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VIVIR PARA SIEMPRE
Grabando.
A mí no me mires, fue idea tuya.
Hoy es 7 enero. Éste es mi primer diario.
Es un video-libro porque
todo lo que apunte en él...
voy a grabarlo con esta cámara,
Pero ¿qué haces?
-Arréglalo.
-¿Yo? ¡Si lo rompiste tú!
En realidad la idea del
video-libro no fue mía,
sino de la señora Willis,
aunque todo empezó mucho antes de eso,
la tarde que volví a casa.
Cinco hechos sobre mí:
Uno: Me llamo Sam. Dos: Tengo 12 años.
Tres: Recopilo historias
y hechos fantásticos.
Cuatro: Tengo leucemia.
Y cinco: Cuando veas
esto ya estaré muerto.
Sam, tu nueva habitación.
Para que no tengas que subir las escaleras.
Este libro es una recopilación de historias,
imágenes, preguntas, y hechos.
Además es mi historia.
Bien, sobre mi aspecto: tengo pelo,
pero el año pasado se me cayó
por los medicamentos que tomaba.
Pero ya me creció. Es
castaño. Castaño claro.
Tengo los ojos verdes… tengo
un montón de moretones.
No es culpa mía,
es lo que te pasa cuando tienes leucemia.
Se me olvidaba: tengo una
marca de nacimiento...
en la rodilla con forma de
trébol de cuatro hojas.
Es muy lindo.
Pero no me concede
deseos, así que no me gusta.
¿De qué me sirve estar enfermo
si tengo que estudiar?
¡Es el primer día, Félix!
Ya podría ser el último.
Bien. ¿No les dice nada en absoluto?
Esta frase ha carcomido a la
humanidad durante siglos.
El secreto para no morir.
Piensen formas de vivir para siempre.
Te conviertes en vampiro y ya está.
Siempre que no te encuentras
a Buffy la Caza Vampiros.
Muy bien. ¿Sam?
Te pueden congelar. Así
pasan 100 años, y seguro...
que alguien descubre la
cura contra el cáncer,
y el secreto de la vida eterna.
Entonces te descongelan.
¡Qué idea más mala!
Lo más seguro es copiar tu
cerebro en un disco duro...
y vivir eternamente en un ordenador,
siempre que no te entre un virus.
A lo largo de los siglos el
hombre ha descubierto...
que no era posible vivir para siempre,
pero sí que había algo
que podía ser eterno.
Sus obras.
La señora Willis nos habló de que las obras
permanecen en el corazón de la gente.
Dijo que deberíamos escribir
algo sobre nosotros.
"Sé que a los dos les gusta leer".
Nos gusta leer porque en
el hospital no había tele.
Mi hermana Ella tiene siete años.
Mi madre me puso Sam por
Sansón, el de la Biblia.
Y mi padre le puso Ella a mi
hermana por una tía suya.
No se dieron cuenta de que juntos
Sam con Ella suenan como salmonella.
¿Sam sigue enfermo?
Hace demasiadas preguntas.
Ya no va a ir más al hospital.
Se quedará en casa con nosotros.
Entonces, ¿por qué no va al colegio?
No tengo que volver al hospital
ni al colegio porque me voy a morir.
Cielo, no digas eso.
Morirse es lo más impreciso del mundo.
Nadie sabe nada de nada.
Les haces preguntas
y se ponen a toser y cambian de tema.
Si me hago mayor voy a ser científico.
Voy a averiguar las respuestas
a todas las preguntas que nadie contesta.
Voy a dar algunos datos
sobre mi enfermedad.
La gente dice que tengo
leucemia pero a mí me gusta...
decir que tengo glóbulos
esferoides granulares.
La leucemia la descubrió
un tipo llamado John Hugh Bennett.
En 1850 vio la sangre de
un niño por un microscopio
y dijo que estaba llena de
glóbulos incoloros granulares y esferoides.
Son células blancas de la sangre,
pero entonces no lo sabían.
La razón de que se tardara
tanto en diagnosticar un niño
es que no les dejaban
entrar en los hospitales...
porque creían que transmitían infecciones.
Qué raro, ¿no?
¡Funciona!
¡Santo Dios!
Ya les dije que no iba a funcionar.
Anda, vámonos.
Bien, ¿pensaste en lo de
describir sobre uno mismo?
Es que no creo que tenga nada que ver
que me guste leer con escribir sobre mí.
Claro que sí. Más de lo que crees.
¿En qué pensaste?
Los libros sólo tratan de
niños que salvan al mundo...
o que reciben palizas en el cole.
¿A quién le puede interesar mi historia?
¡La trágica historia de Sam Mc Queen!
¡Un pobre niño frágil
que lucha contra un sufrimiento terrible,
y soporta estar en hospitales sin televisión!
Adiós, amigos. Queridos, no olviden
ponerme las gafas en mi funeral.
Félix, nada de voleos en la arena. Vamos.
Pues a mí me interesaría tu historia, Sam.
Además, ¿qué sabrá ella de hospitales?
Félix tiene razón:
somos verdaderos expertos en hospitales.
De hecho, nos conocimos en uno.
-Faltó poco.
-¿Por qué te escondes?
-Voy a la tienda de abajo.
-¿De dónde lo sacaste?
De la máquina del pub de
mi tío, pero no me queda.
Fumar es malísimo. Puede matarte.
Ya.
Si consigo bajar sin que me vean
quizás alguien me compre un paquete.
Ya sabes, diré que es mi
último deseo antes de morirme.
No funcionará.
Es mejor decir que tienes un
tío rico que se va a morir
y dará una recompensa
a quien le compre un paquete de tabaco.
¡Sí! ¿Vienes?
Es su última voluntad.
