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La gente me pregunta
si conozco a Tyler Durden.
Tres minutos.
Tres minutos.
Ya está. Llegó el momento.
¿Tienes un discurso para la ocasión?
Con el cañón de un arma
entre los dientes, sólo te salen las vocales.
No se me ocurre nada.
Por un segundo, me olvido
de la demolición controlada de Tyler
y me pregunto si el arma está limpia.
Esto se pone interesante.
Aquello de que siempre
haces daño a quien amas
funciona en ambos sentidos.
Tenemos asientos de primera fila
en este teatro de destrucción masiva.
El Comité
de Demoliciones del Proyecto Caos
forró de explosivos
los cimientos de 12 edificios.
En dos minutos,
las cargas volarán los cimientos
y varias manzanas
quedarán reducidas a escombros humeantes.
Lo sé porque Tyler lo sabe.
Dos y medio.
Piensa en todo lo que hemos logrado.
Entonces, comprendo que todo esto,
la pistola, las bombas, la revolución
tiene algo que ver
con una chica llamada Marla Singer.
HOLA, SOY BOB
Bob. Bob tenía tetas de tía.
Era un grupo de apoyo
para hombres con cáncer de testículos.
La enorme mole
que me babeaba encima, ése era Bob.
Seguimos siendo hombres.
Sí, somos hombres.
Hombres es lo que somos.
A Bob le habían extirpado
los testículos y tratado con hormonas.
Le salieron esas tetas
porque tenía exceso de testosterona
y su cuerpo aumentó el estrógeno.
- Ahí entraba yo...
- Tendrán que drenármelas otra vez.
... entre esas gigantescas tetas sudorosas
que colgaban enormes,
como te imaginarías las de Dios.
Está bien, llora tú ahora.
No, un momento. Vayamos al principio.
Durante seis meses, no pude dormir.
No podía dormir...
Con insomnio, nada es real.
Todo está lejano.
Todo es una copia de otra copia
de otra copia.
Cuando empiecen a colonizar el espacio,
todo tendrá nombre de corporación.
La Esfera Estelar IBM.
La Galaxia Microsoft.
El Planeta Starbucks.
Te necesito ahí fuera esta semana,
cubriendo unas banderas rojas.
Debía de ser martes.
Llevaba puesta la corbata azul.
¿Quiere que deje
los informes hasta nuevo aviso?
Dedícate a estos. Aquí están
los pasajes. Llámame si hay dificultades.
Rebosaba energía.
Se habría hecho su enema de café con leche.
Como tanta gente, me había vuelto
esclavo del instinto de anidación de Ikea.
Como tanta gente, me había vuelto
esclavo del instinto de anidación de Ikea.
Sí. Quisiera pedir
las fundas antipolvo de Erika Pekkari.
- Espere.
- Cualquier cosa curiosa,
como una mesita baja en forma
de yin-yang, tenía que tenerla.
Los muebles de oficina de Klipsk.
La bici de ejercicios Hovetrekke.
O el sofá Ohamshab a rayas Strinne verdes.
Hasta las lámparas de alambre
Ryslampa de papel ecológico sin blanquear.
Hojeaba los catálogos y me preguntaba:
"¿Qué juego de comedor
me define como persona?"
Tenía de todo. Hasta los platos
de cristal con burbujas e imperfecciones,
prueba de haber sido hechos
por los honestos trabajadores indígenas de...
- Espere.
... donde sea.
Antes leíamos pornografia.
Ahora era la colección Horchow.
- No. Nadie se muere de insomnio.
- ¿Y de narcolepsia?
Me duermo y despierto
en sitios extraños.
Sin saber cómo llegué allí.
- Necesita animarse.
- ¿No puede darme algo?
Tuinales rojiblancas,
Seconales carmín...
No. Necesita un sueño sano y natural.
Mastique raíz de valeriana
y haga más ejercicio.
Oh, vamos.
- Sufro mucho.
- ¿Quiere ver sufrir de verdad?
Vaya al centro metodista los martes.
Verá a los tíos con cáncer de testículos.
Eso es sufrir.
Siempre quise tres hijos...
dos chicos y una chica.
Mindy quería dos chicas y un chico.
Nunca estábamos de acuerdo en nada.
Bueno, yo... ella...
Tuvo su primer bebé la semana pasada.
Una niña.
Con su... con su nuevo marido.
¡Joder!
Y menos mal, ¿no?
Me alegro por ella.
Se merece...
Agradezcamos a Thomas
el haberse sincerado con nosotros.
Gracias, Thomas.
Cuando contemplo esta sala,
lo que veo es valentía.
Y eso me da fuerza.
Nos damos fuerza unos a otros.
Es hora del cara a cara.
Sigamos todos el ejemplo
de Thomas y abrámonos de verdad.
Elegid compañero.
Y así es como conocí a aquella mole.
Las lágrimas asomando ya a sus ojos.
Las rodillas juntas. Los torpes pasitos.
- Me llamo Bob.
- ¿Bob?
Bob había sido campeón de culturismo.
Como en esos programas de ensanche
del tórax que dan por las noches en la tele.
Eso era lo suyo.
Yo era como una licuadora.
Ya sabes, con los esteroides.
Diabonal y...
Wisterol.
Los usan en las carreras de caballos, joder.
Y ahora estoy arruinado.
Divorciado.
Mis dos hijos
ni siquiera me devuelven las llamadas.
Los desconocidos
así de sinceros me hacen polvo.
Adelante... Cornelius.
Puedes llorar.
Y entonces... algo pasó. Me dejé llevar.
Eso está muy bien.
Me sumí en el olvido.
Oscuro, silencioso y completo.
Encontré la libertad.
Perder toda esperanza era la libertad.
Está bien.
Ni los bebés duermen tan bien.
Me hice adicto.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS,
POSITIVIDAD POSITIVA...
TUBERCULOSIS
CÓMO PODEMOS COMBATIRLA
Si no decía nada
la gente siempre imaginaba lo peor.
LIBRE Y TRANQUILO
Si lloraban con ganas... yo lloraba aún más.
CÁNCER DE PIEL,
ENFERMEDAD DEL RlÑÓN...
Vamos a abrir la puerta verde,
el chakra del corazón...
No me estaba muriendo.
No tenía cáncer ni parásitos.
Era el cálido centro en torno al cual
se agrupaba la vida de este mundo.
Era el cálido centro en torno al cual
se agrupaba la vida de este mundo.
Imaginad vuestro dolor
como una bola blanca de luz curativa.
Se mueve por vuestro cuerpo, curándoos.
Continuad así. No olvidéis respirar
y entrad de un paso
por la puerta trasera de la sala.
¿Adónde lleva?
A vuestra cueva.
Dad un paso
hacia vuestra cueva.
Muy bien.
Avanzáis por vuestra cueva.
Y vais a encontrar
vuestro animal de la fuerza.
Deslízate.
Cada noche moría.
Y cada noche volvía a nacer.
Resucitado.
Bob me adoraba porque creía
que yo tampoco tenía testículos.
Allí, abrazado a sus tetas,
dispuesto a llorar.
Eran mis vacaciones.
Y ella...
lo echó todo a perder.
Esto es cáncer, ¿no?
Esta tía, Marla Singer,
no tenía cáncer de testículos.
Era una embustera.
No tenía ninguna enfermedad.
La había visto en mi grupo
de parásitos sanguíneos de los jueves.
Luego en "Esperanza",
mi círculo quincenal de drepanocitosis.
Y luego en Aprovechar el Día,
mi grupo de tuberculosis de los viernes.
Marla,
la gran turista.
Su embuste era un reflejo del mío.
Y de pronto, no sentí nada.
No pude llorar. Yuna vez más,
no pude dormir.
La siguiente vez, después de la meditación,
y de abrir nuestros chakras,
a la hora de abrazarnos,
voy a coger a esa zorra,
Marla Singer, y gritar.
¡Marla, embustera!
¡Puta turista, necesito esto! ¡Lárgate!
Llevaba cuatro días sin dormir.
Dejamos que se seque...
Cuando tienes insomnio,
nunca estás dormido.
Y nunca estás despierto.
Para empezar la comunión de hoy,
Chloe dirá unas palabras.
Ah, sí. Chloe.
Chloe era como el esqueleto
de Meryl Streep moviéndose por la fiesta
y pasándose de simpática
con todo el mundo.
Bueno, pues sigo aquí.
Pero no sé por cuánto tiempo.
Ésa es toda la certeza
que cualquiera puede darme.
Pero tengo buenas noticias.
Ya no le temo a la muerte.
Pero... me siento muy sola.
Nadie quiere hacer el amor conmigo.
Estoy tan cerca del fin,
y todo lo que quiero es un último polvo.
Tengo películas pornográficas en casa,
- y lubricante y nitrito de amilo.
- Gracias, Chloe.
Demos todos las gracias a Chloe.
Gracias, Chloe.
Ahora, preparémonos para la meditación.
Estáis a la entrada de vuestra cueva.
Entráis en ella y camináis...
Si tuviese un tumor, lo llamaría Marla.
Marla.
El rasguño en el paladar que sanaría
si dejases de pasarte la lengua.
Pero eres incapaz.
...en las profundidades de la cueva.
Sentís una fuerza curativa
a vuestro alrededor.
Y encontráis vuestro animal de la fuerza.
Deslízate.
Bien. Elegid compañero.
Escoged a alguien especial esta noche.
Eh.
- Tenemos que hablar.
- Claro.
- Conozco tu juego.
- ¿Qué?
Sí. Eres una impostora.
No te estás muriendo.
¿Perdona?
Según la filosofia tibetana
y Sylvia-Plath, todos nos estamos muriendo.
- Pero tú no te estás muriendo como Chloe.
- ¿Y?
Que eres una turista.
Te he visto.
Te vi en melanomas, te vi en tuberculosis.
¡Te vi en cáncer de testículos!
Y yo te vi practicar esto.
- ¿Practicar qué?
- Esta bronca.
¿Va tan bien como esperabas... Rupert?
Voy a desenmascararte.
Y yo a ti.
Juntáos. Liberad vuestras lágrimas.
¿Por qué haces esto?
Cuesta menos que el cine y el café es gratis.
Mira, es importante. Son mis grupos.
Llevo un año viniendo.
- ¿Por qué lo haces?
- No lo sé.
Cuando la gente cree que te mueres,
te escucha de verdad en vez de...
de sólo esperar a su turno de hablar.
Sí. Eso es.
Compartíos... completamente.
Mira, no te metas demasiado en esto.
- Se vuelve una adicción.
- ¿De veras?
No es broma. No puedo llorar
delante de otro impostor, y lo necesito.
Búscate otro sitio.
Decórate una clínica de cáncer.
No es mi problema.
No, un momento. Espera.
Nos repartimos la semana, ¿vale?
Tu coges linfomas y tuberculosis.
La tuberculosis, para ti.
