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- ¿Quiere $3 de gasolina? ¿Sólo eso?
- Sí.
Y si tiene tiempo, limpie el parabrisas.
Está lleno de bichos.
Bob Santos.
Ambrocio Verraras.
Luis Ortegas.
¿Sabes cosechar sandías?
¿Luis? Tiene muchísima experiencia.
- Nació en un campo de sandías.
- De acuerdo.
¿Y yo, Larry?
Roberto.
Ya tenemos 30, Vincent.
¿Necesitamos más hombres?
Sólo si tiene algunos que trabajen gratis.
Vaya que eres tacaño.
Haces rendir el dinero.
Pagamos $1,40 la hora, diez horas por día.
No me estafes.
Yo cobro mi porcentaje, tío.
No me hace falta estafarlos.
Larry viene con nosotros. A los que no vea
trabajar, los enviará de vuelta.
Y a esos no les pagaré.
Nunca te entrego holgazanes.
- Todas estas personas son expertas.
- Sí, ya lo sé.
$3.
$3. Aquí tiene, $4 y $5.
Regrese pronto.
- ¿Tiene la llave del baño de damas?
- No funciona. No se puede usar.
¿Y el de caballeros?
Tampoco. No funciona ninguno de los dos.
Iremos por separado.
Entraré cuando salgan los hombres.
No deberá llamar a la
policía, no habrá sexo.
Si quiere, llamaré ahora mismo.
Lárguese de aquí.
- ¿A qué baño va usted?
- Se lo advierto.
Quizás nunca va al baño
y por eso tiene ese humor.
Un momento.
Yo fui el último
en usar el baño de caballeros.
¿Dice que se rompió por mi culpa?
¿Sabe cuántos peones itinerantes
pasan por aquí?
Esta gente va al baño, se ducha,
ensucia todo y roba el papel higiénico.
Deje que lo usen.
Yo soy un empleado. ¿Me entiende?
Y mi jefe no quiere
que los peones usen el baño.
Aunque compren gasolina.
¿Buscan trabajo?
Olvidamos nuestros palos de golf,
así que, ¿por qué no?
¿Saben algo de sandías?
Cebollas, lechuga, sandías.
Cosechamos lo que sea.
Después de que vayan al baño.
Primero lo primero.
Ya que los baños no funcionan...
¿por qué no entran todos aquí y usan esto?
Váyanse todos de aquí, maldita sea.
Dijo que no era el dueño.
¿Qué demonios le importa
si usan el baño o no?
Tome. Dense prisa.
¿Esas personas son parientes tuyos?
Son amigos.
¿Hace mucho que viajas con ellos?
¿Qué quieres saber?
¿Si me acuesto con algunos de ellos?
Al diablo.
Vamos a distintos lugares.
Ayudamos a que los trabajadores rurales
se organicen.
Pero debemos parar
y trabajar para mantenernos.
¿Trabajan para el sindicato?
Si digo que sí, ¿no nos contratarás?
No me importa si trabajan
o no para el sindicato.
Mientras sepan cosechar sandías.
He pasado casi toda la vida en el campo.
- ¿Cómo te llamas?
- Nancy Chavez.
No tengo relación con el otro Chavez.
Pero te diré una cosa.
Estuve con ellos en la manifestacion
de la huelga de las uvas.
Te creo.
- ¿Ese campo es tuyo?
- Sí.
Son 65 hectáreas.
Es mi segunda cosecha.
Si no me va bien en ésta...
Este tipo ya tiene trabajando
a una cuadrilla.
¿Qué diablos debemos hacer?
¿lrnos a casa?
Me parece que no te conozco.
Soy Bobby Kopas.
Vengo de La Junta con esta excelente
cuadrilla de recolectores.
Me parece que nunca te he contratado.
Y estoy seguro de que jamás lo haré.
¿Ni por $1,20 la hora?
Ahorrará dinero y ya están trabajando.
No contrato a borrachos
que no saben nada de sandías.
No lo sé. Contrata a muchos latinos
y a ningún compatriota.
En mi opinión, está discriminando.
Sube a tu gente a la camioneta.
Vete de mi tierra.
¿Esos latinos son amigos tuyos?
¿Qué le importa quién trabaje para usted,
mientras que alguien le haga el trabajo?
Empleo a quien quiero.
Bueno, tiene que quererme a mí.
Sólo que es algo lento para comprenderlo.
Todo le será mucho más sencillo...
y tendrá menos problemas
si hace negocios conmigo.
¿Comprende lo que le digo?
Hablas como un pequeño rufián.
Pero no eres muy convincente.
Si sigues hablando, te arrancaré la cabeza.
Dejen las sandías que recogieron
o arruinaron donde están.
Suban a la camioneta y lárguense.
Sé que necesitan el trabajo
y que desean trabajar.
Pero ya contraté a una cuadrilla.
El hombre cometió un error.
Vinieron al lugar equivocado.
¿Y ahora qué harás? ¿Nos matarás?
Voy a hablar con él,
y esta vez me va a escuchar, señorita.
¿Matarás gente por $1,20 la hora?
ÉI me amenazó, y todos ustedes lo oyeron.
Retroceda, se lo advierto.
Un pequeño rufián con un arma...
Mételo en el auto.
Como decía, el hombre cometió un error.
