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Sefardíes: Judíos, cuyos antepasados
vivieron en España, en la Edad Media.
Sefardíes: Judíos, cuyos antepasados
vivieron en España, en la Edad Media.
Tras su expulsión de España (1492)
Se establecieron en la Cuenca Mediterránea
y en Jerusalén, Palestina.
Conservaron en todas partes
sus costumbres, rituales religiosos
y el ladino,
una variedad de castellano medieval.
CADA VEZ QUE DECIMOS ADIÓS
JERUSALÉN, SEPTIEMBRE DE 1942
Te levantaste temprano.
- ¿Más pesadillas?
- No, no. Son las malditas campanas.
Espero que no hayas ido al baño.
Necesito una muestra matinal.
De veras es bueno que te hayas levantado.
Te espera una atareada mañana de análisis.
Pero si todo está bien,
parece que te daremos de alta hoy.
- No me digas.
- No hables.
Y no sonrías.
Te recuperas perfectamente
y necesitamos la cama.
Tu Cte. Se encargará
de tu alojamiento y transporte.
Peter. Bien.
Estás muy deseoso
de volver a la guerra, ¿ verdad?
No. No a la guerra, pero quiero probar
esta pierna reconstruida...
con la que me arreglaron.
Asegurarme de que aún pueda hacer
las mismas cosas.
Sabes...
Yo aplazaría el claqué por un tiempo, David.
Creo que quizá tengas razón en eso, Ginger.
El colchón es completamente nuevo.
Y una habitación con baño resulta
un lujo insólito...
en Jerusalén hoy en día.
- Adelante.
- Muy bonito.
- No hay agua.
- La racionan, querido amigo.
Media ciudad es abastecida los días pares
y la otra, los impares.
Bueno, tendrá dos huevos cada mañana,
incluido en el precio.
Sólo ellos me cuestan un chelín.
Debo comprarlos en el mercado ***.
Bueno, David, ¿qué te parece?
Bueno, he vivido en una pensión
durante 10 días.
Esto es el paraíso. ¿Dónde firmo?
Ah, bien.
¿ Sabe por cuánto tiempo se quedará?
Me temo que no. Nos podrían trasladar
en cualquier momento.
Qué horrible es esta guerra.
Ojalá Hitler arda en el infierno.
Bien. Si este lugar es tan estupendo...
¿por qué lo dejas? ¿ Cuál es la trampa?
No hay ninguna maldita trampa, ingrato.
- ¿ Quieres uno?
- No.
¿Eso era verdad?
¿ O sólo para el público,
eso de que no sepamos...
por cuánto tiempo vamos a estar aquí?
Es totalmente cierto.
Toda la maldita guerra está atascada
en el desierto.
A Rommel lo detuvieron,
pero ya ha asegurado su posición.
Así, hacerlo retroceder no será
nada divertido.
Entonces es por eso
que nos tienen en reserva.
Sabrá Dios.
Los rumores no cesan.
Incluso oí que mencionaron Burma.
Por cierto,
vino un agregado militar estadounidense...
a preguntar si querrías cambiar uniforme...
Los yanquis ya participan oficialmente.
Dile que no estoy interesado.
Claro, te encanta cuidarnos,
pero estoy habituado.
Aún no me has dicho
por qué te mudas de aquí.
- Bueno, conocí a una chica, quien...
- Oh, no.
No me digas que esas chicas
son prohibidas aquí.
No, no.
Siempre que seas discreto.
Sólo pensé que estaría más cómodo
en un apartamento.
¿A causa de la chica?
- ¿ Cuál chica?
- La chica de la que casi me hablaste.
¿Por qué tanta reserva con eso?
Te lo contaré todo, pero después.
Entretanto, si te interesa lavarte hoy...
Bueno, pensé que no había agua.
Sí, pero es sólo en esta parte de la ciudad.
¿Te refieres a duchas en el mercado ***?
Victoria, sabes que soy tu amiga.
Pero siempre haces de tripas corazón.
No esta vez.
Sarah, ellos se turnan para espiarme.
Tienes que ayudarme.
Ay, Dios, allí está mi padre. Ríete, Sarah.
ÉI no debe sospechar nada.
Vamos. Al menos, sonríe.
Esto es ridículo.
Mi primo Nessim ya sospecha.
¿A quién le importa tu primo?
A menos que temas que te vean conmigo.
Por supuesto que no.
Le dije a Nessim que iría al cine con él.
Debo ver a Peter. Me está esperando.
Sarah, ¡por favor!
¡Sólo tú puedes ayudarme!
Está bien.
Ve y sé amable con tu padre.
Inventaré algo.
Entradas para la película de Carmen Miranda
y los Ritz Brothers.
Prefiero a los Marx Brothers.
Nessim, querido, no te pongas difícil.
- Victoria necesita hablar conmigo.
- ¿ Y yo? ¿No te necesito?
- ¿Para ir al cine?
- ¿ Qué le diré a tus padres?
Se supone que debo vigilarte de cerca.
- No seas ridículo.
- Sabes que te amo.
Lo sé.
- Pero no te importa.
- Sí me importa.
Pero Victoria está esperando.
David, me casaré el próximo lunes.
Quiero que seas mi padrino.
- ¿Lo harás?
- Sí, claro. Claro.
- Bien. Gracias.
- ¿Estás loco?
¿No es lo que hace la gente enamorada?
¿Locuras como casarse?
Puedes hacerle el amor a una mujer...
sin casarte y sin ser un cabrón por eso.
- Mira, David, estoy loco por esta chica.
- Pero ¿casarte? Peter, ¡por Dios!
No hay un solo aspecto de nuestra vida
que controlemos ahora mismo.
- La guerra no puede seguir por siempre.
- Entonces espera.
Podría durar mucho. ¿Te acuerdas
de la Guerra de los Cien Años?
No, personalmente. No.
Ésta no tiene por qué durar tanto
para que acabemos muertos.
¿Has pensado en eso?
Lo único que quiero hacer
es un poco de vida normal antes de morir.
- ¿ Qué tiene de malo?
- ¿Es justo para ella?
También desea hacer algo de vida normal
antes de mi muerte.
- Podría resultar bastante bien.
- Entonces vivan juntos.
No puedo pedirle eso. Pertenece
a una familia judía muy respetable.
