Tip:
Highlight text to annotate it
X
Paños.
Lord Miraz.
Tenéis un hijo.
Los cielos nos han bendecido.
Conoces tus órdenes.
General Glozelle.
Sí, mi señor.
Cinco minutos más.
No observarás
las estrellas esta noche.
Ven.
Debemos darnos prisa.
- ¿Qué pasa, profesor?
- Tu tía ha dado a luz...
a un niño.
Ven.
Debes huir al bosque.
- ¿Al bosque?
- No te seguirán ahí.
Me ha costado muchos años
encontrar esto.
Úsalo solo en caso
de absoluta necesidad.
¿Volveré a veros?
Lo espero de veras,
mi príncipe.
Hay muchas cosas más
que quería contarte.
Todo lo que conoces
está a punto de cambiar.
¡Cerrad la puerta!
Márchate.
- ¡Alto!
- ¡Alto ahí!
¡Un hijo! ¡Un hijo!
¡Lady Prunaprismia
le ha dado a lord Miraz un hijo!
LAS CRÓNICAS DE NARNIA
EL PRÍNCIPE CASPIAN
Viejas supersticiosas,
¿queréis pasar la noche en una celda?
Nos ha visto.
Encárgate de él.
¡No!
- Ten cuidado, cielo.
- Perdone.
¡Mira por dónde vas!
¡Espera!
¿Vas al Saint Finbar?
Así es.
Yo voy al Hendon House.
Enfrente.
Te he visto...
sentada sola.
Sí, bueno...
Prefiero estar sola.
Yo también.
¿Cómo te llamas?
- Phyllis.
- ¡Susan!
Ven rápido.
¡El diario!
¡Compre aquí su diario!
LA DEFENSA CIVIL
ES UNA OBLIGACIÓN DEL CIUDADANO
¡Edmund!
¡Dadle en la cara!
¡Parad! ¡Basta ya!
Parad. Vamos.
Basta. Arriba.
A tu edad...
- De nada.
- Lo tenía controlado.
¿Qué ha pasado esta vez?
- Me empujó.
- ¿Y le pegaste?
No. Después de empujarme él,
quisieron que me disculpara yo.
- Y fue cuando le di.
- En serio...
- ¿Tan difícil es alejarte?
- No tengo por qué.
¿No os cansáis
de que os traten como a niños?
Somos niños.
No lo he sido siempre.
Ha pasado un año.
¿Cuánto pretende
que esperemos?
Es hora de aceptar
que vivimos aquí.
Es inútil hacer como si no fuera así.
Oh, no.
- Fingid que habláis conmigo.
- Estamos hablando contigo.
- Calla, Lu.
- ¡Algo me ha pellizcado!
- ¡No tires!
- No te he tocado.
¿Queréis...? ¿Qué es eso?
- Parece magia.
- Rápido, daos la mano.
- ¡No voy a darte la mano!
- Solo...
SALIDA
¡No eres tan rápido
como yo!
¡Tonto el último!
¡Cuidado!
¡Ahí llega!
Un momento.
Susan, date prisa.
Vamos, está estupenda.
Edmund.
¿Ed? ¡Ed!
- ¿Qué te pasa?
- ¿Dónde supones que estamos?
¿Y tú qué crees?
No recordaba ruinas en Narnia.
Me pregunto
quién vivía aquí.
Creo que nosotros.
Eso es mío.
- De mi juego de ajedrez.
- ¿Cuál?
No tengo un juego de ajedrez
de oro en Finchley, ¿no?
No puede ser.
- ¿No lo veis?
- ¿Qué?
Imaginad paredes.
Y columnas, ahí.
Y un techo de cristal.
Cair Paravel.
Esperad, milord.
No es lo que pensáis.
¿Qué es entonces?
No estamos muy seguros.
Imposible.
Le advertí al consejo,
cuando decidió confiar en lord Miraz,
- que habría consecuencias.
- No.
No podemos acusarle
sin pruebas.
¿Cuánto más nos ocultaremos
tras esa excusa?
¿Hasta que todas estas sillas
estén vacías?
Señores del consejo,
disculpen mi tardanza.
No sabía que celebrábamos
una sesión.
Estaríais ocupado
en otras cosas.
Milord.
Desde que falleció Caspian IX,
habéis actuado
como si fuerais rey.
Y ahora parece que incluso
el príncipe Caspian ha desaparecido.
Os doy el pésame, lord Miraz.
Imaginaos, perder a vuestro sobrino,
el heredero legítimo
del trono,
la misma noche en que vuestra esposa
os ha dado un hijo.
Gracias, lord Sopespian.
Vuestra compasión se aprecia
en esta difícil situación.
Espero que podáis decirnos
cómo ha ocurrido esta tragedia.
Es la noticia
más perturbadora de todas.
Nuestro amado Caspian
ha sido capturado...
por narnianos.
Vais demasiado lejos.
