Tip:
Highlight text to annotate it
X
La soleada India,
donde yo, un servidor de la Reina,
solía pasar el tiempo.
De toda la tropa de tez oscura,
el mejor hombre que conocí
fue el bhisti Gunga Din.
Los fragmentos relativos
a la adoración de la diosa Kali
están basados en hechos históricos.
¡Destacamento, alto!
- ¿Qué ha dicho?
- Son peregrinos de vuelta a casa.
Ruegan que les permitamos
seguirnos por seguridad.
Dígale que no se queden muy atrás.
¡Destacamento, al paso!
Bueno, Jadoo, el sol está poniéndose.
Acampemos en la roca del elefante.
Sí, sahib Markham.
CUARTEL DEL EJÉRCITO
BRITÁNICO EN MURI
No me gusta, Mitchell.
No me gusta. El silencio no es sano.
No hay noticias de Markham
desde hace 48 horas.
Un oficial y su patrulla
no se esfuman así como así.
El telégrafo funciona de nuevo, mi coronel.
TANTRAPUR, 24 KM AL NORTE
- ¿Qué hay?
- Dos días con la línea cortada.
Algo así me figuraba.
La señal de emergencia, señor.
¿Por qué no continúa?
No hay señal, señor.
Esto no me gusta.
No podemos estar sin telégrafo.
Las cosas van demasiado
deprisa por ahí fuera.
¡Higginbotham!
Traiga a MacChesney
y Ballantine enseguida.
Eso va a ser difícil, a juzgar por cómo
disfrutan de los permisos. Dicen que van
a una misteriosa misión,
el misterio será cómo volver.
Tráigalos de inmediato.
¡Sargento MacChesney!
- ¿Qué quiere?
- ¿Dónde está Ballantine?
¿Dónde está el sargento Cutter?
Está ocupado.
Comprar un mapa de un tesoro enterrado.
Debería verte un psiquiatra.
¿Cómo iba a saber que era un timo?
Tú y tus esmeraldas.
Deberían encerrarte en el manicomio.
Si las hubiéramos encontrado,
habríamos vivido como reyes.
¿O no?
Ahí está el tipo que me vendió el mapa.
No, dejádmelo a mí.
¡Suelte a ese hombre!
Bien, espero una explicación.
Hable, MacChesney.
¡Hable!
Nos timaron, señor.
¿Nos?
¿Quién les timó?
No queremos presentar cargos
hasta que tengamos más pruebas.
¿Más pruebas?
Dejaron el pueblo prácticamente arrasado.
No habrían hecho tal cosa sin pruebas.
Bueno, señor,
teníamos nuestras sospechas.
¿Sospechas de qué?
¡Venga, no tengo tiempo para sonsacarles!
Compramos un mapa, señor.
Siga.
A un soldado de cierto regimiento escocés,
señor.
No, lo hice yo.
Yo compré el mapa.
Escuchen.
No intente proteger a sus amigos, Cutter.
No les hará ningún bien ocultarse
tras la generosidad de Cutter.
Suéltenlo ya. ¿Un mapa de qué?
Del lago Singali, señor.
Sí, y el privilegio de bucear en él, señor.
¿Bucear? ¿Para qué?
En busca de esmeraldas, señor.
Una gabarra llena que se hundió
en el año 241.
Me cuesta creerlo,
¡Ballantine! Un hombre de su inteligencia.
¡MacChesney! ¡A su edad!
Era el botín de un maharajá, señor.
Gracias, Cutter, es suficiente.
En cuanto a ustedes dos,
debería degradarlos,
no sólo por insubordinación,
sino por estupidez,
pura e infantil estupidez.
Pero, por suerte para ustedes
necesito que vayan a Tantrapur.
- ¿Una misión, señor?
- De la más vital importancia.
Irán a Tantrapur con un destacamento
por la mañana,
para reparar el telégrafo
y mantener la línea abierta.
¡Vuelta a la izquierda!
¡Variación izquierda!
¡Variación izquierda!
¡Alto!
¡Sargentos, desmonten!
Frío.
Duro.
No me importa decir que ver
estas cosas me da escalofríos.
Con escalofríos o sin,
tenemos que contactar con el coronel.
Y no podremos hasta que no plantemos
los postes y tendamos el cable.
¡Maik! Disponga una guardia
de diez hombres.
El resto que apile las armas
y se prepare para trabajar.
¡Alto!
¡Gunga Din!
¡Gunga Din, agua!
¡Gunga Din, trae agua!
¡Trae agua!
Quienquiera que haya estado
en este pueblo es muy listo,
no he encontrado ni una sola huella
que conduzca hacia adentro o afuera.
Así que el pueblo no está desierto
del todo, ¿eh?
- Salaam, sahib.
- ¿Quién eres?
- ¿Qué haces aquí?
- Me llamo Panda Pal.
Soy un miserable vendedor de baratijas.
Anoche una banda saqueó el pueblo,
robó mi tienda
y se llevó a mi mujer y a mis seis hijos.
Los niños están muy hermosos.
Todo el mundo a la otra habitación.
Vamos, todos en pie.
Meteos ahí, ¿me oís?
Vamos, adentro. ¡Rápido!
Eso es. Vamos.
Eso está mejor.
¿Qué es eso?
Baratijas, sahib,
lo poco que pude salvar de mi almacén.
No tienen ningún valor.
Vamos, enséñamelas.
¡Enséñamelas!
- ¿Quiénes son estos juguetones?
- No lo sé, pero ése parece el jefe.
Sacadlos de aquí.
Vamos, fuera todos.
Alto ahí.
Maik, traiga seis hombres
para montar guardia, enseguida.
¿Qué ha sido del sahib Burgess?
¡Vamos, habla!
Sabe hablar, pero no lo hará.
No lo sabe.
Y nunca has visto uno de estos, ¿verdad?
- Para plantar margaritas, ¿verdad?