De por sí no les entusiasma
que salga con un gentil.
Es estupendo. Es magnífico.
En verdad sabes cómo elegirlas.
Espera, aquí viene.
- ¿ Cómo se llama?
- Victoria.
Ah, al menos en casa les gustará
su nombre.
Peter.
Estuve a punto de no venir.
Oh, ella es Sarah. Es mi coartada.
- Y un gran ángel.
- Sarah, Victoria, él es David.
Ah, tú eres el estadounidense.
Peter me contó cuán valiente fuiste
cuando te derribaron.
Claro que fue muy valiente de tu parte
ir hasta Inglaterra...
a alistarte sin tener por qué.
Bueno, en realidad fue en Canadá.
Peter, querido, por favor dímelo. Ahora.
Incluso si son malas noticias.
¿ Qué te parece el lunes que viene
como día para la boda?
Peter y yo nos vamos a casar.
Sólo hemos estado esperando
a que le diesen permiso.
Sarah, alégrate por mí, por favor.
¿ Cómo puedo estar alegre,
cuando has perdido la razón?
¡Tengo 21 años! ¡Puedo hacer lo que quiera!
Tengo derecho a ser feliz.
¡No tenías derecho a usarme de este modo!
No tienes ningún derecho.
Sarah, pedí champaña para celebrar.
- Espero que nos acompañes.
- Por favor.
David está de acuerdo
en ser nuestro padrino, querida.
Espero que tú también vengas.
Significaría mucho para Victoria.
Sí, significaría mucho.
Querido, tenemos muy poco tiempo.
- ¿Bailamos?
- Sí.
Sarah y David lo entenderán.
Bueno, en verdad hacen buena pareja.
Hay que reconocerlo.
- ¿Es ése un buen motivo para casarse?
- No.
Pero creo que podrían decir algo
sobre estar enamorados.
Sí.
La gente parece hablar mucho de eso.
Pero eres escéptica
cuando se trata de amor, ¿ verdad?
No.
Pero no es algo sobre lo que sepa mucho.
¿ Qué lengua era ésa
en la que hablaban Victoria y tú?
- Español.
- Español, sí.
¿ Cómo es que hablas español?
Es la lengua que hablamos en casa.
- ¿Tu familia vino de España?
- Sí.
- ¿Recientemente?
- Hace casi 400 años.
Entiendo.
- Deben de tener recuerdos magníficos.
- Sí.
¿Por qué me miras fijamente?
¿Te miro fijamente?
Sí, es verdad. Lo siento.
Sí, te miraba fijamente.
Es sólo que tienes
unos ojos extraordinarios.
¿ Quiere bailar, joven?
Si no tiene
ningún inconveniente, compañero.
Le corresponde decidirlo a la joven.
Lo siento, no me di cuenta
de que estaba tan borracho.
Si sabías que estaba borracho,
¿por qué no dijiste nada?
Probablemente esté de permiso corto
y ahora está en una división de combate.
Y cualquiera que deba volver
a uno de esos hornos metálicos...
probablemente tenga derecho
a un par de copas...
y a bailar con una chica bonita.
¿Debo dejar que un soldado borracho
me ataque como señal de gratitud?
No, no estoy insinuando eso.
Mira, te lo habría pedido yo mismo,
pero no puedo...
a causa de mi pierna.
Siento si te resultó desagradable.
No importa.
Debo irme a casa.
¿Podrías explicárselos?
No te vayas enfadada. Es más, no te vayas.
Por favor, siéntate. Vamos.
Debo irme. De verdad.
¿Adónde vas, cariño? Sólo un beso.
- ¡Déjeme en paz!
- Un besito.
- Oye, oye, ¡déjala en paz!
- Déjeme en paz.
- Déjeme en paz, déjeme en paz.
- Un besito.
Dios mío. Lo mataste.
No, me temo que no.
Nessim.
- ¿ Conoces a este hombre?
- No, sólo aparecí.
- ¿ Cómo es que estabas aquí?
- Ya sabes, sólo...
- Me seguiste, ¿ verdad?
- No, no.
- Me estabas espiando.
- No, no.
- ¿ Cómo te atreves? ¿ Cómo pudiste?
- Sarah, por favor, óyeme.
No, no quiero escuchar.
Y no quiero verte de nuevo.
- No mientras viva.
- ¿Por qué? Sarah, por favor, ¿por qué?
Me disculpo por Sarah.
- Seguro quiso agradecerle.
- Está bien.
Déjeme invitarle un trago
como agradecimiento.
- No, no, está bien.
- Sí, sí, sí. Debo hacerlo.
- Está bien.
- Y debo comprarle otro bastón.
En verdad no tiene importancia.
Sarah vino aquí con otra chica.
¿Lo del trago va en serio?
- Sí, sí, conozco el lugar. Vamos.
- Bien.
- Muchas gracias.
- Está bien, está bien.
¿ Sabe cuántas veces traté de alistarme?
Siempre me dijeron
que estaba bajo de peso.
- No es por falta de apetito.
- Oh, no, como todo el tiempo.
Soy insaciable.
Se preguntará adónde va a parar todo eso.
Los médicos dicen que lo consumo todo.
Quizá me preocupe demasiado.
Dígame, David.
¿Puedo llamarlo David, Teniente?
- Sí, sí. Por supuesto.
- Bien. Entonces debes llamarme Nessim.
- Nessim.
- Nessim. Nessim.
David, ¿qué debo hacer?
Si no veo a mi prima,
es como si no viera el sol.
- ¿Tu prima?
- Sarah.
La chica a quien salvaste del australiano.
Es mi prima.
La conozco prácticamente de toda la vida.
Al menos de toda su vida.
Ella sólo tiene 18 años, yo tengo 28.
David, la amo desde la primera vez que la vi.
Sólo tenía un día de nacida.
Soy el hombre indicado para ella, David.
Nadie puede amarla más
de lo que la amo yo.
¿No crees que soy muy mayor para ella?
- ¿ Qué piensa Sarah?
- Ojalá lo supiera.
Todos creen que será mi esposa.
Yo también pensaba eso.
Ahora no lo sé.
Estaba tan enfadada.
¿ Crees que lo decía en serio?
¿Lo de no verme nunca más?
Si lo hace, moriré.
Bueno, estoy seguro de que te perdonará
antes de que mueras.