¿Pretendéis culpar de tan flagrante
crimen a un cuento fantástico?
¿Qué?
Olvidamos, caballeros,
que Narnia fue una tierra salvaje.
Criaturas feroces
merodeaban libremente.
La sangre de nuestros antepasados
fue derramada
para exterminar
a estas alimañas.
O eso pensábamos.
Pero mientras peleábamos
entre nosotros,
se han reproducido como cucarachas
debajo de una piedra.
Haciéndose más fuertes.
Vigilándonos.
¡Esperando para atacar!
Y os preguntáis
porque no nos gustáis.
Tengo la intención
de atacar yo ahora.
Aunque tenga que talar
el bosque entero,
os aseguro que encontraré
al príncipe Caspian
y acabaré lo que comenzaron
nuestros ancestros.
- Catapultas.
- ¿Qué?
Esto no se hizo solo.
Cair Paravel fue atacado.
Supongo
que no tendrás cerillas.
No, pero...
¿te sirve esto?
Podías haberlo dicho
un poco antes.
No puedo creerlo.
Todo sigue aquí.
Yo era tan alta...
Eras mayor.
Mayor que cientos de años
después... cuando eres más joven.
- ¿Qué pasa?
- Mi cuerno.
Debí dejarlo en la montura
el día que volvimos.
Cuando Aslan enseña los dientes,
el invierno muere.
Cuando agite su melena,
volverá la primavera.
Todos los que conocíamos...
el señor Tumnus y a los Beaver...
ya no están.
Es hora de averiguar
qué está pasando.
No nos quita ojo.
Pues no le mires.
Aquí está bien.
¡Soltadlo!
¡Cuervos y cacharros!
¡"Soltadlo"!
¿Es lo mejor
que se te ocurre?
Me conformo con un "gracias".
Se les daba muy bien ahogarme
sin tu ayuda.
Deberíamos haberles dejado.
¿Por qué intentan matarte?
Son telmarinos.
Eso es lo que hacen.
¿Telmarinos? ¿En Narnia?
¿Dónde habéis estado
estos últimos cientos de años?
Es una larga historia.
Esto es una broma.
¿Sois vos?
¿Los reyes y las reinas
de antaño?
El gran rey Peter,
el Magnífico.
Lo último sobraba.
Probablemente.
Tal vez te sorprendas.
No querrás hacer eso,
muchacho.
Yo no. Él.
¡Edmund!
¿Estás bien?
¡Barbas y catres!
A lo mejor funcionó el cuerno.
¿Qué cuerno?
Este pan está rancio.
Entonces, le daré sopa.
Debería volver pronto en sí.
No le di muy fuerte.
Nikabrik, solo es un muchacho.
Es un telmarino, no un cachorro
perdido. Dijiste que te librarías de él.
No, dije que me encargaría de él.
No podemos matarlo ahora.
Le he vendado la cabeza.
Sería como asesinar
a un invitado.
¿Y cómo crees que tratan
sus amigos al suyo?
Trumpkin sabía lo que hacía,
no es culpa del chico.
¡Alto! ¡Alto!
¡Espera! ¡No, no!
Te dije que teníamos
que haberlo matado.
- Sabes por qué no podemos.
- Si vamos a votar, le apoyo a él.
No podemos soltarlo.
Nos ha visto.
Ya basta, Nikabrik.
¿O tengo que sentarme
en tu cabeza?
Y tú.
Mira lo que me has hecho hacer.
Media mañana
haciendo esa sopa.
¿Qué sois?
¿Sabes...?
Tiene gracia que lo preguntes.
La gente suele saber
qué es un tejón.
No, no, quiero decir...
Sois narnianos, se supone
que estáis extintos.
Sentimos defraudarte.
Toma.
Aún está caliente.
¿Cuándo hemos abierto una pensión
para soldados telmarinos?
No soy un soldado.
Soy el príncipe Caspian.
El décimo.
¿Qué haces aquí?
Huir.
Mi tío siempre ha querido
mi trono.
Supongo que he vivido tanto tiempo
porque no tenía heredero propio.
- Eso cambia las cosas.
- Sí.
No es necesario
que te matemos nosotros.
Tienes razón.
- ¿Adónde vas?
- Mi tío quiere verme muerto.
Pero no puedes irte.
Estás destinado a salvarnos.
¿No sabes qué es esto?
Una biblioteca impresionante.
¿Buscáis algo en particular,
milord?
Creo que ya he encontrado
lo que estaba buscando...
en uno de mis soldados.
¿Qué sabes del cuerno
de la reina Susan?
Decían que era mágico.
¿Mágico?
Los narnianos creían que podía convocar
a los reyes y reinas de antaño.
Al menos,
ésa era la superstición.
¿Y qué sabe Caspian
de esta superstición?
Milord, me prohibisteis
que mencionara las antiguas leyendas.
Así es.