No les gusta que fume.
Vale. Bien.
Con cáncer de testículos no hay duda.
Técnicamente, tengo más derecho.
Tú conservas los cojones.
- ¿Bromeas?
- Tú sabrás.
No. No.
- ¿Qué quieres?
- Los parásitos.
Pues que sean los parásitos sanguíneos.
- Quiero los del cerebro.
- Pues yo me quedo la demencia cerebral.
- La quiero yo.
- No puedes quedarte todo el cerebro.
Tú ya tienes cuatro. Yo, sólo dos.
Vale. Los dos parásitos son tuyos.
Ahora tenemos tres cada uno...
¡Eh! Te dejas la mitad de la ropa.
- ¿La vas a vender?
- ¡Sí!
¡La estoy vendiendo!
Tenemos tres cada uno. Eso son seis.
¿Y el séptimo día?
Quiero el cáncer intestinal.
La tía se había preparado.
No. Lo quiero yo.
¿También es tu favorito?
- Querías despistármelo, ¿eh?
- Nos lo repartimos.
El primer y tercer domingo para ti.
Hecho.
Parece que aquí nos despedimos.
No hagamos gran cosa de ello.
¿Te parece bien así?
¡Eh, Marla!
¡Marla!
Deberíamos darnos los teléfonos.
¿Para qué?
- Por si queremos cambiarnos los turnos.
- Vale.
Así conocí a Marla Singer.
Su filosofia de la vida era
que podía morir en cualquier momento.
Lo trágico, según ella, es que no lo hacía.
¡No pone tu nombre!
¿Quién eres? ¿Cornelius? ¿Rupert?
¿Travis? ¿Alguno de los nombres
estúpidos que das cada noche?
Despiertas en SeaTac.
SFO. LAX.
Despiertas en O"Hara.
Dallas Fort Worth.
BWI.
Pacífico. Montañas. Central.
Pierdes una hora. Ganas otra.
No puede facturar
para este vuelo hasta dentro de dos horas.
Ésta es tu vida,
y se acaba de minuto en minuto.
Despiertas en Air Harbor International.
Si despiertas a otra hora, en otro sitio,
¿puedes despertar siendo otra persona?
En todas partes,
vida minúscula.
Una dosis de leche y otra de azúcar.
Una de mantequilla.
El kit cordon bleu para microondas.
Juegos de champú y suavizante.
Muestras de enjuague bucal.
Pastillitas de jabón.
La gente que conozco en los vuelos...
son dosis de amistad.
Entre despegue y aterrizaje,
pasamos un rato juntos.
Eso es todo.
¡Bienvenido!
En una línea temporal lo bastante larga,
tu tasa de supervivencia baja a cero.
Yo era coordinador de retiradas.
Mi trabajo era aplicar la fórmula.
El niño atravesó el parabrisas.
Un coche nuevo fabricado por
mi empresa sale de un sitio a 90 kph.
El diferencial trasero se atasca.
La ortodoncia del adolescente
está agarrada al cenicero.
Un buen anuncio antitabaco.
El coche se estrella y arde
con todos atrapados dentro.
¿Lo recuperamos, o no?
El padre era enorme.
¿Ves la grasa pegada al asiento?
¿La camisa de poliéster?
Arte muy moderno.
Coge el número de coches en circulación, A.
Multiplícalo por la tasa de fallos probable, B.
Y el resultado por el promedio
de arreglos extrajudiciales, C.
A x B x C
igual a X.
Si X es menos que el coste de recuperarlo,
no lo hacemos.
¿Hay muchos accidentes así?
Ni se lo creería.
¿Para qué marca de coches trabaja?
Una importante.
Siempre que el avión se ladeaba
bruscamente al despegar o aterrizar,
rezaba para que hubiera
un accidente, un choque.
Lo que fuera.
El seguro de vida paga el triple
si mueres en viaje de negocios.
"Si su asiento está
junto a la salida de emergencia
y no puede o no quiere cumplir las funciones
mencionadas en la tarjeta de seguridad,
pida que le cambien de asiento".
Eso es mucha responsabilidad.
¿Cambiamos de asiento?
No. No creo ser el más indicado para eso.
Una salida de emergencia a 9000 m de altura.
Apariencias de seguridad.
Sí. Supongo.
¿Sabes para qué ponen
máscaras de oxígeno en los aviones?
- Para poder respirar.
- El oxígeno te coloca.
En una emergencia catastrófica,
el pánico te hace respirar a bocanadas.
Te vuelves eufórico, dócil.
Aceptas tu destino.
Lo pone aquí.
Amerizaje de emergencia, 900 kph.
Caras sin expresión. Como vacas hindúes.
Eso...
Es un teoría interesante.
- ¿A qué te dedicas?
- ¿Qué quieres decir?
¿Cómo te ganas la vida?
¿Por qué? ¿Para fingir que te interesa?
Vale.
Tu risa tiene
como una desesperación malsana.
Tenemos maletines idénticos.
Jabón.
- ¿Perdón?
- Hago y vendo jabón.
La medida de la civilización.
Y así es como conocí a...
Tyler Durden.
¿Sabías que mezclando gasolina
y zumo de naranja helado te sale ***?
- No lo sabía. ¿Es cierto?
- Lo es.
Se puede hacer todo tipo
de explosivos con artículos domésticos.
- ¿De veras?
- Si es lo que te atrae.
Tyler, eres la dosis de amistad
más interesante que he tenido nunca.
- Todo en los aviones está en dosis sueltas...
- Lo entiendo. Muy ingenioso.
Gracias.
¿Qué tal lo llevas?
- ¿El qué?
- Ser ingenioso.
Muy bien.
Que siga así. Bien.
Una cuestión de etiqueta.
Al pasar, ¿te doy el culo o la entrepierna?
Cómo llegué a vivir con Tyler es así:
Las líneas aéreas tienen normas
para los equipajes que vibran.
- ¿Hacía tictac?
- Los lanzadores saben que ya no pasa.
- ¿Los lanzadores?
- Los mozos de equipaje.
Pero cuando una maleta vibra,
tienen que llamar a la policía.
- ¿Mi maleta vibraba?
- Nueve de cada diez veces
es una maquinilla eléctrica.
Pero... de vez en cuando...
Es un consolador.
La empresa nunca supone propiedad
en el caso de un consolador.
Usamos el artículo indefinido,
"un" consolador, nunca...
"su" consolador.
No tengo ningún...
Lo tenía todo en esa maleta. Mis camisas CK.
Mis zapatos DKNY. Las corbatas AX.
Qué más da.
¡Eh! ¡Mi coche!
Vivía en el piso 15
Vivía en el piso 15
de un archivador para viudas y profesionales.
Las paredes eran de hormigón.
30 cm de hormigón son importantes
cuando tu vecino ve
concursos en la tele a todo volumen.
O cuando una oleada de escombros
de lo que eran tus efectos personales
sale por tus ventanas
despedida en llamas hacia la noche.
Supongo que estas cosas pasan.
No... queda nada.
No puede entrar al piso. Orden de la policía.
¿Tiene a quien llamar?
Qué vergüenza.
La casa llena de condimentos, y sin comida.
La policía me dijo más tarde
que quizá se apagase el piloto
dejando salir algo de gas.
El gas habría llenado el apartamento.
150 m2 de techos altos durante días y días.
Luego, quizá se encendiera
el compresor del frigorífico.
¿Sí?
Te oigo respirar...
Si me lo preguntan ahora,
no sabría decir por qué lo llamé a él.
- ¿Diga?
- ¿Quién es?
- ¿Tyler?
- ¿Quién es?
Nos conocimos... en el avión.
Teníamos el mismo maletín.
¿El tío ingenioso?
Ah, sí.
Acabo de llamar. No había nadie.
- Estoy en una cabina.
- Sí, te devolví la llamada. Nunca contesto.
¿Qué pasa?
Bueno.
No te lo vas a creer.
Podría ser peor.
Una tía podía cortarte el pito
mientras duermes y tirarlo por la ventana.
Siempre es posible. No sé.
Cuando compras muebles, te dices, ya está.
Ya nunca necesitaré un sofá.
Pase lo que pase,
lo del sofá está solucionado.
Tenía de todo. Un equipo de música decente.
Un guardarropa cada vez más respetable.
Estaba a punto de ser un hombre completo.
- Joder, tío, y ahora nada.
- Nada de nada.
Nada.
¿Sabes lo que es un edredón?
- Un cobertor.
- Es una manta.
Sólo una manta. ¿Por qué sabemos
los tíos como nosotros qué es un edredón?
¿Es esencial para nuestra supervivencia
en el sentido cazador-recolector?
No.
¿Qué somos entonces?
No sé. Consumidores.
Correcto. Consumidores.
Subproductos de una obsesión por el estilo.
Asesinatos, crimen, pobreza.
Esas cosas no me preocupan.
Lo que me preocupa
son las revistas de famosos,
televisión con 500 cadenas,
un nombre en mi ropa interior. Rogaine.
***. Olestra.
- Martha Stewart.
- A ésa que le den por culo.
Está sacando brillo al Titanic.
Todo se está hundiendo.
Que les den por culo
a los sofás y a los tapizados a rayas.
Yo estoy por no ser completo nunca.
Por no ser perfecto.
Por evolucionar.
Que las cosas salgan solas.
Pero así soy yo, y quizá no tenga razón.
Puede que sea una tragedia.
Tampoco es eso. No es una tragedia...
Has perdido un montón
de soluciones para la vida moderna.
Joder, tienes razón. No fumo.
Es probable que mi seguro lo cubra...
¿Qué?
Las cosas que posees terminan poseyéndote.
Pero haz lo que quieras.
Oh, es tarde.
- Gracias por las cervezas.
- Vale.
Tengo que buscar un hotel.
- ¡Oh!
- ¿Qué?
¿Qué?
- ¿Un hotel?
- Sí.
- No tienes más que pedírmelo.
- ¿De qué me hablas?
Joder. Tres jarras de cerveza
y aún no puedes pedírmelo.
¿Qué?
Me llamaste
porque necesitas donde quedarte.
- Oye, no, no.
- Sí. Así que pídemelo.
Corta los preliminares y pídemelo.
¿No es ningún problema?
¿Lo es para ti el pedírmelo?
- ¿Puedo quedarme en tu casa?
- Sí.
Gracias.
- Quiero pedirte un favor.
- Sí, claro.
Pégame tan fuerte como puedas.
¿Qué?
Que me pegues tan fuerte como puedas.
Les contaré algo de Tyler Durden.
Tyler era una criatura nocturna.
Tyler era una criatura nocturna.
Mientras todos dormíamos, él trabajaba.
Operaba un proyector a mediajornada.
Las películas no vienen
en una sola bobina. Vienen en varias.
Alguien tiene que cambiar
los proyectores justo en el momento
en que acaba una bobina y empieza otra.
