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Y aunque Colón se perdió y no fuese
el primero en descubrir América,
es mi héroe.
Demostró mucha valentía
al embarcarse en un
pequeño navío para
atravesar el vasto océano.
Y gracias a eso, el día que
lo homenajeamos, no hay clases.
Gracias Heather... ¿Ronnie?
Háblanos de tu héroe.
¿Qué está escribiendo?
Hachiko era el perro
de mi abuelo Wilson.
Todos decían que Hachi
era un perro misterioso.
Porque nunca se supo
de dónde vino realmente.
Quizá Hachi se escapó de una perrera.
O quizá saltó del auto de alguien en
algún lejano como Florida o New Jersey.
No importa cómo, pero Hachi se perdió.
No importa cómo pasó, pero hace
mucho tiempo en la ciudad en
la que vivía mi abuelo, Hachi
apareció en la estación de tren.
Y así es como comienza su historia.
Fue espectacular, me encantó
la música, no, no, caminaré.
Sí, yo también te amo, adiós.
Hola amiguito, ¿estás perdido?
Un amiguito que se perdió.
Alguien te estará buscando.
Este amiguito estaba por ahí.
- ¿En serio? ¿En el andén?
- Sí, en el andén.
- Que bueno que lo encontró.
- Sí, bueno...
Esta caja estaba quebrada,
no sé qué pasó, pero...
- Seguro que alguien vendrá a buscarlo.
- Sí.
Así que déjelo aquí. Tómelo,
hasta que vengan por él.
No puedo... No puedo hacerlo.
No puedo hacerlo, profesor.
Estaba ahí, nadie
dejaría aquí a su perro...
No, naturalmente que no. Nadie lo
dejaría aquí, vendrán a buscarlo.
Mire, quédeselo usted y si viene
alguien le diré que lo tiene usted.
Pertenece a alguien,
vendrá a buscarlo...
No, no lo entiende. Tendré que dejarlo
aquí toda la noche si no aparece nadie.
Si no viene nadie, lo encerraré aquí,
estará a salvo esta noche, pero...
Mañana tendré que llevarlo a la perrera.
Menos mal que es viernes.
Averiguaremos a dónde ibas...
Mientras tanto, te quedarás conmigo.
Estarás bien en casa, con
buena gente, ya lo verás.
¿Te parece? Claro que sí, te gustará.
Quédate aquí. No te muevas
de aquí ¿entendiste? Eso es.
Quieto, quieto. No
hagas ruido ¿de acuerdo?
Hola guapo.
- Hola.
- Hola.
- ¿Cómo te fue?
- Muy bien.
- Que bien... ¿Me extrañaste?
- Ni un poquito ¿y tú?
No, ni pensé en ti.
Te tengo una sorpresita.
¿Sí? Qué bien, yo también
te tengo una sorpresa.
- Vamos, tenemos mucho de qué hablar.
- Claro, hablaremos, arriba.
¿Oíste algo?
No es nada, quizá una
rama golpeando la ventana.
- ¡No pasa nada, todo está bien!
- ¡Parker! Teníamos un trato.
- Lo sé, lo sé...
- ¿Lo olvidaste?
No, no lo olvidé.
Es que... estaba en la
estación del tren, perdido.
Karl iba a enviarlo a la
perrera mañana y pensé que...
Traerlo a casa para
intentar convencerme ¿no?
No, no quiero quedármelo. Mañana
por la mañana averiguaré de quién es.
Te lo prometo, lo haré.
Muy bien, estas eran las cosas
de Lucky... Vamos a ver...
Muy bien, entra ahí.
Mira, hay muchas cosas buenas.
Esto es calentito.
Hace bastante frío, ¿quieres
esto? Era el preferido de Lucky.
Bien, aquí tienes agua.
Te gustó ¿verdad?
Muy bien, amiguito.
Así está mejor.
Buenas noches, amiguito.
Tú eres quien debería estar
en la casita del perro.
Te prometo que no te
morderé el dedo del pie.
Perrito... Oye perrito...
Por aquí perrito, eso es.
¡Buen perrito!
Papá, es adorable. ¿Ya tiene nombre?
Claro que sí: "Invitado temporal"
Deberías quedarte con él, la casa
está muy vacía desde que Lucky se fue.
Díselo a tu madre.
- ¿Mamá?
- ¿Sí?
¿Podrías venir, por favor?
- Mira, le gusta tu música.
- ¿En serio?
No puedo creerlo. Es un perro
maravilloso. Tengo que quedarme con...
No más perros. Y tú no le animes.
- No lo hago.
- Eres muy mala.
- Papá, se escapará de ahí. Toma...
- Muy bien, mejor.
- Prueba esto.
- Me gusta.
- ¿Entra?
- Eso creo.