Os diré esto. Si Caspian sabe de
la existencia de la Magia Insondable,
tenéis motivos para estar
preocupado.
Primero nuestro príncipe
y ahora su tutor.
Si los miembros de la casa
de Miraz no están a salvo,
- ¿lo estamos nosotros?
- ¡Lord Sopespian!
Son palabras peligrosas,
lord Sopespian.
Son tiempos peligrosos,
general.
Hay que elegir las palabras
con tanto cuidado como a los amigos.
¿Cuánto le falta al puente?
- El ritmo es el previsto.
- No me basta.
Necesito que el ejército cruce ahora.
¿Puedo sugerir
que aportéis algunos hombres?
Yo tengo un número limitado.
Es algo que siempre
deberías recordar.
Ve a Beruna.
Llévate cuantas tropas necesites. Hay
que alcanzar a Caspian antes que ellos.
¿"Ellos", milord?
Ya es hora de que estudies historia.
Están tan inmóviles...
Son árboles.
¿Qué esperabais?
Antes bailaban.
Al poco de iros,
invadieron los telmarinos.
Los supervivientes
se refugiaron en los bosques.
Y los árboles...
se encerraron en sí mismos de tal manera
que no se ha vuelto a saber de ellos.
No lo entiendo.
¿Cómo ha podido Aslan permitir esto?
¿Aslan?
Nos abandonó
al mismo tiempo que vosotros.
No era nuestra intención irnos.
Ya no tiene importancia, ¿no?
Llévanos con los narnianos...
y la tendrá.
Hola.
Tranquilo, somos amigos.
No os mováis, majestad.
¡Aléjate de ella!
¡Dispara, Susan!
- ¿Por qué no se detuvo?
- Sospecho que estaba hambriento.
Gracias.
Era salvaje.
No creo que pudiera ya hablar.
Cuando te tratan como a un animal,
te conviertes en uno.
Narnia os parecerá más salvaje
de lo que recordabais.
Os oigo.
Deberíamos esperar
a los reyes y reinas.
Vale, vete. Veremos si los demás
son tan comprensivos.
O tal vez te acompañe.
Quiero ver cómo
explicas las cosas a los minotauros.
¿Minotauros?
¿Existen?
Y tienen muy mal genio.
- Además de ser grandes.
- Enormes.
¿Y los centauros? ¿Aún existen?
Los centauros
lucharán probablemente a tu lado.
Pero no sé qué harán los demás.
¿Qué hay de Aslan?
¿Cómo sabes tanto
sobre nosotros?
- Historias.
- Un momento.
¿Tu padre te contó
historias de Narnia?
No, mi profesor...
Lo siento.
No es el tipo de preguntas
que deberíais hacer.
- ¿Qué pasa?
- Humano.
- ¿Él?
- No. Ellos.
- ¡Ahí están!
- ¡Corred!
¡Ahora!
- No.
- Espera, iré yo.
Cógelo.
Es más importante que yo.
Llévatelo de aquí.
¿Dónde estás?
Elige cuidadosamente
tus últimas palabras, telmarino.
Eres un ratón.
Esperaba algo un poco más original.
Coge tu espada.
No, gracias.
¡Cógela! No lucharé
con alguien desarmado.
En ese caso,
podría vivir más tiempo
si decido no cruzar mi espada
con la tuya, noble ratón.
Dije que no lucharía contigo,
no que te dejaría vivir.
¡Reepicheep!
- ¡Detén tu espada!
- ¿Buscatrufas?
Espero que tengas un buen motivo
para interrumpir.
- No lo tiene, adelante.
- Es el que sopló el cuerno.
- ¿Qué?
- Pues que lo muestre.
Por ese motivo
nos hemos reunido.
No recuerdo este camino.
Ése es el problema, las chicas
no lleváis mapas en la cabeza.
Porque ya llevamos cosas dentro.
Ojalá hubiera escuchado a Q.A.
- ¿Q.A.?
- Querido Amiguito.
Eso no es condescendiente, ¿no?
No estoy perdido.
No.
Solo sigues
el camino equivocado.
Para ir al Bosque Tembloroso,
donde viste a Caspian,
hay que cruzar el río Rush.
A menos que me equivoque,
no hay vados.
Ahí tienes la explicación.
Te equivocas.
Con el tiempo, el agua erosiona
el terreno, cavando...
Cállate.
- ¿Se puede bajar?
- Sí, cayendo.
Pero no estábamos perdidos.
Hay un vado cerca de Beruna.
¿Os apetece nadar?
Lo prefiero a caminar.
¿Aslan?
¡Es Aslan!
¡Es Aslan, ahí!
¿No lo veis? Está justo...
ahí.
¿Lo ves ahora?
No estoy loca.
Estaba ahí.
Quería que lo siguiéramos.
Seguro que hay muchos leones
en este bosque.
- Igual que ese oso.
