Tip:
Highlight text to annotate it
X
La Semilla del Diablo
- ¿Es usted médico?
- Es actor.
Aquí viven muchos actores.
¿Ha hecho alguna película?
Salí en Hamlet hace tiempo, ¿ verdad?
Y luego, en 'The Sandpiper'.
Está de broma. Salió en 'Luther'
y en 'Nadie quiere a un albatros'.
Y también en muchos anuncios de T.V.
- Ahí es donde se gana dinero.
- Y hay creatividad artística.
Al séptimo, Diego.
El apartamento más pequeño
tenía 9 habitaciones
pero los han dividido y ahora
son de 4, 5 y 6 habitaciones.
El 7-E tiene cuatro,
y era la parte de atrás de uno de 10.
El comedor original
es ahora la sala de estar,
un dormitorio,
y las habitaciones de los criados
son ahora un comedor o un dormitorio.
- ¿Tienen hijos?
- Queremos tenerlos.
Hay que engrasar esa puerta, Diego.
Por aquí, por favor.
La anterior inquilina, la Sra.
Gardenia, murió hace unos días,
por eso no se ha movido nada todavía.
Su hijo me ha dicho que si quieren
pueden quedarse con los muebles.
- ¿Murió en el apartamento?
- No, no, no. En un hospital.
Estuvo en coma
durante varias semanas.
- Pase, por favor.
- Gracias.
Era muy anciana y falleció
sin recobrar el conocimiento.
Yo preferiría morir así
cuando llegue el momento.
No, no, no.
En el apartamento, no.
Siempre fue muy alegre
hasta el último momento.
Fue una de las primeras abogadas
de Nueva York.
- Y también le gustaban las plantas.
- Era una gran mujer.
Armarios. Hay muchos armarios.
Con bonitas vistas al parque.
Ya no puedo relacionarme más.
Esta habitación podría ser perfecta
para los niños.
Sí. Un papel blanco y amarillo
le daría más luz.
- ¿ Qué son todas estas cosas?
- Plantas, la mayoría.
Y un baño muy grande.
- Menta, albahaca.
- ¿No hay marihuana?
El dormitorio principal.
- Ah, sí.
- Y otra vez en la entrada.
¡Oh, Guy!
- La chimenea funciona, por supuesto.
- Bien.
Es maravilloso. ¡Me encanta!
Está intentando convencerle
para que baje el precio.
Lo subiríamos si nos dejaran.
Apartamentos como éstos...
Esto es muy extraño.
Hay un armario detrás de este mueble.
Estoy seguro.
Sí. Creo que tiene razón.
Lo movió ella.
Seguro que estaba aquí.
¿Puede echarme una mano?
Ahora entiendo por qué entró en coma.
Ella no pudo haberlo movido.
Tenía 89 años.
¿Podemos abrirlo?
Quizás debería hacerlo su hijo.
Yo estoy autorizado
a mostrar el apartamento.
Bueno... Lo que hubiera estado
encerrado ahí, ya se ha escapado.
Quizás no necesitara cinco armarios.
Pero, ¿por qué dejar dentro
la aspiradora y las toallas?
Supongo que nunca lo sabremos.
Puede que fueran cosas de la vejez.
¿Algo más?
¿Hay algún lugar para lavar la ropa?
- Es más grande que el otro.
- Sí. Y también más caro.
Está mejor situado.
Sí, podría ir andando
a todos los teatros desde aquí.
Guy, por favor. ¿Nos lo quedamos?
La sala de estar podría ser...
¡Oh, por favor!
Vale, dejaremos
el otro contrato de alquiler.
Estuve tentado a escribir
que erais drogadictos.
Pero me decidí a mentir
y dije que erais encantadores.
- Eres maravilloso, Hutch.
- Quisiera que cambiarais de opinión.
- Te está tomando el pelo.
- De eso nada.
Tiene muy buen aspecto.
¿ Sabíais que el edificio Bramford
tuvo muy mala reputación
durante principios de siglo?
Fue donde las hermanas Trench
hicieron sus experimentos dietéticos,
y donde Keith Kennedy
celebraba sus fiestas.
Adrian Marcato también vivió allí...
- ¿Las hermanas Trench?
- ¿Adrian Marcato?
Las hermanas Trench
eran dos damas victorianas.
Cocinaron y comieron niños pequeños,
incluyendo a una sobrina.
- Encantador.
- Marcato practicaba la brujería.
Se dio a conocer anunciando
que había pactado con el diablo.
La gente le atacó y casi le matan
en la entrada del Bramford.
¿Es una broma?
Después del asunto de Keith Kennedy,
la casa quedó medio vacía.
- No sabía que Marcato vivió allí.
- ¡Y las hermanas!
Después de la Segunda Guerra Mundial,
la casa volvió a llenarse.
- ¡Fantástico!
- ¿La casa?
- El cordero.
- La llamaban Black Bramford.
En todas las casas
han sucedido cosas horribles.
Esta casa ha tenido un gran número
de sucesos desagradables.
En 1959, se encontró un bebé muerto
en el sótano, envuelto en papeles.
- Me estás abriendo el apetito.
- Bebe más vino.
¡Roman! ¡Trae más cerveza
cuando vuelvas!
Son estanterías.
Vamos a hacer el amor.
Creo que he oído masticar
a las hermanas Trench.
Todo recto a la izquierda.
Desde Daytona, Florida,
la carrera de 250 cc.,
y Yamaha va de líder,
con 7 de los primeros 10 puestos.
Es el tercer año
con una clara victoria para Yamaha.
Yamaha es la moto de campeones,
con modelos para todos los gustos.
Debería descubrir el asombroso mundo
de Yamaha. Dese una vuelta.
- Vamos. Móntese.
- Vale. Vamos allá.
¡Mira!
Es fabuloso.
Perdona. Creía
que eras Victoria Vetri, la acriz.
Mucha gente me lo ha dicho.
Yo no creo que me parezco a ella.
- ¿La conoces?
- No.
Me llamo Terry Gionoffrio.
Encantada. Yo soy Rosemary Woodhouse.
Somos nuevos inquilinos.
Yo vivo con los Castevets.
Soy su huésped desde Junio.
Nuestro apartamento
era la parte trasera del vuestro.
¿El apartamento de la señora?
...Gardenia.
- Gardenia, sí.
Cultivaba hierbas y se las daba
a la señora Castevet para cocinar.
- Ya he visto esas plantas.
- Ahora ella misma las cultiva.
Perdona, tengo que añadir suavizante.
- ¿A qué se dedica tu marido?
- Es actor.
- ¿ Cómo se llama?
- Guy Woodhouse.
Salió en 'Luther', en 'Nadie quiere
a un albatros' y también en la TV.
Yo veo la TV todo el día.
Seguro que le he visto.
- No me gusta este sótano.
- A mí tampoco.
Me da escalofríos.
¿Por qué no bajamos juntas
a menudo para hacer la colada?
Es una buena idea.
Tengo un amuleto de la suerte.
Puede que funcione para las dos.
- Es muy bonito.
- ¿A que sí?
Me lo dio la Sra. Castevet.
Se supone que trae buena suerte.
Tiene algo dentro.
A mí tampoco me encanta el olor.
Espero que funcione.
Es precioso.
Nunca he visto nada parecido.
Viene de Europa.
Los Castevets son maravillosos.
- Me recogieron de la calle.
- ¿Estabas enferma?
Pasaba hambre, con problemas de droga
y muchas otras cosas.
Soy como la hija
que ellos nunca han tenido.
Al principio,
creía que se trataba de sexo,
pero son como unos abuelos de verdad.
Me alegro de saber que hay gente así.
La gente suele ser muy apática.
Tienen miedo de implicarse.
Si no hubiera sido por ellos,
ahora estaría muerta o en la cárcel.
¿No tienes familiares que te ayuden?
Un hermano en la Marina.
¡Es imposible
estar completamente seguro!
¡Si quieres mi opinión,
no deberíamos decírselo!
Debe ser el tabique
que divide los dos apartamentos.
Es la parte trasera
del apartamento, con un salón,
y aquí hay un armario,
y allí hay otro armario.
¡Apártese, señorita!
Apártense, por favor.
No hay nada que ver.
Váyanse, por favor.
- Dios mío.
- ¡Váyase!
- La conocemos.
- ¿ Cómo se llamaba?
- Terry.
- Terry, ¿ qué más?
¿Rose? ¿ Cómo se llamaba?
¿Terry, qué?
No me acuerdo.
Era un apellido italiano.
Vivía con unas personas
llamadas Castevet.
Eso ya lo sabemos.
Lo pegó en la ventana con una tirita.
- Venga, váyanse.
- Theresa Gionoffrio.
¡Muévanse! ¡Muévanse!
- ¿La conocía?
- Sólo un poco.
- Vamos, Rose. Vámonos.
- Ahí vienen.
- ¿ Son ustedes los Castevets?
- Sí.
¿Está viviendo con ustedes
una tal Theresa Gionoffrio?
Sí. ¿Ha habido un accidente?
Tengo malas noticias. Ha muerto.
Se tiró por la ventana.
¡Eso es imposible!
¡Debe ser un error!
Artie, ¿puedes dejar
que la vean estos señores, por favor?
Sabía que esto iba a suceder.
Sufría depresiones
cada tres semanas o algo así.
Se lo dije a mi mujer,
pero no me hizo caso.
Eso no quiere decir que se suicidara.
Era una muchacha feliz.
No tenía motivos para hacerlo.
- Debía estar limpiando las ventanas.
- ¡No a medianoche!
- ¿Por qué no? ¡Puede que sí!
- ¿Es ésta su letra?
- Sí.
- Con toda seguridad.
Haré que se lo envíen
cuando hayamos acabado.
