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Aunque sus diplomas sean
igual de específicos, recuerden:
Saldrán al mundo como individuos.
Ahora tengo el orgullo de presentarles
a los alumnos
de la Escuela de Asuntos Internacionales
que se han graduado este año.
Vamos.
- Adiós. Te queremos.
- Tienen que escribir.
- Gracias a tu mamá por las galletas.
- Estoy muy orgulloso de ti.
Querido diario. Soy yo,
flamante princesa graduada.
Ya han pasado cinco años desde que la
abuela me dijo que yo era una princesa.
¿Yo? ¿Una princesa?
Cállate.
Luego, mi madre me sorprendió
casándose con mi profesor del liceo,
Patrick O'Connell.
Debe irles bien,
porque están esperando un bebé.
Lilly es siempre la misma,
y continúa provocando escándalo,
pero ahora es alumna de posgrado
en Berkeley, que ella llama "Berlocura. "
"¿Cómo está Michael?" se preguntarán.
Sólo somos amigos ahora.
Él se fue de gira con su banda.
Princesa Mia. Mire por la ventana,
y bienvenida a Genovia.
Ahí está. Mi bella Genovia.
Estoy muy entusiasmada con regresar,
pero también un poco nerviosa.
Genovia Uno ha aterrizado.
La abuela Clarisse este año
dará término a su reinado,
y yo la sucederé,
ya que ahora tengo 21 años.
Es la princesa
de Estados Unidos. Hola.
Sé que estudié Diplomacia
y Ciencias Políticas en la Universidad,
pero no hay cursos para ser "Reina",
o que enseñen "Cómo dirigir un país".
Pero la abuela me ayudará y yo subiré
al trono cuando ella piense que estoy lista.
Por supuesto, me pregunto
si alguna vez estaré lista.
Mientras tanto, viviré en un hermoso
palacio, como en un cuento de hadas,
y, algún día, ocuparé el trono
y gobernaré al pueblo de Genovia.
Si esto no da miedo,
¿qué lo da?
Tal vez Fat Louie me pueda ayudar.
Su alteza Amelia Mignonette
Thermopolis Renaldi ha llegado.
Bienvenida a casa, princesa.
Y su real gatito, Sir Fat Louie.
La única pena en mi cuento de hadas
es que nunca me he enamorado.
La condesa Puck de Austria.
Sin embargo,
esta noche cumplo 21 años,
y la tradición dice que debo bailar con
todos los solteros elegibles de Genovia.
Así que tal vez conoceré
a mi príncipe esta noche.
Llega la reina.
Aquí viene. Espabílate.
Ocupen sus lugares.
Entrará por la puerta doble.
El águila está volando.
Está en el vestíbulo.
Bella. Pero llega tarde, su majestad.
Una reina nunca llega tarde.
Todos los demás llegan temprano.
Por supuesto.
Su majestad Clarisse Renaldi,
reina de Genovia.
Los saludo, mis buenos amigos.
Estoy encantada de darles la bienvenida.
- Gracias.
- Ojalá tengan chicharrones.
Bien.
Muchos de ustedes recordarán
al rey Rupert y a mi nieta, la princesa Mia.
Rey Rupert. Descanse en paz.
Por favor, levanten sus copas
para brindar por
el vigésimo primer cumpleaños
de la princesa Mia.
Presentando a su alteza real
Amelia Mignonette Thermopolis Renaldi,
princesa de Genovia.
Por la princesa Mia.
Pasa todo el tiempo.
- Y feliz cumpleaños.
- Gracias.
No hablo griego.
Y usted, obviamente, no habla inglés.
Uno, dos, tres...
Disculpe.
- ¿Has conocido a la princesa?
- Apenas. No es muy simpática.
Obtuve un hola y un adiós.
¿Es una costumbre estadounidense?
Vi eso.
Te he extrañado.
Sebastian. Sheila.
- ¿Qué has estado haciendo?
- Festejando, muchacha.
Tu pie. Lo lamento mucho.
¿Estás bien?
Sobreviviré, su alteza.
La culpa ha sido toda mía. Lo siento.
¿Seguro que no quieres intercambiar
licencias y certificados de seguro?
Estos zapatos eran un poco grandes.
La hinchazón los ayudará a calzar mejor.
Mírenlo a él.
Sacúdete, sacúdete.
- Eres una hermosa bailarina.
- Muchas gracias.
Como un ciervo.
O una ardilla en el bosque.
Parece que estuviera tratando
de aterrizar un avión.
Es adorable ser comparada
con animales del bosque.
¿Puedo?
- Muy oportuno. Gracias.
- De nada, su alteza.
Me gusta que me llamen Mia.
- ¿Y tú eres?
- Nicholas. Sólo Nicholas.
Me agrada ver que mi torpeza
no ha afectado tu estilo.
- Siento haberte pisado.
- Puedes pisarme cuando quieras.
Es el turno del príncipe Jacques.
Su alteza.
Si esta fuera mi fiesta,
ya nos estaríamos besando.
Es el príncipe Jacques. Tiene 12 años.
Es un príncipe muy precoz.
Usa loción de afeitarse
para hacer creer que es mayor.
¿Puedo soplarte en el oído?
¿Puedes llegar?
Princesa, hay alguien del Parlamento
a quien debería conocer.
¿Cuántos miembros tiene el Parlamento?
Sólo quedan dos, su alteza.
- ¿Pastel, señoras?
- Querida.
Su alteza, lo siento. Fue un accidente.
Está bien. No ha pasado nada.
Muchas gracias.
Debería ser más cuidadosa.
Alguien podría intentar quitársela.
Espero que no.
Pero gracias por toda su ayuda.
Como por ejemplo, yo.
Bienvenidos a "Huevos con Elsie".
Soy Elsie Kentworthy,
y el tema de hoy es la princesa Mia.
Hola, ¿cómo están?
- Perdón, pensé que estaba sola.
- No, señorita.
- Soy Brigitte, a su servicio.
- Y yo soy Brigitta, señorita.
Brigitte y Brigitta, yo soy Mia.
Por favor, no me hagan reverencias así.
- ¿Así no? ¿Cómo le gustan?
- ¿Así, tal vez?
No, no quise decir, saben...
No quise decir...
La reina le desea un buen día.
Ella está en sesión con el Parlamento.
- Veo que ha conocido a sus mucamas.
- Sí...
- ¿Cómo se apagan las reverencias?
- Suficiente. Vuelvan a sus tareas.
Su majestad se reunirá con usted
en una hora en el salón del trono.
Lamento que su habitación no esté lista.
Pero puede quedarse aquí...
Está bien.
¿Puedo explorar el palacio?
Por supuesto.
Bueno, ha conocido a Maurice.
Hola, Mo.
En el salón del trono, en una hora.
El Parlamento de Genovia está en sesión.
El primer ministro Motaz preside.
Vizconde Mabrey, tiene la palabra.
El vigésimo primer cumpleaños
del heredero real de Genovia
es un asunto de estado
de suma importancia.
Significa que esta persona
es elegible para subir al trono.
Eso ya lo sabemos, vizconde.
La reina ha indicado ya
que la princesa Mia
quiere aprender estando más tiempo
a su lado antes de acceder al trono.
No es a la princesa Mia
a quien me estaba refiriendo.
El rey Chevalier era el tatarabuelo de...
¿Hola?
Proceda.
Genial.
¿Hola?
Así que, desde el 20 de octubre
del año pasado,
en ocasión
de su vigésimo primer cumpleaños,
otro genoviano de sangre real,
es elegible para subir al trono.
¿Qué?
Mi sobrino, Lord Devereaux.
¿Cómo dijo?
La madre de mi sobrino
era la hermana de mi esposa.
Por lo tanto, su majestad,
tengo el agrado de anunciar
que mi sobrino está listo
para tomar su lugar como rey de Genovia.