Mi tío es un hombre muy
rico y estaría dispuesto...
a dar una buena suma de
dinero a quien se lo compre.
No, no es mi hermana, es que al cirujano
que la va a operar le tiemblan las manos,
y le vendría bien un cigarro para calmarse.
Tengo síndrome de abstinencia.
En mi estado es muy
peligroso dejar de fumar.
No creas todo lo que te cuenten, chico.
Yo fumaba como un carretero, ¿sabes?
Me dijeron que iba a morir.
He cumplido 95 años y dejé de fumar.
Es un trabajo para el colegio.
Debo comprobar cuánta gente en una sala
Puedes hacer una encuesta.
Me lo pidió un chico
en la planta infantil.
Si no se lo llevamos nos pegará.
Preguntas a las que nadie
contesta número uno:
¿Cómo sabes que te has muerto?
La información que doy a continuación
la saqué de www.ask.com.
Experiencias al borde de la muerte.
Hechos en contra, por Félix Stranger.
Lo que falla es que la
gente no se muere después.
No es más que gente
con cerebros quemados...
porque les falta oxígeno o
se pasaron de drogas.
Si son reales, ¿por qué sólo
pasan en Estados Unidos?
Y ¿por qué siempre hay final feliz?
No es más que gente
que quiere ser famosa.
Experiencias al borde de la muerte.
Hechos a favor, por Sam Mc Queen.
En una experiencia así la persona
muere realmente y después vuelve,
así que es obvio que lo que pasa es real.
Además ve y oye cosas reales,
por ejemplo: una mujer
estaba flotando en el techo
y oyó a sus médicos decir cosas
que más tarde comprobó que habían dicho.
Era real.
Y no siempre pasan cosas buenas,
a uno le pinchaban unos elfos en el culo.
Además, Platón…
¡Eh, que aún no terminé!
Experiencias al borde de
la muerte, conclusiones.
Lo mejor de las experiencias
al borde de la muerte...
es poder ir al cielo y hacerte famoso.
Y que unos elfos te pinchan en el culo.
Mi madre trabajaba para
una organización benéfica.
Lo dejó cuando me puse enfermo.
Ahora los domingos va a la
iglesia a cantar en el coro.
Yo no voy porque odio
que la gente finja que se preocupa por mí.
Mi hermana Ella siempre va...
porque le encanta que
estén pendientes de ella.
Papá no va nunca. No le gusta
hablar de mi enfermedad.
Mi padre es muy listo pero...
nunca podría hacerle
una de mis preguntas.
¡Eh, amigo, pásala!
Cuando alguien saca el tema
tose o simplemente dice:
"No vamos a hablar de eso."
Ya estamos aquí.
Hola, cielo.
¡Qué callados están!
¿Qué haces, Sam?
Deberes.
De repente tienes un montón de deberes.
Lleva toda la mañana escribiendo.
Si se esfuerza tanto con los deberes,
¿no crees que ya es hora
de que vuelva al colegio?
¡Daniel!
Esa pobre mujer lleva
mucho tiempo viniendo.
Me gusta la señora Willis.
No quiero volver al colegio.
Los niños me miran y me preguntan
si de verdad estoy enfermo,
o por qué me dejan irme si me canso.
Eso es ridículo.
Cualquiera puede ver que
Sam ya está mucho mejor.
Es una tontería tenerlo
aquí encerrado sin nada que hacer.
¡Tengo un montón de cosas
que hacer, papá, por favor!
Aquí estoy bien.
No empieces otra vez con
eso delante de los niños.
Papá cree que me estoy poniendo mejor
porque ya no me dan quimioterapia.
Papá, mamá, ¿qué pasa?
Se piensa que podría curarme
si me comporto como un niño normal.
No cambies de tema,
ya hablaremos de eso.
Los médicos también se pueden equivocar.
Mira a Sam. Mírales.
¿Sam? ¡Sam!
Siéntate.
Odio sangrar por la nariz, ¡lo odio!
Odio que todos estén pendientes de mí
y que Ella se marque
puntos ayudando a mamá.
Que mamá me diga qué tengo que hacer,
como si no lo supiera.
Que papá no se mueva, y me
mire con esa cara tan rara,
como si yo fuera un alienígena.
Bien, ya está.
Sam. ¡Sam!
¡Sam!
Hola, Sam.
¡Sam!
¡Annie Drácula!
Oye, Drácula a secas.
Annie no es realmente un vampiro.
La llamamos así porque trafica con sangre.
Es especial para nosotros.
Va por allí con su Vespa rosa cuidando
a los chicos que ya no están en el hospital.
Bien, ¿qué has estado haciendo?
Pues, ¿qué podría decir?
Empecé a escribir un
libro, a grabar un video,
lancé un cohete, papá cree...
que ya estoy bueno,
volví a patear la pelota.
No mucho.
Ya está.
Ahora, pirata, ten paciencia.
Esto es un catéter.
Es para sacarme sangre o
meterme cosas a través de él.
Ahora me están dando plaquetas.
Es un problema, porque lo llevo siempre
y no me olvido de que estoy enfermo.
Esto es mi porta sueros.
No tengo que estar atado a él todo el día,
aunque pueda parecerlo.
El porta sueros aguanta las plaquetas
que vienen por este tubito al catéter,
y las plaquetas me las ponen
cuando he tenido hemorragias.
Es todo lo que puedo contar de este tema.
Cosas que quiero hacer antes de morir.
Es maravilloso.
Estoy congelado.
Muy bien, a trabajar.
Hagamos una lista.
Una lista de deseos, la metemos
en una botella y la lanzamos al mar. ¿De acuerdo?
Muy bien.
Son cuatro: ir al gran
cañón, ordenar el desván,
aprender a hacer merengue,
y adiestrar el perro.
¿Adiestrar al perro?
¿Qué deseo es ese?