- Creo que sé reconocer a Aslan.
Escuchad,
no saltaré de un acantilado
por alguien que no existe.
La última vez
que no creí a Lucy...
quedé como un tonto.
¿Por qué no iba a poder
verlo yo?
A lo mejor no mirabas.
Lo siento, Lu.
¡Matadle!
- ¡Telmarino!
- ¡Mentiroso!
¡Asesino!
El cuerno solo demuestra que
nos han robado una cosa más.
- Yo no he robado nada.
- ¿No has robado nada?
¿Enumeramos lo que
se han llevado los telmarinos?
- ¡Nuestras casas!
- ¡Nuestra tierra!
- ¡Nuestra libertad!
- ¡Nuestras vidas!
¡Habéis robado Narnia!
¿Soy responsable
de los crímenes de mi pueblo?
Responsable...
y punible.
Mira quién habla, enano.
¿Has olvidado que tu pueblo
luchó junto a la Bruja Blanca?
Y lo haría de nuevo
si eso nos librara de estos bárbaros.
Afortunadamente,
no puedes hacerla volver.
¿O quieres pedir a este chico
que luche en contra de Aslan?
Algunos lo habréis olvidado,
pero los tejones recordamos
que Narnia solo fue bien
cuando reinó un hijo de Adán.
¿Por qué íbamos a querer
por rey a un telmarino?
Porque puedo ayudaros.
- ¡Es una trampa!
- ¡Al menos, escuchadle!
Más allá de estos bosques,
soy príncipe.
El trono telmarino
es mío por derecho.
Ayudadme a reclamarlo
y reinará la paz entre nosotros.
Es cierto.
Ha llegado el momento.
Yo vigilo los cielos,
pues mi deber es vigilar,
como el tuyo es recordar, tejón.
Tarva, señor de la victoria,
y Alambil, señora de la paz,
se han unido en los cielos.
Y aquí, el Hijo de Adán
ha aparecido
para devolvernos nuestra libertad.
¿Es posible? ¿Crees de verdad
que podría haber paz?
¿De verdad?
Hace dos días, no creía en la existencia
de animales que hablaran,
en enanos ni en centauros.
Y sin embargo aquí estáis,
más fuertes y numerosos
de lo que los telmarinos
podíamos imaginar.
No sé si este cuerno es mágico o no,
pero nos ha reunido.
Y juntos,
tenemos la oportunidad
de recuperar lo que es nuestro.
Si tú nos guías,
mis hijos y yo...
te ofrecemos nuestras espadas.
Y nosotros, nuestras vidas,
sin reservas.
El ejército de Miraz
no debe estar lejos.
Si queremos estar listos,
debemos encontrar soldados y armas.
Pronto estarán aquí.
¡Estos! ¡Y estos!
¡Árbol va!
- ¡Atrás!
- ¡Cuidado!
¡Cuidado!
- ¡Despacio!
- ¡Árbol va!
A lo mejor no era el mejor camino,
después de todo.
¿Dónde exactamente crees
que viste a Aslan?
Ojalá dejarais de intentar
parecer adultos.
No creo que le vi, le vi.
Yo soy un adulto.
Fue justo encima de...
¡Lucy!
...aquí.
Lucy, ¿estás despierta?
¿Por qué crees
que yo no vi a Aslan?
¿Me crees?
Cruzamos la garganta.
No sé...
A lo mejor no querías realmente.
Siempre supiste
que volveríamos, ¿verdad?
Eso esperaba.
Me hice a la idea de quedarme
en Inglaterra.
Pero te alegras
de estar aquí, ¿verdad?
Mientras dure.
Lucy.
Lucy.
¡Aslan!
¡Te he echado tanto de menos!
- Has crecido.
- Cada año que tú crezcas...
lo haré yo también.
¿Dónde has estado?
¿Por qué no viniste a ayudarnos?
Nada ocurre dos veces
de la misma manera.
¡Susan! ¡Despierta!
Claro, Lu.
Lo que tú quieras.
Despierta.
¿Aslan?
¡No, parad!
¿Príncipe Caspian?
Sí.
¿Y quién eres tú?
¡Peter!
- El gran rey Peter.
- Creo que nos llamaste.
Sí, pero... pensé
que serías mayor.
Podemos volver dentro de unos años.
No. No, así está bien. Es que...
no sois exactamente
lo que esperaba.
Ni tú tampoco.
Un enemigo común une incluso
a los enemigos más antiguos.
Hemos esperado ansiosamente
vuestro regreso, mi señor.
Estamos a vuestro servicio.
Vaya, qué mono es.
- ¿Quién ha dicho eso?
- Perdón.
Majestad,
con el debido respeto,
creo que "valiente",
"gentil" o "caballeroso"
serían más apropiados
para un caballero de Narnia.
Al menos podéis
blandir una espada.
Sí, ciertamente.
Y lo he hecho recientemente
para reunir armas
para vuestro ejército.
