no va contigo?
- Vamos en vuelos separados.
Él cree que no es apropiado
que viajemos juntos.
Su familia es importante, y se tiene
que preocupar por esas cosas.
Pensé que sería bueno lucirme
un poquito y cocinar para los dos.
¿Ya te he dicho
que estoy muy contenta?
Sí.
¿Así que te vas a casar?
Bueno, aún no me lo ha pedido,
no con tantas palabras.
¿Quieres decir cuatro?
Bueno,
ése es el número de palabras.
¿Te quieres casar conmigo?
Nos casaremos, tarde o temprano.
Por la Iglesia
y con su familia presente,
y por eso espera a que
lleguemos a Río... probablemente.
¿Crees que está tratando
de decirnos algo?
Espero que te guste el pollo
con arroz en salsa de chocolate.
Es un plato típico hindú, querido.
Hace tres meses, no podía
ni hacer unos huevos revueltos.
¿Estás bien?
¡Caramba! Quería
impresionarte, querido.
De todas formas no me apetecía
mucho el pollo con salsa.
¿Por qué no salimos
a una cena de despedida?
Eso me encantaría, si puedo ir
tal como estoy.
Dentro de algunos años,
muchos años, regresaré...
yo y mis nueve retoños brasileños.
Serán morenos como José, claro.
Pero tendrán los ojos verde claro.
Los traeré aquí.
Tienen que ver esto.
Adoro Nueva York.
¿Y entonces por qué te vas?
¿Qué ganas tú con esto?
Ya sé lo que estás pensando.
No te culpo.
Siempre he proyectado una imagen
muy despreocupada y feliz,
pero aparte de Doc y tú, José es
mi primer romance con un no-rata.
No es que sea mi ideal
de hombre perfecto.
Es demasiado correcto y prudente
para ser mi ideal absoluto.
Si pudiera escoger entre más gente,
no escogería a José.
Nero, quizá,
o Albert Schweitzer.
O Leonard Bernstein.
Pero estoy loca por José.
Dejaría de fumar si me lo pidiera.
Anda, querido, vamos a comer.
Se está haciendo tarde.
Mañana me voy
y no he hecho ni la maleta.
No quería que José pensara que soy
una chica que pierde las llaves.
Así que mandé hacer 26 copias.
Espera. Tengo una idea mejor.
Un detalle de despedida.
Alguien la dejó abierta.
Diablillo ingenioso, ese Yunioshi.
¡Despierten, despierten!
¡Los británicos han llegado!
O, en este caso, los brasileños.
Exactamente.
Todavía tengo
que limpiar ese arroz.
Oye, ya sabes...
¡Ahí está, ella fue!
¡La mujer que buscan! ¡Ella!
Groenburger.
Departamento de Narcóticos.
- ¿De qué hablan?
- ¿Qué está pasando?
- Pregúntale a tu jefe.
- ¿Qué jefe?
Sally Tomato. Pregúntale a él.
¡Busquen las drogas!
Ahí tienen bastantes.
- ¿Su nombre?
- Varjak.
¡Silencio ahí atrás!
Paul Varjak. V-A-R-J-A-K.
¡Lárguese!
¡Fuera de aquí!
Soy escritor. E-S-C-R-l-T-O-R.
No puedo responder
a las preguntas de todos.
Uno a uno.
Uno, por favor. Bien.
No puedo responder
a todas sus preguntas.
Uno a uno.
¡Basta!
Ahora, ¿por qué no comienzas
por el principio?
¿Les llevabas mensajes en código?
Claro que no.
Yo sólo le daba el ***óstico
del tiempo al Sr. O'Shaughnessy.
A mí no me pregunten
de qué trata todo esto.
- ¿Visitaba a Tomato?
- Cada semana. ¿Qué tiene de malo?
Tomato es parte
de la mafia de narcóticos.
Nunca mencionó narcóticos.
Pero esta gente horrible
me sigue molestando.