No conoces a mi perro.
Te toca.
Ser rico y famoso,
bombardear a los médicos,
ver a Kasabian en concierto.
Pero ya has visto un concierto de Kasabian,
te llevó tu hermano.
Ver a Kasabian en concierto otra vez.
Ahora tú, Sam.
Ser un científico famoso.
Descubrir cosas y escribir sobre ellas.
Ver las películas de terror para mayores
que no me dejan ver.
Subir por las escaleras
mecánicas que bajan.
Volar en un dirigible, ser un adolescente,
beber, fumar, y tener novias.
¡Ella!
Ver un fantasma, subir a una nave espacial
y ver las estrellas.
Batir un récord mundial.
¿Vas a hacer todo esto?
No lo sé. Puede que no.
Podríamos hacerlo juntos.
No son cosas que vaya a
hacer. Son más bien deseos.
No son cosas reales.
¿Y qué? La señora Willis
va a hacer merengues, ¿no?
¿Por qué no podemos ver
películas de terror?
Mi hermano tiene un montón en su cuarto.
Sólo podríamos hacer
dos cosas de esta lista,
ver películas de terror...
y subir por las escaleras
mecánicas que bajan.
Lo demás es imposible.
No hay nada imposible para Félix Stranger.
Podríamos batir un récord del mundo.
Uno no va por ahí batiendo
récords mundiales.
El 23 de julio de 1999
Ashrita Furman subió los...
1665 escalones de la torre
Eiffel con un saltador,
en 57 minutos con 50 segundos.
Me encantan los récords,
y Ashrita Furman es el
que más récords batió.
216, entre ellos ser la persona
que más récords batió.
Mi padre me contó que un tipo se comió...
200 gusanos en 30
segundos. Hagamos ese.
Pero eso no es un récord Guinness.
Félix, ese tipo se comió 200 gusanos.
Tranquilo, lo conseguiremos.
Primero probamos uno
para ver a qué sabe.
Luego 201 en 30 segundos.
El club nocturno más pequeño del mundo:
2.4 × 2.4 x 1.2 metros.
Podemos superarlo.
Cualquiera puede
construirlo. ¿Qué necesitas?
¿Música?
Y luces de colores, y bebidas,…
Todo eso es fácil.
Y tiene que estar abierto al público.
Por supuesto.
Que empiece la marcha.
Así no me extraña que
no tengamos clientes.
Aunque no fuera un
récord Guinness oficial,
sirvió para tachar uno de
los deseos de mi lista.
Preguntas a las que nadie
contesta al número dos:
¿Por qué hace Dios que
los niños se enfermen?
-Ya estoy.
-Porque Dios no existe.
Eso no es un motivo.
Por supuesto que lo es,
a lo mejor no existe.
Apúntalo.
Número dos:
Sí existe, pero es malvado en secreto,
le divierte torturar a niños pequeños.
Paso, eso no lo pongo.
Tose un poco.
Número tres: Dios es
como un gran médico.
Hace que las personas se enfermen
para que sean mejores, menos egoístas.
Vamos, Sam, hoy la clase
es en la casa de Félix.
Y no le importa que te mueras...
porque te vas al Cielo,
que es donde él vive.
Eso es una estupidez.
Es lo que dice mi madre:
¿cómo te vas a volver
mejor por tener cáncer?
No sé, te emocionas porque puedes...
montar en bici y toda tu
familia se pone contenta.
Si no estás enfermo nadie valora
que puedas montar en bici.
Ésa es la estupidez más grande
que oí en mi vida.
¿Dios hace que tengas
cáncer para que sepas...
lo bueno que es montar en bici?
No puedes escribir eso.
Pues ya lo he escrito.
Bueno, cuatro: No hay razón.
Cinco: Sí hay razón, pero
no conseguimos entenderla.
Es un castigo por ser malo.
No lo es.
¿Por qué no? Para los budistas sí.
Mal karma por lo que
hiciste en tus otras vidas.
Seguimos toda la clase
sin ponernos de acuerdo...
sobre por qué los niños tienen que morir.
Félix repetía muchas veces
que ya somos perfectos,
demasiado buenos para esta tierra,
por eso nos tocaba irnos tan pronto.
Cuando muere un hindú su familia
enciende una vela junto a su cuerpo.
Eso es porque los hindúes creen
que cuando el alma abandona el cuerpo
está confusa,
y la vela le proporciona un sitio donde vivir.
A los pigmeos no les gusta la muerte.
Cuando alguien muere derriban su casa,
y nunca más vuelven a hablar de él.
Los judíos nunca dejan solo al cuerpo
hasta que lo entierran.
Lo hacen por respeto y
para que nadie lo robe.
Después se rasgan las
ropas para mostrar dolor.
Los mexicanos celebran una gran fiesta.
Se llama el Día de los Muertos.
Visitan las tumbas de sus familiares,
les preparan comida,
y les hacen sitio a su lado en la mesa.
Félix, voy un momento al súper.
¿Estarás bien? No tardo.
Nuestra oportunidad.
¿Para qué?
Mi hermano volvió a la plataforma.
Va a estar un mes fuera. ¡Vamos!
¿No querías películas de terror?
Dicen que ésta es una de
las más terroríficas.
Basada en hechos reales.
"El exorcismo de Emily Rose"...
se considera demasiado
inquietante para verla en casa.
Una de las películas más
espantosas que se han filmado.
¿La has visto?
¿Por qué da tanto miedo?
Va de una niña que está poseída.
Se pone enferma, vomita,
y le dan convulsiones.
A mí me pasa algunas veces,
pero eso no es terrorífico.
Oye, tu deseo es ver una película de terror.
Pues elijo ésta.
¡Tremendamente densa!
Esperábamos que saliesen
monstruos o demonios,
pero no salía nada.