Suban a la camioneta.
Abre la maletero.
Vamos, ábrela.
Oye, amigo.
Si quieres mi opinión,
deberías dedicarte a otra cosa.
- ¿Majestyk?
- Sí.
Se presentó una demanda contra usted.
Tengo orden de arrestarlo.
¿Puede poner las manos
sobre la camioneta?
- ¿Esto es suyo?
- Sí.
Bueno, vamos.
¿Qué pasa? ¡Esperen!
Si no puede pagar un abogado,
se le nombrará uno...
que lo represente antes del interrogatorio,
si lo desea.
¿Entiende estos derechos
que le he explicado?
Si es así, escriba "sí" aquí.
Teniendo en cuenta estos derechos,
¿desea hablar ahora?
Si es así, escriba "sí" aquí.
Firme y escriba su dirección,
ciudad y estado.
- Firma como testigo, Richie.
- Sí, señor.
Soy el teniente detective McAllen.
¿Comprende los derechos
que le otorga la ley?
Comprendo que debo mantener
la boca cerrada. Eso parece ser todo.
Si quiere, puede darnos su versión.
Bueno, un hombre que jamás había visto
quiso obligarme a emplear a una cuadrilla.
El demandante asegura
que le propuso un negocio.
Y que usted, en lugar de decir "no,
gracias", lo golpeó con una escopeta.
Era su arma, no la mía.
Y estaba infringiendo mi propiedad.
Teniente.
Hace cuatro años, lo condenaron
por agresión en California. Primer delito.
Pasó nueve meses en la cárcel de Folsom.
¿En California también usó un arma?
Fue en un bar.
Un tipo me golpeó con una botella.
Escuche, teniente.
Teniente, tengo 65 hectáreas de sandías
allí esperándome.
Es tiempo de cosecha.
Déjeme encargarme de eso...
y regresaré en unos días, ¿sí?
Si era su primera condena,
¿cómo es que lo enviaron a la cárcel?
Este tipo fue al juicio con una fractura
de clavícula y de mandíbula...
y llevó amigos que atestiguaron
que yo había iniciado la pelea.
Y dijeron que le di patadas en la cara
cuando estaba inconsciente.
Pero, claro, usted no hizo semejante cosa.
Ya me condenaron por eso, ¿de acuerdo?
¿Está casado?
Lo estuve por cuatro años.
Mi mujer se divorció cuando estaba preso.
Si no recojo esas sandías esta semana,
perderé toda la cosecha.
Sólo necesito unos días, teniente.
¿Eso es lo único que le preocupa?
¿Sus sandías?
Le conviene conseguirse un abogado.
Le iniciarán juicio.
Y el tribunal determinará una fianza.
Si la paga,
podrá ir a recoger cuantas sandías quiera.
Claro. Pero si pago la fianza,
no tendré dinero para la cuadrilla.
Y no puedo recoger las 65 hectáreas
yo solo.
Eso debería haberlo pensado antes.
Llévalo a una celda.
¿Vas a comer esa salchicha, amigo?
Como tú no la comes,
¿no quieres que la coma nadie?
Sírvete.
No, mejor no.
Pero aceptaré uno de tus cigarrillos.
- Después te pagaré.
- Oye.
¿Un cigarrillo?
Sí. Está bien. Ya me dieron uno.
¿No sabes quién es?
Una estrella de la tele.
Es Frank Renda, tío.
Sí, lo vi tocar el acordeón en la tele.
Dije que es Frank Renda.
Es un asesino a sueldo.
¿Sabes a qué me refiero?
Mata a personas con un arma.
Y tú le preguntas
si va a comerse la salchicha.
Esposen a Renda.
Bueno, vamos.
Hoy trasladan a Frank Renda...
al tribunal del condado para interrogarlo
por el cargo de homicidio en primer grado.
Renda, célebre miembro
del crimen organizado...
ha sido arrestado nueve veces,
pero jamás fue condenado.
Esta vez fue detenido
por un oficial de franco...
que presenció el asesinato
fuera de un bar de la zona.
Parece que Renda finalmente
irá a la cárcel.
Vamos, a un lado.
¿Qué diablos le pasa?
Soy Ron Malone, para La Noticia al
Instante, desde Edna, Colorado.
Ahora sí está en la tele.
¡Las llaves de las esposas!
¡Las llaves! ¡Vamos!
Fíjate si las tiene.
Está muy malherido.
Si no lo sacamos de aquí,
morirá desangrado.
Las llaves.
Me arrestaron por conducir borracho.
No quiero que me maten por eso.
Las llaves.
¡Oigan, allí afuera!
Aquí tenemos a un hombre herido.
No disparen, lo sacaremos.
Las llaves.
Vamos.
Las llaves.
No disparen.
Sácalo, ¿sí?
¿Qué haces?
Espero que sepas lo que haces.
¿Qué haces?
Vayan tras el autobús con Renda. Por allí.
Vámonos de aquí, maldita sea.
La camioneta de reparto.
Sigan a la camioneta.
Vamos, andando.
Pensé que eras un tonto,
pero veo que sabes lo que haces.
¿Por qué te arrestaron?
Por agresión con una escopeta.
¿Con una escopeta?
Eso es intento de asesinato, tío.
Te condenarán, igual que a mí.