No puedo creerlo.
Estaba muy contenta.
- ¿ Quién es el familiar más cercano?
- No tenía a nadie, sólo a nosotros.
- ¿No tenía un hermano?
- ¿De verdad?
- Dijo que estaba en la Marina.
- No lo sabía.
- ¿ Sabe dónde está destinado?
- No lo sé.
Me lo dijo cuando hacía la colada.
Me llamo Rosemary Woodhouse.
Vivimos en el 7-E.
Nos sentimos como ustedes,
Sra. Castevet.
Parecía tan feliz y llena de...
Dijo cosas maravillosas de ustedes,
de lo agradecida que estaba.
Gracias.
¿ Sabe algo más acerca de su hermano?
- No.
- No será difícil encontrarle.
- Estoy aturdida. Lo siento mucho.
- Ha sido una pena.
Bueno, gracias.
A veces me pregunto
cómo puedes estar al mando de algo.
No me digas
lo que ha dicho Laura-Louise.
¡Si me hubieras escuchado
no habríamos tenido que hacer esto!
Ahora tendríamos algo, en lugar
de tener que empezar desde cero.
¡Te dije que no te apresuraras
a decírselo!
¡Ya te dije que ella no tendría
una actitud abierta!
Le dije a la hermana Veronica
lo de las ventanas,
y retiró a toda la escuela
de la competición.
- Hola. ¿ Qué tal está?
- Bien. ¿Puedo pasar?
Claro, desde luego.
Vine a darle las gracias
por dirigirnos tan bellas palabras.
Pensamos que quizás habíamos fallado
a Terry pero en su nota decía que no.
Ella nunca sabrá lo mucho que nos
reconfortó en un momento tan difícil.
Así que se lo agradezco mucho.
Y también Roman. Roman es mi marido.
Me alegro de haber podido ser
de alguna ayuda.
La incineraron ayer.
Hay que olvidar y seguir adelante.
No va a ser fácil.
No tenemos hijos. ¿ Y usted?
- No.
- ¿No? Bueno...
¡Qué bonito! ¡Qué bien queda la mesa!
Muy original.
- Lo vi en una revista.
- Y la pintura también está bien.
Muy bonito. ¿ Y qué es eso?
¿La sala de estar?
Sólo por el momento.
Será la habitación para los niños.
- ¿Está embarazada?
- Todavía no.
Espero estarlo
en cuanto nos hayamos instalado.
Es joven y podrá tener muchos.
- Queremos tener tres.
- Me muero por ver su apartamento.
- La que vivía aquí era amiga mía.
- Terry me lo dijo.
¿De verdad? Seguro que hablarían
muchas veces haciendo la colada.
- Sólo una vez.
- ¡Oh, Dios mío!
Ahora parece que tiene más luz.
¿Por cuánto ha conseguido
este sillón?
No estoy segura.
Creo que unos 200 dólares.
- ¿A qué se dedica su marido?
- Es actor.
¡Lo sabía! Ayer se lo dije a Roman.
Es muy bien parecido.
- ¿En qué películas ha trabajado?
- En ninguna.
En dos obras de teatro: 'Luther'
y 'Nadie quiere a un albatros'.
Y también en la radio y en la TV.
Rosemary, he puesto a descongelar
unos filetes de ternera.
¿Por qué no vienen a cenar
con nosotros esta noche?
- ¿ Qué me dice?
- No podemos.
- ¿Por qué no?
- No, de verdad. Es usted muy amable.
Nos alegraría. Será la primera noche
que estaremos solos desde que...
¿Está segura de que no será
demasiada molestia?
Querida, si hubiera algún problema,
no se lo pediría.
De acuerdo, cuente con nosotros.
Se lo diré a Guy.
¡Dígale que no aceptaré
un no por respuesta!
- ¡Tiene correo! Es propaganda.
- Gracias.
Donald Baumgart consiguió ese papel.
De todas formas,
la obra no es muy buena.
Incluso si se deja de representar,
es el papel que llama la atención.
Vino la Sra. Castevet para darme
las gracias por lo de Terry.
Es la persona más cotilla
que he visto nunca.
¿ Sabes que me preguntó
por el precio de algunas cosas?
- ¿En serio?
- Nos ha invitado a cenar esta noche.
Le dije que lo consultaría contigo
pero que seguro que iríamos.
- ¡Dios! ¿Tenemos que hacerlo?
- Creo que se sienten solos.
En cuanto hagamos amistad,
no podremos librarnos de ellos.
- Están al otro lado de la pared.
- Le dije que contara con nosotros.
No tienes por qué enfadarte.
No me enfado. Entiendo muy bien
lo que quieres decir.
- Vale, habrá que ir.
- No, no. ¿Por qué?
- ¡Iremos!
- No. Si tú no quieres, no iremos.
Suena falso,
pero te lo digo de verdad. En serio.
Déjame que haga hoy una buena acción.
Vale, pero sólo si tú quieres.
Y dejaremos claro
que sólo esta noche, ¿ de acuerdo?
¡En el momento justo! Pueden pasar.
Roman está preparando unas bebidas.
Me alegro de que haya venido, Guy.
Podré decir a todos que le conocí
antes de hacerse famoso.
La cena todavía no está preparada
pero siéntense por aquí.
Siéntense en el sofá.
Estarán muy...
Parece que he llenado
demasiado los vasos.
No, no, no. No se levanten.
Suelo prepararlos siempre,
¿ verdad, Minnie?
Cuidado con la alfombra.
Pero creo que he puesto demasiado.
Aquí están. No, siéntense.
- Sra. Woodhouse...
- Gracias.
- Sr. Woodhouse, ¿un cóctel de ***?
- Sí, gracias.
- ¿Ha probado uno alguna vez?
- No, nunca.
- Parece delicioso.
- Es muy popular en Australia.
- ¡Bienvenidos a nuestra casa!
- Salud.
- ¡La alfombra!
- Oh, cielos.
Una alfombra nueva.
¡Este hombre es un desastre!
- ¿ Son ustedes de Australia?
- No, de aquí de Nueva York.
Pero estuve allí.
He estado en todas partes.
Digan un lugar.
Adelante, digan un lugar.
- ¡Fairbanks, Alaska!
- Estuve allí, por toda Alaska...
Fairbanks, Juneau, Anchorage,
Nome, Sitka, Seward.
- Fui allí en 1938...
- ¿De dónde son ustedes?
- Bueno...
- Yo soy de Omaha. Guy de Baltimore.
- Son buenas ciudades.
- ¿ Viaja por cuestión de negocios?
Tengo 79 y llevo yendo de un sitio
a otro desde que tenía 10 años.
He viajado por todas partes.
La carne está lista.
No se den prisa con las bebidas.
¡Roman, tómate la píldora!
Ningún Papa visita una ciudad
donde los periódicos estén en huelga.
Creo que va a esperar
hasta que se acabe.
Es el mundo del espectáculo.
Es precisamente eso. Los trajes,
los rituales. Todas las religiones.
- Vamos a ofender a Rosemary.
- No, no.
- ¿Es usted religiosa, querida?
- Me educaron en el catolicismo.
- Parecías un poco incómoda.
- Se trata del Papa.
No hay que respetarlo
porque finja ser un hombre santo.
En eso tiene usted razón.
¡Cuánto gastan en trajes y en joyas!
Una buena muestra de la hipocresía
bajo la religión organizada
aparecía en 'Luther'. ¿Alguna vez
hizo el papel principal, Guy?
¿No fue usted
el sustituto de Albert Finney?
- No.
- Qué extraño.
Recuerdo sentirme conmovido
por un gesto que usted hizo
y haber revisado
cuál era el nombre del actor.
- ¿ Qué gesto era ése?
- No estoy seguro. Era una reacción...
Hice un movimiento con los brazos
cuando a Luther le daba un ataque.
- Una especie de gesto involuntario.
- ¡Eso es!
- Tenía un autenticidad especial.
- No exagere.
No, de verdad.
Mi padre fue productor de teatro.
Pasé mi niñez
en compañía de la Sra. Fiske,
Forbes-Robertson y Modjeska.
- ¿ Guy?
- Sí, gracias.
Tiene usted una categoría especial.
Incluso en su trabajo en la TV.
Tiene un gran futuro por delante,
siempre que consiga oportunidades
para demostrar su valía.
- ¿Está preparando algo ahora?
- Me he presentado a dos papeles.
- Seguro que lo consigue.
- No estoy tan seguro.
Me gustaría tener un jardín
algún día.
Supongo que en el fondo
sigo siendo una chica de campo.
- ¿Tienes muchos hermanos?
- Tres hermanos y dos hermanas.
¿ Y tus hermanas ya se han casado?
- ¿Tienen hijos?
- Una tiene dos y la otra cuatro.
- Tú también tendrás muchos.
- Somos muy fértiles.
- Tengo 16 sobrinos y sobrinas.
- ¡Cielo santo!
¿ Quiere que yo friegue
y usted seca por un rato?
No, no importa, querida.
Roman, deja de fastidiar a Guy
con tus historias.
Sólo te escucha por educación.
No, es muy interesante,
Sra. Castevet.
¡Minnie! Yo soy Minnie
y él es Roman, ¿ de acuerdo?
¡Vale! Fantástico.
Adiós, querida, adiós.
Una velada encantadora.
- ¡Minnie!
- Minnie, eso es.
¿ Qué te ha parecido la carne?
¡Y la tarta!
¿ Cómo te comiste dos trozos?
Por educación.
Sólo por educación.
Y sólo había tres platos
que hicieran juego.
- Una maravillosa cubertería.
- Puede que nos la dejen en herencia.
- ¿ Sabes lo que había en el baño?
- Un bidé.
Un libro de chistes de retretes
colgado de una cuerda.