- Sí, sahib.
- O lilas en las tumbas de la gente.
- Sí, sahib.
¡No, sahib!
¿Qué ha sido de la gente?
- No lo sabe.
- Ah, eso está muy bien.
Nos los llevaremos para que el coronel
les apriete las tuercas.
No, no iremos con los sahibs blancos.
¡Kali!
Nunca saldrán de aquí.
Tienen un pie en la tumba.
Cuando caiga la noche, Kali sonreirá.
Venga, ya está bien de coros.
Sáquenlos de aquí.
¡Destacamento, formen un cuadro!
¡Todos a cubierto! ¡Métanse ahí!
¡Todos al patio!
¡Cierren las puertas!
¡Escalen el muro!
Venga, subamos al tejado.
¡Cuidado, Mac!
¡Carguen, apunten, fuego!
¡Cógelo!
¡Ballantine, sube aquí!
¡Vamos!
¡Tomad, un regalito!
¡Ballantine!
¡Bal, cógelo!
¡A la carga!
¡Maldita sea!
¡Todos arriba!
Eso es.
Parapetaos tras el muro, vamos. ¡Deprisa!
- ¿Agua, sahib sargento?
- ¡No!
Oye, ¿cómo has llegado hasta aquí?
Eres un tipo raro, Din,
pero debo admitir
que eres un buen "bhisti".
Podría ser soldado de primera.
¡No me hagas reír!
¡Vayan hacia el río!
¡Hacia el río!
- ¡Venga, zapadores! ¡A saltar!
- ¡A saltar!
¡Dame eso!
¿Qué te pasa, Bal?
Estás en Babia desde que salimos del río.
Ya sabéis que me licencio el 14 de mayo.
¿Y qué?
Puedes firmar por nueve años más, ¿no?
Hay que hacer de ti un hombre.
- Voy a dejar el servicio.
- ¿Dejarlo?
Eso es.
Voy a casarme y a meterme
en el negocio del té.
- ¿Casarte?
- ¿Negocio del té?
¿Por qué? ¡Estás loco!
¡Atención todos!
Marchemos como es debido.
Izquierda, izquierda...
Dígale al sargento que vaya
a informar inmediatamente.
¡Variación derecha!
¡Alto!
¡Sargentos al frente!
Informo que el destacamento
ha llegado de Tantrapur.
Ocho muertos y tres heridos, señor.
- Todo correcto por lo demás.
- Bien, sargento. Rompan filas
- y vaya a informar inmediatamente.
- A la orden.
¡Destacamento, rompan filas!
- Idénticos, Mitchell.
- Dios mío, un pico thug.
Es increíble.
Esto fue lo que le pasó a Markham,
y también a Burgess.
Hacía 50 años que no aparecía ninguno.
Thugee. Eso es lo que es, Mitchell.
- ¿Qué es Thugee, señor?
- Un culto asesino
que el coronel Sleeman
aplastó hace 50 años.
Los thugs eran la peor banda
de asesinos que haya existido nunca.
Había unos diez mil en la India,
y mataron a treinta mil en un año.
El culto Thugee se practicaba
del Himalaya a Ceilán.
Era una orden religiosa que adoraba a Kali,
la diosa de la sangre.
- Eran estranguladores, ¿no?
- Sí,
y cavaban las tumbas de sus víctimas
por anticipado.
Mitchell, tenemos que acabar
con esto inmediatamente.
Los lanceros batirán las colinas
al oeste de Tantrapur.
Usted rastreará las regiones del este.
- ¿Nosotros qué hacemos, señor?
- Retírese, Ballantine.
MacChesney,
usted y Cutter saldrán mañana con...
Ballantine, retírese.
Saldrán con un destacamento
reforzado para terminar el trabajo.
El mayor Mitchell y yo estaremos
en contacto con ustedes,
por ambos flancos.
Mantengan los ojos abiertos.
Ballantine sería de gran ayuda, señor.
Quisiera recordarle que los tres juntos
hemos hecho siempre muy bien las cosas.
- Sí, señor, es indispensable.
- Va a licenciarse en seis días,
y va a casarse.
¿No podría imponerse un poco?
¿Prohibir las amonestaciones o algo así?
Eso. Cuando el cura pregunte
si alguien tiene algo que objetar,
podría pegarle un grito,
ya sabe a qué me refiero.
Higginbotham le sustituirá.
¡Higginbotham!
Retírense.
- Ya te tengo otra vez conmigo.
- Y yo a ti.
Y voy a quedarme para siempre.
Para siempre.
Es terrible.
Está encantándole como una serpiente.
Como una sirena.
No lo creería si no estuviera
viéndolo con mis ojos.
Yo tampoco.
No puedo soportarlo.
Yo tampoco.
Compañía, firmes.
¡Firmes!
¡Vuelta a la derecha!
Dos pasos al frente, ¡ar!
Cabeza alta, barbilla adentro.
Pon los pulgares detrás
de las costuras de los pantalones.
Ponlos detrás.
Baja un poco el hombro izquierdo.
Mucho mejor.
Por lo demás pareces todo un militar, Din.
Gracias, sargento.
- ¿Ha sido correcto el saludo?
- Más o menos.
Pero tienes que abanicar las cejas
con los dedos, así.
El aire debería casi llevarse las cejas.
Inténtalo de nuevo.
Muy bien, perfecto. Casi
se te vuela el turbante, ¿verdad?
Muy militar, Din.
Continúe la instrucción, sabodar.
Pueden necesitarla.
A la orden, mi coronel.
Dígale al sabodar que hagan
instrucción hasta el anochecer.
¿De dónde has sacado la corneta?
Por favor, la cogí cuando nadie miraba.
¿No sabes que eso está muy mal?
No me la quite, por favor.
La corneta es la única diversión
de este pobre bhisti.
Gracias, sahib.
¿Quiere el sahib oír mi nueva llamada?