Tengo una idea que quizás funcione.
No te preocupes.
Llamarás a un número de teléfono
y habremos salido del país para la mañana.
Prefiero mi idea.
Escucha, si vienes conmigo...
tendrás mucho dinero.
¿Te gusta la idea?
Es al revés. Yo no iré contigo,
tú vendrás conmigo.
Espera un minuto. Dime algo. Espera.
Está bien, escucha.
Bueno, llegamos a casa.
¿Ésta es tu casa?
Es un lugar que uso
en la temporada de caza.
Sí le quitaste las llaves.
Vamos, ¿qué estás tramando?
Ya lo sabrás en su momento.
Esta noche podríamos estar en Los Ángeles.
Buscar un par de mujeres.
Ir a la ciudad de México por unos días.
Dar una vuelta, conseguir un barco,
¡lo que quieras!
Ya he visitado Los Ángeles y México.
Y me he acostado con mujeres.
- Bueno, ¿qué quieres?
- Quiero recoger mi cosecha de sandías.
Contrata a alguien que lo haga.
Eso haré, pero tengo que estar ahí.
Está bien.
Te diré una cosa.
He matado siete veces con un arma.
A un tipo lo maté con una palanca.
A otro lo arrojé de un techo.
A otros no los maté yo,
pero mandé matarlos...
así como puedo matarte a ti,
si no haces un trato conmigo.
¿Qué clase de trato?
Tú decides el precio.
Sólo quítame las esposas y me iré de aquí.
¿Cuánto quieres?
No lo sabes.
¿Qué ocurre? ¿Temes pedir muy poco?
Bueno, yo te diré cuánto.
Veinticinco.
¿Veinticinco qué?
$25.000.
¿Cómo lo harías?
¿Cómo me harías llegar el dinero?
Llamas a un número que te doy, de Denver.
Dices que tienes un mensaje para Wiley.
Y el dinero te será entregado
cuándo y dónde tú digas.
$25.000.
¿Cuál es ese número de Denver?
Muy bien.
Hola. ¿Cómo está?
Es un lindo lugar.
Sí, nos gusta.
Iba manejando, pinché un neumático
y resulta que no tengo uno de repuesto.
¡Qué inconveniente!
Sí, y estaba muy lejos de aquí.
Me preguntaba
si hay un teléfono que pueda usar.
Sí, hay un teléfono que puede usar.
¿Cuánto cuesta llamar a Edna?
¿A Edna? 25 centavos.
25 centavos.
No tengo neumático de repuesto
ni tampoco 25 centavos.
Bueno...
creo que puedo fiarle la llamada.
El teléfono está allí.
- Gracias.
- De nada.
Operadora.
Operadora, ¿me comunicaría
con el departamento de policía de Edna?
Llamo del 456-9253.
- Comisaría de Edna.
- Con el teniente McAllen.
- Hola.
- Hola, teniente. Habla Majestyk.
Maldita sea, Majestyk, ¿dónde está?
En un hotel del centro, ¿qué le parece?
Venga aquí, demonios,
o tendrá muchos problemas más...
Escuche...
Déjeme hablar a mí.
¿Quién diablos cree que paga esta llamada?
- ¿Qué planea?
- Eso está mejor.
Tengo a Renda, teniente.
¿Qué? No le creo.
Dije que lo tengo. No puede escaparse,
a menos que yo lo deje ir.
Piénselo. Por culpa de él,
usted está en todos los noticieros...
Si no se calla, voy a colgar.
¿Qué quiere, Vince?
Bueno. Yo tengo a Renda...
y usted, un cargo de agresión contra mí.
Retire el cargo y le entrego a Renda.
¿Nos lo quiere vender?
Bueno, nada es gratis en esta vida.
¿Por qué no mejor
vamos a buscarlo nosotros?
No, yo lo entregaré.
- De acuerdo.
- Si vienen...
dirán que nos hallaron ustedes.
Corre mucho riesgo.
Será mejor que vayamos nosotros.
- Sí...
- Dígame dónde están y llegaré a primera...
¿Señorita?
Sí.
¿Podría fiarme otra llamada a Denver?
Claro, está bien.
Y un par de cervezas para llevar, ¿sí?
De acuerdo.
- ¿Sí?
- Oiga...
tengo un mensaje para un tal Wiley.
Wiley no está.
Puede dejarme el mensaje a mí.
Está bien.
Busque lápiz y papel. Le daré los detalles.
Ése es.
¡Ése es el auto!
Está bien, vamos.
¿Quién es ella?
Es Wiley.
Es lo único que necesitas saber.
- Por Dios, Frank, ¡estás hecho un asco!
- Sí.
- ¿Y el dinero?
- Ya se lo entregué a la mujer.
- ¿A quién? - A la señora de
la tienda, sobre la carretera.
Me dijeron que pasara a dejarle $3,85.
Y eso hice.
¿$3,85?
¿Qué tienes en mente?
Hicimos un trato por $25.000.
Tú conducirás.
Tú irás en el asiento del acompañante.
Espera un minuto.
¿Lo haces tú solo o quieres que te ayude?
Debo de haberme perdido algo.
¿Adónde vamos?
A prisión.
¿Qué dices?
¡Eres un soplón!
Tienes tu plan.
Quieres más dinero. ¿Cuánto?