Bien. Necesitaremos
todas las espadas que encontremos.
Entonces, querrás la tuya.
¿Cuánto se han llevado?
Suficientes armas
para dos regimientos.
Pero... hay más.
CON RAZÓN
TEMÍAS EL BOSQUE X
"Con razón temías el bosque".
- ¿"X"?
- Caspian. El décimo.
Lo siento, milord.
La culpa es mía.
Lo sé.
Decidme, general...
¿Cuántos hombres
habéis perdido?
- Ninguno, milord.
- ¿Ninguno?
Vinieron como fantasmas en la oscuridad
de la noche. No los vimos.
¿Y cómo explicáis
vuestras heridas?
He preguntado...
cuántos hombres murieron
durante este sangriento
ataque de los narnianos.
Al cual vos tuvisteis
la fortuna de sobrevivir.
General...
¿Cuántos?
Tres.
Pido disculpas, lord Sopespian.
Caspian no es la víctima
de este salvaje levantamiento.
Es el instigador.
Parece que Narnia
necesita un nuevo rey.
Está bien tener tropas,
pero necesitamos fortificaciones.
¿Y bien? ¿Cómo son?
Descontentos, protestones,
tozudos como mulas por la mañana.
Así que te caen bien.
Bastante.
Tal vez no estéis habituados a esto,
pero se puede defender.
Peter.
A lo mejor quieres ver esto.
Somos nosotros.
¿Qué lugar es éste?
¿No lo sabéis?
Debe de saber lo que hace.
Creo que ahora
nos toca a nosotros.
Solo es cuestión de tiempo.
Se acercan los hombres de Miraz
y sus máquinas de guerra.
Eso significa
que no protegen el castillo.
¿Qué proponéis, majestad?
- Debemos prepararnos.
- Planear...
Debemos atacar
antes de que nos ataquen ellos.
Nadie ha tomado jamás
el castillo.
- Siempre hay una primera vez.
- Les sorprenderemos.
- Aquí tenemos ventaja.
- Atrincherándonos
podríamos rechazarlos
indefinidamente.
Yo me siento más seguro
bajo tierra.
Aprecio lo que has hecho aquí,
pero esto no es una fortaleza,
es una tumba.
Y si son listos,
los telmarinos esperarán
a que muramos de hambre.
- Podemos buscar nueces.
- Y tirárselas a los telmarinos.
¡Callaos!
Conocéis mi posición, señor.
Si consigo que entren tus tropas,
¿podréis con los guardias?
O moriremos en el intento,
mi señor.
- Es lo que me preocupa.
- ¿Perdona?
Solo consideráis dos opciones.
Morir aquí o morir allí.
- Creo que no has escuchado.
- No escuchas tú.
¿Has olvidado quién derrotó
a la Bruja Blanca?
Hemos esperado a Aslan
lo suficiente.
Profesor.
- Tengo que encontrarle.
- No hay tiempo.
- Debes abrir la puerta.
- De no ser por él, no estarías aquí.
Y yo tampoco.
Tú y yo podemos
ocuparnos de Miraz.
Y llegaré a tiempo
a la puerta.
Sí, soy un ratón.
Esperábamos a alguien...
ya sabes, más alto.
- Mira quién habla.
- ¿Eso es irónico?
¿Cinco minutos más?
¿Qué haces aquí?
No te ayudé a escapar
para que volvieras a entrar.
Debes marcharte
antes de que Miraz
sepa que estás aquí.
Pronto lo sabrá.
Le daremos vuestra celda.
No subestimes a Miraz
como lo hizo tu padre.
¿De qué habláis?
Lo siento.
Doy gracias a Dios
de que estés a salvo.
En pie.
- Caspian.
- Quédate ahí.
- ¿Qué haces?
- Me parece que es obvio, querida.
Algunas familias lo considerarían
un comportamiento inapropiado.
Que a ti no te detuvo.
Pero tú no eres
como yo, ¿verdad?
Es triste. Por una vez
que demuestras agallas,
resulta tan inútil...
Deja esa espada, Caspian.
- No quiero hacer esto.
- Nosotros tampoco.
Era una habitación privada.
¿Qué haces?
Deberías estar en la puerta.
¡No!
Esta noche, por una vez,
quiero la verdad.
¿Mataste a mi padre?
Así que es eso...
Dijiste que tu hermano
murió mientras dormía.
Era más o menos verdad.
Caspian,
esto no arregla nada.
Lo que los telmarinos
tenemos, lo hemos cogido.
Tu padre lo sabía
perfectamente.
¿Cómo pudiste?
Por la misma razón
que lo harás tú.
- Por nuestro hijo.
- ¡Alto!
- Quédese ahí.
- Tienes que elegir, querida.
¿Quieres que nuestro hijo
sea rey?
¿O quieres que sea
como Caspian?
- ¡Huérfano de padre!