Veamos, amigo... Sí.
Sí, está muy bien, me gusta.
¿Viste a Michael anoche?
Sí, fuimos al observatorio, a
ver los cometas... Fue hermoso.
- Qué romántico.
- Lo fue.
- ¿Es usted...?
- ¿Puedo ayudarle en algo?
Sí, lo encontré anoche en la estación
¿lo acogerían hasta encontrar al dueño?
¿Acogerlo? No, no podemos, esto no
es un albergue, es una perrera, amigo.
Me lo he encontrado ¿qué hago con él?
Déjeme verlo.
Es bonito, eso ayudaría
en una adopción, pero...
Sólo esperamos dos semanas.
- ¿Dos semanas?
- Sí, estamos a tope.
Disculpe.
Llamaré la próxima
semana. Muy bien, adiós.
- Buenos días, Mary Anne.
- ¿Cómo estás, Parker?
Muy bien, y me preguntaba
si podrías hacerme un favor.
Lo que sea.
¡Mira eso!
¡Hola pequeñito! ¡Hola!
¡Es una preciosidad! ¿De dónde saliste?
Vagaba en la estación anoche,
no lo sé, es muy extraño.
- ¿En serio? ¡Es adorable!
- Quisiera colocar esto.
- De acuerdo, sí, claro.
- ¿Sí?
- ¿En la ventana?
- Sí, en alguna de aquellas.
- ¡Parker, este perrito es hermoso!
- No estarás interesada ¿o sí?
- ¿El cachorrito?
- Un hermoso cachorrito como ese.
¿Qué opinas, Antonia?
¿Un nuevo compañero?
¡Antonia, no!
Sí, sí, sí, sí.
- Buenos días, profesor.
- Jess.
Una de azúcar con dos de crema
en camino... ¿Qué trae ahí?
- Un nuevo amigo, ¿quieres un perro?
- Prefiero dinero.
Sería un estupendo perro guardián.
Un perro para proteger a los
"perros calientes"... No lo creo.
Yo tampoco lo creo.
En serio amigo... ¿Para
qué quieres un perro?
Hay que sacarlo a pasear todos los días,
alimentarlo, lavarlo, recoger la ***...
- ¿Cuánto por estos terrones de azúcar?
- La casa invita.
- Son demasiadas molestias.
Tienes razón, gracias Jess.
Por nada.
- Hola, ¿alguna novedad?
- Nada, nadie vino, nadie llamó...
¿Nadie?
Qué raro, muy raro.
- ¿Me lo sujeta un minuto?
- Claro.
Cate imprimió unos anuncios, ¿le
importaría colgarlos? Por favor.
- De acuerdo, ya los colgaré.
- Es usted un ángel.
- Lo sé, lo sé, lo sé.
- Ven acá.
- Se ve que le gusta ir en la bolsa.
- Gracias.
Profesor, nada de perros en el tren.
- Nada de perros en el tren.
- Gracias.
Un momento, intentemos algo...
Sáltate la repetición
de la primera sección y
ve directo a la sección
lírica. Intentémoslo.
Pero tienes que hacerlo más
rápido, aumentar el tempo.
Y cuando lleguemos
a la sección lírica...
Respiramos, respiramos.
Hola.
Excelente.
¿Quieres un perrito? ¿Lo quieres?
Esto es lo único que había en la caja.
"Yamanashi", es todo
lo que se puede leer.
- ¿Y eso qué es?
- Un lugar en el centro de ***ón.
- No es un perro cualquiera Parker.
- No.
Es un Akita... Akita como
acostumbran llamarlos.
- Es una raza muy especial.
- Sí.
- ¿Qué es eso?
- Hachi.
- ¿Qué?
- 8 en japonés, de la buena suerte.
¡Buena suerte! ¡Muy bien!
Hachi... Es un buen nombre, me gusta.
Puede que fuese el octavo de una camada.
La importancia espiritual del número 8
abarca desde el cielo hasta la tierra.
- ¿Qué te parece? ¿Lo quieres?
- ¿Yo? No, creo que él ya ha elegido.
¿Qué quieres decir?
Pues que es tu problema,
no el mío, amigo.
- ¿Verdad que no eres un problema?
- Bueno, ¿y tú lo has encontrado o...?
¿El te ha encontrado a ti?
Quién sabe, es el destino.
También dijo que los Shogun criaban
a los Akitas para el combate y la caza.
En cierto modo son algo
así como, la realeza canina.
¿Te dio Ken alguna idea de dónde
encontrarle un hogar a su majestad?
Ya he colgado 10 anuncios.
Alguien reclamará a Hachi.
¿Quién es Hachi?
Él... El símbolo que viene en su collar.
- ¿Le has puesto nombre?
- No...
- Parker, quieres quedarte con él.