Cállese.
¿Qué dijo?
- Quiero decir...
- "Cállese" no siempre significa cállese.
En Estados Unidos,
es como "cielos", "vaya", "ah".
Gracias, señor primer ministro.
¿Pero la princesa Mia no es la primera
en la línea de sucesión al trono?
No todavía.
Según la ley de Genovia, la princesa
debe casarse antes de acceder al trono.
Nunca se puso en práctica esa ley.
Un hombre no necesita casarse
para ser rey.
Estamos en el siglo XXI,
por el amor de Dios.
Mi nieta debería tener los mismos
derechos que cualquier hombre.
Sí.
Genovia no tendrá reina
a menos que esté unida en matrimonio.
¿Lord Palimore?
Es la ley de Genovia
desde hace 300 años.
La princesa Mia no reúne las condiciones
para reinar porque no está casada.
Discúlpeme, su majestad.
No todos nosotros estamos seguros
de que la princesa
sea la elección más apropiada
para gobernar a nuestra gran nación.
Caballeros, por favor.
Sugiero que esta honorable institución
otorgue a la princesa un año,
durante el cual deberá casarse,
o renunciar al trono de Genovia
a favor de Lord Devereaux.
¿Qué? No.
- Protesto.
- ¿Un año?
- Sesenta días.
- Dos meses.
Treinta días.
¿Cómo espera el Parlamento
que me enamore en 30 días?
Parece un gran truco para que acepte
un matrimonio arreglado, o...
No.
No hay "o". Un matrimonio arreglado
es mi única opción.
¿Qué clase de persona está de acuerdo
con un matrimonio arreglado?
Tú estuviste de acuerdo. Correcto.
Sí, lo estuve.
Y resultó espléndido.
Fue mi mejor amigo.
Siempre nos tuvimos mucho cariño.
Estoy segura, abuela,
pero yo sueño con amor, no cariño.
Pero no tienes por qué hacer esto.
No tienes que ser reina.
Es tan injusto.
Amelia.
El coraje no es la ausencia de miedo,
sino el entendimiento de que algo
es más importante que el miedo.
Hay 550 años de Renaldis
en estas paredes.
Y yo estaré allí cerca de mi padre.
Como soberana quiero tener la
oportunidad de tratar de cambiar las cosas.
Has hablado como una verdadera reina.
Tú, mi muchacho, un auténtico
genoviano, deberías ser nuestro rey.
Estoy de acuerdo.
¿Pero cómo lo lograremos?
Dame uno de tus dardos.
Te mostraré un truco que aprendí
de un filósofo italiano, Machiavello.
Puedo hacer que este dardo
dé siempre en el blanco.
Sí, pero eso es hacer trampa.
Lo entendiste.
Lord Devereaux llegará enseguida,
Sra. Kout, con la serpiente de su tío.
Sí, su majestad.
Su majestad.
Sé que Lionel
es el sobrino del primer ministro
y está como interno durante el verano
para aprender sobre seguridad.
Pero nunca se aleja de mí.
Se me pega como chicle, madame.
Eso no durará.
Volverá a clases en otoño.
- Quiere una audiencia con usted.
- ¿Ahora?
¿Lionel?
Sea breve.
No sé si conoces a la Sra. Kout,
nuestra ama de llaves,
y Priscilla y Olivia, mis mucamas.
- Estoy investigando a Olivia.
- No es necesario.
Todos en esta habitación
tienen la debida autorización.
Por supuesto.
¿Su majestad?
Recibiría una bala por usted con agrado.
Qué valiente.
La mayoría de los internos
ni siquiera desean alcanzarme un té.
La limusina está en la puerta, madame.
El vizconde no se queda,
sólo el sobrino.
Joseph, protégelo y vigílalo
todo el tiempo.
- Por supuesto.
- Hola.
¿Esto es adecuado para recibir
al vizconde y su sobrino?
Muy apropiado. Y bello.
No puedo creer que el Parlamento
haya invitado al tipo
que está tratando de sacarme el trono
a quedarse con nosotros.
El Parlamento no lo invitó.
Yo lo hice.
Yo le ofrecí tenerlo colgado
de los dedos del pie en el patio.
- Discúlpenme.
- Sí. ¿Qué tal la sugerencia de Joe?
No. Si hay alguna jugarreta,
prefiero que se haga donde pueda verla.
No es tan difícil. Sólo abre la puerta
antes de que el huésped muera de viejo.
- Hola, les doy la bienvenida.
- El servicio es incompetente.
No quiero ser agradable con este tipo.
Es grosero, arrogante, egocéntrico...
¿Lo conociste?
- No.
- Yo tampoco.
Pero probablemente lo sea, abuela.
¿Así, de repente, sale de la nada
y quiere ser rey de Genovia?
- ¿Qué pasa?
- Tonterías.
No importa cómo sea él,
nosotras seremos encantadoras.
Nos presentaremos con gracia y aplomo.
El vizconde Mabrey y Lord Devereaux.
Su majestad. Su alteza.
Le presento a mi sobrino,
Lord Nicholas Devereaux.
Encantadas de conocerlo.
Su majestad, el placer es todo mío.
Y le agradezco por invitarme
a quedarme en el palacio.
Le presento a mi nieta Mia.
Su alteza.
Mia, ¿le darás la bienvenida
a nuestro huésped?
Lord Nicholas.
Siempre hace eso.
Iré personalmente
a buscar hielo para tu pie.
Estaré con ustedes tan pronto
como me sea posible.
Un accidente.
Por supuesto.
Se está entrenando
para ser bailarina de flamenco.
¿Podrías explicarme qué fue lo que pasó?
Lo siento.
En realidad,
ya conocía a Lord Nicholas.
En el baile. No sabía quién era,
así que bailamos y yo coqueteé.
Me siento tan estúpida.
Ya veo. Bueno, como reina,
no apruebo tu comportamiento.
Como tu abuela, digo "bien hecho. "
Ahora, tengo algo que mostrarte.
Creo que puedes dejar eso ahí.
Gracias, encargados de la cocina.
Volveré.
Las reformas de tus aposentos
ya están terminadas.
Deberían haber estado listos
para cuando llegaras,
pero por desgracia le pedimos
al primo de Rupert que hiciera el baño.
Es una buena lección. El nepotismo
es para el arte, no a la plomería.
Ésta es tu habitación.
¿En serio? Esto es...
¿Éste es mi cuarto?
Abuela.
Esto es muy bello.
Bien.
Recién hicimos la cama.
Esto es genial.
Fat Louie. Creo que a él
también le gusta su nueva residencia.
Hay más.
- ¿Eso es mío?
- ¿Por qué no vas y lo averiguas?
Está bien.
Tengo mi propio centro de compras.
Qué zapatos tan bonitos.
Me agrada que te gusten.
Presiona el botón número 3.
Son encantadores. Me gustan éstos.
- ¿Qué piensas? ¿Abuela?
- Estoy aquí.
Hola. Me encanta.
- Esto es...
- Ahora presiona la combinación 656.
Son un poco... fabulosos.
Te traje una selección
de joyas de la corona.
Puedes tomarlas prestadas, con mucha
discreción, en los momentos apropiados.
Y ahora, lo mejor de todo.
Maravilloso. Pero un poco decepcionante
tras las joyas. No te voy a mentir.
- Estás aquí. Estás en Genovia.
- Lo sé.
Estás en mi armario.
- Eres rubia.
- Soy rubia.
Estoy tan contenta de verte.
Creo que es un buen momento
para retirarme.
Las dejaré solas
para que puedan ponerse al día.
- ¿Cuándo llegó tu vuelo?
- Hace muy poquito.
Te cuento, me voy a casar.
- ¿Con quién?
- No lo sé.
El barón Johann Klimt.
No es apropiado.
