Tip:
Highlight text to annotate it
X
Viene alguien, papá.
Bueno... pues que venga.
Espero que no le moleste
que pase por sus tierras.
- No, creo que no.
- Me dirijo al norte.
No esperaba encontrar cercas por aquí.
Hola, muchacho.
- Me estabas vigilando, ¿ verdad?
- Sí, señor.
Así me gusta.
El que es observador alcanza su meta.
Hacía mucho tiempo
que no veía una vaca Jersey.
Por aquí verá muchas.
Jerseys, Holsteins...
...y de otras razas.
- ¿ Quiere agua?
- Gracias.
Está usted un poco nervioso.
¡Joey!
- No se apunta a la gente con el rifle.
- No le apuntaba a nadie, mamá.
Me has dado un buen susto, chico.
Quería enseñarle mi rifle.
Seguro que sabe disparar.
- ¿ No es cierto?
- Un poco.
Sus compinches se han retrasado.
¿ Qué se proponen los Ryker esta vez?
- ¿ Los Ryker?
- Eso he dicho.
No conozco a ningún Ryker.
Cierre la puerta de la cerca
cuando salga.
En cuanto baje ese rifle, me iré.
¿ Qué más da?
Se irá de todos modos.
Quisiera irme por las buenas.
Hola, Starrett.
¿ Esperas que haya pelea?
No busco peleas, Starrett.
He venido a darte una noticia.
El contrato de ganado
de la reserva es mío.
- ¿Tenéis que venir tantos a decírmelo?
- Voy en serio.
- ¿ Y a mí qué? Métete en tus asuntos.
- Eso es lo que hago.
Me va a hacer falta toda la pradera.
Ya me has avisado.
Ahora, largo de mi propiedad.
¿Tu propiedad?
Te irás antes de que se derritan
las nieves.
- Supón que no lo haga.
- Os iréis tú y cuantos intrusos haya.
- Colonos, querrás decir.
- Podría echaros ahora mismo.
Escúchame bien. Los tiempos de echar
a la gente por la fuerza han pasado.
- Están construyendo una cárcel...
- Calma, Joe.
¿ Quién eres, forastero?
Un amigo de los Starrett.
Bien, Starrett, por avisar que no quede.
Lo tendré en cuenta.
Ahora alejaos de mi casa.
La cena estará lista dentro de un rato.
No tardaré en prepararla.
Espere...
No lo sabía. No se vaya.
No era mi intención...
Mire, ni siquiera está cargado.
- ¿ No está cargado?
- No, Joey es demasiado pequeño.
Es su rifle.
Es inofensivo.
Me llamo Starrett, Joe Starrett,
y mi hijo se llama Joey.
Ya ha oído lo que ha dicho mi mujer.
Entre, yo ya tengo hambre.
- Me llamo Shane.
- Hoy en día es fácil ponerse nervioso.
Hola, Joe.
Mi casa no es muy cómoda,
pero mi mujer cocina de maravilla.
Dentro de un momento estará la cena.
Si desea lavarse, puede hacerlo aquí.
Le pondré al corriente. Las tierras
de Ryker se extienden hasta allá.
ÉI cree que es el dueño del mundo.
Los chapados a la antigua no ven
que no todo debe dedicarse a los pastos.
Demasiado espacio
para tan poco rendimiento.
Las manadas no son lo que eran antes.
Están en los huesos.
El ganado que da carne hay que criarlo
en cercados y alimentarlo bien.
Cada colono debe escoger
una parcela.
No podrá criar más que unos pocos
terneros, pero si tiene cultivos,
vacas lecheras y cerdos,
puede apañárselas.
Nosotros nos apañamos,
¿ verdad, Marian?
Desde luego.
Otra vez ese dichoso becerro.
Joey, mételo en el corral.
¡Joey! Corre, hijo.
No te olvides de cerrar la cancela.
¡Anda!
¡ Entra ahí!
¿ Puedo preguntarle adónde se dirige?
A cualquier sitio
donde no haya estado.
- Yo sólo me iré en una caja de pino.
- ¿ Qué significa eso?
Si quieren sacarme de aquí,
tendrán que matarme.
- No digas esas cosas.
- Es la verdad.
Tú amas esta tierra.
Hemos echado raíces.
- No me gusta que hables así.
- Aquí hemos fundado un hogar.
- ¿ Crees que serían tan malos?
- Joey, silencio. Los niños se callan.
Yo no puedo con todo el trabajo que hay.
Si pudiera emplear a otro jornalero...
Los hermanos Ryker pusieron
el que tenía en contra mía.
Le rompieron todos los dientes.
¿ Sirvo la empanada?
Si nadie va a terminar esto,
me lo como yo.
- Hoy has echado la casa por la ventana.
- ¿ Por qué, papá?
Has sacado la cubertería buena.
¿ Y yo, mamá?
- ¿ Qué ocurre, Marian?
- Nada.
Ha sido una cena exquisita, Sra. Starrett.
Con permiso.
¿Adónde va el Sr. Shane?
Ni siquiera se ha despedido.
No se ha ido, Joey.
No se iría sin recoger todo eso.
Voy afuera con él.
- ¿ No le has invitado a pasar la noche?
- Lo haré ahora mismo.
No doy crédito. Ven a ver esto.
Joe, ¿por qué no atas los caballos?
Marian, he estado luchando
contra este tronco durante dos años.
Recurrir ahora a los caballos
demostraría que nos puede.
Lo vamos a arrancar
con nuestro propio esfuerzo.
Con fuerza.
¡ Pum! ¡ Pum!
Ojalá me dejaran cargar el rifle.
- Buenos días, Joey.
- ¿ Cómo sabía que era yo?
Me imagino que la ternera
no levanta los pestillos.
- ¿ Qué haces levantado tan temprano?
- Se queda a desayunar, ¿no?
Es muy amable de tu parte.
- Y después, ¿adónde irá?
- ¿Adónde crees que iré, Joey?
Quisiera que se quedara.
- ¿ Me enseñaría a disparar?
- ¿Te gustaría aprender?
Papá también quiere que se quede.
Se lo he oído decir a mamá.
No para que usted le ayude
en sus peleas, sino en el trabajo.
Sé que no se iría por miedo.
¡Joey!
Joey, ven aquí enseguida.
Espero que se quede, Sr. Shane.
¡Ya voy, mamá!
Cierra la cancela, Joey.
¿ Qué haces por ahí en camisón?
Ven a vestirte.