- No, no es cierto.
- Sí, quieres quedártelo.
- No quiero quedármelo, sólo...
- Admítelo, lo quieres.
- Ni siquiera he pensado en eso.
- Sí.
- ¿Hachi?
¿A dónde fue?
¡No!
¡Por Dios Parker, es el
trabajo de muchos meses!
Perdón.
Quiero que se quede afuera toda
la noche, que no vuelva a entrar,
- ¿me has oído? Fin de la discusión.
- ¡Te he oído!
Te oí antes y te oigo ahora.
- ¿Pero por qué?
- ¡No estoy dispuesta!
Espero que lo hayas entendido,
no quiero más perros en casa.
No te precipites, es hermoso.
Lo entiendo pero...
Hachi.
Vamos amiguito, vamos.
Sí, vamos a entrar.
Llevemos esto también... Vamos.
Muy bien...
Veamos que encontramos.
Sí, mírate.
Tu linaje se remonta por lo menos
a 4.000 años. Puede que mucho más.
Sí, ¿qué más tenemos aquí?
Sí.
¿Te gusta?
Dice que la primera sociedad
entre el hombre y los animales...
fue contigo. ¿Lo
sabías? Ya lo sabías ¿no?
Sí, claro que lo sabías.
Bien, ya es suficiente por hoy.
Vamos a encontrarte un lugar.
No está nada mal ¿verdad?
Muy bien, quédate aquí, quieto
ahí ¿de acuerdo? Quédate ahí.
Y en este momento está
vigilando las bases,
un batazo al jardín derecho
y bastaría para adelantar...
Sólo me quedaré un momento.
Siento molestarte, pero...
- Estaba por subir.
- Sí, claro.
Sólo por esta noche, ¿de
acuerdo? ¡Pórtate bien!
Quieto ahí, no pasará nada.
No puedo creerlo. Es
fan de los "Yankees"
No.
- Sí.
- ¿En serio?
Esto va a ser muy divertido.
Hachi, haremos una cosa...
Esto es una pelota... Pelota, la lanzo,
tú la buscas y la traes ¿entendido?
Muy bien... ¿Listo?
¡Ve por ella! ¡Ve por ella!
¡No, no, no! ¡La pelota! ¡Hachi!
¡Hachi! ¡Hachi! ¡Oye! ¡Hachi!
Ahora la lanzaré y tú me la
traerás ¿entendido? ¡Ve por ella!
¡Ve por ella!
¡Hachi, no, no! ¡La pelota!
¡Hachi, ven aquí! ¡Hachi! ¡Vamos!
¡Tómala! ¡Aquí! ¡Hachi!
Vamos, toma la pelota.
Ven aquí, Hachi. ¡Hachi!
Ven aquí, puedes hacerlo. Sé que puedes.
Me parece que estás siendo
siendo un poco dura con él.
El perro tiene problemas y
papá intenta hacer lo correcto.
Mamá.
Hachi. Ve por la pelota.
Ha enloquecido.
¿Diga?
¿El anuncio del perrito?
Sí, ¿es usted su dueño?
No, aún no lo ha reclamado nadie.
Queremos asegurarnos de
que tenga un buen hogar.
¿Podría dejarme su número?
Seguramente le llamará mi marido.
Un momento, necesito
un bolígrafo. Espere...
¿Hola?
El perro ya tiene dueño.
Sí. Lo siento mucho.
¡No, no, no! ¡Hachi! ¡Hachi!
Bien, vamos, llévalo.
No, no puedes ir, tengo que trabajar.
Te veo esta noche, adiós.
Buen día profesor. Lo estaba esperando.
Ya se lo he preparado. Una
de azúcar, dos de crema.
Última llamada, el tren
partirá en 3 minutos...
Disculpen, con permiso.
¡Hachi!
¿Qué haces aquí? ¿Qué haces aquí?
Tienes que irte a casa, ve...
No, vete a casa, anda. Vamos.
Tengo que subir al tren. ve,
vete. Vamos, tengo que irme.
- Profesor, ¿quiere que detenga el tren?
- ¿Puede?
- 30 segundos.
- Gracias.
¡Vete a casa, vamos!
¡Vamos, vete a casa!
Esperaremos un minutito ¿de acuerdo?
Vete a casa, anda, vete. Vete a casa.
¡Vamos, Hachi, vete a
casa! ¡Vete a casa, anda!
- Lo tiene bien adiestrado.
- Buen chico.
Profesor...
- Está bien. Gracias Carl.
- ¿Está seguro?
- Sí, gracias.
- Puedes partir.
- ¿Le llamo un taxi?
- No, caminaremos. Gracias.
¡Cielos!
¿Parker?
- ¿No fuiste al trabajo?
- Sí.
- ¿Ahora eres jardinero?