Es un jugador compulsivo.
Sí. Acepto totalmente.
El príncipe William. No es elegible,
porque es heredero de su propia corona.
Si no es elegible,
¿por qué está incluido en estas fotos?
- Porque me encanta mirarlo.
- A mí también.
- Su majestad.
- Próximo.
Antoine Suisson de París.
- Toca el arpa. No tiene título.
- ¿Qué tal el título de "marido"?
- Es lindo.
- Su novio también lo cree.
Exacto.
Ponlo en todas las listas de invitados.
Es un gran bailarín.
Próximo.
Demasiado viejo.
Demasiado joven.
- ¿Esto tiene gusto a pera?
- Especialidad genoviana.
- Lo arrestaron demasiadas veces.
- Necesitamos alguien con un título.
Alguien que pueda ayudarte a dirigir
la nación sin que su ego se entrometa.
Alguien atractivo, inteligente,
pero no arrogante.
Alguien que sea compasivo.
¿Alguien como él?
Sí. Alguien como él.
Buena elección, Mia.
No sé por qué no pensé en él antes.
- Andrew Jacoby.
- Duque de Kenilworth.
Bueno, parece decente.
Fue nadador olímpico,
anda en moto, ama la fotografía,
y es piloto de la Royal Air Force.
- ¿Puedo hacer eso?
- No.
- ¿Nunca te quitas los lentes?
- No.
Aquí estamos, en la ventosa costa
del pueblo de Mertz.
Y a los dos enamorados les ha tocado
buen clima para su primera salida oficial.
Junto a los padres de Andrew,
Susan y Arnold.
Debe ser difícil
llegar conocerse mejor de esta manera.
Nos están saludando.
Espera.
Espera. Una princesa
no debería correr por una bufanda.
La tengo.
¿Tomamos un poco de té?
Gracias. Creo que debes ser
más torpe que yo.
Buen tiro.
No, déjalos.
- Los lentes. Quítatelos.
- Ya voy, princesa.
Eso es.
Se enamoraban
Mientras jugaban al bádminton
¿Dónde está mi gatito?
Desde hace 200 años, los matrimonios
en mi familia han sido arreglados...
¿Andrew? Habla sin mover los labios.
Ellos tienen binoculares.
Aquí está nuestra pareja real favorita,
bajo el famoso peral de Genovia.
- Tengo algo para ti.
- No tienes que darme nada.
- Mi cumpleaños fue la semana pasada...
- Aquí tienes.
Genial. Un tubo de película,
es bonito. ¿Qué es eso?
- Es un tubo de película.
- ¿Qué hay dentro?
¿Por qué no lo abres? Lo verás.
El anillo de compromiso
de mi bisabuela.
Estuvo casada con mi bisabuelo
durante 57 años,
por eso pensé
que tal vez nos daría suerte.
- ¿Tengo que ponérmelo?
- Yo puedo hacer eso.
Está bien.
Dios mío. Un anillo.
Le han propuesto matrimonio.
Que vuelen los tórtolos.
- ¿Estás listo?
- Si tú lo estás.
Se anuncia el compromiso real
de la princesa Mia y Andrew Jacoby,
duque de Kenilworth.
Así, como la princesa.
Tío, lo siento,
pero estabas equivocado.
La princesa Mia se las ingenió
para encontrar un marido en una semana.
Mia no puede ser feliz
con la idea de un matrimonio arreglado.
Tu tarea es conquistarla.
Mostrarle lo que puede ser
una relación de verdad.
Una relación llena de calor y pasión.
- Y que cambie su parecer sobre Andrew.
- Exactamente.
El plazo de 30 días expira
y el trono es nuestro.
- ¿Crees que mi padre quería esto?
- Era su más mayor deseo.
Sus últimas palabras fueron:
"Ayúdalo, Arthur.
Un día podría ser rey".
No recuerdo que haya dicho eso.
No podrías.
Sólo tenías 6 años cuando murió.
¿Pero recuerdas
en honor a quién te puso Nicholas?
- Al abuelo Nicholas.
- No. A Niccolò Machiavello.
Poder, mi muchacho, significa
no tener que decir nunca "lo siento".
Ven aquí, gatito.
Sí. Gracias.
Su alteza.
El avión de Andrew despegó. Dijo
que te llamará cuando llegue a Londres.
No estará allí mucho tiempo.
¿Por qué estamos susurrando?
Me estoy escondiendo
de mis mucamas. Pero estoy bien.
- ¿Estás dudando?
- No.
Al contrario.
Sólo admiraba mi anillo.
Era de la abuela de Andrew.
Él es tan romántico.
Si me disculpas, debo ocuparme
de algunos detalles de la boda.
- Perdón, ¿querías decirme algo?
- No.
Tú fuiste la que me pisó con su gran pie.
¿Gran pie?
Brigitte, la encontré.
No estoy aquí.
No era ella. Era un fantasma.
Bueno, bailaste con mis pies grandes.
Bien, bailé contigo, llama a La Haya,
al tribunal de crímenes de guerra.
Te recuerdo que sólo bailamos
por espacio de un minuto.
Fue más de un minuto.
Tal vez un minuto y medio.
Bien. Fue un minuto y medio,
pero igual fue una mentira.
Porque tú no me dijiste
que tratabas de robarme la corona.
Perdóname, un momentáneo lapsus
en mis buenos modales.
Cuando invito a una mujer a bailar,
suelo mostrarle mi árbol genealógico.
Bueno, tan sólo eres... astuto.
- Busquemos en el salón.
- No creo que esté allí.
Querría saber que más estabas haciendo
mientras bailabas tu danza mentirosa.
¿Danza mentirosa?
- Es exactamente lo que hiciste.
- ¿Qué es una danza mentirosa?
- Buscaré en el salón yo misma.
- Está bien.
No se trata de la danza mentirosa.
- Se trata de...
- ¿De qué se trata?
Se trata de que lo sé todo.
Sé lo que tratas de hacer.
- ¿Qué trato de hacer?
- Los dos lo sabemos exactamente.
- Por favor, perdonen la intrusión.
- No, tú no...
Me han dicho que este muchacho
Lord Devereaux es nativo de Genovia.
Se acaba de graduar en Cambridge,
es cocinero, gourmet,
juega al polo y al rugby,
y es conocido como un donjuán.
- ¿Estaba en el armario?
- Con él.
¿Reúne las condiciones para ser reina?
Es joven, pero siempre confié en ella.
Se enviaron las invitaciones. Creo
que ella y Andrew hacen una linda pareja.
Está muy decidida, ¿sabes?
Clarisse, querida,
olvida la boda por un momento.
En menos de un mes ya no será reina
y yo ya no seré tu jefe de seguridad.
Creo que es hora de que dejemos
de esconder nuestra amistad.
Me arrodillaría si no fuera
por mi rodilla ortopédica.
Hay una boda que planear.
Mia necesita conquistar al pueblo
de Genovia, todo en menos de 30 días.
Tal vez es hora de considerar
el deber que tienes para contigo misma.
Clarisse, querida,
por favor piensa en eso.
Lo haré.
Querido diario. Mis lecciones para reinar
continúan. Sorpresa, sorpresa.
Para cumplir con la tradición,
debo lanzar una flecha encendida
a través de un anillo ceremonial
en la víspera de mi coronación.
Simboliza el encendido
de mi propia eterna llama.
Lo siento.
- Están aquí. El gorrión vuela.
- Lo siento. Aunque estoy casi lista.
Está bien, disculpen, lo tengo.
¿Saben? Estoy bien.
- ¿Qué aprenderemos hoy?
- El arte del abanico.
Fascinante.
Levántate. Sólo tenemos diez minutos.
Antes que nada, debes tomar el abanico
con gran parsimonia.
Es una formidable herramienta
de comunicación. Eso es.