¿ Querría preparar los caballos y traer
alambre de púas del bazar de Grafton?
- Lo que usted diga.
- Sal de la cama, vamos.
Me guarda una partida en su almacén.
De paso, cómprese ropa
para trabajar en el campo.
- ¿ Quieres algo, Joey?
- ¡ Un refresco!
No necesitas nada.
Ande con cuidado.
No quiero meterle en ningún lío.
¿ Va sin revólver?
No creo que haya caza por allí, Joey.
Vamos, hijo.
¡Joey! Ven aquí.
¡ Pum!
¡ Pum!
- ¿A quién le disparas?
- A los Ryker. ¡ Pum!
- ¿ Les has dado?
- He fallado uno.
Mal asunto.
Papá, ¿crees que Shane
me enseñaría a disparar?
Te enseñaré yo mismo
cuando tenga tiempo, Joey.
- ¿ Disparas tan bien como Shane?
- No lo sé, nunca le he visto disparar.
Pero lo dudo.
No se ha llevado el revólver.
¿ Por qué, papá?
Porque ha ido al pueblo a comprar,
no a buscar pelea.
Pero ¿por qué, papá?
¿ Por qué no lo llevaba?
- Yo no lo llevo tampoco.
- Es que a él le queda muy bien.
- Tenemos visita, Joe.
- Ya lo veo. Es Ernie Wright.
¿ Ganarías tú, papá?
¿ Le ganarías en una pelea a Shane?
- Haces muchas preguntas.
- ¿ Ganarías?
¿ Quién sabe?
No pienses así, Joey.
Shane está de nuestra parte.
Hola, Joe.
¿ Qué tal, Ernie?
- No muy bien.
- ¿ Qué ocurre?
Voy a levantar campamento
a pesar de tus consejos.
- ¿ Qué te ha pasado?
- Mi trigo. Los Ryker derribaron la cerca.
Metieron novillos en mi campo.
La cosecha se ha perdido.
- ¿ Cuándo?
- Anoche.
Yo me voy, no intentes convencerme.
- No puedes dejar que...
- No insistas, está decidido.
- Te he hecho demasiado caso.
- Vete, nadie te obliga.
No abandonarías tu hogar y tus tierras.
Oh, Ernie...
Estoy harto de todo.
Siempre nos están insultando.
Nos llaman cerdos.
¿ Quién sabe lo que harán después?
No te vayas aún.
Nos reuniremos aquí esta noche
y se nos ocurrirá un plan.
No sé si vendré.
Yo llamaré a los demás.
Tú avisa a Shipstead y a Torrey.
De acuerdo, pero si nos reunimos
que no sea para hacer
castillos en el aire.
BAZAR DE GRAFTON
- ¿ Qué desea?
- Quería alambre para Joe Starrett.
Le guardo una partida
desde hace tiempo.
- ¿ Es usted nuevo?
- Sí, trabajo para Starrett.
- ¿Tiene algún pantalón de mi talla?
- ¿ Para el campo?
Yo equipo a todos los campesinos.
- Vaya a la trastienda y pruébeselo.
- Gracias.
Will.
Oye, Will.
¿Tienes la garganta seca, Chris?
- ¡Will! ¿ Quién atiende la barra?
- Voy enseguida.
- ¿ Cómo le queda?
- Bien.
- ¿ Cuánto le debo?
- Vamos a ver...
El pantalón, un dólar.
Dos camisas, 60 centavos.
Un cinturón...
Me debe 2 dólares y 25 centavos.
¿ Qué ocurre, hijo?
Se ha puesto pálido.
Hacía mucho tiempo
que no compraba ropa.
El dinero no da hoy para mucho.
Un labriego nuevo.
Ya me parecía que olía mal.
- ¿ Desea algo más?
- ¿Tienen refrescos?
Claro que sí.
Ojalá fuera aquí la bebida favorita.
- Allí está el bar.
- Gracias.
¡Will! No nos gusta
el olor de los cerdos en el bar.
- Camarero.
- ¿ Qué desea?
Deme un refresco.
¿ Lo echas tú o lo tengo que hacer yo?
Déjame a mí, Chris.
¿ Qué le pongo?
¿ Un refresco de limón
o un batido de fresa, labriego?
¿ Se dirige usted a mí?
No tengo a nadie más
delante de mis narices.
Tome un poco de esto.
Huela como un hombre.
Ahora huele mejor aquí, ¿no, Grafton?
Chris acaba de fumigar al campesino.
No quiero peleas.
Sólo estábamos hablando de refrescos,
cerdos y patatas, entre otras cosas.
¿ Para cuál de esos labriegos
trabaja usted?
¿ O está viviendo a la intemperie?
Para Joe Starrett, ¿le importa?
¿ Y si me importase?
Aquí tiene el refresco, señor.
Ande, llévese su refresco
lo más lejos posible.
¡Y no vuelva!
¿ Lo has visto, Rufe?
Chris acaba de echar a un labriego.
Muy bien. No queremos intrusos.
¿ Quieres un poco?
Tal y como están las cosas,
no me gusta cabalgar por la noche.
Empecemos ya la reunión.
- ¿ Viene también Shane a la reunión?
- El Sr. Shane. Supongo que sí.
Todos sabéis por qué estamos aquí.
Ryker habrá ido a veros
para deciros que os vayáis.
Yo no me iré ni ahora ni nunca.
¿ Qué pensáis hacer vosotros?
Empecemos por ti, Axel.
Pues verás, Joe...
Yo lo tengo claro. Empieza por mí.
Ernie, habla cuando te toque.
Continúa.
Creo que no conocéis a Shane.
- Te presento a Potts.
- Encantado.
- Fred Lewis.
- Ya lo he visto en el pueblo.
Ernie Wright. Ed Howells.
- Y Johnson.
- Hola, Shane.
- ¿ No se ve a nadie por el camino?
- No.
- Estamos esperando a Torrey.
- ¿ Qué está dispuesto a hacer Ryker?
No nos dejemos intimidar.
Es lo que busca él.
Cree que nos puede asustar
como si fuéramos gallinas.
Aquí está Torrey.
- Hola, rebelde.
- Hola, yanqui.
¡ Benditos los ojos!
Ya está bien, yanqui.
- Y vosotros también.
- No te enfades.
Estrecha la mano de Shane.
Trabaja para mí.
Shane. Ah, sí.
He oído hablar de usted
en el bar de Grafton.
Continúa, Joe.
Verás, Stonewall, pasa lo siguiente.