El principio era como una
película de John Grisham,
pero no pasaba nada.
Después todo era muy confuso.
Había un cura y un agente
que querían meterlo en la cárcel.
Entonces la chica vio un
fantasma al final del pasillo.
Las cosas que tenía encima de la mesilla
empezaron a moverse.
Un espíritu maligno se fue
acercando más, y más, y…
Hola, chicos, ¿qué están viendo?
Félix, ¿qué estás haciendo?
Es una película para mayores.
La madre de Félix no nos dejó ver el final.
Al final la chica se cura.
Eso dijo. En el fondo me alegré
de que no nos dejara ver más.
Había algo en esa película
que me daba mucho miedo.
¿Qué significa "Basada en hechos reales"?
¿Es algo que ha ocurrido de verdad?
Abuela.
¿Tú crees en demonios?
¿Demonios? ¿Quieres decir
con cuernos y tridente?
No, espíritus malignos
que poseen a la gente.
No, eso son tonterías.
Pero… tu crees en fantasmas.
Lo que creo es que este
brownie está delicioso.
Más sobre mi enfermedad: he
tenido leucemia tres veces.
Me dieron quimioterapia dos.
Papá quería que volvieran a dármela,
pero el doctor Bill no.
La leucemia siempre vuelve.
Creen que la han curado,
y entonces vuelve.
Un dato real: el 85% de la gente se cura.
Éso son 85 de cada 100
personas, o sea la mayoría.
Pero conmigo siempre vuelve.
Cuando un médico dice...
"Habrá que esperar" o
"Crucemos los dedos"
significa que ya no me van
a dar más quimioterapia.
Deseo subir por las escaleras que bajan.
¿Qué, te diviertes? ¿Qué
te pasa? ¿Estás bien?
Sam. ¿Qué ocurre?
¡Cariño! Inclínate.
Gracias. ¿Estás mejor?
¿Estás haciendo un trabajo para el colegio?
No exactamente.
Estoy escribiendo un libro.
Un diario, mejor dicho.
Algunas partes las grabo en video.
Un libro.
Yo intenté escribir un libro a tu edad.
¿En serio?
En el colegio.
Se llamaba...
"El capitán Cassidy y el
castillo de la muerte".
Y ¿de qué trataba?
No sé. Nunca pasé del primer capítulo.
Mi libro trata sobre mí.
¿Sobre ti?
Sobre lo de estar enfermo, y eso.
Para tu libro. Es mejor que esas grabacioness.
Gracias, es muy… Gracias.
¿No será lacrimógeno?
Digo… ¿de poemas y dibujos del arco iris?
No.
Bien.
¡Qué estupidez! Necesitarías
una máquina del tiempo.
¿Quién iba a malgastar...
una máquina del tiempo
en ser adolescente?
Una estupidez, pero…
¿Qué es eso? ¿Un plano?
Hago que todos tus deseos
se cumplan. Vamos.
-¿Izquierda o derecha?
-Derecha.
¡Cómo pesas!
-Está cerrado.
-Ya lo sé. Mi tío es el dueño.
Anda, llama.
Creo que en ese momento sentí
algo parecido a ser adolescente.
Me costaba respirar y de repente
tenía muchas ganas de hacer pis.
¿Qué es lo que quieres?
¡Vaya, qué simpática!
Éste es Sam, quiero que conozca el pub.
¿Está el tío o nos abres tú?
Está arriba, y se supone
que no debo llevar gente al bar.
A que es encantadora.
Sam, ésta es mi prima Kaleig.
Él es Sam, mi amigo del hospital.
Y ¿a ti qué te pasa?
Tengo glóbulos esferoides.
No le hagas caso. ¿Nos
dejas entrar, o qué?
Bueno. Pero si papá nos descubre es culpa tuya.
-¿Qué tal sienta ser adolescente?
-Genial.
¿Nos pones algo de beber?
Sam quiere saber lo qué es ir de copas.
Tenemos muchas cosas.
Hay botellas que papá
nunca usa. Las de arriba.
Hay "Creme de mint" --eso es menta.
"Creme de cacao" es café. No, chocolate.
¿Licor de cereza?
Suena bien. Licor de cereza.
El último paga.
¿Una más?
Ya hiciste dos cosas de adolescente.
-Sólo te queda una.
-¿Qué? ¡No loco!
Vamos, cállate.
-Eh, Kaleig.
-¿Sí, señor?
Si te pidiera que hicieras
algo, ¿te atreverías?
No.
Vamos, no seas infantil.
Depende.
Tienes que besar a Sam.
Darle un beso de verdad en la boca.
¡Félix! Esto no tiene nada
que ver conmigo, te lo juro.
-Cállate.
-Es idea suya.
¿Lo harás, Kaleig?
¡No! Paso. No.
No contigo mirando.
Pueden bailar si queren.
-¡Y no mires!
-No voy a mirar.
A ver cómo meneas el esqueleto.
Preguntas a las que nadie
contesta número tres:
¿Qué pasaría si alguien no
estuviera realmente muerto...
y la gente creyera que lo está?
¿Lo enterrarían vivo?
En el siglo XIX a la gente
le preocupaba mucho...
que la enterrasen viva sin querer.
Para solucionar el problema
el doctor Adolf Gutsmuth...
diseñó un ataúd con un tubo
para respirar y alimentarse.
Para probar que funcionaba
le enterraron durante tres días.
Tomaba sopa, cerveza y salchichas.
¡Ella!
¿Como vas a morir?
-Vamos, ya sabes cómo.
-Digo, en tu diario.
No puedes acabarlo sin más.
La gente querrá saberlo.
Puedes hacer que tu madre
te vaya entrevistando.
"¿Cómo te sientes ahora, Sam?"