Puedes decir cosas como,
"Me siento coqueta. Ven aquí".
Puedes decir: "No quiero hablar
nunca más contigo. Vete".
Puedes decir:
"Siento una gran timidez".
¿Te estás burlando de tu abuela?
Nunca me burlaría.
Hay también un modo de decir
que estás molesta.
Alguien visitará tu granja
en la mañana.
Tal vez podamos reparar su pozo
y salvar tu campo.
- Esto es para su mesa.
- Gracias.
Gracias, su majestad.
Lo haces tan bien. Te adoran.
Es parte de una antigua
tradición genoviana.
Hay que ser justo y muy honesto.
Aunque no puedas ayudar,
debes demostrar que te preocupas.
Ciudadana Jacqueline Grenough.
Revisaremos su solicitud de beca,
y alguien se comunicará con usted
la semana próxima.
Gracias, su majestad.
Aquí tiene un melón para su mesa.
Ciudadano Tiny Duval.
- Su majestad.
- Hola, Tiny.
Le presento a mi nieta,
la princesa Mia.
Gracias por recibirme.
Esto es algo para su mesa.
Gracias.
Es mi preferida.
Espero que le gusten las tortillas.
- ¿Puedo?
- Por supuesto.
Con cuidado.
- Es una gallina.
- Cuidado.
Tenemos un problema con una gallina
en el salón del trono.
Una princesa
nunca corre tras una gallina
GALLINA A LA REINA
Querido diario. Estoy nerviosa porque
mañana pasaré revista a la guardia real.
Toda la corte estará mirando,
además de las tropas,
y yo llevaré un vestido largo.
También debo lucir como una dama,
montando de costado.
No puedo montar de costado.
Yo tampoco podía cuando tenía tu edad,
y, francamente, es muy incómodo.
Herbie es quien me acompaña.
Aquí está.
- Es una pierna de madera.
- Sí.
Es un gran truco. ¿Se te ocurrió a ti?
No, es una idea centenaria.
- Y la pones dentro la bota de montar...
- Exacto.
Nuestros ancestros sabían un poquito.
Sólo debes cubrirla con la falda
y nadie sospechará nada.
Oigan todos.
La princesa Amelia
Mignonette Thermopolis Renaldi
pasa revista
a la Guardia Real de Genovia.
La última vez que hablamos, mencionaste
que el caballo de la princesa Mia, Sandi,
se espanta cuando ve una serpiente.
Démosle un buen susto.
- Ésta es una serpiente falsa.
- Eres muy observador.
Es de goma, sí,
pero espantará al caballo.
Soy Nick, sobrino del vizconde Mabrey.
El tipo que está tratando
de dar un golpe en el palacio.
Andrew Jacoby.
Encantado de conocerlo.
Lilly Moscovitz, mejor amiga oficial
de la futura reina. No me caes bien.
Es un placer.
Atención.
Me encantan todos estos hombres
que usan casco.
Abran filas.
Sandy...
- Dios mío...
- Sandy, tranquilo.
Todo está bien, princesa. Aquí estoy.
No me sorprende que sea tan torpe.
Tiene una pierna de madera.
Hablando de empezar
con el pie equivocado.
Oficialmente, la ceremonia ha terminado.
No deberías esconderte.
Sólo aumenta las habladurías.
¿Qué quieres?
Sólo pensaba: Una pierna más
y podrías ganarle fácilmente a tu caballo.
No necesito esto ahora.
Mia, lo siento.
No lo sientes. Nunca has pensado
en nadie más que en ti mismo.
Sólo por esta vez,
¿puedes dejarme sentirme mal
y no hacerme sentir peor?
Sólo vete.
Princesa, discúlpeme.
La reina ha llegado.
Sí.
¿Me vas a decepcionar?
Un incidente desafortunado.
Me voy. ¿Nos vemos afuera?
Me gustaría hablar a solas con tu tío,
Nicholas. Por favor.
Vizconde, puede que no sea consciente
de las responsabilidades de mi cargo.
Mi trabajo es proteger a la corona,
asegurarme de que no le ocurra nada.
Estar alerta si alguien juega
con los sentimientos de la corona.
Creo que todos saben lo bien que cuida
de los sentimientos de la corona.
Si lastima a mi muchacha,
deberá vérselas conmigo.
Y cualquier crimen
que yo cometa contra usted, recuerde:
Tengo inmunidad
diplomática en 46 países.
Incluyendo Puerto Rico.
Señor, verá que la palabra miedo
no figura en mi vocabulario.
Tal vez. Pero está en sus ojos.
Olvidó algo.
Nicholas, quiero preguntarte algo.
Por supuesto, su majestad.
¿Por qué estás en contra
de que la princesa Mia sea reina?
Mi tío siente que la princesa Mia
no conoce a su pueblo.
¿Y tú sientes que sí lo conoces?
Sí. Yo nací aquí.
Fui a la escuela aquí.
Soy de aquí. Mia ni siquiera sabía
que era genoviana hasta el secundario,
y, para ser franco, ha pasado
muy poco tiempo aquí desde entonces.
A mí me parece
que será una gran soberana.
Es brillante, sensible, cariñosa.
- Lo sé.
- ¿Lo sabes?
Sí, lo sé. ¿Pero cómo puedes gobernar
al pueblo si no conoces al pueblo?
Bravo. Es una muy buena pregunta.
La nueva estrella de la ópera,
Anna Netrebko.
Está como para comérsela.
¿Cómo están sus nietos,
Lily, Charlotte y Sam?
Maravillosos.
Gracias por recordarlos.
¿Cómo está? Qué bueno verla.
¿Cómo está el perro salchicha, Maury?
Está muy bien.
¿Usted lo recuerda del último verano?
Mia lo está haciendo bien.
Socializa muy bien.
Un poco más arriba, Olivia.
- ¿Sabes quién está aquí?
- ¿Quién?
El pretendiente al trono con Lady Elissa.
¿Es su novia?
Nicholas no tiene novias, tiene amigas.
Atractivas.
¿Has hablado con él?
Nos reconocemos.
- ¿Andrew?
- Sí, querida. Voy.
- La cámara está lista, así que...
- Está bien. Vamos por aquí.
- Lo hiciste muy bien. Encantadora.
- Gracias.
Espera. La luz es perfecta.
Sólo una más.
Por favor, no más fotos.
Es muy halagador, pero...
Una más...
Hola. Soy Andrew Jacoby.
- Hola. Lady Elisa.
- Es un placer.
Hola.
Hablábamos del último logro de Elisa.
- Ha recibido la beca de Rhodes.
- Por favor.
¿Por qué no presumir?
Eres una mujer asombrosa.
Felicitaciones. Saben, Andrew tiene
un doctorado en antropología de Oxford.
Fantástico. Elisa estuvo
en el Cuerpo de la Paz.
¿De verdad?
Andrew pasó cuatro meses en Nueva
Guinea estudiando la corteza de un árbol.
- Elisa sin ayuda de nadie...
- Elisa quiere decir algo.
Andrew, ¿vamos por unos tragos?
Creo que empieza una discusión del tipo:
Mi caballo es más grande que el tuyo.
Me encantaría. Discúlpennos.
- Su caballo es, en realidad, enorme.
- ¿De verdad?
- Magnífica fiesta.
- Sí.
- Ustedes hacen una hermosa pareja.
- Sí. Gracias.
- Es una lástima que él no te atraiga.
- Lo sé...
Tú... ven aquí.
Señoras y señores, algo especial
para nuestros amigos de Asia, Jonny Blu.
No puedes decir algo así y marcharte.
Para que sepas Andrew
me parece muy atractivo.
Obviamente.
Lo es. Somos el uno para el otro.
- Él me entiende...
- ¿Te entiende? Qué pasión.
No te escuché mencionar amor.