Aparte de Ernie, creo,
todos estamos de acuerdo
en quedarnos.
Así se habla.
Nadie va a echarme de mis tierras.
- Está visto que yo me quedo.
- Pues yo también.
Yo aguantaré al menos
hasta que empiece el tiroteo.
Si empiezan a liarse a tiros,
sólo somos siete.
- Y él.
- Con él, ocho.
- ÉI no cuenta.
- Ha demostrado que no.
Cuidado con lo que decís.
Que te cuente él lo que le hizo Chris,
que trabaja para Ryker.
¿ Están hablando de Shane?
¿ Qué ocurrió?
Que lo cuente él.
- Lewis fue testigo.
- Dejó que Chris se burlara de él.
Fred, le aconsejé a Shane
que no se metiera en líos.
- Terminemos el cuento.
- No es verdad. ¡Shane no lo permitiría!
Chris fue por ahí presumiendo
de que ahuyentó a un campesino.
Shane, no te vayas.
Creo que hablaréis con más libertad
si no estoy delante.
Ya se ha hecho tarde.
- Dime que no salió corriendo.
- Joey, vete a dormir.
- Tranquilo, no ha pasado nada.
- Shane no se irá, ¿ verdad?
No, no se irá. Anda, métete en la cama.
Quédate ahí.
- Shane.
- ¡Shane!
- Sé que no tuviste miedo.
- Sería largo de contar, Joey.
Nos lo imaginamos...
...Shane.
No se quede bajo la lluvia.
¡Va a coger una pulmonía!
Nos reuniremos el sábado
e iremos juntos a buscar provisiones.
Buena idea. Si somos muchos,
no se meterán con nosotros.
No necesito guardaespaldas.
Iré al bazar con mi 38 cuando me plazca.
- Joey.
- ¿ Sí?
No le tomes mucho cariño a Shane.
¿ Por qué?
Porque no quiero que te encariñes.
- ¿ Es mala persona?
- No.
- Entonces, ¿por qué?
- Porque algún día se irá, Joey.
Te pondrás triste
si le aprecias demasiado.
- Ya estás guapa. ¡ Estamos esperando!
- ¡Ya voy!
Deberíamos irnos de una vez.
No me gusta nada todo esto.
Sube al carro, hijo.
El que se casa ha de acostumbrarse
a esperar a su mujer.
- ¡ Date prisa, mamá!
- Ahí está.
- Buenas tardes.
- Hola.
A veces vale la pena esperar.
Asegúrate de que valga
la pena la espera.
Está fresquita.
No iba a estar lista tan rápido como tú.
Estábamos impacientes
por ver lo guapa que te ponías.
Anda, sube.
¿ Preparados?
¡Vamos, chicas!
- ¡ Hola!
- Buenos días.
- ¿Todo a punto?
- Creo que sí.
- ¡ Hola, Marian!
- ¿ Y Stonewall?
Tenía sed y ya ha salido.
Un asunto urgente.
Yo me quedaré para cuidar a las niñas.
- ¡Adiós!
- ¡Adiós!
- Vamos, Red.
- ¡Adiós, Marian!
Stonewall, ¿adónde vas?
Quedamos en ir todos juntos.
Tenía un asunto del que tratar.
¿ No podemos echar un trago?
Baja del caballo.
Te estás portando como un idiota.
Han venido en grupo. Se esconden
detrás de las faldas de sus mujeres.
- ¿ Han venido los tarros que le pedí?
- Hola, Starrett. ¿ En qué puedo servirte?
¡Vaya, vaya!
Lo que la gente inventa hoy en día.
¡Susan!
- ¿ Has traído la lista de tu madre?
- Sí, papá.
Ve a buscar el bidón del petróleo.
Mi mujer dice
que celebremos juntos el 4 de julio.
Podemos organizar una fiesta,
¿ verdad, Marian?
Estupendo, nos vendrá muy bien.
Joe Starrett se casó un 4 de julio.
- Será una gran fiesta.
- Sr. Grafton...
¿Tiene pólvora
para hacer fuegos artificiales?
- ¿ Qué os parece unos dulces?
- Ya hablaremos luego.
- ¿ Qué me da por el casco vacío?
- Lo de siempre.
- Gracias.
- Ve a llevárselo a Will.
Necesito harina, Sr. Grafton,
y cuatro libras de café.
Joey.
- Lo llevaré yo.
- Usted también está invitado, Shane.
Gracias.
Vaya, mirad quién ha venido.
Otro labriego.
Éste se emborracha con refrescos.
- No juego más.
- ¿ Qué te pasa, Pete?
Nada, que soy supersticioso.
Se ve que no tienes buen oído, labriego.
Te dije que, si no quieres llevarte
una paliza, no volvieras por aquí. ¡ Largo!
Mira, campesino. Vete con las mujeres
y con los niños, así estarás a salvo.
No me provoques, Calloway.
¿ No me has oído?
He dicho que te largues.
¿ Crees que puedes venir aquí
y beber con los que son hombres?
Camarero, póngame dos whiskies.
Me invitó a una copa
cuando estuve aquí.
Esta vez invito yo.
No te vas a beber eso.
Es verdad.
Soltadme.
- Soltadlo.
- Yo le enseñaré.
Dale una lección, Chris.
¡ Dale una paliza!
Destripa ese cerdo.
- Que se entere de lo que vale un peine.
- Dale fuerte.
Rómpele el espinazo.
Esto se pone feo.
- Voy a ayudarle.
- No, Stonewall, no te metas.
Si nos mezclamos,
nos echarán del valle.
- ¡Vamos!
- Atízale, Chris.
Aquí no hay un agente de la ley
en cien millas a la redonda.
Dale, Chris.
Enséñale lo que es bueno, Chris.
¡ Pártele la cara!
¡ Dale duro!
- ¡Ánimo, Chris!
- ¡Que vuelva a rastras a su pocilga!
¡ Eres un cerdo apestoso!
- ¡ Basta!
- Por mí, seguid.
¡ He dicho basta!
Pelead fuera.
- Creo que ha terminado la pelea.
- Es mejor que nos marchemos.
- ¿ Quién quiere vérselas conmigo?
- Cálmate, muchacho.
Puede que sin proponértelo
hayas encontrado un amigo.
- Necesito un hombre como tú.
- Trabajo para Starrett.
No te veo labrando la tierra.
Estás perdiendo el tiempo.
Me gusta trabajar para Starrett.
- Te doy el doble de lo que él te pague.
- Es inútil.
- ¿ Qué buscas por aquí?