Usted verá puntos negros
en la parte superior derecha de la pantalla.
Los llamamos quemaduras de pitillo.
Son el aviso de que hay que cambiar.
Él cambia los proyectores,
la película continúa y el público ni se entera.
¿Por qué iba a querer nadie
esta mierda de trabajo?
Porque le permite hacer cosas interesantes.
Como empalmar una imagen
pornográfica en una película para todos.
Y cuando el gato presumido y el perro
valiente con voces famosas se conocen,
entonces verán un relámpago de la
contribución de Tyler a la película.
Nadie sabe que lo ha visto, pero lo ven.
Un buen pollón.
Ni un colibrí atraparía a Tyler.
Tyler a veces también trabaja
de camarero en el lujoso Hotel Pressman.
Era el guerrillero
terrorista del sector hostelero.
No mires. No puedo cuando me miran.
Además de sazonar la sopa
de langosta, se tiraba pedos en el merengue,
y en cuanto a la crema de champiñones...
Vamos, díselo.
Ya se lo imaginan.
- ¿Qué quieres que haga, pegarte?
- Venga. Hazme este favor.
- ¿Qué quieres que haga, pegarte?
- Venga. Hazme este favor.
- ¿Por qué?
- No lo sé. Nunca me he peleado. ¿Y tú?
- No. Pero eso es bueno.
- ¿Cuánto de ti sabes si nunca has peleado?
No quiero morir sin cicatrices.
- Vamos. Pégame antes de que me arrepienta.
- Esto es de locos.
¡Pues vuélvete loco! Déjate llevar.
- No estoy convencido.
- Yo tampoco.
¿A quién le importa?
No hay nadie mirando. ¿Qué más te da?
Pero es de locos. ¡¿Que te pegue?!
Eso es.
- ¿Dónde, en la cara?
- Sorpréndeme.
Esto es una estupidez.
¡Hijoputa!
¡Me has dado en la oreja!
- Joder, lo siento.
- ¡Ay, la hostia!
- ¿Por qué en la oreja?
- Lajodí.
No, ha sido perfecto.
No, está bien.
Duele de verdad.
Bien.
Pégame otra vez.
No, pégame tú. ¡Vamos!
Tenemos que volver a hacerlo.
- ¿Dónde está tu coche?
- ¿Qué coche?
No sé cómo encontró Tyler la casa
pero dijo que llevaba un año en ella.
Parecía estar esperando el derribo.
Casi todas las ventanas
estaban entablonadas.
La entrada no tenía cerradura, de cuando
la policía o quien fuera forzó la puerta.
Las escaleras estaban
a punto de desplomarse.
No sé si era suya o sólo la ocupaba.
Nada me habría sorprendido.
Sí. Ésa es la tuya.
Ésa es la mía. Ahí está el baño. ¿Bien?
Sí, gracias.
Vaya agujero.
Nada funcionaba.
Si encendías una luz, se apagaba otra.
No había vecinos.
Sólo almacenes y una papelera.
El olor a *** del humo.
El olor a jaula de hámster de las astillas.
¿Qué es eso?
- Hola, chicos.
- Eh.
Cuando llovía, teníamos que quitar la luz.
Al cabo de un mes,
ya no echaba de menos la tele.
No me importaba la nevera tibia y mohosa.
¿Puedo ir yo ahora?
Está bien.
Quítate la corbata.
Por la noche, Tyler y yo
estábamos solos en un radio de 800 m.
La lluvia se filtraba
por la escayola y el alumbrado.
La madera se hinchaba y se contraía.
Estaba lleno de clavos roñosos
en los que dejarse el codo.
El ocupante anterior fue un ermitaño.
Hola. ¿Qué lees?
Escucha esto. Es un artículo
escrito en primera persona por un órgano.
"Soy el bulbo raquídeo de Jack. Sin mí,
Jack no podría regular
su ritmo cardiaco ni su respiración".
Hay toda una serie igual.
"Somos los pezones de Jill".
- "Soy el colon de Jack".
- "Si me sale cáncer, mato a Jack".
Tras pelear, el resto de la vida
tenía el volumen al mínimo.
¿Qué?
- Podías hacer frente a todo.
- ¿Has terminado los informes?
Si pudieses elegir, ¿con quién pelearías?
Yo creo que con mi jefe.
¿De verdad?
- Sí, ¿por qué? ¿Con quién lo harías tú?
- Con mi padre.
Yo no conozco al mío.
Bueno, lo conozco, pero...
Se fue cuando yo tenía seis años.
Se casó con otra y tuvo más hijos.
Lo hacía cada seis años.
- Cambia de ciudad y funda otra familia.
- ¡Montando franquicias, el cabrón!
Mi padre no fue a la universidad.
- Así que era importante que fuera yo.
- Eso me suena.
Así que saco el título, le pongo una
conferencia y le digo: "Ahora, ¿qué?"
- Y me dice: "Busca trabajo".
- Como el mío.
Cumplo 25. Hago mi llamada anual.
"Papá, ahora, ¿qué?"
Dice: "No sé. Cásate".
Yo no puedo casarme.
Soy un chaval de 30 años.
Somos una generación
de hombres criados por mujeres.
Me pregunto si otra mujer
es realmente la respuesta.
Entre semana, éramos Ozzie y Harriet.
Pero cada sábado noche, descubríamos algo.
Íbamos descubriendo
que no estábamos solos.
Antes, cuando volvía deprimido
o airado, me ponía a limpiar el piso.
Enceraba los muebles escandinavos.
Tendría que haber estado buscando
otro piso o discutiendo con la aseguradora.
Tendría que haber estado preocupado
por mi condenado problemilla.
Pero no lo estaba.
La idea de la oficina cibernética
es que todo sea más eficaz.
Los lunes por la mañana,
sólo pensaba en la semana siguiente.
¿El icono puede ser azul?
Pues claro.
La eficacia es la prioridad nº 1.
Porque el desperdicio es un robo.
Se lo mostré a mi hombre
y le gustó, ¿verdad?
Te puedes tragar
medio litro de sangre sin vomitar.
Estaba al alcance de cualquiera.
Estaba al alcance de cualquiera.
Tyler y yo lo hicimos visible.
Estaba en la punta de cualquier lengua.
Tyler y yo le pusimos nombre.
¡Venga, peña, es hora de cerrar!
Apaga la gramola. Cierra lo de atrás.
Cada semana,
Tyler daba las reglas que él y yo decidíamos.
¡Señores!
Bienvenidos al Club de la Lucha.
La primera regla del Club de la Lucha es
no hablar del Club de la Lucha.
La segunda regla es
¡no hablar del Club de la Lucha!
La tercera regla.
Si uno grita "Alto",
se desploma o se desmaya,
la pelea se acaba. Cuarta regla.
Sólo dos tíos por pelea.
Quinta regla.
Una pelea cada vez.
Sexta regla. Sin camisa y descalzos.
Séptima regla.
La pelea durará cuanto haga falta.
Y la octava y última.
Si ésta es tu primera noche en el club,
tienes que pelear.
Este chaval de la oficina, Ricky,
nunca recordaba
si habías pedido bolígrafos negros o azules.
Pero fue un dios durante 10 minutos
cuando zurró al maître
de un restaurante local.
A veces, sólo se oían los sonidos
secos, duros, compactos sobre los gritos.
O el sonido atragantado
de alguien que, boqueando, rogaba...
¡Alto!
En ningún sitio estabas tan vivo como allí.
Pero el Club de la Lucha sólo existe
entre las horas en que comienza y termina.
Aun si pudiese felicitar
a alguien por su pelea,
no estaría hablando con el mismo hombre.
Quien eras en el club
no es quien eras fuera de él.
Vino por primera vez al club
un tío que tenía culo de madalena.
A las semanas, parecía tallado en madera.
Si pudieses pelear
con un famoso, ¿quién sería?
- ¿Vivo o muerto?
- Da igual. ¿Quién sería?
Hemingway. ¿Y tú?
Shatner. Pelearía con William Shatner.
Todos empezamos a ver
las cosas de otra manera.
Allá donde íbamos, lo medíamos todo.
Me daban pena los tíos en los gimnasios,
intentando parecerse a lo que
dictaban Calvin Klein o Tommy Hilfiger.
¿Son así los hombres?
La autosuperación es masturbación.
Pero la autodestrucción...
Perdón.
El Club de la Lucha no iba de ganar o perder.
No iba de palabras.
Los gritos histéricos eran otro idioma,
como en una iglesia pentecostalista.
- ¿Basta?
- ¡Alto!
Al acabar la pelea, nada estaba resuelto.
Pero nada importaba.
Bien.
Después, nos sentíamos salvados.
¿La semana que viene?
¡Mejor el mes que viene!
Irvine, tú al medio.
Tú también, el nuevo.
A veces, Tyler hablaba por mí.
Se cayó por la escalera.
Me caí por la escalera.
El club se convirtió en la excusa
para cortarse el pelo y limarse las uñas.
Vale. Un personaje histórico.
Pelearía con Gandhi.
Buena respuesta.
- ¿Y tú?
- Lincoln.
¿Lincoln?
Tío grande, mucha envergadura.
Los flacos pelean hasta acabar en picadillo.
¡Mierda!
Eh, hasta la Mona Lisa se desmorona.
¿Diga?
¿Dónde has estado estas ocho semanas?
¿Marla?
- ¿Cómo me has encontrado?
- Dejaste un número de reenvío.
No te he visto en ningún grupo de apoyo.
Nos los repartimos.
Ésa era la idea, ¿recuerdas?
Sí, pero tú no has ido a los tuyos.
- ¿Cómo lo sabes?
- Hice trampa.
Encontré uno nuevo.
- ¿De veras?
- Sólo para hombres.
¿Como lo de los testículos?
Mira, no es un buen momento.
He estado yendo a Deudores Anónimos.
- Están como una cabra...
- Estaba a punto de irme.
Yo también.
Tengo el estómago lleno de Xanax.
Tomé lo que quedaba en el frasco.
Puede que fuera demasiado.
Imagínate a Marla Singer de un lado
a otro de su miserable apartamento.
Esto no es un suicidio auténtico.
Va más bien de pedir socorro.
Podría durar horas.
¿Te quedas en casa, entonces?
¿Quieres esperar y oírme describir la muerte?
¿Quieres comprobar
si mi espíritu sabe usar el teléfono?
¿Has oído alguna vez un estertor?
La puerta de Tyler
estaba cerrada. Nunca lo había estado.
No te vas a creer
el sueño que tuve anoche.
De anoche, yo no me puedo creer nada.
¿Qué haces aquí?
¿Qué?
Ésta es mi casa. ¿Qué haces aquí?
¡Vete a la mierda!
¡Qué amigas más colgadas tienes!
Pero muy flexibles.
Qué gamberra.
Vuelvo anoche.
Encuentro el teléfono descolgado.