Oh, no, no, no. Ella puede ser muy terca.
Y furibunda.
Bueno, estás en lo cierto.
Mientras hay vida, hay esperanza.
- Te digo algo, David, ¿eres judío?
- No.
No es tan increíble. El nombre, David. Y sé
que hay muchos judíos en Estados Unidos.
Sí, pero no en Missoula, Montana;
allí no hay.
El motivo por el que me reía
es porque mi padre es un pastor cristiano.
Bueno, no tiene importancia.
Igual puedes venir a la cena del Shabat.
- Es muy amable de tu parte, pero no lo creo.
- No, no, no, no. Debes venir.
Debes darle a Sarah
la oportunidad de agradecerte.
No aceptaré un no.
Entonces, digamos
que uno de estos Shabats...
El viernes.
La cena del Shabat es todo los viernes.
El viernes.
¿ Seguro que comiste suficiente?
Oh, cielo santo, sí. Todo estaba magnífico.
Mamá, el oficial te ha felicitado.
Muchas gracias. Me alegra que le guste.
¿ Cuándo no son sabrosas
las cenas del Shabat?
No, no, "gustado" no es la palabra.
Por lo general, no como tanto.
¿ Qué está diciendo?
Está avergonzado
por haber comido demasiado.
Que le aproveche.
Uno nunca come demasiado en el Shabat.
Dile que eso le agrada al Señor.
¿Lo oyes? No hay por qué avergonzarse.
Al Señor le complace.
Dime, ¿crees que Rommel llegará aquí?
Sólo si se lo permitimos.
Puede venir, en lo que a mi respecta.
Estamos listos.
- Le mostraremos a Hitler uno o dos trucos.
- Sí.
Pero los británicos, no.
Es decir, no dejarán pasar a Rommel.
- ¿No hay motivos para preocuparse?
- Elie es un bravucón.
Tan pronto huele el peligro...
desaparece su valentía
y corre por su preciada vida.
Siento una corriente de aire.
Eres el único. Todas las puertas y ventanas
están cerradas.
- El calor nos está matando a todos.
- Albert es boxeador.
Estamos muy orgullosos de él.
Se enfrentará al "Ogro de Aleppo"
la próxima semana, en la Y.M.C.A.
- Debes ir.
- Dime, ¿cómo está el Sr. Winston Churchill?
El teniente es estadounidense, papá.
¿ Qué importa eso? Es decir,
lleva un uniforme inglés, ¿ verdad?
- ¿Tienes algo en contra de los británicos?
- No, no, no. Al contrario.
- Nos encanta todo lo británico, ¿ verdad?
- Desde luego. Los desayunos ingleses.
Mermelada Crosse y Blackwell.
Bizcochos Huntley y Palmer.
- El rey, la reina.
- El pescado frito con papas.
Hay mucho camino hasta Tipperary
El fútbol.
- Los cigarrillos Craven "A".
- El hábeas corpus.
Pero no nos gusta el gobierno británico.
Y un día expulsaremos
a las tropas británicas de Palestina.
¿Eres de algún lugar próximo a Chicago,
tal vez?
En verdad, no. Me crié en Montana.
¿Eso queda cerca de Seattle, tal vez?
Sí, está más cerca que Chicago.
Entonces, tenemos parientes
que debes conocer. La zapatería Peres.
- La administran dos hermanos, mis primos.
- Bueno, es un país bastante grande.
Los zapatos Peres son muy conocidos,
creo. Es una tienda muy grande.
- Y también tenemos otros primos.
- Peres, sí, creo que he oído sobre ellos.
Su padre es sacerdote, ¿ verdad?
¿ Cómo un sacerdote puede tener un hijo?
Papá, te quiero.
ÉI es protestante.
A sus sacerdotes se les permite
tener esposas.
¿ Cuántas?
Papá preguntaba por tu padre.
¿ÉI también será sacerdote?
Papá, son demasiadas preguntas.
A David no le importa.
¿ Verdad?
El tío Rafael quiere saber si serás sacerdote
como tu padre.
- No.
- No.
La abuela Rosa lo sabe todo sobre ti ahora.
Ah, ¿sí? ¿Puede leerme el futuro?
Quiere saber su futuro.
No tiene por qué preocuparse.
No le ocurrirá nada malo.
Es un buen hombre.
Ella dice que vivirás hasta los 120,
que serás rico y famoso...
y las chicas más hermosas
estarán a tus pies.
- Nessim.
- ¿ Qué?
¿ Qué dijo en realidad?
Que eres un buen hombre.
Y que no te ocurrirá nada malo.
Quiero darte las gracias.
¿Por qué?
Ah, por romper mi bastón
sobre la cabeza de un australiano borracho.
Por eso también.
Por no contarle a Nessim
cómo nos conocimos ni sobre Victoria.
¿Esto es así todos los viernes?
¿ Con todas estas personas?
Y más aún en las principales fiestas.
Los abuelos de la otra parte y...
Las tías y los tíos,
las sobrinas y los sobrinos...
y los hermanos y las hermanas.
En verdad somos una tribu.
¿ Cómo es pertenecer a una tribu?
Tiene aspectos positivos y negativos,
como todo lo demás.
- ¿Te agradaron?
- Sí. Bueno, son un tanto...
abrumadores al principio, pero...
Cuando te fuiste del café...
te seguía porque quería preguntarte
si te interesaría...
salir conmigo algún día.
De no atravesarse el australiano,
¿qué habrías dicho?
No.
- ¿ Y si te lo preguntara ahora?
- Igual, no.
Bueno, ¿por qué no?
Corre el rumor de que soy un buen hombre
con un futuro muy prometedor.
¿Es por Nessim?
Sé que da por sentado
que uno de estos días él y tú se...
Lo que Nessim dé por sentado
no me concierne.
Bien.
Debo pedirle permiso
a tus padres primero, ¿ verdad?
No, no lo hagas.
Ah, aquí estás.
¿Estás acaparando
a nuestro invitado de honor, Sarah?
No, no lo estoy acaparando.
Me perdonó, tal y como dije que lo haría.
Una noche encantadora, ¿no es cierto?
- Teniente.
- Hola.
No quisiera importunar.
Traje esto
como muestra de mi agradecimiento...
por la cena del viernes pasado.
Muchas gracias.
¿Piensa que necesitamos caridad?