No, ahora no.
Bien, muy militar, Din.
Compañía, firmes.
¡Compañía, rompan filas!
Enséñame la lengua, Annie.
Me gustaría intentarlo, sargento.
Un viejo remedio indio.
Muy bien, adelante.
Pero ten cuidado,
si algo le pasa, yo...
¿Entendido?
Lloraría a moco tendido.
¡No, sahib!
Un poquito da para mucho.
Trágatelo, rápido.
Ni siquiera lo notarás.
Ya sé, quieres que te lo dé papi, ¿a que sí?
Papi te dará la medicina, sí señor.
Dame eso.
Así, sé buena.
Si no, no crecerás
y te harás fuerte como papi.
Si papi tomara una cucharada primero,
la nena se portaría bien.
¡Está buenísimo!
Todo para la elefantita buena.
Rico, rico.
No eres tan tonto como pareces.
Eso está mejor.
Mucho mejor. No vuelvas a asustarme así.
Ah, están aquí.
Tengo cartas para los dos.
Sargento MacChesney,
y sargento Archibald Cutter.
Mira lo que pone.
"Emaline Stebbins requiere
la encantadora presencia
del sargento Archibald Cutter en..."
¿qué es esto?
"...el baile de sus esponsales
con el sargento Thomas Ballantine."
El viernes a las ocho.
Es esta noche.
Me preocupaba tanto por ti
cuando estabas fuera.
Tienen que haber pasado
cosas terribles en Tantrapur.
Sí, fue muy arriesgado.
Aún no me lo has contado.
No, es cierto.
Bueno, tuve que poner toda mi atención
en la reparación del cable.
Cutter y MacChesney
tenían que haber estado alerta
con el enemigo,
pero estaban cazando mariposas o algo así.
Así que llevé al destacamento al río,
nos zambullimos y huimos.
Tommy, eres maravilloso.
Y eso es todo.
En el último tejado casi perdemos
a MacChesney,
lo atravesó con una de sus pezuñas
de elefante y se quedó atascado.
- ¿Cómo le sacasteis?
- Tuvimos que serrarle la pierna.
Y si no me crees,
mira detrás de ese arbusto.
Oye, deja algo para el elefante.
Destruye las pruebas.
Vigila, ¿quieres?
Vale.
Tranquilo, sargento, descanse.
- Buenas noches, coronel.
- Buenas noches, Stebbins.
- Buenas noches, mayor.
- ¿Qué tal?
Sólo hemos venido a desearle
buena suerte a Emmy.
Es muy amable.
Iré por ella.
Parece una fiesta muy agradable.
Sí, muy agradable, señor.
¿Montándole guardia al ponche?
¿Es eso ponche?
Algunos lo llaman ponche, señor.
Yo lo llamo bazofia.
Tonterías, Stebbins es famoso
por su ponche. ¿Quiere un poco?
Cómo no.
Disculpe, señor.
Yo no lo probaría.
Está aguado,
y además le estropeará el estómago.
Juzgaremos nosotros mismos.
- Un momento, hay una mosca.
- Yo no veo ninguna.
Ahí está.
Debajo del hielo.
La sacaré en un periquete.
Ya la tengo.
¿La oyen?
Zumba como una colmena.
Ha desaparecido.
Qué pena.
Por ahí va.
Vamos, Mitchell,
creo que pasaremos del ponche.
Higginbotham quiere agradecerte
que te hayas quedado fuera.
Eso es. El coronel dice que soy
el único lo bastante listo
para sustituir al sargento Ballantine.
Eso es muy halagador.
Soy feliz de poder ayudar al...
¿cómo decirlo?
¿Al servicio de Cupido?
Le aseguro que con Cutter
y MacChesney no se aburrirá.
Tengo la sensación de que no les gusto.
Menos mal.
En el ejército no hay lugar
para los sentimientos.
Disculpe, se me ha metido
una piedrecilla en la bota izquierda.
¡Hombre, Higginbotham!
- ¿Me acompaña?
- ¿Cómo?
Me gustaría comentarle alguna
de mis teorías militares.
Sí, estaría bien charlar un poco.
Nos conoceremos mejor.
¿Qué tal una copita?
No me importaría echar un traguito,
gracias.
- ¿Y Ballantine?
- Olvídalo, he aquí a su sustituto.
Bertie está sediento, Mac, ¿verdad, Bert?
Vamos a remediar eso ahora mismo.
- Echa un trago de ponche.
- ¿Ponche?
Pensé que íbamos a beber de verdad.
- Eso es para niños y viejas.
- Éste no.
Éste podría tumbar a un caballo.
Bébetelo, Bertie,
y pensarás que todos los thugs de la India
- son una panda de misioneros.
- Está bien.
Así se hace, Bert.
Es curioso.
Este ponche sabe bien.
Está muy bueno.
Bueno, ¿qué tal otra copita?
Brindaremos por nuestra
nueva camaradería.
Mac, tú y yo, y el regimiento,
para siempre.
¡Brindo por eso!
¡Por el bueno de Higginbotham!
¡El mejor soldado desde
Guillermo el Conquistador!
Gracias, gracias.
Bueno, adentro.
- ¿Cuál prefieres?
- No sé.
- Pon una en cada ventana.
- No seas bobo, cielo.
- Esto también te atañe a ti.
- Lo sé, lo sé.
Estas cortinas son para tu estudio.
¿Mi estudio?
¿Qué es esto, sargento?
¿Comprando su ajuar?
Estamos comprando cortinas.
Pensé que eran calzoncillos
como los de los comerciantes de té.
¿Quieren irse
y dejar de molestar a Tommy?
Me encantaría complacerla,
pero salimos en 20 minutos,
y Tommy viene con nosotros.
Pero si Higginbotham iba a sustituirle.
El coronel
Higginbotham está en el hospital, señorita.
Lamento decir que está preso de dolor.