Y las historias de Roman
son bastante interesantes.
Nunca había oído hablar
de Forbes-Robertson.
Volveré mañana por la noche
a charlar un rato.
- ¿En serio?
- Me lo ha pedido. Ayúdame con esto.
Creía que íbamos a ver
a Joan y a *** Jellico.
- ¿Hemos quedado?
- No exactamente.
Ya les veremos la semana que viene.
No tienes por qué venir
si no quieres.
- Puedes quedarte aquí.
- Sí, creo que me quedaré.
También conoció a Henry Irving.
Es muy interesante.
¿Por qué habrán retirado los cuadros?
¿A qué te refieres?
Han quitado los cuadros.
Hay ganchos y marcas en las paredes.
- Y el único que había no encaja.
- No me he dado cuenta.
Hola, querida. Te presento
a mi amiga Laura-Louise McBurney.
Vive en el piso 12.
Es Rosemary, la mujer de Guy.
¡Hola, Rosemary!
Laura-Louise acaba de conocer a Guy.
¿Podemos pasar?
- Claro. Pasen, por favor.
- Vamos, pasa.
Mira lo que tienen. Hay mucha luz.
- ¡Caray! ¡Es precioso!
- Llegó esta mañana.
¿Te encuentras bien, querida?
Pareces cansada.
Estoy bien.
Es mi primer día de la regla.
¿ Y estás levantada? ¡Yo no podía
hacer nada durante el primer día!
Dan me daba ginebra
para calmar el dolor.
Las chicas hoy
hacen las cosas a su manera.
Tienen más salud, gracias
a las vitaminas y las medicinas...
- ¿ Qué es eso? ¿Fundas para el sofá?
- Cojines para las sillas.
Sí, claro.
Antes de que me olvide.
Un regalo de Roman y mío.
¿Para mí?
Es un pequeño regalo de bienvenida.
- No tenían que...
- Es muy antiguo. Unos 300 años.
Es muy bonito.
Dentro tiene raíz de tannis.
Trae buena suerte.
- Es bonito, pero no puedo aceptarlo.
- Ya es tuyo. Póntelo.
Enseguida te acostumbrarás al olor.
Sí, venga.
Oh, sí.
¿Fueron tan interesantes
sus historias como las de anoche?
- Sí. ¿Lo pasaste bien?
- Muy bien. Me dieron un regalo.
- Era de Terry.
- ¿En serio? Pero es bonito.
¿No te lo vas a poner?
Huele mal. Hay algo dentro
que se llama raíz de tannis.
No está mal.
¿Alguien quiere tannis?
Si lo has aceptado,
tienes que ponértelo.
¿Diga? Sí, al habla.
Oh, Dios mío, no.
Pobre hombre.
¿ Y no se sabe el motivo?
Dios mío, es horrible. Horrible.
Sí, claro.
Quiero decir, lo estoy.
Me desagrada conseguirlo
de esta forma, pero...
Tendrá que hablar
con mi representante respecto a eso.
Alan Stone.
Seguro que no habrá ningún problema
por nuestra parte.
Gracias, Sr. Weiss.
¿ Guy? ¿ Qué ha pasado?
Donald Baumgart.
Se ha quedado ciego.
Ayer se despertó y no puede ver.
- Oh, no.
- He conseguido el papel.
Al final lo he conseguido.
Escucha... He de salir
a dar una vuelta y caminar.
Sí, claro. Lo entiendo.
Baumgart. Donald Baumgart.
Es un papel fascinante.
Ahora se dará a conocer.
Y tiene una oferta para protagonizar
una serie de TV, Miami Beach.
De repente, se ha hecho muy famoso.
Ahora entiendo
por qué estás tan contenta.
Está pasando por momentos difíciles
en su vida. Es un desafío.
Entiendo.
Ya sabes cómo son los actores.
Todos son un poco egocéntricos.
Incluso Laurence Olivier
es vanidoso y egocéntrico.
Y es un papel difícil.
Tiene que actuar con unas muletas
y está preocupado.
Y... Bueno, está preocupado.
Parece que hubo otro suicidio
en la Casa de la Felicidad.
- ¿No te lo dije?
- No.
Fue la chica que estaba
en rehabilitación con los Castevets.
Estoy segura de habértelo dicho.
Parece que no pudieron rehabilitarla.
Me he portado mal últimamente.
Me preocupa que Baumgart
vuelva a recuperar la vista.
Es normal que sientas contradicciones
por lo que ha pasado.
No voy a dejar que los problemas
sigan recayendo sobre ti.
- No ha sido así.
- Así ha ocurrido.
He estado preocupándome demasiado
por mi carrera.
Tengamos un hijo. ¿De acuerdo?
Tengamos tres.
Uno tras otro.
Un bebé. Ya sabes: Papá, mamá...
¿Entiendes?
- ¿De verdad?
- Claro. En serio.
Incluso he pensado
en el momento adecuado para empezar.
- ¿De verdad hablas en serio?
- Claro que hablo en serio.
Cariño, por amor de Dios.
No llores.
Oh, no. No lloraré.
Comienza la velada.
- ¡La pintura! ¡La pintura!
- Vaya por Dios.
Nadie tiene una chimenea.
¿No es maravilloso? Espero que sea
el invierno más frío de todos.
¡Mierda!
¡Hola, Guy!
¿ Cómo estás?
No, no la dejes pasar.
Esta noche, no.
Es muy amable de tu parte.
- ¿ Seguro que no quieres pasar?
- ¡No! No quiero molestaros.
Bien. Bien.
¿ Quién dice
que la telepatía no existe?
¡Tomaremos postre al fin y al cabo!
Mousse de chocolate. O, como dice
Minnie, "ratón de chocolate".
Tenía miedo
de que se quedara toda la noche.
Sólo quería que lo probáramos.
Es una de sus especialidades.
Ha sido un bonito detalle.
No deberíamos burlarnos de ella.
Sí, tienes razón...
Está bueno.
Tiene un sabor un poco extraño.
Sabe como a yeso.
No me lo parece.
Son tonterías.
Sabe de maravilla.
No sabe bien.
Vamos. La vieja ha trabajado mucho
para hacerlo. Cómelo.
- No me gusta.
- Está delicioso.
- Cómelo tú.
- Siempre hay algo que va mal.
Si va a resultar ser
algo importante...
Si no te gusta, no lo comas.
¡Está delicioso!
Sabe de maravilla.
¿Puedes darle la vuelta
al disco, por favor?
¿Me darás ahora
un premio, cariño?
Uno bien grande.
Perdona si me he puesto pesado.
Lo has estado.
¡El Papa ha llegado
al Yankee Stadium!
¡Dios, cuánta gente!
Allá donde va, el Papa siempre recibe
este tipo de bienvenida.
Como alguien dijo esta tarde:
"Quizá no estamos siendo respetuosos
pero hoy es un día especial".
Es un buen momento
para emitir mi anuncio de Yamaha.
Y ahora, un breve resumen
de los históricos momentos de hoy.
El Papa Pablo VI llegó
a las 9:27 de la mañana...
- ¿ Qué te ocurre?
- Estoy mareada...
No me extraña. Has bebido mucho.
No has comido nada
en todo el día antes de la cena.
- Qué bonito.
- Necesitas dormir.
- A dormir toda la noche.
- Tenemos que hacer un bebé.
Ya lo haremos.
Mañana habrá tiempo de sobra.
Sólo un sueñecito.
- ¿Por qué me quitas la ropa?
- Para que estés más cómoda.
- Ya estoy cómoda.
- Duérmete, Rose.
- ¿No viene Hutch con nosotros?
- Sólo católicos.
Ojalá no tuviéramos este tipo
de prejuicios pero, por desgracia...
Despacio, despacio.
Está demasiado alta.
¡Un tifón! ¡Un tifón!
¡Han muerto 55 personas en Londres!
Será mejor que baje, señorita.
- Está despierta. Puede ver.
- No puede ver nada.
Después de haber comido el ratón,
no puede ver ni oír. Ponte a cantar.
Lamento que no te encuentres bien.
Es sólo el mordisco de un ratón.
Será mejor que te aten las piernas
por si tienes convulsiones.
Supongo que sí.
Puede que tuviera la rabia.
Si te molesta la música,
dímelo y la quito.
Oh, no. Por favor,
no cambie el programa por mí.
Intenta dormir.
Estaremos esperando en cubierta.
¡No es un sueño!
¡Está pasando de verdad!
Me dicen que te ha mordido un ratón.
Sí. Por eso no he podido ir a verle.
Intenta dormir.
Estaremos esperando en cubierta.
- ¿Me da la absolución, Padre?
- Oh, por supuesto.
Son más de las 9.
- Cinco minutos.
- Tengo que estar con Alan a las 10.
- Come fuera.
- Así lo haré.
- ¿ Qué hora es?
- Las nueve y diez.
¿A qué hora me fui a dormir?
No te quedaste dormida.
Te desmayaste.
A partir de ahora, tomarás
cócteles o vino, no cócteles y vino.
Qué sueños he tenido.
No grites.
Ya me he limado las uñas.
No quería perderme
una noche tan especial.
- Tenía dos uñas sin cortar.
- ¿Mientras estaba inconsciente?
Fue divertido.
Algo así como necrofilia.
Soñé que alguien me estaba violando.
- No sé. Algo que no era humano.
- ¡Muchas gracias!
- ¿ Qué ocurre?
- Nada.
No quería perderme la noche.
Podíamos haberlo hecho esta mañana.
Anoche no era el único momento.
Yo estaba un poco bebido, ¿sabes?
- ¡Hola! ¿Te gustó?
- Oh, sí.
Le puse demasiada crema de cacao.
No, no. Tienes que darme la receta.
¿ Vas de compras?