- Nada.
- La mujer de Starrett es bonita.
- ¡Viejo verde!
- Nadie me habla de ese modo.
- Se lo ha buscado.
Te he dado una oportunidad. Nadie
le pega a mis chicos así por las buenas.
Te echaremos de este valle.
¡ Recibirás tal paliza
que no te atreverás a asomarte por aquí!
- ¡Vámonos, Shane!
- Sal de aquí, Joey.
Pero, Shane, son demasiados.
No querrás que huya, ¿ verdad?
Pero son demasiados, Shane.
Vete, por favor.
- ¡ Basta ya!
- Pagaré los desperfectos.
- Aquí no quiero peleas.
- No te metas.
- Va desarmado.
- Esto no es un tiroteo.
Así que a callar.
Ahora verás.
¡ Basta! ¡ He dicho que basta!
¡ Basta!
¡Ya está bien!
¡ Desnúcalo!
- ¿ Dónde está Joey?
- ¡ Papá, van a matar a Shane!
- ¡ Lo van a matar a golpes!
- Quédate con tu madre.
- No entres ahí.
- Shane está solo.
Las mujeres no pueden ver
lo que le espera a Ryker.
No entres ahí, Joe...
¡Aplástale los sesos!
¡ Basta!
¡ Basta!
¡Ya está bien! Sois estúpidos.
Vais a mataros.
Starrett, Shane y tú volveos a casa.
Es mejor así, Starrett.
Habéis ganado.
- Largaos de aquí.
- Ryker no le pagará ni un centavo.
Yo pagaré los desperfectos.
¡ Lo pagaremos entre Shane y yo!
Morgan, que uno de los muchachos
coja un buen caballo.
Tendrá que cabalgar bastante
para llegar a Cheyenne.
Ya estoy harto de tonterías, Grafton.
A partir de ahora cuando nos peleemos,
quedará en el aire el olor de la pólvora.
- Lo vi todo, mamá.
- No debiste hacerlo, Joey.
Ni tú tampoco, Marian.
Estaba asustado. Entonces entró papá
y tumbó a aquel hombre en el suelo.
Yo no hice gran cosa. Fue Shane.
- ¿ Cómo te sientes?
- Mejor.
Tú también les pegaste, Joe.
Os portasteis como dos valientes.
Cuando te dieron con la silla,
pensé que ya no lo contabas.
Era una silla vieja, Joey.
Los dos juntos podéis con cualquiera.
Bien, espero que a partir de ahora
Ryker sea más prudente.
- No habléis más de Ryker por hoy.
- Ojalá pudiera olvidarlo.
- Esta trementina escuece.
- ÉI no se quejará.
Por mucho que le duela,
¿ verdad, Shane?
Si me escuece mucho, me quejaré.
- Ya lo creo que escuece.
- Joey, a la cama.
Pica un poco, lo sé.
- ¡Ay!
- ¡Anda!
- Joey, por última vez, a la cama.
- Sí, y yo también.
Vamos, hijo.
- ¿ Me darás un beso de buenas noches?
- Está bien.
Tendría que... vendarle la cabeza.
No se moleste, Marian.
Se lo agradezco mucho.
- Tengo que decirte una cosa, mamá.
- Dime.
- ¿ Qué pasa, Joey?
- Mamá...
- Lo quiero mucho.
- ¿ Sí?
Casi tanto como a papá.
Parece buena persona.
- Es un gran hombre.
- Sí que lo es.
A ti también te cae bien,
¿ verdad, mamá?
Sí, muy bien, Joey.
Buenas noches, Joey.
¿ Qué te pasa, cariño?
Joe...
Abrázame.
No digas nada. Abrázame fuerte.
- ¡Buenas noches, mamá!
- Buenas noches, Joey.
- ¡Buenas noches, papá!
- Buenas noches, hijo.
¡Buenas noches, Shane!
¿ Dónde está Ryker?
Echando una siesta.
- Me ha mandado venir.
- Siéntese un momento.
Hoy estamos de fiesta.
- ¿ Dónde hay café?
- Se lo serviré enseguida.
- ¿ Qué pasa aquí?
- Muchas cosas.
- ¿ Os vais?
- ¿ Y a ti qué te parece?
No te dejes embaucar, Ernie.
Conque embaucarme, ¿ eh?
¿ Ves eso?
Anoche me mataron una cerda.
Me amenazaron con hacer
algo peor la próxima vez.
Despertaron a los niños
y mujer se llevó un susto de muerte.
Los detendremos.
Dije que me quedaría
hasta que empezaran el tiroteo.
Pues ya ha empezado.
No quiero saber nada más de Ryker.
¡Ahí vienen otra vez!
Pisoteando mi cosecha.
¿Ahora qué tienes que decirme,
Stonewall Torrey?
Starrett y los demás
les daremos su merecido
un día de estos.
Voy al bar de Grafton
a comprar una botella.
- Les recordaré que hoy es fiesta.
- ¿Te has preparado, mamá?
- Mucha suerte.
- Igualmente, Stonewall.
¡ No veo ni un cerdo!
No los veo, pero los huelo.
Han derribado la cerca del Sr. Wright
y la del Sr. Shipstead.
¿ De veras?
Shane, ¿qué harías si los pillaras
derribando la nuestra?
Les pediría que entrasen por la cancela.
¡Oh, Shane!
- Te echo una carrera hasta el granero.
- ¡ Hecho!
¿ Por qué nunca llevas tu revólver?
Será porque no veo
tantos hombres malos como tú.
Shane.
- Tengo que confesarte una cosa.
- Tú dirás.
Un día estaba ahí tu revólver...
Y le eché un vistazo.
- ¿ Estás enfadado?
- No,
pero yo en tu lugar
no tocaría esas cosas.
- Lo envolví con cuidado en la manta.
- Me parece muy bien.
¿ Me dejas verlo de nuevo?
Me prometiste
que me enseñarías a disparar.
¡ Por favor!
De acuerdo, Joey. Vamos.
¡Arriba las manos!
¡Tienes mucho que aprender!
Ven aquí.
Ponte derecho.
Deja caer los brazos.
Llevas la funda demasiado baja.
No debe estar a tanta distancia.
Esto tiene arreglo.
Que la culata quede
entre el codo y la muñeca.
Así cuando desenfundas,
el revólver no queda demasiado alto.
Ahora hazlo tú,
rápido y en horizontal. Bien.
- ¿Así desenfundan los pistoleros?
- No, Joey.