- Algo que habrá comido.
- O bebido.
Sargento Ballantine, ¡a formar!
- ¡Tommy!
- Son órdenes del coronel, Srta.
Tommy,
esto lo han urdido ellos a tus espaldas.
No llores, cariño.
Adiós.
Hoy es 9 de mayo.
Iré con vosotros, cinco días.
La noche del 14 de mayo,
cuando termine mi servicio,
estemos donde estemos,
os machacaré esas cabezas
de mono que tenéis.
Y ahora vamos.
- Disculpe, señora.
- ¡A formar!
¡Tommy!
Vaya, se le ven las enaguas.
¡Soldado Dho, sin novedad!
¡Soldado Char!
¡Sin novedad!
¡Soldado Tin, sin novedad!
¡Picad más fuerte!
¿Creéis que estamos de excursión?
Vamos, más deprisa. Llevad ese poste allí.
Éste es un buen momento
para que todo esté tranquilo.
¡Malditos thugs!
¿Por qué no vendrán
a por una buena pelea?
Así Bal se reengancharía pitando.
Sí.
¿Cómo conseguiríamos
una buena guerrita por aquí?
Ya está.
¿Qué tal si volamos el Taj Mahal,
- o alguna de sus tumbas sagradas?
- ¿Quieres otra revuelta general?
¡Vamos, Annie, más brío! ¡Deprisa!
Mira, le gruñe hasta a la pobre Annie.
No se puede trabajar 24 horas al día.
24 horas más y habré terminado.
No quiero dejar nada que pueda retenerme.
Allí, deprisa.
Está cansado.
Esto muestra lo que puede hacer
un poco de té.
A un tipo brillante como él.
Cutter, tenemos que hacer algo.
Ven.
Bueno, ¿y ahora qué?
Llevamos aquí cuatro días
esperando a que lleguen los thugs.
Cuatro días de despiadado calor
y terrible tensión.
- ¿Qué tiene que ver eso con Bal?
- Ya va, ya va.
¡Pues venga!
A tres horas de aquí hay un camino secreto
que conduce hasta un templo lleno de oro.
¿No has tenido bastante
con lo del tesoro enterrado?
Un momento. Éste no está enterrado.
Según Gunga Din está en campo abierto.
Según Gunga Din, ¿eh?
Pensé que estaba detrás de todo esto.
¿Qué objeto tiene esta borrachera?
¡Dame esa botella!
Espera un momento.
Estoy aquí para hablar, y voy a hacerlo.
Quieres que Ballantine
se quede con nosotros, ¿no?
- Claro que sí.
- Muy bien.
Es más fácil que hacerte la raya.
Sólo hay que llevarle al templo,
enseñarle el oro,
y en cuanto le ponga las manos encima,
el matrimonio y el negocio del té
se esfumarán.
Seguro que no se te ocurre nada en contra.
- Cutter, te lo advierto.
- ¿Qué te pasa?
¿Qué me pasa?
Estoy harto. Cierra el pico de una vez.
- ¿Quieres decir que no vendrás?
- Eso mismo.
Y si me vienes con más templos de oro,
te parto la espalda a palazos.
Muy bien, MacChesney.
Has hecho tu elección.
Te ofrezco la oportunidad
de ser millonario y la rechazas.
De acuerdo, iré solo.
Un momento.
Cutter, no vas a irte de este pueblo
sin mi permiso.
¡Dame esa botella!
¡MacChesney! He sido soldado 14 años,
conozco muy bien mis obligaciones,
pero ahora no lo soy.
¡Soy una expedición! Aparta.
Cutter, siéntate antes de que te siente yo.
Más te vale que dejes paso a la expedición.
Adiós para siempre, MacChesney.
Atrás,
un movimiento y te meto en el calabozo.
Aparta si no quieres
que te rompa la crisma.
Cutter, te lo advierto.
Vamos, en guardia.
Venga, fuera de mi camino.
Voy a partirte esa fea cara.
Eso es lo que voy a hacer.
Vamos, puños arriba.
Levántalos, anda.
Me temo que tendré que hacerlo.
¡Sargento Ballantine!
- ¿Qué?
- Venga.
Al pobre le ha dado un mareo.
Enciérralo hasta que vuelva en sí.
De acuerdo,
lástima que no te haya dado a ti también,
os hubiera encerrado a los dos.
Sahib.
El bueno de Din. ¿Qué pasa?
Esta noche, cuando todos duerman,
volveré.
- He visto el oro.
- ¿Sí?
¿Dónde está?
¿Has traído un poco contigo?
No puedo traerme todo el templo.
- ¿Todo el templo?
- Lo he visto.
Todo de oro.
Tenemos que salir de aquí.
Trae herramientas,
algo para sacar los barrotes.
Tengo todas las que he podido encontrar.
¿Es esto satisfactorio para el sahib?
¿Qué crees que voy a romper?
¿Una maldita tarta?
No, trae algo que sea grande. Corre.
¿Qué haces, Din?
El sahib pidió una herramienta grande.
Annie...
Vamos, quita estas barras para mí.
Sácame de aquí, vamos.
Sé buena.
¡Sólo las barras!
¡Alto!
- Bal, despierta.
- ¿Qué pasa?
- Los thugs.
- ¿Por qué no lo has dicho antes?
- ¿Qué ha pasado?
- Bandidos, han robado el elefante.
- ¿Cómo?
- Los thugs han robado a Annie.
No podían caer más bajo.
¿Cuántos eran y por dónde han ido?
No sé cuántos, han ido hacia las colinas.
Corneta, toque asamblea.
Bal, coge a 16 hombres y sígueme.
Si es uno de tus trucos, te voy a...
Naik, el resto a formar,
que monte guardia todo el mundo.
A la orden, sargento.
¡Robar a Annie! ¡Voy a partir en dos
a todos los thugs de la India!