Tráenos café.
Y éstas son para su abuela.
¿Podrías también explicarle a tu madre...
que vine a pedirle permiso
para salir con Sarah algún día?
Sarah puede hacer lo que desee.
¿Te gustaría salir un día de esta semana?
No, Sarah está ocupada esta semana.
- ¿ Quizá la próxima semana, entonces?
- La próxima semana también.
- Me parece que cometí un error.
- Eso creo.
Ten la bondad de darle las gracias
a tu madre por su hospitalidad. Adiós.
Ese chico está enamorado de ti.
Eso es absurdo.
Escucha a tu madre por una vez.
Te prohíbo que lo vuelvas a ver.
Nunca tuve intenciones de verlo otra vez.
¡Pero no me des órdenes!
¿ Quién quiere café?
...te acepto, Peter Ross...
- Como legítimo esposo.
...como legítimo esposo.
Por los poderes que me confirieron bajo
la Ley del Matrimonio en el Extranjero...
Los declaro marido y mujer.
Gracias.
- Puede besar a la novia.
- Gracias.
Sí. Están casados. Felicitaciones.
- Bueno, ¿qué se siente?
- Se siente estupendamente.
Bien, ahora pide un deseo.
Bien, ¿quién quiere un trozo de pastel?
Aquí, aquí, aquí. Estupendo. ¡Magnífico!
Para mí no.
Gracias por venir.
Una boda sin padres. Parece extraño.
Quizá sea mejor así.
Nadie pierde una hija ni gana un hijo.
¿ Crees que Victoria no pierde nada?
Se supone que uno debe emborracharse
en una boda.
Tú no eres de los que bebe.
- ¿ Cómo lo sabes?
- Lo sé.
Mira, no me importaría irme de aquí
y tú estás sumamente incómoda.
¿Te gustaría dar un paseo?
Sí.
Ésa de allí es la tumba del rey David...
así dicen.
- ¿Te gustaría verla?
- ¿Tengo que hacerlo?
- No.
- Bien.
¿ Qué pensó tu familia de que te alistaras
en la Fuerza Aérea británica?
Bueno, mi madre murió mucho antes de eso.
Mi hermano y mi hermana no opinaron.
Mi padre estaba decepcionado.
ÉI es pacifista.
Quería decepcionar a mi padre.
Alistarme me permitió hacerlo
bien y rápidamente.
- Esto es muy hermoso.
- Sí, lo es.
Al decir que estabas muy ocupada
para verme...
¿lo hiciste por tu madre
o hablabas por ti misma?
Por mí misma.
¿Por qué no dijiste eso aquella noche,
después de la cena...
que no estabas interesada?
Lo dije.
No, insinuaste que era por tu familia.
Fue por eso que cometí
semejante brutalidad...
- al ir a pedirles permiso.
- Te dije que no lo hicieras.
Lo único que debías decir era que tú,
Sarah, no querías verme otra vez.
Entonces ¿por qué viniste a la boda hoy?
Por Victoria.
¿Piensas que vine por ti?
- Eres muy presuntuoso, ¿ verdad?
- No. No, no lo soy.
Mira, ¿crees que no lo percibo?
Esperaba como un loco que vinieras hoy.
Pero, por otra parte,
esperaba que no lo hicieras...
pues sabía que si te volvía a ver,
querría seguir viéndote.
Una y otra vez. Y otra vez y otra vez.
No es posible. Y sabes que no lo es.
Puedo pensar en algunos motivos.
Pero me gustaría escuchar los tuyos.
¿Por cuánto tiempo estarás en Jerusalén?
Creo que no por mucho tiempo.
¿Por qué querría involucrarme contigo?
Y está tu familia.
¿Por qué querría involucrarme en algo
tan complicado?
Bueno, ahí tienes.
Supongo que sólo deberíamos mantenernos
alejados el uno del otro.
Eso creo.
Bueno, vamos.
Te llevaré a tu casa en taxi.
No. No es buena idea.
Entonces supongo
que ésta es la despedida.
Adiós, Sarah.
Adiós.
- ¿ Qué ocurre, Sarah? ¿ Qué te preocupa?
- Nada.
No puedes engañarme.
A los demás sí, pero a mí no.
Algo te está deprimiendo.
Sabes que te amo.
¿ Qué es divertido?
Lo sé. Sé que me amas.
Me lo dices todos los días.
¿ Y no sientes nada por mí?
Te quiero, como a un hermano.
Eso cambiará una vez que estemos casados.
¿ Y si conociera a alguien más?
¿Alguien a quien no quisiera
como a un hermano?
- ¿ Y si ya lo hubiese conocido?
- No puede ser.
Me lo habrías dicho. ¿A quién más puedes
contarle cosas como ésas?
Oh, Nessim, qué tonto eres.
La primera noche estuvo bien.
De hecho, fue encantadora.
Todo comenzó la mañana siguiente.
Al principio, unas cuantas lágrimas
y después un raudal interminable.
Me llevó horas saber por qué.
- ¿Por qué?
- Por su familia.
No puede soportar la idea
de no volverlos a ver.
Es curioso. No creí que a Victoria
le importara su familia.
Sí, no le daba mucha importancia, ¿cierto?
¡Por todos los demonios!
¡Vamos, Peter, Victoria está loca por ti!
Puede ser. Ahora parece considerar
nuestro matrimonio...
como una forma de condenación eterna.
Cristo, estaría dispuesto a darle la libertad.
Quizá considerar la anulación.
Pero el verdadero infierno es
que eso no haría ningún bien...
pues su familia aún la consideraría
una paria.
- Qué familia.
- Bueno, la mía es igual, David.
Desconfían tanto de los judíos
como ellos de los gentiles.
De allí que fuera tan importante
legalizar esto.
Si muero, ellos estarían
moralmente obligados a aceptar a mi viuda.
De acuerdo o no.
Es irónico, ¿no es cierto?
- Coño.
- Sí, ¿no es verdad?
Bueno, vamos.
No más enfados.
Es hora de actividades constructivas.
No necesito un maldito guante
para atrapar una pelota.
Lo necesitarás para ésta.
¡Ay, Dios! ¿ Qué hay en esta cosa?
- Atrápala.
- No, vamos, por encima de la cabeza, ¡así!
Está bien. Prepárate.