Hazme un favor, ¿ quieres?
Cómprame 6 huevos
y café descafeinado.
Muy bien. Adiós.
¿No crees que debemos hablar de ello?
- ¿De qué?
- No quieres ni mirarme.
- ¿ Cómo? Te he estado mirando.
- No lo has hecho.
Claro que sí. ¿ Qué ocurre?
¿ Qué problema hay?
Nada. No importa.
- No, no digas eso. ¿ Qué ocurre?
- Nada.
Mira, cariño. Ya sé que he estado
muy preocupado con la obra,
pero es importante.
Y no significa que no te ame.
- Tenía que venirte el viernes.
- ¿De verdad?
Seguro que me viene
esta noche o mañana.
- ¿ Quieres apostar?
- Vale.
- Un dólar. Vas a perder.
- Cállate, ¿ quieres?
Me vas a poner nerviosa.
Sólo son dos días.
¿ Y cuándo lo sabré?
Le llamaré
en cuanto tenga los resultados.
Suelo hacer un examen general
para tener más datos.
- Elise Dunstan me sugirió venir.
- ¿ Qué tal está?
Los niños están bien.
¿Asistió usted a todos los partos?
No, sólo el último.
Hemoglobina universal.
Sí, doctor.
- Fuimos a ver 'Los Fantásticos'.
- ¿Ah, sí? ¿ Y lo pasaron bien?
- Sí.
- Bien.
- ¿Diga?
- ¿ Sra. Woodhouse?
- ¿Dr. Hill?
- Enhorabuena.
- ¿En serio?
- En serio.
- ¿Está usted ahí?
- Sí. ¿ Qué debo hacer ahora?
Venga a verme el mes que viene.
Y tome las pastillas. Una al día.
- Le enviaré el papel del hospital.
- ¿Para cuándo será?
- Parece que el 28 de Junio.
- Todavía falta mucho.
Una cosa más. Habrá que tomar
otra muestra de sangre.
Sí, claro. ¿Para qué?
La enfermera no tomó suficiente.
¿Le importaría pasar a verla?
Pero estoy embarazada, ¿ verdad?
Oh, sí. Sólo es para revisar
el nivel de azúcar.
- Está embarazada, no se preocupe.
- Pasaré el lunes.
- No se olvide de las pastillas.
- De acuerdo. Adiós, Dr. Hill.
¿Azúcar en la sangre?
Sangre
¿ Qué es eso?
¡Fantástico! Es maravilloso.
- Papá.
- Mamá.
Guy, escucha. Hagamos que esto
sea un nuevo comienzo, ¿ de acuerdo?
Seamos sinceros el uno con el otro.
Porque no lo hemos sido.
Es verdad. He estado centrado
en mí mismo. Ése es el problema.
Sabes que te quiero, ¿ verdad, Rose?
Juro por Dios que voy a ser franco...
- También es culpa mía.
- No, es culpa mía.
Ten paciencia.
Me portaré mejor. ¿Lo oyes?
Oh, Guy.
¿ Qué pasa?
Así es como deben comportarse
unos futuros padres.
- ¿ Sabes qué me gustaría hacer?
- ¿ Qué?
Decírselo a Minnie y a Roman.
Ya sé que debería ser
un secreto bien guardado,
pero ya les dije
que lo estábamos intentando.
- Díselo.
- ¿ Vuelvo en un minuto?
Estás embarazada.
Otra muestra de sangre.
Esto es lo que yo llamo
buenas noticias.
- Enhorabuena, querida.
- Gracias.
Mucha suerte, Rosemary.
Estamos muy contentos por ti.
No teníamos champán
pero esto servirá.
- ¿Para cuándo será?
- Para el 28 de Junio.
Será muy emocionante.
¿Tienes un buen doctor?
Sí, es muy bueno.
Uno de los mejores especialistas
es amigo nuestro, Abe Sapirstein.
Ayuda a nacer
a los niños de la alta sociedad.
Uno de los mejores especialistas
del país.
- ¿No salió en TV hace unos años?
- Exacto.
- ¿Rose?
- ¿ Y qué hay del Dr. Hill?
No te preocupes. Le diré algo.
Ya me conoces.
No dejaré que vayas con un Dr. Hill
del que nadie ha oído hablar.
¡Debes tener lo mejor!
¿Dónde tienes el teléfono?
- En el dormitorio.
- Es fantástico y muy sensible.
- Rose, siéntate, siéntate.
- No, estoy bien.
¿Abe? Soy Minnie. Una amiga nuestra
acaba de saber que está embarazada.
Estoy en su casa ahora mismo.
Le hemos dicho que le atenderás.
Pero no le cobres tu tarifa habitual.
Un momento. Rosemary,
¿mañana a las 11?
- De acuerdo.
- Sí, a las 11 está bien, Abe.
Sí. Bueno, tú también.
No, no. En absoluto.
De acuerdo.
Bueno, esperemos que sea así. Adiós.
- Bueno, ya está.
- Muchas gracias, Minnie.
- No sé cómo agradecértelo.
- Sólo teniendo un bebé muy sano.
No puedo esperar
a decírselo a Laura-Louise.
Por favor, no se lo digas a nadie.
No por el momento.
Tiene razón. Hay tiempo de sobra.
- Un brindis por un bebé muy sano.
- ¡Brindemos!
Andy. O Susan.
Susan.
No lea libros, por favor.
Ningún embarazo
es exactamente como en los libros.
Y tampoco haga caso a sus amigas.
Ningún embarazo es igual a otro.
- El Dr. Hill me recetó vitaminas.
- Nada de pastillas.
Minnie Castevet tiene un herbolario.
Le preparará una infusión diaria
con más propiedades y más rica
en vitaminas que cualquier píldora.
Si tiene alguna duda,
llámeme a la hora que sea.
A mí, no a su tía ***.
Para eso estoy yo aquí.
- Aquí tienes.
- ¿ Qué lleva dentro?
Caracoles y rabos de perritos
para tener un niño.
- Pero, ¿y si queremos una niña?
- ¿ Una niña?
Sería bonito
que el primero fuera niño.
Claro que sí.
No, dime, ¿ qué lleva dentro?
- Un huevo crudo, gelatina y hierbas.
- ¿ Y raíz de tannis?
También un poco de eso
además de alguna otra cosa.
Si quieres ser un imbécil, adelante.
Pero sin violencia.
No estoy enamorado de nadie.
Y menos de la gorda de tu mujer.
Soy un inválido sin esperanzas...
¿ Qué es eso?
- Fui a Vidal Sassoon.
- No me digas que has pagado por eso.
- Guy, tengo dolores.
- ¿Dónde?
- Aquí.
- ¿Justo ahora?
- Desde el lunes. Un dolor agudo.
- ¿ Y has ido a ver a Sapirstein?
- Iré a verle el miércoles.
- Esto es ridículo. Vete a verle.
- ¿Por qué no se lo dijiste?
- Le veo todos los miércoles.
Una expansión natural de la pelvis.
Tome sólo una aspirina.
Tenía miedo de que se tratara
de un embarazo ectópico.
Creía haberle dicho
que no leyera libros.
- Me pasé por una librería.
- Sólo ha hecho que se preocupe.
Por favor, tírelo.
El dolor se irá en un par de días.
¡Embarazo ectópico!
Tengo un aspecto horrible.
¿De qué estás hablando?
Estás perfectamente.
Es el corte de pelo
lo que te queda mal.
La verdad, cariño, es que es
el peor error que has cometido nunca.
- ¡Dios mío!
- Es Vidal Sassoon. Está de moda.
- ¿ Qué es lo que te pasa?
- ¿Tan mal estoy?
¡Horrible! ¿No habrás empezado
una de esas dietas Zen?
- No.
- Entonces, ¿ qué te ocurre?
¿Has visto a un médico?
Creo que debo decírtelo.
Estoy embarazada.
Bobadas. Las mujeres embarazadas
aumentan de peso, no lo pierden.
Tengo rigidez en las articulaciones
y no puedo dormir bien por el dolor.
- Nada grave.
- Enhorabuena.
- Debes estar muy feliz.
- Lo estoy. Los dos lo estamos.
- ¿ Quién es tu ginecólogo?
- Abraham Sapirstein.
Asistió a dos de los partos
de mi hija.
- Es uno de los mejores.
- ¿ Cuándo le viste por última vez?
- Ayer.
- ¿ Y qué te dijo?
Dijo que era bastante habitual.
- ¿ Cuánto peso has perdido?
- 1 kilo y medio.
Seguro que habrás perdido
algo más que eso.
Es del todo normal
adelgazar un poco al principio.
Más adelante, empezaré a engordar.
Confiemos en que el Dr. Sapirstein
entienda del tema.
Cobra bastante por ello.
A nosotros nos cobra menos.
Nuestros vecinos son amigos suyos.
Voy yo.
No te levantes. Me duele menos
cuando hago ejercicio.
- Estaba hablando de usted.
- Espero que bien.
- ¿Necesitas algo?
- No. Gracias por preguntar.
- ¿ Ya ha llegado Guy a casa?
- Vendrá sobre las 6.
Un amigo nuestro está aquí.
¿Le gustaría conocerle?
- ¿No seré una molestia?
- No. Pase, por favor.
Hutch, te presento a Roman Castevet.
Edward Hutchins.
- ¿ Qué tal está?
- Encantado.
Le estaba diciendo a Hutch
que me recomendaron a Sapirstein.
- ¿ Ya conoce la buena noticia?
- Sí.
- Ahora tiene que descansar mucho.
- Estoy preocupado por su aspecto.
Ha adelgazado un poco,
pero eso es normal.
Ya engordará más adelante
y probablemente demasiado.
- Seguro que sí.
- Siéntese, por favor.