Oye, Din, ¿seguro que es éste el camino?
Sí, sahib.
Ahí está el puente, sahib.
¿Es seguro este puente?
Muy seguro, sahib.
¿Seguro? ¿Cómo que seguro?
¡Annie!
Haz que deje de hacer eso,
está poniéndome nervioso.
¡Quita de en medio!
¡Oro, Din, oro!
¡Míralo, corneta!
¡Es tuyo y mío!
Archibald Cutter, todo un duque.
Y el Rajá Gunga Din, con su bolsa
de agua derramando diamantes.
Sahib, me conformo con la corneta.
Vamos, Din, el mundo es nuestro.
¡Kali! Vámonos, rápido.
Thugs, mirad la luz que emana
del trono de Kali.
Hermanos del Thugee,
no tenemos amigos en esta tierra.
Todos alzan su mano contra nosotros.
Hemos sido arrojados a las colinas
como si fuéramos salvajes.
Mi padre era un thug
y fue colgado.
Su padre fue despedazado
en la boca de un cañón.
¿Y qué hay de vuestros familiares,
de vuestros padres
y de los padres de vuestros padres?
Hermanos, ha llegado el día.
He visto los augurios y son buenos.
Hace tres noches,
un chacal aulló hacia la izquierda,
y fue respondido en el acto
por otro desde la derecha.
¿Qué significa esto, hermanos?
Significa que la madre Kali
con todos sus brazos extendidos,
se abraza dándonos la bienvenida
como thugs.
Los thugs, despiertos tras un sueño
de 50 años.
Que se acerquen los neófitos
y sus maestros.
¿Dónde están los estranguladores?
Dadles los ropajes de estrangulador.
Dadles los picos funerarios.
Jurad fidelidad a Kali,
a mí, a la orden
y a todos nosotros.
Levantaos, hermanos.
Levantaos y matad.
Matad hasta que os maten a vosotros.
Matad por amor a matar.
Matad por amor a Kali.
¡Matad!
Son ellos, Din, el maldito lote al completo.
Hombres muy malos.
Hay que avisar al coronel.
Tienes que ir hasta allí.
El coronel debe saberlo.
¿El coronel? Correré mucho.
Disculpad, amigos.
¡Oiga! Cántenos una canción, ¿quiere?
Quedan todos detenidos.
Toda la banda, usted también.
¿Sabe por qué?
A su majestad le molesta
que estrangulen a sus súbditos.
No perdamos más tiempo.
Coged vuestros bártulos
y en marcha, os venís conmigo.
Vaya, el joven Cara de Sapo.
Qué curioso verte por aquí.
¡Perro asqueroso!
Póstrate ante mi hijo por esa insolencia.
¡He dicho que te postres!
¡Soy un soldado de la Reina,
no me postro ante ningún pagano!
Kabul, llévale a la torre
y muéstrale el error de ese orgullo.
¡Lleváoslo!
En las oscuras horas antes del amanecer,
sal a buscar elefantes.
Mejor que contar ovejas.
¿Cómo que elefantes?
No son elefantes, es Annie, mi Annie.
La encontraré aunque tenga que
poner en marcha a todo el ejército.
¿Qué rayos es esto?
Buenos días, caballeros.
Buenos días. ¿Qué hace aquí?
He venido a reemplazar
al sargento Ballantine.
Higginbotham, le daría un abrazo.
Bueno, he traído
a alguien mejor para abrazar.
Mucho mejor.
Hola, Tommy.
Es maravilloso haberte encontrado.
He venido a darte una sorpresa
y al final me la has dado tú.
Buenos días, sargento MacChesney.
Aquí tiene los papeles
de la baja de Tommy.
A Cutter le va a encantar.
¡En columna de a tres!
¡Vista al frente! ¡Bien derechos!
¿Qué se han creído que son?
¿Una panda de enfermeras yendo a...?
¡Al paso!
¡Destacamento, alto!
¡Destacamento, alto!
- Tome el mando, sargento Ballantine.
- Entra, voy enseguida.
De acuerdo, pero date prisa,
así podremos irnos.
¡Annie! Naik, ¿qué es esto?
Acaba de regresar, sargento.
¡Tú, ven aquí!
Din, sabía que estabas detrás de todo esto.
Echaste abajo una cabaña
y sacaste al sargento Cutter, ¿no?
Ya contestarás. Vamos a tener
un pequeño consejo de guerra.
- Prepare un pelotón de fusilamiento.
- ¡Perdón, sahib!
Te llevaste el elefante, ¿no?
¡Contesta! Echaste un edificio
abajo y liberaste a un prisionero,
el sargento Cutter, ¿no?
- Sí, sahib.
- Eso es todo, llévenselo.
¡Esta vez acabas en el paredón!
Espera, Mac. ¿Dónde está Cutter?
Din, ¿dónde está el sargento Cutter?
- Le han cogido.
- ¿Quién?
Ellos le han cogido en el templo dorado.
¿Pero quién? ¿Son sacerdotes o qué?
Hombres muy malos. Le torturarán.
- Los sahibs deben darse prisa.
- ¿Cuántos eran?
- No sé, corrí a buscar ayuda.
- Seguro que corriste mucho.
Vas a volver igual de rápido.
- Me enseñarás el camino.
- Cogeré una docena de hombres.
No vas a coger nada, voy a ir solo.
- Estás loco, no lo conseguirás.
- No voy a matar a Cutter
yendo con tropas.
Le harían pedazos si se enteraran.
- Tienes razón, iremos juntos.
- No, no irás.
- Tommy, cariño. ¿Qué ocurre?
- Nada.
Cutter se ha metido en un lío
y vamos a por él.
- Tranquila, no voy a llevármelo.
- ¿Cómo?
Soy un sargento en activo,
no voy a llevar civiles conmigo.
- ¿Qué civil?