- ¿ Qué demonios es eso, David?
- Es la mecánica.
Poesía pura, eso es lo que es.
No te preocupes, Sarah.
Igual acabará con él. Espera y verás.
- ¿Adónde vas?
- A casa.
¡Espera, espera, espera!
¡Levántate! ¡Levántate y pelea! ¡Vamos!
No me mires así.
Me haces sentir ebria.
Yo siento que podría mirarte por siempre.
- No me digas que debes irte a casa.
- Pero debo hacerlo.
Sarah, cada vez que nos encontramos
es para decirnos adiós.
Si llego muy tarde, harán preguntas.
Está bien, pero esta vez te llevaré yo.
Esto es lo más lejos
que podemos llegar juntos.
¿ Cuándo puedo verte otra vez?
Debo verte otra vez.
¿ Qué tal el fin de semana?
No puedo salir de casa en el Shabat.
- ¿ Cuál Shabat?
- Mi Shabat. El sábado.
El domingo. Es perfecto.
No programan operaciones
para un domingo.
- ¿ Qué operaciones?
- Ningunas.
Elevamos los aviones
para comprobar si vuelan.
Creo que puedo conseguir un coche.
- David...
- No, el domingo.
Frente al café. Estaré allí a las 9:00.
Ve allí cuando puedas.
Te esperaré.
¿ Qué ocurre, palomita?
Nada. Te quiero, eso es todo.
Ahora levántate.
Estás muy grande
para estar sentada en mis rodillas.
Has vuelto.
¿Dónde estabas?
En ningún lugar.
¿Dónde es este ningún lugar?
Nessim te estaba buscando.
Dijo que te fuiste del combate
antes de que acabara.
¡Fue horrible!
No pude soportarlo. ¿ Quién ganó?
Tu hermano. ¿ Quién más?
Estas peleas me van a matar.
¿Le viste el ojo?
Estás completamente *** e hinchado.
¿Adónde están todos?
Se fueron a celebrar.
- ¿ Y tú?
- Estoy celebrando aquí, con la abuela.
Come algo. Apuesto a que tienes hambre.
No. No tengo hambre.
Me voy a dormir. Buenas noches.
Tu hija necesita un marido.
¿ Qué estás diciendo, mi amor?
Apenas tiene 18.
Yo estaba embarazada de ti
cuando tenía su edad.
Si no estamos atentos...
vendrá un día a casa con la barriga inflada.
¿Eres tú, pajarito?
No podía dormir, abuela.
Hace demasiado calor.
Estás sentada aquí durante horas y horas.
¿En qué piensas?
En nada. Las cosas sólo me dan vueltas
por la cabeza.
Eso es todo.
- ¿ Qué pasa, pequeña?
- Nada.
No. No es nada. Y ya sabes que no es nada.
¿ Se me ve en la cara?
¿ Quién es él? ¿El estadounidense?
Eso me temía.
¿ Qué debo hacer?
¿ Qué puedes hacer?
Se irá dentro de poco.
¿Estaría mal verlo de nuevo?
No me preguntes qué es bueno
y qué es malo.
Nunca lo pude distinguir.
Y no esperes que alguien lo entienda.
Pero tú sí lo entiendes.
¿No es verdad, abuela?
Entiendo todo demasiado bien.
Mi corazón sufre por ti, pequeña.
¿Por qué la vida es tan difícil?
¿Pero por qué me siento feliz
al mismo tiempo?
Esto es hermoso. Y está fría.
- Sí, está muy fría.
- Sí, lo está. Está muy, muy fría.
¿Adónde me llevas?
- Ya lo verás.
- ¿Adónde?
Lo ves, está fría. Lo siento.
Te lo dije. Está fría.
Ah, estás mojada.
¿Resulta muy extraño
estar tan lejos de casa?
No. Allí también me siento como un extraño.
Como si viviese en un país
que tiene un solo ciudadano.
Desde ahora, dos ciudadanos.
Bueno, me siento honrada.
- ¿Este lugar tiene un nombre?
- Ein Gedi. Es bíblico.
Aquí todo es bíblico.
Ein Gedi, es decir, Saúl y David.
- Como presbiterianos, conocemos la Biblia.
- En particular, el hijo de un sacerdote.
- Se me había olvidado.
- Sí. Bueno, los llamamos pastores.
O clérigos o reverendos.
El reverendo. El reverendo Thomas Bradley.
- Háblame de tu padre.
- ¿De mi padre?
Es un hombre muy admirable.
Es una persona de muchos principios.
Me imagino que no sabes lo que es
el Movimiento Agrario.
¿Lo sabes? No, por supuesto que no.
ÉI es socialista.
- Sabes lo que es, ¿ verdad?
- ¿En serio?
Todos los rusos y judíos polacos
en Palestina son socialistas.
- Sí, bueno, tu familia no.
- Dios mío, no.
Compartirlo todo y ser pobres juntos,
esto es una locura.
¿Por qué querías decepcionarlo?
Bueno, él...
Porque mi padre cree que Dios
es justo y misericordioso.
Y que el mundo se puede rehacer
a su imagen.
¿ Y tú no?
Creo que Dios tiene mucho
por qué responder.
Y no creo que se pueda cambiar el mundo.
Por lo menos, no mucho.
Bueno, ésta es la casa.
¿Está seguro de que está bien?
Fuiste tú quien dijo
que no podía volver a casa luciendo así.
El baño es totalmente privado.
Nadie te molestará, ni siquiera yo.
Si necesitas algo, pega un grito.
No te enfades. Por favor.
- Pero tengo que irme.
- Lo sé. Lo sé.
Tienes que volver a casa.
- Estás enfadado.
- No, no estoy enfadado.
- ¿Mañana?
- Sí.
¿ Cuándo?
Después del trabajo.
¿Aquí?
Sí.
- ¡No!
- Esperen. Oigan.
¡No!
¡No!
¿ Qué es esto? ¿ Qué están haciendo?
¡Basta! ¡Basta!
¡Vándalos! ¡Libertinos!
¡Ay, Dios mío! Teniente.
¿Eso es verdad, criatura? Díselo a tu papá.
¡Habla!
¿ Qué hacías en su habitación?
¿Por cuánto tiempo
ha estado pasando esto?
¡Ay, Dios! ¿Por qué a mí?
¿ Qué te hizo?