La Sra. Castevet me prepara bebidas
con hierbas que ella cultiva.
Todo siguiendo las indicaciones
del Dr. Sapirstein.
No confía demasiado en las píldoras
que venden en las farmacias.
Pero se fabrican utilizando
grandes medidas de seguridad.
Cierto. Pero suelen pasar
mucho tiempo en las farmacias,
y así pierden
parte de su propiedad terapéutica.
- No había pensado en eso.
- Me gusta todo lo que sea natural.
Seguro que antes se masticaba tannis
cuando no existían las píldoras.
- ¿Tannis?
- Es una de las hierbas en la bebida.
¿Es una hierba?
¿Es una raíz o una hierba?
- ¿No será anís o lirio?
- No, es tannis.
Mira.
También da buena suerte.
No tiene aspecto de ser una raíz.
Es como moho
o algo parecido a un hongo.
- ¿No se le denomina de otra forma?
- Por lo que yo sé, no.
Tannis. Debo consultarlo
en alguna enciclopedia.
- Qué colgante tan bonito.
- Me lo dieron los Castevets.
Parece que cuidan a Rosemary
como si fueran sus padres.
Ella nos agrada mucho. Y Guy.
Perdone, pero tengo que irme.
- Me espera mi mujer.
- Encantado de conocerle.
No te molestes, Rosemary.
Seguro que nos volveremos a ver.
Acabo de darme cuenta
de que tiene agujeros en las orejas.
Y unos ojos muy penetrantes.
¿ Qué aspecto tiene ella?
Graciosa y muy cotilla.
Guy ha hecho amistad con ellos.
Supongo que son para él
como figuras paternas.
- ¿ Y para ti?
- No lo sé.
A veces creo que son
demasiado amables y serviciales.
Vaya sorpresa. ¿ Qué tal, Hutch?
Me alegro de verte.
- Qué sorpresa. ¿ Qué ha ocurrido?
- Están revisando la obra.
- Quedaos ahí. Que nadie se mueva.
- ¿ Quieres tomar café?
¡Sí, muy bien!
- ¡Sorpresa!
- Tengo que darte la enhorabuena.
- Es maravilloso, ¿ verdad?
- ¿Para cuándo nacerá?
El 28 de Junio. El Dr. Sapirstein
hizo nacer a dos nietos de Hutch.
¿De verdad?
He conocido a vuestro vecino,
a Roman Castevet.
- ¿Ah, sí? Un tipo gracioso, ¿ verdad?
- Tiene agujeros en las orejas.
- ¿Bromeas?
- No, me he dado cuenta.
No te hemos visto mucho últimamente.
Yo estoy ocupado y Rose embarazada.
Por eso apenas salimos.
- Podemos cenar algún día.
- Pero, ¿ya te vas?
- Gracias por el café.
- Gracias por haber venido.
Esto no es mío. Debe ser tuyo.
¿Habéis pensado en algún nombre
o es demasiado pronto?
Andrew o Douglas, si es niño
y Melinda o Sarah, si es niña.
- ¿ Y qué ha pasado con Susan?
- ¿Está por ahí el otro?
- No lo veo, Hutch.
- No, no está aquí.
Puede que lo haya dejado
en el City Centre. Pasaré por allí.
- ¿ Queréis que preparemos una cena?
- La próxima semana.
- Adiós.
- Adiós.
- Ha sido una grata sorpresa.
- ¿ Sabes lo que ha dicho?
- ¿ Qué?
- Que tengo un aspecto horrible.
El bueno de Hutch. Siempre
repartiendo alegría por donde va.
Voy a comprar el periódico, cariño.
- Es un pesimista profesional.
- No lo es.
Entonces, será un aficionado
de primera fila.
¿Diga? No se encuentra muy bien.
Creo que está dormida.
Puede que sí.
Bueno. ¿Puedes esperar un momento?
Es Hutch.
Quiere hablar contigo.
Le dije que estabas descansando
pero dice que es importante.
- ¿Hutch?
- Querida, ¿sueles salir a la calle?
Últimamente, no mucho.
¿Por qué?
¿Puedes reunirte conmigo mañana
delante del edificio Time-Life?
Bueno. ¿De qué se trata?
¿No puedes decírmelo ahora?
Mejor no.
Mañana podemos almorzar juntos.
- Es buena idea.
- Bien. ¿A las 11 en punto?
De acuerdo.
¿Encontraste tu guante?
No lo tenían allí. Buenas noches,
Rosemary. Que duermas bien.
Y tú también. Buenas noches.
- ¿ Qué pasaba?
- Quiere hablar conmigo.
- ¿De qué?
- No lo sé. No me lo dijo.
Esas historias de aventuras
le traen de cabeza.
¿Dónde has quedado con él?
En el edificio Time-Life
mañana a las 11.
Estás embarazada y soy yo
el que tiene antojos.
- Voy a por un helado. ¿ Quieres uno?
- Sí, gracias.
- ¿De vainilla?
- Bueno.
Minnie, voy a salir
y no podré tomar la bebida a las 11.
Bueno, querida. La tomarás más tarde.
Avísame cuando vuelvas.
Dolor, lárgate.
No quiero saber más de ti.
- ¿Diga?
- ¿El apartamento de Edward Hutchins?
- Sí. ¿ Quién es?
- Me llamo Rosemary Woodhouse.
Tenía una cita con el Sr. Hutchins.
¿ Se encuentra ahí?
- ¿ Oiga?
- Se ha puesto enfermo esta mañana.
- ¿Enfermo?
- Sí.
Está en coma profundo
en el hospital de St Vincent.
Es horrible.
Si hablé con él anoche a las 10:30.
- Yo hablé con él a las 11.
- ¿ Quién es usted?
No me conoce. Soy Grace Cardiff,
una amiga de Hutch.
- ¿ Y saben qué le ha ocurrido?
- No, todavía no lo saben.
Está inconsciente.
Ahora voy a ir al hospital.
- ¿Hay algo que yo pueda hacer?
- No lo creo.
Bueno, gracias.
¡No! ¡Esto sí que es
una coincidencia!
Me dije esta mañana:
Si Rosemary va a salir,
también yo puedo ir a hacer
unas compras de Navidad.
Y ahora nos hemos encontrado.
¿No es curioso?
Querida, ¿ qué te ocurre?
¿No te encuentras bien?
Pobrecilla.
Creo que será mejor
que vayamos a casa. ¿No te parece?
- No, tienes que hacer compras.
- Todavía quedan dos semanas.
Uno de estos días te dejará de doler.
Es como si tuviera dentro
un cable en tensión.
Las mujeres con poca flexibilidad
suelen tener este problema.
- Ya no saldré más.
- No tienes por qué.
¡Falta sólo un minuto!
Rosemary, te presento al Dr. Shand.
Hace tiempo fue un famoso dentista.
- Hizo la cadena para tu colgante.
- ¿ Cómo está?
Vamos, ponte este gorro tan bonito.
Doctor, venga aquí.
- ¡Minnie, Minnie!
- Feliz Año Nuevo.
- Feliz Año.
- Feliz Año Nuevo.
¡Por 1966! ¡El Año Uno!
¿ Qué diablos estás haciendo?
Preparando el menú. Vamos a dar
una fiesta la semana que viene.
Para nuestros viejos... quiero decir,
nuestros jóvenes amigos.
Minnie y Roman no estarán invitados.
Y tampoco Laura-Louise.
Ni el Dr. Sapirstein.
Será una fiesta especial. Habrá
que tener menos de 60 para asistir.
Bueno... por un momento pensé
que yo tampoco podría asistir.
Tú sí. Podrás encargarte
de servir las bebidas.
Qué bien. ¿ Crees de verdad
que es una buena idea?
Es la mejor idea que he tenido
desde hace meses.
¿No deberías consultarlo
con el Dr. Sapirstein?
Voy a dar una fiesta, no a cruzar
a nado el Canal de la Mancha.
¿ Y qué pasa con tus dolores?
¿No te has enterado?
Desaparecerán en un par de días.
- ¿ Qué es esto?
- Van a venir algunos amigos.
¿ Quieres dar una fiesta?
Sí. Hay unos viejos amigos
a los que no veo desde hace tiempo.
- Ni saben que estoy embarazada.
- Te ayudaré si quieres.
No, gracias, Minnie.
Ya me las arreglaré.
Será un buffet,
y tendremos un camarero, así que...
Te ayudaré a colgar los abrigos.
No, de verdad.
Ya estás haciendo demasiado por mí.
Bueno, dímelo si cambias de opinión.
Bébete eso, entonces.
No me apetece en este momento.
Lo beberé dentro de un momento.
- No hará efecto si tardas mucho.
- No, no tardaré.
Puedes irte.
Te llevaré el vaso más tarde.
Puedo esperar
y así te ahorras el paseo.
Me pone muy nerviosa
que me vean cocinar. Vamos, largo.
Tómalo pronto
o perderá sus vitaminas.
Qué bien tenías guardado el secreto.
¡Enhorabuena!
- Enhorabuena.
- Gracias.
- Eh, Rosie.
- ¿ Sí?
Bob y Leo están en otra fiesta
pero llegarán pronto.
- Muy bien.
- ¡Rosie, es una casa preciosa!
- Hola. Cuánto tiempo sin verte.
- Estás blanca como la cera.
Tu marido
tiene que darte más de comer.
- Adrian Marcato vivió aquí.
- Y las hermanas Trench.
Comían niños.
Y no lo dice en sentido figurado.
Se los comían de verdad.
La primera copa un poco más cargada
para que se vayan entonando.
Rosie, ¿te encuentras bien?
Pareces cansada.
Gracias por la indirecta.
¿ Qué te parece el Dr. Hill?
Es muy atractivo.
- Ya no voy a su consulta.