- Se escapó y perdí el tren.
- Ven, vamos.
- No, sé muy bien lo que me dirás.
Yo lo haré, llama un taxi
y vete en el próximo tren.
Bien, gracias.
Y tú...
- Quédate ahí.
- Lo hará.
Hasta en la noche... Adiós.
Te tengo un regalo... Un regalo.
Está bien, bien, bien, sólo uno
más. Uno más, ¡espera, espera!
¿Bueno? ¿Está rico? ¿Sí?
Muy bien. Es el último.
Aprovéchalo. Buen chico, Hachi.
Muy bien.
De acuerdo, el último.
Ahí tienes.
Estupendo... ¡Muy
bien! ¡Estoy orgulloso!
Perdonen el retraso.
- ¿Me castigarán?
- Nosotros no.
Qué bien, gracias.
¡Hola Hachi! ¿Qué haces aquí?
¿Quieres leche?
¡Nos vemos!
¡Oye! ¡Hola Hachi!
¿Qué haces? ¿Qué haces aquí?
Estación Beydridzh.
Sí señora, hay un
tren parte a las 19:30.
¿Estás bien?
¿Ha estado aquí todo el día?
No, llegó hace 2 minutos y se sentó ahí.
¿Bromeas?
- ¿Viste a Cate?
- No, no la he visto.
De acuerdo... Bien, vayámonos a casa.
Que el cielo me ampare...
Vamos, andando muchacho. Vamos.
- ¿Mamá?
- Sí cariño, aquí estoy.
- ¡Hola!
- Hola.
- Trajimos patatas fritas.
- Estupendo.
- Hola Sra. Wilson, un placer conocerla.
- Mucho gusto Michael, llámame Cate.
- Algunas cervezas... Bien.
- ¡Gracias! Gracias.
- Se ve delicioso.
- Sí.
¿Por qué no se lo llevas a papá?
- Claro.
- Está en el jardín.
- ¿Está lista la barbacoa?
- Sí, un placer conocerte.
El placer fue mío.
- ¿Te ayudo a picar?
- Sí, gracias cariño.
Aprendí a tocar
guitarra cuando era niño.
- ¿En serio?
- Sí, tenía 9 o 10 años.
Tuve que dejarlo porque mi hermano me
aplastó los dedos en la puerta del auto.
Siempre dijo que fue un accidente,
pero después de eso, dejé de practicar.
Ojalá y no lo hubiera hecho porque
la verdad me encanta la música.
Y admiro mucho a los músicos
y a la gente que toca...
Michael, ¿quieres a mi hija?
Sí señor... la quiero.
Muy bien. Porque es lo que debes
recordar cuando tengas un mal día.
Cierto.
Hachi, este es Michael. Michael, Hachi.
Encantado.
Hachi, ¿jugamos con la pelota?
¿Sí? ¿Listo? ¡Bien, ve por la pelota!
¡Ve por ella! ¡Ahí está, ve por ella!
¡Allá está! ¡Ve por ella,
Hachi! ¡Ve por la pelota!
Michael, si quieres la pelota, tendrás
que ir por ella, Hachi no va a ir.
No hace eso.
De acuerdo.
- ¿Estás bien?
- Estoy muy bien.
- Cariño, ¿estás bien?
- Sigan jugando.
- ¿Estás bien?
- Estoy bien, iré por la pelota.
- Muy bien.
- Ya la tengo.
- Miren esto.
- ¿De verdad estás bien?
- No quiero interrumpir el juego.
- Bien, de acuerdo, ¿pero estás bien?
- Sólo quería distraerte.
- Sí, claro.
No voy a lanzarla muy lejos, pero
tienes que ir a buscarla. ¿Entendiste?
¿Aunque se la tire aquí mismo,
no la buscará? ¿No lo harás?
- ¿Buscar algo?
- Sí, lanzo algo y no lo trae.
- Los Akita no hacen eso, Parker.
- ¿Qué? ¿Tienen algo contra traer cosas?
No, si quieres un perro
que te traiga cosas
consíguete un Collie
o un Springer Spaniel.
Me gusta Hachi, no te preocupes.
Bien, pero entiende que los Akita
no suelen complacer a la gente.
¿Y qué hacen?
Va al tren porque tiene un
vínculo especial contigo.
"Vamos amigo, ¡trae la pelota!"...
¿Por qué iba a hacerlo?"
Por diversión. Por una
galleta. O por complacerme.
No puedes sobornarlos... Son
japoneses, no americanos.
Bien.
Para ir a buscarte algo, deberá
ser por algún motivo especial.
Buscaré un motivo.
No, no, no, Hachi, no puedes ir.
Lo siento, pero no puedes ir. Entra.
Vamos... Quédate ahí.
Bien, vamos... Tú ganas, vamos.