¿Quién está al otro lado?
Sabía el final antes de que me lo contara.
¿Has oído alguna vez un estertor?
¿Crees que estará a la altura de lo esperado?
¿O será una simple arcada?
Dispónganse a evacuar el alma.
Diez,
nueve... ocho...
¿Cómo podía Tyler, de todos los hombres,
pensar que era malo
que Marla estuviera a punto de morir?
... cinco,
cuatro...
Espera.
Has venido rápido.
¿Te he llamado?
El colchón está forrado de plástico.
No te preocupes. No te hará nada.
¡Mierda!
Han llamado a la poli.
- Eh, ¿dónde está el 513?
- Al final del pasillo.
La chica que vive ahí solía ser encantadora.
Ha perdido la fe en sí misma.
- Srta. Singer, ¡déjenos ayudarle!
- ¡Es un monstruo!
- Tiene motivos para vivir.
- ¡Es un residuo humano infeccioso!
- ¡Srta. Singer!
- ¡Necesitarán suerte para salvarla!
Si me duermo,
se acabó.
Vas a tener que mantenerme despierta
toda la noche.
Increíble de cojones.
Obviamente, fue capaz
de manejar la situación.
- Ya me entiendes, te la tiraste.
- No, no lo hice.
- ¿Nunca?
- No.
No te gustará, ¿verdad?
¡No, joder! ¡Para nada!
Soy la rabiosa vía biliar de Jack.
¿Seguro? Puedes decírmelo.
Seguro, créeme.
- Vuélame los sesos y pinta la pared con ellos.
- Eso está bien.
Es una depredadora
con piel de gatita. Ni te acerques.
¡Y las cosas que decía la tía!
¡Como jamás había oído!
Joder.
No me habían follado así
desde la escuela primaria.
¿Cómo no iba a chiflarle eso a Tyler?
La otra noche,
estuvo metiéndole pollas a la Cenicienta.
Marla necesita
un asistente social, no un amante.
O un baño.
No es amor, es follar por deporte.
Invadió mis grupos
de apoyo y ahora mi casa.
Eh, siéntate.
Mira, no puedes hablarle de mí.
¿Por qué iba...?
Si le hablas de mí o de lo que pasa aquí
a ella o a cualquiera... acabamos.
- Prométemelo. ¿Lo prometes?
- Vale.
- Vale, lo prometo.
- ¿Lo prometes?
- ¡Acabo de decir que lo prometo! ¿Qué...?
- Lo has prometido tres veces.
Si hubiese perdido unos minutos
en ir a ver morir a Marla Singer,
nada de esto habría pasado.
¡Más fuerte, sí! ¡Oh, más, más fuerte!
Podría haberme ido a otra habitación.
En el tercero, donde quizá no les oyese.
Pero no lo hice.
- ¿Qué haces?
- Me voy a la cama.
¿Quieres terminar con ella?
- No. No, gracias.
- He encontrado un cigarrillo.
- ¿Con quién hablabas?
- Cállate.
Me volví el cálido centro del mundo.
Era el maestro del Zen.
LAS ABEJAS OBRERAS PUEDEN IRSE
HASTA LOS ZÁNGANOS PUEDEN IRSE
Escribía poemas haiku.
Se los enviaba a todo el mundo.
¿La sangre es tuya?
En parte, sí.
No puedes fumar aquí.
Tómate el día libre.
Vuelve el lunes con ropa limpia.
Recobra la compostura.
Todo el mundo estaba harto de mí.
"Sí, son moratones de pelear".
"No, no me importan".
"El ilustrado soy yo".
Dejas tu apartamento,
todas tus condenadas posesiones terrenales,
te vas a una casa en ruinas
en una zona de vertidos tóxicos,
y al volver a casa, esto.
- Diga.
- Soy el detective Stern, de incendios.
Tenemos más información
del incidente en su antiguo piso.
¿Sí?
Quizá no lo sepa, pero alguien
roció de Freon su cerradura.
Usaron un cincel para romper el cilindro.
No, no lo sabía.
Soy el sudor frío de Jack.
¿Le parece extraño?
Sí, muy extraño.
- La dinamita...
- ¿Dinamita?
...dejó residuos
de percloruro potásico de oxalato amónico.
- ¿Sabe lo que significa?
- No, ¿qué?
Que era casera.
Lo siento. Me está dejando sorprendido.
Quien pusiera la dinamita, pudo haber
apagado el piloto días antes de la explosión.
- El gas fue el detonante.
- ¿Quién iba a hacer eso?
- Yo hago las preguntas.
- Díselo.
Dile que el liberador
que destruyó tu piso reordenó tu percepción.
Perdone, ¿sigue ahí?
Le escucho. Es que no sé qué pensar.
¿Tiene enemigos
que pudieran disponer de dinamita casera?
- ¿Enemigos?
- Rechaza la civilización,
sobretodo los bienes materiales.
- Hijo, esto es serio.
- Ya sé que es serio.
- Lo digo de verdad.
- Sí, es muy serio.
Nadie se lo toma tan en serio como yo.
Ese piso era mi vida.
Adoraba cada mueble.
No fueron cuatro cosas
las que se destruyeron.
- ¡Fui yo!
- Gracias, Hollywood.
- ¿Es éste un mal momento?
- ¡Dile que lo hiciste tú!
¡Dile que lo volaste tú! Es lo que quiere oír.
- ¿Sigue ahí?
- Un momento. ¿Me acusa de ello?
No. Puede que necesitemos hablar,
así que dígame si va a salir de la ciudad.
- ¿De acuerdo?
- Sí.
Salvo para follar, Tyler y Marla
nunca estaban en el mismo cuarto.
Mis padres se trajeron
la misma historia durante años.
El condón es
el zapato de cristal de nuestra generación.
Te pones uno cuando conoces a alguien.
Bailas toda la noche.
Y luego lo tiras.
El condón, no al desconocido.
¿Qué?
Compré este vestido
de segunda mano por un dólar.
Vale cada céntimo.
Es un vestido de dama de honor.
Alguien lo adoró intensamente
por un día.
Y luego lo tiró.
Como un árbol de navidad.
Tan especial.
Y luego...
Tirado en la cuneta.
Todavía con el espumillón.
Como la víctima de una violación.
Con las bragas del revés.
- Atada con cinta aislante.
- Entonces, te va.
Ya te lo prestaré.
Deshazte de ella.
- ¿Qué? ¡Hazlo tú!
- No me menciones.
Vuelvo a tener seis años,
pasando mensajes entre mis padres.
- Creo que es hora de que te marches.
- Tranquilo, ya me iba.
- No es que no nos gusten tus visitas.
- Estás como una cabra. Ya no lo aguanto.
Tengo que apearme.
Gracias. Adiós.
Tengo que apearme de este carrusel.
Voy a, tengo que...
Tengo que...
¡Estos críos!
¿Por qué sigues
perdiendo el tiempo con ella?
Tengo que admitir algo de Marla.
Al menos, intenta tocar fondo.
¿Y yo no?
Las plumas en el culo no te hacen pollo.
¿Qué haces esta noche?
Esta noche... hacemos jabón.
¿De verdad?
Para hacerjabón, hay que derretir grasa.
La sal tiene que estar bien distribuida,
así que la mejor grasa
para jabón es la humana.
- ¿Qué sitio es éste?
- Una clínica de liposucción.
¡Aquí está!
La grasa más cremosa
del mundo. ¡Grasa del paraíso!
¡No! ¡No tires!
- ¡Ay, joder!
- Dame otra.
Al derretirse la grasa,
el sebo sale a la superficie.
Como en los Boy Scouts.
- Es dificil imaginarte de Boy Scout.
- Sigue removiendo.
Cuando el sebo se endurece,
quitas una capa de glicerina.
Añades ácido nítrico y te sale nitroglicerina.
Luego añades nitrato de sodio
y serrín, y tienes dinamita.
Con el suficiente jabón,
puedes reventar cualquier cosa.
Tyler era una mina de información.
La gente descubrió que la ropa quedaba más
limpia si la lavaban en cierta parte del río.
- ¿Sabes por qué?
- No.
Antes se hacían
sacrificios humanos en las colinas.
Los cuerpos ardían.
El agua calaba las cenizas y producía lejía.
Lejía. El ingrediente crítico.
Al mezclarlo con la grasa derretida,
producía un vertido blanco y jabonoso.
¿Me dejas verte la mano?
¿Qué es eso?
Es un abrasivo químico.
Duele más que cualquier
quemadura y deja cicatriz.
La meditación funcionaba
para el cáncer, y podría hacerlo ahora.
- No te cierres al dolor.
- ¡Ay, joder!
El primerjabón se hizo con ceniza
de héroe, como el primer mono en el espacio.
Sin dolor ni sacrificio, no tendríamos nada.
Intenté no pensar
en las palabras "carne cauterizada".
¡Para! Es tu dolor, tu mano ardiente.
Me voy a mi cueva,
a buscar a mi animal de la fuerza.
¡No! No te enfrentes a ello
como los moribundos! ¡Vamos!
- ¡Ya lo comprendo!
- ¡No! Es una comprensión prematura.
¡Es el mejor momento
de tu vida, y tú estás en otro sitio!
¡No lo estoy!
¡Cállate!
Nuestros padres eran el modelo de Dios.
Si ellos se largaron,
¿qué te dice eso de Dios?
Escúchame. Tienes que pensar
en la posibilidad de que a Dios no le gustes.
Nunca te quiso.
Lo más seguro es que te odie.
Esto no es lo peor
que puede pasar. ¡No Lo necesitamos!
- ¡Estoy de acuerdo!
- A la mierda la condenación y la redención.
¿Somos los hijos
no deseados de Dios? ¡Así sea!
- ¡Voy a por agua!
- Puedes usar agua y empeorarlo...
- O usar vinagre y neutralizar la quemadura.
- ¡Termina con esto!
Primero has de ceder.
Primero has de saber, no temer,
sino saber que un día morirás.
¡No sabes cómo duele!
Sólo después de perderlo todo
somos libres de hacer cualquier cosa.
Vale.
Felicidades.
Ya estás a otro paso de tocar fondo.
Tyler vendía su jabón a los grandes
almacenes a 20 dólares la pastilla.
Dios sabe a cuánto lo vendían ellos.
- Este jabón es el mejor.
- Gracias, Susan.
Era genial.
Vendíamos a las tías ricas
sus propios culos gordos.
Llevaba su corbata amarilla.
Yo ya no llevaba una en el trabajo.
"La primera regla del Club de la Lucha
es no hablar del Club de la Lucha".
Vuelvo a estar medio dormido.
Debo de haberlo dejado en la copiadora.
"La segunda regla..." ¿Esto es tuyo?
Finge que eres yo.
Toma una decisión directiva.
Encuentras esto. ¿Qué harías?
Bien, tengo que decírselo,
tendría mucho, mucho cuidado
antes de hablar de ello.