- Qué celoso eres.
- ¿Por qué estaría celoso de Andrew?
Estará casado contigo el resto de su vida.
Te detesto.
- Te detesto.
- Yo te detesté primero.
Espera. ¿Qué pasa contigo?
No puedes ir por ahí besando gente.
- Y menos gente comprometida.
- Lo disfrutaste. ¿Quieres otro?
- No. Deja de confundirme.
- ¿Qué tiene de confuso un beso?
Tú sólo lo haces para que no me case
con Andrew y obtener la corona.
Tal vez, y...
tal vez me gusta besarte.
Aléjate de mí.
¿Sabes? Tengo una idea brillante.
¿Por qué no te sumerges
y yo cuento hasta un millón?
Cuidado...
¿Quiero saber?
No lo creo.
Serán dos segundos, Mia.
- Ella será muy difícil, ¿no?
- Nunca te aburrirás, Andrew.
- Olivia, suficientes adioses.
- Sí, señora.
- El águila se va.
- Baja el volumen, Lionel.
¿Cuándo empezarás
a actuar responsablemente?
¿Te escondes en el armario
con un hombre que no es tu prometido?
¿Sales empapada de una fuente
con el mismo hombre?
¿Crees que planifiqué todo eso?
Perdí el control. A veces pasa.
No puedes perder el control.
Otros lo pierden. Nosotros no.
La gente nos mira.
Debemos ser ejemplos de conducta.
¿Puedes intentar comprender
ese concepto?
Comprendo el concepto.
La ejecución
es un poco más complicada.
Eso diría yo.
Trata de dormir un poco. Tienes que
descansar para el desfile de mañana.
Buenas noches.
Bueno, Maurice,
quedamos sólo tú y yo.
¿O tú también estás enojado conmigo?
Guardia Real de Genovia.
Día del gran desfile.
Identifíquese, personal del Mustang.
- ¿Por qué hablas así?
- Soy capitán de la Guardia Real.
¿Qué tal si todos hablamos así?
Lilly Moscovitz,
mejor amiga de la princesa Mia.
Muy bien hecho, señorita Lilly.
Es un placer conocerla.
La más bella de las chicas
maneja un Mustang.
- ¿Quiere una bandera?
- Gracias.
Bienvenidos.
Bienvenido, vizconde.
¿Puedo ofrecerle una bandera?
Gracias, no soy aficionado
a hacer ondear banderas.
Pero agitaré la bandera
cuando un auténtico rey genoviano
vuelva a ocupar el trono.
El rey Nicholas.
¿Una bandera?
¿Cómo te sientes hoy, querida?
Sinceramente, Joe, no muy bien.
¿Te sentirías mejor si me llamaras Joey?
- No, Joe.
- Bien.
- Vamos. Ya estamos atrasados.
- Su majestad está lista.
No se puede hacer esperar tanto
al pueblo de Genovia.
Feliz Día de la Independencia, Genovia.
Estamos en Pyrus, capital de Genovia,
para el gran desfile anual.
Aquí vienen.
Ahí está el primer ministro Motaz,
pavoneándose.
La gente llega de toda Genovia.
Aquí está la banda militar de Mertz,
dirigida por Lucy Carmichael.
Y, por supuesto,
los bailarines de Libbet.
También conocidos
como los "Saltarines de Libbet".
Y ahora la reina, con la princesa Mia.
No me gustan tus trenzas.
Chúpate el dedo.
Paren el carruaje.
¿Qué pasa?
- Detuvo el desfile.
- Qué grosera.
¿Qué hará la princesa?
Está caminando
hacia el hogar para niños.
- Hola, todo el mundo.
- Hola, princesa.
Hola. ¿Cómo te llamas?
Carolina.
¿Y cómo se llaman ustedes?
¿Los vi molestando a Carolina?
Me tiraban de las trenzas.
Discúlpeme. ¿Estos niños son...?
La mayoría son huérfanos.
Los cuidamos lo mejor posible.
Besando niños. Abrazando huérfanos.
Qué vulgar, bajo
y despreciable truco político.
- ¿Te gustaría ser una princesa hoy?
- No puedo. Soy muy pequeña.
No. Yo declaro que cualquiera
puede ser una princesa hoy.
¿Por qué no te damos una tiara y así
puedes marchar y saludar en el desfile?
De hecho, ¿por qué no
les damos tiaras a todos?
¿A todos? ¿Darles tiaras a todos?
- Me ocuparé de eso.
- Gracias.
Quiero una de plata.
No podrás saludar
con el dedo en la boca.
- Puedo hacerlo con esta mano.
- Muy bien.
- Quiero una corona.
- ¿Podemos estar en el desfile?
Por supuesto. Siempre puede haber
más princesas en el mundo.
Está bien, entonces...
Para ser una princesa,
tienes que creer que eres una princesa.
Tienes que caminar como crees
que caminaría una princesa.
Tienes que sonreír,
saludar y tan sólo divertirte.
- ¿Están listos?
- Sí.
Dejará que los niños la acompañen.
Qué encantador.
No para todos.
- Redoblar, por favor.
- Un redoble para la princesa.
Adelante.
Recuerda, eres una princesa.
Aquí vamos.
¿Todos se están divirtiendo?
Aquí Elsie Kentworthy y ex Miss Genovia,
Hildegaard Huffman, en vivo
desde el mejor Día de la Independencia
que se ha visto en años en Genovia.
Gracias a la sorpresa
de la princesa Mia.
Que el resto de su día
esté lleno de alegría.
Entonces, caballeros.
Los niños del hogar
serán alojados en el castillo de invierno
de las montañas de Libbet.
El uso del castillo
es un privilegio reservado a los miembros
del parlamento y dignatarios.
Exacto.
Quitaré ese privilegio
y haré un hogar para los niños
hasta que se consiga el dinero
para que tengan uno propio.
Me siento culpable
de tener dos casas y ellos ninguna.
- ¿Dónde esquiaremos?
- Lord Crawley, ¿cómo está su hermano?
No hablo con mi hermano.
Bueno, lo hemos contratado
como arquitecto del proyecto.
- Sr. Crawley.
- Su alteza.
Caballeros.
- Jerry.
- Dean.
Me gustaría escuchar sus comentarios
sobre estos planos, y los de nadie más.
- Haré comentarios. Soy parlamentario.
- No lo harás. Soy arquitecto.
Tú sólo esquías
y te gusta estar al aire libre.
- Y tú eres un adicto a la televisión.
- Amante del aire libre.
La reina aprueba el plan
y yo intento llevarlo a cabo.
Ahora, caballeros, no creo que tome
mucho tiempo conseguir el dinero, ¿no?
Estamos colocando la rampa en el salón.
Hola.
Mi saludo es insignificante.
Rosencrantz, Guildenstern, vengan.
Entonces.
- ¿Invadirás mi despedida de soltera?
- Lamentablemente, no.
Quería decirte que me impresionó
lo que hiciste en el desfile.
Gracias.
Estoy organizando una fiesta de pijamas.
- Felicitaciones por tu centro para niños.
- Gracias.
- Necesita estar lista para la fiesta.
- Está ocupada.
Lenny, Squiggy, cierren la boca.
¿Lilly? La princesa está llegando.
- Debería leer mi libro.
- Yo debería cambiarme.
Adiós.
Hola. Aquí Elsie Kentworthy.
Antes de la boda, la princesa,
en un alarde de habilidad diplomática,
ha invitado princesas de todo el mundo
a su fiesta de pijamas.
Hola, princesa Lorraine.
- Tienes aparatos.
- Sí. Con dos diamantes.
Eso lo hará mucho más cómodo.
Hola, Charlotte.
Princesa Aimee de Mallorca.
- ¿Ésta es mi fiesta?
- No, es la de la princesa Mia.
Quiero agradecerles a todas
por los fabulosos regalos.