¡Oye, Hach, Hach, Hach! ¡Ven aquí!
¡Oye, Hach, Hach!
Vámonos, anda.
- Buenos días, Milton.
- Buenos días.
¿Cómo le va este día?
- Myra.
- Buen día, Parker.
Aléjate del sol.
Con cuidado.
Buen chico.
- Buen día, profesor.
- Buenos días, Parker.
- Aquí tiene su café.
- Gracias.
- Lo ha hecho muy bien.
- Buen chico.
Vamos muchacho.
Muy bien, quiero que te vayas a casa,
directo a casa, ¿harás eso por mí?
Nos vemos en la tarde,
ahora vete a casa.
Buen muchacho... Buen muchacho.
- Bonito día, Karl.
- Que le vaya bien, profesor.
Hachi.
Toma, pero no se lo digas a Milton.
Hola Hachi.
¡Qué buen chico!
Muy bien, vámonos a casa, anda. Vamos.
¡Oye, Hachi!
¡Vamos, vamos, vámonos!
Más champaña, trae más champaña.
No recuerdo dónde la dejé.
¡Hachi!
- Muy bien, Jake.
- Gracias.
¿Cate? ¿Has visto a Hachi?
No estaba en la estación.
No, no lo veo desde
esta mañana. Ven aquí.
Mírala.
¿Puedes creer que la tuvieran
tapada durante 30 años?
¿No es hermosa?
Sí.
- Llevamos bastante retraso.
- Lo lograrás.
La noche de la inauguración
sí debería agobiarte.
El joven solista se mueve en
el escenario, canta La Boheme,
y luego baila, claro.
Después de eso, rock,
rap, hip-hop, jazz y... ¡Hamlet!
Después por supuesto, la
multitud se pone en pie
para ovacionarte
entusiasmada, enloquecen...
El Alcalde te ve, te acompaña
en el escenario te coloca
en el centro y te agradece
que lo hayas hecho posible.
- ¿Sí?
- Sí.
Me gusta.
¡Hachi!
¡Ven acá muchacho!
¿Hachi?
Hachi.
¿Qué haces aquí?
Muy bien.
Quieto Hachi.
Fuera, largo, vete de aquí.
Vete, fuera... ¡Largo de aquí! ¡Fuera!
¡Vamos, vamos, vamos!
¿Parker?
Nos emboscó.
- ¿Te quieres unir?
- No, creo que paso.
Muy bien.
Abre una ventana antes de ir a dormir.
¿De verdad olemos tan mal?
Tienes razón.
¡Mamá!
¡Hola cariño!
¿Qué pasa?
Tengo que decirte algo.
- Adivina.
- ¿Qué?
Bien. De acuerdo. Bien.
- ¿No me ves algo diferente?
- No.
- Sí.
- ¡Sí!
¡Qué alegría!
¡Es maravilloso!
¡Llamaré inmediatamente a tu abuelo!
- ¿Y papá?
- Afuera, como siempre.
¡Papi!
¡Papá!
¿Qué estás haciendo?
Es un masaje completo. Sigo
las instrucciones, ¿ves?
- Vas a ser abuelo.
- Hay que profundizar mucho en...
Papá, papá.
Michael y yo vamos a tener
un bebé. Estoy embarazada.
¡Dios! ¿Estás...?
- ¿De verdad?
- Sí.
¿Tendrán un bebé?
- Voy a ser abuelo.
- Sí.
¡Cate! ¡No puedo creerlo!
¡Es una estupenda
noticia! ¡Estoy tan feliz!
Hola cariño.
- Hola, disculpa la tardanza.
- No te preocupes.
- ¿Qué traes?
- Traigo muchas cosas para ti.
Verduras frescas, frambuesas,
pan árabe, cereales...
Cuando estaba embarazada de
ti, me pasé semanas mandando
a tu padre por pizza con
pimiento y doble de anchoas...
No soportaba verme comer.
Es increíble que lleven 25 años juntos.
- Más de media vida juntos.
- Sí.
Papá me dijo que tras su primera
cita, cuando él regresó al auto,
te echaba tanto de
menos que volvió contigo.
Lo sé, yo lo miraba desde la ventana.
Cuando lo vi llegar, casi me entraron
ganas de arrojarme a sus brazos.
- Debiste hacerlo.
- Lo sé.
- Pero pienso demasiado las cosas.
- Es verdad, haces eso.
- No lo hagas tú.
- De acuerdo.
¡Hola Hach! ¡Vamos Hachi, andando!
Mira.
- ¡Sí! Vamos a casa, a casa.
- Hola, Sr. Profesor.
- Buenas noches, Parker.
- Buenas noches, Mary Anne.
- ¿Cómo consigues que haga eso?
- Es sorprendente, todos los días.