¡Respóndeme, puta!
¡Deténganme o por Dios que la mataré!
¿Dónde está el cerdo?
¡Le arrancaré los ojos!
- ¿Dónde está el asesino?
- Sarah, ¡te lo ruego!
¡Diles que no es verdad!
ÉI también es hijo de un sacerdote.
Maldito sea.
¡Lo mataré! ¡Tan sólo esperen!
¡No es verdad! ¡No lo creo! ¡Es imposible!
¡Es un error!
¡Diles que es un error!
Un estadounidense con un uniforme inglés.
¿ Qué se puede esperar de él?
¿ Qué tan lejos llegaste?
¡Mírame!
¿Aún eres pura?
¿Te acostaste con él?
Por favor, mamá, ¡yo lo amo!
¿ Oyeron eso?
¡Es una perdida! ¡Está deshonrada!
¡Mi propia hija es una puta!
¡Una puta sinvergüenza!
¡Basta, mujer!
¡Te mataré! ¡Te arrancaré el corazón
con mis propias manos!
¡Es suficiente, mujer!
¿A esto le llamas amor?
¡Has perdido la vergüenza!
¡Te quemaré este "amor"...
que tienes en el cuerpo...
con un hierro candente!
¡Te enseñaré a comportarte...
como una prostituta!
¡Ya no eres mi hija! ¡Estás muerta!
¡Nunca te perdonaré!
¡Me arruinaste la vida!
¿Están todos locos?
¿Por qué la estás atormentando?
¿ Y qué si ama a un estadounidense?
Ya que están en eso,
¿por qué no la apedrean?
¡Cállate, idiota! Tú no entiendes nada.
Entiendo que eres un soplón.
¡Basta! ¡Váyanse a sus habitaciones todos!
Mujer, ¡lleva a tu madre a su cama!
No hice nada malo, padre.
- ¿No me crees?
- Sí, te creo.
- Lo amo.
- Ya lo dijiste.
Es la verdad. No lo puedo remediar.
El verdadero amor es para casarse.
¿Podrías ser su mujer? ¿Te casarías con él?
No lo sé.
Un hombre está hecho
sólo para una mujer...
y para ser el padre de los hijos
de esa mujer.
Apenas lo conoces.
Lo conozco dentro de mi corazón.
Estoy seguro de que es un buen hombre.
Y es apuesto también.
Un amante siempre parece mejor
que un marido.
Pobre Nessim.
¿ Cómo puedo casarme con Nessim?
Es como un hermano para mí.
"Oh, si tan sólo fueras
mi verdadero hermano...
entonces yo te besaría...
y ningún hombre me despreciaría."
La canción de Salomón.
Verás, mi palomita...
el verdadero amor significa llegar a casa...
y encontrarlo esperándote.
Te toma la mano, te habla...
te da fuerzas.
Las mujeres jóvenes son llevadas a creer...
que el amor es sólo agua de manantial...
y el matrimonio, un sumidero.
Papá, estoy tan cansada.
Ya no puedo pensar.
Lo único que deseo es dormir.
¿ Qué le harán?
En verdad esos tipos te hicieron
un trabajo profesional.
Apenas hay marcas.
- ¿No deberías ver a un médico?
- ¡No!
Victoria, ya te lo he preguntado tres veces.
¿ Qué le harán?
Y ya te lo dije. Gritarán mucho.
- Y quizá le pegarán un poco.
- ¿Pegarle?
David, tú no entiendes estas cosas.
Estarán muy, muy enfadados.
Así que quizá le den algunas bofetadas.
Pero nunca le harían daño.
En verdad, la aman.
Sí, puedo decirlo
por el modo en que la sacaron del cuarto.
Sé lo que piensan, pero se equivocan.
- Si tan sólo pudiese ir y explicarles...
- Ay, David, no seas idiota.
Sólo empeoraría las cosas.
David, olvídate de hacer algo
por una semana.
- Quizá dos.
- ÉI no tiene una semana.
¿Por qué no tiene una semana?
Porque nos sacarán de Jerusalén
pasado mañana.
- ¿Adónde?
- A Egipto.
- Por favor, Peter, déjame ir contigo.
- Querida, eso es imposible.
Déjame ir a Inglaterra
para estar con tu familia.
- En Inglaterra también hay guerra.
- No me importa.
No puedo quedarme sola,
ya no tengo familia.
Le dije a tu familia que volvería.
Dios mío, estoy dispuesto
a convertirme en judío mañana.
Peter...
déjame ir a Egipto.
O envíame a Inglaterra.
¡O dame el divorcio!
De hallar transporte,
Inglaterra sería la solución.
David, ¿te imaginas el recibimiento
que le daría mi familia?
¿ Qué diablos pensabas hacer
tras la guerra?
Pensaba estar con ella.
Escucha, ¿por qué no te quedas aquí
esta noche...
por si los hermanos deciden
hacerte otra visita?
Claro.
Gracias.
- ¿Dónde está mi ropa?
- No necesitas ropa.
No vas a ir a ninguna parte.
¿ Quién lo dice?
Yo lo digo. Tus hermanos lo dicen.
¡No puedo creerlo!
Tal vez te gustaría salir desnuda.
No me sorprendería si lo hicieras.
¿ Quién puede ser?
Anda a ver, Clara.
Hola, Clara.
- ¿ Quién es?
- Es él, mamá.
¡El estadounidense! ¡Está en la puerta!
¡Abran la puerta!
Sólo quiero hablar con el Sr. Perrera.
¡No, él no está en casa! ¡Váyase! ¡Váyase!
¿No tiene vergüenza?
¡Arruina a mi hija
y osa tocar a nuestra puerta! ¡Váyase!
Sra. Perrera, no es lo que cree.
Por favor, déjeme hablar con Sarah.
- Váyase antes de que llame a la policía.
- ¡Espere, espere!
Entonces ¿podría darle esto a ella?
Por favor.
No, no, no puede ver a Sarah.
Mis hijos están cerca.
¡Váyase o ellos vendrán y lo matarán!
¡Váyase! ¡Váyase! ¡Váyase!
¡Llama a tus hermanos! ¡Váyase!
- ¿Está arriba?
- Por favor, adelante.
Llama a tus hermanos y a mi marido.
¡Éste está loco!