Y ahora, yo tengo
un regalo para ustedes.
Es la hora del surf sobre colchones.
La princesa Aimee tiene que ir al baño.
Sólo quiero leche y galletas en mi cuarto.
- Sí, su majestad.
- Tal vez tapones para los oídos.
- Buena fiesta, querida.
- Sí. Nos estamos divirtiendo un poco.
A Rupert y a los muchachos
les encantaba hacer eso.
Rey Rupert. Descanse en paz.
Yo lo hacía también, tú sabes.
Pero un poco distinto.
- Creí que nunca te habías deslizado.
- No lo hice.
Pero he volado mucho en mi época.
¿Realmente va a hacer eso?
¿Puedo?
He trabajado en el palacio
Sólo para pasar el tiempo
¿Escuchas como suenan las campanas?
Levantarse tan temprano por la mañana
¿No escuchas las campanas?
Mucamas, a sus tareas
Y ahora, para terminar nuestra fiesta,
si aplaudimos todas,
su majestad cantará una canción.
Gracias, no.
Las reinas no suelen hacer karaoke.
Vamos. La canción que cantaste
cuando cumplí 18.
- ¿Te acuerdas? Les encantó.
- Querida, había música aquella vez.
Mia grabó un CD para que cantes.
Algunas muchachas son rubias,
Algunas son alegres y saludables.
Algunas son muy bien educadas,
O muy ingeniosas.
Cada una es una joya,
con un brillo singular
Una obra de arte
De exclusivo diseño
Querida niña
Tú eres muy agraciada
Pero es tu corazón de oro
Lo que yo amo más
Y esa será tu gloria suprema
Durante toda tu vida
Siempre será tu gloria suprema
La parte más gloriosa
De ti
- ¿Qué hiciste?
- Unos arreglos en la computadora.
Pero yo no sé cómo hacer
esta clase de cosas.
Asana, ahora.
Abuela, sólo sigue a Asana y canta.
- Algunos chicos caminan
- Otros se divierten
- Tienen una elegante postura
- Visten a la moda
Algunos parecen no tener defectos
- Pero ésos no nos gustan
- No, no nos gustan
- Elogian tus ojos
- Tu risa melodiosa
Dicen que eres
Más adorable que las demás
- El que es para ti
- Mi príncipe divino
- Será honesto y leal
- También creerá en mí
Y apreciará tu corazón de oro
Lo mismo que yo
Él sabrá que eso
Será tu gloria suprema
Durante toda tu vida
Tu amor verá
Que es tu gloria suprema
La parte más gloriosa
De ti
Y tú
- ¿Yo?
- Vamos.
Gretchen, agua caliente.
- ¿Qué estas diciendo?
- Bueno, ella es inteligente.
Y realmente le preocupa Genovia.
Tal vez no sea tan malo
que gobierne el país.
- ¿Estás loco?
- Ella cree tanto en Genovia
que se casará con alguien
a quien nunca amará.
No puedo creerlo.
¿Quieres que ella gobierne?
¿Después del esfuerzo que hemos hecho,
terminar en nada?
No sería nada. Genovia estaría
en buenas manos y ella sería feliz.
- Te enamoraste de ella.
- No.
- Tío, todo lo que pido...
- No, escucha.
¿Qué crees que pasará? ¿Que dejará
a Andrew y se casará contigo?
Me esforcé por convertirte en rey.
No para casarte con una reina.
Eso nunca pasará.
Ella no quiere saber nada conmigo.
Pero tú la quieres.
Yo sólo quiero terminar
con el sabotaje. Es todo.
Está bien.
Si es realmente lo que quieres.
Sólo busco tu felicidad, mi muchacho.
Ve a verla.
Felicítala.
Y dile que te rindes.
Gracias, tío.
Elsie Kentworthy, por favor.
Suficientes flechas encendidas por hoy.
¿Estás segura de que no te quemé?
- Claro que lo hiciste. Mira su abrigo.
- Es muy leve.
Me chamuscaste la manga. Mira.
Lo siento.
¿Puedo hablar contigo un segundo?
Mira por ahí.
¿Debería ahuyentarlo?
Dime a quién ahuyento y lo haré.
Quiero hablar con Nicholas un segundo.
Está bien.
Atrás, por favor. ¿Andrew?
Preséntales a Lilly a tus padres.
Diles que iré a comer en un segundo.
Me encantaría conocer a Susan y Arnold.
Podemos probar esos emparedados.
¿Necesitas ayuda?
No se va a casar con ése, ¿no?
¿No estás enterada?
Ése es quien trata de robar la corona.
¿Lista?
Asume tu postura.
El codo más abajo. Sólo un poco.
Usa la boca como ancla.
- ¿Disculpa?
- Toca tu boca.
Bien.
Relaja esta mano.
Y respira.
Lánzala.
¿Qué te pareció?
Maravilloso.
Date vuelta.
Deberíamos darles privacidad.
Tengo que irme. Sólo vine para empacar.
¿Te vas?
Creo que es hora
de que me retire dignamente.
¿No crees?
Adiós.
¿Puedo verte una vez más antes de irme?
Nicholas, estoy muy vigilada.
Princesa.
¿Ves?
Encontraré una manera.
¿Sí?
Nada. Tengo que vigilarla.
Quedan sólo dos días y medio, Olivia,
y estoy empezando a sentirme frenética.
¿Te ocuparías de Maurice?
Tengo que revisar la música.
Y le pidieron que apruebe el lugar
donde se celebrará la recepción.
Muy bien.
Música par bailar en la recepción real.
¿Has pensado acerca de nosotros?
Sí, lo he hecho.
Ya veo.
Si me disculpas.
No, Joseph.
Tienes que saber lo que iba a decir.
Mia me necesita más que nunca.
Es la monarquía. Como reina
es mi responsabilidad. Tú sabes cómo es.
Tú nunca fuiste sólo la reina para mí.
Eras la persona con quien
quería pasar el resto de mi vida.
Pero si prefieres que te vea,
sobre todo, como la reina...
Te complaceré.
Su majestad.
Su cama está preparada.
Si no necesita nada más,
vamos a cenar.
Bien, disfruten.
¿Qué es lo que dijimos?
No más reverencias.
Vamos a cenar.
Gracias.
- ¿La puedo anunciar?
- Yo misma lo haré. Lilly Moscovitz.
- Mira por la ventana.
- ¿Por qué?
Sólo mira. El príncipe encantado
está tirando piedras.
¿Qué estás haciendo?
Rapunzel, Rapunzel,
del cabello tan fino.
Ven a tu ventana.
Baja por la enredadera.
La proeza que pides,
querido señor, no es fácil.
Y no responderé a ese verso,
es demasiado cursi.
- ¿Qué es lo que quiere?
- Que baje por la enredadera.
- ¿Y tú quieres hacerlo?
- Sí.
- Entonces ve.
- Es la receta del desastre.
Haz algo impulsivo por una vez.
Te vas a casar.
¿Quieres una típica despedida de soltera
con doce muchachas gritonas,
o quieres pasear a la luz de la luna
con tu casi príncipe encantado?
Siempre me gustó
un hombre en las sombras.
- Su majestad.
- Entren. Ya me iba.
Esto es más romántico en los libros.
Se me atascó el pie.
¿Qué fue eso?
Su majestad, nunca terminamos
nuestra rutina de la fiesta de pijamas.
Hay más coreografía.
- Y un gran final.
- El gran final.
- Lo siento. ¿Te lastimaste otra vez?
- Estoy acostumbrado.
Qué lástima
que nos lo perdiéramos en la fiesta.
Te cubriré. Ve, Rapunzel.
- Dime tu más caro deseo.
- Dime un secreto.
- ¿No es lo mismo?
- Casi.
Pero cualquiera puede ver tus deseos.