- Aquí pone: "Thomas Ballantine
vuelve a su condición de ciudadano
de la Gran Bretaña
y su servicio a su majestad
se da por concluido".
- No intentes mantenerme al margen.
- Estoy despidiéndome.
Te deseo mucha suerte en el negocio
del té y en tu matrimonio.
¡Espera un momento!
Cariño, tengo que hablar con él.
- Ha dicho que no puedes ir.
- Sí, pero cambiará de opinión.
- No voy a permitir que te vayas.
- Tengo que ir. Se lo debo.
- Me ha salvado la vida mil veces.
- No me quieres.
¿Quieres que abandone
a uno de mis mejores amigos?
¡Tus dos mejores amigos!
¿Después de lo de Higginbotham
y de traerte aquí?
Es una forma de mostrarme su amistad.
Estoy harto del ejército,
pero la amistad es otra cosa.
Cada minuto cuenta,
tendrás que entenderlo. Volveré.
- Mac, quiero hablar contigo.
- No quiero discutir.
Iré aunque tenga que matarte.
Sabes muy bien por qué no puedes ir.
Si te pasara algo,
me metería en un buen lío.
Tu chica me denunciaría.
No me fío de ella.
- Sólo me arriesgaría de un modo.
- ¿Cuál?
Firma el reenganche.
Cuando le rescatemos,
rompemos los papeles,
todo estará en regla.
- ¿Te parece bien?
- No, estás haciéndote el listo.
¿Qué quieres?
¿Que me echen del ejército?
Está bien, firmaré, pero con una condición.
Yo llevaré los papeles,
y me los quedaré cuando acabemos.
No te fías de mí.
Eso es.
De acuerdo.
¿Qué hacías con eso en el bolsillo?
Siempre llevo una, por si acaso.
Ni una palabra de esto a Emmy.
¿De acuerdo? Júramelo.
Deprisa.
Disculpe, señorita.
Ballantine y yo salimos
en misión de descubierta.
Si no volvemos al amanecer,
llame al coronel y sigan su camino.
- Venga por aquí.
- Disculpe, señorita Stebbins.
- Me voy, ha cambiado de opinión.
- ¿Qué le ha hecho cambiar?
- El sentido común y la decencia.
- Mientes.
¿Te mentiría en un momento así?
¿A punto de casarnos?
- Sé razonable.
- ¿Has firmado algo?
¿Por qué me preguntas eso?
¿Tan tonto parezco?
Lmagina que me he ido de acampada
y ya está.
Sacaremos a Cutter de ese templo suyo
sin pegar ni un tiro, con estrategia.
Ya lo hemos hecho antes, será divertido.
- ¿Divertido?
- Sí, eso es todo.
- Quieres ir.
- Cariño...
¡Sargento Ballantine, a formar!
Ha dicho sargento,
¿por qué sigue llamándote así?
- Ya no eres militar.
- Es una costumbre difícil de variar,
- nos vemos mañana.
- ¿Por qué me mientes?
¿Por qué no me dices
que no quieres casarte?
¿Por qué me engañas
diciéndome que odias su fea cara
- y a todo el ejército?
- Eso no fue lo que dije.
Sahib, por favor, dese prisa.
- Sargento, vamos.
- ¿No puedes esperar un poco?
Yo sí, pero no sé si Cutter podrá.
Confía en mí, sólo esta vez.
Dame un beso de despedida.
Ahora mismo estarán cortándole las orejas.
- Ya voy, Mac.
- No vayas, por favor.
Tú quieres un cobarde que deje
tirados a los amigos en peligro.
Pues yo no lo soy y nunca lo seré.
No importa lo que te quiera,
y te quiero mucho. Soy un soldado.
Ante todo soy un hombre.
Borra esa estúpida sonrisa de tu cara.
De acuerdo, vamos.
En marcha.
Kali es generosa, Fulad.
Ya tenemos a un inglés.
La tela de araña está tejida, caerán más.
Han cruzado el puente dos más.
Bien, preparaos.
Dijiste que esto estaba lleno de sacerdotes.
El sahib no dio a Din ocasión de decirlo.
Ya, pero tienes boca, ¿no?
Es Kali.
Un templo thug.
¿Por qué no me dijiste que eran thugs?
Te partiría en dos y te metería
por la trompa de un elefante.
El sahib gritó tanto que Din
no pudo decir palabra.
Basta ya. Hemos venido a buscar a Cutter.
¡Cutter!
Teníamos que haber traído las tropas,
y pedido más.
Ojalá lo hubieran hecho, sahib.
¿Por qué?
Sahib Cutter.
Hola, Din.
Buen trabajo, corneta.
Sabía que lo conseguirías.
Gracias, sahib.
- Hola, muchacho.
- Hola, chicos.
Bueno, por lo menos estás vivo.
- Te suelto enseguida.
- Aquí estás, ladrón de elefantes.
Mírate, colgado como un cordero
en la carnicería.
- ¿Y la tropa?
- No hay tropa, estamos atrapados.
Nos lo hemos buscado.
MacChesney,
¿vas a decirme que no has traído tropa?
¡Vaya cerebro!
Reúno a todos los thugs de la India
y lo estropeas con tu falta de seso.
Me habría avergonzado
que mis hombres vieran esto,
una deshonra para el uniforme
de su majestad.
Están haciéndome esto porque
quieren saber dónde están las tropas.
Han preparado una emboscada
para masacrar al coronel.
- No se lo has dicho, ¿verdad?
- Yo no.
Vaya, supongo que te creerás un héroe.
- Eso es.
- Un héroe, no me hagas reír.
Todo el mundo buscando a estos tíos
y en una descubierta doy con ellos.
Mientras vosotros, cobardes,
os escondíais tras los postes
de telégrafo de Tantrapur.
¿A quién llamas cobarde?
- Desátale.
- Desátame.
- ¿Desátale!
- ¡Venga, desátame!
¡Sargento Ballantine, desate a ese hombre!