Porque la persona
que lo escribió es peligrosa.
Un psicópata abotonado
y vestido de Oxford que podría saltar
y ponerse a acechar
de despacho en despacho
con un semiautomático Armalite AR10,
acribillando uno tras otro
a todos los compañeros.
Podría ser alguien
a quien conoce desde hace años.
Alguien muy, muy cercano a usted.
Las palabras de Tyler salen por mi boca.
Y yo solía ser un tío tan agradable.
O quizá no debiera traerme
todas las chorradas que encuentre por ahí.
- Contratos y Seguros.
- Se me va a pudrir la teta.
¿Me disculpa? Tengo que atender la llamada.
- ¿De qué hablas?
- Tienes que mirarme un bulto en el pecho.
- Vete a un hospital.
- No puedo tirar dinero en un médico.
No estoy muy convencido, Marla.
Por favor.
No llamó a Tyler. Para ella, soy neutro.
Qué bonito. Llevar comida
a la Sra. Haniver y la Sra. Raines.
¿Dónde están exactamente?
Están muertas.
Yo estoy viva y en la miseria. ¿Quieres?
- No, no.
- Tengo una para ti.
Muy considerada.
¿Qué te pasó en la mano?
Oh, nada.
¿Ahí?
- ¿Notas algo?
- No.
Asegúrate.
Estoy seguro.
¿No notas nada?
No, nada.
Es un alivio. Gracias.
- De nada.
- Me gustaría devolverte el favor.
No hay mucho cáncer de mama en mi familia.
- Puedo mirarte la próstata.
- Creo que estoy bien.
Gracias de todos modos.
- ¿Hemos terminado?
- Sí, hemos terminado.
Nos vemos... por ahí.
¿Cornelius?
¡Cornelius!
¡Soy yo! ¡Bob!
Hola, Bob.
- Te creíamos muerto.
- No, no. Sigo aquí.
- ¿Cómo estás, Bob?
- Mejor que en toda mi vida.
- ¿De veras? ¿Sigues en el grupo?
- No, no.
- Tengo algo mucho mejor.
- ¿Sí? ¿Qué es?
Bueno...
La primera regla es no hablar de ello.
Y la segunda es...
que no puedo hablar de ello.
- Y la tercera...
- Bob, Bob. Yo también soy socio.
Mírame a la cara, Bob.
Eso es... de puta madre.
- Nunca te he visto allí.
- Voy los martes y jueves.
- Y yo los sábados.
- Felicidades.
Sí, a ti también.
¿Has oído hablar del tío que lo inventó?
- Sí, la verdad...
- He oído de todo.
Parece que nació en un psiquiátrico
y que sólo duerme una hora al día.
Es un gran hombre.
¿Conoces a Tyler Durden?
No te he hecho daño, ¿verdad?
La verdad es que sí.
Gracias por esto.
Gracias, gracias, gracias.
El Club de la Lucha.
Éste era el regalo de Tyler y el mío.
Nuestro regalo al mundo.
Nuestro regalo al mundo.
Miro alrededor, miro alrededor,
y veo muchas caras nuevas.
¡Callaos!
Lo que significa que muchos habéis roto
las dos primeras reglas del Club de la Lucha.
En el Club de la Lucha veo a los hombres
más fuertes y listos que jamás vivieron.
Veo todo este potencial.
Y lo veo malgastado.
Maldita sea,
toda una generación echando gasolina.
Sirviendo mesas.
Esclavos de cuello blanco.
La publicidad nos hace
correr tras coches y ropa.
Hacemos trabajos que odiamos
para comprar mierda que no nos hace falta.
Somos los hijos medianos de la historia.
Sin lugar ni propósito.
No hemos pasado una Gran Guerra.
Ni una Gran Depresión.
Nuestra guerra es una guerra espiritual.
Nuestra gran depresión son nuestras vidas.
Nos dieron de mamar
televisión para hacernos creer
que un día seríamos millonarios
y estrellas del cine y del rock.
Pero no ocurrrirá.
Lo estamos comprendiendo poco a poco.
Y estamos de muy, muy mala leche.
¡Sí!
La primera regla
del Club de la Lucha es no hablar...
¿Quién eres tú?
- ¿Que quién soy?
- Sí.
Hay un cartel en la entrada
que dice Taberna de Lou.
Soy ése jodido Lou.
¿Quién coño eres tú?
Tyler Durden.
¿Quién cojones os ha dicho
que podíais usar mi local?
Tenemos un trato con Irvine.
Irvine está en casa con la clavícula rota.
Éste sitio no es suyo. Es mío.
- ¿Cuánto le pagáis por esto?
- No le pagamos.
- La entrada es gratis.
- ¿No es algo grande?
Sí, lo es.
¡Mira, *** imbécil!
- Os quiero a todos fuera ahora mismo.
- ¡Eh!
Deberías unirte a nuestro club.
¿Has oído lo que acabo de decir?
Tu amigo y tú.
¿Me oyes ahora?
No, no te he oído bien, Lou.
Sigo sin oírte.
Vale, vale, ya te he oído.
Te oigo, te oigo. Mierda, se me ha olvidado.
¡Atrás! ¡Todos!
¡Atrás todo el mundo!
¡Ah, Lou!
¡Vamos, hombre! Nos encanta este sitio.
- Eso es, Lou. Déjate llevar.
- Cierra la boca.
¡Oh, sí!
¿Te parece muy gracioso?
El cabrón está loco, te lo digo yo.
Increíble.
- No sabes en dónde he estado, Lou.
- ¡Oh, Dios!
¡No sabes en dónde he estado!
¡Deja que nos quedemos, Lou! ¡Por favor!
¡Usad el maldito sótano! ¡Cristo!
¡Quiero tu palabra, Lou! ¡Tu palabra!
Por los ojos de mi madre.
Gracias, Lou.
Tú también, grandullón.
Nos vemos la semana que viene.
Esta semana,
todos tendréis que hacer unos deberes.
Vais a salir. Vais a empezar
una pelea con un completo desconocido.
Vais a empezar una pelea
y la vais a perder.
Excelente elección, señor.
Excelente elección, señor.
¡Eh! ¡Cuidado, gilipollas! ¡Vamos!
Esto no es tan fácil como parece.
¡Hijo de puta!
La mayoría de la gente, la gente normal,
hace cualquier cosa por evitar una pelea.
¡Perdona!
Me has regado
con la manguera. Eso no es necesario...
¡Jey! ¡Llama al 091!
Baja la manguera.
¡Para! ¡Alto!
Lo siento.
Tenemos que hablar.
De acuerdo.
¿Por dónde empezar?
¿Por tu constante absentismo?
¿Por tu aspecto impresentable?
Pronto tienes una revisión laboral.
Soy la falta total de sorpresas de Jack.
- ¿Qué?
- Supongamos.
Usted es el Ministerio de Transportes.
Alguien le informa de que esta empresa
instala consolas de montaje
que fallan las pruebas de colisión,
forros de freno que fallan a los 1000 km,
e inyectores de combustible
que explotan y queman viva a la gente.
¿Qué, entonces?
¿Me estás amenazando?
- No...
- Lárgate de aquí. ¡Estás despedido!
Tengo una idea mejor. Manténgame
en nómina como asesor externo.
A cambio de mi salario,
mi trabajo será
no contarle a nadie las cosas que sé.
Ni siquiera necesito
venir a la oficina. Puedo hacerlo desde casa.
¿Quién coño te crees que eres, tío de mierda?
- ¡Seguridad!
- Soy la venganza sonriente de Jack.
¿Qué coño está haciendo?
Me ha dolido.
¿Por qué lo ha hecho?
¡Oh, Dios mío! ¡No! ¡Pare!
¿Qué está haciendo?
¡Oh, Dios, no! ¡Por favor! ¡No!
Por algún motivo,
pensé en mi primera pelea con Tyler.
¡No!
Debajo y detrás y dentro
de todo lo que este hombre daba por hecho,
había estado creciendo algo horrible.
Mire.
Deme los pagos, como le pido,
y no volverá a verme nunca.
Entonces,
en nuestro mejor momento juntos...
¡Gracias a Dios! Por favor, no me golpee más.
Teléfono, ordenador,
fax, 52 pagos semanales
y 48 vales de viajes aéreos.
Ahora teníamos patrocinio corporativo.
Así fue como Tyler y yo pudimos abrir
el Club de la Lucha todas las noches.
Ahora, el centro del Club de la Lucha
eran sólo los dos hombres que peleaban.
El líder caminaba
entre la gente, afuera en la oscuridad.
Tyler estaba ahora metido
en un pleito contra el Hotel Pressman
por el contenido de orina en la sopa.
Soy la vida desaprovechada de Jack.
Gracias, señor.
Tyler ideaba nuevos deberes para casa.
Los entregaba en sobres cerrados.
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USADO PARA FERTILIZAR EL CÉSPED
- Hay un Club de la Lucha en Delaware City.
- Sí, ya lo he oído.
Hay otro en Penns Grove.
Bob encontró uno hasta en New Castle.
- ¿Lo empezaste tú?
- No, creía que habías sido tú.
No.
LA POLICÍA SE INCAUTA
DE UNA CATAPULTA DE EXCREMENTOS
ACOSO *** A ACTOR CALLEJERO
APARECEN AFEITADOS
LOS MONOS DESAPARECIDOS
- Para un momento.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Para un momento.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Date la vuelta.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Deberes.
- ¿De qué tipo?
Sacrificio humano.
- ¿Es eso una pistola? Dime que no lo es.
- Es una pistola.
- ¿Qué haces?
- Ven a la parte de atrás.
- ¡No lajodas!
- Ven a la parte de atrás.
En una línea temporal lo bastante larga,
tu tasa de supervivencia baja a cero.
¿Qué haces? ¡Vamos!
Las manos tras la espalda. Dame tu cartera.
Raymond K. Hessel.
1320 SE Banning, Apartmento A.
- ¿Un piso pequeño y angosto en el sótano?
- ¿Cómo lo sabe?
A los pisos cutres les ponen letras.
¡Raymond! Vas a morir.
¡No!
¿Son ésos tus padres?
Van a tener que llamar al amable médico.
Coge tu historial dental. ¿Sabes por qué?
- No quedará nada de tu cara.
- ¡Oh, vamos!
Un carnet de estudiante caducado.
¿Qué estudiaste, Raymond?
- Cosas.
- ¿Cosas?
¿Eran dificiles los exámenes?
- ¡Te he preguntado qué estudiaste!
- Biología, sobretodo.
- ¿Por qué?
- No lo sé.
¡¿Qué querías ser, Raymond K. Hessel?!
La pregunta, Raymond, es,
qué querías ser.
¡Respóndele, Raymond, joder!
- Veterinario. Veterinario.
- Animales.
- Sí. Animales y eso.
- Y eso. Ya, lo entiendo.