"Veo una luz.
Hay un montón de tipos
decrépitos volando alrededor."
Cállate.
Podrías escribirlo antes.
"Mi muerte fue muy triste.
Todo el mundo lloró.
Di un discurso sobre cuánto
iba a echar todo de menos."
Puedes ver cómo me muero yo.
Tomas notas y luego lo
usas para tu muerte.
Pero me pones en los agradecimientos.
¿Los qué?
Donde nombras a los que te han ayudado.
Agradezco a Félix Stranger
que me dejara mirar mientras estiraba la pata.
¡Estás loco! ¿Dejarías que alguien
tomara notas mientras te mueres?
No pienso dejar que nadie
me vea. Estaré yo solo.
Ya sé: escribe un cuestionario
y que lo rellenen tus padres.
La muerte de Sam fue: a) Plácida.
B) Espantosa.
O c) Ni idea, estábamos de compras.
¡Estás fatal!
Quizás suene macabro,
pero me hacía gracia
imaginarme a mis padres
rellenando el cuestionario
en la mesa de la cocina.
Cuando te mueras cobraré
los derechos de tu libro...
y haré un crucero por el Caribe.
Ésta es otra historia real, al menos es...
lo que dice mi abuela, y
ella no miente. Casi nunca.
El otro día me preguntaste
si creo en fantasmas.
Bueno, vi uno, una vez.
Fue el día que murió tu abuelo.
Había mucha gente en casa.
No había estado sola en todo el día.
-Gracias por todo.
-Adiós.
Desde que yo tenía 16 años...
habíamos dormido juntos
en la misma cama,
y a partir de aquel momento
tendría que dormir sola.
Lo que pasó a continuación no sé
si fue un sueño o realidad.
Tenía miedo de no volver
a dormir nunca más,
y de repente noté la mano de tu abuelo
acariciándome el brazo.
Siento mucho dejarte.
Me dijo que lo sentía mucho,
que no quería dejarme,
pero que tenía que irse.
Quiero que estés tranquila.
Lo último que me dijo es
que no estuviera triste,
por que él estaba bien.
¿Volviste a verlo alguna vez?
Yo no, pero tú sí.
¿Yo?
Cuando Ella nació te
quedaste a dormir en casa.
Una noche te oí decir:
"¿quién es el hombre de la barba?"
Así que fui corriendo a tu habitación.
Y ¿había alguien?
No, pero de repente
pude oler el humo de la pipa de tu abuelo.
No dije nada, pero me di cuenta
que me acordaba perfectamente de aquello.
¿Valdría eso para mi deseo
de ver a un fantasma?
No. Yo soy el genio de la lámpara,
el que cumple tus deseos.
Si quieres ver un fantasma
tendremos que usar esto:
un tablero ouija.
A mi madre no le gusta la ouija.
Dice que uno no debe meterse
en lo que no entiende.
Vamos, ¿quieres ver un fantasma o no?
¿Qué están haciendo?
-Una casita de muñecas.
-No es verdad.
Estamos haciendo una
investigación científica.
Esta bien. Vamos a invocar a un fantasma.
Uno enorme con sangre
chorreando. ¿Quieres verlo?
¡Sí!
Bienvenidos al abismo del olvido.
¿Por qué hacen falta los dedos
si el vaso lo mueve el espíritu?
Se hace así, si no no funciona.
En el colegio me dijeron que
dos señoras se quedaron...
dormidas y viajaron a la
época de María Antonieta.
Ya. Bueno, ¿qué? ¿Hay alguien allí?
-Lo has movido tú.
-Yo no he sido.
¿Cómo te llamas?
M-a-r-i-a-n.
Marian.
¿Marian qué?
T-o-n-i-e-t-a.
¿Marian Tonieta?
Vamos, Félix, ni siquiera se escribe así.
A lo mejor no sabe deletrear bien.
¿Eres la reina de Francia?
¿Cómo se mueve? ¿Lo haces tú?
Es el poder de los muertos vivientes.
Puedes preguntar algo.
No, yo no quiero.
Bueno, a ver: ¿Qué tal
es ser muerto viviente?
A-b-u-r-r-e.
Dijo que se aburre.
-¡Félix!
-¡Que no soy yo!
¿Va a acabar Sam su libro alguna vez?
¿Cómo puede saber eso María Antonieta?
Ella lo sabe todo.
-¡Hola, Ella!
-¡Hola!, ¿qué tal, cómo estás?
-¡Cómo has crecido!
-Me alegro de verte.
¡Qué bonita!
-¡Qué bonitos son!
-Gracias.
Quiero tener un dirigible.
Podría irme volando.
No necesitaría una pista de aterrizaje,
sólo tendría que atar una cuerda a un árbol.
Me iría a conocer África o Estados Unidos.
Podría atarme a la Estatua
de la Libertad o a la
Torre de Pisa, y si alguien
tratara de impedirlo…
¡sayonara, baby! me soltaría
y seguiría volando.
Nada podría detenerme.
-Hola, señora Rabbitt.
-Hola, ¿qué tal?
Mamá se enfadó conmigo hoy porque...
no abrí la boca en
la visita de mis tías.
Yo también me enfadé,
así que me inventé esta historia.
Mamá y yo nos hemos peleado.
Oigo a mamá llorar.
Parece que nunca más
va a pasar nada bueno.
Entonces suena el timbre.
¡Es Annie! Está muy emocionada.
Han descubierto un nuevo
medicamento que ha curado...
la leucemia en montones de
ratones de laboratorio.
Necesitan a un humano para probarlas...
así que me las tomo y
me curo completamente.
Todos se ponen muy contentos.
Sam, enhorabuena. ¡Excelente logro!
¿Alguna vez te peguntaste…?
Salgo en las noticias de todo el mundo.