Cada uno tiene sus preferencias.
Unos llevan la funda colgada del hombro.
Otros ponen el revólver en el cinturón.
Y algunos suelen llevar dos revólveres.
Pero con saberlo usar, basta.
Todo eso da igual
si no pones la bala donde quieres.
¿ Qué es lo mejor?
Lo que te he explicado es
tan bueno o mejor que otra cosa.
- Quiero verte disparar.
- ¿A qué quieres que dispare?
A esa piedra blanca de allí.
¡Qué puntería!
¿Te has fijado bien, Joey?
Recuérdalo.
Cuando desenfundes
hay que sacar el arma del todo.
- Shane.
- Hola, Sra. Starrett.
- Joey está aprendiendo a disparar.
- No quiero...
Si vieras como dispara Shane...
Me está enseñando.
- Lo sé. Ve a arreglarte para la fiesta.
- ¡ Mamá!
No quiero que mi hijo empuñe un arma.
¿ Por qué siempre
tienes que aguarme la fiesta?
Un arma es una herramienta,
ni mejor ni peor que cualquier otra,
un hacha o una pala.
Un revólver es bueno o malo
según quien lo empuñe. Recuérdelo.
En este valle viviríamos más tranquilos
si no hubiera ninguno,
incluyendo el suyo.
¿ Qué son esos disparos?
¿ Ha empezado tan pronto la fiesta?
¡Vaya, fíjate en esa mujer!
¡Se ha puesto el traje de novia!
Shane, engancha los caballos, por favor.
¡Vamos a celebrar el 4 de julio
por todo lo alto!
¿ Quieres que les diga:
"Me fastidia, pero bienvenidos"?
- No tiene nada de malo.
- Para ti es fácil decirlo.
Me conoces desde hace tiempo.
Sabes que soy razonable.
- Pero en esto no transijo.
- No se puede ir tan lejos.
Yo he respetado la nueva ley.
No he resuelto este asunto a tiros.
Es cierto que he estado molestando
a esos campesinos.
Mis hombres no han sacado
sus revólveres.
¿ Y ahora?
- No me gusta lo que estás tramando.
- Nadie ha pedido tu opinión.
- Joe Starrett me cae bien.
- Tiene que avenirse a razones.
- ¿A las tuyas?
- ¿ Qué te pasa?
A mí nada, Rufe.
Sino a tu conciencia.
¡Conciencia!
Hola, Torrey.
¿ En qué puedo servirte?
- Quería un trago. Hoy es fiesta.
- Pasa, vamos.
Una cerveza y un whisky.
A tu salud, Ryker,
por echar a Ernie Wright de sus tierras.
Ponme otro.
- ¿ Es uno de ellos?
- Sí.
Ha sido una jugarreta.
Era todo lo que tenía.
Se lo había ganado a pecho.
Voy a decirte una cosa, Ryker.
Se marcha porque es un cobarde.
Ahora brindo por mí.
No soy un cobarde y no podrás echarme.
Están enfadados.
Podrías provocarlo
para que desenfundara.
Sería fácil.
A mí me das tan poco miedo
como a Joe Starrett.
No. A quien queremos es a Starrett.
- ¡ Tres hurras por Wyoming!
- ¿ Brinda alguien conmigo?
¡ Por la independencia
del gran estado de la Unión!
Soy de Wyoming.
Brindo por la independencia
del estado soberano de Alabama.
Ahí tienes.
Estoy harto de vosotros.
¡Ya veréis, yanquis!
Hola, Axel.
¡ Llegas tarde, rebelde,
Richmond ha caído hace dos horas!
- Acercaos todos...
- ¡ Marian!
Venid todos.
Tengo que deciros algo importante.
- Axel...
- Ja, mamá. Escuchad.
Ya sabéis qué se celebra hoy.
Es el día de la independencia para todos.
Menos para uno. Sí, señor.
¡ Hoy hace años
Joe Starrett se dejó atrapar!
Bueno, no...
- Quisiera deciros que...
- ¡ Dilo de una vez, Joe!
- Quería decir que Axel tiene razón.
- ¡Qué dices, Joe!
Perdí mi independencia
hoy hace diez años.
Pero lo hice muy a gusto.
Y es más, no me cambiaría
por nadie del mundo.
- ¡ Bonito discurso!
- Anda, Joe, bésala.
¡Ven aquí!
Enhorabuena.
Que vengan los hombres,
tengo algo para animarnos.
¡Que celebréis muchos más!
Pensamos que Ernie y tú ya no veníais.
Ernie se ha marchado.
Se está liando los bártulos ahora mismo.
- Estaba visto.
- Los hombres de Ryker lo han asustado.
- Quizá sea más prudente que nosotros.
- ¿ Qué hacías en el pueblo?
- Joe, vamos a bailar.
- Marian, me han encerrado aquí fuera.
- Joe dice que no vayáis solos al pueblo.
- Ryker y Grafton hablan demasiado.
Grafton es buena persona.
Vi a un forastero,
seguramente un matón de Ryker.
- ¿ Quién era?
- Un forastero con pinta de pistolero.
- ¿ Lleva revólver?
- Sí, dos.
- ¿ Qué aspecto tiene?
- Es inconfundible. Enjuto.
Lleva sombrero ***.
- ¿ Es amigo tuyo?
- No.
Hay un tal Wilson con esa facha.
Es un pistolero.
- ¿Jack Wilson?
- Un pistolero de Cheyenne.
- ¿ Será él?
- No le pregunté su nombre.
- ¿ Qué más sabes de él?
- ¿ Qué hace un pistolero por aquí?
- Lo ha contratado Ryker.
- No sabemos si es Wilson.
¿ Reconocerías a ese Wilson
si lo vieras, Shane?
Quizá. Si es Wilson, es muy rápido
con el revólver, tened cuidado.
Sabes mucho de armas, Shane.
Basta de reuniones.
La comida se está enfriando.
No quiero líos con pistoleros.
Todos ellos son asesinos.
A comer, todos. ¡ Dejad de jugar!
Torrey, quería ir al herrero,
pero aún no he ido porque Joe
no quiere que vayamos solos.
Cuando tengas que ir al pueblo,
yo te acompañaré.
Soy un soldado que ha peleado
en muchas batallas.
Tengo muy buena puntería...
Shane...
- ¿ Sí, Joey?
- ¿ Crees que puede ser él?
- ¿ Quién?
- El hombre que Torrey vio en el pueblo.
¿ Crees que era Wilson?
- No te preocupes por esas cosas.