Pagaste $3,85. Ya está.
¡Basta de tonterías!
¿Cuánto?
Nada, Frank.
Ya te lo expliqué muy claramente, ¿o no?
Haces un trato conmigo
o puedes darte por muerto. ¿Entiendes?
¡Si voy a prisión, te mato!
Ya hice otro trato.
¿Con la policía?
Jamás podrán despegarse de tu lado.
¿Entiendes eso?
Porque nunca sabrás cuándo podré matarte.
Es algo extraño, ¿no?
¿Quieres un cigarrillo, mi amor?
- Sí.
- Toma.
DEPARTAMENTO DE POLICÍA
Busco al teniente McAllen.
¡Bueno, Majestyk!
- Lo tenía.
- ¿En serio?
Lmagino que querrá saber qué pasó.
Puedo imaginarlo.
- Llévatelo, Mark.
- ¿No quiere que le cuente?
¿Te gusta, Frank?
Es bueno tener amigos.
- Es genial.
- ¿Te gusta?
Sí.
Hay aire acondicionado.
Y mucho ***, whisky...
carne en el refrigerador.
Y $2.500 para cigarrillos.
Aquí hay una ducha muy rara, Frank.
Está sobre el inodoro.
Mañana en la noche estarás en Mazatlán.
Ya te preparamos una casa en la playa.
Está todo listo.
- Unas verdaderas vacaciones.
- Sí.
¿Cómo estás?
Me haría bien un descanso.
Ese asalto al autobús...
me agregó años. Estoy agotado.
- ¿Dónde está?
- ¿Hay cerveza?
- ¿Dónde está?
- ¿Una cerveza?
- ¿Dónde está?
- Se entregó.
Lo último que supe es que está en Edna.
- Es chica, pero cómoda como nuestra casa.
- No estamos en casa, mi amor.
- ÉI sí.
- Frank.
Está en prisión. Y tú, en libertad.
Podemos ir adonde quieras.
Quiero una sola cosa.
Si sale de prisión, lo matarás.
Es lo mismo. El tipo está muerto.
Dije que lo quiero, ¿entiendes?
Quiero mirarlo a los ojos...
apuntarle al estómago...
y cuando vea que él lo sabe...
Io mataré.
¿Puedo preguntarte algo?
¿lrás a pedirle a la policía
un permiso de visita?
¿Cómo te acercarás a ese tipo?
Encuentra al idiota que golpeó.
Dile que retire la acusación,
que todo fue un error.
- ¿Y si no quiere retirarla? - ¡Dije
que le dijeras, no que le preguntaras!
Luego llama a algunos de los nuestros.
Lo encuentran, me avisan...
yo voy...
hablo con él, y ya está.
Hay muchos tipos que pueden hacerlo
y no son buscados por la policía.
¡Dije que lo quiero!
¡Para mí!
Nunca había matado a nadie gratis, ¿sabes?
Pero esta vez,
¡lo haré como favor especial para mí mismo!
Y eso será antes de ir a Mazatlán
o de recostarme en cualquier playa.
¿Fui claro?
- ¿Averiguaste algo más sobre Majestyk?
- No, no mucho.
Fue a la secundaria,
trabajó de camionero, de agricultor.
Estuvo tres años en el ejército.
Fue instructor de los Rangers
en Fort Benning.
Lo tomaron prisionero en Vietnam...
y escapó con cuatro prisioneros enemigos.
Le dieron una medalla.
No es un improvisado, ¿no?
No lo sé. Vamos a ver.
Hola, Ben.
Tome asiento.
Llevo cuatro días sentado.
¿Qué importa uno más?
¿Cuándo iré a juicio?
El hombre al que golpeó, Bobby Kopas...
retiró los cargos.
Bueno...
- ¿Por qué?
- Dijo que lo había pensado mejor.
Y que no valía la pena
perder tiempo en un juicio.
¿Cree que ésa fue la razón?
Cualquiera sea la razón, teniente,
me parece bien...
en tanto pueda volver a casa.
Quizás sea mejor que se quede aquí.
¿Y por qué habría de hacer algo tan tonto?
Porque Frank Renda aún anda suelto.
Sí, lo sé.
El testigo que vio a Renda
cometer el asesinato era un policía.
Lo mataron cuando Renda escapó.
Y sin testigos, no tenemos caso.
Usted le dio a Renda una buena razón
para querer matarlo.
Y no veo por qué no intentaría hacerlo.
Así que me quiere de carnada.
¿No me dejará libre
a menos que lo deje intentar matarme?
Algo así.
No sé por qué, pero presiento
que usted desearía que lo logre...
para condenarlo por homicidio.
Lo pensé...
pero prefiero un intento de homicidio.
Según recuerdo...
usted era el que quería negociar...
para irse a su casa a recoger sandías.
Bueno, vaya a recogerlas.
- ¿Cómo dormiste?
- Demasiado.
Lo necesitabas, tío.
Volví a intentarlo esta mañana,
pero es inútil.
Nadie trabajará para nosotros.
Hablé con Julio,
Tomas y algunos de los otros. ¿Qué pasa?
Julio me dice: "No tengo cuadrillas
para ofrecerte, eso es todo."
- Julio reúne a cuantos hombres quiera.
- Ya lo sé.