Me hago famoso. Los
científicos ganan millones.
Me dan una parte del dinero a mí...
para hacer un crucero
con Félix y mi familia.
Y nadie vuelve a morirse
nunca de leucemia. Jamás.
Ojalá nuestra vida fuera
como la de las estrellas.
Cuando una estrella explota genera vida.
Hoy ha sido una de las mejores clases.
A Félix le hubiera encantado ver
cómo explotan las virutas de hierro.
Pero hoy Félix no ha venido a clase.
Sam.
-Sam…
-¿Qué le ha pasado a Félix?
Bueno, de eso es de lo que quería hablarte.
¿Qué, mamá? ¿Qué pasa?
Félix ha ingresado en el
hospital esta mañana.
¿Por qué?
Me ha dicho Gillian que por una infección.
Se pondrá bien.
Estará bien, ya verás.
¿Sabes algo de Félix?
Qué raro, lleva tres días en el hospital
y no me ha llamado.
En las habitaciones no hay teléfono.
Mamá, deberías llamar a la madre de Félix.
Bastantes preocupaciones
tiene, no quiero molestar.
Y yo, ¿qué? ¡Estoy preocupado!
Al menos ella está allí. ¿Puedo ir a verle?
No, está muy enfermo.
-¡Pero no es justo!
-Sam.
No puedes ayudarle, hijo.
¡No es justo!
Sam…
¿Hola? Mickey, soy Sam.
-Sam.
-¿Mickey?
¡Pregúntaselo, pregúntaselo!
Tranquilo, Sam. Ya está.
¡Mamá!
Sam está muy preocupado por Félix.
Sí.
¿Se le puede visitar?
Claro, claro.
Gracias, Mickey.
Sigue en el hospital.
¿Y?
Y aún está muy mal.
Mickey dice que le dirá a su madre...
que hemos llamado y
que no tiene sentido ir
porque duerme un montón.
El sábado estaba bien.
No le pasaba nada malo.
Lo siento, Sam.
Preguntas a las que nadie
contesta número cuatro:
¿Duele morirse?
El diccionario no contesta esta pregunta,
sólo dice que la muerte es el cese definitivo
de las funciones vitales en un organismo.
El fin de la vida.
Pero no aclara lo que se siente al morir.
Gracias. ¿Sí?
Ya.
Claro. Gracias.
Sam, Gillian dice que si quieres
ver a Félix deberías ir ahora.
¿Está despierto?
No. No lo sé.
No tienes que ir si no quieres.
Yo no quería ir… sí, quería… no… no quería.
Mamá, sí, quiero ir.
Se me hizo extraño volver a nuestra planta.
La enfermera era nueva y no me conocía.
De pronto volví a acordarme...
de los buenos momentos que
pasamos Félix y yo ahí,
como aquella vez que vaciamos...
una botella de sangre
de vampiro en mi cama,
para que una enfermera novata
nos trajera Coca-Cola.
La asustamos, pero nunca
nos trajo la Coca-Cola.
-Mickey.
-Hola.
Lo siento mucho.
Anda, sal un poco.
¿Quieres tomar un café?
¿Me esperas aquí?
Estará bien. Hay un sitio para desahogarse.
Lo sé.
Los dejo solos.
Despierta, Félix.
Si te vas, ¿quién va a concederme
los deseos que me faltan por cumplir?
Me quedé ahí sentado a su lado.
Sabía que tendría que ir
a buscar a una enfermera,
o a Mickey, o a alguien, pero no lo hice.
Me quedé ahí callado y junto a él
hasta que volvieron los demás.
No dormí mucho la noche que Félix murió.
Me sentía muy cansado pero no dormí.
Traté de captarlo todo y
guardarlo en algún sitio...
donde después pudiera
recordarlo para siempre.
ESTO NO ES JUSTO
¡Lo odio! ¡Lo odio!
Yo también, cielo. Yo también.
No recuerdo cuánto rato
estuvimos llorando,
pero en aquel momento me di cuenta
de cuánto deseaba mi madre poder hacer
que todo estuviese bien otra vez.
Pero eso era imposible.
Entonces vi cómo sería la vida
cuando yo ya no estuviera.
Todo seguiría igual.
Creo que deberías ir
como muestra de cariño.
-Estoy listo.
-¿Cómo estás, cielo?
Estoy bien.
-¡Estoy bien!
-¿Te he hecho daño?
-¡Déjame en paz!
-Deberíamos llamar a Annie.
¡Quiero ver a Félix!
Preguntas a las que nadie
contesta número cinco:
¿Qué aspecto tiene una persona muerta?
O ¿Qué se siente al tocarla?
Tengo que subir a ensayar con el coro.
Quédense con la abuela.
-¿Sí?
-Claro.
No sentí miedo al ver a Félix muerto.
Era él, pero más tieso y más limpio
de lo que solía estar en la vida real.
Estaba frío, pero no como
cuando metes los dedos en la nieve.
Era el mismo frío de las
estatuas, un frío sin vida.
Esperaba que hubieran cometido un error,
pero no fue así.
Félix estaba vacío.
A Félix le hubiera gustado que cantaran
algo de Kasabian y no esta basura.
Sí.
Esperaba que me ocurriese con Félix...
algo parecido a lo de mi
abuelo con mi abuela,
pero lo que pasó fue mucho mejor.
No está mal.
Félix Stranger me había
concedido un último deseo.
Preguntas a las que nadie
contesta número seis:
¿Por qué tiene que morirse la gente?
Este libro es una recopilación de historias,
imágenes, preguntas, y hechos.
Además es mi historia.
Bien, sobre mi aspecto: tengo pelo,
pero el año pasado se me cayó
por los medicamentos que tomaba.
Tengo los ojos verdes…
Tengo un montón de moretones.