Andando.
¿Parker?
¿Parker?
¿Parker?
Estás muy elegante.
Bueno, creo que podré
hacer algo al respecto.
Gracias.
¿Necesita algo más, madame?
Depende de lo que tenga usted
- Lo tengo todo.
- ¿Todo?
- Sí, todo.
- Muy bien.
Has tenido que soportar
muchas cosas, lo sé.
Y no siempre te lo he agradecido.
¿Sabes cuánto te quiero?
Y yo a ti.
- ¿Sí?
- Sí.
Sobre todo cuando no
hueles a perro o a mofeta.
- Lo cual no ocurre muy a menudo.
- ¿Qué? ¡Pero ha sucedido!
- Te amo. Te llamo después.
- Yo también. Adiós.
Muy bien Hachi, vamos.
¡Hachi, vamos!
¿Y ahora qué pasa? ¡Vamos!
¿Qué pasa?
Ven aquí, ven aquí.
Ven aquí, ¿qué te pasa? ¿Algún problema?
Todo está bien, ¿qué pasa?
Estás bien... ¿Ya estás
bien? Vamos... Vamos.
- ¿Qué le pasa?
- No lo sé.
Hachi, ¿quieres venir? Porque tengo
que irme a trabajar, vamos amigo. Vamos.
Tengo que irme.
- Te amo, querida.
- Te amo, hasta te veo en la noche.
Última oportunidad... ¡Adiós!
- Hola Mary Anne.
- Hola Jess, ¿cómo estás?
- Aquí tienes tu café y tus donuts.
- Muchas gracias.
¿Dónde está Hachi?
¡Hachi!
¡Ahí está!
Me alegra verte. ¿Me trajiste la pelota?
¿Qué hará con una pelota?
¿Quieres jugar? Mira, aquí...
Aquí tienes, ¡ve por
ella! Bien, ve por ella.
¡Muy bien! ¡Ahora tráela!
¡Eso es! ¡Eso es lo que quería!
Una más, esta vez más lejos.
¡Muy bien! ¡Ve por ella! ¡Vamos!
¡Buen muchacho! ¡Sí! ¡Ahora tráela!
Muy bien, vamos, vamos.
¡Pero qué buen muchacho! ¡Buen muchacho!
¡Qué buen muchacho! ¡Vio eso?
Lancé la pelota y él la trajo.
Es la primera vez que lo hace.
- Felicidades.
- Gracias... Buen muchacho.
Bien, me tengo que ir. Toma tu pelota.
Eso es.
Primera vez... Primera vez.
¡No, no, no, no, espere Sr. Profesor!
¡Le prepararé su café enseguida!
- Siento haberme retrasado.
- ¿Viste lo que hizo?
- Lancé la pelota y me la trajo.
- No, no.
Toma tu pelota.
¿Quieres que me la quede? No puedo
jugar, tengo que ir a trabajar.
- Me quedaré con ella ¿de acuerdo?
- Aquí tienes.
- Gracias.
- De nada.
- Te veo a las 17:00.
- Aquí estaremos.
Vete a casa, Hachi. Vete a casa.
Muy bien, ven aquí, ven aquí.
Qué bien, muy bien.
Te veo a las 5 ¿de acuerdo?
Buen muchacho. Vete a casa, anda.
¿Estuvo mejor esta vez?
¿Recuerdan que hablamos
sobre John Philip Sousa?
Gran compositor de marchas,
de finales de siglo.
Era muy famoso, pero le
preocupaba mucho la música grabada.
Nunca había permitido
que grabaran su música.
Incluso cuando Thomas Edison fue a verle
con su nuevo invento: el fonógrafo.
Pero a Edison no le importó,
él lo hizo igualmente,
grabó en secreto a su
banda en un desfile.
Y creo que eso lo convierte
en la primera grabación pirata.
¿Qué opinan de eso? ¿Creen
que Sousa tenía razón?
¿Qué ahora está bien? ¿Qué piensan de
los artistas de hoy? ¿Deberían poder
subir a un escenario y conectar su
reproductor de CD a un amplificador...?
¿Ya está, bastaría eso?
No lo sé.
Soy más viejo que ustedes,
pero suelo pensar que...
Hay un elemento en la música...
que no se puede capturar,
la vida no puede capturarse,
no puede capturarse el corazón humano.
El mismo momento de
la creación es efímero.
Hola Hachi, ¿cómo estás?
¡Hola Hachi
Buenas noches, Hachi.
Hola compañero.
¿Listo para irnos a casa?
¿Sí?
Hola, Hachi.
Hola muchacho.
¿No es así como se hace?
Perdona, ya aprenderé.
¡Andy! Tenemos que irnos, cariño.
Sé buen chico y quédate aquí, regresaré.