Los echa y les dice que no sirven.
De no ser por Nancy Chavez...
no tendríamos a nadie.
Ella nos trajo a otros amigos suyos.
Pero no lograremos terminar a tiempo
sin una cuadrilla.
Hasta mi mujer y mis hijos
están trabajando aquí.
Bueno...
ojalá tengas más suerte que yo.
7-8 a la base.
Acaba de irse en su camioneta
hacia el oeste.
Lo tengo.
¡Te dejaron libre, Vince!
- Es estupendo.
- Te he estado buscando.
¿Por qué no me consigues hombres?
Estabas en prisión, tío.
Pero Mendoza no.
Me dijo que te niegas desde hace dos días.
Es por la época del año, Vince.
Hay mucho trabajo.
Tengo otros pedidos antes que el tuyo.
Te lo pido ahora para mañana en la mañana.
Veinte personas, a $1,40 la hora.
Vince, tengo cuadrillas contratadas
por más de una semana.
Llegas tarde, amigo, eso es todo.
¿Y tú? ¿Puedes conseguirme una cuadrilla?
En diez días, quizás.
Ahora no puedo prometerte nada.
¿Qué diablos pasa?
¿Quieren robarme? ¿Quieren más dinero?
No es por el dinero, Vince.
¿Cómo podemos conseguirte hombres
si no tenemos ninguno?
Oye, Julio...
¿qué demonios ocurre?
¿Quieres escucharme, Vince?
Debo trabajar para vivir.
Y no puedo hacerlo desde el hospital,
¿me entiendes?
Sí. Ahora te entiendo.
¿La próxima temporada, amigo?
Si no lo matan antes.
Me enteré de que quieres una cuadrilla.
Quizás pueda llevarte a unos borrachos.
Quizás pueda hacer
que no vuelvas a sonreír.
Tócame y estarás preso antes del mediodía.
CONDADO DE PUMA
¿Por qué retiraste los cargos?
Porque soy buen vecino.
¿Y tú crees que estoy tramando algo?
¿Por qué piensas eso?
¿Me harás perder la cosecha?
Creo que no piensas con claridad.
Tienes problemas graves...
y lo único que te preocupa
es tu cosecha de sandías.
¿Has hablado con alguien?
- Sí, ¿con quién te parece?
- ¿ÉI te obligó a retirar los cargos?
Ya me cansé de hablar contigo.
Pero te diré algo.
Alguien te pegará un tiro,
y yo estaré allí para verlo.
Muy bien, bocón. Estuviste muy bien.
Me lo debía.
El hijo de puta.
Hola, Frank. ¿Tuviste un buen vuelo?
Sí.
- ¿Fue malo?
- Lo sabía.
Bueno. Hola, Wiley. ¿Cómo estás?
Tu abogado pagó una fianza...
y deberás asistir a la audiencia,
pero no hay nada contra ti.
- ¡Dios!
- ¿Lo ves?
Nada mejor que un poco de suerte.
¿Cómo "suerte"?
El secreto está en no correr
hasta saber que te persiguen.
- Y tener un buen abogado siempre contigo.
- Uno muy bueno.
El tuyo te espera
en la cabaña que te alquiló.
Quiere hablar contigo.
¿Y mi recolector de sandías?
Lo dejaron libre.
Ahora la cuestión es qué planea la policía.
No, la cuestión es qué hace él.
Lo suyo. Acabamos de verlo.
Seguro está en su casa, esperándolo.
Sr. Renda...
cuando acabe con él,
¿me dejaría pegarle un par de tiros?
¿Quién es este imbécil?
Nuestro amigo Bobby Kopas,
el que golpeó Majestyk.
Se asegura de que no consiga peones,
así no tiene una multitud alrededor.
- ¿Lo conoces bien? - Bueno, sé
que es un engreído hijo de puta.
Tiene algunas sandías
y se cree un gran agricultor.
¿Cuánto hace que vive aquí?
Demasiado tiempo.
Me parece que te hago preguntas
y tú no las respondes.
Lo intentaré otra vez.
- ¿Me dirías dónde vive?
- Sí, señor, cuando guste.
- ¿Qué tal ahora?
- Como no.
Ya llegamos, Sr. Renda.
Señor.
- Dijiste que nadie trabajaba para él.
- Ninguna cuadrilla.
Son unos peones que contrató, nada más.
Avanza un poco y da la vuelta.
¿Cuánto hace que están aquí?
Estorban, están siempre
arreglando la calle.
¿Cuánto hace?
No lo sé. Dos o tres días, me parece.
¿No sabes reconocer a un policía?
¿Policía? ¿Está seguro?
No imaginé que hubiera policías por aquí.
En unos días, se cansarán y se marcharán.
Después podremos echar a esos mexicanos.
Será fácil.
Estaciona.
Estaciona y detén el auto.
Bueno, imbécil...
¡bájate!
¿Dónde? ¿Aquí?
Tengo el auto en Edna.
Está a siete u ocho kilómetros.
Ven aquí.
Te conocí hace menos de media hora
y hablas con insolencia...
sin saber lo que dices.
¡Pedí que nadie trabajara con este tipo
y aquí tiene a una docena de gente!
La policía está en una tribuna
observando todo...
y tú ni siquiera sabes que son policías.