- Descansa, Joey. Es muy tarde.
Sí, mamá.
- No, Joey. Yo abriré.
- Está bien.
No te molestes. Abriré yo.
¿ Quién anda ahí?
Mi hermano Rufe ha venido a visitarte.
Hola, Starrett.
Buenas noches, señora.
Quisiera hablar contigo.
Sea lo que sea, podemos hablar aquí.
Pues iré al grano.
¿Te gustaría trabajar para mí?
Trabajo por mi cuenta.
He trabajado bastante para los demás.
Escucha primero.
Te pagaré bien.
Más de lo que te pueda dar esta parcela.
No me interesa.
No he terminado.
Podrás apacentar tu ganado junto al mío.
Es más, te compraré las tierras.
Fija tú el precio que te parezca justo
y yo seré razonable.
¿ De acuerdo?
Nos has hecho la vida imposible
aún llevando nosotros la razón.
¿ Razón? ¿ Que llevabais la razón?
Cuando yo vine a esta tierra,
tenía más o menos la edad de tu hijo.
Pasamos por apuros. Otros hombres
y yo estuvimos a punto de morir.
Me atravesó el hombro
una flecha de los indios.
Descubrimos este territorio
y lo convertimos en algo próspero
a base de sangre y estómagos vacíos.
Los indios y cuatreros
nos robaban el ganado.
A vosotros ya no os molestan
porque acabamos con ellos.
Convertimos los pastos
en un lugar seguro.
A muchos les costó la vida,
pero lo conseguimos.
Después empezó a venir gente
que no había peleado por las tierras.
Se apropiaron y cercaron
las parcelas más fértiles.
Algunos cavaron zanjas
para desviar el agua.
A veces tengo que dar un gran rodeo
para que mi ganado beba.
Y aun así dices
que no tenemos derecho a las tierras.
¿ No tienen derechos
los que han arriesgado sus vidas?
Creía que eras justo, Starrett.
No quito mérito a lo que hicisteis,
pero no descubristeis esta tierra.
Había cazadores y tratantes de indios
mucho antes de que aparecieras.
- Domesticaron esta tierra.
- No eran ganaderos.
Te crees con el derecho de decir
que los demás no tienen ninguno.
Pues el gobierno no lo ve así.
No he venido a discutir,
sino a hacerte una propuesta justa.
¿ Y mis compañeros?
- Shane puede trabajar para mí.
- ¿ Y los demás campesinos?
¡Sé razonable!
La suerte
no estará siempre de tu lado.
- Entonces, digo que no.
- No me queda otra alternativa.
¿ Qué opinas tú, hijo?
¿Te gustaría que fuéramos socios?
Yo no quiero pelearme con tu padre.
No queremos hacerle daño a nadie.
- Joey es demasiado pequeño, Ryker.
- ¿ Qué opinas?
Ven aquí, Joey.
Espero que no lo lamentes, Starrett.
Hasta la vista.
¿ Qué opinas de él?
No es un vaquero.
No. No tiene aspecto de serlo.
A mí Starrett también me cae bien,
pero lo mataré si he de hacerlo.
- Lo mataré si he de hacerlo.
- Querrá decir que yo lo mataré.
Tengo que respetar la ley.
Ya has oído a Grafton.
Consigue que venga aquí.
Será fácil atraerlo.
Viene alguien.
Fíjate.
¿ Por qué no le disparamos
y acabamos de una vez?
Ya se ha marchado uno.
Los demás se irán en desbandada.
Recuerda, Wilson,
a Grafton le tiene que parecer legal.
¡ Eh! Venid aquí.
Torrey. No vayas, Torrey.
A mí nadie me asusta.
- ¿ Qué quieres?
- ¿Adónde crees que vas?
- A tomar un whisky.
- Torrey.
Torrey.
Torrey.
Te llaman "Stonewall".
- ¿ Y qué?
- Pues que es gracioso.
Supongo que le llamaron así
a mucha gente...
...en honor a ese sureño Stonewall.
¿ Y de dónde viene tu nombre?
Si es que lo sabes.
Yo digo que "Stonewall" Jackson
no valía nada.
Ni él, ni Lee ni los demás rebeldes.
Incluido tú.
- No sabes lo que dices, yanqui.
- Haz la prueba.
¡ No, Torrey!
Un campesino menos.
- ¿ Qué ha pasado?
- Quiso matar a Wilson.
- ¿ No es cierto, sueco?
- Sólo quiso desenfundar...
Está bien. Recógelo.
Dile a tus amigos
que estaremos esperando
si quieren buscar más pelea.
¿ Me has entendido?
Llévatelo.
- ¿ Qué ha ocurrido?
- Un campesino quería matar a Wilson.
¿ Qué han sido esos disparos?
Han amenazado a Wilson.
¡ Lewis!
- ¡ Lewis!
- ¡ Papá! ¿ Qué ha pasado?
- ¡ Lewis!
- ¡ Fred!
¡ Fred!
¡Torrey está muerto!
¡ Ryker lo ha matado!
Voy a avisar a Starrett.
Hoy sí que nos hemos ganado el pan.
Si nos dejan en paz,
convertiremos esto en una granja.
Viene alguien, papá.
- Parece Shipstead.
- Sí, es él.
¡Starrett!
¡Torrey ha muerto!
¿Torrey?
¡Torrey! ¡ Lo han matado!
Le ha disparado el forastero
que trabaja para Ryker.
Yo estaba lejos,
oí que hablaban en tono provocativo.
Los dos sacaron las pistolas,
pero el forastero es muy rápido.
Un disparo y Torrey murió.
- Un disparo.
- ¿ Qué ha ocurrido?
Fuimos juntos al pueblo.
ÉI dijo que no había peligro.
Todo estaba tranquilo. Nos separamos.
Luego le hablaron en tono provocativo,
pero no pude oír qué le decía.
Los hombres de Ryker
andaban por ahí.
¿ Cuál fue la causa?
He avisado a Lewis, a su mujer
y a Johnson. Están asustados.
- ¿ Quién más lo vio?
- Los hombres de Ryker.
Morgan dijo que están preparados
para los que busquen jaleo.
Marian, ve a consolar a la Sra. Torrey.
Shane, engancha los caballos, por favor.
¿ Qué vas a hacer, Joe?
- Voy al pueblo a aclarar este asunto.
- No puedes ir solo.
- Marian, voy a ir.
- Tiene razón, Joe.
Pero esto es cosa de todos.
Espera a los demás.