- ¡No!
¡Caspian!
¿Qué significa eso?
- ¡Nos atacan!
- ¡Tocad la alarma!
¡Coged los arcos!
- ¡Peter!
- ¡Nuestras tropas están afuera!
¡Ahora, Ed!
¡Ahora!
- ¡Avisa a las tropas!
- ¡Estoy ocupado!
Peter, es demasiado tarde.
Tenemos que retirarnos.
¡No, aún puedo lograrlo!
¡Ayudadme!
¿Por quién exactamente
haces esto?
¡Vamos!
¡A la carga!
¡Nos atacan!
¡Atacad! ¡Atacad!
¡Por Narnia!
¡Arqueros!
¡Elegid un blanco!
¡Apuntad!
¡Ed!
Que cierren esa puerta.
¡Retirada!
¡Hay que retroceder!
¡Vamos! ¡Sácala de aquí!
¡Volved a la puerta!
¡Corred!
- ¡Caspian!
- ¡Lo encontraré!
¡Salid! ¡Vamos! ¡Retirada!
¡Seguidme!
Da la orden.
Mis hombres siguen ahí.
¡Atrás! ¡Salid!
¡Retirada!
¡Ahora!
¡Disparad!
¡Corre! ¡Sálvate!
¡Peter! ¡El puente!
¡Dejadnos, hermanos!
¡En el nombre de Aslan!
¿Qué ha pasado?
Pregúntale a él.
- Peter.
- ¿A mí?
Podías haberte retirado,
había tiempo.
No, no lo había,
gracias a ti.
Si hubieras seguido el plan,
podrían estar vivos.
Si te hubieras quedado aquí,
lo estarían.
- Nos llamaste.
- Mi primer error.
No. Fue pensar que podías liderarlos.
Yo no abandoné a Narnia.
Tú invadiste Narnia. No tienes
más derecho a gobernarla que Miraz.
Tú, él, tu padre...
Narnia está mejor
sin todos vosotros.
¡Basta!
¿Qué hacéis aquí parados?
Van a llegar los telmarinos.
Gracias...
mi querida amiguita.
- Buen trabajo, chicos.
- Más deprisa, amigo. ¡Vas muy lento!
Beruna aporta su ejército.
Galma aporta su ejército.
Tashbaan aporta su ejército.
Ettinsmoor aporta su ejército.
¡Larga vida al rey!
¡Larga vida al rey!
¿Aún te alegras de tener
el cuerno mágico?
Tus reyes y reinas
nos han fallado.
La mitad de tu ejército ha muerto.
Y la otra morirá pronto.
¿Qué quieres? ¿Felicitaciones?
Quieres la sangre de tu tío.
Nosotros también.
¿Quieres su trono?
Podemos conseguírtelo.
Usaste un antiguo poder.
Falló.
Pero hay un poder mayor aún.
Uno que mantuvo a Aslan alejado
durante casi 100 años.
¿Quién anda ahí?
Yo soy el hambre.
Yo soy la sed.
Puedo ayunar cien años
sin morir.
Puedo yacer cien noches en el hielo
sin helarme.
Puedo beber un río de sangre
sin estallar.
Muéstrame... a tus enemigos.
Lo que tú odias,
nosotros odiaremos también.
Nadie odia mejor que nosotros.
¿Y podéis...
garantizar la muerte de Miraz?
Y más.
Dibujemos el círculo.
Esperad.
Esto no es lo que quería.
Con una gota de la sangre
de Adán, me liberarás.
Y seré tuya, mi rey.
¡No!
¡Alto!
¡Vamos! Venga.
¡Aléjate de él!
Peter, querido...
Te he echado de menos.
Ven.
Solo una gota.
Sabes que no lo lograrás solo.
Ya lo sé.
Lo tenías controlado.
¿Por qué no me dijisteis
lo de mi padre?
Mi madre era una Enana Negra
de las Montañas del Norte.
Arriesgué mi vida
todos estos años
para que un día
pudieras ser un rey mejor
que los que te precedieron.
Entonces, os he fallado.
Todo lo que te dije...
lo que no te dije...
fue únicamente
porque creía en ti.
Podías convertirte en la contradicción
más noble de la historia.
El telmarino
que salvó a Narnia.
Tienes suerte, ¿sabes?
¿Qué quieres decir?
De haberle visto.
Ojalá me hubiera dado
algún tipo de prueba.
A lo mejor la prueba
debemos dársela nosotros.
Pete. Ven rápido.
¡Pasteles y teteras!
¿Éste es tu gran plan?
¿Enviar a una niña
a lo más oscuro del bosque? ¿Sola?
- Es nuestra única oportunidad.
- Y no estará sola.
¿No han muerto
suficientes de los nuestros?
Nikabrik también era amigo mío.
Pero perdió la esperanza.
La reina Lucy no.
Y yo tampoco.
Por Aslan.