No veo que me sirvas para algo.
Pero lo vigilé para que no se le escapara.
Sí.
Mejor que ahora te escapes tú.
Y que hagas lo que te diga Lundy.
Y nunca, nunca...
¡vuelvas a ser insolente conmigo!
¿Me oíste?
Sí, señor.
Vámonos de aquí.
Hola, Frank. Me alegra verte aquí.
Hola, tío, estuviste genial.
Volviste a ganarles.
¿Qué hacen ustedes ahí parados?
- Hola, Richard.
- Wiley.
- Hola, Frank.
- Hola, ***.
- ¿Te gusta?
- No está mal.
Parece una hacienda de ricos.
Es de un agente de bolsa
que representé una vez.
¿Sí? ¿Y dónde está? ¿En prisión?
Sí, en la de Lewisburg.
Eso imaginé.
Dicen que conspiró para estafar
al gobierno de los Estados Unidos.
A mí también sírveme. Me hace falta.
¿Dónde estabas, Frank?
¿Mirando plantaciones de sandías?
Tenía cosas que hacer.
Estás libre bajo una fianza de $5.000,
hasta que te interroguen en diez días.
¿De qué hablas?
Creí que estaba libre.
Sí. Pero deben respetar el procedimiento.
Éste no es el momento
de ser impulsivo, Frank.
Tengo una sandía que recoger.
Además, te han llegado
ofertas muy importantes.
De gente muy importante.
¿Qué debo decirles?
Diles que tengo algo que hacer.
Si no les gusta...
peor para ellos.
Creo que lo lograremos, Vincent.
Si logramos que siga trabajando.
Muchas gracias.
¿Alguien dijo algo de una cerveza fría
después del trabajo?
¿Te gustaría?
Claro que sí.
- ¿Tú invitas?
- Así es.
En una semana, seré rico.
- ¿Vienen tú y tu esposa, Larry?
- No, no.
Mi mujer y yo tenemos algo más importante
que hacer. Nos vamos a la cama.
Si tienes tanta energía, regresa al campo.
Buenas noches.
¿Ahora adónde diablos va?
Seguro que lo atropelló una camioneta.
O algo así.
¿Quieres esperarlo?
¿Con un policía muerto en la calle?
- Vamos a hablar con los peones.
- Eso es.
Vamos, salgan. Sácala. ¡Afuera!
¿Dónde está?
No lo sé. Creí que estaba en la casa.
¿Dónde está?
Si lo supiéramos, se lo diríamos.
Tráelo.
Pregúntales.
Estamos buscando a su jefe.
El jefe.
¿Quién quiere decirme dónde está?
No saben nada.
Perdemos el tiempo.
Diles que no trabajan más aquí.
Ya no trabajan más aquí.
Tienen dos minutos
para subir a sus autos y largarse.
- Hemos...
- Sigue hablando y te romperemos la cabeza.
- Vamos.
- Está bien, chicos, vamos.
Este hombre ha trabajado mucho.
Sí.
Dijo que lo único que quería
era encargarse de sus sandías.
Encárguense de sus sandías.
Ya lo oyeron. Encárguense de las sandías.
Vamos, háganlo.
¿Era rubia de ojos azules?
Rubia, casi siempre.
¿Usas rizadores de cabello?
De vez en cuando. ¿Por qué?
Cuando pienso en mi ex mujer,
la recuerdo con rizadores.
Siempre se hacía cosas en el cabello,
se lo lavaba y todo eso.
¿Tienes hijos?
Una hija de siete años.
¿La extrañas?
Hace dos años que no las veo.
Se mudaron a Los Ángeles.
¿Piensas en ellas?
No, pensaba que tal vez valiese la pena
llegar a conocerte mejor.
Bueno, completaré una solicitud.
Tú la lees y me dices si paso.
Volviste a ser la mujer dura.
SANDÍAS MAJESTYK
La verdad es que eres una chica muy bella.
Si quieres acostarte conmigo,
¿por qué no lo dices?
No quiero decirlo, quiero hacerlo. Vamos.
Tengo que ir al baño de damas,
si no está cerrado con llave.
Si lo está, tiraré la puerta abajo.
¿Cómo estás, amigo?
Sólo vine a decirte una cosa.
Quizás ya la sepas.
Pero quiero asegurarme. Voy a matarte.
Allí hay un par de policías.
Sí.
Si no fuera por eso, ya estarías muerto.
¿Cuándo ocurrirá este gran acontecimiento?
¿Qué importa? Mañana. La semana próxima.
Puedes esconderte
en el sótano de la comisaría.
Igual te mataré, amigo mío.
Parece que no tiene caso
intentar caerte bien.
¿Por qué no llamas a un policía?
Quedó la luz encendida.
Llevé a mi mujer y a los niños
a la casa de mi suegra.
- ¿Llamaste a la policía?
- Claro.
Me hicieron preguntas.
Pero, ¿qué podía decirles?
Vinieron unos hombres. No sé quiénes eran.
Dijeron que nos fuéramos
o nos romperían la cabeza. Así como así.
Hazme un favor.
Ve a vender esta carga.
Déjala en la estación de autobuses.
¿Cómo "un favor"?
Regresaré y haré que se recoja
toda la cosecha.
No, se acabó, Larry.
Muchas aún están buenas.