"He dicho que el alma
no es más que el cuerpo"
"Y también que el cuerpo
no es más que el alma"
"Y nada, ni siquiera Dios es más
grande para uno que uno mismo"
"Oigo y veo a Dios en todas las cosas...
Sin embargo no entiendo
en lo más mínimo a Dios"
"Ni entiendo quién puede ser
más maravilloso que yo mismo"
"En los rostros de los hombres
y las mujeres veo a Dios,
y en mi propio rostro en el espejo"
"Encuentro cartas tiradas en la calle
y cada una está firmada
con el nombre de Dios"
"Y yo las dejo donde están, porque
sé que donde quiera que vaya...
otros vendrán a su debido
tiempo, por siempre jamás"
Oye, no tienes que seguir esperando.
Él ya no va a volver.
Muy bien, Hachi...
Haz lo que tengas que hacer.
Vamos amigo, andando.
Vamos muchacho, ven.
Vamos Hachi.
Vamos Hachi. Vivirás con
nosotros, vámonos. Anda.
Tenemos que irnos,
Ronnie está esperándonos.
Anda.
Déjame ayudarte con eso, cariño.
Vamos Hachi, arriba, arriba.
- Eso es, buen muchacho.
- Buen chico, Hachi.
- Cuidado con la cabeza.
- Buen chico.
- Ahí están mis muchachos... ¿Andy?
- ¿Sí?
- Hachi... ¡Hachi! ¡Andy!
- ¿Qué pasa?
¡Hachi! ¡Hachi, ven acá!
¡Hachi! ¡Hachi, ven acá!
¡Hachi!
¿Hachi?
Mira, creo que tenemos
nuestra primera visita.
Hola amigo... ¿Nos das la
bienvenida a nuestra nueva casa?
¡Hola Hachi! ¿Qué haces aquí?
Vaya, vaya...
Mira, va directo a su puesto.
- Creí que se había ido.
- Y se fue.
- Debe tener hambre ¿no?
- Eres un corazón suave, Jess.
Oye Hachi, ¿quieres un perrito caliente?
Vamos amigo, cómetelo. Hachi...
Quizá no le guste tu comida, Jess.
Es el especial de Jess. Vamos,
pruébalo, te gustará. Es bueno.
¡Vamos, come!
¿De dónde salió?
De la nada. Vamos chico, come.
Mejor que tengas cuidado Hachi, tiene
perritos calientes más viejos que tú.
No le hagas caso.
- ¡Hachi!
- ¡Dios mío!
Hola, Dios, estaba preocupada por ti.
- ¿Por qué esa chica se lleva al perro?
- Es la hija del profesor.
- ¿En serio?
- Ahora vive con ella.
¿Y Hachi vino desde allá?
¿Vendrás a casa conmigo?
- Oye, oye, se lo lleva...
- No pasa nada.
- Vamos, vamos
- Vamos, amigo.
- Muchas gracias.
- ¡Gracias!
Es lo mejor... Anda, dame un café.
Jess, dame un café.
Yo también pienso en él, todos los días.
Oye...
Sabes que te queremos Hachi... y
queremos que te quedes con nosotros.
Pero si quieres irte, no te detendré.
Adiós, Hachi.
Buenas tardes, Hachi.
Hola Hachi. Toma. Pero no se
lo digas a Myra ¿de acuerdo?
Buenas noches, Hachi.
Hola, ¿cómo están?
¡Lucky! ¡Vamos cariño, oye, Lucky!
Vamos Lucky, vámonos.
- Perdone señor, el perro de afuera...
- ¿Sí?
¿Ese es el perro del
que tanto me han hablado?
¿Por qué lo pregunta?
Disculpe, me llamo Teddy
Barnes, soy reportero.
Me han hablado mucho de él en el tren.
No sé, podría ser una buena historia.
Me llamo Boilins, Carl Boilins.
Boi, li, ns.
- Sin ni "y"
- Entendido.
Yo soy el que lo encontró
y el que lo entregó.
¿Sí?
Entonces, Carl... ¿Dónde vive?
Bueno, no estamos muy
seguros. Va y viene.
- ¿Nadie se ocupa de él?
- Está con nosotros.
Hace lo que quiere.
¿Le importa si tomo una
foto? Para el periódico.
A mí no me importa si
a Hachi no le importa.
Gracias. Muy bien.
Primero, una foto solo.
¿Sin el perro? Muy bien. Quieto ahí.
No, yo...
- Sí, claro.
- Se lo agradezco, es usted muy amable.
- Muy bien. Ahora juntos.
- Sí, claro.
Mira para allá y sonríe.
Muy bonito, gracias.
PERRO FIEL ESPERA EL
REGRESO DE SU DUEÑO FALLECIDO
Oye Hachi...