No es culpa mía,
es lo que te pasa cuando tienes leucemia.
¡Ah, se me olvidaba! Tengo
una marca de nacimiento...
en la rodilla con forma de
trébol de cuatro hojas.
Es muy lindo.
¿Qué tal?
Hola.
Tu madre dice que has
estado un poco enfermo
Estoy bien.
Annie.
Cuando entierran a la gente,
¿se cometen errores como
enterrar a alguien vivo?
Esas cosas ya no pasan, Sam.
Es imposible que el cerebro sobreviva
después de 15 minutos sin oxígeno.
Ya lo sabía, sólo quería estar seguro.
¿Qué estás haciendo?
¿Es otro dirigible?
¡Mira qué cosas pasan!
Da la increíble coincidencia
de que en el periódico de
hoy viene un artículo...
sobre un dirigible en Lake District.
Pensé que lo querrías para tu libro.
Te lo dejo aquí.
-Buenas noches.
-Buenas noches.
¡Mamá!
No sé lo que pasó aquella noche.
Tuve sueños extraños.
De pronto me dolían los huesos.
¡Sam! ¿Estás bien?
Lo realmente extraño es
que papá estuviera allí,
normalmente era mamá.
¿Qué te ocurre, qué te
pasa, dónde te duele?
Por todas partes.
-Es una caja.
-Ya sé que es una caja.
Papá, ahí.
Sí. Ya voy, espera.
Tranquilo. No pasa nada. Tranquilo.
No pasa nada, estoy bien.
¿Seguro?
Espera.
Míranos,
¿quién es el padre y quién el hijo?
Ten, bebe.
Ya está. Buen chico.
¿A qué venían todos esos gritos?
Estaba soñando.
¿Con qué?
No sé. No me acuerdo.
Yo también estaba soñando.
¿Con qué soñabas?
Contigo.
Sin ti.
Papá, no llores.
Papá.
Estoy aquí, estoy aquí. Estoy aquí.
Buen trabajo. Sigue así.
Voy a hablar sobre mi
padre. Tiene 39 años.
Le gustan los espaguetis y las chauchas.
No le gustan las anchoas.
Pero si me las ponen me las como.
Sigue.
Sí… Su palabra favorita es
"altanero", que significa...
altivo, soberbio, aunque
él no es nada de eso.
Tiene una calva del tamaño
de una moneda de 50 centésimos.
-No, de un euro.
-50, papá.
Un euro.
-Dice que es culpa mía y de Ella.
-Porque es la verdad.
Su chiste favorito es:
"¿Cómo ha encontrado el señor el filete?"
Y el cliente contesta: "Con gran dificultad.
Estaba debajo de la última patata."
A mí no me hace gracia.
Si lo cuentas así no es gracioso.
Preguntas a las que nadie
contesta número siete:
¿A dónde vas cuando te mueres?
O sea que de todos los
deseos sólo te queda:
¿volar en dirigible
y ver las estrellas
desde una nave espacial?
¿Los demás se han cumplido todos?
¿Todos?
Bueno, todavía me falta
lo de ser un científico.
Esto es un estudio científico. ¿No crees?
Papá, ¿no llegas tarde a trabajar?
Hoy no voy a trabajar.
Tengo derecho a pasar un
día con mi hijo, ¿o no?
Pero si me tomo las pastillas
que me trajo Annie...
me voy a dormir. Me dan mucho sueño.
No te preocupes por eso,
cuando te despiertes seguiré estando aquí.
Echaremos una partida.
Estamos hablando de un
anuncio de Coca-Cola.
Creo que merece la pena intentarlo.
¿Diga?
Sí. ¿Qué?
Un momento.
Gracias.
¿Qué es eso sobre un
anuncio de Coca-Cola?
¿Qué han dicho?
Nada con sentido. Me han
dado una dirección...
y que nos esperan allí dentro de una hora.
Vamos, Sam, date prisa.
Yo no quiero salir en un
anuncio de Coca-Cola.
Claro que quieres.
Hay cosas en la vida
que son perfectas de principio a fin,
pero no lo sabes hasta que las has vivido.
Hola. Soy Daniel.
-Yo Ruth, encantada.
-Igualmente. Gracias por recogernos.
-Éste es Sam.
-Hola.
Encantada, Sam.
Ahí está.
¡Un dirigible!
Un dirigible que nos está
esperando para dar una vuelta.
Vamos.
Algunas cosas son perfectas
de principio a fin.
Mi lista de las mejores cosas del mundo:
subir las escaleras mecánicas que bajan,
batir récords mundiales con Félix Stranger,
volar en un dirigible con papá,
hacer explotar cosas con la señora Willis,
un beso de Kaleig…
-Suena maravilloso.
Fue increíble. Lo mejor
que he hecho en mi vida.
Genial, Sam. ¿Cómo te encuentras?
Muy bien.
Últimamente está muy
cansado. Se queda dormido.
En el dirigible no me quedé dormido.
Tiene más dolores de huesos.
La nueva medicación no
parece hacer mucho efecto.
¿Hablo con Bill para cambiarla?
¡Annie!
Quiero oírlo.
Si la medicación no está funcionando...
no hay mucho más que
podamos hacer en esta fase.
Pero… Bill dijo que teníamos un año.
Como mucho. Lo siento.
¿Interrumpimos el
tratamiento así, sin más?
Nadie los va a obligar a hacer
algo que no quieras hacer.
Annie, quiero parar.
No quiero seguir tomando
pastillas estúpidas que no hacen nada.
Mi cuerpo se tensó esperando...
que mamá dijera algo en
contra, pero no lo hizo.
Sólo asentía con la cabeza.
¿Cuánto tiempo tenemos?
Podrían ser sólo dos meses…
o tal vez sólo un par de semanas.