Me disgustáis terriblemente, os ignoro.
- Vale, pues le desataré yo.
- Eso, desátame.
- Sólo necesito una mano.
- De acuerdo, te desato.
- ¡Qué cabeza!
- Te desato ahora mismo.
Esta me la pagas.
Mira tu espalda.
Déjalo, desátame las manos.
Mira lo que te han hecho.
Lo siento mucho.
¡Desalmados!
- El gurú.
- Escoria repugnante.
- Atrapémosle.
- Vale.
Le cogeremos sin importar cuántos sean.
Él es sagrado, no dispararán.
¡Perro sarnoso!
Mire qué le ha hecho en la espalda,
asqueroso...
Una lección para el error
del falso orgullo, sargento.
Usted también lo exhibe.
Quizá no tanto para
darme la información que busco.
Quiero información de su ejército.
¿Y por qué no te enrolas, colega?
El látigo.
No está mal para empezar.
Tres soldados para la madre Kali.
Tres soldados y un esclavo.
¿Qué esclavo? Yo también soy un soldado.
¿Eres qué?
Soy un bhisti del regimiento.
¿Dónde está su ejército?
¿Cuánto tardará en llegar?
- Le encantaría saberlo, ¿verdad?
- Mire en su bola de cristal.
Hacedle hablar.
¿Cómo os atrevéis, cobardes?
Dejadle ahora.
Será el siguiente.
Estoy esperando. ¿Hablará?
- No lo sé.
- ¡Aguanta, Mac!
Basta.
Mire. ¿Las ve,
retorciéndose y sacando
sus bonitas lenguas?
¿Va a hablar?
Arrojadle, hablará desde abajo.
¡No, no puedo soportarlo!
¿Hablará?
Está bien.
Se lo diré con tal de que no me bese
una serpiente.
Sáqueme de aquí.
- Sé un hombre, Mac.
- No lo resisto, chicos.
¡Vuelve, Mac!
- ¿Y bien, sargento?
- De acuerdo.
No conozco las posiciones exactas
de nuestro ejército,
pero Ballantine lleva un papel
con todos los movimientos de tropas.
- ¿Está seguro de eso, sargento?
- Segurísimo.
- Yo no le engañaría.
- Espero que no.
Si es así, será peor que el látigo.
No me azote más, por favor.
Me ocuparé de esto.
¡Suéltale!
"Por la presente, el sargento
Thomas Ballantine se reengancha."
¡Siempre escondiéndote tras la reglas,
chaquetero!
Tienes que saber perder.
Has sido víctima
de una estrategia superior.
¡Tú calla, escoria de White Chapel,
o te corto las zarpas!
Ésta os la devuelvo, a los dos.
Con intereses.
¡Te ordeno que te calles!
Ordena que tiren las armas
y que se vayan, o morirás.
¡Tirad las armas!
Y marchaos.
- ¿Adónde llevan esas escaleras?
- A la libertad no.
- Ya lo veremos. ¿Listos?
- Sí.
Sargento Cutter, cubra esa puerta.
Bien, toma tu chaqueta, Mac.
Tú, sube ahí.
Es Cara de Sapo, encendiendo a los Thugs.
Creo que empezaré por él.
Bien, caballeros,
¿qué piensan ahora de su libertad?
Muy bien, amigo mío,
si tenemos que morir, tú también.
Ustedes vivirán mientras yo viva.
¿Qué dice?
Dice que no sufrirá daño,
que mantengan el orden, tengan confianza,
- y que esperen.
- Felicidades, sargento,
por su dominio de nuestra lengua.
Ya basta. Ponte a la sombra
antes de que te dé una insolación.
Vamos, agáchate.
¿Heridas satisfactorias, sahib?
No tenía unas tan satisfactorias
desde que me fui de casa.
- Gracias, sahib.
- Firmes.
Vamos.
- Agachaos.
- Ojo con la cabeza.
¡Din, el oro!
¡Sí, sahib, oro!
¡Miradlo! ¿Es oro!
- Oro de verdad.
- Siéntate, idiota.
- Cuidado, Cutter.
- ¿Veis esta manita?
Pues valdrá unas 3.000 libras.
¿Quién es el idiota ahora?
¡Somos ricos, chicos!
Muy bien, tío listo,
ésta es mi última oferta.
Ordenas a tus hombres
que vayan tras las rocas,
nos acompañas hasta el puente,
te dejamos ir,
y no habrá pasado nada. ¿Qué te parece?
Habla, macaco, o te mato.
¿Y dejar caer el escudo, valiente soldado?
¿Oyes algo, Bal?
- ¿Las gaitas?
- Sí.
Llevo horas oyéndolas, pero no son ellos,
es este maldito calor gritándonos al oído.
Nos sacarán de aquí, muchacho,
si llegan a encontrar este sitio.
Déjate de tonterías, Mac.
Esto es lo que hay.
Aunque podría haber sido peor.
Podría haber dejado viuda.
A apenas dos metros
de donde estoy sentado,
aquí mismo,
hay oro suficiente para convertirme
en propietario de un pub tan grande
como el Crystal Palace.
El mejor pub de Hampshire,
y aquí estoy...
¡Torturador! ¡Justo en las narices!
¿No hay límite para las torturas
que pueden idear los orientales?
Cutter, como vuelvas a mencionar el oro,
te arranco la lengua.
¡Pues aquí la tienes, ven a por ella!
¿Están fallándoles los nervios, soldados?
Aguantaremos aquí tanto como tú,
tío listo.
Reserven su valor, caballeros.
No han sido olvidados.
Ellos vendrán a salvarles.
Eso es.
Vas a ver más soldados que en tu vida.
Cutter.
¡Buenas noticias, caballeros!
Esta vista hará que sus corazones
latan con más fuerza.
Miren.
¡Dios mío!
- Los lanceros.