Sí, Larry irá a vender esta carga.
Te dejará en el pueblo.
Allí podrás tomar un autobús.
¿Por qué?
Porque ese tipo, Renda, regresará.
Ya no hay razón para que te quedes aquí.
Prepara tus cosas.
Dispararon al automóvil en el que yo iba
y vi morir a un tipo al lado mío.
Otra vez, una camioneta intentó arrollarnos
a mí y a unos amigos.
Estaba en el salón de un sindicato
en donde arrojaron una bomba y voló todo.
No necesito que nadie me cuide.
Si no me quieres aquí, bueno,
eso es otra cosa.
No te quiero aquí.
El autobús a La Junta siempre para aquí.
No te preocupes, no lo perderás.
Gracias, Larry. Buena suerte.
Nancy, otro día ven a visitarnos, ¿sí?
Ése no es Majestyk, es Larry Mendoza.
Sí, lo reconozco.
El chico no me hizo caso.
Te dijimos que te largaras y no regresaras.
¿No es así?
Ayudo a mi amigo
a entregar unas sandías, nada más.
Te dimos la oportunidad de huir
y la desperdiciaste. ¿No es así?
Entregaré estas sandías y me marcharé.
No volverán a verme.
Vamos, Larry.
Se los juro por Dios.
- Soy su empleado, nada más.
- Así es.
Quiero ver a Larry Mendoza.
Dígame en qué habitación estará...
cuando salga de cirugía.
- ¿Dónde está?
- En esa habitación.
El hombre del depósito no vio nada.
Ni siquiera el auto.
¿Qué le hicieron?
Le rompieron las piernas.
Lo lamento.
Hola, Larry.
Lo lamento mucho.
¿Quiénes eran, Larry?
¿Los conoces? ¿Sabes quiénes eran?
Sí. Los mismos que fueron anoche.
Y Bobby Kopas. Estaba con ellos.
No bromean. A mí me hicieron esto...
¡y a ti te matarán!
¿Quieres que me sienta mejor? Vete.
Escóndete en alguna parte.
No tiene nada de malo.
Porque seguro...
que te matarán.
Lamento lo que le ocurrió
a su empleado, Majestyk.
No es sólo mi empleado.
Anoche mataron a un agente.
Lo arrollaron o lo mataron a golpes.
A la misma hora que se fueron sus peones.
Quisiéramos hablar con ellos.
¿Por qué mejor no hablan
con Frank Renda?
La policía de Denver vigila su casa.
Pero no se encuentra allí.
No sabemos dónde está.
No saben nada de nada.
Déjenme solo, maldita sea.
Si nos vamos, ya sabe lo que sucederá.
Bueno, veamos qué sucedió
desde que ustedes están cerca de mí.
Hasta ahora,
Renda logró alejar a mi cuadrilla...
le disparó a mis sandías...
le rompió las piernas a mi amigo
y mató a uno de sus agentes.
No venga a hablarme de protección policial.
¡Aleje a sus héroes de mi propiedad!
Si se muere, no podrá recoger sus sandías.
Si me muero, no importará, ¿o sí?
Como quiera. Está solo.
Teniente, he estado solo
desde el principio.
¿En serio nos retiraremos?
Eso le haremos creer y veremos qué pasa.
- Junto a la camioneta. ¿Lo ves?
- ¿Dónde?
Maldita sea, estaba allí hace un segundo.
¿Entró en la casa?
Seguro. La mexicana está allí dentro.
¿Dónde están tus otros muchachos?
En la parte de atrás de la casa.
Sigue vigilando.
Iré a contarle a Frank lo que sucede.
Por lo que veo, no pasa nada.
Hijo, si mantuvieras los ojos abiertos
y la boca cerrada...
¡tal vez verías algo!
- ¿Qué te parece?
- No lo sé.
Pero te diré una cosa.
No me voy a preocupar.
Allí está su camioneta.
¿Sí?
¿Qué diablos haces aquí?
Pedí que me trajeran y volví.
Afuera hay un grupo de hombres armados.
¿Te vieron entrar?
No lo sé. No vi a nadie.
Creo que no podrás librarte de mí.
Sí, ya lo sé.
Hasta que se me ocurra
cómo sacarte de aquí.
Por lo menos, creo que no harán nada
hasta que aparezca Renda.
¿Sabes usar esto?
Apuntas y tiras del gatillo.
¿Hay que hacer algo más?
No importa.
Ya que estás aquí,
siéntate junto a la ventana.
Si ves que se mueve algo, avísame.
Fue por su remolque y luego, a su casa.
¿Está solo?
Ahora no. Kopas dice que hay una chica.
Llegó antes de que regresara él.
El tipo sabe que le pegaré un tiro
y tiene a su novia ahí con él.
No habrá pensado
que iba a matarlo tan pronto.
- Quizás.
- Sírvete una copa.
Gracias. No podemos entrar a su casa
sin más. Podría haber policías esperando.
Tenemos que pensar en algo.
No puedo seguir perdiendo el tiempo aquí.
Si quieres matarlo tú mismo,
espera el momento indicado.
¡No tengo más tiempo! ¿Entiendes?
No sé si ese Renda
seguirá esperando mucho más.
Pero yo no. Voy a desbaratar sus planes.