Por Aslan.
- Voy contigo.
- No, te necesitamos aquí.
Debemos detenerlos
hasta que ellas vuelvan.
Si me permites...
Tal vez Miraz sea
un tirano y un asesino,
pero como rey,
debe someterse a las tradiciones
y expectativas de su pueblo.
Hay una en particular
que puede darnos algo de tiempo.
A lo mejor quieren rendirse.
No.
Son demasiado nobles
para hacerlo.
"Yo, Peter, por nombramiento de Aslan,
por elección y por conquista,
rey de Narnia, señor de Cair Paravel
y emperador de las Islas Solitarias,
a fin de evitar el espantoso
derramamiento de sangre,
reto al usurpador Miraz a un combate
cuerpo a cuerpo en el campo de batalla.
El enfrentamiento será a muerte.
La recompensa será la rendición total".
- Decidme, príncipe Edmund...
- Rey.
- ¿Disculpad?
- De hecho soy el "rey Edmund".
Solo "rey". Peter es el gran rey.
Sé que es confuso.
¿Por qué íbamos a aceptar tal propuesta
cuando nuestros ejércitos
podrían barreros antes del anochecer?
¿No habéis subestimado
nuestro número?
Hace solo una semana,
los narnianos estaban extintos.
Y volveréis a estarlo.
Entonces, no deberíais temer.
No es una cuestión de valentía.
Así que valientemente os negáis a pelear
con alguien a quien dobláis en edad.
No he dicho que me niegue.
Tenéis nuestro apoyo,
majestad.
Sea cual sea vuestra decisión.
Señor, nuestra ventaja militar
nos permite evitar
- lo que podría ser...
- ¡No evito nada!
Solo señalaba
que milord
tiene perfecto derecho a negarse.
Su majestad jamás se negaría.
Está encantado
de poder demostrar al pueblo
el valor de su nuevo rey.
Tú.
Más te vale que la espada de tu hermano
tenga más filo que su pluma.
Batallador siempre me ha sido fiel.
Estáis en buenas manos.
O patas.
- Buena suerte.
- Gracias.
Escucha.
Tal vez deberías
recuperar esto.
¿Por qué no te lo quedas?
Podrías tener que llamarme otra vez.
- ¿"Tener que llamarme otra vez"?
- Cállate.
Si la cosa fuera mal...
Entendido, majestad.
Espero que no te defraude
que yo sobreviva.
Aún hay tiempo para rendirse.
Estáis en vuestro derecho.
¿Cuántos más deben morir
por el trono?
Solo uno.
- ¡Adelante!
- ¡Nos han visto!
- Coge las riendas.
- ¿Qué haces?
Lo siento, Lucy.
Pero vas a tener que ir sola.
¿Seguro que no necesitas
el cuerno?
¿Necesita un respiro su alteza?
¿Cinco minutos?
Tres.
¿Y Lucy?
Consiguió pasar...
con un poco de ayuda.
- Gracias.
- Estabas ocupado.
Supongo que no dejarás
que vuelva a ponerme en aprietos.
Id arriba. Por si acaso.
Dudo que los telmarinos
cumplan su palabra.
- Perdona.
- No pasa nada.
Ten cuidado.
Sigue sonriendo.
¿Qué tal lo veis?
Joven.
Pero su majestad lo está haciendo
de maravilla... para su edad.
Creo que está dislocado.
¿Qué crees que ocurre en casa
si mueres aquí?
Siempre me has ayudado
y nunca te he...
Déjalo para luego.
¡Un respiro!
Un respiro.
No es el momento
de ser un caballero.
¡Sin piedad!
¡Cuidado!
¿Qué pasa, muchacho?
¿Demasiado cobarde
para quitarme la vida?
No soy yo
quien debe hacerlo.
Tal vez me equivoqué.
Tal vez sí tengas las cualidades
de un rey telmarino.
No de uno como tú.
Te dejo con vida.
Pero voy a devolver
su reino a los narnianos.
Mi rey.
Me ocuparé de ti
cuando esto acabe.
Ha acabado.
¡Traición!
¡Le han disparado!
¡Han matado a nuestro rey!
¡Preparaos!
¡Peter!
¡Vamos!
¡A las armas, Telmar!
¡A las armas!
¡Disparad!
¡Caballería!
¡Al ataque!
¡Arqueros listos!
¡Narnianos!
¡A la carga!
Uno, dos,
tres, cuatro,
cinco, seis...
¡Apuntad!
¡Seguid a vuestro blanco!
Ocho, nueve...
¡Preparaos!
¡Ahora!
¡Parad! ¡Atrás! ¡Atrás!
¡Alto! ¡Alto!
¡Ahora!
¡A la carga!
¡A la carga!
Eres un ratón.
No tenéis imaginación.
¡Adelante!
¡Disparad!
¿Y Lucy?
¡Volvamos al Altozano!