- Mirad la Guardia Negra al frente.
¡Esos encantadores escoceses!
Les pagaré a todos una cerveza.
La llegada de sus compañeros
les llena de emoción,
verles así les recuerda
todo tipo de cosas agradables,
la alegría de los cuarteles,
las viejas amistades,
incluso Inglaterra,
incluso sus hogares.
¡Puedes apostar a que sí!
Reserven sus voces, ya vienen.
Aquí, a rescatarles.
- Monstruo torturador.
- Está muy seguro de sí mismo.
Muy seguro.
Es mi plan.
Dos vienen a rescatar a uno.
Y a éstos les siguen los demás.
Si lo has planeado bien,
estarás colgando de tu asqueroso
cuello al anochecer.
¿Eso cree, sargento?
Yo no estoy tan seguro.
Parecen creer que el arte
de la guerra sea un invento inglés.
¿Conocen a Chandragupta Murya?
Destrozó a los ejércitos de
Alejandro Magno en la India.
Entonces la India era una gran nación,
cuando los ingleses aún vivían en cavernas
y se pintaban de azul.
Miren.
No tengan miedo, caballeros.
Sigo siendo su escudo.
Es muy sencillo.
Su ejército entrará por ahí.
Les dejaremos llegar
hasta la mitad de la garganta.
Ésa es mi infantería.
Los mejores luchadores
de montaña del mundo.
Cuando reciban la señal,
abrirán fuego contra sus tropas,
llevándoles hasta la trampa.
Allí espera mi artillería.
Impecable, ¿no les parece?
Mis artilleros les recibirán
con una buena salva.
Y finalmente entrarán mis jinetes.
He ahí mi Caballería Real,
similar a la que protege
a su Reina emperatriz.
Cada hombre cargará con valor,
e impaciente por matar por su gurú.
En ellos recae el honor
de destrozar a su ejército.
Lo veo en sus caras.
¿Quién es ese feo salvaje
para rugirle así al león británico?
Los buenos generales
no se hacen con espadas enjoyadas
y bigotes con cera.
Están hechos de lo que hay aquí y aquí.
- Estás loco.
- ¿Loco?
Loco. Aníbal estaba loco.
César estaba loco.
Y Napoleón sería el más loco de todos.
Desde siempre se ha llamado locos
a los más grandes soldados.
Loco. Ya veremos cuánta sabiduría
encierra mi locura.
Esto será como los chubascos
que preceden a la riada.
Avanzaremos.
De los pueblos a las ciudades.
Y de ahí a las capitales.
Extendiéndonos, aumentando
hasta que mi ola se trague a toda la India.
¡Soldados, marchad!
¡Cara de Sapo, mueve un dedo y...!
¡Le cortaré el cuello!
¡Obedece, hijo mío!
Gran Gurú, los hombres no se moverán
si ello va a costarte la vida.
¿Qué es mi vida comparada con la causa?
Adelante.
No, no te dejarán morir.
¡Adelante!
No. Te necesitamos.
- Un momento.
- Habéis jurado como soldados
morir, si es necesario, por vuestra fe,
que es vuestro país, Inglaterra.
La India es mi país y mi fe,
puedo morir por mi país y por mi fe
con la misma disposición
que ustedes por los suyos.
Adelante, Chota.
Adiós, India.
Ha advertido a los ingleses. Debe morir.
El Gurú ha dado su vida por la causa.
No podemos fallarle.
Tenemos que subir y avisarlos
antes de que sea tarde.
Podemos intentarlo.
Vamos, adelante.
¡Buen trabajo, soldado!
Gracias, sahib.
¡Mirad!
Antes de que os meta
la cabeza entre brasas,
quiero que veáis como si fuerais
rajás de Durbar
como despedazamos
hasta el último hombre.
Como ve, no todo es guerra en el ejército,
Sr. Periodista.
Están llegando.
El coronel tiene que saberlo.
Corneta, bien fuerte.
Mitchell, vaya por el flanco izquierdo,
yo iré por el derecho.
¡Fuego!
Buen trabajo, corneta.
¡Cortadles la cabeza!
El bueno de Din.
¡Mira, ya vienen!
¡Vamos!
¡Bal!
Bal, dime algo.
¡Le han matado!
¡Pagaréis por esto!
¡Os lo haré pagar!
Eso es. No me fío de ti.
Maldito y asqueroso intrigante!
¡Sinvergüenza!
¡Carguen!
- Todo despejado, señor.
- Buen trabajo, Mitchell.
Gracias.
Pelotón, alto.
Media vuelta.
Tres salvas, ¡listos!
Apunten...
¡Fuego!
Muy bien.
- Gracias, coronel.
- No está nada mal.
Gracias, señor.
Echemos un vistazo a los hombres.
Descansen.
Ya hemos tenido bastante hoy.
Han estado muy bien.
Particularmente bien.
Si le oigo eso a usted, me dan una medalla.
Gracias, señor.
Quizá quiera ocuparse de esto por mí.
He aquí un hombre
del que estará siempre orgulloso
el regimiento.
Según el reglamento
no tiene la condición de soldado,
pero los que han tenido
el privilegio de servir hoy con él,
saben que si alguien merecía
el rango de soldado era él.
Voy a ascenderle a cabo
de este regimiento.
Su nombre será escrito en nuestro libro
de los caídos con honor.
Y...
Enséñeme la última parte,
¿quiere, Sr. Kipling?
¡Presenten armas!
"Le encontraré más tarde,
En el lugar adonde ha ido,
Donde hay siempre doble instrucción
y no hay cantina,
Se arrodillará entre el carbón
Ofreciendo agua a las almas condenadas.
Gunga Din me dará de beber en el infierno.
Así es, Din,
Din, Din.
Curtido
Gunga Din,
Aunque te haya azotado
Y desollado,
Por el Dios que te ha creado
Que eres mejor hombre que yo,
Gunga Din.