Buenos días, Sr. Renda.
Se lo atrapé.
Está en la casa, sin ninguna duda.
No tiene forma de huir.
¿Lo viste?
Supongo que estará encerrado en el baño.
O, si no, se escondió bajo la cama.
Te hice una pregunta.
Bueno, no, señor. No lo vi, pero está allí.
No hay ningún otro sitio donde pueda estar.
Bien, lo vamos a hacer salir.
Sin ningún escándalo.
- Lo llevaremos hasta el auto.
- Y a la mujer también.
¿Y si tiene un arma, Sr. Renda?
Deberemos quitársela, ¿no?
Tú serás el primero en
cruzar aquella puerta.
Estaremos detrás de ti.
Sr. Renda, yo...
No tengo experiencia en este tipo de cosas.
Es decir...
quizás no sirva para esto.
¿Entiende lo que digo?
Lo harás bien.
Como dije,
serás el primero en cruzar aquella puerta.
Estaremos detrás de ti.
Lo harás bien.
Pon esto atrás, en la camioneta.
Arranca y no frenes ni disminuyas
la velocidad hasta llegar al café.
- No podrás...
- Escucha lo que te digo.
Cuando llegues al café, deténte,
baja rápido y no mires hacia atrás.
No podrás hacerlo solo. Necesitas ayuda.
Lo que haces ya es suficiente.
Aquí tienes las llaves.
¡Vamos, arranca!
Lo sabía.
Convertible azul, techo blanco.
Al oeste por la carretera.
- 7-8, atento.
- ¿Qué ocurre, Hal?
Renda lo persigue.
Van al oeste por la carretera.
- Que vayan todas las unidades.
- Sí, señor.
Pide un helicóptero al aeropuerto.
¿Qué diablos haces?
Vas en sentido contrario.
Hay una carretera al
otro lado de ese campo.
- Seguro que se dirigen hacia allá.
- Derecho. La primera calle a la izquierda.
Sigue y no los pierdas.
¡Deténte!
Hazte a un lado.
No podré librarme de ti, ¿no?
Ya te dije que no.
Diles que vigilen por allí abajo.
Echen un vistazo por allí abajo.
Es su territorio de caza.
Nos trajo aquí a propósito.
Creo que estamos
a unos kilómetros de la cabaña.
¿Quieres ir hasta la cabaña o no?
Nos atrapó.
Ese recolector de sandías nos atrapó.
- Adelante, F-4J.
- El 201 se dirige hacia el sur.
Hay un convertible azul con techo blanco...
unos 800 metros delante de la camioneta.
Y va muy rápido.
Esperen un minuto, se esfumó.
Deben de haberse desviado
por un camino del bosque.
Aguarden y les daré las coordenadas.
Parece que nunca me entero de nada.
¿Alguien me puede decir qué ocurre?
Cálmate.
¿Debo empezar a empacar o no?
Creo que está entre aquellos árboles.
- Yo no veo nada.
- ¿Quieres cerrar la boca?
Alcánzame los binoculares, Wiley.
Ven aquí.
¡Vamos, Frank, terminemos con esto!
Tengo cosas que hacer.
Este tipo es increíble.
¿Tiene prisa?
Quiero que salgas a hablar con él, Wiley.
¿Dónde está?
- Bueno, fue un gusto conversar con usted.
- Wiley.
¿Sí?
Ven aquí.
Regresa a la cabaña y dile a Frank...
que, si quiere arreglar esto entre
nosotros, no nos queda mucho tiempo.
La policía está en camino.
La verdad es que yo no tengo
nada que ver con esto.
¿Quién está con él?
Lundy y Kopas.
Llévala a la carretera. Espérenme allí.
- ¿Tú qué harás?
- Aún no lo sé. Me quedaré con la escopeta.
¿Adónde se fue, Sr. Renda?
Debe de haberla capturado.
Sí.
Quizás se fueron y se la llevó con ellos.
Sigue allí.
Vamos arriba.
- Quizás podamos verlo desde allí.
- Sí.
A ti no te dije que subieras.
Baja a vigilar.
Yo lo haré, Frank.
Descubre dónde está y yo lo haré salir.
¡Regresa al bosque, Lundy!
- ¡Atrápalo!
- ¿Dónde está?
No lo vio.
Le mintió a Lundy.
Lo usó.
Lo usó como carnada.
No sé qué hago aquí.
No me importa ese recolector de sandías.
No es asunto mío.
No es mi problema.
¡No quiero tener nada más que ver con esto!
Aléjese de mí.
- Ve afuera.
- No.
¡Ve afuera!
- Ni siquiera estoy armado. ¡Me matará!
- Puedes elegir.
Quédate y te mataré yo.
Me quedo.
¿Dónde está?
En la escalera.
¿Quieres vivir?
Sí.
Arrójate sobre ese tronco y no te muevas.
Vamos, hazlo.
Oye, muchacho.
Revísalo, Richie. ¿Bob?
Tráelo.
Deme eso.
Oye, amigo.
Como te dije, deberías
dedicarte a otra cosa.
- ¿Dónde está Renda?
- En la parte de atrás, muerto.
Suba a su camioneta.
Quiero hablar con usted en el pueblo.
Bueno, vamos.
Oiga, teniente...
tenía razón.
Quería matarme en serio.