- Tarde o temprano tendrá que ir alguien.
- Pero ahora no. ¡ No vayas solo!
Creo que los demás campesinos se irán.
No quedará ni un alma.
Ahí viene Joe Starrett.
¿ Por qué no se ocupa de sus asuntos?
- ¿ Qué pasa?
- Nos vamos. Nos hemos hartado.
Te creía un hombre más entero.
Ya has visto lo que ha pasado.
Han matado a Torrey.
Y vais a liar los bártulos y huir.
Ni siquiera le vais a dar digna sepultura.
No quiero que maten a Fred. Nos vamos.
No estamos hablando de eso.
Deberíamos enterrar a Stonewall
como cristianos
y consolar a su viuda
en estos momentos de duelo.
Algunos vamos a hacer lo que debemos.
Torrey está muerto. No quiero
que le pase lo mismo a mi marido.
Fred, si no vas al entierro,
te perderé el respeto.
Bueno, el cementerio
está de camino, Martha...
Shipstead,
¿quieres empezar tú el Padre Nuestro?
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nos tu reino, hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy
y perdona nuestras deudas,
así como nosotros perdonamos
a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
Pues tuyo es el reino, el poder
y la gloria del cielo. Amén.
¡Te va a morder!
Nos vamos, Sra. Starrett.
Adiós, Joe. Adiós, Axel.
Adiós, John.
Sue, sube a los niños al carro.
Esperadme, Lewis.
Yo me voy con vosotros.
Esperad, no os vayáis aún.
Escuchad.
Torrey era un valiente.
Haríamos mal
si no siguiéramos su ejemplo.
La última vez que hablaste de valor,
Torrey aún vivía.
- ¿ Para qué quieres que nos quedemos?
- Para sentar un poblado próspero.
Y fundar un pueblo
con una iglesia, un colegio...
Y un cementerio.
Es lo que debemos hacer.
Quiere quedarse por algo
que para vosotros lo es todo.
Vuestras familias.
Vuestras mujeres e hijos.
Como tú, Lewis, y tus hijas...
...Shipstead y sus hijos.
Tienen el derecho a quedarse
y crecer felices.
De vosotros depende.
Debéis tener valor y seguir luchando.
Es cierto. No debemos abandonar
este valle ni lo haremos.
Es tierra fértil, el lugar idóneo
para sacar adelante una familia.
¿ Quién es Ryker
para echarnos de nuestros hogares?
ÉI quiere criar ganado
y nosotros nuestra descendencia.
Queremos que nuestros hijos
crezcan fuertes y honrados.
Dios no creó estas tierras
para un solo hombre como Ryker.
Sin embargo, es el que gana.
- Mirad allí.
- ¡ Un incendio!
Es la casa de Lewis.
Es nuestra casa.
- Ryker lo ha provocado.
- No tenía derecho.
No lo habría hecho
si no la hubieras abandonado.
La construí con mis propias manos.
- Faltaba la habitación de las niñas.
- Iba a empezarla.
Juntos podemos reconstruir esa casa.
- ¿ Verdad?
- Claro que sí.
Incluso la habitación que faltaba.
Johnson y Joe...
- Y Shane os ayudarán.
- Sí.
Iremos a buscar madera
y empezaremos ahora mismo.
- ¡Sí, señor! Lo haremos.
- Yo también ayudaré.
- ¿ De verdad lo haríais?
- ¿Todo esto por nosotros?
No sólo por vosotros, Martha,
por todas las familias del valle.
Venid a salvar lo que quede.
- Así se habla.
- Vamos a la casa de los Lewis.
¡Vamos todos!
¡Jefe! Parece que Lewis
vuelve a su casa.
Starrett los mantiene unidos.
- Podría incendiar mi casa.
- No la abandones.
Hará con nosotros
lo mismo que con Torrey.
- Hay una ley contra el homicidio.
- Los que aplican la ley están lejos.
- Es verdad.
- ¿ Cómo defenderemos nuestras vidas?
- Dadme tiempo.
- ¿ Quién se va a enfrentar a Ryker?
- ÉI sabe que su gente nos puede.
- No os marchéis...
- ¿ Que no nos marchemos?
- Os prometo que haré algo.
Sí, pero ¿qué, Joe?
Déjalo de mi cuenta.
Le pararé los pies a Ryker.
- Es demasiado para uno solo.
- Lo mataré si hace falta.
¡Qué disparate! Ni lo pienses.
Starrett tiene que largarse.
Se lo he advertido dos veces,
pero es muy testarudo. Le costará caro.
¡ No lo hagas, Joe!
Los Lewis tienen el valor de empezar
de nuevo, no puedo decepcionarlos.
Pero no puedes ir al pueblo
a matar a Ryker. Te matará él a ti.
Dile que soy un hombre razonable,
que las cosas han ido demasiado lejos.
Dile que he perdido, lo que sea.
¡Consigue que venga!
Vendrá. Se cree un hombre razonable.
Hola, Calloway.
- Te matarán.
- Correré ese riesgo.
El nudo del lazo está flojo, Joey,
no aguantaría.
¡Shane! Dígale que no se vaya.
Es una locura. ¡ Dígaselo!
¡Shane!
Espera, Joe.
Espera a que se calmen los ánimos.
Tengo razón, ¿ verdad, Shane?
No soy quién para darle o no la razón.
Te ruego que esperes, Joe.
Al menos, hazlo por mí.
¿ Starrett?
¡Sr. Starrett!
- ¿ Quién anda ahí?
- Venimos en son de paz.
Que se adelante el que tenga que hablar.
- Sal del sembrado.
- No vamos armados.
Mi hermano quiere verte.
Está dispuesto a avenirse a razones.
Rufe es el culpable
de la muerte de Torrey.
Mi hermano no mataría a nadie.
No quiere ir a la cárcel.
Torrey fue imprudente
al apuntarle a un forastero.
Torrey no quería ser razonable.
Tú quieres serlo, ¿no?
Siempre he creído en la razón.
Mi hermano te espera
en el bar de Grafton.
¿ Con quién más?
Nosotros nos vamos a casa.
Iré a ver a tu hermano.
¡Shane!
Shane.
- ¿ Quién es?
- Calloway. Chris Calloway.
- Ni un paso más o disparo.
- Aguarda, tengo algo que decirte.
- ¿ Qué quieres?
- Le han tendido una trampa a Starrett.
¡ Pum! ¡ Pum!
¡ Pum! ¡ Pum!
- ¿ Por qué me lo cuentas?