- Así que necesitas más clases.
- Demasiada escuela.
- ¿Preferirías estar muerto?
- No, por favor...
¿Prefieres morir aquí,
de rodillas en una trastienda?
Por favor, no.
Me quedo con tu permiso.
Iré a visitarte. Sé dónde vives.
Si no estás estudiando
para ser veterinario en seis semanas,
serás hombre muerto.
Ahora, lárgate a casa.
¡Corre, Forrest, corre!
Me siento mal.
Imagínate cómo se siente él.
¡Vamos, esto no tiene gracia!
¡¿Qué sentido tenía hacer eso?!
Mañana será el día más hermoso
de la vida de Raymond K. Hessel.
El desayuno le sabrá mejor que cualquier
comida que tú y yo hayamos probado.
Había que admitírselo.
- Vamos.
- Tenía un plan.
Y empezó a cobrar sentido al estilo de Tyler.
Sin miedo. Sin distracciones.
La capacidad de no prestar atención
a lo que no importa.
No eres tu trabajo.
No eres el dinero que hay en tu cuenta.
No eres el coche que conduces.
No eres el contenido de tu cartera.
No eres tus putos pantalones militares.
Eres la mierda contante y sonante del mundo.
Me quito de en medio ahora mismo.
No hace falta que te vayas.
Lo que sea.
No, quiero decir... Está bien.
¿Sigues yendo a los grupos?
Sí.
Chloe ha muerto.
Vaya, Chloe.
¿Cuándo murió?
¿Te importa?
No sé. Hace tiempo que no pienso en ello.
Sí, bueno...
Fue lo mejor que pudo hacer.
Escucha...
¿Qué sacas de todo esto?
¿Qué?
Todo esto. ¿Por qué sigues...?
¿Te está haciendo feliz?
Sí, bueno, a veces.
No sé. No lo entiendo.
¿Por qué necesita
alguien débil aferrarse a alguien fuerte?
¿Qué es... qué es eso?
¿Qué sacas tú de ello?
No es lo mismo en absoluto.
Con nosotros es muy distinto.
¿Nosotros?
¿Qué quieres decir con nosotros?
- Lo siento. ¿Oyes eso?
- ¿El qué?
- Todo ese ruido. Espera.
- ¡No, espera!
¡No cambies de tema!
Quiero hablar de esto.
- No hablabas de mí, ¿verdad?
- No.
- ¿Qué?
- Viniste jugando a médicos. ¿Qué pasaba?
- ¿De qué hablas?
- De nada. Nada.
- No lo creo.
- ¿Qué quieres?
- Mírame.
- No. ¿Qué?
- ¡¿Qué es eso?!
- No es nada. No te preocupes.
Dios. ¿Quién te lo ha hecho?
- Una persona.
- ¿Tío o tía?
- ¿Qué más te da?
- ¿Y a ti que lo pregunte?
- Déjame en paz.
- Te da miedo decirlo.
- No. Déjame en paz.
- ¡No! Háblame.
¡Déjame en paz!
- La conversación...
- La conversación...
...ha terminado.
...ha terminado.
No puedo acertar contigo, ¿verdad?
¡Eh, esto se está poniendo pesado!
¿Qué es... qué es todo esto?
¿Tú qué crees?
Eh, ¿para qué son las literas?
¡Eh!
Demasiado joven.
Lo siento.
¿Y eso?
Si el aspirante es joven,
dile que lo es demasiado.
- Demasiado viejo, demasiado gordo.
- ¿El aspirante?
Si el aspirante espera
tres días sin comida ni techo,
puede entrar y empezar a entrenarse.
¿A entrenarse para qué?
¿Crees que esto es un juego?
Eres demasiado joven
para entrenarte aquí, punto.
Deja de hacernos perder
el tiempo. Lárgate de aquí.
Malas noticias, amigo.
No va a suceder.
Perdona el malentendido.
No es el fin del mundo.
Sólo... lárgate.
Vete.
Esto es intrusión
y tendré que llamar a la policía.
¡No te me quedes mirando!
¡Nunca entrarás en esta puta casa!
Nunca. ¡Y ahora,
vete de mi *** porche! ¡Fuera de mi porche!
Antes o después, todos
nos convertíamos en lo que quería Tyler.
Voy a por una pala.
- ¿Tienes dos camisas negras?
- Sí, señor.
- ¿Dos pares de pantalones negros?
- Sí, señor.
- ¿Botas negras? ¿Calcetines negros?
- Sí, señor.
- Cazadora negra.
- Sí, señor.
- ¿300 dólares para tu entierro?
- Sí, señor.
Está bien.
Eres demasiado viejo, gordo.
Tus tetas son demasiado
grandes. Lárgate de mi porche.
¡Bob! ¡Bob!
Como un mono
listo para que lo lancen al espacio.
Mono espacial.
Listo para sacrificarse por una causa grande.
¡Eres demasiado viejo, gordinflas!
Y tú... ¡Tú eres demasiado...
...rubio!
¡Fuera de aquí los dos!
Y así era.
Escuchad, gusanos.
No sois nada especial.
No sois un copo de nieve único ni hermoso.
Sois la misma materia orgánica
en descomposición que todo el mundo.
Tyler se rodeó de un ejército.
Somos la mierda
contante y sonante del mundo.
Somos todos parte
del mismo montón de estiércol.
¿Por qué se rodeaba
Tyler Durden de un ejército?
¿Con qué propósito?
¿Para qué causa grande?
A Tyler nos encomendábamos.
Cuando empezaba: "No sois vuestro trabajo",
Yo decía: "¡Sí!"
Eh, ¿qué es todo esto?
¡Eh!
¡Vale!
- ¿Qué está pasando?
- Estamos celebrando.
- ¿Qué celebramos?
- Sigue.
- Eh.
- Ya se las sujeto.
El mismo gran sabor, Pepsi.
BOLETÍN DE NOTICIAS
Los detectives están aquí.
Ha llegado el jefe de policía.
¿Qué cree que ha sucedido?
Creemos que es otro de
los muchos actos de vandalismo recientes,
relacionados
con los clubes de boxeo clandestinos.
Vamos a coordinar
una investigación rigurosa.
Palabras del jefe de policía Jacobs,
que acaba de llegar al lugar
- del incendio que ha estallado...
- Está cañón.
De vuelta al estudio.
- ¡Sí!
- ¡Sí!
- ¡Hostia!
- ¡Sí!
¿Qué cojones habéis hecho?
Los especialistas en incendios
provocados están en el lugar...
Señor, la primera regla del
Proyecto Caos es no hacer preguntas, señor.
La victoria en la lucha contra el crimen
no se logrará de un día para otro.
Hará falta dedicación y entrega
y, sobretodo, cooperación.
Las calles son más seguras ahora. Hay
esperanza en las ciudades. Sin embargo...
Tengo que ir a mear.
Éstas son
las primeras etapas de un largo viaje.
Por eso hemos creado el Proyecto Esperanza.
Bob.
El Proyecto Esperanza
será un esfuerzo conjunto
entre la policía
y los líderes de la comunidad.
Será una nueva y potente arma
en la guerra contra el crimen.
- Envuélvelo alrededor de su Hacky Sack.
- Tiene las pelotas congeladas.
Hola.
Va a cancelar su rigurosa investigación.
Va a declarar en público
que no hay ningún grupo clandestino, o
los chicos le cortarán las pelotas.
Enviarán una
al New York Times y otra al LA Times.
Mire.
La gente a la que persigue
es la gente de la que depende.
Le hacemos la comida. Recojemos
su basura. Conectamos sus llamadas.
Conducimos sus ambulancias.
Le cuidamos mientras duerme.
No nos busque las cosquillas.
¡Control de pelotas!
Bob, tú por aquí.
Vamos.
Soy la ardiente sensación de rechazo de Jack.
¡Eh!
¡Sí!
Quería pegarle un tiro a todo panda
que no follara para preservar la especie.
Quería abrir
las válvulas de descarga de los petroleros
y asfixiar
todas las playas francesas que nunca vería.
Quería respirar humo.
¿Adónde has ido, psicótico?
Quería destruir algo hermoso.
Llevadlo a un *** hospital.
Vale.
Tranquilo, Sr. Durden.
Parking del aeropuerto. Larga duración.
Después de usted, Sr. Durden.
Después de usted.
RECICLE A SUS ANIMALES
- ¿Te pasa algo, cariño?
- No.
Sí, ¿por qué no me dijiste
nada del Proyecto Caos?
La primera regla
del Proyecto Caos es no hacer preguntas.
¿Por qué no me incluiste desde el principio?
El Club de la Lucha fue el principio. Ahora ha
dejado el sótano y se llama Proyecto Caos.
Empezamos el Club juntos,
¿recuerdas? Es tan mío como tuyo.
- ¿Va esto de ti y de mí?
- Sí. ¿No hacíamos esto juntos?
No es nuestro. No somos nada especial.
Y una mierda. Tenías que habérmelo dicho.
¡Eh, Tyler!
- ¡Joder, Tyler!
- ¡¿Qué quieres?!
¿Un resumen de objetivos?
¿Por correo electrónico?
- Oh...
- ¡Tú decides tu grado de compromiso!
¡Lo haré!
¡Pero primero quiero saber ciertas cosas!
- La primera regla del Proyecto Caos es... -
- ¡Callaos!
- Quiero saber qué estás pensando.
- ¡A la mierda lo que tú sepas!
Olvida lo que crees saber
de la vida, la amistad,
y en especial de ti y de mí.
¿Qué quieres decir con eso?
¿Qué haces?
¿Qué os gustaría
haber hecho antes de morir?
- Pintar mi autorretrato.
- Construir una casa.
- ¿Y a ti?
- No lo sé. Nada.
- Ponte a la derecha.
- ¡Tienes que saberlo!
Si murieses ahora,
¿qué pensarías de tu vida?
¡No lo sé! Nada bueno.
¿Es eso lo que quieres oír?
- ¡Vamos!
- No es suficiente.
¡Deja de hacer chorradas! ¡Tyler!
¡Me cago en Dios!
¡Joder! ¡Hostia!
¡Que te den por culo!
¡A la mierda
el Club de la Lucha! ¡A la mierda Marla!
¡Estoy harto de tus hostias!
Vale, tío.
- Deja de hacer el chorra. ¡Coje el volante!
- ¡Mírate!
- ¡Coje el volante!
- Mírate. ¡Das puta pena!
- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿De qué hablas?
- ¿Por qué crees que volé tu piso?
¿Qué?
Tocar fondo no se hace en
un fin de semana. No es un *** seminario.
¡Deja de intentar
controlarlo todo y relájate!
¡Relájate!
Vale. Está bien.
Vale.
Nunca había sufrido un accidente.
Así debía de sentirse toda esa gente
antes de que los archivara
como estadísticas en mis informes.
¡Joder!