- ¿En serio?
Tengo otro médico
que se llama Sapirstein.
- Enhorabuena, papá.
- Gracias. No tiene importancia.
- Voy a llevar esto al salón.
- Sí, por favor. ¿ Y las flores?
Sí. Elise, ¿me echas una mano?
Sí, claro.
¿Todavía sigue ciego el otro tipo?
¿Donald Baumgart? ¿ Sabes quién es?
El que vive con Zoe Piper.
- Está escribiendo una obra.
- ¿Todavía está ciego?
Sí. Lo está pasando muy mal
intentando adaptarse.
Le dicta a Zoe y ella lo escribe.
Fíjate lo valiente que es.
Y lleva ciego sólo unos meses.
¿Te encuentras bien?
Sí, estoy bien.
Hace un momento tuve unos dolores.
- No llores.
- Le hará bien.
Deja que llore.
No pasa nada, querida. Siéntate.
- ¡Fuera, fuera!
- Déjame pasar.
- Sólo las chicas.
- Quiero hablar con Rosemary.
- Está ocupada.
- Tengo que lavar esto...
Vete al baño.
Me duele mucho. Tengo miedo
de que el bebé vaya a morir.
¿ Cuándo comenzaron los dolores?
En Noviembre.
- ¿Noviembre?
- ¿ Qué?
¿Tienes dolores desde Noviembre
y no te está ayudando?
Me ha dicho que ya cesará.
- ¿Por qué no vas a otro médico?
- No, es muy bueno.
- Salió en un programa de TV.
- Parece que es un loco sádico.
Rosemary, un dolor así es un aviso
de que algo no marcha bien.
Vete a ver al Dr. Hill.
A alguien que no sea ese... ese...
- Ese loco.
- No sigas sufriendo de esa forma.
No quiero tener un aborto.
Nadie te dice que vaya a ocurrir.
Sólo que vayas a otro médico.
Ahora habrá que moverse.
- ¿ Guy?
- ¿ Sí?
Voy a ir a ver al Dr. Hill
el lunes por la mañana.
El Dr. Sapirstein es un mentiroso,
o está...
No sé... mal de la cabeza.
Un dolor como éste es señal
de que algo no anda bien.
- Rosemary...
- Y no beberé el brebaje de Minnie.
Quiero vitaminas y píldoras
como todo el mundo.
No lo he bebido desde hace tres días.
Lo he tirado.
- ¿ Qué has hecho?
- Me he preparado yo otra cosa.
¿Es lo que esas desgraciadas
te estaban dando ahí dentro?
- ¿Te han estado aconsejando?
- Son mis amigas...
¡Son unas zorras estúpidas
que deberían ocuparse de sus asuntos!
Sólo me han dicho
que pida una segunda opinión.
Rose, ¿sabes quién es el Dr. Hill?
Un don nadie.
¡Eso es lo que es!
Ya estoy harta de oír lo maravilloso
que es el Dr. Sapirstein.
Habrá que pagar a Sapirstein
y también a Hill. Nada de eso.
No, no voy a cambiar.
Sólo quiero una segunda opinión.
No voy a dejar que lo hagas, Rose.
Bueno, porque es, eh...
sería injusto con Sapirstein.
¿lnjusto con?
¿De qué estás hablando?
¿ Y no es injusto conmigo?
¿ Quieres una segunda opinión?
Habla con Sapirstein
y que él decida quién debe darla.
¡No! ¡Quiero al Dr. Hill!
- Al menos ten un poco de cortesía...
- Si no quieres pagar, yo...
- ¿Rosemary? ¿ Qué ocurre?
- Ha parado.
- ¿ Qué?
- El dolor ha parado de repente.
- ¿Ha parado?
- Sí.
¿ Qué le has echado
a esa bebida que has tomado?
- Huevos, leche, azúcar.
- ¿ Y qué más?
¿ Qué más?
Rosemary, por amor de Dios.
¿ Qué más le has echado?
¡Está vivo! ¡Guy, se está moviendo!
¡Está vivo! ¡Se encuentra bien!
- Siéntelo. Toca.
- Sí, ya lo siento.
- No tengas miedo. No te va a morder.
- Es fantástico. De verdad.
Noto que da patadas.
¡Está vivo! ¡Y se mueve!
Voy a limpiar todo este desorden.
Cuidado con las paredes.
- Gracias. A la salud del bebé.
- Muchas gracias.
¿Para qué es eso?
- Es la maleta para el hospital.
- Todavía faltan tres semanas.
¿Diga? Hola, Sra. Cardiff.
No. Oh, Dios mío.
Oh, Dios mío. Sí, por supuesto.
Hutch ha muerto.
Me siento fatal. Y ni siquiera
he pensado en él últimamente.
Doctor. Doris, te veremos más tarde.
Perdonen. Soy la Sra. Woodhouse.
Yo conocía a su padre.
- ¿Eres Rosemary?
- Les acompaño en el sentimiento.
- Gracias. Ella es mi hermana.
- Hola.
- Y mi marido.
- Encantada.
Siento llegar tarde.
- Perdone. Soy Grace Cardiff.
- Estaba deseando conocerla.
Iba a enviarle esto por correo,
pero pensé que vendría hoy.
- ¿ Qué es?
- Un libro.
Hutch recuperó el conocimiento
a la mañana siguiente.
- Del día en que estaban citados.
- Ah, sí.
Yo no estaba allí pero dijo al médico
que procurara darle este libro.
Gracias.
Y también debo decirle
que el nombre es un anagrama.
- ¿El título del libro?
- Por lo visto.
Estaba delirando, así que
es difícil saberlo con certeza.
Oí que habías llegado.
No has tardado mucho.
- Llegué tarde. No encontraba taxis.
- Qué pena. ¿ Ya llegó el correo?
- Me lo acaban de dar.
- Yo te lo sujeto. ¿ Un libro?
¡Yo conozco esta casa!
Los Gilmores vivían allí.
He estado allí muchas veces.
Grace... uno de mis nombres favoritos.
- ¿Ah, sí?
- ¿Necesitas algo?
- Nada, gracias.
- Acuéstate un rato.
- Lo haré.
- Adiós.
Todos Ellos Brujos
En sus rituales suelen utilizar un
hongo llamado Pimienta del Diablo...
"Nació en Glasgow en 1846,
pero fue educado en Nueva York.
"Residió varios años
en los Estados Unidos...
"Fue atacado por la muchedumbre
junto al Bram..."
Afuera, no en la entrada.
Los brujos no existen de verdad.
El nombre es un anagrama.
TODOS ELLOS BRUJOS
LLEGA CON EL OTOÑO
DUENDE DISPARO COJO BRUJO
CÓMO ES INFIERNO HECHO A MÍ
No tiene ningún sentido.
Pobre Hutch.
...y su hijo, Steven
¿Por qué has puesto la cadena?
¿ Qué ocurre?
- ¿Te encuentras bien?
- Estoy bien.
- Gracias.
- ¿ Cómo fue el funeral?
Bien.
Compré la camisa
que estaba en el New Yorker.
Compré la camisa
que estaba en el New Yorker.
Es bonita.
¿ Sabes quién es Roman de verdad?
- ¿A qué te refieres?
- Es el hijo de Adrian Marcato.
- ¿ Cómo?
- Ven aquí.
Quiero enseñarte algo.
Roman Castevet
es Steven Marcato al revés.
Es de Hutch.
Mira.
Fíjate. Aquí es cuando tenía 13 años.
¿ Ves sus ojos?
- Una coincidencia.
- ¿En la misma casa? Y mira aquí.
"Poco después, en Agosto de 1886,
nació su hijo Steven".
1886. ¿Lo entiendes? Ahora tiene 79.
No es una coincidencia.
Supongo que no. Es Steven Marcato,
de acuerdo. Pobre viejo.
Con un padre tan loco como ése,
no me extraña que cambiara de nombre.
- ¿No crees que pueda ser lo mismo?
- ¿ Qué quieres decir? ¿ Un brujo?
Rose, ¿ estás de broma?
Rose, cariño...
Su padre fue un mártir.
¿ Sabes cómo murió?
Cariño, estamos en 1966.
Esto se publicó en 1933.
Hacían aquelarres en Europa.
Así se llama, donde se reúnen.
Aquelarres en Europa, América,
Australia y aquí mismo.
Las fiestas con los cánticos,
la flauta y los rezos,
- son los Sabbaths.
- No te pongas nerviosa.
Lee lo que hacen.
Utilizan sangre en sus rituales.
Y la más potente
es la sangre de un bebé.
- Y también utilizan la carne.
- ¡Por amor de Dios!
No volverán a acercarse
a este apartamento o al bebé.
¡Son ancianos
que tienen un grupo de amigos!
¡Y ocurre que el Dr. Shand
toca la flauta!
No voy a correr riesgos.
Alquilaremos la casa y nos mudaremos.
De eso nada.
Hablaremos de eso más tarde.
Y no creo
que debas volver a leer eso.
- Sólo el último capítulo.
- Hoy no.
Mira. Te tiemblan las manos.
Vamos, dámelo.
Ahora, venga. Dámelo.
Extraordinario.
Realmente extraordinario.
- ¿ Cómo se llamaba? ¿Marchado?
- Marcato.
- Decía que su padre era comerciante.
- A Guy le dijo que era fabricante.
Comprendo que esté preocupada
de tenerle por vecino.
No quiero volver a verles,
ni a él ni a Minnie.
- No puedo correr ningún riesgo.
- Cualquier madre sentiría lo mismo.
¿Es posible que Minnie pusiera
algo malo en esos brebajes,
o en los pasteles?
No, yo me habría dado cuenta
hace tiempo.
No volveré a aceptar nada de ellos.
Yo le daré unas pastillas
para estas últimas semanas.