Este niño de Derry, te ha
enviado el dinero de su almuerzo.
Me pide que te compre regalos con él.
Es el tercero esta semana.
Si esto sigue así, te
abriré una cuenta corriente.
Para que no digas que no te lo doy.
El perro se está haciendo famoso.
¡Mira qué bonito!
- ¿Qué harás con el dinero?
- Soy su albacea.
- Ya lo atiendo, señor.
- Gracias.
Hachi. Hola, ¿cómo estás?
Aquí tienes Hachi. Ten, amigo.
Tiene hambre.
Sí, está haciendo
mucho frío, debe comer.
Soy Jess, vendo perritos calientes.
Ken Fujiyoshi, amigo
del profesor Wilson.
¿Del Sr. Profesor?
Una de azúcar y dos de leche.
- Entonces debe haber leído el artículo.
- Lo leí.
- ¿Vio mi nombre en el artículo?
- Sí, lo vi.
- Dos veces.
- Permítame ayudarle con los gastos.
No, no, no, por favor, no quiero dinero.
¿Qué pasará si enferma?
Los gastos médicos.
Haremos una colecta. Con los
viajeros y los vendedores,
nosotros nos ocuparemos de él.
La plaza de la estación
es el hogar de Hachi ahora.
Viene todos los días, a la misma
hora, al mismo lugar. Siempre aquí.
- ¿Haría eso por él?
- ¿Cuidarlo? Pues claro.
Tengo que irme. Los perritos
calientes me esperan.
- Fue un placer conocerle.
- Igualmente... Y muchas gracias.
Ya hace un año ¿no?
A veces me despierto a mitad de la
noche y pienso en Parker, un buen amigo.
Sé cómo te sientes.
Hachi, nuestro amigo
Parker nunca volverá a casa.
Pero si Hachiko quiere esperarle,
entonces Hachiko debe esperarle.
Tú le esperarás ¿no?
Que tengas una larga vida, Hachi.
Vamos a comer, muchacho. Eso es.
Buen chico.
¿Quieres más? Bien, toma.
Muy bien amigo, el último
trozo, está rico, ¿no?
Hasta mañana, Hachi.
Adiós, Hachi.
¿Qué pasa?
- ¿Sra. Wilson? Un gusto verla.
- Buenas tardes.
Es la mujer del profesor ¿verdad?
EN ESCENA
"EL MERCADER DE VENECIA"
EN MEMORIA DE PARKER H. WILSON
AMADO ESPOSO Y PADRE
Cate.
Ken...
- Cuánto tiempo.
- Sí, bastante.
Han pasado 10 años. ¿Puedes creerlo?
Hola Hachi.
¿Hachi?
¿Hachi?
Viejo amigo, ¿sigues esperando?
Buen chico, todo está bien.
¿Me permites esperar
contigo el próximo tren?
¿Sí?
Gracias.
Hachi.
- Es muy bonita.
- ¿Te gusta?
- Sí.
- Mira esta.
¡Soy yo!
Lo sé, recuerdo el día
en que tomamos esa foto.
Era un perro hermoso.
- Esa es del día de la boda.
- Sí, aquí está.
- Ahí está.
- ¿Dónde encontró el abuelo a Hachi?
Ronnie, la verdad es que fue
Hachi quien encontró a tu abuelo.
¿Cómo?
Una noche, tu abuelo
volvía de un viaje...
se bajó en la estación
y en el andén de pronto...
Hola muchacho.
¡Oye! ¡Ven aquí! ¡Vamos!
¡Hachi!
¡Hola muchacho!
No conocí al abuelo, murió
cuando yo era un bebé.
Pero cuando me hablan de él y de
Hachi, es como si le conociese.
Ellos me enseñaron el
significado de la lealtad,
que nunca hay que olvidar a
alguien a quien has querido.
Por eso Hachi, será siempre mi héroe.
- ¡Hola muchacho!
- Se alegra mucho cuando te ve.
¿Quieres dar un paseo?
Vamos Hachi, vámonos.
Vamos.
EL VERDADERO HACHIKO NACIÓ
EN ODATE, ***ÓN, EN 1923.
CUANDO SU DUEÑO, EL DR. EISABURO UENO,
PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE TOKIO
MURIÓ EN MAYO DE 1925,
HACHIKO VOLVIÓ A ESPERARLE A LA
ESTACIÓN DE SHIBUYA AL DÍA
SIGUIENTE Y DURANTE 9 AÑOS.
HACHIKO MURIÓ EN MARZO DE 1934.
ACTUALMENTE HAY UNA ESTATUA
DE BRONCE DE HACHIKO,
COLOCADA EN EL LUGAR
DONDE ÉL ESPERABA...
EN EL EXTERIOR DE LA
ESTACIÓN DE SHIBUYA.