¡Acabamos de ver la cara de la vida!
En el mundo que yo veo,
acechas a los alces
en los bosques del Gran Cañón
entre las ruinas del Rockefeller Center.
Llevarás ropa de cuero
que te durará el resto de tu vida.
Treparás por las gruesas
cepas kudzu que envuelven la Torre Sears.
Y cuando mires abajo,
verás figuras diminutas majando el maíz,
tendiendo tiras de venado
en los carriles vacíos
de una superautopista abandonada.
Que te mejores, campeón.
Y de pronto...
¿Tyler?
... Tyler ya no estaba.
¿Estaba dormido?
¿Había dormido?
No sois un copo de nieve único ni hermoso...
La casa se había convertido en algo vivo.
Húmeda por el sudor
y la respiración de tanta gente.
Con tanta gente
moviéndose, la casa se movía.
El Planeta Tyler.
Tuve que pegarme a las paredes.
Atrapado en este
mecanismo de monos espaciales.
¡No puedes fumar aquí!
¡Ya sabes cuánto éter hay!
Cocinando y limpiando
y durmiendo por grupos.
Espera un momento.
DESINFORMACIÓN
MALICIA
Está bajo control, señor.
¿Dónde está Tyler?
Señor, la primera regla
del Proyecto Caos es no...
Vale... Déjalo.
Estoy solo.
Mi padre me abandonó. Tyler me abandonó.
Soy el corazón partido de Jack.
El siguiente paso
del Proyecto Caos, sólo Tyler lo conoce.
La segunda regla es no hacer preguntas.
¡Aléjate de mí! ¡Lárgate!
¿Quién es toda esta gente?
La Compañía de Jabón de la calle del Papel.
¿Puedo pasar?
No está aquí.
¿Qué?
Tyler no está.
Tyler se ha ido.
Se ha marchado.
¡Busca ayuda!
¡Dos heridas de bala! ¡Haced sitio!
¿Qué ha pasado? ¿Qué ha pasado?
Estábamos de misión.
Teníamos que matar dos pájaros de un tiro.
Destruir una obra de arte corporativo...
Operación Trueno de Latte. ¡Adelante!
...y destrozar la franquicia de un café.
Lo teníamos todo calculado, señor.
- Salió bien hasta que...
- ¡Policía! ¡Alto!
- ¿Qué?
- Dispararon a Bob.
- Le pegaron un tiro en la cabeza.
- ¡Putos cerdos!
¡Oh, Dios!
- ¡Hijos de puta!
- Sois unos imbéciles.
¿Vais por ahí en pasamontañas
intentando volar cosas?
¡¿Qué creíais que iba a pasar?!
¡Vamos, rápido! Hay que deshacerse de las
pruebas. ¡Hay que deshacerse del cadáver!
- Lo enterramos.
- ¿Qué?
Lo llevamos al jardín y lo enterramos.
- ¡Vamos, gente!
- ¡Apartaos!
¡Apartaos de él! ¿De qué estáis hablando?
Esto no es una puta prueba. Es una persona.
¡Es mi amigo
y no vais a enterrarlo en el jardín!
Murió sirviendo al Proyecto Caos, señor.
- Éste es Bob.
- Señor, en...
En el Proyecto Caos, no tenemos nombre.
Escuchadme bien.
Éste es un hombre y tiene nombre,
y es Robert Paulsen, ¿de acuerdo?
- Robert Paulsen.
- Es un hombre
y ahora está muerto
por nuestra culpa. ¿Lo entendéis?
Yo sí lo entiendo.
Al morir, un miembro del Proyecto Caos
tiene nombre.
Él se llama Robert Paulsen.
Se llama Robert Paulsen.
Se llama... Robert Paulsen.
Se llama Robert Paulsen.
Vamos, chicos. Por favor, dejadlo.
Se llama Robert Paulsen.
¡Callaos! ¡Esto se ha acabado!
Largaos de aquí.
- ¿Tyler?
- No, soy el detective Stern, de incendios.
Tengo que verle...
Fui a los bares de todas
las ciudades en que había estado Tyler.
No sabía cómo ni por qué, pero podía
mirar en 50 bares, y de algún modo lo sabía.
Busco a Tyler Durden.
Es muy importante que hable con él.
Me gustaría ayudarle,
señor.
En todas las ciudades,
en cuanto bajaba del avión,
sabía que había un Club de la Lucha cerca.
¡Eh! ¡Eh!
¡Taxi!
Míreme la cara. Soy socio.
Necesito saber si ha visto a Tyler.
No estoy expuesto
a indicarle dicha información
ni podría... aunque tuviera
dicha información en este momento.
- Eres un imbécil.
- Tengo que pedirle que se vaya.
Tyler había estado ocupado...
montando franquicias en todo el país.
¿Estaba dormido? ¿Había dormido?
¿Es Tyler mi mal sueño, o soy yo el suyo?
- Hemos oído las historias.
- ¿Qué tipo de historias?
- Nadie sabe cómo es.
- Se hace la cirugía plástica cada tres años.
Ésa es la mayor estupidez que he oído nunca.
- ¿Es verdad lo del Club de Miami?
- ¿Está Durden juntando un ejército?
Vivía en un estado de perpetuo déjà vu.
Allá adonde iba,
sentía que ya había estado.
Era como seguir a un hombre invisible.
El olor a sangre seca,
las huellas de sucios
pies descalzos formando círculos.
El tufo del sudor seco, como de pollo frito.
La sensación del suelo aún cálido
de la pelea de la noche anterior.
Estaba siempre un paso detrás de Tyler.
Se llama Robert Paulsen...
Bienvenido otra vez, señor.
¿Cómo le ha ido?
¿Me conoce?
¿Es una prueba, señor?
No. No es ninguna prueba.
Estuvo aquí el jueves pasado.
¿El jueves?
Estuvo donde está ahora,
preguntando por la seguridad.
A prueba de todo, señor.
¿Quién cree que soy?
¿Seguro que esto no es una prueba?
No, no es ninguna prueba.
Usted es el Sr. Durden.
Usted es quien me hizo esto.
Vuelvan a poner su asiento
en posición vertical.
- ¿Sí?
- Marla, soy yo.
- ¿Lo hemos hecho alguna vez?
- ¿El qué?
¿Hemos follado?
¿Qué pregunta estúpida es ésa?
¿Estúpida porque es que sí,
o porque es que no?
- ¿Estás de cachondeo?
- No. Tengo que saber...
¿Quieres saber si hemos estado
haciendo el amor, o sólo follando?
- ¿Hicimos el amor?
- ¿Así es como lo llamas?
¡Responde a mi pregunta!
¡¿Lo hemos hecho, o no?!
Me follas y luego me desairas.
Me amas y luego me odias.
Eres sensible y luego te vuelves un gilipollas.
¿Describe eso bien nuestra relación, Tyler?
Acabamos de perder presión en la cabina.
¿Qué has dicho?
- ¿Qué coño te pasa?
- ¡Di mi nombre!
¡Tyler Durden! ¡*** colgado! ¿Qué te pasa?
- ¡Voy para allá!
- ¡No estoy allí!
- Faltaste a tu promesa.
- Joder, Tyler.
- Le hablaste de mí.
- ¿Qué coño está pasando?
Te pedí una sola cosa. Una cosa bien fácil.
¿Por qué cree la gente que soy tú?
¡Respóndeme!
Siéntate.
Respóndeme.
¿Por qué cree la gente que soy tú?
Yo creo que ya lo sabes.
- No, no lo sé.
- Sí, lo sabes.
¿Por qué iba nadie a confundirte conmigo?
No lo sé.
- Exactamente.
- No.
- ¡No nos busque las cosquillas!
- Dilo.
Porque...
¡Dilo!
Porque somos la misma persona.
Eso es.
Somos la mierda contante y sonante.
- No lo entiendo.
- Buscabas una manera de cambiar tu vida.
No podías hacerlo solo.
Todo lo que deseabas poder ser,
ése soy yo.
Tengo el aspecto que tú quieres
tener, follo como tú quieres follar.
Soy inteligente, capaz y, sobre todo,
soy libre
de todas las maneras en que tú no lo eres.
Oh, no.
- Tyler no está. Se marchó.
- ¿Qué?
No es posible. Es de locos.
La gente lo hace todos los días.
Hablan consigo mismos.
Se ven como les gustaría ser.
Les falta tu valor para seguir con ello.
Tú aún luchas contra ello,
así que a veces sigues siendo tú.
- Tenemos que volver a hacerlo.
- A veces, te imaginas que me miras.
Si ésta es tu primera vez, tienes que luchar.
Poco a poco,
te estás dejando transformar en...
Tyler Durden.
¡No sois vuestro trabajo
ni cuánto dinero tenéis!
- No. Tú tienes una casa.
- Alquilada a tu nombre.
- Tienes empleos, una vida.
- Trabajas de noche porque tienes insomnio.
O te quedas levantado haciendo jabón.
- Te tiras a Marla, Tyler.
- Técnicamente, lo haces tú. A ella le da igual.
Oh, Dios.
Ahora comprendes nuestro dilema.
Ella sabe demasiado.
Tendremos que hablar de cómo esto
puede poner en peligro nuestras metas.
¿Qué... qué quieres decir?
¡Esto son chorradas!
¡Son chorradas, no voy a hacerte caso!
- ¡Estás loco!
- No. Tú estás loco.
Y no tenemos tiempo para estas bobadas.
Es el cambio de bobina.
La película continúa
y el público ni se entera.
- ¡Señor! ¿Se marcha?
- Sí. Deme la cuenta.
¿Puede firmar esta lista de llamadas?
- ¿Cuándo las hice?
- Entre las 2.00 y las 3.30 de la mañana.
¿Me he ido a la cama más temprano
cada noche? ¿Me he levantando más tarde?
¿He sido Tyler cada vez por más tiempo?
¿Hay alguien aquí?
Déjà vu otra vez.
Con el suficiente jabón,
puedes volar cualquier cosa.
Oh, Dios.
- 1888.
- ¿A quién estoy llamando?
1888 Franklin. Mantenimiento. ¿Diga?
Dígame.
¿El 1888 de la calle Franklin?
Sí. ¿En qué puedo ayudarle?
- ¿Diga?
- Sí, sí.
Tengo que hablar
con el supervisor ahora mismo.
- Soy yo.
- Bien, escúcheme.
Algo terrible
está a punto de pasarle a su edificio.
Está bajo control, señor.
- ¿Perdón?
- Tranquilo, señor. No nos pasará nada.
2160.
¡Marla! ¡Marla! ¡Eh, espera!
¡Espera!
¡Tenemos que hablar! ¡Marla! ¡Marla!
¡Tus cocolisos me pegaron
con una escoba! ¡Casi me rompen el brazo!
Se estaban quemando
las yemas de los dedos con lejía.
Esto necesita mucha fe
de tu parte, pero escúchame.