En un sentido, esto podría ser útil
también para Minnie y Roman.
- ¿A qué se refiere?
- Roman está muy enfermo.
Entre nosotros, no le queda de vida
más que un mes o dos.
ÉI quería visitar
sus ciudades favoritas.
No querían ofenderle a usted
marchando antes del parto.
Siento mucho oír esto.
ÉI se molestaría mucho
si supiera que yo se lo he dicho.
Vamos a hacer lo siguiente.
Le diré que se marche el domingo.
Le diré que yo he hablado con usted.
- ¿ Se marcharán el domingo?
- Veré lo que puedo hacer.
Estaremos pensando en ti,
hasta que vuelvas a estar delgada,
y tengas ya entre tus brazos
a tu niño o a tu niña.
- Gracias por todo.
- Haz que Guy nos envíe muchas fotos.
Lo haré.
No te deseo suerte
porque no la vas a necesitar.
Tendrás una vida muy feliz.
Que tengan un buen viaje
y que vuelvan pronto.
Quizá. Pero puede que me quede
en Dubrovnik, Pescara o en Mallorca.
- Ya veremos, ya veremos.
- Vuelvan.
- Adiós, Minnie.
- Sí.
Adiós, Roman.
Adiós. Tened cuidado.
- Al aeropuerto Kennedy, a Pan Am.
- Adiós, Minnie. Adiós, Roman.
Bueno, ya se fueron.
¿Dónde está mi libro?
- Lo tiré a la basura.
- ¿ Qué?
No quería
que volvieras a perder los nervios.
Guy, Hutch me regaló ese libro.
Lo dejó para mí.
- No pensé en ello.
- Has hecho algo horrible.
Lo siento.
No pensaba en Hutch.
¡Cuidado, señorita!
BRUJERÍA
En esa época, mucha gente murió
por causas naturales aparentes.
Desde entonces, se sabe
que la Unión de Fuerzas Mentales
del grupo podría dejar ciego, sordo
o provocar la muerte de la víctima.
Este uso de la Unión de Fuerzas
Mentales se llama a veces aquelarre.
"En algunos cultos,
existía la creencia
"de que era necesario
un objeto personal de la víctima
"y que el hechizo no podía consumarse
sin algo perteneciente a la víctima".
- ¿Donald Baumgart?
- Sí, al habla.
Soy Rosemary Woodhouse,
la mujer de Guy Woodhouse.
- ¡Ah, sí!
- Quería saber...
Debe estar usted muy feliz
por vivir en el Bram...
- Quería saber cómo se encuentra.
- Bueno, bendita sea.
La mujer de Guy Woodhouse, ¿no?
Estoy fenomenal.
Hoy sólo he roto seis vasos.
Guy y yo estamos muy tristes
de que él haya conseguido el papel
debido a su desgracia.
Qué diablos.
Así es la vida, ¿no?
Siento no haber podido ir
aquel día que Guy fue a visitarle.
¿A visitarme? No...
¿ Se refiere a cuando fuimos de copas?
Sí, a aquel día me refiero.
A propósito,
tiene algo que le pertenece.
¿A qué se refiere?
- ¿No lo sabe?
- No.
¿No echó algo de menos aquel día?
- ¿ Se refiere a mi corbata?
- Sí.
Bueno, él tiene la mía
y yo tengo la suya.
- Puedo devolvérsela.
- Lo siento...
Ahora no me importa mucho
el color de las corbatas que uso.
- Creía que la había tomado prestada.
- No, no. Fue un intercambio.
- ¿ Creía que la había robado?
- Tengo que colgar ahora.
Sólo quería saber si había mejorado.
No, pero gracias por llamar.
- ¿ Ya está de parto?
- No, pero tengo que ver al doctor.
Tiene que marchar a las 5
y antes está la Sra. Byron.
- Pero le podrá atender. Siéntese.
- Gracias.
- ¿Hace mucho calor afuera?
- Sí. 35 grados.
Hasta la semana que viene.
Y fije una cita.
Lo haré.
- Dará a luz dentro de poco, ¿ verdad?
- El martes.
Mejor terminar
antes de que llegue Agosto.
¿ Sra. Byron?
Le atenderá justo después.
Veamos... ¿ el 10 de Julio?
- ¿A qué hora?
- ¿A las 4 en punto? De acuerdo.
¿Ha muerto Dios?
- Adiós. Buena suerte.
- Gracias.
Huele muy bien.
¿ Qué perfume es?
Oh... Se llama Detchema.
Es mejor que lo que se suele poner,
si no le importa que se lo diga.
Era un amuleto de la suerte.
Ya lo tiré.
Bien. Quizás el doctor
siga también su ejemplo.
- ¿El Dr. Sapirstein?
- Sí. Su colonia.
Pero no creo
que él tenga un amuleto de la suerte.
De vez en cuando,
despide el mismo olor. Y vaya olor...
- ¿No se ha dado cuenta?
- No.
Quizá usted pensó
que era su propio olor.
¿Es algún producto químico?
¿Me disculpa un momento, por favor?
Mi marido me espera afuera.
Tengo que decirle algo.
Ahora vuelvo.
- Oficina del Dr. Hill.
- Con el Dr. Hill, por favor.
Soy su secretaria y está ocupado.
¿ Quiere dejarle algún mensaje?
Sí. Me llamo Rosemary Woodhouse.
Woodhouse. ¿Puede decirle
que me llame enseguida, por favor?
Mi número es 475-2598.
Es una emergencia.
Estoy en una cabina telefónica.
De acuerdo.
Rápido, por favor, Dr Hill.
Llámeme.
¿De verdad? ¿De verdad dijo eso?
Seguro que no dijo eso.
¿ Qué más fue lo que dijo?
Fantástico.
Eso es... maravilloso.
¿ Sí? ¿Dr. Hill?
- ¿Es usted Rosemary Woodhouse?
- Sí.
- ¿Es usted paciente del Dr. Hill?
- No.
Sí. Quiero decir
que lo fui tiempo atrás.
Por favor, dígale que debo hablar
con él. Es importante.
- Dígale que me llame.
- De acuerdo.
Gracias.
Todos ellos.
Todos ellos.
Todos están juntos. Todos ellos.
Todos son brujos.
No te preocupes,
pequeño Andy o Jenny,
Les mataré antes de permitir
que quieran tocarte.
- ¿ Sí? Dr...
- ¿ Sra. Woodhouse?
¡Sí! Gracias.
Gracias por llamarme.
Creía que estaba en California.
No. Me ha atendido otro médico,
y no es bueno, Dr. Hill.
Me ha estado mintiendo y me receta
bebidas raras y cápsulas.
El bebé nacerá el martes.
¿Recuerda que me dijo el 28 de Junio?
- Quiero que usted asista al parto.
- Sra. Woodhouse...
Déjeme hablar. Deje que le explique
lo que ha estado pasando.
No puedo estar aquí demasiado tiempo.
Ellos vendrán a buscarme.
Doctor Hill, hay un complot...
Ya sé que suena raro.
Puede que piense:
"Esta pobre chica está alucinando".
Pero no es así. Lo juro
por todos los santos que no es así.
A veces hay complots
contra la gente, ¿ verdad?
- Supongo que sí.
- Hay uno contra mí y mi bebé.
- Venga a verme mañana sobre las 5.
- ¡Ahora! Ahora mismo.
Sra. Woodhouse, estoy en casa. Llevo
despierto desde ayer por la mañana...
Se lo suplico.
Se lo suplico.
No puedo quedarme aquí.
- En mi oficina a las 8 en punto.
- ¡Gracias!
- ¡Oh, espere! ¿Dr. Hill?
- ¿ Sí?
- Puede que le llame mi marido...
- No voy a hablar con nadie.
- Voy a dormir un poco.
- Gracias.
Quédese con el cambio.
Por favor, ¿podría esperar
hasta que haya entrado?
Le mintió a usted.
Le dijo que nos íbamos a Hollywood.
Y lo peor es que él
también está relacionado con ellos.
Ahora duerme con pijama.
Y nunca lo había hecho.
Probablemente para ocultar una marca.
Al unirse al grupo,
ponen una marca... En sus rituales.
Allí celebran los Sabbaths.
Se les puede oír.
Guy, mi marido,
dijo que era el Dr. Shand,
el que tocaba la flauta.
¿ Y cómo sabía que era el Dr. Shand a
no ser que estuviera allí con ellos?
Son personas muy inteligentes.
Lo planearon todo desde el principio.
Es posible
que hicieran algún pacto con Guy.
Le ofrecieron éxito,
y él les prometió nuestro hijo
para utilizarlo en sus rituales.
Ya sé que parece una locura.
Pero aquí tengo unos libros. Mire.
Había otro actor como él,
Donald Baumgart.
Con un maleficio le dejaron ciego
para que Guy consiguiera su papel.
Mire. Aquí.
Yo tenía un amigo.
Edward Hutchins, un escritor.
Escribía relatos para niños.
Era un buen amigo mío
desde que llegué a Nueva York.
- ¿Puedo quedármelo?
- Sí, claro.
Y una vez que el Sr. Hutchins
vino a visitarme...
Era cuando yo
tenía muchos dolores, doctor.
Yo sufría...
No se puede imaginar cuánto sufría.
Pero ellos no me ayudaban.
Me daban una bebida
que llevaba raíz de tannis.
La raíz de tannis
también es cosa de brujas.
Cuando vino Hutch, se dio cuenta
de que algo no iba bien.
ÉI sabía cosas de brujos.
Guy llegó enseguida todavía
con maquillaje, cosa que nunca hacía.
Seguro que le llamaron para que
fuera a casa a robar algo de Hutch.
Le cogió uno de sus guantes
y también le lanzaron un maleficio.