Sarah, escúchame. Debo irme en la mañana.
Pero volveré. Te lo prometo, volveré...
y entonces resolveremos todo este lío.
¡David!
¡Dame la llave!
¡Vuelve a tu habitación inmediatamente!
¡David!
Se fue.
¿ Quién es?
Mamá, abre la puerta.
¿ Qué pasa?
Nada.
¿ Qué estás haciendo aquí?
Nada.
Ve a la cocina.
La cena está lista.
- ¡Rápido, mi ropa!
- No pude tomarla.
Tengo algo de ropa de mi novia.
Ella es casi de tu talla.
¡Te quiero, hermano!
¡Ah, Teniente!
Espero haber hecho lo correcto.
Teniente...
me tomé la libertad de dejar pasar a la joven
a su habitación.
Verá, no podía dejarla en el vestíbulo.
¡Estaba descalza!
Por poco no vuelvo aquí.
- Por poco salgo y me emborracho.
- Pero no lo hiciste.
Me quitaron la ropa.
- ¿ Caminaste hasta aquí así?
- Tenía que verte una última vez.
- Debo verme...
- Divina.
Maldición, ¿cómo puedes verte mal?
Recorrí las calles...
intentando convencerme
de que no te amaba.
Vuelvo aquí y estás descalza
y eres encantadora.
Hoy es el peor día que he vivido.
Creí que no te volvería a ver.
Sarah, te amo...
Quería decírtelo anoche,
cuando aún estabas aquí.
¿De veras te volverán a enviar a la guerra?
A Egipto.
Pero no está tan lejos.
Volveré cada vez que pueda.
Te escribiré cada día.
- Soñaré contigo todas...
- No, no lo hagas.
¿ Qué quieres decir? ¿ Qué pasa?
- Prométemelo.
- ¿ Qué? ¡Lo que sea!
Prométeme que no volverás.
- ¿De qué hablas?
- Dijiste "lo que sea".
Acabo de decirte que te amo.
- No puedo soportar...
- ¿Intentas volverme loco?
Por favor, ¡prométemelo!
De acuerdo, si eso es lo que quieres,
te lo prometo.
Alegra esa cara.
Estoy aquí y puedo quedarme toda la noche.
Si en verdad supieras cuánto te amo.
Sarah...
No, no lo digas.
- Pero ¿cómo lo sabes?
- Lo sé.
Sólo una postal.
Cuando se termine la guerra.
Así sabrás que lo logré.
Ya sé que lo lograrás.
No necesito una postal.
Pero después de que la guerra termine.
Para entonces, ni siquiera recordarás.
Estás loca, ¿lo sabes?
¡Estás sencillamente loca!
- Pero aun así me amas.
- Sí.
Dilo entonces.
Te amo.
Y yo te amo.
- Ahora, duérmete.
- No.
- Sí.
- No.
- Me doy cuenta de que tienes sueño.
- Tengo miedo de dormirme.
- Tengo miedo de que te escabullas.
- No sin decir adiós.
Lo prometo.
Ahora, duérmete.
¿ Sarah?
Buenos días, tío.
¿ Qué estás haciendo tan temprano afuera?
Que Dios no lo permita, ¿ocurrió algo?
¿ Qué pasa, Saltiel?
¡Nada! Es Sarah.
¿ Cuál Sarah?
¡Santo cielo!
Por favor, tío, tía,
perdónenme por despertarlos.
- Quisiera ver a Nessim.
- ¿A esta hora tan temprana?
¿ Qué pasó con tus zapatos?
¿Rafael es tan pobre...
que no puede comprarte un par de zapatos?
Y ¿qué es este disfraz?
¿ Crees que es día de Purim?
¿No ves que la pobre chica está afectada?
¿ Sarah?
- ¿ Qué sucede?
- Debo hablar contigo.
¿No le has causado ya
suficientes problemas?
¡Cállate, mujer!
Prepáranos un poco de café.
Vamos a dejarlos solos.
Vete, vete.
Tuve que verlo para creerlo.
¿Adónde irá a parar el mundo?
¿ Qué pasa, Sarah? ¿Es tu madre? ¿Te?
No.
Siéntate.
Quiero que me respondas sin pensar.
¿Te casarías conmigo?
¿ Casarme contigo?
- ¿ Quieres que me case contigo?
- Sí.
- Moriría por ti, Sarah, lo sabes.
- No te pido que mueras.
Sí.
Sí, me casaré contigo.
- ¿Incluso después de lo que pasó?
- No pasó nada, Sarah.
Sí pasó algo, y lo sabes.
Lo único que sé es que te amo.
¿ Y si yo no te amo?
¿No me amas?
¿Ni siquiera un poquito?
¿ Y qué si no me amas?
No es el fin del mundo.
Después de todo, ¿qué es el amor?
Seré un buen marido, Sarah. Y estoy seguro
de que serás una buena esposa.
Tengo suficiente amor para los dos.
Quizá algún día me ames.
¿ Quién sabe?
¿ Sarah?
¿ Sarah?
¿ Sarah?
- ¿ Se encuentra bien, señor?
- Sí. Baxter lo pagó.
- ¿ Se tiró en paracaídas?
- Se quemó.
Peter, ¿qué te parece?
Creo que estás loco.
Pasarás dos de los tres días viajando...
sólo para pasar un día en Jerusalén.
¿Por qué no pasamos tres días en la playa,
en Alejandría?
Porque tienes una esposa en Jerusalén
con quien empezar.
Tal y como van las cosas, no la tengo.
O, al menos, no por mucho tiempo.
Vicky y yo acabaremos con el matrimonio.
Su padre concertó una falsa anulación...
ella volverá con su familia
y yo seré un soltero feliz de nuevo.
¿ Vas a quedarte sentado
y dejar que eso pase?
Me sorprende mucho
escuchar eso de ti, David.
Dijiste que el matrimonio era
descabellado y egoísta.
Creo que te lo tomas
con mucha calma, Peter.
Créeme, nada entre Victoria y yo...
ha sido fácil, David.
Creo que estás más afectado por esto
de lo que aparentas.
Y en verdad deseo ver a Sarah.
Y si nos vamos a Burma,
como todos dicen...
quizá sea la última oportunidad que tenga
en mucho tiempo.
¿Estás completamente seguro
de que Sarah quiere verte?
¿ Y por qué dices eso?