Y nadie sabe lo que hay en tu corazón.
Dime algo.
Me encanta "Yo quiero a Lucy".
Y a veces sueño en blanco y ***.
Solía hacerme el enfermo
cuando no quería ir a la escuela.
- Todos hicimos eso.
- Está bien.
A veces, le pongo chocolate al cereal.
Le tengo un miedo terrible
a las medusas.
No he bailado contigo
desde tu cumpleaños.
Eso es un hecho. No un secreto.
El secreto es que todavía quiero bailar.
Buen día.
- Buen día.
- Hola.
- Nos quedamos toda la noche.
- Sí.
Estuvimos afuera toda la noche.
Hay un hombre en ese bote.
- ¿Que?
- ¿Lo ves? Alguien anda por ahí.
Debe ser un pescador. Supongo.
¿Con una cámara de video?
- ¿Qué?
- Qué rastrero.
No... No tengo idea de quién es.
Qué lástima que no consiguió
material más jugoso anoche.
No tengo nada que ver con esto.
Lo juro.
Vamos. ¿Me oíste?
Ése no es mi bote.
- Nicholas, que te vaya bien.
- Pero ése es mi caballo.
¿Hola?
Buen día, mi amor.
Sé que es un poco temprano,
pero estuve pensando.
Ha habido tanta presión, últimamente.
Me estaba preguntando
si podríamos pasar...
Buenos días, su majestad.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Sólo quería...
Puertas.
- ¿Qué está pasando?
- Princesa, creo que debería ver esto.
Y ésta es la noticia exclusiva
que les prometí.
Tras generaciones
de reyes correctos y aburridos,
en Genovia habrá por fin un escándalo
que tendrá repercusión mundial.
Lo que prueba que debimos traer
a una estadounidense hace tiempo.
¿Andrew Jacoby aún piensa en casarse
con esta princesa tan traviesa?
¿O Lord Devereaux
deberá ser el nuevo rey?
Es salir de Guatemala para meterse
en Guatepeor para la princesa Mia.
Los huevos fritos se fríen
por un solo lado.
Me gustaría decirle
qué puede hacer con los huevos...
¿Pueden dejarnos a solas?
¿Y ahora qué?
Se burlaron de mí.
La gran pregunta es:
¿todavía habrá boda?
- Andrew, lo lamento mucho.
- Discúlpame.
Por favor, espera.
Te prometo que no pasó nada.
Pero estuviste allí, ¿no?
Soy un soltero muy apetecible
en Inglaterra.
De verdad lo soy. Tengo muchos amigos,
un montón de adorables amigas, y...
Todavía pienso que este matrimonio
es una buena idea.
La reina no aprobaría que espiemos.
¿Y bien? ¿Pasó algo?
Quisiera decir sí, pero no.
No hay chispa.
Yo también lo creo.
¿En serio?
- Quiero decir, fue placentero.
- Mucho.
- Pero no hubo fuego.
- Ninguno.
¿Qué vamos a hacer?
Mira, encontraremos la forma.
Tú me elegiste.
No hay privacidad.
Tú me elegiste y yo acepté.
Y un caballero
nunca retira su palabra.
Iremos a la iglesia, diremos "Sí, quiero"
y mañana seremos marido y mujer.
Y tú serás
una gran reina de Genovia.
Gracias.
Me caso hoy.
Se casa hoy, Maurice.
Su alteza, se nos hizo tarde.
Abuela dice que una reina nunca
llega tarde. Los demás llegan temprano.
Una mujer extranjera llegó y dijo
que quería esconderse en su armario.
Y yo se lo permití.
Tal vez no fue la decisión más sabia...
Esto es lo que yo llamo un armario.
- Mamá.
- Querida.
- Cuidado. Estamos aplastando a Trevor.
- Hola, Trevor.
Está durmiendo.
Eres un bebé precioso, hermanito.
Estábamos bromeando.
Sabíamos que era tu madre.
Tu padrastro también está aquí.
Soy tu madre. Es el día de tu boda.
Tengo que decirte algo.
Estar casada es ser tú misma,
sólo que con alguien más.
Gracias, mamá.
- ¿Cómo te sientes? Te ves hermosa.
- Bueno, estoy un poco...
Paolo ha vuelto para convertir
una oruga en una mariposa.
Aquí está mi mariposa.
El abrigo. Se los dije,
cuando digo "mariposa", el abrigo cae.
Te acuerdas de mi madre, Helen.
- El estilista.
- Y un nuevo bebé.
Los italianos aman a los bebés pero
Paolo no. Debe irse. Debemos trabajar.
Hace cinco años,
Paolo convirtió esto en esto.
Hoy, te da esto.
Un estilo nupcial para la novia.
Parezco un alce.
Pero un alce bonito.
Hará que todos los alces machos...
Tengo cornamenta.
Vamos.
Parezco un caniche.
Así me siento yo. Vamos otra vez.
Bien. Siéntate bien.
En realidad, se ve como un caniche.
Me gusta.
Esta vez estoy tan seguro
que usé mis propias fotos.
Entonces...
¿Gretchen? No encuentro mis guantes.
Tú ve. Yo creo que sería mejor
si no voy a la boda.
Mi muchacho.
No te rindas tan fácilmente.
Ven a la iglesia. Encántala.
En una semana o dos, será tuya.
El juego terminó.
Ella se casará con Andrew.
Tienes tanta razón. Bueno.
Esto es un desastre.
No me perdería ni un instante.
Trataré de atrapar la liga.
El carruaje real se aproxima.
- ¿Qué dijo?
- Llega la princesa.
Comienza el espectáculo.
Suki Sánchez
llegó de Estados Unidos.
Lejos de casa,
pero feliz de seguir una historia
que comenzó en las calles
de San Francisco,
y está punto de tener un final feliz
en la pequeña y bella Genovia.
Preparados para el arribo
de la princesa Mia.
Señor.
No quería hablar,
pero hay algo que tiene que saber.
Su tío llamó a Elsie y preparó ese video.
¿Por qué no me sorprende?
Debí haberlo sabido.
Algo trama. Estaba muy feliz
porque usted no iba a la boda.
- Debo llegar a esa iglesia.
- Sí, ¿pero cómo?
Todo lo que tuviera cuatro ruedas
fue alquilado para la boda.
- No importa, correré.
- Es demasiado lejos.
No. Vaya en bicicleta.
- ¿Qué bicicleta? No tenemos una.
- La bicicleta de su abuelo.
- ¿Cómo está, señor?
- Sería mejor si nosotros nos casáramos.
Lo siento. Mi tío aprendió inglés
mirando "Los tres chiflados".
Sí...
No vas a creer esto.
Lord Devereaux va en bicicleta.
Señor. ¿Me presta su caballo?
Necesita mi caballo.
Mi bicicleta es suya.
¿Cómo voy a arrear las ovejas
en bicicleta?
La activista estadounidense,
Lilly Moscovitz, dama de honor,
hace su entrada como un sueño en rosa.
Soy una chica que ama
el color ***, vestida de rosa.
Y el pequeño sobrino
del duque Andrew, vizconde Ludlow,
afectuosamente conocido
como "James mejillas de ángel",
atraviesa el pasillo
como portador del anillo real.
Joe.
Sólo quería decirte
que lamento que te retires.
- ¿Quién te dijo eso?
- Las mucamas lo saben todo.
El corazón tiene razones
que la razón no puede entender.
Estás convenciendo a los ya convencidos.
¿Princesa?
Debería saber que Nicholas
no preparó lo del lago.
- ¿Estás seguro?
- Las mucamas lo saben todo.
Estamos listos.
- ¿Esto es parte del plan?
- No.
Necesito un minuto o dos.
Gracias, su alteza.
Ahora la novia se mueve rápidamente
por el pasillo y cruza la puerta.