¡Cortadles la retirada!
¡Fuego!
¡Fuego!
¡Preparaos!
¡Al Altozano!
Hay que aplastarlos.
¡Aslan!
Sabía que eras tú.
Siempre lo he sabido.
Pero los demás no me creían.
¿Y eso te impidió venir a mí?
Me daba demasiado miedo
venir sola.
¿Por qué no te dejaste ver?
¿Por qué no viniste a salvarnos,
como la última vez?
Nada ocurre dos veces
de la misma manera.
Si hubiera venido antes, todos los que
han muerto, ¿podría haberlo evitado?
Nunca podemos saber
qué habría pasado, Lucy.
Pero lo que va a pasar
es algo totalmente diferente.
- ¿Quieres decir que vas a ayudar?
- Claro.
- Y tú también.
- Ojalá fuera más valiente.
Si lo fueras, serías una leona.
Creo que tus amigos
ya han dormido suficiente, ¿no?
¡Vamos!
Lucy.
¡Por Aslan!
Podemos derrotarlos
si los llevamos hacia el río.
Debemos reagruparnos.
¡Por Beruna!
¡Volved al puente!
¡A la carga!
¿Qué pasa?
- ¡El río!
- ¡Retirada!
¡Atrás! ¡Atrás!
¡Venga!
¡Todos a esa orilla!
¡No os haremos daño!
¡Entregad las armas!
¡Quitaos las armaduras!
Poneos en pie, reyes
y reinas de Narnia.
Todos vosotros.
Creo que no estoy preparado.
Por esa misma razón,
sé que lo estás.
Gracias, Majestad.
Gracias.
Saludos, Aslan.
Es un gran honor aparecer...
Estoy absolutamente
desconcertado.
Os ruego me disculpéis
por presentarme de esta guisa.
¿Tal vez una gota más?
- No sirve para eso.
- Podrías probar.
Te sienta muy bien,
pequeñín.
Aun así, gran rey...
Lamento tener que retirarme, la cola
es el honor y la gloria de un ratón.
Tal vez das demasiada
importancia a tu honor.
No se trata solo del honor.
También sirve para el equilibrio.
Y para trepar.
Y para agarrar cosas.
Disculpad, majestad,
no llevaremos
un honor denegado a nuestro jefe.
No por tu dignidad,
sino por el amor de tu pueblo.
¡Mirad! Gracias, mi señor.
Será mi bien más preciado.
A partir de ahora, será un gran
recordatorio de mi inmensa humildad.
Bien, ¿y el querido amiguito
del que me has hablado?
¿Lo ves ahora?
Porque se colaron...
Lo siento, pero tendrán
un buen futuro en ese mundo.
¿Majestad?
Estamos listos.
Han venido todos.
Narnia pertenece tanto a los narnianos
como al hombre.
Los telmarinos que quieran quedarse
y vivir en paz pueden hacerlo.
Pero para quienes lo deseéis,
Aslan os devolverá a la tierra
de vuestros antepasados.
Salimos de Telmar
hace generaciones.
No nos referimos a Telmar.
Vuestros antepasados
eran bandoleros del mar.
Piratas que encallaron
en una isla.
Ahí encontraron una cueva, un abismo
que los trajo aquí desde su mundo.
El mundo de nuestros reyes
y reinas.
Puedo llevaros de vuelta
a esa isla.
Es un buen lugar para quienes
deseen volver a empezar.
Yo iré.
Acepto la oferta.
Nosotros también.
Como habéis sido los primeros en hablar,
tendréis un buen futuro en ese mundo.
- ¿Dónde están?
- Los han matado.
¿Y si nos lleva a la muerte?
Señor. Si mi ejemplo
puede servir de ayuda,
llevaré ahora mismo
a once ratones conmigo.
- Nosotros iremos.
- ¿Sí?
Vamos. Nuestro tiempo
ha acabado.
Al fin y al cabo,
ya no nos necesitan aquí.
Cuidaré de esto
hasta que volváis.
Ésa es la cuestión.
No vamos a volver.
¿No?
Vosotros dos sí.
Al menos,
creo que se refería a vosotros dos.
Pero ¿por qué?
- ¿Han hecho algo malo?
- Al contrario.
Pero todas las cosas
tienen su tiempo.
Tus hermanos han aprendido
lo que pueden en este mundo.
Es hora de que vivan en el suyo.
Descuida, Lu.
No pensé que esto sería así,
pero no pasa nada.
Algún día lo entenderás.
Vamos.
Me alegro de haber vuelto.
Ojalá tuviéramos más tiempo.
No habría funcionado.
¿Por qué no?
Tengo 1.300 años más que tú.
Seguro que lo entenderé
cuando sea mayor.
Yo soy mayor y creo
que no quiero entenderlo.
¿No vienes, Phyllis?
¿Creéis que podemos volver?
Me dejé la linterna en Narnia.