Él es un hombre muy sensible.
Un viejito adorable.
- Así que usted es inocente.
- Claro.
¿Qué va a hacer al respecto?
¿Quién es su abogado?
No lo sé.
Supongo que el Sr. O'Shaughnessy.
¡Oye! ¡Lárgate de aquí!
¡Anda, vamos! Muévete.
- ¡Cállate!
- ¡Entra ahí!
EL TOMATE DE TOMATO
HA SIDO CAPTURADO
- Sí.
- ¿El Sr. Paul Varjak?
Sí.
Conexión con el Sr. Berman
en Hollywood.
Por favor, deposite $3 para los
primeros tres minutos de llamada.
¿Diga? ¿Diga?
O.J. Berman. ¿Quién habla?
- Soy Paul Varjak.
- Me alegro de hablar contigo, tío.
Varjak. V-A-R-J-A-K.
Soy amigo de Holly.
Nos conocimos en su fiesta.
- ¿Quién?
- Paul. Paul Varjak.
V-A-R...
Sr. Berman, soy Fred.
Ah, Fred, tío, ¿eh?
¿Me llamas por lo de la chica?
Todo está bajo control.
Relájate.
Hablé con mi abogado en Nueva York.
Le dije que se encargara
de todo, pero anónimamente.
- ¿Qué?
- No quiero involucrarme, ¿vale?
Se oye como si estuvieras
en un túnel.
Es este teléfono ejecutivo
que tengo.
- ¿Qué?
- ¡Teléfono ejecutivo!
Su fianza es de sólo $10.000.
Gracias a mi abogado,
ella estará fuera a las 10am.
Te voy a decir
lo que tienes que hacer.
Vas a esa casucha suya
en la que vive.
Recoge todas sus cosas,
la recoges a ella y la llevas
a un hotel bajo un nombre falso.
Aléjala de los periodistas.
- ¿Vas a hacerlo?
- Claro, Sr. Berman.
No puedo decirte
cuánto aprecio...
Olvídalo.
Yo estaba en deuda con ella.
No es que realmente le deba algo,
pero... está loca.
Es una farsante.
Pero es una farsante de verdad.
¿Me entiendes, muchacho?
Sí, lo entiendo.
Gracias, Sr. Berman.
Muchas gracias.
¡Bien!
¿Por qué no te portas bien?
Vaya noche.
Entré a robar la casa
mientras estabas fuera.
Hotel Clayton, chófer.
Calle 84 y Madison.
O.J. Piensa que debes desaparecer
por un tiempo.
Aquí tengo todas tus cosas,
incluyendo al gato.
Espero que esté bien.
Hola, gato...
Pobre vagabundo sin nombre.
Dime, querido,
¿todavía tienes el billete de avión?
- Mira. Podemos recuperar el dinero.
- ¿Estás bromeando?
- ¿Qué hora es?
- Las 10 pasadas.
Al aeropuerto Idlewild, chófer.
- Olvídalo. No puedes irte.
- ¿Por qué no?
No lo entiendes.
Tienes cargos en tu contra.
Si tratas de escapar,
te encerrarán y tirarán la llave.
No seas ridículo.
Pronto estaré casada
con el futuro presidente
de Brasil.
Eso me dará inmunidad diplomática
o algo así.
Yo no estaría tan seguro.
¿Qué pasa, querido?
Tengo un mensaje para ti.
Ah, ya veo.
¿Lo trajo él en persona
o lo pasó por debajo de la puerta?
Un primo.
Dame mi bolso, querido.
Una chica no puede leer
ese tipo de cosas...
sin su barra de labios.
Léemelo, querido.
No creo que pueda... soportar...
¿Estás segura que quieres oírlo?
"Mi queridísima muñeca:
"Te he amado sabiendo
que no eres como las demás.