Quizá sea la última oportunidad
de divertirnos en mucho tiempo.
Si no estás seguro,
¿por qué perder el tiempo?
Peter, volveré a Jerusalén.
¿ Y si te ordeno
que no lo hagas, basándome...
en que tres días no bastan
para llegar allí y volver?
Probablemente te diría
que te fueras al infierno.
¿ Qué pasa contigo, Peter?
Sarah se va a casar, David.
Victoria me escribió para decirme.
No dio detalles.
Ni siquiera el nombre del hombre.
Pero puedes leer la carta.
¿No es hermosa?
Preciosa.
Me alegro tanto por ti.
- ¿Dónde está el velo?
- Está listo.
Echémosle un vistazo.
Estás muy hermosa, mi niña.
¿ Qué día es hoy?
Apenas martes.
¿Por qué no es jueves?
¿Tienes prisa?
¿No tienes alguna duda?
¿Por qué debería tener dudas?
No me lo preguntes a mí.
Fue mi propia decisión.
Si sientes que estás cometiendo un error...
es mejor que lo reconozcas ahora
a que arruines el resto de tu vida.
No estoy cometiendo ningún error.
Tan sólo me estoy hundiendo.
Espere, por favor.
Espere un minuto. Por favor.
- Déjalo así. ¿No puedes, David?
- No, no puedo.
¿Piensas que el que la veas o no
podría influir?
¡Ya no sé lo que pienso!
¡Pero sé que no se casa con Nessim...
por voluntad propia!
Te equivocas, David.
Su familia impediría a toda costa
que se casara con un gentil.
¡Pero nunca la obligarían
a casarse con nadie!
¡No! ¡No! ¡Te equivocas! No es posible.
¡No se puede casar con Nessim!
- ¡Ella no ama a Nessim!
- ¿ Y qué?
¿El amor es tan maravilloso?
¿Nos hace tan felices a ti, a mí o a Peter?
Ella se va a casar con Nessim.
No puedes impedirlo.
No estoy aquí para impedirlo.
Pero quiero hablar con ella,
que se explique.
¡Maldición, ella me debe eso!
Mira, no es tu problema, Victoria. Es el mío.
David, espera.
Sólo quiere hablar contigo.
- ¡No, no puedo!
- ¿Por qué?
¡Prometió que se iría y que nunca volvería!
No entiendo.
- No importa.
- ÉI te ama.
No, no quiero escuchar.
Está en un café, bajando la calle.
Podemos fingir que damos un paseo.
No.
- Sarah, ¡sólo quiere entender!
- ¡No me importa lo que quiera! ¡Lo odio!
¡Puedes decirle eso!
No, no lo hagas.
Dile que no hay nada que entender.
Dile que me olvide,
tal como olvidó su promesa.
Si cambia de opinión,
sabe dónde encontrarte.
Dios mío. ¿ Qué estoy haciendo aquí?
Debí haberme quedado en Alejandría.
Debí haber ido a la playa.
Debí haberme ahogado.
Sabes, he estado pensando.
Quizá Sarah no sea en verdad tan especial.
Quizá sólo sea peculiar. ¿ Qué piensas?
Creo que si pensar eso te ayuda,
entonces deberías pensarlo.
No has dicho nada sobre cómo está Peter.
- No preguntaste.
- ¿ Cómo está?
- Supongo que como tú.
- Bien. No me gusta sufrir sola.
Bueno, D.H. Lawrence decía que lo único
que el amor podía ofrecernos era dolor.
No hablemos de cosas tristes, David.
No. Hablemos de otras cosas.
- ¿Ella sabe que me voy a las 6:00?
- Lo sabe.
No vendrá.
Incluso de niña...
siempre sabías
qué era lo más adecuado de hacer.
Eso me hizo estar muy orgulloso de ti.
Ahora no estoy seguro.
Vi al estadounidense con Victoria.
¿Te encontraste con él?
No, te juro que no.
¿Es él el motivo por el que te apresuras
a casarte con Nessim?
No, no me apresuro.
Sí te apresuras.
Nadie te obliga a hacerlo.
¿Por qué no me lo dijiste?
No habría dicho nada de lo que fuera
que hubiese pasado.
Sólo que no debería ver a David nunca más.
Sí, habría insistido en eso.
Pero no te habría obligado
a que te casaras con Nessim.
Nessim me ama.
Y él es tan bueno.
Papá, ayúdame.
Siento que me estoy hundiendo.
Sufrir no sirve de nada.
De nada en absoluto.
Hay algo que debes entender.
Si escoges al estadounidense...
yo no te podré ayudar.
Te quedarás sola entonces...
fuera de la ley.
Fuera de la familia.
Ya no serás mi hija.
No, esto se debe decir...
¡y debe ser entendido!
Dime que lo entiendes.
Sí, lo entiendo.
- ¿Dónde está?
- Se fue.
- ¿Adónde?
- Al aeropuerto Atarot.
Dijo que debía tomar
un avión de regreso a Alejandría.
- Pero dijiste que estaría aquí en la mañana.
- Tuvo que irse antes.
Su avión despega a las 6:00.
¡David!
Mira, me he dado cuenta
de que no quiero explicaciones.
No tengo ninguna.
Bueno, está bien.
Está bien.
Bien.
Bueno, me gustaría quedarme a charlar,
pero tengo que tomar un avión.
No puedes casarte con nadie más.
¿Me oyes? ¡No puedes!
No, no puedo.
¡No digas eso,
a menos que lo digas en serio!
Estaré aquí esperándote.
Volveré tan pronto pueda
desde donde sea que me envíen.
¡Burma, Australia, la Antártica!
Ojalá pudiera decirte cuándo.
No importa cuándo.
Aunque tarde cien años, estaré aquí.
Lo sé. Tienes que irte.
- Te escribiré cada día.
- Y yo. Pero, ¿adónde?
No sé. Tendré que enviártela
en mi primera carta.
¿ Y tú? ¿Dónde vivirás? ¿Necesitas dinero?
Deja de preocuparte por mí. Estaré bien.
Cuídate tú.
Oh, no te preocupes. No puede pasar
nada malo. Tu abuela lo prometió.
- Tengo que...
- Irte.
- ¿Me acompañas hasta la pista?
- Sí.
¡Vamos! ¡Vamos!