Entró en coma
y murió tres meses después.
Puede que todo sea una coincidencia,
pero de algo estoy segura:
Practican la magia negra
y quieren a mi bebé.
Eso es lo que parece.
Tenía miedo
de que usted no me creyera.
Yo no creo en la brujería,
pero hay mucha gente loca
en esta ciudad.
- ¿El doctor se llama Shand?
- El Dr. Shand es uno de ellos.
- Pero el doctor se llama Sapirstein.
- ¿Abraham Sapirstein?
- Sí. ¿Le conoce?
- Le he visto una o dos veces.
Al verle, uno no se imagina...
No, es verdad.
Uno jamás lo pensaría.
¿Le gustaría ingresar
en el hospital esta misma noche?
Me gustaría.
¿Podría ser posible?
Es difícil, pero lo intentaremos.
Quiero que se acueste
y descanse un poco.
Gracias. Valdrá cualquier sitio.
Incluso el cuarto de las escobas.
Espero que encontremos
algo mejor que eso.
Veré lo que puedo hacer
y después ingresará en el hospital.
¿Debo desvestirme ahora?
No. Sólo tardaré una media hora.
Acuéstese y descanse.
Que Dios bendiga al Dr. Hill.
Todo irá bien ahora, Andy o Jenny.
Iremos a un bonito y limpio hospital,
y nada de visitas.
Monstruos.
Monstruos.
Espantoso.
Espantoso.
Me quedé dormida.
Venga con nosotros, Rosemary.
Sin escándalos ni discusiones.
Y como siga hablando de brujería,
habrá que ingresarla en un manicomio.
No desea eso, ¿ verdad?
Así que póngase los zapatos.
Sólo queremos llevarte a casa.
Nadie va a hacerte daño.
Ni al bebé.
Póngase los zapatos.
Ya se encuentra mejor.
- Vamos a casa a descansar.
- Eso es lo que necesita.
- Gracias, doctor.
- Me alegro de haber podido ayudar.
Es una vergüenza
que hayas tenido que venir aquí.
Buenas tardes, Sra. Woodhouse.
¡Sra. Woodhouse!
¡Sra. Woodhouse!
- Vamos, abre, Rose.
- ¡Vete al infierno!
- Vamos, cariño.
- ¡Les has prometido el bebé!
¡No les he prometido nada!
- Rosemary, estás...
- ¡Y usted también!
- ¿Elise?
- La Sra. Dunstan ha salido.
- ¿ Quién es usted?
- La niñera.
- ¿A dónde a ido?
- Al cine.
Soy Rosemary. Dígale que me llame
cuando llegue a casa.
Es muy urgente.
No se olvide.
- No se preocupe. Se lo diré.
- Gracias.
- No vamos a hacerte daño, Rose.
- Somos tus amigos, Rosemary.
No hay motivos para tener miedo.
Ningún motivo.
- Esto es sólo un sedante.
- No voy a dejar que nadie...
¡Socorro!
- ¡Rose, cariño!
- ¡Que alguien me ayude!
Un momento.
Esperad un momento.
- Ya tiene contracciones.
- ¿Aquí mismo?
Vas a ponerte bien, cariño.
Todo irá bien.
¡Debería ir a un hospital!
¡Todo debe estar limpio
y esterilizado!
¿Diga?
Ella no está aquí, Elise.
Andy... Andy o Jenny...
Lo siento, mi amor.
Perdóname.
Hola.
Hola.
- ¿Todo ha ido bien?
- Sí, todo bien.
- ¿ Qué es?
- Ha sido niño.
¿De verdad?
¿ Un niño?
- ¿ Y está bien?
- Sí.
- ¿Dónde está?
- ¡Cielo santo!
Vaya susto me has dado,
Dios mío.
- ¿Dónde está el bebé?
- Espera aquí un momento.
- ¿Dónde está mi hijo?
- Voy a buscar al Dr. Abe. Espera.
¿Dónde está mi hijo?
- ¿Dónde está?
- Cariño...
Ha habido complicaciones,
pero no afectará a futuros embarazos.
- Está...
- Muerto. Nació en mala posición.
En un hospital
podría haber hecho algo.
Podemos tener más, cariño.
Podrán intentarlo
dentro de unos meses.
Cuando te mejores.
No. No te creo.
Los dos estáis mintiendo.
¡Estáis mintiendo! ¡No ha muerto!
¡Lo tenéis vosotros! ¡Es mentira!
¡Sois brujos! ¡Estáis mintiendo!
¡Estáis mintiendo! ¡Estáis mintiendo!
Abe dice que fue un parto prematuro.
No lo sé.
Debido a tu ataque de histeria.
Perdiste la cabeza.
Te pusiste como loca.
Ya sé de dónde sacaste la idea
de que Minnie y Roman son brujos.
Pero, ¿ cómo llegaste a la conclusión
de que Abe y yo también lo éramos?
Seamos sinceros, cariño.
Te dio un ataque antes del parto.
Ahora descansarás
y podrás recuperarte.
Ya sé que nunca has pasado
por algo parecido,
pero a partir de ahora
todo irá de maravilla.
Paramount me ha hecho ofertas
y Universal también está interesada.
Nos largaremos de aquí
y viviremos en Beverly Hills,
con una piscina, con jardín,
y todo lo demás.
Y niños también, Rose.
Te doy mi palabra.
Ya oíste lo que dijo Abe.
Ahora debo marcharme
para hacerme famoso.
Déjame que te vea el hombro.
Déjame que te vea el hombro.
- ¿Es una broma?
- Tu hombro izquierdo.
Muy bien.
Lo que tú quieras.
Prefiero hacer esto con música.
Hombro izquierdo.
Hombro derecho.
Y no puedo continuar
si me falta la música de fondo.
La zona de alta presión
es lo que provoca este calor,
y seguirá afectándonos
durante toda la semana.
También afectará
el norte de Nueva York,
con la posibilidad
de tormentas esta noche,
que desaparecerán
mañana por la noche.
Este fin de semana
se espera mucho calor.
¿No se oye llorar a un niño?
No, querida.
Ahora métase en la cama.
Es hora de tomar la píldora.
¿Ha quitado el aire acondicionado?
No debería hacerlo, querida.
La gente se está muriendo de calor.
¿ Qué va a hacer con la leche?
Tirarla, claro.
Tu píldora, Rosemary.
Hola, chicas.
Hay 36 grados afuera.
Se han mudado
unos nuevos vecinos al octavo piso.
- ¿Tienen un bebé?
- ¿ Cómo lo sabes?
Le he oído llorar.
Un momento.
- No. No hagas eso.
- ¿Por qué no?
Está sucia, eso es todo.
Tranquila, tranquila.
Está demasiado alta.
Diablos, Hayato.
Estás haciendo bromas a mi costa.
Me estás tomando el pelo.
Rosemary, vuelve a la cama.
No deberías levantarte.
- ¿Es la madre?
- Rosemary...
Cállate. Estás en Dubrovnik.
No puedo oírte.
¿ Qué le habéis hecho?
¿ Qué le habéis hecho en los ojos?
Tiene los ojos de su padre.
¿ Qué estás diciendo?
Los ojos de Guy son normales.
¿ Qué le habéis hecho, fanáticos?
Su padre es Satán, no Guy.
Salió del infierno y ha engendrado
un hijo de una mujer mortal.
- Salve, Satán.
- Salve, Satán.
Satán es su padre
y su nombre es Adrian.
Derrocará a los poderosos
y arrasará sus templos.
¡Redimirá a los despreciados,
y reclamará venganza en nombre
de los abrasados y torturados!
¡Salve, Adrian!
¡Salve, Satán!
¡Salve, Satán!
ÉI te eligió.
De entre todas las mujeres del mundo.
ÉI quiso que fueras la madre
de su único hijo.
¡Su poder es el más grande de todos!
¡Su fuerza pervivirá por siempre!
¡Salve, Satán!
¡No! ¡No puede ser!
- Mira sus manos.
- Y sus pies.
¡Oh, Dios!
¡Dios ha muerto! ¡Satán vive!
¡Es el año uno!
¡Es el año uno y Dios ha terminado!
- ¡Es el año uno!
- ¡Salve, Adrian!
¡Salve, Satán!
¿Por qué no nos ayudas, Rosemary?
Sé una madre de verdad con Adrian.
No tienes por qué unirte a nosotros
si no quieres.
Sólo sé una buena madre con tu hijo.
Minnie y Laura-Louise
son demasiado viejas. No está bien.
Piensa en ello, Rosemary.
¡Oh, Dios!
Cállate o te matamos.
Con leche o sin leche.
Cállate tú. Rosemary es su madre.
Muestra un poco de respeto.
Venga, amigo mío. Venga a verle.
Venga a ver al niño.
¿ Qué desea beber?
Me prometieron
que no te harían daño y así ha sido.
Imagina que hubieras tenido al niño
y lo hubieras perdido.
¿No sería lo mismo?
Y conseguiremos mucho a cambio, Rose.
Guy, deja que te presente
a Argyron Stavropoulos.
Debe de estar muy orgulloso.
¿Es ésta la madre? Pero, ¿por qué?
- Toma, bebe esto.
- ¿ Qué es? ¿Raíz de tannis?
No es más que té.
Bébelo.
- Lárgate de aquí. ¡Roman!
- Le está meciendo demasiado fuerte.
¡Siéntate! Que se vaya
donde debe estar.
Le está meciendo demasiado rápido.
Por eso está llorando.
- Ocúpate de tus asuntos.
- Deja que lo haga Rosemary.
- Siéntate con los demás.
- Pero ella puede...
Siéntate con los demás, Laura-Louise.
Puedes mecerle.
¿Está intentando que yo sea su madre?
¿Acaso no eres tú su madre?