"Pero imagínate mi dolor
"al descubrir de esta manera
tan pública y brutal
"lo diferente que eres
al tipo de mujer
"que un hombre de mi posición
debe tomar como esposa.
"Me duele pensar en la desgracia
en que te encuentras,
"y mi corazón no se atreve
"a condenar...
"la condena que te rodea.
"Espero que tu corazón encuentre
la forma de no condenarme.
"Tengo que proteger
mi familia y mi nombre.
"Y cuando se trata de estas
instituciones, soy un cobarde.
"Perdóname, hermosa chiquilla,
"y que Dios te acompañe.
"José".
Bueno...
Por lo menos es sincero.
Es casi conmovedor.
¡Conmovedor! Ese maldito vividor.
Admite ser un cobarde.
¡Está bien!
Quizá no sea una vulgar rata
ni una super rata.
Es sólo un ratoncito asustado,
eso es todo.
Pero, caramba... ¡Maldito!
Bueno, un brindis por Sudamérica.
De todas formas no estás hecha
para ser la reina de la Pampa.
- Hotel Clayton.
- Idlewild.
¿Qué?
El avión sale a las 12.
Y allí debo estar.
- Holly, no puedes.
- ¿Por qué no?
No voy a ir en busca de José,
si es lo que tú crees. Ah, no.
En lo que a mí concierne, él es
el futuro presidente de ningún lado.
Pero, ¿por qué desperdiciar
un billete de avión?
Además, nunca he estado en Brasil.
Por favor, querido,
no me mires de esa forma.
Me voy a ir y punto.
Lo único que quieren
es que testifique contra Sally.
Nadie tiene intención
de condenarme a mí.
Para empezar,
no tienen ninguna posibilidad.
Yo ya he terminado con esta
ciudad... al menos por un tiempo.
Existen cierto tipo de atenciones
que pueden destrozar
a una chica.
A cualquier lugar que vaya
estarán listos para lincharme.
Te voy a decir una cosa.
Cuando regreses del aeropuerto,
llama al 'New York Times'
o a dondequiera que sea,
¡y mándame una lista de los 50
hombres más ricos de Brasil!
No te voy a permitir
que hagas esto.
- ¿Ah, no?
- Holly, estoy enamorado de ti.
- ¿Y qué?
- ¿Y qué? ¡Mucho!
Te quiero. Me perteneces.
No. Las personas
no nos pertenecemos.
Por supuesto que sí.
- Nadie me va a meter en una jaula.
- Yo sólo quiero amarte.
- Es lo mismo.
- ¡No, no es lo mismo, Holly!
No soy Holly.
No soy Lula Mae, tampoco.
¡No sé quien soy! Soy como el gato,
una vagabunda sin nombre.
No pertenecemos a nadie.
Ni siquiera nos pertenecemos
a nosotros mismos. Para el coche.
¿En qué piensas?
Éste debe ser el lugar ideal
para un chico duro como tú;
botes de basura, ratas para comer.
¡Desaparece! ¡Vuela! ¡Esfúmate!
Vámonos.
Chófer...
Deténgase, por favor.
¿Sabes lo que te pasa,
Srta. Quien-quiera-que-seas?
Eres una gallina.
No tienes agallas.
Tienes miedo de decir:
"Vale, la vida es real".
La gente se enamora.
Las personas
nos pertenecemos unos a otros,
porque es la única oportunidad
que tenemos para ser felices.
Crees que eres un espíritu libre,
un animal salvaje.
Te da miedo la idea de que alguien
te meta en una jaula.
Pues, nena,
tú ya estás en una jaula.
Y la construiste tú misma.
Y sus paredes no están en Tulip,
Texas, ni en Somalia.
Están donde quiera que vayas.
Porque no importa a donde huyas,
siempre terminarás
topándote contigo misma.
Toma. Lo he llevado conmigo
durante meses.
Ya no lo quiero.
¡Gato, ven aquí!
¡Gato!
¿Dónde está el gato?
No lo sé.