Es difícil saberlo.
¡Dios mío, se supone que era un año!
Mamá, no llores. Le diré ahí arriba
que con esto no nos basta. Cuando le vea.
Sí.
Dile que queremos que
nos devuelva el dinero.
¡Dos meses, dos semanas!
Hubiera deseado que
Felix estuviese conmigo.
Intenté imaginarme lo que diría.
¡Dos semanas!
Ah, bueno, pensé que era menos.
Puedes hacer lo que te dé la gana.
Piensa que te van a consentir todo.
Ya no quiero hacer nada más.
Querías ver las estrellas
desde una nave espacial.
Es el deseo que te falta.
Ese sólo es un deseo.
No es algo que se pueda
hacer. Es imposible.
Claro, cobarde. Vamos, te desafío.
Preguntas a las que nadie
contesta número ocho:
¿Seguirá ahí el mundo cuando me vaya?
Leí un libro sobre dos
personas que consiguieron...
vivir para siempre, y no les gustó mucho.
Envejecieron solas y tristes.
Si nadie se muriera la
gente seguiría naciendo.
El mundo se llenaría más y más,
y acabaríamos viviendo
unos encima de otros.
Eso ya lo sé, pero no explica
por qué tienen que morir los niños.
Mi abuela dice que
morirse es como cuando...
las orugas se convierten en mariposas.
Es parte de su ciclo vital.
A las orugas les da miedo
encerrarse en el capullo,
pero después pasan a ser mariposas.
Creo que significa que no hay
que tener miedo a morirse.
Nos vamos.
Esa noche papá y mamá
salieron solos por primera vez en años.
Papá dijo que podíamos
quedarnos hasta tarde...
viendo una película.
Yo no tenía muchas ganas de ver la tele,
así que cerré los ojos e
intenté imaginármelos bailando.
Vaya, parece que tenemos
una nueva alumna.
¿Qué haces?
Dibujos para el libro de Sam.
¿El libro de Sam?
No quería los dibujos
infantiles de Ella en mi libro,
pero no se lo dije.
¿Listos?
Aquella fue mi última clase,
y la dedicamos a hacer pájaros.
Me encanta la clase de plástica,
aunque nunca hemos hecho pájaros.
Hicimos un mirlo para Annie, una especie...
de gorrión para papá,
y un búho para mamá.
Nunca entendí por qué la
gente te envía regalos...
cuando sabe que te estás muriendo.
No se dan cuenta que no
te los podrás llevar...
cuando te vayas.
No, eso… ese cacharro no
saldrá por esa puerta.
¿De acuerdo?
No, vamos, papá. ¿Una vuelta?
No, Sam, lo siento, pero ahora tienes
que cuidarte todo lo que puedas.
Adiós.
Papá…
Ya has oído a tu padre:
este cacharro no saldrá por esa puerta.
Pero no ha dicho nada de esa puerta.
-Genial, pero se atasca.
-¿Te suelto?
-¿Te gusta?
-Sí.
Vas muy bien.
Sam.
Vamos.
¿A dónde?
A una nave espacial.
¿Félix te lo dijo?
Sam Mc Queen, no hagas
preguntas. ¿Vamos?
Un momento.
No sabía si estaba soñando
o aquello era real,
pero por si acaso no quise averiguarlo.
Quiero ver las estrellas
desde una nave espacial.
Vamos.
¿Se han cumplido los deseos de tu lista?
Bueno, me gustaría repetir uno.
Cuando ya no esté, ¿te
acordarás de mí alguna vez?
Voy a hacer algo mucho mejor.
Plantaré un arbol del cielo
donde nos demos en el último beso.
¿Un arbol del cielo?
Son flores que crecen entre el asfalto.
Un árbol del cielo en la iglesia tiene sentido.
En la iglesia no hay asfalto.
-Adiós.
-Adiós.
Hay cosas que son perfectas
de principio a fin.
A veces el mundo parece distinto.
Tengo que pararme y reconocer mis cosas:
mi porta suero, mi cama, mi tren…
Todo tiene un aspecto extraño.
Es como si lo viera desde la
pantalla de una televisión.
Ha venido Annie.
Tengo un dato científico
para tu libro: la gente...
dona más sangre si no les
pagas que si lo haces.
¿Cómo te lo explicas?
No puedo. No veo nada sin las gafas.
Léelo tú.
La gente me enviaba montones de tarjetas,
pero a mí no me interesaban.
Yo sólo quería observar a
papá y a mamá, a Ella...
y a Annie para conservarlos
siempre en mi memoria.
Esta vez al quedarme dormido soñé.
Soñé que estaba en la
cama de mamá y papá.
Hacía mucho que no me
acostaba en su cama.
Sólo me dejaban dormir allí
cuando estaba muy enfermo,
pero de repente ya no lo estaba.
¿Qué hago en su cama?
Tienes fiebre.
Te quiero.
Ya lo sé.
Sam murió el 14 abril
a las cinco de la mañana, más o menos.
Su muerte fue: a) Plácida.
Estaba: a) En casa.
Quienes estaban con él
eran: a) Toda su familia.
El tiempo que hacía
era: c) A medio camino.
Sam murió tranquilo mientras dormía.
No sufrió.
Cosas que quiero que
pasen cuando muera:
Que en mi funeral pongan
canciones de Kasabian,
nada de porquerías de música clásica.
Que mi funeral sea divertido,
que nadie vaya vestido de ***,
y quien quiera ver este video
o leer mi libro pueda hacerlo.
Que regalen todas mis cosas.
Como ya no estaré no las voy a necesitar.
No quiero que nadie esté triste.
Si estás tristes cuando pienses en mí,
¿cómo vas a recordarme?
Pero tampoco vale olvidarme,
alguien tiene que recordarme alguna vez.