- Ahora viene el alud de chorradas.
- Algo más de fe que eso.
No quiero oír nada
de lo que tengas que decir.
Tienes todo el derecho a estar...
Un café, gracias.
Señor. Todo es a cuenta de la casa, señor.
¿Por qué?
- No preguntes.
- Lo que sea.
Sopa de pescado, pollo frito
con patatas asadas y tarta de chocolate.
Comida limpia, por favor.
En ese caso,
no le aconsejo la sopa de pescado.
Sin sopa, entonces. Gracias.
Tienes 30 segundos.
Sé que me he estado
comportando de manera extraña.
- Sé que parece que tengo dos facetas...
- ¿Dos facetas?
- Eres el Dr. Jekyll y Mr. Capullo.
- Sí. Pero he comprendido algo importante.
- ¿Qué?
- Nuestra relación no estaba clara
para mí por motivos que no vienen al caso.
- Sé que no te he tratado bien.
- Lo que sea.
No, no. ¡Quince segundos, por favor!
Quince segundos, y no abras la boca.
Intento decirte que lo siento.
Lo que he comprendido
es que sí que me gustas, Marla.
¿Te gusto?
De verdad.
Me importas y no quiero
que te pase nada por mi culpa.
Marla, tu vida corre peligro.
¿Qué?
Tienes que irte fuera un tiempo.
No vayas a ninguna gran ciudad.
- Vete de camping...
- Eres un demente.
- No. Te he metido en algo terrible.
- No. ¡Cállate!
- No estás a salvo.
- ¡Cállate!
- Escucha, Tyler, lo intenté de verdad.
- Ya lo sé.
Hay cosas de ti
que me gustan. Eres listo, gracioso.
Eres espectacular en la cama.
Pero...
eres inaguantable.
Tienes serios problemas emocionales.
Problemas profundos
para los que tendrías que ver a alguien.
- Lo sé, y lo siento.
- Lo sientes, lo siento, todos lo sentimos.
No puedo seguir así.
No puedo.
Y no lo haré.
Me voy.
¡No puedes irte, Marla! ¡No estás a salvo!
- ¡Marla, no lo comprendes!
- ¡Déjame en paz!
- ¡Marla, intento protegerte!
- ¡Suéltame!
- ¡No quiero ni volver a verte!
- Está bien...
¡Espera aquí mismo!
¡Espere ahí! ¡Cállate!
Coge este dinero y sube al autobús.
Te prometo que no volveré a molestarte.
¡Cállate!
Sube al autobús, por favor.
¿Por qué haces esto?
Creen que eres una amenaza.
¡No puedo explicártelo ahora, confia en mí!
- Si sé adónde vas, no estarás a salvo.
- Me lo quedo: Impuesto de gilipollez.
- Vale. Recuerda, nada de grandes ciudades.
- Tyler.
Eres lo peor que me ha pasado nunca.
Hola. Necesito que me arresten.
Soy el líder de una organización terrorista
responsable de numerosos actos
de vandalismo y ataques en toda la ciudad.
En la zona metropolitana,
teníamos unos 200 miembros.
Ya han surgido grupos
en otras cinco o seis grandes ciudades.
Es una organización
estrictamente reglamentada
con muchas células capaces de operar
con indepencia del mando central.
Vayan a la casa. El 1537 de Paper Street.
Es nuestro cuartel general.
Enterrado en el jardín
encontrarán el cadáver de Robert Paulsen.
En el sótano hay unas bañeras
usadas recientemente para fabricar
grandes cantidades de nitroglicerina.
Creo que el plan es volar
las oficinas de esas empresas de crédito
y el edificio de TRW.
¿Por qué estos edificios?
¿Por qué las empresas de crédito?
Si se borran los registros
de deuda, todos nos ponemos a cero.
Se crea el caos total.
Que siga hablando.
Tengo que hacer una llamada.
Admiro de verdad lo que hace.
¿Qué?
Fue usted un valiente al ordenar esto.
Es usted un genio, señor.
Dijo que si alguien se entrometía
en el Proyecto Caos, incluido usted,
teníamos que cortarle las pelotas.
- No se resista.
- Es un profundo gesto, Sr. Durden.
- Sentará ejemplo.
- ¡Os estáis equivocando!
- Dijo que diría eso.
- ¡No soy Tyler Durden!
- Nos dijo que también diría eso.
- Está bien. Soy Tyler Durden.
Escuchadme.
Esto es una orden directa.
- Vamos a abortar la misión.
- Dijo que, definitivamente, diría eso.
¿Estáis locos de remate?
¡Sois agentes de policía!
¿Alguien lo está cronometrando?
Cierre la boca.
¡Mierda!
Parte de la información concuerda.
- Vamos a esa casa de Paper Street.
- Ahora vamos.
¡Espere!
- Lo tengo.
- Señor, tenemos que hacerlo.
- ¡Deje de resistirse!
- ¿Dónde está la goma?
¡Dejadme en paz! ¡Tira ese *** cuchillo!
¡Atrás! ¡Boca abajo en el suelo ahora mismo!
¡Echaos al suelo!
¡El primero que salga por esta puerta
se come una ensalada
de plomo! ¿Entendéis?
¡Largo! ¡Aparta!
Corrí.
Corrí hasta que los músculos me ardieron
y mis venas bombearon ácido de batería.
Y luego seguí corriendo.
FRANKLIN STREET
¿Qué coño estás haciendo?
¡Corriendo en calzoncillos!
¡Pareces un colgado!
No. Te sigo la pista.
Sé lo que está pasando.
Vamos, entonces. Tengo un sitio genial
para verlo. Será como la tele de pago.
ESCALERA MECÁNICA AL GARAGE
- Oh, joder.
- ¿Qué estás haciendo ahora?
- Voy a detener esto.
- ¿Por qué?
- Lo mejor que has hecho nunca.
- No puedo dejar que ocurra.
Hay otras 10 bombas
en otros 10 edificios.
¿Desde cuándo
va el Proyecto Caos de asesinar?
Los edificios están vacíos.
No vamos a matar a nadie.
¡Los vamos a liberar!
Bob ha muerto.
Le pegaron un tiro en la cabeza.
Si quieres hacer tortilla,
tienes que romper unos huevos.
No. No pienso escucharte.
Ni siquiera estás ahí.
Yo no lo haría.
A menos que sepas qué es cada cable.
Si tú lo sabes, yo lo sé.
O quizá supiera que tú lo sabrías, y me haya
pasado el día pensando en los que no son.
¿Tú crees?
Oh, cielos, no. El verde, no.
Tira de cualquiera menos del verde.
¡Te he dicho que no lo hicieras!
¡Joder!
Tyler, aléjate de la furgoneta.
¡Tyler, no bromeo!
¡Aléjate de la furgoneta!
¡Maldita sea!
¡Le estás disparando a tu amigo imaginario
casi 2000 litros de nitroglicerina!
¡Quieto, Tyler!
¡Vamos!
¡No te vayas!
¡¿Qué?!
Tres minutos.
Tres minutos.
Llegó el momento.
El principio.
Hora cero.
Creo que aquí fue donde empezamos.
¿Tienes un discurso para la ocasión?
¿Disculpa?
Sigue sin ocurrírseme nada.
Humor de escena del pasado.
Empieza a ponerse interesante.
Dos y medio.
Piensa en todo lo que hemos logrado.
Por esas ventanas, vamos a ver
desplomarse la historia de las finanzas.
Un paso más cerca del equilibrio económico.
¿Qué hace ella aquí?
Atar los cabos sueltos.
¡Déjame en paz, calvo hijo puta!
- Te lo ruego, no lo hagas.
- No lo hago yo.
- Lo hacemos ambos. Es lo que queremos.
- No.
- Yo no quiero esto.
- Bien. Pero "tú" carece de sentido ahora.
- Tenemos que olvidarnos de ti.
- Eres una voz en mi cabeza.
¡Y tú eres una voz en la mía!
- ¿Por qué no puedo librarme de ti?
- Me necesitas.
No. No te necesito. Realmente, ya no.
Tú me creaste. Yo no creé
a un alter ego perdedor para sentirme mejor.
- Acepta tu responsabilidad.
- Ya lo hago. Soy responsable de todo ello...
...y lo acepto.
Así que te lo ruego, cancela esto.
¿Nos he abandonado alguna vez?
¡¿Hasta dónde has llegado gracias a mí?!
Nos llevaré hasta el final.
Como siempre,
cargaré contigo pateando y gritando
y, al final, me lo agradecerás.
Tyler. Tyler.
Te estoy agradecido.
Por todo lo que has hecho por mí.
Pero esto es demasiado. No lo quiero.
¿Qué quieres? ¿Tu mierda de trabajo?
¿Estar en tu pisito viendo seriales?
¡Que te jodan! No lo haré.
- Esto no puede ser real.
- ¡Ya está hecho, así que cállate!
60 segundos para el trompetazo.
No.
No consigo entenderlo. Ni siquiera es real.
Tú no eres real, esa pistola...
Ni siquiera está en tu mano.
La pistola está en mi mano.
Bien pensado. Pero no cambia nada.
¿Por qué quieres ponerte
una pistola en la cabeza?
No es mi cabeza, Tyler.
Es la nuestra.
Interesante.
¿Adónde quieres
ir a parar, pequeño Ikea?
Eh. Somos tú y yo.
¿Amigos?
Tyler,
quiero que me escuches de verdad.
Vale.
Mis ojos están abiertos.
¿Qué es ese olor?
- ¿Dónde están todos?
- Oh, no. ¿Qué está pasando?
¡Sr. Durden!
¡Oh, Dios!
¿Está... está usted bien, señor?
- Oh, sí, estoy bien.
- ¡Qué mal aspecto! ¿Qué ha pasado?
- Nada, ningún problema.
- No, no, señor. No es broma.
- Tiene muy mala pinta. Necesita ayuda.
- Estoy bien.
Mira, estoy bien...
Todo está estupendamente.
¡Dejadme!
- Soltadla.
- ¡Por todos los demonios!
¡Tú!
Hola, Marla.
- Dejadla conmigo. Esperadme abajo.
- ¿Está seguro?
Sí, estoy seguro.
¡Hijo puta!
¡¿Qué *** juego demente es éste?!
Ponerme en un... ¡Oh, Dios, tu cara!
Sí, lo sé.
¿Qué ha pasado?
- No preguntes.
- Te han disparado.
- Sí, me han disparado.
- Oh, Dios mío.
- No puedo creer que se tenga en pie.
- Es muy duro, el cabrón.
¿Quién te lo ha hecho?
La verdad es que fui yo.
Busca unas gasas.
¿Te has disparado tú mismo?
Sí, pero estoy bien. Marla, mírame.
De verdad que estoy bien.
Confia en mí. Todo va a salir bien.
Me conociste
en un momento muy extraño de mi vida.