- Déjame.
- No es la ruta tradicional.
- Helen.
- Querido, volveré enseguida.
Voy a cambiarle el pañal a Trevor.
Por favor, siéntense. Sólo será
un paréntesis momentáneo. Gracias.
- ¿Corremos tras ella?
- Nunca corremos. Nos apresuramos.
- ¿Puedes cuidar esto?
- Sí. Sólo un momento.
Fuera de mi camino.
Querida.
Abuela. Lo siento.
Sólo necesito un minuto. Puedo hacerlo.
- No puedo hacerlo.
- Lo sé.
Querida. Escúchame.
Yo hice mi elección.
El deber para con mi país sobre el amor.
Es lo que siempre he hecho, parece.
Me lo machacaron tanto.
Ahora he perdido al único hombre
que he amado de verdad.
- ¿Alguien sabe dónde está Joseph?
- Estoy con el águila y el gorrión.
Quiero que elijas tu camino
como una mujer.
No cometas los mismos errores que yo.
Comete tus propios errores.
Serán unos cuántos, créeme.
Puedes volver a esa iglesia
y casarte o puedes irte.
Sea cual fuere el camino que elijas,
que sea de corazón.
- Discúlpeme.
- Ha vuelto.
La princesa
volvió a entrar a la iglesia.
Está caminando por el pasillo.
Más bien trotando por el pasillo.
Andrew, espera.
Todos merecen la oportunidad de
encontrar el amor verdadero, ¿no es así?
¿Incluso tú y yo?
Gracias.
Por salvarme de hacer lo correcto
por una vez en mi vida.
Ahora todo lo que tengo que hacer
es decírselo a mamá.
Y yo tengo que decírselo
a todos los demás.
Buena suerte.
Helen.
Bienvenidos.
Me he dado cuenta de que la única razón
por la que me casaba
era que así lo que establece una ley,
y eso no me parece razón suficiente.
Así que no voy a casarme hoy.
Siéntate. Quizá haya una cena.
Mi abuela ha gobernado sin un hombre
a su lado por largo tiempo.
Y creo que lo ha hecho bien.
Así que la nieta
de la reina Clarisse y el rey Rupert...
Rey Rupert, descanse en paz.
Les pido a los miembros del Parlamento
que piensen en sus hijas,
sus sobrinas,
sus hermanas y sus nietas,
y se pregunten:
¿las obligarían a hacer
lo que quieren obligarme a hacer?
Creo que seré una gran reina.
Creo que Genovia es una tierra
que combina la belleza del pasado
con las mejores esperanzas
para el futuro.
Ahora no.
Siento en el corazón y en el alma
que puedo gobernar Genovia.
Amo a Genovia.
¿Creen que estaría aquí vestida de novia
si no fuera así?
Estoy lista para ser su reina.
Sin un marido.
Cada vez...
Cada vez que esta encantadora joven
abre la boca,
demuestra su desprecio
por las costumbres de Genovia.
La ley establece claramente que
una mujer soltera no puede ser reina.
Afortunadamente,
hay otro heredero.
No, no lo hay.
Renuncio. Me niego a ser rey.
Damas y caballeros, es la princesa Mia
quien debe llevar la corona.
Es brillante y solidaria.
Pero lo más importante
es que tiene una visión.
Llevar a Genovia hacia adelante,
y si el Parlamento tuviera astucia,
la haría reina.
Escúchenla. Ella nos guiará
en el siglo XXI.
Además, piensen qué adorable
se verá en nuestro sello postal.
¿Adorable en nuestro sello postal?
Tú te verías adorable
en un sello postal.
No huyas de mí, señor.
Tienes un deber para con Genovia.
Está muy nervioso.
Tienes una responsabilidad,
con el país. Conmigo.
Con Genovia. Con tu padre.
- La puerta.
- Cierra las puertas, rápido.
No puedo creer que renuncies a todo
sólo por una chica.
- Ahora, todavía podemos...
- Suficiente, tío.
Hemos terminado.
¿Qué está pasando aquí?
¿Quién es el próximo heredero?
¿Los Von Troken?
Aceptamos.
Siéntense.
Presente una moción.
- ¿Está usted bien? Necesita...
- Presente una moción.
¿Primer ministro?
Propongo abolir la ley del matrimonio,
tal como rige para las presentes
y futuras reinas de Genovia.
¿Alguien apoya mi moción?
Mantenga contacto visual con ellos.
Mírelos fijamente.
No, más suave.
Bien.
Apoyo la moción.
Es hora de dejar atrás la tradición.
Me gustan los cambios.
- Quizá me deje el bigote.
- Te verías genial con bigote.
- A papá le gustaba a lo Van ***...
- Caballeros, por favor.
Todos los que estén a favor de abolir
la ley del matrimonio, digan "Sí".
- No estás en el Parlamento. Siéntate
- Algún día.
Los que dijeron "Sí" son mayoría.
Felicitaciones, princesa.
Si me permite decirlo, ¡usted reina!
Lionel.
¿Su majestad?
La princesa quiere hablarle.
¿Abuela?
Sólo porque no tuve un final de cuento
de hadas, no significa que tú no puedas.
- ¿Escuchaste eso?
- No si usted no quiere.
Bueno...
Su majestad.
Querido Joseph.
¿Es muy tarde para pedirte
que aceptes mi mano en matrimonio?
Creí que nunca lo pedirías.
¿Shades?
Eres el jefe ahora.
Buena suerte con Lionel.
Voy a una boda.
Abran. La puerta está cerrada.
Déjenme entrar.
Suéltenme.
Sé que no hubo aviso,
pero están todos vestidos.
Arzobispo, me gustaría tomar
a este hombre en matrimonio.
Finalmente.
Hemos venido aquí
para celebrar otra boda...
- ¿Qué me perdí?
- Ella no se casa.
Con este anillo, yo...
finalmente...
te uno a ti en matrimonio.
Ahora se está casando la reina.
Con Joe.
Los declaro marido y mujer.
Puede besar a la novia.
El disparo de la flecha encendida
a través del anillo de la coronación.
Buenos días. Ha pasado
casi una semana desde la casi boda,
y atareados trabajadores preparan
el escenario para el gran día:
La coronación de una nueva reina.
En algún lugar del palacio,
la princesa se prepara para la ceremonia
que cambiará su vida para siempre.
¿Qué dices, Fat Louie?
¿Crees que seré una buena reina?
Sí lo serás.
Si me perdonas que sea tan audaz,
quisiera una audiencia con su alteza.
¿Cuál es tu dilema, joven?
Tú lo eres, de hecho.
Estoy enamorado de la futura reina.
Y pregunto si ella también me ama.
¿Tienes una gallina para mi mesa?
No. En mi cocina no quedan gallinas.
Compañía, atención.
Adelante.
Izquierda, derecha, izquierda.
¡Compañía, alto!
- Oí que volvías a Berkeley.
- Oíste bien.
¿Puedo llamarte a California?
Creo que podría escucharte
sin teléfono, pero...
el gorrión está despegando.
El águila vuela por última vez.
- Está bellísima.
- Ambas.
¿Promete solemnemente
gobernar al pueblo de Genovia
de acuerdo con los estatutos aprobados
por el Parlamento,
y las respectivas leyes y costumbres?
¿Con su poder, hará que las leyes,
la justicia y la piedad
prevalezcan en todos sus actos?
Lo prometo solemnemente.
Presenten armas.
Presentando a su majestad
Amelia Mignonette Thermopolis Renaldi,
reina de Genovia.
SOCIEDAD DE NIÑOS DE GENOVIA
No lo olvide, la próxima vez
que planifique una vacación familiar
considere visitar Genovia.
Un país de majestuosas montañas
y hermosas playas,
cuya gente es alegre y amigable.
Venga a vernos. Genovia los espera.