- Tal vez porque he cambiado.
- ¿ Qué te ha hecho cambiar?
- Voy a dejar a Ryker.
- Adiós.
- Chris...
Gracias.
Hasta la vista.
No discutas, Marian.
Iré con cuidado.
¡ No!
¿ Cómo podría hacerte desistir?
Quizá lleguemos a un acuerdo.
Morgan y los demás se han ido a casa.
Sabes que ésa no es la razón.
Para mí representan mucho
nuestro hogar, el valle...
- Todo lo que llegue a ser.
- ¡Y lo será!
¡ Pum!
¡ Pum, pum, pum!
¡Joey, no apuntes con esa cosa!
Vete a jugar fuera.
¡Vete jugar fuera, Joey!
Por favor, hijo. Vete a jugar fuera.
Eres orgulloso. El orgullo te perderá.
¿ Es que no significo nada para ti?
¿ Ni Joey?
Marian...
Querida, debo ir precisamente
porque significáis mucho para mí.
¿ Crees que podría vivir contigo
si me tomaras por un cobarde?
¿ Y Joey qué?
¿ Cómo se lo explicaría?
Oh, Joe...
¡Joe!
Lo he estado pensando bien...
...y reconozco que a veces soy
algo lento, pero tengo ojos.
Sé que si me pasara algo malo,
otro cuidará de vosotros.
Incluso puede que mejor que yo.
No pensaba que tuviera que hablar
nunca de eso, pero...
Pero creo que es hora
de hablar abiertamente.
Hablas como si desearas
que te ocurriera algo.
Cariño, eres una mujer honesta,
la chica más buena con la que he vivido.
Siempre he sabido
que podía confiar en ti.
¡ No me des todavía por vencido!
No hubiera pasado por tantas cosas
si no fuera duro de pelar.
¡ Papá! Shane se ha puesto el revólver.
¡Ahí viene!
¿ El revólver?
¿ Qué te propones?
No le deje ir al pueblo.
Que no vaya nadie.
- Esto es lo mío.
- Pero no esta lucha.
Quizá puedas con Ryker o quizá no,
pero no podrías con Wilson.
Seré más aguante que él.
Te lo agradezco.
Esto es una locura.
No vale la pena jugarse la vida.
¿ Luchas por una cabaña
y un poco de tierra que sólo da trabajo?
Estoy harta de tanto disgusto.
¡Vámonos, te lo suplico!
¡ Marian, no digas eso! No mientas.
Amas esto tanto o más que yo.
- Ya no.
- Aunque así fuera, no desistiría.
Haga que se detenga, Shane,
como sea.
- No irás, Joe.
- ¿ Que no? ¿ Quién me lo impedirá?
- Yo.
- Apártate.
- ¿ He de pelearme contigo también?
- Tú dirás.
¡ Basta!
¡ Basta!
¡Shane! ¡ Le has pegado con el revólver!
¡Te odio!
- Que ande un poco cuando vuelva en sí.
- Joey, trae un poco de agua y una toalla.
Tome, escóndalo.
Se pondrá bien.
Nadie podrá culparle por no acudir al bar.
Shane... ¡ Espere!
- No quería volver a usar el revólver.
- He cambiado de idea.
¿ Hace esto por mí?
Por ti, Marian...
...por Joe y por el pequeño.
¿ No volveremos a verle nunca?
Nunca es mucho tiempo, Marian.
Dígale... que lo siento.
Eso no hace falta.
Por favor, Shane...
Mamá...
Por favor...
Ten cuidado.
¡ Mamá!
Papá está recobrando el sentido.
Sí, Joey.
- ¿ Por qué Shane le ha pegado?
- Porque debía.
- No debes odiarle.
- Ya lo sé, mamá.
Shane...
¡ Perdona!
No te ha oído.
¡Shane!
¡Shane! ¡ Perdóname!
He venido a oír tu oferta, Ryker.
No es asunto tuyo.
¿ Dónde está Starrett?
- He venido en su lugar, Ryker.
- No tengo nada contra ti, Shane.
Vete. No te guardo rencor.
- ¿ Cuál es tu oferta, Ryker?
- Para ti, ninguna.
- Es una pena.
- ¿ Una pena?
Has vivido demasiado.
Tus días se han acabado.
- ¿ Mis días? ¿ Y los tuyos, pistolero?
- La diferencia es que yo lo sé.
Dejemos las armas en el bar
y hablemos de las tierras. ¿ Conforme?
Ni hablar.
No me fío de tu amigo.
No fuerces las cosas.
Esto no va contigo.
- ¿ Estás seguro, Wilson?
- No es asunto tuyo, Shane.
No provoques a Wilson, Shane.
Will, tú eres testigo.
Así que tú eres Jack Wilson.
¿ Qué tiene de particular, Shane?
He oído hablar de ti.
¿ Y qué has oído, Shane?
He oído decir que eres
un cobarde y un sucio yanqui.
¡ Haz la prueba!
¡Shane, cuidado!
¡Shane!
Sabía que tú podías, Shane.
Estaba completamente seguro.
¿ Era él? ¿ Era Wilson?
Era él. Sí que era Wilson.
Era rápido, muy rápido con el revólver.
Joey, ¿a qué has venido?
- A pedirte perdón, Shane.
- No tienes por qué.
- Vuelve a casa.
- ¿ Puedo irme a casa contigo?
No puede ser, Joey.
¡ Por favor! ¿ Por qué no?
Tengo que seguir mi camino.
¿ Por qué, Shane?
Cada uno es lo que es, Joey.
No se puede romper el molde.
- Yo lo intenté y no resultó.
- Quédate con nosotros, Shane.
Joey, matar no es vida.
No hay vuelta atrás.
Por suerte o por desgracia,
yo llevo esa mancha... imborrable.
No hay vuelta atrás.
Ahora corre a casa y dile a tu madre...
...que está todo bien y que ya no
queda ni un revólver en el valle.
Shane...
¡ Estás sangrando! ¡Te han dado!
Es un rasguño, Joey.
Vete con tus padres y conviértete
en un hombre fuerte y honrado.
Y Joey...
Cuídalos, a los dos.
Sí, Shane.
No te habrían disparado
si lo hubieras visto.
Adiós, pequeño.
Tú eres el mejor desenfundando,
¿ verdad, Shane?
¡ Papá tiene trabajo que ofrecerte!
¡Y mamá quiere que te quedes!
¡ Estoy seguro!
¡Shane!
¡Shane!
¡Vuelve!